Lo que pienso pero nunca digo, es el blog donde expreso mis pensamientos y los transmito por medio de escritos.
No sabrá cómo me llamo o tal vez sí. Posiblemente, él no me nombre, o quizá sí lo haga, pero lo mínimo porque en este momento soy la palabra “pasado” en su vida y su “futuro” es usted.
Han pasado más de 4 años desde aquella carta, estaba empezando la carrera y no sabía donde lo llevaría la vida, sus 18 añitos ahora suenan inocentes y sinceros. Termino esa carrera y se aventuro a hacer una licenciatura, ahora tiene 22 años, parece increíble.
Escribo después de 10 años y quién iba a decir que pasaría por aquí para darle una lección de vida. Lo conozco, nos conocemos mejor que nadie o quizás yo más a usted que usted a mí.
Se puede vivir sin muchas cosas, pero no sin el amor de los amigos, porque también se ama a los amigos, porque también lloramos y nos reímos gracias a ellos. Huelen a playa, a fiesta, a chismes, a resacas de domingo y carcajadas de media noche. Dedicado a mis mejores amigos y amigas.
Hola 2020, debería empezar a presentarme, soy esa persona que esta esperándolo. ¿Cómo puede cambiar tanto la vida en un año? 365 días atrás yo era otra persona y ahora he crecido, pareciera ayer cuando era 1 de enero.
Merece la pena luchar por aquello que nos haga sentir vivos, ya que el miedo hay que mirarle de frente y a los ojos. No me rindo, porque sé que prometí que nunca lo haría. No importa la cantidad de veces que nos caemos, es como nos levantamos. Al final, aunque no siempre lo creamos, todo va a salir bien.