Esto no es un poemario no es una lista de récipes médicos tampoco una bitácora de buque pirata no se puede leer de atrás hacia adelante no tiene principio ni final Esto no es una experiencia lúdica carece de sentido si cae por un acantilado no se estrella contra las rocas no contiene sustancia n…
Cuando invito amigos a cenar me aseguro de convocar al menos un desconocido y dos enemigos Mantener el equilibrio es uno de los secretos de la buena vida
Los Pinos Los pinos son algo complicados reniegan de su grandeza y sin embargo, cada mañana se perfuman como si fuesen a una fiesta se sacuden las ardillas de los hombros se aceitan las ramas inferiores espantan los pájaros carpinteros estornudan un par de veces el ruido es sordo pero se nota y es que siempre andan en manadas les agradan las familias numerosas Cada cierto tiempo lloran a uno de los caídos en esos atardeceres se quedan en silencio contemplando los anaranjados mastican bayas lentamente se abrazan en las alturas Son complicados, si, pero igual todos en algún momento hemos sido así altos, pesados melancólicos
La poesía me aburre La poesía me aburre de veintiocho formas diferentes, una por cada ficha del dominó que me regaló mi padre cuando cumplí catorce años. Dormían en una caja de madera pulida, que despedía un aroma indefinido, intenso, vegetal. Lo acompañaba un poemario, un hermoso librito de tapas blancas, delgado, minimalista, orgulloso, con veintiocho aburridos poemas, cada uno titulado como imaginan. Ese fue un año inusual salpicado de las mandarinas de un noble y tímido anciano del patio A mi madre la mordió el monstruo por primera vez pero ella era de diamante a pesar de eso hubo mucha carne de mentiritas y chicharrones de cartón Aprendí a jugar dominó no puedo negarlo esas piedras marfiladas ejercían cierto atractivo También conocí una ninfa Una ninfa real Idéntica a las que pintaba Bouguereau Le gustaba la poesía el queso blando y las cayenas del jardín Visitaba la casa con frecuencia entraba flotando por el zaguán se sentaba en una de las chismosas de la sala conversaba con los enanitos de cerámica miraba de reojo a la Giocconda cantaba bajito Antes de desaparecer junto con el año le regalé el delgado poemario
Supongamos Supongamos que nos vemos como niños que las mañanas suenan a gurrufíos y saben a jugo de tamarindos sin azúcar Supongamos que sabemos lo que hacemos cantando igual que Bobby Darin sin micrófono O mejor hacer la vista flaca vestir de domingo no olvidar un pañuelo blanco en punta un toque de colonia de papá unos minutos de propagandas en la tele de la sala apostar en la carrera hasta el final de la vereda lancemos unas canastas siguiendo las agujas del reloj cuidando de no sudar la ropa las consecuencias son previsibles Supongamos que ese momento dura todas las mañanas del mundo y que podemos quedarnos ahí helados sonriendo sin querer aprender sin tener que sin rendir cuentas persiguiendo iguanas
Sábado Hay un no-se-qué mañanero que activa el cuerpo algunos sábados no es la negrura sabrosa del café ni los desayunos americanos apurados son días en que provoca comprar mandarinas alargar la mañana con tiras de papel llamar al plomero sólo por la conversación insultar alguna de las vecinas chismosas con una seguidilla de oximorones o inventar palabras muy largas y suaves de esas que se deshacen en la boca Esos extraños sábados eternos provoca guardarlos entre las páginas de un libro viejo para que, cuando los encontremos lustros después aparezcan empapados con la tinta del tiempo
Voy a ponerme un sombrero de pirata una camisa con chaleco de pirata y un cinturón de cuero, con su espada de pirata si, todos reales comprados en alguna tienda de ropa de piratas de la Isla Tortuga o alguna otra de esas que nombran en las novelas de piratas Cuando esté vestido por completo de pirata con todas las prendas y accesorios importantes me bautizaré en la religión del espagueti volador leeré completo su códice sagrado lo firmaré con mi sangre en las islas africanas compraré un rinoceronte lo llamaré Emilio y me servirá de mascota de pirata Cuando ya esté todo preparado saldré a conquistar los siete mares y las ocho tierras desdeñaré a los corsarios reconoceré todos los hijos que me presenten aunque no sean míos los mantendré a resguardo con sus madres los hijos de un pirata son hijos de todos los piratas Cuando haya hundido varias decenas de buques ingleses, españoles, y de cualquier otra de las monarquías vivientes y haya hecho crecer mis cofres de tesoros y el de mis piratas seguidores me retiraré a una isla pequeña escribiré mis memorias de pirata buscaré el amor de una hermosa aldeana y esperaré a mis enemigos leyendo poemas de piratas