Todos necesitamos hacer una pausa, elevar la vista y escuchar la voz de Dios. Procuramos animarte, para que tu también lo hagas.
Dios quiere que contagiemos a otros lo que Él nos ha enseñado
Lo que consideramos nuestro, es de Dios, y tenemos que aprender a vivir como quienes rendirán cuentas
Sabemos que el amor es importante y que debemos amar pero, ¿estamos amando?
Deja que Dios, como el Fran Alfarero, transforme tu vida conforme a su voluntad
El fracaso nos puede paralizar, y podríamos pensar que ya no hay esperanza para nosotros. Dios tiene una segunda oportunidad para ti.
No alcanza con ser simpatizantes de Jesús. Escucha su voz llamándote: “¡Sígueme!”
Tratamos de ser responsables en ciertas áreas de nuestras vidas pero, ¿podría ser que estuviéramos eludiendo nuestra responsabilidad en otras?
Dios promete responder la oración y dará buenas cosas a los que me pidan.
Antes de censurar a otro, considera tu propia situación
Ordena tus prioridades. Dale a Dios la mayor importancia, y Él te librará de la preocupación.
Escoge ya donde está y estará tu corazón. Elige servir a Dios, que te ama y cumple sus promesas.
No intentes manipular lo que los otros piensen de ti. Busca a Dios y sé honesto.
Jesús nos puso en contacto con Dios y nos invitó a orar, llamándole Padre.
Acércate a Dios sin la intención de agradar o impresionar a alguien más. Pero búscalo.
Evita usar tus acciones como una manera de promover una buena imagen. Hazlo, pero no para que piensen bien de ti.
Ama, cuando no se espera que ames, y cuando nadie podría hacerlo. Eso, verdaderamente, es ser diferente.
Deja que Jesús te lleve a vivir más allá de tus tendencias naturales.
No exageres tus palabras para convencer al que te escucha. Que lo que digas tenga siempre el respaldo de tu integridad.
Dios recuerda lo que prometiste y le importa. Actúa en consecuencia.
Cuida tus actitudes, y aléjate de todo lo que te pueda perjudicar eternamente.
Nuestras relaciones rotas afectan nuestra relación con Dios. Aplaca el enojo, perdona, busca la reconciliación.
Todos elegimos a quién escuchar y tenemos nuestros consejeros favoritos. Elige tener a Dios como tu consejero, aplica y enseña su Palabra.
Brilla. Influye. Que la luz de Jesús sea transmitida por medio de lo qué haces.
Si te rechazan o persiguen, no estás desamparado ni eres un desgraciado. Jesús está contigo. Acércate a Él.
Todos necesitamos paz, y esa paz está en Jesús. Compártela y serás un pacificador, un hijo de Dios.
No te conformes con cuidar tu aspecto visible: considera la situación de tu interior y busca a Dios para tener un corazón limpio.
Mira a tu alrededor y ayuda a los quebrantados. Hazte misericordioso, y alcanzarás misericordia.
En un mundo en que abunda la injusticia, Jesús promete que finalmente habrá justicia.
Podemos elegir si dejarnos llevar por nuestro temperamento o ser de los dichosos que lo controlan.
Jesús enseña lo contrario que el mundo y nos anima a dar libre expresión a lo que sentimos, ofreciendo fortaleza. Por eso, ¡confía en Jesús!
Reconoce tu pobreza espiritual y recibe la salvación que solo Jesús puede dar, y serás rico
Entre tantos mensajes y tantas voces, toma la decisión consciente de escuchar a Jesús