Una serie de encuentros feministas para escuchar. Ingrid Beck y Agustina Gewerc se meten en los debates más difíciles dentro del movimiento feminista. Desde sus propias contradicciones, en cada episodio buscarán plantear más preguntas que respuestas.
¿Las mujeres tenemos que estar representadas por otras mujeres?¿Podemos representarnos a nosotras mismas todo el tiempo? La construcción colectiva del movimiento feminista, ¿tiene que incluirnos a todas? ¿Cómo hacemos con la transversalidad? ¿Y con la interseccionalidad? ¿Por qué se nos exige que tengamos consensos, que nos pongamos todas de acuerdo? ¿En qué se diferencia el movimiento de mujeres de los movimientos de trabajadores, por ejemplo? ¿Y de los partidos políticos? ¿Podría existir un partido feminista? Si estamos en construcción, ¿desde qué espacios nos construimos?
La forma en la que las mujeres nos ocupamos de nuestra menstruación, ¿también está atravesada por el patriarcado? ¿Por qué es algo de lo que no se habla? La democratización de los productos de menstruación, como toallitas y tampones, ¿contribuye a ocultar algo que nos pasa a todas? ¿Por qué en el imaginario social estamos débiles o alteradas si estamos pasando por “esos días”? ¿Por qué nadie toma en serio a los dolores menstruales? ¿Debemos reivindicar la menstruación como un hecho político?
Si el patriarcado se va a caer, ¿qué pasa con las relaciones amorosas que se construyeron bajo su esfera? ¿Tenemos que empezar a sentir amor de otra manera? ¿Es el fin del amor romántico? ¿Está mal si las feministas queremos que nos quieran y nos cuiden? ¿Ya no podemos esperar ansiosamente que nos respondan un chat o ponernos lindas para gustar? ¿Qué pasó con el concepto de “fidelidad”? ¿Casarse para toda la vida pasó de moda? ¿Casarse no es de feminista?
¿Ser feminista es tener el cuerpo que se te cante y sentirse orgullosa de él? ¿Se puede zafar de los estereotipos? ¿Dónde está el límite entre el cuerpo que se nos canta y el cuerpo saludable? ¿Hay que ser saludable? ¿El orgullo por el propio cuerpo es una forma de sobrellevar la discriminación y la falta de aceptación por no parecerse a las mujeres de las publicidades? ¿Cuál es el límite de ese orgullo? ¿Es real o es un consuelo? ¿Tener un cuerpo de los que llaman “perfectos” nunca es una elección?
¿Se puede separar la obra del artista? ¿Qué pasa cuando ese artista es un varón acusado de abuso sexual? ¿Podemos seguir escuchando esas canciones, viendo esas películas y leyendo esos libros? ¿Es imprescindible la perspectiva de género en las obras artísticas? ¿Qué hacemos con los artistas acusados de conductas abusivas, los dejamos sin trabajo, no le damos visibilidad, los escrachamos, los llevamos a la justicia? ¿Está mal que nos sigan gustando sus obras? ¿Somos malas feministas si nos reímos de sus chistes y pagamos una entrada para ver sus películas?
Si eso que llaman amor es trabajo doméstico no remunerado, ¿entonces lo que sentimos por les hijes no es amor? ¿Cómo hacemos para criar hijes en el feminismo? ¿Las feministas tenemos menos posibilidades de cometer errores en la crianza o eso se transforma en otra exigencia? ¿Cómo hacemos para que dejen de preguntarnos cómo combinamos la vida profesional con la vida familiar? ¿Ya llegamos al momento histórico en que no juzgamos mal a quienes deciden no ser madres?
¿Es posible pensar que ante las desigualdades económicas y sociales, haya un solo feminismo? ¿Se puede ser CEO de una empresa y feminista al mismo tiempo? ¿La feminista que paga impuesto a las ganancias, es menos feminista que la que trabaja en un taller textil por un sueldo mínimo? ¿La jefa de sistemas de una multinacional es menos feminista que una cajera de supermercado precarizada? ¿Es posible un movimiento que incluya al 99% de las mujeres? ¿Qué hacemos con el otro 1%?
¿Se puede ser varón y feminista? Si las protagonistas de este movimiento somos las mujeres, ¿qué lugar deberían ocupar los hombres? ¿Qué hacemos con hijos sanos del patriarcado que tienen voluntad de repensarse y cambiar? ¿Qué hacemos con los que no? ¿El fin del patriarcado los pone en jaque a ellos también? Si se va a caer y las mujeres lo vamos a tirar, ¿dónde quedan parados ellos?
Hay acoso, hay abuso. Una víctima se anima y hace pública su experiencia. Se lo ubica, se lo menciona con nombre y apellido, se lo señala. ¿Hay justicia en esa denuncia? ¿Qué sigue después de un escrache virtual? ¿Hay paz para las víctimas? ¿El victimario tiene derecho a la defensa? ¿Es justicia por mano propia? ¿Y las respuestas institucionales, dónde están? La abogada Gabriela Carpineti esboza algunas posibles respuestas a estas preguntas.