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Servicio de Celebración | Domingo 26 de Julio del 2020
En tiempos de pandemia, el término “protocolo” se ha vuelto muy popular. Ya sea para los centros de trabajo, academias o universidades, para todos nos es necesario cumplir cada una de las indicaciones detalladas en el protocolo a fin de obtener un beneficio individual o colectivo. Todos reclaman obediencia y fiel cumplimento, lo cual nos lleva a pensar ¿Dios tendrá protocolos? Lo invitamos a acompañarnos y a descubrirlo en este mensaje.
La Cena del Señor viene a ser un testimonio. Porque a través de ella testifico que Jesús partido su cuerpo y derramo su sangre por mí; y de esta forma proclamo la muerte y resurrección de Cristo. Cuando parto el pan hago memoria a como su cuerpo fue partido por mí, cuando tomo de la copa hago memoria del derramamiento de su sangre por causa mía para perdón de mis pecados. Al mismo tiempo, testifico que también he recibido ese don, o esa gracia. No conmemoro la cena del Señor para recibir perdón de mis pecados, sino porque ya fui perdonado de ellos.
En tiempos de pandemia, el término "protocolo" se ha vuelto muy popular. Ya sea para los centros de trabajo, academias o universidades, para todos nos es necesario cumplir cada una de las indicaciones detalladas en el protocolo a fin de obtener un beneficio individual o colectivo. Todos reclaman obediencia y fiel cumplimento, lo cual nos lleva a pensar ¿Dios tendrá protocolos? Lo invitamos a acompañarnos y a descubrirlo en este mensaje.
Cuando se le dio la oportunidad de tener lo que deseara más en el mundo, Salomón pidió sabiduría para poder guiar bien al pueblo y para tomar decisiones correctas. Nosotros también podemos pedir esta misma sabiduría. Note que Salomón pidió sabiduría para llevar a cabo su trabajo. No pidió a Dios que hiciera el trabajo por él. No debemos pedir a Dios que haga por nosotros lo que El quiere hacer a través de nosotros. Por el contrario debemos pedirle que nos dé sabiduría para saber qué hacer y el valor para continuar en ello. Salomón recibió corazón sabio y entendido; por parte de Dios, pero dependía de él aplicar esa sabiduría a todas las áreas de su vida. Obviamente fue sabio al gobernar a la nación, pero fue necio en sus asuntos domésticos. La sabiduría es tanto el discernimiento para saber lo que es mejor como la fuerza de carácter.
El cap. 6 del Libro de Daniel nos muestra los ultimos años de vida del profeta, quien a pesar de no tener las puertas del templo abiertas (como nos esta pasando en esta cuarentena), ni mucho menos en su cuidad natal, se dice acerca de el que fue un servidor de Dios, aun en palabras del mismo Rey Dario, el Medo: "El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves".
Todas las palabras de Dios son rectas y verdaderas, se puede confiar en ellas, se puede confiar en la biblia porque Dios a diferencia de las personas, no miente, no cambia sus palabras ni deja de cumplir sus promesas. Podemos confiar en la Biblia porque contiene las palabras de un Dios santo, que es confiable e incambiable conocido como inmutable.
La oración nos ayuda a aceptar que Dios es soberano sobre todas las cosas, Su Voluntad es sobre nosotros también, y es por ello que la oración delante de Dios es un ruego, una súplica. A Dios no se le exige, a Dios se le ruega.
La pandemia nos esta dejando grandes lecciones, y una de ellas es ver nuestro compromiso y servicio a Dios en medio de las dificultades. Esto para los que están firmes, pero para los que no, a ellos, ¿que les espera? Muchos tenían su relación con Dios pendiendo de un hilo y la cuarentena no ha hecho otra cosa que agravar esta condición. Nuestra oración para que todo el pueblo, se afirme en el Señor.
Notemos que Jesús tenía hambre y observo a lo lejos un árbol frondoso lleno de hojas y por el hambre se acercó a aquel árbol que tenía buena apariencia, ante los ojos de Jesús. Pero al estar cerca mostró quizá su sorpresa, porque solo encontró lleno de lindas hojas más ningún fruto encontró. El hombre representa a las ramas y Dios el árbol. Sabemos que un día Jesús pedirá cuentas a los hombres como si fuéramos ramas y deseara ver frutos no hojas solamente.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Cada vez que nos encontremos atravesando un tiempo sombrío, en el cual el corazón se sienta desfallecer o incluso lleguemos a pensar que el Señor nos ha abandonado, estas palabras del Salmo 23 nos habrán de infundir aliento desde la profundidad de su significado. Descubre conmigo cómo su vara y cayado nos dará un nuevo aliento cada día.
Desde antes de nuestra concepción creo que somos seres dependientes. Empezamos en el vientre de nuestra mama y dependemos de su organismo interior y su cuidado para desarrollarnos durante la etapa de gestación. Una vez que nacemos seguimos dependiendo de nuestros padres para todo nuestro desarrollo y crecimiento.