Solo la presencia de Dios puede cambiar todas las cosas. El deseo de Dios siempre ha sido y será el de estar con nosotros, pero para que esto se cumpla también nosotros debemos desear estar con El. A lo largo de la palabra de Dios podemos ver como Dios siempre ha provisto medios para que las personas pudieran entrar delante de su presencia. Hoy en día, Jesús es el único camino a través del cual nosotros podemos entrar delante de la presencia de Dios. Dios nos creo para habitar en su presencia, nunca estuvo en los planes de Dios que tu y yo viviéramos fuera de su presencia. El pecado nos expulso de su presencia no El. Jesús tuvo que derramar su sangre para pagar el precio de nuestro pecada y así santificarnos de tal forma que pudiéramos tener acceso a nuestro Dios que es santo. Dios hablo firmemente a su pueblo diciéndoles: "20 »Date cuenta, Israel, que yo envío mi ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. " Dios les dijo a su pueblo "obedece las instrucciones que te doy para que seas bendecido" y aun así hemos dependido de nuestra experiencia y sabiduría antes de depender de la sabiduría de aquel que todo lo sabe. El precio que se tuvo que pagar para que tu y yo fuéramos perdonados por nuestra arrogancia y rebeldía fue muy alto, fue la muerte del que no cometió pecado por los pecadores, fue un precio que Jesús pago gustosamente porque sabia que solo esto podría proveer de una vez y para siempre el acceso a la presencia de nuestro Santo Dios que tanto nos anhela. La pregunta es: ¿Tu le anhelas como el nos anhela?
la sangre de Jesús, es la sangre del nuevo pacto la cual nos une de una vez y para siempre con nuestro Dios. Esta nos da acceso a la presencia de Dios. Creo firmemente que la Iglesia debe volver a tener una necesidad por su presencia. Muchas veces estamos tan ocupados en haciendo cosas por Dios que nos olvidamos de Dios. Esta predicación habla del gran sacrificio que hizo Jesús para que tu yo podamos entrar a la presencia de Dios, que es el único lugar donde todo puede ser cambiado. ¡Entra el dia de hoy a su presencia!
La presencia de Dios es lo único que puede traer esperanza en un mundo en decadencia. A lo largo de la historia, la presencia de Dios ha sido rechazada y temida. Pero la realidad es que la presencia de Dios nos provee con la paz que necesitamos en los tiempos de adversidad.