Un devocional con una reflexión que le dedicamos a los mayores en años y jóvenes de corazón.
¿Quieres conocer los orígenes de COMPANION y algunas novedades? Escucha esta entrevista.
Lo que creemos que nos va a dar el gozo supremo, fuera de Dios, puede causarnos mucho dolor.
Ten cuidado de que tu amor por Dios y los hermanos no se enfría por culpa de la situación que estamos viviendo.
Debemos compartir lo que tenemos para la gloria de Dios: tiempo, dinero, y esperanza.
El gozo es un imperativo de la vida Cristiana, sin embargo a veces nuestro corazón está triste. Podemos tener gozo en medio de la tristeza si ponemos los ojos en Jesús y el cumplimiento de sus promesas.
La fe nos ayuda a ver que Dios está con nosotros cuando le necesitamos. Nos enseña a esperar su tiempo y a no perder la esperanza.
Dios tiene que tratarnos como a vasijas de barro para que el mensaje que se note que el mensaje que tenemos es de Dios y no nuestro.
Las pruebas de la vida son como la oscuridad de la noche, nos atemorizan. Por eso anhelamos la luz de Dios para enfrentarnos a ellas.
Cuando conocemos a Dios, podemos enfrentar las malas noticias con la esperanza de que usará todo para nuestro bien porque nuestro peor problema está solucionado: tenemos paz con Dios por medio de Jesucristo.
La sed es algo normal en el ser humano. La falta de sed muestra que hay un problema. Así mismo la falta de sed de Dios muestra que nos falta vida.
De la misma manera cuando estamos en la oscuridad, en medio de los peligros y sufrimientos de esta vida, nos asusta no ver al enemigo, y ver la luz de Dios es nuestro anhelo más profundo.
El que confía en la soberanía de Dios y en su misericordia puede descansar en Dios y no temer.
Si no tienes sed de Dios, tienes un problema espiritual grave. Esa sed se manifiesta en un deseo de leer la Palabra, orar, estar con otros creyentes y compartir la fe.
Dios elige a hombres y mujeres imperfectos con el propósito de perfeccionar nuestra vida hasta el día de Jesucristo.
Dios está hablándonos constantemente esperando que respondamos obedientemente a su llamada.
A pesar de las dificultades de esta vida, podemos seguir cantando al Señor porque Jesús ha prometido devolvernos a casa.
Dios está pendiente de todo y hará justicia a su tiempo. Mientras tanto espera que cada uno de nosotros nos volvamos a Él.
¿Estamos despreciando el nombre de Dios cumpliendo con una religión sin que nuestro corazón busque de verdad a Dios? ¿Le ofrezco lo mejor o lo peor de mi vida?
Dios nos ha llamado a ser sus hijos y como tales debemos vivir de forma que honremos su nombre.
Dios no deja de llamarnos para que nos acerquemos a Él. Su obra no terminará hasta que Jesús vuelva.
No hay esperanza para aquel que sabe más que nadie. Elige escuchar a los demás y ten en cuenta lo que dicen.
Derribamos los pensamientos que nos quitan la paz recordando las promesas de Dios y creyéndolas.
Nuestra esperanza de llegar a Dios no es lo que hacemos nosotros para Dios, sino lo que Jesús hizo por nosotros.
En el silencio es más fácil escuchar a Dios.
¿Serías capaz de seguir creyendo en Jesús cuando parece que no queda esperanza?
No dejes de presentarte delante de Dios hasta dejar totalmente tu carga a sus pies. Él no quiere soltarte hasta haberte bendecido.
No te pierdas las maravillas que Dios hace a tu alrededor por mirar hacia el lado equivocado.
No tienes que andar cansado, avergonzado, atemorizado o desesperado, Dios es tu refugio y el que levanta tu cabeza.
No te pongas a dieta del pan de Vida. Disfruta de un banquete de Dios cada día.
Necesitamos dejar los ídolos de este mundo que nos alejan de Dios y volvernos a Él de todo nuestro corazón.
Darnos cuenta de lo terrible e inmensa que es la majestad de Dios, y al mismo tiempo el increíble amor que siente por nosotros nos debe traer mucho ánimo a nuestra vida.
¿Qué es lo que llena tu mente? ¿Estás siempre pensando en los problemas alrededor de ti? Pensar en las promesas de Dios es lo que nos trae esperanza.
En medio de las desilusiones de esta vida, solo Jesús nos ofrece Palabras de Vida Eterna. Iremos a Él.
El amor de Dios hace que seamos perdonados por completo en Cristo Jesús. También nosotros debemos amar y perdonar a los que nos ofenden.
Jesús nos ha abierto la puerta a la presencia del Creador del Universo, nuestro Padre Celestial, por tanto, entremos sin temor, cogidos de su mano.
Si no estás entrenado en el uso de la armadura, no podrás defenderte cuando lo necesites. Practica cada día y estarás preparado en el día malo.
No hay para mí bien fuera de Dios, por tanto, acercarme a Él, es el bien.
Cuando todo a nuestro alrededor cae, podemos acudir al Único que permanece firme, a la única Roca inamovible: a Jesús.
Descansar el día de Reposo muestra que somos hijos, los esclavos no tenían ese privilegio.
Si comparamos con las promesas de la eternidad, cualquier prueba que tengamos que experimentar en esta vida será leve.
Dios no pide de sus hijos que sean grandes héroes según los requisitos del mundo, sino que seamos fieles en lo que se nos ha asignado.
La Biblia dice que debemos estar siempre gozosos y ese gozo sólo puede venir de poner deliberadamente nuestra mirada en Aquel cuyo amor por nosotros nunca cambia.
La verdadera sabiduría no consiste en tener muchos títulos, sino en respetar y obedecer lo que Dios, nuestro Creador, dice.
Los cambios en la vida cristiana deben producirse de dentro a fuera, no al revés.
Aunque parezca que estamos solos, desde el cielo Dios tiene sus ojos sobre nosotros.
Muchos niños muestran una espiritualidad que nos sorprende. No es extraño, Dios les ha revelado a ellos cosas que ha ocultado a sabios y entendidos. Por eso, si de verdad queremos conocer a Dios, tenemos que acercarnos a Él como un niño.
Acércate a Jesús, extiende tu mano y deja que su poder te transforme.
¿Amamos a Dios por quién es o simplemente por lo que podemos obtener de Él? Dios nos ama y desea que pasemos tiempo con Él en su Palabra.
Todo lo que hay en esta vida es pasajero, nuestra casa está más allá.