Reflexiones Bíblicas
Una de las señales que distinguirán el tiempo de tribulación y gran tribulación sobre el mundo entero es la manifestación del Anticristo. En 2Tesalonicenses, el Anticristo es el hombre de pecado, el hijo de perdición. La manifestación del Anticristo, cuyo carácter es diabólico, muestra cómo será el ambiente en el Día del Señor.
Un creyente que no entienda las diferencias entre las tribulaciones presentes de la iglesia y la tribulación que vendrá sobre el mundo, puede llegar a desanimarse o confundirse en su fe y en su andar según la voluntad de Dios. Por la claridad de las Escrituras al respecto, tal creyente puede estar tranquilo, glorificando a Dios, su Salvador.
El Día del Señor vendrá y con él los juicios de la gran tribulación, a través del cual Dios mostrará que es Santo y Justo. Su advenimiento es una promesa de Dios, y, aunque para el mundo ha pasado mucho tiempo ya, el Señor juzgará al fin a los impíos. La iglesia no sufrirá los juicios del Día del Señor, pero le exhorta a vivir para la gloria de Él.
Gn 47:25: "Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón."
Gn 46:1: "Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac."
La Gran Tribulación sucederá dentro del marco del Día del Señor. El Día del Señor reúne los eventos que siguen al arrebatamiento de la iglesia hasta cielos nuevos y tierra nueva. La iglesia de los tesalonicenses sabía perfectamente que el Día del Señor vendría, animándonos a saberlo también y así ser fortalecidos para agradar a Dios.
Gn 45:5: "Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros."
Gn 44:33: "te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos."
Gn 43:14: "Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo."
Gn 42:7: "Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo:¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos."
Gn 41:40: "Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú."
Gn 40:8: "Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José:¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora."
Gn 39:21: "Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel."
Gn 38:26: "Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció."
Gn 37:4: "Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente."
Gn 36:6: "Y Esaú tomó sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todas las personas de su casa, y sus ganados, y todas sus bestias, y todo cuanto había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra, separándose de Jacob su hermano."
Gn 35:3: "Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado."
Gn 34:27: "Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana."
En la Biblia, el fin del mundo tiene relación con la tribulación que vendrá sobre el mundo entero. Ante tanta ignorancia y negación al respecto, la Palabra del Señor hace clara mención de ello, indicando que el fin del mundo es veraz e inminente. El mensaje de hoy es un llamado a creer la Palabra de Dios y a compartir su mensaje de salvación.
Gn 33:4: "Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron."
Gn 32:9: "Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me, dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te, haré bien;"
Gn 31:3: "También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo.,"
Gn 31:1: "Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían:, Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta, riqueza.,"
Gn 29:25: "Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán:¿Qué es esto que me has hecho?¿No te he servido por Raquel?¿Por qué, pues, me has engañado?"
Gn 28:13: "Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia."
Gn 27:41: "Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob."
Las setenta semanas denota un tiempo determinado por Dios en años, es decir, 490, en el que sucederán los acontecimientos previos a los tiempos del fin del mundo, los cuales describe el libro de Daniel de manera general, y que estaremos observando y haciendo algunas acotaciones al respecto, con el ánimo de que, en medio de la confusión actual, tengamos paz por la confianza que inspira Dios a través de su Palabra escrita, porque es fiel y verdadera.
Gn 26:13: "El varón se enriqueció, y «fue prosperado,» * y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso."
Gn 25:21: "Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo, aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer."
Gn 24:7: "Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo."
Gn 23:2: "Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara, y a llorarla."
Gn 22:8: "Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos."
Gn 21:33: "Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno."
Gn 20:6: "Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases."
Gn 19:24-25: "Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra."
Gn 18:33: "Y Jehová se fue, luego que, acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar."
Gn 17:23: "Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los, domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel, mismo día, como, Dios le había dicho."
Gn 16:2: "Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha, hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai."
Gn 15:6: "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia."
Gn 14:16: "Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente."
Gn 13:14-15: "Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre."
Gn 12:1: "Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré."
Gn 11:7: "Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero."
Gn 10:32: "Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio."
El temor puede presentarse ante las pruebas. Sentir miedo es una expresión natural en todo hombre, hasta en la misma naturaleza de los animales; una indeseada consecuencia que dejó el pecado, por lo que no es bueno. Pero los que confían en Dios, en su salvación, en su Palabra y en su voluntad, lo vencen y gozan de paz y bienestar.
Las pruebas pueden hacer que uno tome determinaciones para bien o para mal, algunas de ellas de manera definitiva. Esas decisiones dependerán del enfoque desde su perspectiva. Una inapropiada perspectiva hará que todo lo vea borroso, distorsionado. Pero, si mantiene la mirada en Dios, confiando en su Palabra, todo lo verá mejor.
El desánimo es un gran mal cuando, a causa de las pruebas, provoca que usted desista de permanecer en alguna buena labor, o un buen proyecto, o una buena actitud, o con la esperanza de algo mejor, o, incluso, en los caminos del Señor. Usted podría optar por el desánimo, pero el buen ánimo en el Señor vale la pena y es mucho mejor.
Los impases y pruebas que experimenta, le pueden provocar a ira. La ira es un estado de ánimo de acaloramiento que, si no se controla, puede desatar violencia, causando terribles daños. Usted puede asumir una actitud airada en las pruebas, pero tiene la alternativa de ser manso, haciendo mucho bien y en paz a pesar de la provocación.
El ánimo de muchos se condiciona a las circunstancias, entre las cuales están las que causan tristeza, lo que en ellas es natural sentirse así, pero no es bueno si se permanece en ella. El Señor no juzga la tristeza, pues Él mismo estuvo triste, pero permanecer en ella demuestra que no se disfruta del gozo que Dios da a los que confían en Él.
Toda actitud es determinante en la vida, pues condicionan las decisiones y el curso de la vida. Las actitudes son el resultado del estado de ánimo, y este, a su vez, de las circunstancias, pero el llamado del Señor es a estar firmes en Él manteniendo el buen ánimo, aún en medio de las pruebas. Usted podría desesperarse, pero es mejor calmarse.
Históricamente, el cristianismo ha sufrido diversas divisiones, entre las cuales, según se ha considerado las más importantes, están el protestantismo, los ortodoxos, los católicos y los anglicanos. No obstante, a la gran variedad de movimientos y denominaciones, la iglesia de Dios es una sola, y permanecerá unida por Él y para la gloria de Él.