Un Podcast para escuchar, aprender y dejarse sorprender. Todos estamos bajo la protección de MarÃa. Pero, ¿qué significa en realidad? ¿qué significa en la vida diaria? Acompáñanos y escucha con nosotros a diferentes autores, personas, experiencias y momentos en los que este "Manto†nos impulsó a ser y a formarnos como personalidades libres, firmes y sacerdotales.
Santuario de Schoenstatt, Querétaro. México
Así como el ángel le pidió a José levantarse, así nos pide a nosotros, levántense y lleven alegria a la vida cotidiana.
Querida Madre, Reina y Victoriosa, tres veces Admirable de Schoenstatt, hemos contemplado en estos nueve días los acontecimientos de tu vida que te llevaron a confiar siempre en Dios, la fuerza de tu alma, la virtud de la esperanza.
La Iglesia es Madre, como tu María, porque engendra, da vida y cultiva la vida. La Iglesia es madre en la medida en que con amor y dedicación materna engendre hijos por la palabra y el bautismo, y los educa hasta que alcancen la plena estatura en Cristo Jesús. Quien ejerce un oficio ministerial debe hacerlo maternalmente, es decir con una profunda actitud de servicio. La Iglesia te llama madre de la esperanza.
Aquí experimentamos tu amor de madre y tu grandeza de reina. Este lugar es tierra de encuentro y de esperanza. En este lugar nos acoges y transformas en hombres y mujeres de esperanza, alegres y valientes. En este lugar nos haces participes de tu misión y fecundidad en el Espíritu Santo. Desde aquí nos dices: Ustedes son mi esperanza, mis instrumentos.
Querida Madre y Reina de la valentía y de la esperanza, quiero ser tu apóstol e instrumento. María, a través de mi entrega a ti en la Alianza de Amor quiero, como nuestro padre y fundador, comprender mi proyección apostólica.
Nuestra esperanza no quedará defraudada, porque ese mismo Espíritu que se ha derramado en ti María, ha penetrado en mi corazón el amor de Dios. Estar llenos del Espíritu, es estar llenos de confianza para ser sembrador de esperanza.
Quiero que tú seas parte de mi mundo, de mis alegrías y de mis pesares, tu presencia en mí es la vivencia propia de la esperanza. Tu protección de reina me fortalece para poder aceptar valientemente el sufrimiento, tu amor de madre me da la fuerza y la esperanza.
Tus palabras me animan a ser valiente y obedecer con prontitud a tu hijo. Me alientan a llenar las tinajas con peticiones y con mis contribuciones al capital de gracias. Me interpela a poner en práctica lo que él me dice.
Hoy queremos pedirle a tu amadísimo esposo san José que nos tome, así como te tomó a ti y a Jesús bajo su cuidado, para poder servir valiente y desinteresadamente a los demás y así, poder ser signos de esperanza para ellos.
María, sierva y perfecta discípula del Señor, en el momento de la anunciación eres la llena de gracia y de esperanza. Sin tu sí, no habría esperanza, si tu María, no pronuncias tu sí, si no dices tu sí de manera original, no podemos esperar que Cristo se haga hombre también en nuestro tiempo.
La tarea de San José: proclamar a todos los pueblos la biunidad de Cristo y María.
En nuestro tiempo es un peligro muy grande cultivar una tendencia a la adaptación del medio y entorno, que aspira a todo, menos a la vida virginal, a la piedad instrumental, San José nos invita a crear una conciencia de contraposición.
La personalidad de San José nos da una respuesta muy clara de la imagen del hombre nuevo en la comunidad nueva, del santo de la vida diaria que se sabe instrumento de Dios en todo momento y se deja conducir por la Divina Providencia.
San José nos invita a, como él, proclamar la biunidad indisoluble de Cristo y María, como una misión urgente y necesaria.
¿Imaginas cómo vivió San José su Alianza de Amor?
¿Imaginas cómo fue que Jesús comenzó a llamar “papá” a José? ¿Podemos imaginar la casa en Nazaret con María enseñando a su hijo a silabear “papá”?
¿Imaginas cómo era un día en el taller de San José? Descubre su diario vivir a través de la cotidianidad de su vida en Santidad.
En esta primera edición, dirigimos nuestra mirada a San José. Nuestro padre y fundador diría de él que es el modelo de un Santo de la vida diaria. ¿Por qué? Descúbrelo con nosotros a lo largo de este año, escuchando cada 19 de mes, algo sobre la grandeza del Esposo de María y Padre de Jesús.