1 Tesalonicenses 2:8 Teniendo así un gran afecto por vosotros, nos hemos complacido en impartiros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegasteis a sernos muy amados. www.imparting.org
Todos los cristianos somos llamados a practicar la hospitalidad. Pero, ¿cómo podemos empezar? ¿es mi hogar adecuado para ser hospitalario? ¿Qué pasa si no tengo nada que ofrecer?
Como cristianos, estamos llamados a perseverar. Somos entrenados para perseverar, recibimos el mandamiento de perseverar. Y al final, si perseveramos. ¿Por qué? Porque es Dios quien persevera en nosotros.
Edmond Heibert lo resume muy bien, “De la manera en la que el hermano pobre olvida toda su pobreza terrenal, el hermano rico olvida todas sus riquezas terrenales. Por fe en Cristo los dos son iguales”.
Aunque no podemos controlar la tormenta, podemos controlar nuestra respuesta. Entender que esta tormenta esta siendo usada por Dios para Su gloria y nuestro beneficio nos ayudara a enfocar nuestras energías en cooperar con esta herramienta que nos está ayudando a madurar en lugar de pelear en contra de ella.
Empezamos con nuestro estudio del libro de Santiago. Nuestro tiempo se dividira en cuatro puntos: 1) ¿Quién es el autor? 2) ¿Qué es el autor? 3) ¿Quién es la audiencia? 4) ¿De qué se trata el libro?
Nuestro Dios es Soberano y Bueno, más allá de lo que vemos o imaginamos.
¿Qué sucedería si Rut termina casandose con el otro hombre? Vamos a ver que sucede.
Dios trabaja extraordinariamente en los asuntos ordinarios de la vida cuando somos sobrios y estamos atentos a conocer su voluntad y servir a los demás con un amor Hesed, un amor sacrificial, un amor leal.
No importaba cuan descorazonadoras fueran las circunstancias o que todo estuviera en contra de ellas, Dios provee para Sus hijos.
Podemos estar seguros de la protección providencial cuando buscamos refugio bajo Sus alas.
Dios es providencial aun en nuestras relaciones.
La amargura no solo vuelve todo borroso, sino que nos hace miopes espirituales.
Cuando El dice “¡Sígueme!” Nuestros corazones dicen "adonde tu vayas, iré yo, y donde tu mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tu mueras, allí moriré y allí seré sepultado.
Como William Cowper dijo, “Detrás de la providencia severa, El esconde un rostro sonriente”. En las vidas de personas comunes y corrientes, en medio de circunstancias dolorosas, vemos la gracia de Dios mostrándole a sus hijos errantes el camino de regreso.
Nosotros en imparting.org creemos que la doctrina de Dios es absolutamente esencial para la proclamación del Evangelio, para ayudar a las personas a conocer a Jesucristo y crecer para ser como él pero impartir la palabra nunca va separado de impartir nuestras vidas. Siguenos en nuestras redes sociales Facebook: www.facebook.com/Impartiendo YouTube: https://bit.ly/2MAlKTI Website: www.imparting.org