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En estos tiempos de cuarentena, hemos podido leer artículos y ver programas que hablan acerca de los beneficios que trae ordenar nuestro hogar y deshacernos de cosas que ya no sirven. ¿Sabías que Dios ya nos habló de eso en su Palabra? En este mensaje Ruth Jara comparte un poderoso mensaje que va mucho más allá de modas, pues habla de Jesús.
No para cobardes¿Sigues queriendo descubrir el mensaje que Dios ha dejado en su Palabra? En medio de tiempos revueltos, la Palabra de Dios nos ofrece seguridad. En un mundo de relativismo, la verdad absoluta de Dios y su Palabra nos da estabilidad. La Palabra de Dios no es para cobardes. En Josué 1 leemos cómo Dios animaba a Josué a ser valiente. A través del Antiguo Testamento leemos que Dios instruye a su pueblo y en particular a varios de los dirigentes y profetas diciendo: “No temas, porque yo estoy contigo.” Del mismo modo, en el Nuevo Testamento tenemos palabras de afirmación que nos inspiran a confiar en Dios y no temer. Y en su segunda carta a Timoteo, Pablo, escribiendo desde la cárcel, instruye a Timoteo a mantenerse firme en la fe, con valor y determinación. En el primer capítulo de la carta, le dice: “te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti.” Timoteo había reconocido al Señor Jesús como Salvador de sus pecados y por lo tanto disfrutaba del precioso regalo de Dios, Su propio Espíritu Santo. Es por esto que podía estar confiado, y ahora debía vivir con valentía, según el versículo 7: “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”Cuando somos salvas, el Espíritu de Dios mora en nuestro interior. Leemos en Romanos que somos templo del Espíritu, y su fruto debe reflejarse en nuestras vidas. Últimamente he estado reflexionando en cómo la influencia del espíritu se debe manifestar en mi vida. Hemos leído sobre los diferentes aspectos del fruto del Espíritu, del amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad y la fe; sobre la mansedumbre y la templanza, pero nunca había parado a pensar que cuando no elijo vivir en el Espíritu, estoy en realidad viviendo como una cobarde. Pablo dice que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Es decir, necesito el poder del Espíritu para amar cuando amar se hace difícil. Cuando alguien me trata de una manera que me hace daño, lo más “fácil” es alejarme de esta persona y buscar mi propio bien. Sin embargo, hay situaciones en las que mi vida no corre peligro por mostrar bondad a alguien que no la merece. En esa situación, puede ejercitar el poder del Espíritu, alejarme de mi propia cobardía, y amar, por el poder del don de Dios en mi vida. De igual modo, en momentos en los que no me apetece nada hacer lo correcto, Dios espera que eche manos del poder del Espíritu para ejercitar dominio propio, para hacer aquello que debo hacer. Lo fácil, lo cobarde en esa situación puede que sea seguir mis emociones y obedecer a mi instinto, pero lo valiente es hacer uso del poder del espíritu que mora en mí y a través de él, manifestar dominio propio. Puesto que, como leemos en el texto, Cristo nos ha salvado y nos ha llamado, podemos mantenernos firmes. En el versículo 12 dice Pablo: “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.” Pablo había sufrido aflicción por vivir para Dios, pero todo lo que estaba sufriendo, hasta el punto de la muerte en su caso, no le provocaba amargura. Él sabía en quién confiaba, y su esperanza era segura. El poder del espíritu que en él habitaba era el mismo poder que levantó a Cristo de la tumba, como nos dice Romanos 8:11. De igual modo, tú y yo, si hemos confiado en Cristo, podemos vivir una vida de confianza. No tenemos que vivir con temor de lo que nos vendrá, porque sabemos que cuando llegue el fin de la historia, estaremos a salvo en Cristo. Podemos vivir con la certeza de que el que comenzó la obra en nosotros la perfeccionará, como nos dice Pablo en Filipenses. El evangelio no es para cobardes, así que aprovechemos el poder del espíritu y vivamos una vida de poder, de amor y de dominio propio.
¿Es diferente leer la Biblia que estudiarla? ¿Qué cosas son buenas tener en consideración cuando nos decidimos a estudiarla? ¿Es realmente importante elegir un lugar y una hora para pasar tiempo orando y estudiando la Palabra? En el episodio Seba y Roci comentan estas preguntas y nos dan algunos tips para tener en cuenta.
El salmo 119 es un poema que habla de la Palabra de Dios. Fue escrito refiriéndose específicamente a la Torá, los cinco primeros libros del antiguo testamento, la ley de los judíos. Sin embargo, las verdades del salmo son aplicables a toda la Palabra de Dios, de principio a fin.Este salmo es un poema acróstico. Cada estrofa corresponde a una de las letras del alfabeto hebreo. Comenzando por la primera estrofa, los ocho versos comienzan con la primera letra del alfabeto, y así, cada una de las 22 secciones, por las 22 letras del alfabeto hebreo. Esto les permitía aprenderlo de memoria. El salmo 119 exalta a Dios y a Su Palabra. Utiliza diferentes palabras para referirse a la enseñanza de Dios a su pueblo: se refiere a esta como ley, testimonios, camino, palabra, juicios, mandamientos, estatutos y preceptos. Cuando vayas leyendo verás alguna de estas palabras 184 veces. Con cada una, el salmista se está refiriendo a la enseñanza escrita que Dios ha dejado para que lo conozcamos a Él y su voluntad. ¿Qué nos dice el salmo sobre la Palabra?En primer lugar, podemos notar los adjetivos que describen la Palabra de Dios. Para no causar confusión, voy a evitar dar largas listas de referencias de versículos, pero si te interesa buscarlos para leerlos tú misma, puedes encontrarlos en el texto descriptivo que acompaña a la grabación. La Palabra de Dios se describe en este salmo como justa; sus juicios son justos y sus mandamientos son justicia (7, 62, 75, 164, 172). Sus testimonios son maravillosos (18, 129), sus juicios son buenos (39), y son verdad (42, 86, 142, 151 y 160); Su palabra es eterna, que permanece para siempre, y eternos son sus juicios (89, 96, 142, 144, 152, 160). Su Palabra es más dulce que la miel (103), sus juicios son rectos (128, 137) y muy fieles (138), y sumamente pura es Su palabra (140). Sus testimonios son una delicia (24, 92, 143, 174); son consejeros (24), sus estatutos son cánticos (54), sus testimonios son gozo al corazón (111). Lámpara es su palabra y lumbrera para el camino (105). El salmo también enumera lo que la Palabra de Dios hace en nuestras vidas. Dice que los testimonios de Dios vivifican (25, 40, 50, 93, 107, 149, 154, 156), que su Palabra nos sustenta (28), nos aviva (37), nos da libertad (45) nos consuela en la aflicción (50, 52); La Palabra de Dios limpia el camino del joven (9), protege del pecado (11), produce gozo (16, 47, 162, 172) trae bendición (56), da sabiduría (98-100, 104, 169), y ordena nuestros pasos (133).Y el salmista, a la vez que describe lo que la Palabra de Dios es para él nos declara su respuesta a esta maravillosa palabra que Dios nos ha regalado. Veamos primero lo que no hizo con los estatutos de Dios:no me he apartado de tu ley (51)no me he olvidado de tu ley (61) no he olvidado tus estatutos (83)no he dejado tus mandamientos (87)no me he olvidado de tu ley (109)no me desvié de tus mandamientos (110) , y en varias ocasiones declara:no me he olvidado de tus mandamientos (141)de tu ley no me he olvidado(153)de tus testimonios no me he apartado (157)no me he olvidado de tus mandamientos (176) También nos dice lo que no piensa hacer con la palabra de Dios. Dice:no me olvidaré de tus palabras (16) yno me avergonzaré (46)¿Por qué? El salmista comparte en el tiempo presente su respuesta a la palabra de Dios: en ella tengo mi voluntad (35) en tus juicios espero (43) Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos. (63)ahora guardo tu palabra (67) espero en tu palabra (81) tus testimonios son mi meditación (99)amo tu ley (113)de tus juicios tengo miedo (120) mas Tu ley amo (120)En su oración a Dios, el salmista comparte lo que ha hecho con la palabra de Dios que tanto aprecia. En el versículo 11 dice: he guardado tus dichosEn el 13: he contado todos los juicios de tu boca, y continúa en tantos otros. . . 14 me he gozado en el camino de tus testimonios22 tus testimonios he guardado23 tu siervo meditaba en tus estatutos30 he puesto tus juicios delante de mí31 me he apegado a tus testimonios40 he anhelado tus mandamientos42 en tu palabra he confiado45 busqué tus mandamientos56 guardé tus mandamientos59 volví mis pies a tus testimonios60 me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos66 tus mandamientos he creído70 en tu ley me he regocijado82 desfallecieron mis ojos por tu palabra94 he buscado tus mandamientos100 he guardado tus mandamientos101 De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia106 Juré y ratifiqué que guardaré tus justos juicios111 Por heredad he tomado tus testimonios para siempre112 Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, de continuo, hasta el fin.114 En tu palabra he esperado.119 yo he amado tus testimonios128 estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, Y aborrecí todo camino de mentira.131 deseaba tus mandamientos147 Esperé en tu palabra.148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, Para meditar en tus mandatos.166 tus mandamientos he puesto por obra167 Mi alma ha guardado tus testimonios, Y los he amado en gran manera.168 He guardado tus mandamientos y tus testimonios, Porque todos mis caminos están delante de ti.173 tus mandamientos he escogido.Y no solo comparte en el pasado, sino que también declara lo que hará con la delicia que Dios le ha dejado. tus estatutos guardaré (7)en tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos (15)me regocijaré en tus estatutos (16)guardaré tu ley y la cumpliré de todo corazón (34) guardaré tu ley siempre (44)Hablaré de tus testimonios delante de los reyes (46)me regocijaré en tus mandamientos (47)meditaré en tus estatutos (48)guardaré tus palabras (57)yo guardaré de todo corazón tus mandamientos (69)guardaré los testimonios de tu boca (88)yo consideraré tus testimonios (95)yo guardaré los mandamientos de mi Dios (115)me regocijaré siempre en tus estatutos (117)guardaré tus mandamientos (134)Y guardaré tus testimonios (146)Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son justicia. (172)¿Qué has hecho tú con la Palabra de Dios que tienes tan a mano? ¿Qué estás haciendo con este regalo precioso de Dios? ¿Qué harás con la revelación que Dios ha dejado a nuestro alcance? Te animo a tomarla diariamente y adentrarte en ella, para descubrir estas verdades compartidas en este salmo.
La Era del Reino es la Era de la Palabra En la Era del Reino, Dios usa la palabra para iniciar una nueva era, para cambiar los medios de Su obra, y para realizar la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra durante la Era de la Palabra. […]