Reflexiones diarias
Los dones espirituales esenciales son otorgados por Dios para cumplir con éxito y placer la misión de divulgar las buenas noticias de Cristo
Aferrarse a la fuerza que Dios da es el secreto para una vida victoriosa.
La familia es el círculo íntimo de personas que nos proporciona cariño, amor, felicidad y un lugar seguro para crecer.
La oración, más que una estrategia para lograr cosas, es el alimento de una relación de amor con Dios.
La Biblia es un libro antiguo con un mensaje actual e importante para cada persona.
El perdón puede parecer un método demasiado radical para curar relaciones heridas, pero es lo único que realmente funciona.
El arrepentimiento es una postura de sincera humildad delante de Dios, uno lamenta los errores del pasado y decide no cometerlos más.
El pecado necesita ser combatido y vencido porque, aun siendo un concepto pasado de moda, continúa creando serios conflictos.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Una mirada del servicio que se hacía en el Santuario Terrenal.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:4
El hogar debe ser un pequeño cielo en la tierra.
Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijé. Salmos 63:7
No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4
"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos." Juan 15:13
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. SALMOS 19:1
"La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe." Ramón de Campoamor
Vivimos en una época de intenso rechazo a las normas. No permitas que eso te aleje del propósito que Dios tiene para ti.
Tu familia es única; atrévete a encontrar la llave que abre el tesoro de las buenas relaciones en tu hogar. Ora, y sé inteligente.
"El afecto puro y santo no es un sentimiento, sino un principio. Los que son movidos por el amor verdadero no carece de juicio ni son ciegos" (Elena de White, El Hogar Cristiano, p. 41)
Cada uno de nosotros tiene las mismas 24 horas cada día. Úsalas con sabiduría, y ellas serán los ladrillos que construirán la persona que deseas ser.