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En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo dos hijos, uno de diecisiete años y el otro de dos años. El papá de mi primer hijo falleció, y éste ha crecido sin padre. El padre de mi segundo niño no quiere a su hijo.... Al enterarse él de que yo estaba embarazada, decidió volver a vivir con la familia que ya tenía.... »El bebé se me enfermó, y... me vi en la necesidad de volver a hablarle, y desde entonces ha depositado dinero para leche y pañales; pero no se interesa por el niño.... Me duele saber que, conforme pase el tiempo, el niño preguntará y me sentiré culpable por haberle dado un mal padre.... Creo que necesito [que Dios me dé sabiduría] para dirigir la vida de mi pequeñito.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »También nosotros lamentamos que su hijo menor, al igual que el mayor, va a tener que crecer sin padre. Le instamos a que busque un hombre conocido que le sirva de mentor. Normalmente puede ser un abuelo o un tío, pero en el caso suyo esperamos que pueda ser también su hijo mayor. »Es probable, porque es normal, que a la edad de diecisiete su hijo mayor esté interesado más que nada en sus amigos y en ser independiente. También sería normal si su hijo mayor piensa que el hermano menor es una molestia por ahora. Así que no trate de presionar a su hijo mayor a que haga lo que él no quiere hacer a estas alturas. Lo importante es que él va a seguir madurando y que, en cuestión de años, bien pudiera querer ser un modelo para el hermano menor. »Ciertos estudios han demostrado vez tras vez que a los niños varones que cuentan con una figura paterna que se interesa por ellos les va mejor en la escuela y en la vida. A medida que crezca su hijito, la animamos a que lo involucre en actividades en las que hay hombres que son entrenadores o maestros.... »Usted dice que se sentirá culpable por haberle dado un mal padre a su hijo. Ese sentido de culpabilidad no es necesariamente algo indeseable, sobre todo cuando nos motiva a hacer las cosas de un modo diferente. Esperamos que no vuelva nunca a tener intimidad física con un hombre que no sea su esposo. Cada vez que una mujer hace caso omiso del plan perfecto de Dios de que las relaciones sexuales deben practicarse exclusivamente dentro del matrimonio, esa mujer corre el riesgo de traer al mundo a otra criatura con un padre ausente. »Estamos de acuerdo en que usted necesita que Dios le dé sabiduría y la ayude a criar a su hijo. Pero Dios no es como Papá Noel, que simplemente les da regalos a quienes en realidad no conoce. Al contrario, Dios les da regalos a quienes han optado por formar parte de su familia divina. Y para formar parte de la familia de Dios, tenemos que acercarnos a Él en oración, pedirle perdón por nuestros pecados, y hacerle saber que queremos hacer las cosas a su manera en el futuro.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 731. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Antevíspera del Día del Padre en Uruguay) «Hasta hace cosa de un siglo... el padre era la autoridad suprema —escribe el columnista colombiano Daniel Samper Pizano en el periódico El Tiempo—. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, ésta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.... «Todo empezó a cambiar cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá —continúa Samper Pizano—. El mero sustantivo era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita.... Con el uso de “papá” el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre: »—¡Pero, papá, me parece el colmo que no me prestes el carro...! »A diferencia del padre, el papá era tolerante.... Los hijos empezaron a comer en la sala mirando el televisor, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a [hablar por] teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle al papá que no hiciera mala cara al insoportable novio.... »Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante [menoscabada].... Era, en fin, un tipo querido... a quien acudir en busca de consejo o plata prestada. »Y entonces vino papi. »... Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica. »—Papi, me llevo el carro. Dame para gasolina... »A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya al cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás.... A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la rasuradora eléctrica, el computador, las llaves... »Lo tutean, pero siempre en plan de regaño: »...—¡Papi, no me vuelvas a llamar “chiquita” delante de Jonathan! »Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi.... »No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme “bebé”.»1 Con razón que Samper Pizano suene esta alarma, aunque atenuada, eso sí, con su característico tono jocoso, y aunque se sobreentienda que estas formas de dirigirse al padre y la decadencia del respeto que le muestran sus hijos no se aplican a todos los países ni mucho menos a todas las familias. Es que, antes de 1940 —comenta el periodista colombiano— los hijos obedecían el mandamiento de honrar a los padres como si fuera reglamento de la Federación de Fútbol.2 Lo cierto es que a todos nos conviene tomar a pecho ese mandamiento, respetando y valorando a los maltratados papás y papis que hay en nuestras familias. De hacerlo así, redundará no sólo en beneficio de ellos sino también en beneficio nuestro, ya que es el único mandamiento en las Sagradas Escrituras que nos promete a quienes lo obedecemos que nos irá bien y que disfrutaremos de una larga vida.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Daniel Samper Pizano, «Padre, papá, papi: ¡Cómo era de bueno ser padre!», El Tiempo, Bogotá, 10 junio 2009 En línea 16 agosto 2018. 2 Ibíd. 3 Éx 20:12; Dt 5:16; Pr 1:8; 13:1; Mt 15:4; 19:19; Mr 7:10; 10:19; Lc 18:20; Ef 6:1-3
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace aproximadamente tres años, conocí a una mujer de la cual... me enamoré aun estando casado.... De por medio hay dos hijos míos con mi esposa, y la mujer, por su parte, tiene tres hijos.... Pasaron los años, y mantuvimos la relación a escondidas. »Yo intenté alejarme. Le recé todas las noches a Dios para que me ayudara y sacara de mi corazón ese amor que siento por ella. Pienso que mi fe se perdió porque no sucedió lo que con tanta fe le pedía. »Ella está actualmente enamorada de mí. Me pidió que no la alejara... y me está consumiendo [la culpa profunda que siento]...» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Afortunadamente para usted, su conciencia parece estar en magníficas condiciones. Le está tratando de advertir del peligro que le espera si continúa por el mismo rumbo. »Usted dice que ha perdido la fe porque Dios no ha hecho lo que le pide a Él cada noche en oración. No obstante, admite que un profundo sentimiento de culpa lo está consumiendo. Eso se debe a que usted sabe que lo que está haciendo no es lo correcto. Obviamente Dios le está hablando y dándole a conocer lo que debe hacer. Él está contestando sus oraciones por medio de su conciencia. »Sin embargo, le está pidiendo a Dios que le quite el amor que usted siente por la otra mujer. Para hacerlo, Dios tendría que quitarle el libre albedrío y obligarlo a que reemplace uno de esos sentimientos por otro. Eso es imposible porque Dios nunca nos obliga a hacer nada. No nos programó como robots para hacer lo que Él quiere. Al contrario, nos dio la libertad de elegir por nosotros mismos lo que vamos a hacer. »Algunas de las decisiones que Dios nos dio el poder de tomar por nuestra cuenta nos conducen por un rumbo errado, pero Él permanece a nuestro lado, hablándonos por medio de nuestra conciencia, advirtiéndonos y aconsejándonos que volvamos a tomar el rumbo correcto. »Al parecer, usted cree que el amor que siente por la otra mujer lo convierte en una víctima, incapaz de actuar por sí mismo, y que cree que Dios debe quitarle ese amor para que deje de ser víctima. Pero lo cierto es que ninguno de nosotros somos víctimas de nuestros sentimientos. »No se justifica que robemos pan porque sentimos que tenemos hambre, ni que atravesemos una pared con el puño porque nos sentimos enojados, ni que descarguemos nuestra frustración en todos los que nos rodean porque nos sentimos irritados. »Si usted quiere que su conciencia deje de remorderle, ponga manos a la obra. Sin importar cómo se siente, dígale a esa mujer que le está poniendo fin a la relación con ella y que usted va a serle fiel a su esposa. De ahora en adelante, invierta todo el tiempo y energía que ha estado gastando en la otra mujer para cultivar una mejor relación con su esposa y sus hijos.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 851. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En la ciudad de Lieja, en Bélgica, un policía detuvo a un niño que andaba solo por las calles, cabizbajo y sin rumbo. El agente dedujo que se trataba de un pequeño delincuente. —¿Qué haces aquí? —le preguntó. —Nada —contestó el niño con desgano. —¿Dónde vives? —En el infierno. Ante esa respuesta, el policía se sorprendió, pero continuó el interrogatorio. —¿Quién es tu padre? —El diablo —contestó el niño. —¡Vamos! ¿Qué estás diciendo, muchacho? ¿Y tu madre? —Ella es un demonio. El policía, creyendo aún más que el muchacho era un vago, le dijo que lo llevara a su casa. Así que el niño lo condujo por calles y avenidas que pasaban por sectores oscuros y sucios hasta que llegaron a una casa de mal aspecto. Desde afuera se podía oír que peleaban un hombre y una mujer. —¡Eres el diablo en persona! —gritaba la mujer. —¡Y tú —respondió el hombre— eres un demonio! ¡Este no es un hogar sino un infierno! El policía se apartó un poco con el niño. —¿Son tus padres? —preguntó. —Sí, lo son —contestó el niño—. Yo no tengo ni para qué llegar a mi casa. Odio a mis padres. Odio la casa. Odio todo este barrio. ¡No quiero estar aquí! Desde ese día en adelante, aquel policía ya no podría desentenderse de la triste situación en que vivía aquel muchacho porque ahora sabía por qué andaba solo por las calles. Pero el policía belga también sabía, como debiéramos saberlo nosotros, que escenas como esta se ven no sólo en los barrios pobres de nuestros pueblos sino también en los sectores ricos de nuestras metrópolis. Porque la violencia de palabra no es exclusiva de los indigentes, los desconocidos y los marginados de la sociedad. Es también patrimonio de los adinerados, los famosos y los poderosos de este mundo. Esto se debe a que todos tenemos la tendencia a hacer lo malo, y una de las cosas malas que hacemos es agredir de palabra a nuestros más allegados. Nos escudamos en que no maltratamos físicamente a nuestros seres queridos, lo que consideramos un daño mayor, para no tener que afrontar el mal que infligimos verbalmente, lo que consideramos un daño menor. El apóstol Santiago procura hacernos ver el tremendo daño que podemos causar con las palabras. Describe a la lengua como un fuego encendido por el infierno mismo, que a su vez prende fuego a todo el curso de la vida.1 Más vale que le demos a este mal la importancia que tiene. A fin de que nuestro hogar disfrute de la paz que nuestros hijos merecen, pidámosle a Dios que nos ayude a llevar a la práctica los proverbios de Salomón que dicen: «El sabio de corazón controla su boca.... el entendido refrena su lengua.»2 De hacerlo así, todos ganamos, pues como dice otro de sus proverbios: «El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias.»3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Stg 3:6 2 Pr 11:12; 16:23 3 Pr 21:23
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo un progenitor perverso que pretendía conmigo lo que se pretende con una mujer. Dios me salvó de sus garras, por lo que comencé a tener una relación espiritual con mi verdadero Padre que está en el cielo. Aun así, he querido guardar los mandamientos de honrar a los padres, pero en mi caso lo veo imposible. ¿Cómo se puede honrar a un hombre perverso cuando Dios aborrece la perversidad?» Este es el consejo que le dio mi esposa: »Estimada amiga: »Sentimos mucho que su padre biológico le haya causado ese trauma indescriptible. Para portarse de un modo tan perverso, los deseos patológicos y malvados que lo impulsaron fueron indudablemente más fuertes que el amor paternal por usted. Él permitió que esos deseos perversos lo impulsaran a actuar como pedófilo en lugar de actuar como padre. Y aunque no la abandonó físicamente, sí la abandonó emocionalmente. Él la engañó y la despojó de la inocencia. »En la mayoría de los casos, los pedófilos tienen más de una sola víctima. Por eso es sumamente importante que usted y su familia protejan a cualquier niña o niño con quien su padre pudiera tener contacto. A los nietos no se les debe dejar nunca solos en casa con él, ni siquiera si está presente la abuela. No se puede confiar en él, aun si dice que está arrepentido por lo que pretendió hacerle a usted. »Si descubre usted que hubo otras hermanas u otros hermanos, primas o primos suyos que fueron víctimas de abuso, entonces su padre cometió más de un delito y debe ser denunciado a las autoridades. Todos los países tienen sus propias leyes en cuanto a los detalles de las situaciones, pero la pedofilia es un acto ilegal en casi todo el mundo. Y quienes tratan de proteger a un pedófilo al mentir y encubrir lo que hizo son personas mal informadas, equivocadas y posiblemente culpables de negligencia penal. »Sin embargo, usted tiene razón acerca del diseño original de Dios para la familia. Los hijos deben honrar y respetar a los padres, aun después de que esos hijos han crecido, y aun si los padres no merecen la honra. Pero eso no quiere decir que los hijos adultos tengan la obligación de obedecer a sus padres, ni que deban ayudarles a cometer actos ilegales, inmorales o perjudiciales. Está bien que los hijos adultos no estén de acuerdo con sus padres, con tal de que eviten ser irrespetuosos con sus palabras y sus actitudes. »En el caso suyo, honrar a su padre pudiera significar tratarlo tan amablemente como a una persona desconocida. [De modo que] cuando tenga que hablar con él, hágalo con un tono normal y no con sarcasmo o irrespeto.» Para leer el resto del consejo que dio Linda, mi esposa, pulse la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego busque el Caso 850. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
El hombre se puso a recitar el padrenuestro: la oración modelo, la oración magistral, la oración cristiana por excelencia. «Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre...» Y las palabras que nos enseñó Jesucristo fluyeron como fluyen las notas del órgano por sus tubos vibrantes. Vez tras vez, a lo largo de setenta y dos interminables horas, David Nymann, montañero de Alaska, recitó esa oración reconfortante mientras vientos helados, de ciento treinta kilómetros por hora, azotaban el monte Johnson. Su amigo, James Sweeney, yacía a su lado, con ambas piernas quebradas, sin poder moverse. La muerte los acechaba a ambos, por frío y por hambre. Al fin un helicóptero los avistó y los rescató. La oración había sido, para ambos hombres, calor, agua y alimento durante tres días. Aun los hombres más rudos, cuando se ven en apuros, abren los labios para elevar una oración. Nymann y Sweeney, deportistas que querían escalar el monte Johnson de Alaska, sufrieron una caída. Sweeney se quebró ambas piernas; Nymann quedó muy golpeado. Ambos vieron acercarse la muerte. Pero la recitación constante del padrenuestro los mantuvo en vela, y la fuerza poderosa de la esperanza los ayudó a soportar la prueba. La oración es la única fuerza capaz de unir al hombre, en la tierra, con Dios, en el cielo. Cuando Jesús enseñó a orar a sus discípulos, les dijo: «Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo...”» (Mateo 6:9). Jesús enseñó que Dios es el Padre de toda la humanidad. Cuando sentimos que Dios es nuestro Padre, y cuando abrimos los labios en oración sincera, Dios el Padre acude en nuestra ayuda. Dios quiere ser el Padre de todos. ¿Por qué será, entonces, que tantas oraciones no son contestadas? Quizá sea porque no nos hemos relacionado previamente con Dios. Queremos su ayuda de un momento al otro sin haber establecido una amistad con Él. Dios quiere ayudarnos, pero para alcanzar su ayuda debemos estar en continuo contacto con Él. Establezcamos, pues, esa comunicación con nuestro Creador y Salvador. La primera oración que Él oye es: «¡Ten compasión de mí, que soy pecador!» (Lucas 18:13). Ese reconocimiento, más la súplica de perdón por nuestros pecados, establece el contacto. Démosle nuestra vida a Cristo, el divino Salvador. Él quiere ser nuestro Señor. Sometámonos a su señorío, y Él, con seguridad, escuchará nuestra oración. Hermano PabloUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «[Tengo treinta y ocho años, y acabo de terminar una relación sentimental de casi un año sin tener un hijo.] Yo quería tener al menos un hijo que fuera mi felicidad, y trabajar por él para darle todo lo que un niño necesita.... »Gracias a Dios, tengo un trabajo que me permite vivir cómodamente. Pero no pierdo la esperanza de encontrar una mujer que me permita brindarle todo mi amor y afecto y, de la misma manera, ser correspondido. Necesito un consejo porque... me siento muy solo.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Usted no dice por qué terminó la relación. Esperamos que haya aprendido algo que le ayude a mejorar sus noviazgos en el futuro. »¿Cómo era la comunicación entre usted y su exnovia? ¿Podía usted expresarle a ella sus sentimientos? ¿Contaba ella con un ambiente de comprensión para poder expresarle a usted sus propios sentimientos? Cuando había desacuerdos, ¿los resolvían sin decirse cosas desagradables? ¿Se tenían confianza mutua...? »Usted bien pudiera ser una persona con entereza de carácter e integridad, y su exnovia pudo haber sido precisamente la clase de mujer que usted busca. Pero si no pudieron resolver desacuerdos sin recurrir a insultos y comentarios hirientes, entonces tal vez esté en peligro de repetir esa conducta en un noviazgo futuro. Le recomendamos que acuda a un consejero profesional a fin de explorar maneras de mejorar sus habilidades en la comunicación. Eso lo ayudará a prepararse para otro noviazgo. »En cuanto a tener un hijo, le recomendamos que considere el ser un padre adoptivo. Es posible que usted sea el padre preciso que algún niño o algunos hermanitos están esperando tener. Nosotros adoptamos a una niña y a su hermano cuando tenían once y doce años respectivamente. No fue fácil para nosotros ni para ellos, pero en definitiva han proporcionado a nuestra familia el gozo que usted busca.... »Las Sagradas Escrituras dejan en claro que Dios se interesa mucho en los huérfanos de padre en este mundo. Él nos está llamando a cada uno a que pongamos de nuestra parte a favor de esos niños. No es nada extraño que muchas personas hagan donativos para ayudar a los niños necesitados durante la temporada de Navidad. Eso es muy bueno, pero éstos necesitan nuestra ayuda durante todo el año. »Hay muchas organizaciones benéficas que ayudan a tales niños a lo largo de cada año. Usted pudiera ofrecer sus servicios como voluntario en una de ellas. O pudiera ofrecer pasar tiempo periódicamente con los hijos de madres solteras de entre sus familiares, amigos y vecinos. Ya sea que ayude a niños a aprender a leer o a jugar fútbol, el amor y el interés que usted les muestre puede marcar una gran diferencia. No disfrutará del gozo que pudiera sentir a cambio sino hasta que se comprometa a ayudar a un niño necesitado.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 730. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
¡Hola, queridos suscriptores de Escuchando Documentales! Soy Iñaki, y con un nudo en el corazón os comparto que, tras más de 10 años y 3000 episodios explorando temas fascinantes de historia, ciencia, naturaleza, política y mucho más, Escuchando Documentales llega a su fin. A partir del 10 de julio, dejaré de publicar nuevos episodios, pero todos los audios seguirán disponibles para que podáis seguir disfrutándolos. ¡Quién sabe, quizás encontréis algún episodio que aún no habéis escuchado! Quiero daros un gracias inmenso a todos vosotros por acompañarme en esta aventura, especialmente a quienes habéis compartido vuestros comentarios y valoraciones, como los que han destacado lo útil e interesante que ha sido el podcast para aprender mientras hacéis vuestras tareas diarias. Vuestras palabras han sido el motor de este proyecto. Esto no es un adiós definitivo, sino un "hasta pronto". ¡Seguid explorando el mundo a través de los documentales! Con cariño, Iñaki Escuchando Documentales
(Día Mundial de los Deportes Acuáticos) Nació en Cuba en 1915, y tuvo una extraordinaria carrera en la natación internacional. Sin embargo, antes de su muerte en 1969, también en su tierra natal, Juan José Cortiñas sabía que en 1949 había fracasado dos veces al tratar de atravesar el Canal de la Mancha entre Francia e Inglaterra, y que el primero de julio de 1950 había fracasado en el intento de atravesar el Estrecho de la Florida desde Bahía Honda, en Pinar del Río, Cuba, hasta Cayo Hueso en los Estados Unidos para celebrar el Centenario de la Bandera Cubana. Pero gracias a Dios, también estaba consciente de sus grandes logros, pues su carrera fue tan sobresaliente que en 1967 fue incluido como el número 60 en la lista de los Nadadores de Honor del Salón de la Fama de Natación de Maratón Internacional, siendo hasta entonces el único cubano en recibir tal honor. En septiembre de 1949, sin traje de neopreno, Cortiñas completó una travesía de 14 kilómetros y medio en 10 horas y 45 minutos desde el Estrecho de Gibraltar en España hasta la Punta Almanza en la costa de Marruecos; y en octubre de 1953 fue el primero en nadar desde la costa de Los Ángeles, California, hasta la isla de Santa Catalina, ya que los catorce que lo habían logrado hasta esa fecha habían hecho la travesía en sentido contrario, desde la isla hasta el continente, incluso él mismo. Tal vez su hazaña más sensacional la realizó Cortiñas el 22 de agosto de 1955, en que nadó desde la isla de Alcatraz hasta la costa de San Francisco, California, en una hora y 14 minutos... ¡con las manos esposadas y los pies atados! Es que antes de saltar del bote junto a la isla de Alcatraz y comenzar a nadar hasta la costa californiana, los dos hombres que lo acompañaban en el bote le colocaron esposas en las muñecas y le amarraron las piernas por los tobillos. Una gran multitud y la prensa lo estaban esperando en el Muelle del Pescador en San Francisco, y cuando salió del agua, todos lo recibieron entre aplausos y vítores.1 Si bien consideramos una hazaña el nadar atado de pies y manos, y sobre todo el lograrla durante una larga travesía, debiéramos juzgar como una insensatez, y no como una proeza de la cual jactarnos, el vivir atado por las cadenas del pecado, y más aún durante toda la vida. A eso se refería Jesucristo cuando dijo que todo el que persista en el pecado es esclavo del pecado. Pero para los que recapacitamos y reconocemos que esa manera de vivir sólo nos acarrea problemas y conflictos con todo el mundo y con Dios, Cristo afirmó que si Él, siendo el Hijo de Dios, nos perdona nuestros pecados, entonces seremos verdaderamente libres.2 Gracias a Dios, para obtener ese perdón y esa libertad sólo hace falta que se lo pidamos, y así algún día los ángeles del cielo podrán aplaudir y vitorearnos al vernos llegar a la meta final.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Demetrio J. Pérez, «Juan José Cortiñas, un nadador cubano en aguas abiertas», Periódico Libre Online, Miami, Florida, 30 julio 2024 En línea 9 enero 2025; «Más curiosidades desconocidas: Juan José Cortiñas, el atleta cubano que nadó desde Alcatraz hasta San Francisco en una hora y 14 minutos – con las manos esposadas y los pies atados... en el año 1955», Nostalgia Cuba, 13 abril 2021 En línea 9 enero 2025. 2 Jn 8:34-36 3 Lc 15:10
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Me encuentro con mi esposa en proceso de restauración por una infidelidad que cometí con una colega de trabajo.... A la hora de elegir entre las dos, lo hice por mi esposa, y la otra chica[, por despecho,] le envió fotos y audios.... »Mi esposa y yo estamos casados por lo civil, somos padres de una niñita de siete años, y tenemos planes de casarnos por la iglesia.... Sin embargo, en estos días no puedo evitar sentirme perdido emocionalmente, muy nervioso por la decisión de casarme por la iglesia y sentir que extraño a la otra mujer.... Me imagino que, si la hubiera escogido a ella, estaría más tranquilo. ¿Qué es esto que siento, y cómo hago para vivir tranquilo?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Usted dice que se siente perdido y nervioso, y quisiera más bien sentirse tranquilo. Algunos estudios científicos recientes demuestran que los sentimientos, conocidos también como las emociones, se crean en el cerebro cuando los pensamientos, las experiencias pasadas y la cultura se entrelazan.1 Por eso, para cambiar esos sentimientos creados tenemos que cambiar las partes que los crean, es decir, cambiar nuestros pensamientos sobre nosotros mismos y sobre nuestras experiencias pasadas. »Según lo que usted dice, está pensando con frecuencia en la otra mujer y la relación que tiene con ella. Usted se imagina que estaría más tranquilo si la hubiera escogido a ella en lugar de su esposa y su hija. »Hasta que no deje de cuestionar esa decisión y de tener fantasías sobre esa otra mujer y la felicidad que ella le dio, no tendrá paz alguna. Mientras que no deje de convencerse de que está perdido sin ella, tendrá cada vez más dudas acerca de su matrimonio, y esas dudas impedirán que llegue a hallar la paz. »El matrimonio es un compromiso mutuo. Cuando usted y su esposa se casaron por lo civil, usted se estaba comprometiendo con ella. Aunque no se encontraban en una iglesia, el compromiso lo hicieron en la presencia de Dios, y ante Él usted tiene la responsabilidad de cumplir esas promesas. Su Hijo Jesucristo enseñó que nadie debe separar lo que Dios ha unido.2 »Sin embargo, al parecer usted cree que casarse por la iglesia tiene más validez que casarse por lo civil. Lo cierto es que la ceremonia religiosa es igual que la ceremonia civil tanto legal como moralmente. De cualquier manera, el hombre y la mujer quedan cabalmente casados. La ceremonia en una iglesia añade una bendición formal, pero no hace que la pareja esté más casada que lo que estaba por lo civil. De modo que aun si usted y su esposa nunca llegaran a casarse por la iglesia, no dejarán de ser completamente responsables delante de Dios por el compromiso que ya hicieron.» Para leer el resto del consejo que dio Linda, mi esposa, pulse la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego busque el Caso 849. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Lisa Feldman Barrett, How Emotions are Made: The Secret Life of the Brain [Cómo se crean las emociones: La vida secreta del cerebro] (New York: Houghton Mifflin Harcourt, 2017). 2 Mt 19:6
Era una noche de invierno del año 1820 en la ciudad de Londres. Un hombre mal vestido, evidentemente pobre, entró temblando de frío en una tienda que compraba y vendía violines. Debajo del brazo llevaba un bulto. El dueño de la tienda, Arthur Betts, le preguntó: —¿En qué puedo servirle, señor? —Me estoy muriendo de hambre —le contestó el hombre—. ¿Cuánto me ofrece por este viejo violín? Betts tenía ya varios violines viejos, pero por ayudar al hombre hambriento pagó por el violín una guinea, que era una antigua moneda inglesa equivalente a veintiún chelines, es decir, poco más que una libra esterlina. El hombre tomó la moneda de oro y se perdió en las sombras de la noche. Arthur Betts, que era músico y fabricante de violines, tomó el arco y lo pasó sobre las cuerdas del viejo violín. El resultado fue un tono maravilloso que despertó su curiosidad. Así que iluminó con una vela la parte interior del violín y vio allí grabado en la madera el célebre nombre italiano «Antonio Stradivari». Junto al nombre aparecía la fecha «1704». Tan pronto como comprobó que éste era el famoso violín Stradivarius que habían buscado en toda Europa durante los últimos cien años, Betts salió corriendo por la puerta en busca del vendedor, pero el hombre se había esfumado. Posteriormente Betts vendió el violín por quinientas libras, y después de varios intercambios de dueños, en 1886 se vendió por mil doscientas libras, mil veces más del valor que le dio Betts inicialmente. Hay muchas historias de violines perdidos que fueron comprados por irrisorias sumas de dinero, pero esta, al parecer, es la única historia basada en documentos que atestiguan su veracidad. Lo que tiene en común con esas otras historias menos fidedignas es que el dueño no tenía idea del verdadero valor de lo que poseía. Es posible que esta sea una fiel representación de la vida de muchos de los que nos consideramos cristianos. En medio del frío y del hambre espiritual que nos azota, tenemos a nuestra disposición algo muy valioso, lo suficiente como para sacarnos de esa pobreza. Sin embargo, ni se nos ocurre que tenga tanto valor. Al contrario, ese algo no representa más para nosotros que una cura temporal para aliviar nuestras penas. Así que lo menospreciamos, como si lo estuviéramos vendiendo por una monedita, y seguimos padeciendo de hambre y de frío. A pesar de que nos hace falta, no nos valemos de él por no reconocer su valor. No obstante, cada uno de nosotros puede llevar consigo ese tesoro que basta para satisfacer todo lo que jamás pudiera necesitar. Se trata del Señor Jesucristo, el único tesoro que es más que suficiente para sacarnos de la pobreza y la miseria espiritual. Lo cierto es que Cristo no sólo basta para todo, sino que lo es todo. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Aniversario de la Declaratoria de Independencia Absoluta Centroamericana) Luego de la abdicación de Agustín de Iturbide en México, volvieron a reunirse en el palacio de la capital de Guatemala los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente centroamericana, es decir, los representantes de los pueblos que ocupaban el territorio que hoy abarcan Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Después de examinar el Acta de Independencia que firmaron allí mismo el 15 de septiembre de 1821 junto con los demás documentos afines posteriores, firmaron una nueva «Declaratoria de Independencia Absoluta y Definitiva» el primero de julio de 1823 en la que ponían de manifiesto lo siguiente: «Tomando en consideración: »Que la independencia del Gobierno Español ha sido y es necesaria en las circunstancias de aquella Nación y las de toda la América: que era y es justa en sí misma y esencialmente conforme a los derechos sagrados de la naturaleza.... »Que la experiencia de más de trescientos años manifestó a la América que su felicidad era del todo incompatible con la nulidad a que la reducía la triste condición de colonia de una pequeña parte de Europa. »Que la arbitrariedad con que fue gobernada por la Nación Española, y la conducta que ésta observó constantemente desde la conquista, excitaron en los pueblos el más ardiente deseo de recobrar sus derechos usurpados. »Que, a impulsos de tan justos sentimientos, todas las Provincias de América sacudieron el yugo que las oprimió por espacio de tres siglos: que las que pueblan el antiguo Reino de Guatemala proclamaron gloriosamente su independencia en los últimos meses del año de 1821; y que la resolución de conservarla y sostenerla es el voto general y uniforme de todos sus habitantes.... »Nosotros, por tanto,... declaramos solemnemente: »Que las expresadas Provincias, representadas en esta Asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de México y de cualquiera otra potencia, así del Antiguo como del Nuevo Mundo; y que no son ni deben ser el patrimonio de persona ni de familia alguna. »[Que] en consecuencia, son y forman Nación Soberana, con derechos y aptitudes de ejercer y celebrar cuantos actos, contratos y funciones ejercen y celebran los otros pueblos libres de la tierra. »Que... se llamarán por ahora, sin prejuicio de lo que se resuelva en la Constitución que ha de formarse, “PROVINCIAS UNIDAS DEL CENTRO DE AMÉRICA”.» »Y mandamos que esta declaratoria... se comunique a las Provincias de León, Granada, Costa Rica y Chiapas; [como]... también a los Gobiernos de España, México y de todos los demás Estados independientes de ambas Américas.»1 Ahora a los habitantes de esas cinco naciones centroamericanas solamente les queda seguir el consejo de San Pablo, quien reconoció que Dios, que los creó con libre albedrío, siempre quiso que fueran libres. «Ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones —advirtió el sufrido apóstol—. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros.»2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Sarbelio Navarrete, La verdadera fecha de nuestra independencia (San Salvador: Corte Suprema de Justicia, 1996) En línea 10 febrero 2009. 2 Gá 5:13-15
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «El dolor traspasa mi corazón como un cuchillo. Me casé en el año 1987, y al poco tiempo quedé embarazada y tomé la horrible decisión de abortar. Crecí en una familia violenta en la que mis padres se peleaban y se pegaban todo el tiempo. Mi mamá siempre me dijo que, desde que yo nací, ella se empezó a llevar mal con mi padre, y que los hijos arruinaban el matrimonio.... Ni bien salí del lugar donde me practiqué el aborto, me sentí sucia, una basura; nunca más volví a ser la misma.... Siempre recuerdo lo que hice, y me llena de tristeza.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Si bien la culpa de lo que usted hizo no le corresponde a su mamá, lo que ella le dijo le hizo mucho daño a usted durante su infancia y su vida adulta. Su mamá hizo que usted se sintiera culpable de los problemas matrimoniales que tenía ella, y le dio a entender que la vida de ella habría sido mejor si usted no hubiera nacido. Ese tipo de declaración tiene el poder de infligir en un niño un daño emocional tan grave que dura muchos años o hasta toda la vida. »Los padres que culpan a sus hijos por sus propios problemas tienen poca visión de futuro y son inmaduros, egoístas y crueles.... Al parecer no tienen idea de que con eso los están maltratando. Tales padres se encuentran tan centrados en sus propios deseos y necesidades que sus hijos se vuelven las inocentes víctimas que sufren las consecuencias emocionales y terminan con una idea tergiversada de lo que son la realidad y su propia identidad. Eso afecta gravemente la capacidad que tienen de tomar buenas decisiones. De modo que el hijo con frecuencia oye mentalmente la condenación del padre por el resto de su vida. Y la hija oye las palabras acusadoras de la madre, tal como las oye usted. »Usted tomó la horrible decisión de abortar a su criatura. Sin embargo, usted ha aceptado la responsabilidad de su conducta, aunque da a entender que sin duda influyeron en esa decisión los mensajes negativos que oyó de labios de su mamá. La culpa que siente se agudiza por la profunda tristeza de haber perdido a un hijo, del cual no tiene fotos ni recuerdos que le sirvan de consuelo. Ni siquiera puede hablar con otros acerca de esa pérdida, ya que desconocen su secreto. Más bien, usted llora en silencio y se pregunta constantemente cómo habría sido si a él o a ella se le hubiera dado la oportunidad de vivir.... »El perdón es un regalo de Dios, pero usted tiene que aceptarlo. Jesucristo murió a fin de pagar por lo que usted hizo. Él recibió el castigo del pecado que usted cometió para que usted recibiera el perdón.1 Así que pídale perdón a Dios, acéptelo, y luego perdónese a sí misma. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 127». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Ro 5:8
Entrevista a Iris Jordán. En este episodio de Se me Antoja,hablamos con Iris sobre la historia familiar detrás de Ansils, el valor de trabajar desde un entorno rural, la fuerza del paisaje como guía creativa, y la huella que deja la pérdida de un padre. Una conversación sincera sobre cocina, identidad y emoción en el Pirineo.Powered by Kitchen Consult.
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Necesito ayuda, pues no sé cómo encontrar a Dios de nuevo. Siempre he conocido de Dios, pero debido a muchas situaciones que han pasado en mi vida, me he apartado. Ahora siento que he perdido mi espiritualidad. Oro y no siento lo mismo que antes. Es como si no me conectara con Dios. Antes era muy fácil, y me llenaba de paz. Pero ahora es como si Dios ya no quisiera saber de mí. He tenido ansiedad y depresión, y siento que no hay respuesta para mí.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Lamentamos que se sienta tan sola y perdida, pero le tenemos muy buenas noticias: ¡Dios no la ha abandonado! Lo cierto es que Él “está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad.”1 Esas palabras del Rey David implican que quienes invocan a Dios pueden estar haciéndolo de verdad o con falsedad. »¿Qué querrá decir invocar a Dios con falsedad? Pongámoslo en el contexto de comunicarse con una amistad cercana. Si usted llama a una amistad cercana y le pide que le preste dinero para comprar comida para sus hijos, pero tiene más bien la intención de gastarlo comprando un collar de oro, con eso está llamando con falsedad a esa amistad. O si le dice a esa amistad que ella es su mejor amiga, pero usted solamente la llama cuando necesita ayuda, entonces la está llamando con falsedad. O si la amiga ha tratado de ayudarla a sobreponerse a la adicción al alcohol, pero usted no deja de engañarla al ocultarle su consumo de alcohol, entonces nuevamente la está llamando con falsedad. »Una de las diferencias entre su amiga y Dios es que a Dios no se le puede engañar. Él sabe lo que de veras estamos pensando, así como lo que de veras nos está motivando. Quienes invocan a Dios con falsedad no lo están engañando a Él, sino que se están engañando a sí mismos. Creen que, como Dios es amor, Él tiene la obligación de darles cualquier cosa que le pidan. Y creen que, si Dios se niega a hacerlo, es porque no está interesado en ellos y los ha abandonado. »Nosotros no tenemos ninguna manera de saber si usted ha estado invocando a Dios con falsedad o de verdad. Así que hágase estas preguntas: ¿Me estoy esforzando al máximo por basar mis hechos y mi actitud en los principios de la Palabra de Dios (la Biblia)? ¿Hay algo que estoy tratando de ocultarle a Dios? ¿Me comunico con Dios con regularidad, o sólo oro cuando hay algo que deseo? ¿Qué estoy haciendo para llegar a conocer mejor a Dios? »Usted menciona que ha tenido ansiedad y depresión. Lamentablemente, esas condiciones pueden ofuscar sus pensamientos y desviar sus sentimientos. En otras palabras, es posible que Dios esté muy cerca de usted, pero la ansiedad y la depresión están impidiendo que sienta su presencia divina. Le rogamos que haga una cita con su médica y que le pida que la evalúe para recibir servicios de salud mental.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 729. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Sal 145:18 (CST)
Abra sus oídos espirituales y esté atento a lo que el Señor le dice en medio de las grandes pruebas.
(Antevíspera del Aniversario de la Muerte de José Olaya) Si bien el 28 de julio de 1821 se proclamó la independencia del Perú en la Plaza de Armas de Lima, las fuerzas españolas no se retiraron hasta ser derrotadas en Junín y Ayacucho en 1824. En ese intervalo ocuparon gran parte del territorio peruano bajo el mando del virrey La Serna, mientras que el ejército libertador sólo ocupaba los departamentos del norte y del centro. Incapaces de ofrecer resistencia a las tropas españolas, los patriotas sufrieron serios reveses en las Batallas de Torata y Moquegua a fines de enero de 1823. El 19 de junio el ejército español, aprovechando que aún no habían llegado las tropas al mando de Simón Bolívar, volvió a apoderarse de la ciudad de Lima, no sin antes obligar la retirada del gobierno peruano independentista, junto con el Congreso, que se refugiaron en los castillos del Real Felipe en el Callao. Ya desde 1820 un humilde pescador de San Pedro de los Chorrillos, José Olaya Balandra, había servido a la patria llevando a la escuadra libertadora correspondencia de los patriotas de Lima. Así que no era de extrañarse que en junio de 1823 Olaya volviera a ofrecerse para llevar, desde el centro de Lima, mensajes que comunicaran los movimientos del ejército español al mariscal Sucre, que se hallaba en el Callao. Pero lo extraordinario del caso es la forma en que Olaya entregaría esos mensajes: cruzando a nado, una y otra vez, el trecho entre Chorrillos y el Callao. El 27 de junio el gobernador español en Lima, don Ramón Rodil, enterado de los movimientos de Olaya, mandó detenerlo. Una vez que condujeron a Olaya a Palacio, lo torturaron por negarse a revelar los nombres de los patriotas que remitían las cartas. Primero le aplicaron doscientos palos de castigo, luego le arrancaron las uñas de las manos, y finalmente lo colgaron de los pulgares y lo atormentaron con las llaves de un fusil. Pero todo ese martirio fue en vano: no confesó nada. Dicen que, al comunicársele su sentencia de muerte por fusilamiento, Olaya respondió: «Si tuviera mil vidas, todas ellas las daría por mi patria.» El 29 de junio de 1823 condujeron a José Olaya a la Plaza de Armas para ser ejecutado. La pena se cumplió a las once de la mañana en el Callejón de Petateros, actualmente el Pasaje Olaya, ubicado al costado de la plaza.1 Vale la pena notar que la inmolación de José Olaya, héroe de la historia peruana, se parece en varios aspectos a la de Jesucristo, Héroe de la historia universal. Pues Jesucristo se hizo hombre y murió ejecutado, colgado en una cruz como un vil criminal, pero no sin antes sufrir el martirio de golpes, azotes y espinas. «Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca —profetizó Isaías—; como cordero, fue llevado al matadero.»2 No tenía mil vidas que dar, pero la que dio valía por millares de millares, pues era la vida del unigénito Hijo de Dios entregada por todos los seres humanos. Y la dio por la promesa de una patria libre: la patria celestial que no tiene igual. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 ADONDE.COM: BUSCADOR PERUANO, «José Olaya (1782‑1823)», En Línea 3 nov. 2003; Calendario Cívico Escolar, Mes de junio, 29 de junio, «Día del heroico sacrificio del mártir José Olaya Balandra» En línea 3 nov. 2003. 2 Is 53:7
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace aproximadamente seis años conocí a una mujer... y terminé embarazándola.... De ahí para adelante, todo ha sido una tormenta para mí.... No sé qué hacer. Pienso que el dejarla es la mejor opción. »Ahora mi hija tiene cinco años, y me duele abandonarla, pero sé cómo es su mamá, y estoy seguro de que no me la pondrá fácil. Siempre está molesta, no me habla por días.... No tengo el valor de abandonar a mi hija, pero es difícil construir un futuro a su lado en esta relación.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Cuando pasamos tiempos difíciles, es contraproducente tratar de imaginar el futuro. Ya que el presente viene antes del futuro, lo que más le conviene es concentrarse en el presente, es decir, en el hoy y tal vez en el mañana. Jesucristo mismo dijo: “No se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.”1 Así que siga el consejo de Cristo y concéntrese en cómo hacer que el día de hoy sea mejor.... »Hay mucho que no sabemos acerca del futuro de su hija, pero lo que sí podemos asegurar es que será una niña muy diferente si su padre decide quedarse en casa en lugar de abandonarla. Muchos estudios han demostrado que las niñas sin padre en el hogar corren un mayor riesgo de problemas en la escuela, de consumo de drogas y de quedar embarazadas en la adolescencia.2 A veces tienen que afrontar las consecuencias del abandono por el resto de su vida. »Considere esta analogía: Hay casos verídicos de muchos hombres que han buscado algún tesoro, con frecuencia asumiendo un enorme riesgo personal y económico. Con tan solo una pequeña parte de un mapa o el rumor de hallar oro lo han arriesgado todo por la mínima posibilidad de encontrar ese tesoro. En cambio, ¡usted ya tiene un tesoro en sus brazos! No tiene que ir en busca del tal tesoro ni arriesgar nada para encontrarlo. Su preciosa hijita es el tesoro por el que vale la pena que usted dé su vida misma. »Tendrá que ejercer determinación y dominio propio para cambiar su enfoque de modo que ya no se trate de lo que necesita usted sino de lo que necesita su hija. Usted ha cometido errores en el pasado, pero no por eso debe seguir tomando malas decisiones. Tiene un Padre Celestial que lo ama y quiere ayudarle a cambiar su vida. Él está dispuesto a perdonarlo por todas las maneras en que le ha fallado, y a darle sabiduría y fuerza para hacer lo correcto hoy, y luego para seguir adelante día tras día. Hable con Él en oración hoy mismo, pidiéndole perdón y su ayuda divina.»3 Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 848. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mt 6:34 2 National Fatherhood Initiative [Iniciativa Nacional sobre la Paternidad], «La crisis por la ausencia del padre en Estados Unidos» 2022 En línea 24 noviembre 2024. 3 1Jn 1:9
Había en cierta granja un mulo viejo que dio un paso en falso y fue a dar al fondo de un pozo. El pobre campesino, que era su dueño, oyó el desesperado y resonante rebuzno y se acercó al pozo. Sintió lástima de su mulo, pero después de pensarlo bien, decidió que no valía la pena tratar de salvar ni el mulo ni el pozo. Así que llamó a sus vecinos, les contó lo sucedido y les pidió que le ayudaran a llenar de tierra el pozo. De ese modo el pozo serviría por lo menos como tumba, y el mulo no sufriría más. Cuando comenzaron a lloverle los primeros montones de tierra, el mulo casi se muere del susto. Pero al sentir el golpe de la cuarta y la quinta palada, se le ocurrió una idea. Cayó en la cuenta de que cada vez que le caía encima un montón de tierra, debía quitársela de encima sacudiéndose, y dar un paso hacia arriba, pisoteando la tierra que caía. En efecto, eso es lo que hizo, golpe tras golpe, palada tras palada, montón tras montón. «¡Sacúdete y sube! ¡Sacúdete y sube! ¡Sacúdete y sube!», se repetía en voz alta para no perder el ánimo. Aguantó el dolor de los golpes de la tierra que caía y sofocó la angustia que sentía, y así, sacudiéndose y subiendo, venció el pánico que lo invadía. Después de mucho sacudirse y pisotear, y ante el asombro general, el viejo mulo, exhausto y maltratado, dio el último paso hacia arriba, por encima de la orilla del pozo, ¡y pisoteó triunfante la tierra firme del campo! Lo que pudo haberlo enterrado, a la postre lo desenterró. Había logrado convertir en bendición esa segura maldición, y todo porque supo enfrentarse a la adversidad. He aquí la moraleja en verso: Si al fondo llegas, y te echan tierra, en lugar de desesperarte, ¡anímate, mira hacia arriba y usa la tierra para desenterrarte! Esta simpática fábula ilustra el siguiente refrán: «Nadar río abajo no cuesta trabajo; nadar río arriba: ¡eso sí que cuesta fatiga!»1 Pensémoslo bien. Si con la sola fuerza de voluntad somos capaces de nadar contra la corriente, ¿cuánto más podremos hacer en tiempos de angustia si acudimos a Dios? Con el Señor a nuestro lado, podemos vencer los obstáculos más imponentes de la vida. Esa fue precisamente la conclusión a la que llegó David cuando el Señor lo libró del rey Saúl y de todos sus enemigos. De ahí que el salmista de Israel le dedicara al Señor los siguientes versos: Me enredaron los lazos del sepulcro, y me encontré ante las trampas de la muerte. En mi angustia... clamé a mi Dios, y... ¡mi clamor llegó a sus oídos!... Me sacó a un amplio espacio; ... contigo, Dios mío, podré asaltar murallas.2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Refranero general ideológico español, compilado por Luis Martínez Kleiser (Madrid: Editorial Hernando, 1989), p. 198. 2 Sal 18:5,6,19,29
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Mi esposo se fue con otra mujer, a la que ya dejó porque lo engañó. Luché muchísimo por la sanación de nuestro matrimonio porque lo amo y porque nuestro hijo nos reclama [a los dos] juntos, pero [mi esposo] sólo me rechaza. Mi hijo lo necesita, [pero] yo no puedo hacer que su papá vuelva a casa. Ambos se necesitan, y yo... quiero morirme. Ellos podrían estar juntos si desapareciera yo, que soy quien los separa. »Dios sabe cuánto luché y lo cansada que estoy. [Por eso] sé que no va a juzgarme.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »¡Lamentamos mucho la situación en que usted se encuentra! El dolor emocional que sufre es intenso, y necesita consuelo y apoyo de parte de quienes la aman.... Haga lo posible por encontrar hoy mismo a una persona que la estime, y pídale su ayuda. »La gran angustia que está sintiendo le impide pensar con claridad. Su esposo la ha dejado, y ha dejado así mismo a otra mujer. ¿Acaso no pudiera algún día abandonar también a su hijo? ... ¿Qué tal si él decidiera que... otra mujer es más importante que el niño? ¿Quién cuidaría a su hijo en ese caso, siendo que usted habría “desaparecido”? ¡Es muy importante que usted reconozca lo mucho que su hijo la necesita! ¡No se le ocurra quitarse la vida! Si los pensamientos de suicidio persisten, le rogamos que consulte con un médico de inmediato y le diga lo que usted ha estado pensando.... »Usted dice que Dios no la juzgaría por suicidarse debido al esfuerzo que ha hecho por hacer lo correcto. Muchos creen, como usted, que se ganarán el favor de Dios y la entrada al cielo con su conducta positiva, su trabajo esforzado y sus decisiones acertadas. Creen que Dios comparará lo bueno con lo malo que hayan hecho. Como lo bueno tendrá más peso que lo malo, están convencidos de que Dios pasará por alto lo malo y no los juzgará por eso. »Esa lógica parece razonable, pero no es lo que enseña la Biblia acerca del perdón de Dios. El apóstol Pablo enseñó que “todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”.1 Y también enseñó que “la paga del pecado es muerte”.2 Ya que el castigo por cualquier pecado, sea cual sea, es la muerte eterna, y que todos hemos pecado, entonces es lógico deducir que todos merecemos el castigo de la muerte a causa de nuestros pecados, no obstante todo el bien que hayamos hecho. »Pero esa es sólo una parte de la historia. La parte mejor es que Dios nos amó tanto que dispuso que su propio Hijo pagara el castigo de nuestro pecado, para que nosotros no tuviéramos que pagarlo. Jesucristo murió por todos los pecados que usted y que nosotros hemos cometido. »Sin embargo, tenemos que aceptar lo que hizo Cristo por nosotros. En oración, podemos pedirle a Dios que perdone nuestros pecados y que acepte la muerte de su Hijo en la cruz como la paga por todo lo malo que hayamos hecho. De hacerlo así, Dios nos perdonará, no por lo bueno que hayamos hecho, sino por la muerte de Cristo en nuestro lugar. »Recuerde que Dios la ama mucho y que su hijo la necesita, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace que dice: «Caso 126» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Ro 3:23 2 Ro 6:23
Eran dos montones de basura. Dos montones de sufrimiento. Dos montones de fracaso. Dos montones de abandono. Él se llamaba Juan Bojorque, y tenía sesenta y un años de edad. Ella, Sandy Estrada, y tenía cincuenta y uno. Ambos vivían en los basureros de una de las capitales del mundo. Desocupados los dos, marginados los dos, sin recursos los dos, se juntaron para calentarse una noche de frío, y allí nació el amor; porque el amor puede nacer en cualquier parte, incluso en un basurero. Unos meses después, el clérigo Lorenzo Martín los unió en matrimonio. «El amor es como un lirio —expresó el sacerdote—. Puede nacer aun en el fango.» Caso interesante. Dos personas, arrojadas a los basureros por los fracasos de la vida, sin dinero, sin empleo, sin esperanza, se conocen una noche de intenso frío. Con sólo mirarse a los ojos ya saben que, para siempre, serán el uno para el otro. Y al fin se casan, delante de Dios y de la ley. Seguirán, quizá, sufriendo las desventuras de la vida, pero como marido y mujer. El amor no siempre nace en lujosos salones, bailando valses vieneses y bebiendo champaña francesa. Es interesante que el proverbista Salomón ya había previsto el hecho de que la pobreza no es obstáculo para amarse. He aquí sus palabras: «Más vale comer verduras sazonadas con amor que un festín de carne sazonada con odio» (Proverbios 15:17). Juan Bojorque y Sandy Estrada tal vez siguieran comiendo las legumbres marchitas que encontraran en los desperdicios de los restaurantes, pero se amaban, y por eso les sabría como faisán al horno. El amor es la esencia de la vida. Desgraciadamente el amor bueno e inmutable ha perdido su lugar en una sociedad donde la lascivia y la lujuria predominan. Pero no ha perdido, ni puede nunca perder, su refulgencia y su gloria, precisamente por su carácter íntegro, puro y santo. Amor así no viene por sí solo. Hay que cultivarlo y hay que sustentarlo. Pero ese es el amor que une profundamente al hombre y a la mujer, que dignifica el matrimonio y que honra a Dios. Es también el amor que sobrelleva la enfermedad, que soporta la pobreza y que sobrevive toda tempestad. A todo esposo y a toda esposa les conviene vivir esa clase de amor. Dios quiere que el amor de toda pareja sea así, y Él desea, intensamente, dárselo a cada una. Él hará que su matrimonio sea uno de armonía y permanencia, y transformará su unión en remanso de paz. Pero los dos cónyuges, juntos, tienen que desearlo y pedirlo. Más vale que lo hagan hoy mismo. Hermano PabloUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
¿Sientes que estás cargando con demasiado? ¿Te cuesta encontrar claridad en medio de la incertidumbre? Este episodio del Chabo101 Show es un mensaje directo y honesto para todos mis hermanos y hermanas latinos que están atravesando momentos difíciles.
¿Te consideras una persona que ora? Para muchos, la oración es ese grito desesperado cuando todo se está desmoronando. Pero ¿y si las oraciones más poderosas no se trataran de nosotros? Descubramos juntos una manera en la que nuestras oraciones sean más valientes.
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Mi esposa es muy vanidosa. Se la pasa publicando fotos de ella en las redes sociales, y a mí no me gusta. Obviamente recibe muchos “Me gusta” de hombres amigos de ella, y la verdad es que no sé qué hacer. ¿Me pueden dar un consejo?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Al parecer, usted piensa que su esposa está buscando la atención de otros hombres... [y] cree que ella publica esas fotos porque es vanidosa, pero nosotros creemos que hay otras explicaciones posibles. »Las redes sociales son un foro de interacción relativamente nuevo, pero ya hay muchas teorías que intentan clasificar a sus diferentes tipos de usuarios (sin incluir a los usuarios comerciales y los que anuncian productos). Hay además estudios diseñados para descubrir si hay una correlación entre ciertos comportamientos y tipos o trastornos de la personalidad de los usuarios en las redes sociales. »Se ha especulado que el narcisismo puede identificarse conforme a los tipos de selfies que la persona publica. ¿Son selfies de ella misma principalmente, o son más que nada de ella como parte de un grupo? Es posible que los narcisistas, que desean ser el centro de atención, sean propensos a publicar más selfies solos que formando parte de un grupo. »Si bien el deseo de acaparar la atención puede ser causado por el ensimismamiento y la vanidad,1 también puede resultar de la inseguridad y la ansiedad. Los que están muy interesados en el número de seguidores que tienen y en cuántos “Me gusta” reciben tal vez dependan de esos números para evitar sentir que están solos y que nadie los quiere. »... Lo que más le conviene a usted es ser quien [estimula a su esposa] de manera positiva. Dígale que le gusta su peinado o que le encanta su mirada. Ayúdela a sentirse segura en el amor que le muestra y en la relación que tiene con ella. Demuéstrele con palabras y con los hechos lo mucho que la valora. »Ofrezca sacar fotos de su esposa, tanto con usted como con otras personas. Asegúrese de que ella siempre tenga a mano una buena cantidad de nuevas fotos que incluyan a otros. »Quien depende de la belleza física para atraer la atención y admiración tendrá que afrontar, tarde o temprano, el paso del tiempo. Es que el tiempo pasa y con frecuencia la belleza se pierde. Hay un proverbio bíblico muy conocido que dice así: “Los encantos pueden engañar y la belleza no dura, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza.”2 En otras palabras, el honrar a Dios y ver la vida desde el punto de vista de Él es lo que de veras hace hermosa a una mujer, aunque sea anciana y tenga arrugas. »A su esposa le hace falta que usted perciba y admire su belleza interna. Cuando observe que ella está siendo amable o generosa, dígaselo. Ayúdela a enfocarse en sus propias cualidades internas y no tanto en su belleza externa.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 728. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Aleksandra Atanasova, “How to Spot a Narcissist on Social Media [Cómo saber identificar a un narcisista en las redes sociales],” Social Media Today [Las redes sociales hoy], 26 noviembre 2016 En línea 24 abril 2022. 2 Pr 31:30 (NBV)
(Día Internacional del Refugiado) En el año 1916, en medio de la Primera Guerra Mundial, Juan Ramón Jiménez viajó por tierra y mar desde Madrid hasta Nueva York para casarse con la escritora y lingüista Zenobia Camprubí Aymar, que provenía de una acomodada familia catalano-puertorriqueña. La crónica de su viaje transatlántico la plasma en un diario íntimo que llega a ser una de sus obras más reconocidas por su audacia literaria, titulada: Diario de un poeta recién casado. Se divide en seis partes, en las que el autor documenta sus impresiones cotidianas al viajar desde Madrid hasta su pueblo natal de Moguer en la provincia de Huelva, y luego a Cádiz; desde Cádiz hasta Nueva York (donde se casa el 2 de marzo, y donde pasa buena parte de su residencia en los Estados Unidos entre enero y julio); y luego desde Nueva York de regreso a Madrid vía Cádiz y Moguer. El 20 de junio Juan Ramón y Zenobia desembarcan en Cádiz, donde comienza la quinta parte del diario, titulada «España». «¡Patria y alma! —exclama el poeta—. / Una abriga a la otra... / de la cuna a la muerte. / ... Ahora que el cuerpo entró en su patria, / el alma se le entra. / ¡Así, bien lleno! ¡Así, todo completo! / ¡Con mi alma, en mi patria!» Los recién casados visitan el colegio de San Luis Gonzaga en el Puerto de Santa María donde estudió Juan Ramón, y luego van a Moguer. Como es de esperar, allí la familia los recibe con cariño y con regalos de bodas. El 30 de junio, durante el retorno a Sevilla con destino a Madrid, el poeta le dedica a su madre los siguientes versos: ¡Qué bien le viene al corazón su primer nido! ¡Con qué alegre ilusión torna siempre volando a él; con qué descuido se echa en su fresca ramazón, rodeado de fe, de paz, de olvido! ... ¡Y con qué desazón vuelve a dejarlo, pobre y desvalido! ¡Parece que, en un trueque de pasión, el corazón se trae, roto, el nido, [y] se queda en el nido, roto, el corazón!1 Veinte años después, celebrado ya su Aniversario de Porcelana, la guerra civil de 1936 sorprendió a Juan Ramón y a Zenobia en Madrid, desde donde lograron volver a marcharse a América. Exiliado voluntario, en 1958 el poeta, ahora Premio Nobel español, murió en la isla de Puerto Rico sin haber querido volver a su patria, también roto el corazón por el fallecimiento de su esposa un año y medio antes que él.2 Quiera Dios que quienes añoramos nuestra patria desde lejos, al recordar nuestro primer nido determinemos más bien ocupar para siempre el glorioso nido que Jesucristo fue a preparar para los que nos hagamos ciudadanos de la patria celestial. Así podremos decir junto con los salmistas de Israel: ¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida. Mi Dios y rey, Dios del universo, cerca de tu altar gorriones y golondrinas hallan lugar para sus nidos y allí ponen a sus polluelos. Felices quienes moran en tu casa y te alaban sin cesar.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta recién casado (1916) (Madrid: Casa Editorial Calleja, 1917), pp. 220, 233; Enrique González Duro, Biografía interior de Juan Ramón Jiménez (Madrid: Ediciones Libertarias, 2002), p. 116; Wikipedia, s.v. «Zenobia Camprubí» En línea 18 diciembre 2018. 2 Diego Marín, Literatura española, Tomo 2: Época moderna (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1968), p. 308. 3 Sal 84:1-2 (NVI), 3 (TLA), 5 (BLPH)
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Estoy separada del papá de mi hija de quince años, pero ahora me está resultando difícil lograr que ella quiera ir a verlo cuando le tocan visitas con su hermanito. Ella me dice que su papá le echa la culpa de cosas que le pasan a él con su actual pareja, y que le dice cosas poco honrosas de mí.... Yo he hablado varias veces con él respecto a que no le diga cosas que no corresponden a nuestros hijos, pero no me hace caso, y eso los está afectando.» Este es el consejo que le dio mi esposa: »Estimada amiga: »Los conflictos personales y las cicatrices emocionales nunca son una justificación para herir a los demás, especialmente a nuestros propios hijos. No hay excusa alguna para degradar al cónyuge en la presencia de hijos inocentes. Esa manera de hablar refleja inmadurez y egoísmo. »El apóstol Pablo enseñó que debemos velar no sólo por nuestros propios intereses sino también por los intereses de los demás.1 Si bien muchos padres sostienen que sus hijos ocupan el primer lugar, no reconocen que sus propios conflictos personales y cicatrices emocionales han distorsionado la capacidad que tienen de ser objetivos.... »Lo que no sabemos es si existe una orden judicial que especifique las condiciones para las visitas de los hijos con el padre. Si hay un acuerdo legal, entonces usted necesitaría acudir al sistema judicial para modificarlo. »Sin embargo, si no existe ningún acuerdo legal, entonces usted tiene más opciones. La mejor opción sería que consultara a un consejero familiar profesional. Su hija podría contarle lo que siente al consejero, y usted luego podría seguir el consejo que él diera. »Si no puede acudir a un consejero profesional, le recomendamos que apoye la decisión de su hija en cuanto a que haya menos visitas con el padre siempre y cuando ella comprenda que usted no puede servir de mediadora entre ellos. Ella misma debe negociar con él de una manera respetuosa y sin acusarlo de nada. Sin embargo, al hacerlo es importante que cuando ella hable con él sobre las visitas, se limite a hablar sólo sobre la siguiente visita y que no trate de dejar de verlo indefinidamente. »Moral y éticamente, los derechos paternos tienen el mismo valor legal que los derechos maternos, a menos que haya evidencia de abuso. Para modificar esos derechos, usted tendría que contratar a un abogado y obtener la aprobación de parte del sistema judicial. Algunos juzgados bien pudieran tener en cuenta los deseos de una quinceañera, mientras que otros no....» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 847. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Fil 2:4
(Antevíspera del Día Internacional del Refugiado) «Yo no sé de ustedes... pero yo nací en un país... donde los rubios, trigueñitos, morenitos y negritos éramos todos iguales. Donde jugábamos tranquilos y no sabíamos distinguir quién era rico o pobre, porque ni lo uno ni lo otro era pecado. Donde en la escuela éramos sólo niños, que respetábamos los símbolos patrios y no nos preguntábamos por qué eran así, porque siempre fueron los mismos. Donde los vecinos se querían y se respetaban. Donde los maestros eran maestros.... Donde la honradez era una virtud, no una manera de ser pobre. Donde el Himno Nacional no nos hacía llorar.... Donde vivíamos toda nuestra vida, y el que se iba al exterior, era para estudiar. »... Ahora... mi hija casi no habla español.... Mi hermana mayor se la pasa encerrada en un cuarto, en un país donde el inglés y la soledad rigen tu vida.... »... Quiero... comer pastelitos todos los días. Quiero quejarme del calor.... Quiero atragantarme un pan con queso a las tres de la madrugada. Quiero ver a mis amigos, y no tener que usar el messenger más nunca. Quiero tomarme un café en una taza pequeña.... No quiero trabajar en Carnavales, Semana Santa o la Feria. Quiero hablar en español todo el tiempo, y que no me pregunten: “¿Y de dónde eres tú?” Quiero hacer cola en un banco, y quiero que se vaya la luz cuando llueva. Quiero aburrirme del pan de jamón.... Quiero que mi hija crezca como crecí yo.... »Quiero pasear sin amargura por la calle de tu recuerdo, y rescatar por fin al niño perdido en mi pensamiento. Porque el tiempo y la memoria juegan juntos en nuestra historia. Se me fue toda una vida, y tu imagen no se me borra. Quiero volver sin mirar atrás, poder vivir para perdonar; quiero sentir, quiero regresar.... »Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde... definitivamente.» He ahí los sentimientos, si no del todo razonables, al menos bien sinceros, de una mujer que hace años no vive en su país de origen y lo extraña terriblemente. Con ella podemos identificarnos todos los que hemos vivido largo tiempo fuera de nuestro terruño. No tiene ella que insistir para convencernos de la verdad que encierra el refrán al que alude: «Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo pierde.» Pues para los que la hemos vivido, es una realidad patente e inexorable. Para superar esa nostalgia, nos puede servir de mucho meditar en casos como el de Job el patriarca. Luego de perder lo que más valoraba en la vida —sus hijos, su salud y el respaldo de su esposa—, Job llegó a la conclusión de que a Dios también lo había perdido. Y exclamó: «¡Cómo añoro los meses que se han ido, los días en que Dios me cuidaba!... ¡Qué días aquellos, cuando... Dios bendecía mi casa con su íntima amistad! Cuando aún estaba conmigo el Todopoderoso...»1 Lo cierto es que Dios no había desamparado a Job, sino que lo había puesto a prueba. Pero Job salió de esa prueba victorioso, y Dios lo bendijo muchísimo más en sus últimos años que en sus primeros.2 Si algo hemos de añorar, más vale que, al igual que Job, añoremos lo que más vale: la grata compañía del Dios Todopoderoso, fruto de la íntima amistad con la que Él desea bendecirnos. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Job 29:2,4,5 2 Job 42:10‑17
Send us a text"¿Si pudiera escribir un mensaje en el cielo, qué diría?"Hace unos años, estuve a punto de tatuarme una frase que para mí lo significaba todo: “Get shit done.” Era mi mantra. Mi motor. Una forma de recordarme que la acción lo era todo. Pero algo cambió.Un día, después de una conversación profunda con mi esposa, entendí que no se trata solo de hacer. Se trata de hacer lo que importa. Desde entonces, dejé de correr por correr y empecé a construir desde otro lugar. Más conectado. Más consciente.En este episodio respondo la iconica pregunta que les he hecho a más de 300 cracks: “Si pudieras escribir un mensaje en el cielo, ¿qué diría?” Y te cuento cómo esa respuesta resume el viaje más importante de mi vida: pasar del logro vacío al propósito con impacto.Escúchalo. Y si te deja pensando, te hago una sola pregunta: ¿Cuál sería tu mensaje en el cielo?
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «He vivido toda mi vida en un ambiente familiar marcado por la violencia verbal y física, lo que me ha llevado a dudar en iniciar mi propia familia.... »Recuerdo que, a los cuatro años, mi madre me golpeaba, y esos castigos me dejaron heridas profundas que me han llevado a tener ciertas adicciones no químicas que alivian mi dolor. Reconozco que necesito ayuda.... »A veces quisiera irme lejos y rehacer mi vida, pero temo por mi padre. No quiero dejarlo solo con mi madre... que es muy abusiva con él.... No me perdonaría si algo sucediera y yo no estuviera ahí para evitarlo.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Hay que tener valor para reconocer el dolor y las adicciones, y lo felicitamos por hacerlo. El contarnos su caso es un primer paso valiente que está dando, y tenemos la confianza de que tendrá ese mismo valor para dar los pasos que siguen. »El haber sufrido abuso emocional, verbal y físico ha hecho que su cerebro se altere químicamente. Usted se ha visto obligado a gastar toda su energía sólo para sobrevivir en su desafiante entorno familiar, y eso ha dado como resultado que su cerebro se mantenga en un constante estado de “luchar o huir”. Las sustancias químicas en su cerebro que hacen que siempre esté listo para luchar o huir son beneficiosas, pero esas sustancias en exceso pueden hacerle daño. Usted mismo se ha impuesto las adicciones que tiene con el fin de tratar de contrarrestar ese daño. »Usted admite que necesita ayuda, así que ¡búsquela hoy mismo! Haga una cita con un médico y pídale que lo refiera a un profesional que tenga experiencia en el tratamiento de casos de trauma constante.... »Lo respetamos y admiramos por querer proteger a su padre. Pero creemos que usted está atrapado en un círculo vicioso de abuso, y eso le impide reconocer con claridad todas las opciones que tiene. Necesita a un profesional que lo ayude a escapar de ese círculo. »Dios no planeó que usted creciera en semejante caos. Él quiere estar cerca de usted y de todos los que hemos tenido infancias traumáticas y una ausencia total de estabilidad. Él comprende nuestras debilidades y quiere sanarnos. El apóstol Juan declaró que “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él”.1 »Ese Hijo de Dios es Jesucristo, quien sacrificó su vida en una cruz por usted y por mí. No tenemos que purificarnos nosotros mismos y luego pedirle a Dios que nos perdone. Podemos más bien pedirle perdón y luego permitir que Él nos muestre cómo es que necesitamos cambiar. Él está esperando que usted se lo pida en oración ahora mismo. Él es su Padre amoroso que anhela acompañarlo todos los días de su vida.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 846. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Jn 3:17 (NVI)
La aguja del velocímetro fue subiendo y subiendo. Cien, ciento treinta, ciento sesenta. Y ciento sesenta kilómetros por hora es demasiada velocidad para un auto liviano en pavimento mojado. Con tanta velocidad, y con el pavimento resbaladizo, ocurrió lo que tenía que ocurrir. Arnuldo Circone, de veinticuatro años de edad, amante de la velocidad, no logró entrar al puente del río, y salió volando. Cayó dentro del agua, hundiéndose con todo y auto a veinticinco metros de la orilla. No se mató, pero arruinó su auto. Lo curioso es lo que decía la placa personalizada de su vehículo: «Muy aprisa». Hay muchos como este joven que llevan la vida muy aprisa, demasiado rápido. La verdad es que llevar la vida a toda velocidad es la característica de los tiempos actuales. Más de cincuenta años atrás, cuando el famoso cómico del cine Charlie Chaplin protagonizó en la película «Tiempos modernos», ya señalaba, con su manera incomparable, el peligro de estos tiempos. Los días en que vivimos se caracterizan por demasiada rapidez en todas las cosas: demasiada mecanización, demasiado cientificismo, demasiada tecnología, demasiada indiferencia a todos los valores morales. No es extraño que ocurran accidentes a cada paso: accidentes en nuestras carreteras, y lo que es más lamentable, accidentes morales y espirituales en nuestra vida. Niños y adolescentes caen víctimas de drogadicción. Niñas, sin saber ni qué les está ocurriendo, caen víctimas de embarazos. Y bebés nacen arruinados, cuando deberían apenas estar comenzando a florecer. El niño se vuelve adolescente de la noche al día. El adolescente se convierte en adulto sin la experiencia necesaria para actuar con sensatez. Y el adulto llega a viejo antes de tiempo, por el mismo paso vertiginoso de la vida. Como que el aumento de la potencia de nuestros vehículos, en las calles y en el aire, ha contagiado al mundo con el frenesí de la velocidad. ¿Quién puede ponerle freno a este loco desbarajuste? Las leyes humanas no han podido hacerlo. La cultura tampoco lo ha logrado. Ni siquiera la religión ha podido cambiar este delirio que está matando a nuestra sociedad. Sólo Jesucristo puede frenar las pasiones del alma, dominar la locura frenética, corregir lo deficiente, y ordenar lo desorbitado. Sólo Él regenera el alma humana a las mil maravillas. Sólo Él nos devuelve la justicia perdida. No sigamos nuestro camino solos. Coronemos a Cristo como Rey de nuestro ser, y Él pondrá en orden nuestra vida. Hermano PabloUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
Los cuatro ultras del Frente Atlético acusados de colgar el muñeco de Vinicius han sido condenados a penas de hasta 22 meses de cárcel.
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace nueve meses conocí [a una mujer] por las redes sociales.... Tuvimos sexo virtual. Ella habló con su [líder espiritual], y me bloqueó. Estoy destrozado por el daño que les causé a ella y a sus padres. »Quiero ir a su país y pedir perdón. Ya le pedí perdón a Dios.... Sé lo grave de mi error, y lloro mucho por el mal que hice. Yo la amo, y estoy dispuesto a casarme con ella. ¿Debo ir a buscarla?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »[Si bien] las relaciones sentimentales por Internet a veces se convierten en noviazgos... la Internet puede también ser un lugar muy peligroso. Los depredadores hacen búsquedas a fin de encontrar personas ingenuas y tratar de cometer delitos económicos, reclutar para fines terroristas, y traficar a personas.... »Nos preocupa mucho que usted esté dispuesto a casarse con una mujer a quien nunca ha conocido. Está convencido de que ella es genuina y de que usted le ha hecho daño, y tal vez tenga razón. Pero ¿qué tal si ella ha hecho lo mismo con otros hombres? ... ¿Qué tal si ya está casada y tuvo que bloquearlo a usted debido a que el esposo se enteró de usted? ... »Vamos a suponer, sin embargo, que usted tiene razón, que ella es quien dice ser, y que lo bloqueó para evitar el volver a tener sexo virtual. ¿Qué debe hacer usted? »Nos alegra que usted ya le haya pedido perdón a Dios. Eso es lo primero que le aconsejaríamos que hiciera. ¿Le pidió también a Dios que le indicara cómo evitar el volver a hacerlo? Es que el perdón sólo se recibe cuando estamos de veras arrepentidos de nuestros pecados. El arrepentirse significa detenerse, darse vuelta y tomar el rumbo contrario. »Cuando esa mujer lo bloqueó, hizo que fuera fácil ponerle fin a la relación que habían cultivado. Pero en vez de darse vuelta y tomar el rumbo contrario, usted ahora quiere buscarla. Se ha convencido de que pedirle perdón en persona sanaría de alguna manera el daño causado. »Usted nos pide un consejo, pero no le va a gustar: Deje de soñar acerca de un futuro con esa mujer... y no vuelva jamás a tratar de comunicarse con ella. »Para su propia seguridad, le recomendamos que no vuelva a considerar una relación sentimental con ninguna mujer que viva lejos de usted. Está bien que usted y una mujer se conozcan por Internet, pero no es sino hasta que se vean y se comuniquen en persona que van a poder de veras conocerse. También le recomendamos que se reúna con futuras amistades en grupos y en lugares públicos. Nunca vaya solo ni a algún lugar apartado para encontrarse con una persona a quien aún no conozca.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 727. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Víspera del Día Internacional de la Bañera) ¿Acaso el darse un baño puede causar la muerte de una persona? Ese bien pudo haber sido el diagnóstico forense en el caso del ermitaño iraní Amou Haji, considerado el hombre más sucio del mundo. Ya había cumplido los noventa y cuatro años cuando murió, pero sucedió casualmente poco tiempo después de bañarse tras haber pasado más de sesenta de esos años sin tomar una ducha o asearse. A lo largo de su vida, Haji había evitado bañarse por temor a enfermarse. No es de extrañar, entonces, que no tuviera esposa ni parientes cercanos. En un documental de 2013 titulado «La extraña vida de Amou Haji», se dio a conocer en el mundo entero, con la piel cubierta de mugre y el cabello enmarañado. Reveló que había experimentado «contratiempos emocionales en su juventud» que lo llevaron a aislarse y a detestar la idea misma de bañarse o de sentir el agua sobre la piel. Y por si eso fuera poco, en vez de ingerir comida y bebidas frescas, ¡su alimento favorito era el puercoespín podrido; tomaba cinco litros de agua al día, que recogía de charcos cercanos, en una lata de aceite oxidada; comía animales muertos que conseguía atropellados; y fumaba excrementos de animales en una pipa vieja! Uno de los médicos que examinaron a Haji antes de su muerte concluyó que pudo mantenerse saludable debido a haber desarrollado un fuerte sistema inmunológico después de décadas de vivir en semejantes condiciones.1 Fue así como aquel ermitaño iraní vivió en carne propia la frase proverbial: «La cáscara guarda el palo», que quiere decir que es la corteza (la cáscara) la que protege (o, guarda) al árbol (o, palo) de cualquier agresión externa. La sabiduría popular coincidió nuevamente con la experiencia científica, ya que una amplia gama de inmunólogos y médicos consienten en que el exceso de limpieza hace que el sistema inmune del cuerpo humano pierda funcionalidad o se debilite hasta hacerlo más vulnerable. La idea es que si nos aseamos con demasiada frecuencia, perderemos parte de la barrera protectora de la piel, quedando así expuestos a los ataques de bacterias, virus u otros patógenos «desconocidos» por nuestro sistema inmunitario.2 ¿Será que nos conviene, entonces, huir del agua «como gato escaldado»? ¡Claro que no! Debemos más bien, sin exceso, aprovecharla al máximo. Y así como necesitamos el aseo bien medido para nuestro cuerpo, también necesitamos el aseo para nuestro espíritu. Pues todos nosotros somos como un trapo sucio, tal como nos describe el profeta Isaías, y nuestros pecados nos arrastran como el viento.3 No dejemos que ninguna idea descabellada nos lleve a esperar un día más para tomarnos ese baño espiritual que tanta falta nos hace. Aprovechemos más bien, ahora mismo, la limpieza espiritual que procede de reconocer ante Dios que hemos pecado, tal como nos explica el apóstol Juan, seguros de que Dios, que es fiel y justo, perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 «Su comida favorita era el puercoespín podrido: muere “el hombre más sucio del mundo” a los 94 años, poco tiempo después de bañarse tras pasar más de medio siglo sin asearse», Diario El Universo, 26 octubre 2022 En línea 22 noviembre 2022; Juan Espinoza, «Muere el hombre más sucio del mundo: ¿Cómo murió Amou Haji?», Ahora Mismo, 25 octubre 2022 En línea 22 noviembre 2024. 2 Luis Rivero, «La cáscara guarda el palo», Periódico El Día: La opinión de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 18 julio 2020 En línea 22 noviembre 2024. 3 Is 64:6 4 1Jn 1:9
Imagina que te llegara un audio mío hablándote de un tema que te interese:Negocios online.Marketing Digital.Hacks de productividad.Inteligencia Artificial.O de temas más intangibles tipo:Cómo cumplir lo que te prometes.Cómo ganar confianza en ti mismo.Cómo entrenar el músculo de la disciplina.Eso será este podcast.Verás el titular. Si te interesa le darás play. Y si no... ...tan amigos como siempre.Date un abrazo de parte mía.Salva:. Sobre mí:✅ Web Oficial de Salvador De La Torriente: influyente.io✅ Si quieres saber más de mí, checa este artículo: Quién es Salvador De La Torriente
«¡Con cuánta pena me negué a la pretensión de mi hija Nené de que le comprara aquella lujosa muñeca que caminaba, abría y cerraba los ojos y decía “papá” y “mamá”!... Era una belleza. Lo único que la afeaba era esa horrible etiqueta que... decía... $32.50. »La compra estaba... fuera de nuestro alcance.... En aquella trágica época... vi... entrar a dos hombres en una guarapera y pedir un guarapo de a [centavo] y dos vasos.... »Había que apelar a la convicción. Al hacerlo cometí el mayor de los errores... de razonarle a mi hija de esta forma: —Hija mía, ya tú eres mayor, casi una mujercita, y puedes darte cuenta de la situación. Las cosas no están para comprar una muñeca tan cara. Tú sabes que la Escuela Normal está cerrada y no me pagan el sueldo. Ahora tampoco gano nada en el Sanatorio. Nos cuesta mucho trabajo obtener lo necesario para vivir. Más adelante, cuando las cosas mejoren, yo te prometo comprarte una así. »Mi razonamiento produjo una reacción inesperada. No hubo resistencia, ni insistió más en su petición, pero grandes sollozos interrumpían su respiración y sus lindos ojos negros eran un inagotable manantial de lágrimas. —Pero hija mía —le dije—, sé razonable. Date cuenta de que no es posible complacerte en tu deseo. ¿Qué más quisiera yo que darte gusto? »Y mi pequeña hija, entre sollozo y sollozo, me hizo sentir apesadumbrado y culpable, al contestarme: —Pero papá, si yo no lloro por la muñeca, sino por cómo están las cosas.»1 Así concluye la anécdota del eminente escritor y médico cubano Mario Dihigo, que fue profesor y director de la Escuela Normal para Maestros de Matanzas y miembro de la Federación Médica de Cuba durante el régimen de Machado, y ejerció su profesión en una de las plazas del Sanatorio de la Colonia Española. Casi todos nosotros podemos identificarnos con esa patética escena que describe en su obra titulada Cosas de muchachos. Todos, incluso nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo. Aunque muchos lo desconozcan, el Hijo de Dios, durante la semana de su Pasión, lloró por Jerusalén, no porque no pudiera pagar el precio de su rescate, sino por cómo estaban las cosas. «¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz!», le dijo desconsoladamente Cristo a aquella ciudad escogida, y le advirtió que iba a ser arrasada por no reconocer el tiempo que Dios había dispuesto para salvarla.2 Así mismo llora por nosotros actualmente, por todos los que no hemos permitido que Él nos abrace y nos muestre su gran amor. Aceptemos hoy mismo el precio que pagó para salvarnos. Sólo así disfrutaremos de la paz interior que Él vino a traernos.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mario E. Dihigo y Rosa Dihigo Beguiristain, Cosas de muchachos (Miami: Ediciones Universal, 1998), pp. 51‑54. 2 Lc 19:41‑44 3 Jn 14:27
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«Me llamo Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso. Soy hija de Catalina Alfonso, a quien todos le decían “Ollita”, y de Simón Cruz. Nací en La Habana, Cuba, en la sección más pobre de un barrio de clase media y trabajadora donde vivían personas de todas las razas y colores.» Así comienza Celia Cruz su autobiografía titulada: Celia: Mi vida, publicada cerca del final de su vida. Remontándose a los inicios de su carrera artística, la famosa diva guarachera rememora: «Antes de [que cantara con] la legendaria Sonora Matancera, [me di a conocer en todos lados], pero a la única persona que tuve que convencer de eso fue a mi papá. Para mí fue algo importante nunca ocultarle mi carrera. Además, yo lo que quería era que estuviera orgulloso de mí. No era nada raro que las muchachas se escondieran de los padres si querían ser artistas, ya que en esa época no estaba bien visto ser mujer en el mundo del espectáculo. La gente solía decir: “¡Ay, qué vergüenza! Tenemos una artista en la familia.” »... [Yo] nunca estuve de acuerdo con... que todas las mujeres artistas fueran indecentes. Eso nunca fue cierto, ni siquiera en los tiempos de mi papá. La que tenía talento y vergüenza se podía valer de eso.... Desgraciadamente, hay muchas muchachas débiles que hacen un millón de cosas intentando realizar sus sueños. Me da mucha lástima ver eso, porque la verdad es que no hay sino que respetarse a uno mismo para que los demás te respeten. »Gracias a Dios, me di cuenta de muy pequeña que vale más la amabilidad que la belleza, y vale más la dedicación que una conexión. Con esa filosofía seguí mi trayectoria como me la entregaba el destino, y mi familia —con la excepción de Simón— siempre me lo aplaudió. Mi papá se avergonzaba de mí, y ni siquiera le decía a nadie que yo existía; pero gracias a Dios un día todo eso cambió. »Simón estaba trabajando, y uno de sus compañeros de trabajo le enseñó un periódico y le [dijo]: “¡Mira, Simón! Esta muchachita tiene el mismo apellido que tú. ¿Ella es algo tuyo?” Y mi papá le contestó reciamente: “Pues sí, es mi hija. ¿Y qué?” Cuando Simón vio que el periódico hablaba de mí, de mi talento y nada más, entendió que nunca fui lo que se había imaginado. Se dio cuenta de que yo seguía siendo la niña educada que él y Ollita [mi mamá] habían criado. Esa noche, cuando regresó a casa, hablamos a solas. Me explicó por qué había estado tan opuesto a mi carrera de artista, y por primera vez pude comprender su punto de vista. También me dijo que confiaba en mí, y que de ese día en adelante más nunca me negaría.... Hoy día, todavía se me llenan los ojos de lágrimas cuando pienso en esa conversación.»1 Así como Simón Cruz negó por un tiempo a su amada hija Celia delante de los demás, también Simón Pedro negó a su amado Señor Jesucristo. De modo que Cristo bien pudo haber negado a Pedro delante su Padre celestial. Pero Cristo ya había rogado más bien por Pedro, así como ruega hoy por nosotros, para que no le fallara la fe, de modo que, después de arrepentirse, Pedro pudiera más bien fortalecer la fe de sus hermanos.2 Más vale que cada uno de nosotros determine que esa intercesión divina no ha de ser en vano. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Celia Cruz con Ana Cristina Reymundo, Celia: Mi vida (New York: HarperCollins, 2004), pp. 11,46-48. 2 Mt 10:33; 26:69-75; Lc 22:31-34; Ro 8:34; Heb 7:25; 1P 1:5-9,20-21; 5:8-9; 2P 2:1; 1Jn 2:1
«Triste es decirlo, pero hay que convenir en que la vida matrimonial de [José] Martí no fue feliz —escribe Blanche Zacharie de Baralt en su obra titulada El Martí que yo conocí—. Carmen, su esposa, tenía opiniones políticas diametralmente opuestas a las suyas y le reprochaba sus ideas revolucionarias. Criada en un medio de holgura, si no de opulencia, por un padre, aunque cubano, partidario del Gobierno de España, se oponía a que Martí se entregara por completo a la independencia de Cuba. Le repugnaba vivir en el exilio y la pobreza: lo atormentaba quejándose porque [él] dedicaba sus mejores energías al servicio de su país, en lugar de trabajar por el bienestar económico de su familia. »Varias veces [Carmen] lo dejó en Nueva York, volviendo a casa de su padre en Camagüey, donde la vida era más cómoda, pero llevando consigo al hijo, que equivalía a sacarle a Martí la sangre de su corazón. El padre desolado escribía versos al chicuelo, en parte para consolarse de su ausencia», comenta Zacharie de Baralt.1 Pero fue durante la ausencia de Martí mismo en 1881, establecido temporalmente en Caracas, la cuna de Bolívar, distante allí del hijo, que se inspiró para escribir un pequeño libro de poemas titulado Ismaelillo y hacerle la siguiente dedicatoria: «Hijo: Espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti.» Los siguientes versos del poema de Ismaelillo titulado «Musa traviesa» destilan con elocuencia y ternura la esencia del amor paterno: ¡Pudiera yo, hijo mío, quebrando el arte universal, muriendo mis años dándote, envejecerte súbito, la vida ahorrarte! ¡Mas no: que no verías en horas graves entrar el sol al alma y a los cristales!2 Ese hijo, José Francisco Martí Zayas Bazán, también conocido por los cubanos como El Ismaelillo, Pepito o Pepe, llegó a ser un político y militar merecedor del grado de teniente por su arrojo y valentía en la toma de Victoria de las Tunas; más adelante ascendido a capitán; años después ascendido primero a Comandante, luego a Coronel, posteriormente a Jefe de Estado Mayor, finalmente a General y póstumamente a Mayor General, habiendo desempeñado el cargo de Secretario de Guerra y Marina. Fue así como el hijo de Martí se esforzó al máximo por honrar la memoria de su padre, quien el primero de abril de 1895, en la última carta que le escribió, le encargó: «Hijo: / Esta noche salgo para Cuba. Salgo sin ti, cuando debieras estar a mi lado. Al salir, pienso en ti. Si desaparezco en el camino, recibirás con esta carta la leontina que usó en vida tu padre. Adiós. Sé justo. / Tu / José Martí.» En lo que atañe a nosotros, más vale que reconozcamos que Dios espera de nuestra parte algo muy parecido como hijos suyos: que seamos justos, compasivos y humildes al andar por el camino que nos ha trazado.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Blanche Zacharie de Baralt, El Martí que yo conocí, Centro de Estudios Martianos, 1980, pp. 43-44 En línea 25 noviembre 2024. 2 José Martí, «Musa traviesa», Ismaelillo (La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 2018), pp. 6,10,20 En línea 25 noviembre 2024. 3 Mi 6:8
#4 - Un Mensaje que Arde en el CorazónSerie: La Importancia de Compartir El EvangelioPredica: Pastor Fernando Rojas
«Nadie enganchó su carro a una estrella con más firme propósito de alcanzar la meta, sean cuales fueren la altura y la dificultad del camino, que José Martí.... Hombre de vastísima cultura... era, sin embargo, de origen humilde, de familia modestísima. »Su padre, Mariano Martí, vino a Cuba, de Valencia, como soldado. España recompensaba el servicio de Ultramar con buen sueldo y ascenso rápido. No tardó en llegar a oficial subalterno de artillería. Después de dos años, se casó con una joven canaria, Leonor Pérez. Su primer hijo, José Martí, nació en La Habana el 28 de enero de 1853. »Más tarde fue transferido Mariano de la artillería al cuerpo de policía, y así, por ironía de la suerte, José Martí, el archirrebelde, el conspirador, empezó su vida como hijo de oficial español de policía.» Así, en la obra titulada El Martí que yo conocí, comienza Blanche Zacharie de Baralt a describir la relación que tuvo José Martí con su padre Mariano. José, apodado Pepe, no había aún cumplido los diecisiete años cuando «fue condenado a seis meses de trabajos forzados [por haber escrito]... folletos donde exponía los agravios de los cubanos y una carta [en oposición] a las milicias españolas. Vistieron al adolescente... con el traje de presidiario [y] le impusieron un cinturón de hierro del cual pendía una pesada cadena, remachada a un grillete en el tobillo, de modo que cada paso que daba era una tortura. Lo asignaron a una cuadrilla que trabajaba desde la madrugada hasta la caída de la tarde, en las canteras, bajo el ardiente sol tropical, apaleándolo cuando sus fuerzas flaqueaban. »[Su padre] Mariano, desolado de pensar que un guardián de la paz [como él], en nombre del rey, tuviese un hijo insurrecto, tenía, no obstante, el corazón lacerado por los sufrimientos del muchacho. Él y su angustiada esposa imploraban la clemencia oficial. Día por día buscaban quien pudiera influir en las autoridades en favor de su hijo, hasta que, por fin, después de muchos meses afanosos, logró Mariano que un amigo influyente se condoliese de la juventud y de los sufrimientos del reo, consiguiendo que fuese conmutada la pena de presidio por la de exilio [en España].»1 Gracias a Dios, todos podemos recurrir así mismo a Uno que aboga por nosotros hasta hoy, implorándole clemencia en nuestro favor. Se trata de su Hijo Jesucristo, quien dio su vida como rescate por todos y es el único Mediador entre Dios el Padre y cada uno de nosotros.2 De ahí que cuando uno de sus discípulos, Tomás, le preguntó cómo podían ellos conocer el camino que conduce al hogar de su Padre, Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.»3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Blanche Zacharie de Baralt, El Martí que yo conocí, Centro de Estudios Martianos, 1980, pp. 12-14 En línea 20 diciembre 2024. 2 1Ti 2:5-6 3 Jn 14:1-6
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En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «He tenido discusiones con el padre de mi hija porque no le he podido perdonar que, cuando estaba embarazada, dudó de su paternidad. »Ahora se volvió a encontrar con la niña, pero... aunque todo está bien, me matan esos recuerdos día a día. Lloro, y a veces no puedo dormir. Todavía recuerdo las cosas como si hubieran sido ayer. Siento que si nosotros dos seguimos peleando vamos a afectar a la niña.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Al parecer, usted está muy afligida. Se siente tan devastada que no ha estado dispuesta a perdonar. »Quizá crea en el subconsciente que el padre de su hija debe pagar las consecuencias por haber desconfiado de usted. Sabe usted que él la hirió emocionalmente, y por eso cree que, si lo perdonara, él ya no tendría que afrontar las consecuencias. A usted le parece que, si continúa negándose a perdonarlo, tarde o temprano tal vez él sienta algo del dolor que está sintiendo usted. »Esta manera de pensar le parece lógica a usted; él debe sufrir así como está sufriendo usted. Pero el problema es que, en vez de herirlo a él, usted está haciendo que él piense que es difícil razonar con usted. Le está robando usted constantemente el gozo de estar con la hija, convirtiendo ese tiempo feliz en un requisito que él tiene que cumplir. Es casi como si lo estuviera obligando a hacer penitencia.... »Cuando insistimos en no perdonar, somos nosotros los que perdemos. Según ciertos estudios médicos, el negarse a perdonar va acompañado de ansiedad, estrés, enojo y hostilidad. Esas emociones pueden tener efectos negativos en nuestro ritmo cardíaco, nuestra presión arterial, y en nuestra capacidad de combatir las enfermedades.1 Y esos efectos aumentan el riesgo de depresión, enfermedad del corazón y diabetes. En cambio, el perdonar reduce los niveles de estrés y mejora la salud física. »Jesucristo enseñó: “No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará.”2 Esa enseñanza, junto con otras en la Biblia, dejan en claro que Dios nos perdonará nuestros pecados sólo después de que nosotros hayamos perdonado a otros por lo que nos han hecho. De ahí que, cuando le pedimos a Dios, en el nombre de su Hijo Jesucristo, que perdone nuestros pecados, debemos asegurarnos primero de que hemos perdonado a los demás. »El perdón no es un sentimiento; es una opción. Así que le recomendamos que tome la decisión de perdonar al padre de su hija no sólo porque Cristo enseñó que debemos hacerlo, sino también porque el perdonar mejorará su salud, y porque quiere que Dios la perdone por los pecados que ha cometido usted.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 726. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 «Forgiveness: Your Health Depends on It» [El perdonar: Su salud depende de ello], Health [Salud], Johns Hopkins Medicine En línea 31 marzo 2022. 2 Lc 6:37
(Antevíspera del Día Nacional de Puerto Rico: 2o. domingo de junio) (Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video) Sale loco de contento con su cargamento para la ciudad, ¡ay!, para la ciudad. Lleva en su pensamiento todo un mundo lleno de felicidad, ¡ay!, de felicidad. Piensa remediar la situación del hogar que es toda su ilusión, sí. Y alegre el jibarito va pensando así, diciendo así, cantando así por el camino: «Si yo vendo la carga, mi Dios querido, un traje a mi viejita voy a comprar.» Y alegre también su yegua va al presentir que aquel cantar es todo un himno de alegría; y en eso les sorprende la luz del día, y llegan al mercado de la ciudad. Pasa la mañana entera sin que nadie quiera su carga comprar, su carga comprar. Todo, todo está desierto, el pueblo está lleno de necesidad, de necesidad. Se oye este lamento por doquier de mi desdichada Borinquen, sí. Y triste, el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino: «¿Qué será de Borinquen, mi Dios querido? ¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?» Borinquen, la tierra del Edén, la que, al cantar, el gran Gautier llamó la Perla de los Mares; ahora que tú te mueres con tus pesares, déjame que te cante yo también. «¿Quién es el jibarito del «Lamento borincano»? —pregunta el profesor Tomás Jiménez de la Universidad Interamericana de Puerto Rico con motivo del Centenario del Compositor Rafael Hernández en 1991—. El jibarito es Rafael... nacido en el barrio del Tamarindo, [en Aguadilla],... del Puerto Rico de aquellos que no tenían lo suficiente para poder vivir plenamente.... »Pero... ese Jibarito es también el que todos llevamos en el corazón. Y por eso su “Lamento borincano” es también el nuestro»,1 concluye el profesor Jiménez. Menos mal que podemos comenzar a «remediar la situación» ahora mismo, clamando a «nuestro Dios querido», como lo hizo el profeta Isaías: «Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano. ¡Considera, por favor, que todos somos tu pueblo!»2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Tomás Jiménez, «Lamento borincano» En línea 16 noviembre 2007. 2 Is 64:8,9
En este mensaje tratamos el caso de un joven que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Soy un adolescente... y quiero que mi futuro sea exitoso, así que he empezado a jugar fútbol para ver si logro hazañas en el deporte. Me hace falta experiencia y entrenamiento, pero quiero destacarme... y tengo miedo de que Dios me diga que no....» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Te felicitamos por tener interés en el plan de Dios para tu vida. Lamentablemente, estás confundido sobre cómo descubrir cuál es su voluntad divina. »Esa no es la manera como Dios trata a los que tenemos una relación personal con Él. Más bien disfrutamos de la ventaja de hablar directamente con Dios mediante la oración y de escuchar directamente a Dios mediante la oración y el estudio de la Biblia. Nos comunicamos con Dios y fortalecemos la relación que tenemos con Él a fin de estar atentos cuando Él quiere que nos detengamos o que tomemos otro rumbo. »El Hermano Pablo empleaba una comparación para explicar cómo podemos saber lo que Dios quiere que hagamos. Según el Hermano Pablo, Dios se comunica con nosotros mediante una señal tal como un semáforo. La luz permanece verde casi todo el tiempo, pero de vez en cuando cambia a rojo. Nosotros debemos avanzar en la vida, siguiendo los principios enseñados en la Biblia, tomando decisiones y fijándonos metas que procuramos alcanzar. »Así como cuando manejamos y todas las luces están en verde, seguimos sin detenernos. Pero cuando Dios quiere que procedamos de otro modo, nos cambia la luz a roja para que nos detengamos. Debido a que estamos prestando atención, sabemos cuándo nos está hablando y sabemos que hemos visto una luz roja. »Cuando Dios cambia la luz a roja, nos sentimos inquietos en cuanto a lo que estamos haciendo o planeando hacer. No importan nuestros esfuerzos para tratar de justificar nuestras acciones o nuestro plan, Dios se vale de la voz de nuestra conciencia para que sintamos esa inquietud.... »Aunque sabemos que Dios es mucho más que un amigo, imaginémonos que Él es como uno de nuestros mejores amigos. ¿Es posible saber cómo va a reaccionar ese amigo ante determinada situación? La respuesta depende de lo bien que lo conozcamos y cuánto tiempo hayamos pasado con él. Lo mismo sucede con Dios: cuando pasamos tiempo con Él en oración y aprendemos de Él mediante la lectura de la Biblia, sabemos cuándo Él nos está hablando. »De modo que si te gusta el fútbol, juega fútbol. Adquiere la experiencia y el entrenamiento que quieres y necesitas. Juega porque lo disfrutas y porque es un ejercicio saludable. Juega para pasar tiempo con tus amigos y para divertirte. Y no te preocupes por si el fútbol profesional pudiera ser tu carrera. Solamente sigue adelante pasando una por una las luces verdes.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 845. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Día Internacional de los Niños Inocentes Víctimas de Agresión) En el año 1949 llegó la violencia a Titiribí en el departamento colombiano de Antioquia. Entró por medio de las autoridades, quienes encarcelaban a sus enemigos políticos, y luego los llevaban en las horas de la madrugada y los arrojaban a las aguas del río Cauca. Así desaparecieron varios líderes de la comunidad. Los sicarios políticos se apostaban en los caminos que llegaban al pueblo, y allí sembraban el terror. En el paraje La Meseta fueron asesinados un padre de familia junto con dos hijos suyos. Por eso no es de extrañarse lo que sucedió cuando llegaron algunos de esos bárbaros a una casucha del lugar. Allí se encontraron con un niño de catorce años, y le preguntaron cuál era su partido político, esperando que respondiera: «liberal» o «conservador». Pero el muchacho, consciente del peligro que representaba cualquiera de las dos respuestas, les contestó: «Digan ustedes primero.» A uno de los verdugos le cayó en gracia aquella respuesta con la que les había salido el adolescente, y la celebró perdonándoles la vida a él y a sus padres y demás familiares. Además, el ingenio del joven también salvó su casa, pues no fue incendiada como tantas otras de la localidad.1 Esta anécdota sociopolítica la cuenta el periodista colombiano Hemel Ramírez en su obra titulada El diablo estuvo aquí. Es un título bastante apropiado, sobre todo cuando se toma en cuenta lo que Jesucristo mismo dijo acerca del diablo, a quien compara con un ladrón de ovejas: «El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.»2 Con esto Cristo nos da a entender lo siguiente: Si en el camino nos encontramos con el diablo, que como archienemigo de nuestra alma la acecha sin darle cuartel, podemos estar seguros de que tiene la intención de despojarnos de lo que más vale y de destruirnos del todo. En cambio, si nos encontramos con Cristo, que como gran amigo de nuestra alma la busca para salvarla eternamente, no debemos dudar de que quiere revestirnos de lo que más vale: una razón para vivir, y una vida en la cual ver realizada esa razón. De modo que si el diablo nos pregunta: «¿De qué parte estás tú?», no ganaremos nada con responder: «Diga usted primero,» porque con él esa salida no garantizará en absoluto que saldremos ilesos. Más bien, nos asegurará todo lo contrario: Él tomará la decisión, la cual nos llevará irremediablemente a una muerte espiritual violenta y eterna. Ahora bien, si el que nos hace esa pregunta es Dios, tampoco ganaremos nada con responder: «Diga usted primero», pero por una razón diametralmente opuesta: A diferencia del diablo, Dios ha optado por no violar nuestro libre albedrío. Lo que Él espera y desea es que respondamos de corazón: «¡Estoy de tu parte, Señor!» Así podrá decirse de nuestra vida: «¡Ahí estuvo Dios!» Al fin y al cabo, Él dio su vida para que nosotros tengamos vida, y la tengamos en abundancia.2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Hemel Ramírez B., El diablo estuvo aquí (Medellín: Editorial Gloria, n.d.), pp. 119-20. 2 Jn 10:10
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Soy un joven que me casé... con una mujer que tenía dos [hijas]. El mayor de los problemas es que yo tengo mal carácter, por [lo que] me enojo [fácilmente]. [Pero] nunca la he golpeado. Cuando salimos de paseo, la niña pequeña siempre regresa llorando, y eso me molesta demasiado. »Quisiera que me aconseje cómo cambiar el carácter.» Este es el consejo que le dimos: «Estimado amigo: »Es interesante que usted ha llegado a comprender que tiene el deseo de cambiar, pero que no ha logrado hacerlo hasta ahora por su propia cuenta. El enojo lo lleva adentro, y no ha podido dominarlo. »No siempre el enojo es algo malo. Debiéramos enojarnos a causa de que hay personas alrededor del mundo que se están muriendo de hambre y gobernantes corruptos que persiguen y matan a su propio pueblo. Y debiéramos sentir enojo cuando los que cometen delitos no reciben ningún castigo y cuando los niños son víctimas de abuso. »Pero el enojo que usted lleva adentro no es enojo que se justifica; no tiene ningún buen propósito. Al contrario, causa problemas en su familia. Entonces ¿por qué no ha podido usted dominarlo? El apóstol Pablo contestó esa pregunta hace dos mil años cuando dijo: “Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí.”1 El pecado no es un concepto popularmente aceptado. Algunos creen que es arcaico o condenatorio. Pero es el pecado lo que nos impulsa a todos a hacer cosas que no quisiéramos hacer. Y nos induce a no hacer lo que sí queremos hacer. Es el producto de la naturaleza pecaminosa con la que nacimos todos. Usted describió perfectamente los síntomas de esa naturaleza pecaminosa: no poder cambiar lo que uno quiere cambiar. »Está bien que asista a grupos de apoyo para personas que están luchando por dominar el enojo, y que haga determinados ejercicios que lo ayuden a dominarlo. Sin embargo, el paso más eficaz que puede dar es pedirle a Dios que le perdone su pecado y que tome el control de su vida. Después que Él lo haya limpiado de todo ese pecado, usted tendrá que seguir esforzándose por dominar su enojo. Pero tendrá a Dios en su vida para ayudarlo. Él le recordará lo que de veras importa. Le recordará que cosas insignificantes como el llanto de los niños pueden ser enojosas, pero que son de esperarse. Le ayudará a recordar que necesita concentrarse en las cosas buenas y no en las cosas malas. Y lo ayudará a cambiar por completo su perspectiva de la vida, que a su vez mitigará el enojo que usted siente. »Dios nos ama lo suficiente como para darnos soluciones a nuestros problemas. Esas soluciones podemos encontrarlas cuando cultivamos una relación personal con Dios. Él envió a su Hijo Jesucristo a este mundo a tomar nuestro lugar al morir en la cruz por nuestros pecados. ¡Aproveche lo que le ofrece! »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 125». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Ro 7:20
Las calificaciones estaban ahí y eran malas. Malas debido a la desidia, la dejadez y la holgazanería. Si sus padres veían esas malas notas escolares, habría fuertes castigos y no habría vacaciones. Así que los dos muchachos, ambos de doce años de edad, no hallaron mejor medio de eliminar sus notas que prenderle fuego al escritorio de la maestra. El fuego consumió todo el mueble y aún más, causando daños por dos mil quinientos dólares. Pero el incendio no dio resultado. La maestra había archivado las notas electrónicamente en el sistema computarizado de la escuela. De este incidente se desprenden varias lecciones. La primera es que si un escolar no se aplica en sus lecciones, ni le dedica tiempo a la lectura de los libros de texto ni atiende seriamente a las enseñanzas de la maestra, no puede sacar buenas notas en los exámenes. Y es posible que sufra los efectos el resto de su vida. La segunda lección es que la ira es siempre mala consejera, y jugar con fuego es siempre peligroso. La quemazón del mueble pudo haber provocado un incendio con peores consecuencias, causando grandes daños personales. Esto ocurre en muchos casos. La tercera lección que aprendemos es que quemar un mal informe no soluciona el problema de fondo, que es la falta de honestidad. Esa tendencia tendrá repercusiones perjudiciales toda la vida. La cuarta lección que nos enseña es que con las computadoras y sus bases de datos, que almacenan todos los datos con más seguridad que cualquier caja fuerte, es inútil quemar documentos comprometedores. Una mala nota documentada no se borra quemando papeles si hay un sistema seguro que la tiene archivada. La quinta lección es que lo que no ven los maestros, lo ve Dios. Y Dios tiene su manera de marcar permanentemente en nuestra conciencia todas nuestras maldades. No hay lugar en todo el universo donde podamos escondernos de nuestra conciencia. A esta poderosa lección la respalda el principio bíblico que dice: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7). Cualquiera que quebrante las leyes morales de Dios, sea niño o adulto, pequeño o grande, iletrado o sabio, pagará las consecuencias. Tarde o temprano la computadora divina revelará todas nuestras infracciones. Y tras esa revelación compareceremos, irremisiblemente, ante el Juez divino. Sometamos, pues, nuestra voluntad al señorío de Jesucristo. Él desea ser nuestro Salvador. No lo ignoremos. No tratemos de eludir sus leyes. Humillémonos, más bien, ante Cristo en contrito arrepentimiento. Él será nuestro fiel amigo. Hermano PabloUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo veintisiete años de casada.... Hace diez años [mi esposo me fue infiel, y yo lo perdoné]. Parecía ya un buen cristiano y buen padre y esposo, hasta que [cometió] de nuevo otra infidelidad. Ahora [mis dos hijos adolescentes y yo lo despedimos] de la casa... y él se fue sin pedir ninguna disculpa.... »¿Qué me aconseja? ... No tengo ni cara para asistir a [la iglesia], ya que lo hacía desde hace muchos años junto a él.... Me siento como una viuda que ha perdido a su esposo. Es como si él ya estuviera muerto para mí.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Sentimos mucho lo que les ha pasado a usted y a sus hijos! Sabemos que sufrirá largo tiempo por lo que ha hecho su esposo.... »Lo más importante que usted necesita hacer es cambiar el diálogo que está sosteniendo consigo misma. Usted se ha convencido de que tiene vergüenza de asistir a la iglesia sin su esposo porque eso hará que todo el mundo se entere de lo que le ha sucedido. Usted se está imaginando que todos los de la iglesia hablarán mal de usted a espaldas suyas y que se sentirá avergonzada. »Todos tenemos pensamientos ocultos, que contribuyen a lo que sentimos, y tanto nuestros pensamientos ocultos como nuestros sentimientos influyen en lo que hacemos y decimos. En vez de convencerse de que debe mantenerse alejada de la iglesia para que los que asisten no hablen mal de usted, le recomendamos que se diga a sí misma la verdad: que ¡no es usted quien ha hecho algo malo! El que debe sentirse avergonzado es su esposo y no usted. No tiene usted por qué esconderse o mantenerse alejada de la iglesia. Este no es el momento de aislarse, a pesar de que sienta la tentación de hacerlo. »Usted dice que su esposo parecía un buen cristiano. Tal vez lo fuera. Tal vez el corazón y la conducta de él eran cabalmente lo que parecían. El solo hecho de que le falló a Dios y la engañó a usted no quiere decir que él estaba fingiendo ser cristiano. Algunos de los cristianos más consagrados le han fallado a Dios. Es más, la Biblia está llena de historias de personas que amaban a Dios y luego le dieron la espalda. »Ahora bien, su esposo simplemente pudo haber estado fingiendo que era cristiano. Hay muchos que asisten a la iglesia y fingen que aman a Dios de todo corazón. Tenga por seguro que a Dios no lo pueden engañar. Pero el solo hecho de que algunos son hipócritas no quiere decir que todos los que asisten a la iglesia sean hipócritas. »Hay algunos en su iglesia que son verdaderos seguidores de Cristo. Ellos van a querer consolarla, tal como Cristo quiere llenarla de su paz divina. Recuerde que usted no necesita mantener en secreto lo ocurrido, ya que no fue usted quien cometió la falta.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 725. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Víspera del Día de Aprecio por los Padres de Crianza en los Estados Unidos de América) —Mamá, Luis eh... huérfano, ¿verdad? No eh hijo suyo... —¡Luis eh mihijo[, Juanita]! ¡Eh mihijo! —Sí, mamá, ya sé. Eh como si fuera su hijo. Pero eh hijo de mi padre y de.... —¿Y tú, cómo lo supihte[, Juanita]? —En el barrio la gente hablaba... —Y te lo tenían que decir a ti. ¡La gente eh mala, mala! —¿Y qué mah da? Yo soy mujer, mamá. Entiendo de ehtah cosah. A máh que no importa. Luis eh mi hermano. Siempre ha sío mi hermano. Aunque él no lo sepa, yo... —¡Pero lo sabe[, Juanita]! ¡Eso eh lo tremendo, que lo sabe! —¿Lo sabe? —Sí, nunca me lo ha dicho. Esah cosah no hay que decirla. Pero lo sabe. Y me quiere máh por eso.... ¿Por qué tú creeh que se ehtasaja trabajando como un animal? Porque quiere darme la felisidá a la brava. Porque piensa que pa mí la felisidá eh tener cosah que anteh yo no tenía. ¡Pobre hijo mío! ¡Qué poquito sabe de la felisidá! —¿Y por qué no habla con él[, mamá]? —¿Y qué voy a desirle? Tengo mieo de que puea adivinar máh de la cuenta. —Pero él ya sabe... —Lo que él adivina no eh máh que la mitad. Pero no sabe la verdá, toa la verdá. —¿Qué verdá, mamá? —Juanita, ehto no lo sabe nadie. Ni siquiera la mala gente del barrio. Y Luis no debe saberlo. No debe saberlo nunca. —No lo sabrá, mamá. Se lo juro por Dióh Santísimo. —Tu pae tuvo una quería anteh de casarse conmigo. Poco dehpuéh del casorio me dijo que tenía... un hijo de ella, que si yo quería criarlo él lo reconosería y le daría nombre. Le dije que sí. Lo trajo y lo bautisamoh como si fuera nuehtro. La mujer aquella se enquerió con otro, y un día me la encontré en el pueblo. Me dijo entonseh una cosa tremenda. Que Luis no era hijo de mi marío, que ella ehtaba ensinta cuando conoció a mi hombre. Dende entonseh toa mi vida la dediqué a evitar que el difunto se enterara de la verdá. Porque pa él, con lo agentao y pretensioso que era con lah mujereh, eso hubiera sío un gorpe terrible. Y murió sin saberlo. Murió queriendo a Luis máh que a ninguno de uhtedeh. —¡Mamá, uhté eh una santa! —¡Una santa! ¡Una santa! Si hubiera sío una santa hubiera podío jaser el milagro de darle la felisidá a ese hijo mío. Hubiera podío jaser que no sintiera la farta de una madre. Pero Luis siempre ha sío un huéfano. ¿No lo veh perdío en ehte mundo que no eh el dél? ¿No te dah cuenta que se la pasa buhcando, como un cabrito perdío que no encuentra a su madre? —¿Será eso lo que buhca..., mamá? —No sé[, Juanita]. No sé. Sólo sé que se me ehtá volviendo loco. Loco de pena porque no encuentra lo que buhca.1 En este drama puertorriqueño que lleva por título La carreta, el autor René Marqués presenta con notable fidelidad a las mujeres de la familia campesina que lo protagonizan, entre las que se destaca la madre de cincuenta años. Es extraordinaria y conmovedora la ternura con que Doña Gabriela trata a Luis, su hijo de crianza. Sólo le falta comprender que el Dios Santísimo, por el que jura su hija Juanita, es lo que Luis busca, sin encontrarlo. Porque Dios es padre del huérfano,2 y se compadece de él y lo ayuda.3 El Padre celestial defiende la causa del huérfano y de la viuda, y los sostiene.4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 René Marqués, La carreta (San Juan, Puerto Rico: Editorial Cultural, 1983), pp. 160‑62. 2 Sal 68:5 3 Os 14:3; Sal 10:14 4 Dt 10:18; Sal 68:5; 146:9