Reflexiones sobre espiritualidad, psicología y consciencia. Aprendizajes traídos de las historias bíblicas y un curso de milagros. Un Podcast para despertarnos el pensamiento espiritual y acelerar la sanación de las relaciones con el otro.
La herida nos recuerda que, algo en nosotros aún no ha sido tocado por el amor de Dios
La búsqueda de validación exterior es una acción del Ego. El alma sabe que es Amanda y habitada incondicionalmente por Dios
Aquello que nos da plenitud no está fuera: en los aplausos, en las posesiones, en los logros sino en un corazón reconciliado
No hay grados en la filiación. El amor de Dios es abundante, nunca escasea
Dios nos sostiene con su amor que, ante todo, es compasivo y misericordioso, lento a la ira y siempre dispuesto a perdonar y sanar
Donde hay amor, el miedo y sus estrategias de dominación del alma quedan superadas
En lo más profundo, allí donde nadie puede entrar porque solo nosotros tenemos la llave, está Dios
Ante Dios, solo podemos presentarnos como realmente somos
La creencia del Ego consiste en la culpa y la separación de Dios. La realidad nos muestra a un Dios que sale a nuestro encuentro, es compasivo y misericordioso y se sienta con nosotros en la mesa
Donde Dios deja de ser el fundamento de la vida, su lugar es tomado por el culto al individuo. Al suceder esto, empezamos a vivir en el exilio. Nos sanamos cuando volvemos a conectar con la Fuente
En el corazón humano, desde siempre, está presente la nostalgia de Dios. Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón no descansa hasta encontrarse en Ti, dice san Agustín
Más que bueno, Dios es Grande. Cuando entramos en el Misterio descubrimos la profundidad, anchura y altura del amor de Dios
Nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios. La separación de Dios es una falsa creencia del Ego
El corazón de Jesús nos revela que es posible reunir lo fragmentado, sanar las heridas y acoger toda la realidad de nuestra vida. De modo muy especial, nos recuerda que no estamos solos sino habitados por el Amor y la Gracia del Padre
Hay un fuego interior, de naturaleza divina, que cuando arde, transforma nuestra existencia, cicatriza nuestras heridas y nos anima a entregarnos al Amor
Donde la dignidad de la vida parece desvanecerse, es necesario que la fe se haga luz, fortaleza y camino
Cuidar el alma es también una forma de ejercer el sacerdocio que recibimos en el bautismo
Nuestra vida es un don que necesita ser puesto al servicio de la vida
Ante el deseo de regresar y el miedo a ser acogidos vale la pena recordar que Dios nos espera porque la paciencia es el grado más alto del amor
Donde abundó el pecado sobreabundo la Gracia, dice san Pablo
El fracaso nos revela que estamos construyendo la vida sobre un falso fundamento
En medio de la debilidad, el Señor se dirige a a Pablo diciéndole: mi Gracia, te basta
El camino más certero para llegar a Dios es el del compromiso concreto con la vida. Hacerlo, significa que regresamos del exilio
En la sociedad de la productividad, donde ser felices se convierte en imperativo, ir a la tumba vacía es signo del retorno al centro del amor
El alma en medio de la noche oscura va gestando una nueva presencia de Dios en ella
Donde se toma la vida en serio, las heridas no son las que nos definen, sino el Amor que dejamos habitar en nosotros. Un corazón reconciliado es templo de Dios
La pérdida de conexión interior es la oportunidad para nuestra transformación
Allí, donde fuimos heridos también está la posibilidad de ser sanados y reconciliarnos
Cuando la cultura le da la espalda al alma se enferma
Lo que no se asume y se redime puede llegar a convertirse en nuestro destino
En medio del exilio, el alma no está sola, una chispa divina, la habita
Dejarnos amar por Dios significa aceptar que nuestra vida solo se construye auténticamente desde la consciencia de ser UNO con Dios
En una humanidad cada vez más sumergida en las corrientes superficiales de la vida es urgente volver al centro interior porque solo desde allí somos nosotros
El Misterio se revela en las cosas simples porque el alma siempre regresa a los lugares donde más simples cosas le enseñaron a amar la vida
El alma en medio de la noche sabe reconocer su nostalgia de Dios
En medio de la oscuridad, el misterio nos llama por el nombre propio para conducirnos a la luz
En el lama siempre hay y habrá nostalgia por la comunión íntima con Dios
En medio de la oscuridad y dificultad, el Señor va con nosotros. El nunca nos abandona, siempre nos sostiene
En medio de la incertidumbre y oscuridad, podemos experimentar la transformación desnuda del amor
El alma se divide porque en muchas ocasiones el dolor es percibido como no-pertenencia. Así, es como el alma anda errante, como si estuviera exiliada. La conexión interior nos daña recordándonos que, en el amor de Dios todos tenemos un lugar
Donde el alma se fragmenta, se pierde la conexión con el Misterio. Comenzamos a vivir de lo superficial porque lo profundo se vuelve amenazante
Cuando abandonamos el lugar que nos corresponde en la vida para servir a la familia que vive un momento difícil, terminamos exiliados de nosotros mismos. Regresar es una tarea sumamente importante
El alma anhela por ser ser ella y, por esa razón, busca un lugar, un espacio, donde poder ser y manifestarse
María es llamada Morada del Espíritu Santo, de su mano, podemos aprender a vivir en la verdad
El vínculo con la madre dibuja el mapa de nuestra vida interior. Una relación difícil con la madre desordena ese mundo. De la mano de María, podemos encontrar el camino para amar como lo hizo Jesús porque ella también engendra en nosotros a Cristo
En la Cruz podemos encontrar el sentido que llena de luz el alma. De la mano de María, podemos habitar el dolor para que el alma en lugar de encogerse, se ilumine
En la fe encontramos la fuerza para habitar en el Misterio
En un mundo cada vez más marcado por la fragilidad estamos invitados a redescubrir la fortaleza como la fuerza que nos anima a amar aún en la adversidad
El perdón no cambia la historia pero transforma el corazón, lo libera y lo dispone para amar en libertad
Aquello que fue abandonado, herido y lastimado encuentra remedio en la ternura maternal de María