Desarrollo humano desde una óptica cristiana.
Que los problemas son inevitables, pero que podemos verlos con optimismo y aprendizaje.
En muchos momentos del proceso de nuestra existencia, atravesamos momento traumáticos que tienden a domesticarnos y limitarnos e impiden que desarrollemos todo nuestro potencial humano.
Estrategias para el proceso del CP
Muchas personas se aferran en modelos de pensamientos dañinos, no obstante necesitan un empujoncito para salir de ese molde mental aprendido.
Esta es una pregunta que mamá, papá, u otras autoridades nos han planteado en cierto momento cuando hemos hecho algo, y ellos se creen superados o menospreciados en la autoridad que representan. La misma dinámica observamos aquí en este pasaje. S. Marcos 11:15-28
Miedo tanatologico: Sin lugar a dudas el miedo a morir es una emoción natural, que necesitamos gestionar correctamente, sino podemos privarnos de la felicidad de nuestro breve presente.
Todo mundo se presume libre, pero pocos han sabido experimentar el verdadero disfrute de saberse libres...
Muchos viven sin sentido, y significado, porque carecen de propósito o razón de existencia.
La procrastinación es un fenómeno conductual que nos deja tan solo con el olor de los frutos del éxito, ya que muchos solo tienen buenos propósitos pero carecen de la buena fuerza de voluntad para hacer realidad lo pensado.
Por lo regular las personas tiende a ser inconstantes, como resultado se quedan vacíos de logros.
Muchos solo sobreviven, no viven, porque no saben aprovechar el preciado tiempo.
La gran mayoría de las personas tienen la mala costumbre de posponer todo, incluso los cambios y mejoras que aportan beneficios a sus personas y familias.
No basta con desear el cambio, se requiere planear y ejecutar con disciplina.
Generalmente la gran mayoría de las personas carecen de un plan estratégico personal, carecen de visión de vida.
Estamos tan ocupados que nos olvidamos de lo que realmente vale la pena. La tan solo son momentos...
Hoy en día por diferentes razones hemos tomado distancia de los otros, pero es necesario mostrar nuestro afecto por ellos.
Hoy existe una distancia tremenda entre las experiencias de las personas del ayer y las personas de hoy, pero eso no es pretexto para no aprender de ellos.
Una y otra vez la biblia nos dice que tenemos la mente de Cristo, lo triste en muchas ocasiones no lo hemos desarrollado. Por tanto pensamos como fracasados, derrotados, nuestros pensamientos son mediocres y enfermos, porque no lo descansamos en la gracia transformadora de Dios.
Por lo regular estamos pidiendo y haciendo valer siempre nuestro derecho, y esto nos lleva al enojo, cuando no lo logramos.
El enojo nos hace perder dos veces, cuando las cosas nos suceden y cuando reaccionamos.
Hoy cunde la duda y la desconfianza, la gente ha perdido la fe en Dios, en su semejante y ensimismo, en consecuencia vive parapléjico frente los nuevos desafíos de su presente.
Bajo los influjos de la gracia, estamos no solo para pensar en grande sino para hacer las proezas de Dios.
Los lideres cristianos no descansan sus éxitos en sus propias habilidades, conocimientos y títulos académicos. sino en Dios.
El mal hábito de tomar prestado y no devolver te hace persona digno de desconfianza.
Los hábitos son cosas que hacemos repetidamente, pero la mayor parte del tiempo no estamos conscientes de que los tenemos. Están en piloto automático. (Sean Covey).
El que no sabe gobernar su lengua, habla cosas infladas, lastima, ofende, y destruye ánimos.
Cuando la verdad del evangelio nos confronta nos desafía a cambiar, a soltarnos de esas perversiones de nuestra vieja naturaleza de vida acostumbra.
Muchos religiosos estudian y participan en estudios bíblicos, no obstante no evidencia compromiso, avance y desarrollo personal.
El liderazgo tiene sus propias condiciones, condiciones que si no los aplicamos no logramos las metas soñadas.
Las situaciones difíciles, sino los vemos desde la lente del evangelio puede llevarnos a la queja y resentimiento frente la realidad de la vida.
Ser probados para recibir certificación o diagnosticar nuestra calidad y experiencia, es cosa de la vida, no obstante al vivir está experiencia, nos estresa, nos enoja, nos molesta en muchos casos. Al no comprender este suceso nos desorienta y nos opaca la visión de vida.
En nuestra personalidad o naturaleza humana, hay una resistencia natural al cambio, inconscientemente nos negamos los beneficios de la innovación.
No fuimos llamados a vivir una vida de improvisación, sino de preparación.
La preocupación es un ladrón de la tranquilidad humana. Pero la centralidad de vida en Dios es el Santo y transformador remedio para nuestra tranquilidad.
Las personas bajo presión, tienden a responder de distintos modos, unos son reflexivos otros son reactivos.
Viviendo confiadamente en el propósito de Dios.
Dios una y otra vez nos declara y ha hecho visible el gran objetivo de su amor, no obstante, muchos lo deforman o no lo entienden.