Bienvenidos a nuestro devocional diario, somos Sugar Hill en Español y nuestro deseo es que Dios hable a tu corazón hoy de una manera clara, sencilla y fácil de aplicar. ¿Estas listo para recibir lo que Dios tiene hoy para ti? Support this podcast: https://anchor.fm/sugar-hill-espanol-devo/support
La honra es una semilla que produce fruto abundante en nuestra vida.
Tal vez hoy tú también enfrentas una noticia difícil, una enfermedad, un problema que parece no tener solución. Recuerda que Dios ve tu dolor, escucha tu oración y es capaz de traer sanidad y restauración.
Quizá hoy te sientes insuficiente para enfrentar los retos delante de ti: recursos limitados, fuerzas agotadas o capacidades que no parecen suficientes. Recuerda que lo que importa no es cuánto tienes, sino en manos de quién está.
Dios no se ofende por nuestras preguntas sinceras. Él nos invita a acercarnos, tal como somos, con nuestras dudas, temores y heridas. Y aunque nuestras emociones cambien, la fidelidad de Dios permanece.
Él desea hoy lo mismo para ti. Dios tuvo el control y fue victorioso en todo lo que sucedió en la cruz, tal como lo es en lo que estas experimentando en este momento.
Momentos en los que pareciera que Dios está lejos o que la esperanza ha desaparecido. Pero este pasaje nos recuerda que Dios no está ausente en la oscuridad; muchas veces está obrando de manera más profunda de lo que podemos ver.
Aun sabiendo el sufrimiento que vendría, Jesús se mantuvo enfocado, obediente y lleno de amor. Él les da instrucciones específicas a sus discípulos, y todo se cumple exactamente como lo dijo.
Él camina contigo en el valle de sombra. Y aunque sabe que vendrá un milagro, Él valida tu proceso.
Al igual que Marta y María, a veces no escuchamos respuesta alguna a nuestras oraciones, pero eso no significa que Jesús no esté obrando. El silencio de Dios no es ausencia. Es preparación.
Jesús dio su vida porque somos preciosos para él. Pero si Él sacrificó tanto por nosotros, ¿cómo es que dudamos de Él en otras áreas de nuestras vidas?
Solamente somos salvos al aceptar que la muerte de Jesús en la cruz fue suficiente para perdonar nuestros pecados y darnos un espíritu nuevo y que puede relacionarse con Dios.
Nosotros no podemos hacer nada para salvarnos. Jesús ha hecho eso por ti. Más bien, buscas Su plan porque esa es la manera de apropiarte de todo lo que Cristo ha hecho por ti.
Dios afirma que Su pacto de bendición no se romperá. El pacto de Dios con nosotros, sellado por la sangre de Jesús, es inquebrantable. Cuando fallamos, Él sigue siendo fiel. Cuando todo parece estar derrumbándose, Su gracia nos sostiene.
Es sumamente importante que como hijos de Dios aprendamos a usar esta armadura y cada una de las armas de ataque y de defensa para que en los momentos que el enemigo nos ataque, estemos preparados.
David nos recuerda que el poder de los hombres es limitado. Los problemas pueden afectarnos, pero no pueden destruir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
El mismo Jesús que había visto multitudes seguirlo, que había escuchado las oraciones de muchos, se maravilló ante la fe de este hombre.
Jesús, siendo completamente Dios y completamente hombre, es el único que pudo tender el puente entre el cielo y la tierra. La salvación es un regalo disponible para todos, sin importar nuestros errores del pasado o nuestra condición actual.
No se trata solo de asistir a la iglesia los domingos, sino de reflejar a Cristo en nuestro hogar, en el trabajo y en la comunidad. Al vivir en relación con Él y aplicar Sus enseñanzas, seremos verdaderos testigos de Su amor.
El evangelio debe influir nuestras conversaciones en el trabajo, nuestras relaciones en el hogar y nuestras interacciones diarias. Cada momento puede ser una oportunidad para compartir el amor de Cristo.
El testimonio que damos no se basa en nuestra elocuencia ni en nuestra experiencia personal, sino en la verdad del evangelio respaldada por el poder del Espíritu Santo. ¿Estás dispuesto a permitir que el Espíritu Santo te use para dar testimonio de Cristo y servir en tu comunidad?
No dependemos de nuestra propia inteligencia o habilidades; el poder del Espíritu nos capacita para hacer cosas que jamás imaginamos posibles.
El Espíritu Santo nos empodera con poder divino para testificar de Cristo. No se trata de nuestra propia capacidad, sino del poder sobrenatural que fluye a través de nosotros.
¿Estás permitiendo que el Espíritu Santo guíe tus pensamientos, decisiones y acciones?
Cuando nos sentimos ansiosos, inseguros o temerosos, este versículo nos invita a refugiarnos en Él. Pasar tiempo en oración, meditar en Su Palabra y rendirle nuestras cargas nos ayuda a permanecer bajo Su cuidado amoroso.
Dios usa personas comunes para cumplir planes extraordinarios. No siempre veremos claramente cómo nuestras acciones marcarán la diferencia, pero Él obra a través de nuestra disposición y valentía.
Cuando buscamos la sabiduría divina, encontramos claridad, paz y seguridad. Dios nos guiará por caminos que tal vez no entendamos al principio, pero que siempre conducirán a lo mejor para nosotros.
Cuando enfrentamos desafíos, podemos olvidar cuán grande es el Dios al que servimos. Sin embargo, este pasaje nos invita a recordar que el mismo Dios que prometió bendecir a David es el que hoy nos cuida y dirige nuestras vidas.
Sabes, cuando tu corazón se rompa debido a las pruebas que enfrentes en la vida, ten la seguridad de que tu también puedes experimentar esa paz y consuelo inexplicable en la presencia de Dios.
Todos tenemos la responsabilidad de hacer discípulos. Busca oportunidades para compartir, enseñar y guiar a otros en su caminar con Cristo. No se trata de hacer cosas grandes, sino de ser fiel en las cosas pequeñas.
Dios puede usar cada paso de obediencia para atraer a las personas a Él. Confía en que el Espíritu Santo te dará las palabras correctas y es él quien preparará el corazón de quienes escuchen. Da el paso en obediencia y deja que Dios haga el resto.
No tienes que presentar un mensaje elaborado ni usar palabras complicadas; solo cuenta cómo Jesús ha hecho la diferencia en tu vida.
El primer paso puede parecer intimidante, pero el Espíritu Santo te da el valor y las palabras necesarias. No se trata de tener respuestas perfectas, sino de confiar en que Dios obrará en medio de tu obediencia. Cuando decides avanzar, Él se encargará del resto.
El inmenso amor que llevo a Jesús a morir en una cruz por ti y por mi es algo de lo que podemos jactarnos.
Si nuestro compañero de trabajo es ascendido a otra posición laboral, nos enojamos y decimos ¿por qué el y no yo? llevándonos a resentir el éxito de los demás hasta el punto de cuestionar a Dios. Pero déjame decirte que Dios se complace en nuestra prosperidad. La pregunta es, ¿estas haciendo su voluntad?
Amar a Dios con todo tu corazón y por sobre todas las cosas es sencillo y creemos que ya lo hacemos, pero ¿realmente es Dios el primero en tu vida?
Dios nos llama a hacer una gran diferencia, tal como lo hizo Ester. Podemos enfrentar desafíos grandes y de alto riesgo, pues todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
Aunque muchas veces anhelamos algo y lo creemos en nuestro corazón, hay cosas que solo Dios ve y solo él sabe si realmente son de acuerdo con su voluntad y su propósito en nuestra vida.
Jesus mostro su soberanía, su poder absoluto y el hecho que estaba al control de la situación todo el tiempo y con solo decir “calma”, la tormenta se detuvo y todas las circunstancias al rededor de los discípulos cambiaron.
Es difícil tener que dejar la venganza en manos de Dios, y no guardar rencor contra quienes nos ofenden y tener que amar al prójimo como a nosotros mismos
Cuando sentimos miedo o inseguridad, recordemos que Dios nunca nos fallará ni nos abandonará. Su fidelidad es constante, y Su amor nos sostiene en cada paso del camino.
Cuando experimentamos a Dios en nuestras vidas, no hay manera de seguir viviendo igual, en desobediencia o sin ningún deseo de agradarle.
Dios envió a Jesus a morir en esa cruz, pues era la única manera de salvarnos, y eso fue la mayor demostración del amor incomparable, inagotable, incondicional y verdadero que Dios nos ofrece.
De la misma manera Dios desea que tengamos la misma actitud de Cristo. Que nos sometamos a su voluntad y seamos obedientes a su propósito y su llamado, y así poder experimentar las bendiciones que el desea darnos a través de Cristo.
Si nos ponemos a analizar nuestra vida hoy, estamos usando cada oportunidad que Dios nos da para compartir a los demás del evangelio de Cristo? O estamos desaprovechando el tiempo que Dios nos ha dado para poder ser de impacto en la vida de otras personas.
Debemos confiar en su palabra y nada mas que su palabra, debemos tener cuidado pues hay personas que agregan a la palabra de Dios buscando un beneficio personal y en su tiempo dice que Dios los reprenderá y los descubrirá como mentirosos.
El llamado a la unidad en el Espíritu no es una sugerencia, sino un mandato. La unidad no sucede automáticamente; requiere esfuerzo, intencionalidad y un corazón lleno del amor de Dios.
La única manera de vivir una vida justa es al igual que lo hizo Abraham y muchos otros como en en la biblia, creyendo en Dios y poniendo su fe en el. Eso dice la biblia que Dios lo tomo en cuenta como justicia.
Dios promete darnos de todo lo que necesitamos, pero el desea que lo busquemos a él primero, que busquemos su voluntad, su propósito, su plan, su protección y su comunión con nosotros y también que vivamos una vida justa.
Santiago destaca un atributo maravilloso de Dios: Él nunca cambia. A diferencia de las sombras que se mueven con la luz, Dios es constante, inmutable y digno de confianza.
En un mundo lleno de distracciones, ¿dónde está nuestra atención? A menudo, ocupamos nuestra mente con preocupaciones, redes sociales o noticias, pero Dios nos invita a llenar nuestro corazón y pensamiento con Su Palabra.
Cuando rechazamos lo que Él nos dice, en realidad estamos rechazando Su amor. Si bien el amor eterno de Dios por nosotros nunca cambia, nuestro pecado ciertamente interrumpe nuestra comunión con Él. No dejemos que eso suceda.