La revista EXISTENCIA (online), nace en 2013, con la finalidad de compartir la riqueza del Análisis Existencial contemporáneo (AE) con nuestra comunidad. Luego de 15 años de impartir clases deformación de especialidad clínica (psicoterapia)y consultoría en AE, no queríamos que esta riqueza quedara s…
“¿Qué es el Tiempo?”- Es ésta una pregunta que ha permanecido a lo largo de nuestra historia. Es una pregunta que aún en nuestros tiempos resuena incansablemente, y resuena a través de los siglos como un eco, sin que parezca agotarse aún de su bagaje. Teóricos de distintos ámbitos han respondido, pero al parecer, es la pregunta misma la que nos llama y se asienta nuestra existencia
Como terapeuta, una pregunta que me gusta mucho hacer, especialmente a las personas de más de 65 años: ¿Cómo vas a vivir, qué te gustaría hacer los próximos 20 años? Muchos se quedan un poco sorprendidos, pues a esa edad ya no se perciben como con derecho o posibilidad de comenzar, aprender, elegir algo nuevo
Espiritualidad: (...) me atrevo a decir que la espiritualidad cotidiana no es diferente a la “existencialidad”. Es, simultáneamente, trascendencia e inmanencia en una relación dialógica con el mundo y conmigo mismo, en un proceso en que expando mi conciencia y al mismo tiempo gano libertad interior al desplegarse mi persona cada vez con menos ataduras. Me desenvuelvo hacia una existencia plena y eso es para mí el sentido de la espiritualidad.
Cuarto propio: Proceso reflexivo que lleva a la autora a profundizar más allá del cometido inicial estableciendo una tesis en sus primeras páginas -que personalmente me parece magistral-: “para escribir novelas una mujer debe tener dinero y un cuarto propio”. Punto de partida del ensayo y tema sobre el cual reflexionará a lo largo del libro con gran sentido del humor en su narración.
En el contexto del Estallido Social (Chile 2018), hubo muchas lecturas. Desde la psicología intentamos comprender para poder ayudar a tender los puentes del diálogo donde estos se han cortado: La Ira, provoca al otro, lo zamarrea, le grita: ¡Mírame! No pretende destruirlo. Sólo que el otro/a lo vea, lo tome en cuenta. Busca ser considerado por el otro, tratado con justicia, ser apreciado."
Exhumación del Olvido incita a rescatar y profundizar en una zona inevitable de nuestra historia reciente. Sucesiones de hechos de aquellos diecisiete años, para la comprensión de una extraordinaria epopeya popular. También permite avizorar a la clase política que negoció con la dictadura. Pero sobre todo busca dignificar a quienes abonaron con su vida el derecho a la libertad, a los y las sobrevivientes, actores principales de este drama histórico, quienes fueron silenciados y relegados al olvido.
Existencialmente el aburrimiento puede ser comprendido como un sufrimiento del Ser. Este Ser que es pura potencia, pura posibilidad, repentinamente se ve imposibilitado y sufre pues no encuentra una salida a la expresión de su SER"
La experiencia humana de haber dañado a otro, es universal. Todos tenemos la vivencia de, en algún momento o varios de nuestras vidas, haber actuado pasando a llevar a alguien: tratar mal a un hijo, ser injusto con un ser querido, mentir, ser desleal o infiel, en fin, son tantas las formas que puede adquirir esta experiencia. (...) Yo intuyo que a la verdad interior, que consiste en poder alcanzar una comprensión de sí mismo, de los actos cometidos, que me sana, me conecta con lo que soy, en mi actualidad, con mi historia y biografía, y con lo que puedo llegar a ser, con mi potencialidad.
¿Cómo es posible asumir una realidad tan brutal? ¿Es posible llegar a reponerse? ¿Qué necesitan las víctimas para poder volver a sentirse artífices de su vida y su futuro? ¿Podemos ayudarlas a reparar lo dañado y recuperar la libertad? Desde la mirada del Análisis Existencial nuestra respuesta es sí, podemos acompañar a quienes lo han perdido casi todo porque la Persona, lo esencial de cada cual, permanece indemne y protegida -aunque a veces escondida- en su núcleo más profundo.
Ángela sabe que el pronóstico de los médicos no es alentador. Sus intervenciones son breves e inspiradoras. Su serenidad es pasmosa. “Ya no me importa la discapacidad. Cada día agradezco estar viva”. Hace dos meses dejó de asistir al grupo. Sabemos que está grave. Su ausencia nos interpela.
Ella tendría que ser capaz de encontrar a su "sí" personal a la pregunta, ¿puedo estar aquí? Estaba en la habitación pero tenía el impulso de huir. Para poder afirmar que puede estar aquí, necesita preguntarse si tiene el espacio, la protección y el apoyo necesarios. ¿Será protegida y se sentirá "sostenida" en nuestro trabajo? ¿Experimenta una sensación de existir de manera corporal (su encarnación) y libertad para ocupar espacio en la sala?
Pero al poco andar en esta segunda oportunidad de amor y seguridad que le brinda la vida, sobreviene lo impensado, lo inimaginado, lo inconcebible para ella: la amenaza de que el sostén, la protección y estabilidad alcanzada en su marido, el cobijo, la atención y dedicación, sorpresivamente se le escapan de las manos. Ese refugio seguro, deja de serlo.
Diferenciar cuál era mi tarea y cuál era la de él, fue lento. Acompañarlo, era respetar su sentir y voluntad y no tranquilizar mis temores (eso era mí tarea). Muchas veces no fue fácil comprenderlo y me molesté con él, por ej. cuando rechazaba que lo pasara a buscar (prefería moverse en taxi, caminar o bus), hasta que entendí que para él conservar la independencia era lo que necesitaba para poder ser...
Me explicó que esto le sucedía ya hace tres meses, pero que nadie de su familia se había dado cuenta; de hecho fue derivada por el colegio que observó cambios en su conducta. Describió a la niña que veía: de unos 8 años, vestida de blanco, “tiene la boca cosida con hilo”, aun así ella lograba escuchar lo que le decía, sabía que sólo ella la veía, enjuiciando la experiencia como anormal.
La muerte de mi padre, tan cercana a esta celebración me confrontó en dos sentidos. El primero de ellos: la pérdida de sostén, propio de la Primera Motivación Fundamental, ante la desaparición de quien durante 31 años me dio piso para poder avanzar en la vida con la certeza de que siempre había un sitio seguro para volver. El segundo, menos angustiante quizá más profundo, el cuestionamiento sobre la aprobación a la vida en circunstancias tan devastadoras:¿quiero esta vida? ¿Quiero esta vida que hoy me ofrece este sufrimiento? por Silvia Gómez
Daniel no podía asistir a su colegio y aprender en tranquilidad y seguridad, no encontraba sostén en sus compañeros, no era capaz de tomarse el espacio que le correspondía, se sentía vulnerable, en peligro, y los síntomas físicos comenzaban a hacer su aparición, dolores de cabeza y de estómago, un mensaje del cuerpo para intentar ponerlo a salvo. Por otra parte, su existencia perdía color, no estaba disfrutando, se alejaba de las cosas buenas, permanecía estático, para él no había aprendizajes, recreo, partido de futbol ni risas, y perdía así la relación con la vida. por Marcela Flores
“Aquella que hizo eso (un daño a otro) no era yo, no era como yo sé que soy” ¿Qué se me pierde cuando hago cosas que no son las mías? “Yo” me pierdo a mí mismo, me torno en una extraña a mí misma. El arrepentimiento surge para recuperar la relación conmigo mismo, con mi persona. Tiendo ese puente para “volver a mí”, y luego, cuando (te) expreso mi arrepentimiento, lo tiendo hacia ti, para poder volver a recuperar nuestra relación. por Michèle Croquevielle
¿Cuándo la relación de pareja puede ofrecernos un espacio de desarrollo y desenvolvimiento personal? Cuando el encuentro es en realidad un doble encuentro, con el otro y, a través del otro, conmigo mismo. Cuando el otro, el tú, me refleja, como un espejo espiritual, mi ser persona, a la vez que el yo hace lo propio con el tú, a través de un diálogo respetuoso, en que soy legitimado, visto, considerado por el otro. por Gabriel Traverso
Etapa fundamental en el desenvolvimiento de la Persona. Ya ha conocido sus capacidades y sentimientos. Sin embargo, ahora le corresponde el desarrollo de una identidad propia. Los padres muchas veces se asustan al igual que sus hijos, pues deben soltarse de las manos y confiar. Y ese proceso puede ser aterrador o muy confiado. Por Michèle Croquevielle