Estás escuchando TÚ TIENES LA LLAVE, el podcast del crecimiento personal. En el que hablamos de temas como el poder interno, la gestión de las emociones, la confianza, la autoestima... en definitiva, donde Tú Tienes la Llave.
Cuando creemos que todo está perdido, es necesario que hagamos acopio de todos los recursos de que disponemos: aquellos que nos parecen importantes y los que creemos que no lo son, aquellos que nunca hemos utilizado y los que sí.
Si optamos por la aceptación y la adaptación, y nos ponemos en marcha para ir «a favor» de nuestra propia vida, formaremos parte de la evolución, formaremos parte de la naturaleza misma, formaremos parte de las soluciones y remaremos a favor de los vientos del cambio y de la conciencia.
Lo que está ocurriendo ahora en nuestras vidas nos une más que nunca. Nos damos cuenta de lo conectados que estamos: respiramos el mismo aire, bebemos la misma agua, sentimos el mismo miedo y la misma esperanza. Nos encontramos ante una nueva posibilidad de aprender a vivir la vida desde otra perspectiva...
El hecho de vivir con un estrés constante, sostenido en el tiempo, nos aleja de la capacidad natural de los mecanismos de adaptación, aquellos por los que el cerebro puede prestar atención para ver las cosas con perspectiva y tomar buenas decisiones; estos mecanismos también activan la creatividad y la memoria.
La naturaleza de nuestras creencias puede contribuir a nuestra libertad interior; por eso es conveniente que indaguemos cuáles son, las revisemos y las transformemos a partir de comprender que somos los arquitectos de nuestra vida.
La búsqueda de la verdad es recorrer un laberinto profundo hacia uno mismo; es el camino que nos enseña sabiduría e intuición, para ver de manera clara el engaño y la manipulación, provengan de donde provengan. Es un viaje en solitario que te lleva a la cima de la libertad; es en ese momento cuando la verdad se descubre ante ti tal y como es. Y si quizás ocurre que dejas de verla un tiempo, será la señal para iniciar de nuevo su búsqueda. Una vez que la has visto ya no te dejas llevar por las apariencias.
Una sana autoestima es un requisito fundamental para nuestra felicidad. Es un sentimiento que equilibra nuestros pasos en el trayecto de nuestra vida. La sana autoestima juega siempre a nuestro favor; no se deja atrapar por la autocrítica destructiva e hiriente.
Cuando hay plena sintonía entre lo que haces, lo que dices y lo que sientes entras en el estado de coherencia; en este estado la interferencia vibratoria suma, no resta.
Somos lo que comemos, somos lo que pensamos y somos lo que sentimos. Se podría decir que nos convertimos en aquello que hemos elegido; por tanto, sabemos la importancia que tiene cuidar cada uno de estos planos: el físico, el mental y el emocional. Es muy importante que estos planos estén bien alineados y equilibrados para que dicha información sea fluida y efectiva con el fin de que la capacidad de autorregulación y autocuración del cuerpo esté activa y en óptimas condiciones.
El amor que nos sana no tiene nada que ver con la resignación. Se trata de integrar la sabiduría que hay en la toma de nuestras decisiones, las que sean, ya se trate de quedarnos o de marcharnos, pero siempre aprendiendo y descifrando el mensaje que la vida nos da, aceptándola, creciendo con ella para convertirnos, así, en seres resilientes y no en víctimas de las circunstancias.
Creemos que el éxito laboral, el dinero, conseguir todo cuanto queremos nos dará la felicidad, y muchas veces olvidamos lo importante que es cultivar unas relaciones sanas y enriquecernos compartiendo nuestros sentimientos, nuestras inquietudes, nuestros logros, nuestros fracasos, nuestras risas y nuestras lágrimas, y convertir así nuestra vida en una vida plena y feliz.
Cuando uno sabe amarse a sí mismo, se respeta, se escucha, sabe poner límites sanos en los momentos adecuados y sabe ponerlos a las personas a la que deben ir dirigidos. Cuando uno se ama, conoce su luz y acepta su sombra. Cuando uno se ama de verdad, la autoestima se coloca de forma natural, la claridad de pensamiento y acción se manifiesta y el corazón habla.
Meditar es algo natural en el ser humano. Es la necesidad interna de entrar en la soledad del silencio, ese silencio insondable que nos conecta con nuestra esencia.
Normalmente concebimos y ejercemos la crítica entendida como juzgar negativamente a otras personas. En la antigua Grecia, la crítica era una auxiliar de la filosofía en su afán de encontrar la verdad. En el mundo de la ciencia, la crítica está asociada a la capacidad de discernir y analizar. Como buscadores de la verdad que somos, fortalecer el músculo del discernimiento nos dota de un criterio más amplio y eficaz para aplicarlo en nuestra propia vida diaria, con nuestros actos cotidianos, que son la muestra empírica del experimento que estamos llevando a cabo para encontrar caminos hacia ser mejores personas, más coherentes y justas. De esta manera, la crítica se convierte en una excelente herramienta de autoconocimiento, lo cual también favorece la introspección y la libertad de pensamiento.
La risa mejora la actividad cardiovascular y esto contribuye a alargar la vida, mejora el sistema respiratorio, promueve la liberación de toxinas, mejora el estado de la piel, fortalece nuestra autoestima y fomenta las relaciones, contribuye a la imaginación y a la creatividad, y mejora la memoria, ya que la mejor forma de aprender es divertirnos (los recuerdos alegres se instalan mejor en el cerebro).
Agradecer con conciencia cuando somos adultos es entrar en el estado de gracia, un estado en el que los niños juegan con soltura. Entrar en el estado de gracia significa entrar en un estado de Bendición, o sea de bien decir… Cuando pedimos o enviamos bendiciones entramos en un campo de pensamientos, sentimientos y emociones de alta calidad, de elevada vibración.
La vida es un libro en blanco que vamos escribiendo en cada una de nuestras elecciones: reflexionar, meditar, escuchar, respirar, actuar... Nos ayuda a abrir nuestra mente y a expandir nuestra conciencia. Si vamos en post de un plan mayor y, no estamos presentes ni atentos ni manifestamos nuestras mejores cualidades humanas, habremos perdido una batalla al ego y será momento de volver a comenzar.
Ponemos el acento en lo que no nos gustó y obviamos por ejemplo los cuidados que recibíamos cuando estábamos enfermos. Además, esas enfermedades infantiles nos hacían crecer en estatura, a lo alto. Dedica un instante a evocar esas situaciones… Si pusiéramos el acento en los buenos recuerdos, tendríamos la oportunidad de hacer crecer el verbo honrar, pues creceríamos en respeto, en agradecimiento, en amor.
Crecer cuando hemos crecido, volver a nacer después de haber nacido, nos convierte en seres dotados de grandeza y espíritu guerrero, pero sin escudos ni espadas; nos convierte en seres dispuestos a vivir, que se dejan la piel en el camino. Si nuestras diminutas células no se resisten a regenerarse, ¿cómo no lo van a hacer un corazón y una mente valientes que aceptan los azares de la vida?
La imaginación, que es un proceso cognitivo superior, nos permite generar representaciones y percibirlas con la mente. Y lo mejor es que no es necesario que estas representaciones existan en el entorno. A través de la imaginación, el ser humano crea, inventa y evoluciona. Albert Einstein dijo que «la imaginación es más importante que el conocimiento».
La coherencia biológica es un estado que se produce cuando nuestras distintas partes fisiológicas están trabajando conjuntamente en armonía. Es un estado en el que todos nuestros sistemas fisiológicos están sincronizados con los ritmos del corazón. Si sentimos ira, frustración o miedo vemos que esas señales electromagnéticas procedentes del corazón son caóticas, mientras que si sentimos emociones como compasión, amor o gratitud vemos unas señales armoniosas, que se convierten en ondas electromagnéticas coherentes.
Es importante y necesario implementar hábitos saludables. No somos partes aisladas que caminan separadas, sino que somos un microcosmos interconectado físico, mental, emocional y energético que, si está en equilibrio y armonía, nos otorga una buena calidad de vida y contribuye directamente a nuestra felicidad.
Podemos conseguir lo que nos proponemos si somos constantes en nuestro propósito y contamos con esta capacidad: el poder de la intención, el poder de la voluntad, el poder de la determinación. Todo ello nos hace ser mujeres y hombres capaces de conseguir nuestros sueños.
Seamos conscientes de la naturaleza impermanente de las cosas y de la naturaleza propia de nuestro Ser que aguarda en el silencio, que nos libera y nos fortalece.
El ser humano tiene 3 edades: la edad biológica, la edad cronológica y la edad psicológica. Cada día somos más conscientes de que cuidarnos e implementar hábitos saludables en nuestra vida cotidiana, no solo físicos sino también emocionales, es fundamental para construir nuestro bienestar y armonía.
Nos regeneramos, aprendemos, cometemos los denominados errores, que a veces se convierten en grandes aciertos, y vamos evolucionando, vamos haciendo nuestro camino. Esta perfecta imperfección nos permite seguir descubriéndonos, descubrir el vasto universo del que estamos hechos y que a su vez nos rodea.
Muchas veces olvidamos la magia que nos rodea, esos hechos singulares que ponen una nota de color a la vida cotidiana, y que nos convierten a veces en instrumentos claves para el mayor bien de otras personas o de nosotros mismos. Pongamos atención a los hechos mágicos que nos acontecen y disfrutemos de todo su significado.
Disfruta de la vida, la vida es bella. Déjate sorprender con valentía y decisión respira profunda mente. Esta en ti encontrar su belleza oculta.