Tus miedos inician cuando el terror supera a la realidad.
Nunca he creído en fantasmas.O al menos, no lo hacía antes de aquel turno.https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
No soy el primero ni el último en decir que manejar tráiler de noche te cambia. No solo por el cansancio, ni por los tragos de café frío que te mantienes echando encima como si fuera gasolina. Es otra cosa… una sensación que solo entienden los que pasan más tiempo entre el asfalto y la negrura que entre cuatro paredes. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Me llamo David Martinez, tengo 34 años y vivo solo en un departamento de dos habitaciones en el centro de Guadalajara. Trabajo desde casa como diseñador gráfico, lo cual es una bendición… y una maldición. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Nunca fui supersticioso. Siempre me pareció absurdo temerle a cosas que no se pueden tocar ni ver. Pero después de lo que viví, entendí que hay presencias que no necesitan materia para ser reales.https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Siempre supe que mamá era extraña.No me refiero a las manías comunes que tienen las viejas solitarias, como hablarle a las plantas o coleccionar muñecas de porcelana. No, lo de ella era diferente. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Después del funeral de Sofía, lo más difícil no fue dormir solo.Lo más difícil fue despertar. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Me llamo Esteban.Durante treinta y dos años serví a Dios, predicando el arrepentimiento y el perdón en esta iglesia vieja y olvidada: San Bartolomé de los Caídos. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Desde que me gradué en psicología clínica, siempre me sentí atraído por los casos extremos. Algo en el borde afilado de la locura me fascinaba… como si, al mirar dentro de esas mentes destrozadas, pudiera comprender algo más profundo de la naturaleza humana. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Nunca pensé que encontraría el infierno en un lugar lleno de estatuas de cera.Cuando acepté el trabajo como guardia nocturno en el Museo de Cera de la Ciudad de México, pensé que sería fácil: rondas cada hora, revisiones básicas, y la comodidad de un edificio cerrado durante toda la noche. Me atraía la paga, claro. Nadie quiere trabajar en el turno nocturno, así que el salario era mucho mejor. Y yo necesitaba el dinero. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Todo comenzó por aburrimiento.Una noche cualquiera, entre la 1 y las 2 de la madrugada, me encontraba en mi departamento, solo, como siempre. Las luces apagadas, una vela encendida sobre el escritorio y el monitor brillando en medio de la oscuridad. Estaba explorando ideas para un video extraño para mi canal de YouTube, algo diferente, algo que llamara la atención. Y ahí fue cuando tuve una idea absurda: ¿Qué pasaría si le preguntara a una inteligencia artificial cómo contactar a los muertos?.. https://patreon.com/LEYENDASURBANASOFICIAL?utm_medium=unknown&utm_source=join_link&utm_campaign=creatorshare_creator&utm_content=copyLink
Ese museo no parecía un museo.Las paredes estaban cubiertas de crucifijos y vitrinas. Las luces eran cálidas, pero no suficientes. El aire estaba viciado, como si no hubiera sido renovado en años. Una especie de aroma a incienso mal quemado, mezclado con polvo antiguo y algo más…
Mi nombre es Iván Castillo. Soy creador de contenido. Un tipo más con una cámara, una voz grave entrenada a pulso y la necesidad de asustar a la gente para ganarme la vida. Durante años, mi canal “Dimensión Oculta” ...
Nunca pensé que sobreviviría para contar esto. Cada vez que cierro los ojos, aún escucho el chirrido de esa maldita sierra, el crujido de huesos partidos y los gritos…
Era el verano del '69 cuando el infierno llegó a Black Hollow.Recuerdo la noche con una claridad que me quema por dentro. El aire olía a hierba cortada y a tierra mojada, y yo estaba en el porche de mi cabaña, fumando un cigarrillo mal liado, cuando el cielo se rasgó...
Nunca debimos ir. Esa es la única verdad que me queda, la única certeza que no ha sido devorada por la oscuridad. Los manuales, los entrenamientos, las simulaciones… nada nos preparó para lo que había allí...
Había leído sobre la extraña maldición del puente, sobre los perros que, sin razón aparente, saltaban hacia la muerte...
Los pasillos, las antiguas habitaciones, capillas, armarios, cuartos de baño, salas de recreo, la morgue… aquello fue un manicomio en palabras propias de la época. Sus trabajadores lo llamaban hospital psiquiátrico. Hay decenas de leyendas sobre Oña. Todas tienen su verdad y su leyenda...
Mi nombre es Daniel, y hasta hace un mes, mi vida era completamente normal. Trabajaba como contador en una firma pequeña en Miami, llevando una existencia monótona pero segura. Todo cambió cuando mi esposa, Laura, me dejó. Después de diez años de matrimonio, decidió que ya no me amaba. No hubo discusión, no hubo segundas oportunidades. Simplemente se fue, dejándome una nota y un vacío que no sabía cómo llenar...
Nunca pensé que terminaría aquí. La prisión de máxima seguridad de soto del real, en Madrid España, era un lugar del que solo había escuchado historias en susurros, como si pronunciar su nombre en voz alto pudiera atraer la desgracia. Pero yo lo merecía. Lo sabía desde el momento en que las manos de aquella mujer dejaron de forcejear y su cuerpo quedó inmóvil bajo mis manos...
La siguiente anécdota que les voy a contar no espero que la crean, pero quiero que la escuchen y por lo menos piensen un poco en sus desiciones y acciones durante su vida, por mi seguridad no voy a mencionar mi nombre solo les diré que vivo actualmente en el estado de Querétaro en México...
ANÉCDOTA ENVIADA.Desde que nos mudamos a esta casa, nada ha sido igual. Todo comenzó con la muerte de mi esposa, Clara. Fue un accidente, dijeron. Un trágico desliz en las escaleras del antiguo apartamento. Pero yo sé que no fue un accidente. Aquella noche, antes de caer, escuché su grito desgarrador, seguido de un susurro que no provenía de ella. Un susurro que aún resuena en mis oídos...
No soy un tipo supersticioso. Nunca lo fui.Me llamo Daniel, tengo 27 años y siempre he sentido una atracción extraña por los lugares abandonados. No sé si es la adrenalina, el misterio o el simple morbo de estar en sitios que la gente evita, pero desde hace años, me dedico a explorarlos...
Siempre me había fascinado lo macabro, me atraían las historias de fantasmas, los lugares abandonados y los secretos que yacen bajo la superficie. Por eso, cuando llegué a París, no pude resistir la tentación de visitar las catacumbas...
Mi nombre es Daniel, y siempre he sido un escéptico. Sin embargo, mi fascinación por lo desconocido me llevó a emprender un viaje solitario a Escocia, específicamente a las Tierras Altas, donde se encuentra el famoso lago Ness. Había leído innumerables historias sobre el monstruo que supuestamente habitaba sus aguas, pero nunca las tomé en serio. Para mí, era solo una leyenda, un cuento para turistas...
Era una noche fría de Marzo cuando decidí ir al cine recién remodelado en el centro de la ciudad. Habían promocionado la reapertura con grandes estrenos y descuentos, y aunque no soy un gran fanático de las multitudes, algo me atrajo a ese lugar. Quizás fue la curiosidad de ver cómo habían modernizado el viejo edificio que llevaba décadas en pie. O tal vez fue el hecho de que necesitaba distraerme de mi rutina monótona. Lo que no sabía era que esa noche cambiaría mi vida para siempre...
Mi nombre es Daniel Suárez y he trabajado como controlador de tráfico aéreo durante más de veinte años. He visto de todo: emergencias, aviones en peligro, fallas de comunicación, incluso reportes de objetos extraños en el cielo. Pero nada, absolutamente nada, me preparó para lo que ocurrió aquella noche...
Siempre me ha gustado la radio. Desde niño, encontraba algo reconfortante en las voces que hablaban en la noche, llenando la oscuridad con relatos, noticias o música.Me hacía sentir acompañado, como si al otro lado de las ondas hubiera alguien que hablaba solo para mí. Ahora, soy yo quien ocupa ese lugar...
Siempre pensé que los templos eran un refugio, un sitio donde los perdidos podían hallar paz.Por eso acepté el trabajo en la iglesia de SanMiguel.Llegué al pueblo sin un centavo, sin un destino claro, solo con una maleta y el cansancio de alguien que ha pasado demasiado tiempo huyendo de algo-o de sí mismo...
Cuando acepté el trabajo como velador en la primaria “José María Morelos”, no pensé que sería gran cosa. Necesitaba el dinero, y la idea de vigilar una escuela vacía no me preocupaba. El turno nocturno no me molestaba; había trabajado en cosas peores...
Era casi la una de la mañana cuando salí del bar, pero no era una noche común. Había estado ahí más tiempo del que debía. El bar, oscuro y abarrotado, se había convertido en mi refugio durante los últimos días. Cada trago parecía ahogar un poco más la creciente sensación de desesperación que me invadía. Había tenido una semana difícil: una discusión con mi novia, el estrés en el trabajo y la angustia de sentirme atrapado en una vida que ya no me hacía feliz. No quería volver a casa tan pronto, no quería enfrentarme a los recuerdos que me esperaban en esas cuatro paredes. Solo deseaba evadir todo, aunque fuera por unas horas...
La estación estaba vacía, no era la primera vez que tomaba el metro tan tarde, pero aquella noche algo se sentía diferente. El silencio era más denso, como si se hubiera tragado los ruidos habituales: los anuncios por los altavoces, los pasos de los últimos pasajeros, el zumbido de las máquinas expendedoras.
Era una noche fría de octubre. La luna llena brillaba con una intensidad casi sobrenatural, arrojando su pálida luz sobre la ciudad dormida. Había un silencio inquietante en el aire, roto solo por el susurro del viento que serpenteaba entre las calles desiertas. Era el tipo de noche en la que la realidad parecía desdibujarse, en la que las sombras parecían moverse cuando no las mirabas directamente...
Me llamo Javier y trabajaba como asistente forense en la morgue del Hospital San Gabriel. Digo “trabajaba” porque, después de aquella noche, jamás volví a pisar ese lugar....
Hoy vengo a contarles una serie de acontecimientos aterradores que viví durante un tiempo en una casa que construí desde cero y cuando la construimos jamás encontramos nada extraño y pese a que duró muchos años deshabitada jamás fue testigo de alguna desgracia, no fue hasta que decidí irme a vivir solo que algo aterrador comenzó a acecharme...
Desde que tengo memoria, siempre he sentido que alguien me observa en la oscuridad. Incluso cuando era niño y dormía con la puerta de mi habitación bien cerrada, siempre había una sensación extraña, como si algo invisible se escondiera en las sombras, acechándome...
Compré una casa en un fraccionamiento nuevo, rumbo al Salto, en Jalisco. La ubicación me quedaba un poco retirado de mi trabajo, pero fue lo que alcancé a comprar con mis puntos de INFONAVIT. Era una casa pequeña completamente nueva.En un lugar así, uno jamás se imaginaría que en un sitio donde no ha vivido persona alguna, donde los muros jamás han presenciado peleas o agresiones, pudiera llegar a estar embrujado, pero ahora se que los fenómenos paranormales no respetan ni el tiempo, ni el espacio.
Cito literalmente las Palabras de una Medium que es amiga de la Familia. “Cada persona en la tierra está acompañada de un espíritu el cual puede ser agresivo, pasivo o inquieto… ellos saben que no podemos verlos, pero siempre hay un límite que es sobrepasado…”
Yo creo en las energías, pienso que la vida no termina con la muerte, esto lo podemos percibir cuando visitamos lugares viejos, donde mucha gente pasó, al igual que pasaron sus emociones, sus anhelos, rencores y demás sentimientos. En pocos lugares se concentran tantas energías con emociones inconclusas como en la morgue, personas que necesitan resolver el misterio de sus muertes, las cuales muchas veces son violentas o injustas.
Está es una historia real, me tocó vivirla en carne propia, como uno de los principales protagonistas, muy cerca y tener una participación muy cercana y activa, quién iba a decir que iba a ser la experiencia más grande de mi vida y con tintes de terror y de brujería, que, por cierto, yo no creía en nada de eso y hasta me burlaba de todo aquel que si creía y se espantaba por ese tipo de situaciones….
Luego de trabajar todo el verano, estaba muy entusiasmado, aquellos ahorros y dinero que me había ganado dignamente me alcanzaba para poder adquirir aquella pantalla que tanto deseaba, pues la mía se había quemado semanas atrás y eso me impedía poder ver mis series favoritas, específicamente me encantaban las de terror y suspenso, lo paranormal era aquel género que se me hacia muy interesante.
Siempre me he mostrado escéptico con las historias de apariciones de fantasmas en las carreteras, y en general con las cosas paranormales.
Desde que tengo memoria, siempre he tenido fascinación por lo paranormal y las cosas que no podemos explicar. Con el tiempo, me había hecho de una buena cantidad de amigos con intereses afines, los cuales un día, sin más, me invitaron a jugar con una ouija en una casa abandonada. Invitación a la cual no pude resistirme.
Ya han pasado muchos años de cuando me tocó vivir esto que voy a contar, teniendo en cuenta que es un caso relacionado con la Iglesia, además como no es común que alguien como yo escriba una historia así, evitaré decir mi nombre, pero empiezo contando que soy Sacerdote y me prepare para ser Exorcista...
Ya han pasado 10 años de aquel suceso, pero lo recuerdo claramente, pues es la experiencia más aterradora que he vivido.
Hace un par de años me gradué de comunicación, cuando empecé a estudiar admito que me veía a mi mismo trabajando en el campo del periodismo o la redacción, pero como la vida da muchas vueltas terminé por encariñarme con el campo audiovisual.
Hoy quiero compartirles una historia, que no me he atrevido a contar antes, pues la mayoría de mis amigos suelen ser muy burlones e incrédulos.Por eso elijo contarla por este medio, pues se que a mas de alguna persona que me esté escuchando, habrá pasado por algo parecido, y sabrán que este tipo de historias pasan, pero no todos pueden contarlas, pues no todos salen a salvo.
Toda mi vida he trabajado en vigilancia, al igual que muchas personas durante el inicio de la pandemia de COVID me quedé sin empleo, debido a que la empresa de vigilancia en la que trabajaba tuvo que hacer recortes de personal ya que varias oficinas a las que se les prestaba ese servicio cerraron.
Mi vida como enfermero en aquel viejo hospital solía ser bastante rutinaria y monótona. Todo eso cambió, sin embargo, cuando conocí a Fabián. Fabián era un enfermero algo extraño, con una afición por lo macabro y lo sobrenatural. Nos hicimos amigos rápidamente debido a nuestros turnos nocturnos y a nuestra afinidad por el género de terror. Fue en una de esas noches cuando Fabián me compartió una historia que nunca olvidaré.
Soy el hijo único de una familia pequeña, pero ya mayor, la cual vive en la colonia Roma del Estado de México, siempre suelo visitar a mis padres los fines de semana, ya son una pareja de avanzada edad, muy seguido llegan a tener visitas de vecinos para ayudarles en lo que se ofrezca por lo prolongada de su edad.
Cuando era niño y veía películas de terror solía tener pesadillas relacionadas con ellas, en ese tiempo a la edad de 9 años aun dormía en el mismo cuarto donde dormían mis padres, por ese motivo me generaba menos miedo el ver películas de terror y tener pesadillas, pues de alguna manera sabía que contaba con el acojo de ellos.
Había una vez un antiguo manicomio abandonado en las afueras de un pequeño pueblo. Durante años, se había convertido en un lugar temido y considerado maldecido por la gente del área. Se decía que estaba habitado por espíritus y almas perdidas de aquellos que habían perdido la cordura entre esas paredes.