Prédicas, sermones, homilías a tiempo y a destiempo. ¡Todo tuyo, María, nada sin ti!
Con motivo del año de preparación para el Jubileo de 2025 dedicado a la oración, comenzamos unas catequesis desde el Catecismo de la Iglesia Católica
Plática para el Capítulo de Nuestra Señora de las Victorias y Santiago Apóstol que peregrina como "ángel guardián" en Nuestra Señora de la Cristiandad a Luján, Argentina.
Tras la peregrinación a Covadonga de Nuestra Señora de la Cristiandad, hay algo llamativo: un gran número de jóvenes se siente atraídos por esta forma del rito romano. Veamos una introducción, muy simple, a este tesoro de nuestra tradición.
Una sencilla reflexión sobre la fiesta de la Asunción de la Virgen.
Plática predicada en la adoración previa a las II vísperas de la Santísima Trinidad. Un breve fervorín y comentario a la hermosa oración de santa Isabel de la Trinidad a "sus Tres".
Vamos a introducirnos en la Santa Misa y en las distintas partes que se pueden distinguir de una manera distinta. ¿Nos quedarán claro los pilares que sostienen la celebración del misterio de la fe?
Ante la sequía que nos aflige, nos disponemos a rezar para que Dios nos la conceda. Con humildad y confianza. Con fe.
La luz de Cristo nos ilumina desde la celebración litúrgica de sus misterios.
Santa Madre de Dios, Circuncisión del Señor y Año Nuevo.
En la parroquia de San Juan queremos conocer mejor a Santa Teresita del Niño Jesús: sus escritos autobiográficos son la mejor manera, y por eso, para celebrar el 150 aniversario del nacimientode la "Florecita de Jesús", vamos a leer "Historia de un Almq". ¿Nos acompañas?
Meditación pronunciada en la tarde la de la fiesta de Cristo Rey a los adoradores del grupo de AEP en Puertollano.
El escapulario, signo de perseverancia
Oh piadosa, oh dulce siempre Virgen Maria
A los desterrados hijos de Eva, vuelve tus ojos misericordiosos
Vamos recorriendo la Salve, y hoy contemplamos a María como "Vida y dulzura nuestra"
Mª. del Carmen Tapiador, carmelita seglar, nos introduce en la vida y el mensaje de Santa Teresa del Niño Jesús.
Meditación sobre Flp 3, 17 - 4, 1.
Comenzamos los retiros parroquiales y nos dejamos educar por la Virgen. A Ella queremos amar y consolar, como nos ha pedido en Fátima, Pontevedra y tantas veces más.
¡Todo tuyo, María! ¡Nada sin ti!
En la Sagrada Eucaristía nos encontramos realmente a Cristo: nuestra consagración será hacer vida la eucaristía y poner en el centro de nuestra vida la Santísima Eucaristía.
Durante el retiro, celebrado en forma de cenáculo, se predicaron los misterios. Se ha omitido el rezo de los misterios, para poderlos hacer personalmente cada uno.
Nuestra consagración, renovación de nuestras promesas bautismales, no es otra cosa que amar a Jesucristo como lo único digno de ser amado, lo que centre del todo nuestro amor, el único al que entreguemos nuestro corazón.
Nuestra preparación nos encamina a vivir el misterio de la Encarnación, como Jesús, en total dependencia de María.
"¿Y quién es aquel que te ama, y no te ama crucificado? En la cruz me buscaste, me hallaste, me curaste y libraste y me amaste, dando tu vida y sangre por mí en manos de crueles sayones; pues la cruz te quiero buscar y en ella te hallo, y hallándote me curas y me libras de mí, que soy el que contradice a tu amor" San Juan de Ávila, carta 58.
¡Jesús, Jesús, sé siempre mi Jesús! No busquemos otra cosa que saber e imitar la vida de Jesucristo.
En la contemplación de la Pasion del Señor podremos crecer en el conocimiento de su persona y misterio.
Comenzamos la última semana de preparación a la Consagración Mariana dedicando estos días al conocimiento de Jesucristo, verdadero fin de toda devoción. Acojamos la palabra de Cristo: "Ahí tienes a tu Madre" y Ella nos llevará al conocimiento interior de los misterios de la vida del Salvador.
En este día nos queremos prepara a recibir el Espíritu Santo, que habita en María, para vivir según sus influjos. Por ello queremos aprender a vivir la oración, desde el retiro y silencio, la comunión, la fidelidad y la perseverancia, como enseñó María a los apóstoles.
Siete efectos de esta devoción perfecta: humildad de espíritu, fe luminosa, libertad de conciencia, confianza filial, alegría en el espíritu, frutos de vida eterna y mayor gloria a Dios.
La Consagración Mariana es el camino fácil, corto, perfecto y seguro de llegar a Dios. En el Corazón Inmaculado de María se encuentran Dios y el hombre.
La Consagración Mariana es renovar los votos de nuestra bautismo en las manos, por los cuales nos enteramos del todo a Ella: cuerpo, alma, bienes materiales y espirituales, pasado, presente y futuro.
Cinco notas de la verdadera devoción a la Virgen: ha de ser interior, tierna, constante, santa y desinteresada.
Tres formas de devoción a la Virgen, a cada cual más perfecta, para llegar a ser todo de Dios, como María.
Comenzamos la semana dedicada al conocimiento de María, y para ello nos vamos a impregnar de sus virtudes, sobre todo de su admirable disposición a servir a su Hijo Jesucristo en el plan de la Redención.
La Consagración es vivir la infancia espiritual: santa Teresita del Niño Jesús nos enseña cómo.
El espíritu del mundo nos incita a desear el dinero, la vanidad y el placer. Por el contrario, tener espíritu de siervos es caminar en humilde confianza y obediencia, aceptando con paz las contrariedades de la vida.
El conocimiento de uno mismo nos debe llevar a reconocer el pecado como lo que es, realmente pecado, sin poner paliativos, excusas o paños calientes. ¡Espíritu de la Verdad, haznos reconocer la verdad de nuestra vida!
¿Cómo juzgamos a los demás? ¿Con rigor o con misericordia? ¿Cómo queremos ser juzgados? Pidamos a la Madre de Misericordia que tengamos un corazón limpio para ver el bien en los otros, sabiendo disculpar y perdonar las ofensas y errores.
"Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera"
El espíritu de María es espíritu de obediencia humilde y confiada, gozosa de corresponder al amor de Dios con amor en todas nuestras obligaciones. Somos polvo, lodo, nada, pero somos amados por Dios. El Señor nos invita a entrar a su servicio, y a servir con Él. ¿Le diremos que no?
Comenzamos la segunda parte de nuestra preparación, y lo haremos durante toda esta semana procurando crecer en el conocimiento de uno mismo. ¡Pidamos el don del Espíritu Santo! No nos lo negará nuestro buen Padre Dios a los que queremos ser todo suyos como lo fue María.
Llegamos al final de estos primeros doce días con el deseo ferviente de vaciarnos del espíritu del mundo, que es lo más contrario al espíritu de humilde confianza y obediencia que habita en María. Como enseñan con su vida los santos, queremos vivir sólo haciendo lo que más alabe y sirva al Señor.
¿Quién puede estar seguro cumplir todos sus propósitos? ¿Quién dará palabra de perseverar hasta el fin? San Luis María nos enseña a desechar esa tentación y a ocuparnos de ser fieles AHORA y pedir a la Virgen que ruegue por nosotros a LA HORA DE NUESTRA MUERTE. Todo es gracia, y todo nos viene por medio de María.
Vamos apurando los días preliminares, donde queremos arrojar de nosotros el espíritu mundano, opuesto a la entrega a Dios, y acoger el Espíritu Santo por medio de María, espíritu de humilde servidumbre, que nos llenará de alegría y nos hará verdaderamente libres.
En este octavo día y mañana, noveno, contemplaremos el capítulo 13 del libro I de la Imitación de Cristo, para estar atentos a las tentaciones del enemigo que quiere hacernos desistir de la obra de nuestra santificación.