Reflexiones sobre los consejos de Salomón para la vida. Consejos morales y ética para la vida.

El Señor no fue comprendido por su familia quienes trataron de persuadirlo para dejar de hacer su obra. Pero el amor de Jesús fue tan grande que hasta ellos se convierten en sus discípulos.

El Señor debe ser el rey que habite nuestro corazón para detener la arremetida del enemigo de las almas. No existen términos medios en esta guerra espiritual.

La ciudad Nínive y la Reina de Saba se van a levantar en contra de los hombre que escucharon y vieron los milagros de Jesús y no quieren creer en él.

El pecado imperdonable consiste en no dejarnos convencer de pecado, es no arrepentirnos de nuestras falta, es no pedir perdón. Es necesario dejar que el Espíritu guíe nuestra vida.

Jesús es el Siervo Escogido para derrotar a Satanás y traer vida y esperanza a la humanidad.

Jesús quien es el creador del sábado, enseña que en el sábado se debe hacer el bien.

Uno de los peligros que debemos evitar es que las tradiciones se vuelvan tan rigurosas que se nos olvide que las personas son más importantes que las cosas.

Jesús a revelado el amor del Padre y hace un llamado a venir a Él para hallar descanso, encontrar paz y tomar el yugo del servicio. Es la esencia del cristianismo.

Cada uno será juzgado por la luz que tuvo a su disposición. La indiferencia al mensaje de salvación puede llevar a muchos por el camino de la perdición.

Cuando la gente no quiere oír, por más evidencias que se de pues no oyen. Es hora de dejar las excusas y venir a Jesús para encontrar gracia y salvación.

La vida y obra de Juan nos habla de un hombre íntegro que cumplió fielmente su tarea.

A veces el milagro más grande que Dios puede hacer por un hombre fiel, no es librarlo de la cárcel sino acompañarle para fortalecer su fe.

Todo aquel que escucha el llamado de Jesús al servicio, debe ser consciente que es invitado a llevar la cruz del desprecio de mucha gente, incluso de la familia.

Los hijos de Dios son mensajeros de salvación, esparcen la luz de vida al mundo. Pero encontrarán oposición, no deben temer. Porque el Señor está pendiente de ellos.

El discípulo de Cristo es enviado a predicar, debe hacerlo con prudencia y tacto. Pero debe entender que su mensaje despertará en algunos celos y odio.

Dios les indicó lo que ellos debían hacer, a dónde debían ir y las precauciones que debía tomar para su obra no fuera estorbada.

Dios llamó a doce hombres común y corrientes, los formó y les dio autoridad para realizar una tarea extraordinaria.

El Señor ve a las personas como candidatas para el reino de Dios. Necesita obreros que vayan a esas personas y les extienda la invitación.

Ante la obra de Cristo existen dos reacciones: La de aquellos que se alegran y vienen a Jesús con fe. Y los otros que le rechazan y cierran sus oídos al amor De Dios.

Dios tiene la solución para los problemas más difíciles de resolver.

A veces las tradiciones y los ritos se convierten en algo tan importante que nos olvidamos que el Señor nos ama y que el evangelio sencillo de su amor nos fue dado para nuestro bien.

Jesús es vino a buscar y salvar a los pecadores. Su obra, su ministerio, su relación con el Padre tenía como objetivo salvar a los hombres del pecado.

Jesús tiene autoridad para perdonar pecados y tiene poder para sanar. Esa obra hoy la quiere hacer en tu vida.

Cristo es el único que puede calmar la tempestad que se levanta contra nosotros. Debemos aprender a confiar en él y dejar que haga su obra en nosotros.

Dos hombres querían ser discípulos de Jesús, el uno era impulsivo, el otro era más cauteloso. Cada uno de nosotros debe tomar una decisión y el rumbo de nuestra vida cambiará.

Jesús vino a mostrar el amor de Dios sanando a los enfermos y atendiendo sus necesidades. Hoy el Señor quiere hacer lo mismo con nosotros.

Jesús muestra que él es el Salvador de todos los hombres. Puede sanar incluso al siervo de un soldado romano.

Jesús vino a traer esperanza donde no la había. Sanar al leproso no solo demostró su poder sino su amor por la humanidad perdida.

Para no ser engañados por los falsos maestros y no estar en el lugar equivocado, debemos edificar nuestro carácter en la Roca que es Cristo. Solo allí estaremos seguros.

Jesús en su sermón nos lleva al final del tiempo donde muchos se perderán porque aunque hacían "obras buenas" no hacían la voluntad del Padre.

Jesús nos lleva al mundo de los resultados. Un buen árbol da buenos frutos, para nosotros implica una unión con la fuente de vida: Jesús. Y los resultados se verán de manera práctica en lo que hacemos.

Dios nos invita en la encrucijada de la vida que hagamos la mejor elección, que entremos por la puerta estrecha para transitar hacia la vida eterna.

Dios es un Padre amoroso que está listo para suplir nuestras necesidades, Él es justo, y desea que quienes le amen estén dispuestos a servir a su prójimo.

Dios no obliga a nadie, sus bendiciones están listas para aquellos que las piden, las buscan y clamar por ellas.

Dios nos ha enviado a ser embajadores de esperanza, no justicieros de la verdad. Debemos amar al prójimo no condenarlo.

Jesús nos llama la atención a tener cuidado con juzgar a los demás, no debemos ser conciencia de otro. Nuestra norma de conducta es la Palabra de Dios.

Dios nos llama a confiar en él y que ocupe el primer lugar en nuestra vida y las demás cosas serán añadidas. Dios nos llama a vivir el hoy y no angustiarnos por el mañana.

Tres ilustraciones de la naturaleza usa Jesús para mostrar lo innecesario que es la preocupación por el futuro que nos impida vivir un presente bajo la dirección del Señor.

La ansiedad es exceso de preocupación por el futuro que nos impide ver el presente, Dios desea que veamos las cosas en su verdadera dimensión.

Una personas no puede tener dos amos, porque su servicio no será completo. Dios espera un servicio total de sus hijos.

¿Qué es lo más valioso para nuestra vida? Allí está nuestro corazón. ¿Cómo está nuestra visión? Allí necesitamos el colirio del Espíritu Santo.

Cristo aborda otra práctica que debe llevarnos a analizar el motivo de su práctica, el ayuno no debe ser penitencial sino una experiencia de crecimiento espiritual.

La tercera petición personal: no nos metas en tentación y líbranos del mal. Es dependiendo de Él como seremos vencedores.

El perdón es el más grande regalo que Dios nos ofrece a los hombres. Pero el perdón recibido se debe extender a nuestro prójimo.

El padre nuestro nos enseña a orar por las necesidades básicas: El Pan nuestro de cada día. Este petición tiene lecciones importantes que nos llevan a la acción.

Cuando oramos al Padre debemos desear en palabras y en acciones concretas que deseamos que venga su reino y se haga su voluntad.

Jesús nos ofrece una oración modelo como una guía que nos ayuda a hacer de ese momento especial una experiencia con Dios.

La segunda lección que Jesús quiere darnos es sobre la oración. La misma no es rito ni una experiencia. Es un encuentro con Dios.

Jesús lleva a las personas a reflexionar sobre los motivos que los llevan a hacer lo que hacen. ¿Qué buscan a cambio? o ¿Los guía el amor?

Jesús nos lleva a revisar los motivos que nos llevan a hacer lo que hacemos.

Dios nos pide amar a nuestros enemigos y que es ese camino lo que nos llevará a la madurez de carácter de aquellos que quieren vivir en su reino.