Le invito a conocer que dice la biblia acerca de nosotros y su maravilloso plan.
Sintiéndote solo? Siempre tendrás sus promesas.
No olvidemos prestar atención para evitar que tanto la maldad como el pecado contaminen y paguen nuestra luz.
Dedica tiempo a escuchar la voz de Dios a través de la oración, meditación, y lectura de la palabra.
Segunda lección para aprender a dominar el ego.
La situación difícil que estás pasando, puede convertirse en el camino que te llevará al milagro que esperas.
Sin duda la ansiedad puede tener un efecto devastador sobre la salud.
Existen muchas razones para confrontar la ansiedad, aquí veremos algunas.
Necesitamos entender el origen de nuestra ansiedad para enfrentarla correctamente.
Las emociones son un regalo de Dios, necesitamos aprender a dominarlas, antes de ser dominados.
La vida, una larga lección de humildad. Eres mi hno, eres mi herramienta, puedo perdonarte.
El dolor es el lugar más seguro para hallar a Dios. No hay forma de llegar a la alegría sin pasar por el sufrimiento.
El amor es la única virtud que mis distingue como hijos de Dios.
En cada reacción negativa de los demás se esconde la necesidad de ser amado, aceptado.
Lo que más me irrita de los demás frecuentemente es un espejo de mis propias debilidades.
Todo está bien tal como está! Y lo que no es bueno, siempre vendrá a enseñarme.
Honro mi vida tomando mis propias decisiones. No culpo a nadie, nadie me culpa a mi.
Dentro de mis prácticas cristianas está mi prójimo. Negarme a involucrarlo es negarme a crecer.
La vida es como es, solo debo asegurarme que Dios esté en cada paso.
Todo lo que envío regresa, todo lo que siembro cosecho. Llegó el momento de tirar estas piedras al lugar que pertenecen.
No tenemos que estar de acuerdo para ser hermanos, basta el respeto y el amor para estar unidos.
Juzgar cada cosa que me ocurre es una tarea estéril, llena de falsas interpretaciones y temores. Necesito someter mi mente a CRISTO.
Detrás del enojo se esconde una verdad, lo único que quiero es amor.
Necesito aceptar que estoy enojado y que es válido experimentar el sentimiento
Mi paz no depende de las circunstancias, aunque no lo parezca, de mi paz sólo yo soy responsable.
Debemos reconocer que la persona más difícil de perdonar somos nosotros a nosotros mismos.
Recordarás muy rápidamente a aquellos que te han ofendido. Es necesario que con igual rapidez recuerdes a los que tu has ofendido. Por hoy te perdono.
Perdón, el más grande regalo que tenemos que aceptar.
Nos cuesta olvidarnos de nuestros derechos, pero en Cristo hallaremos la fuerza para cumplir el objetivo.
Solo estando cerca de Dios, el matrimonio logra cumplir su único propósito, modelar la relación entre Cristo y su iglesia.
La meta del matrimonio va más allá de nuestros deseos. La meta debe ser santificar al otro, acercándole cada vez más a Dios.
Entender y practicar nuestro rol en el matrimonio glorifica a Dios.
La pareja que no cumple el rol establecido por Dios, fractura el hogar.
El esposo es la cabeza, la mujer debe seguir su guía. Todo lo que atente contra este diseño, atenta contra el matrimonio.
Siempre nos parecerá que tratamos a nuestra pareja mejor de lo que merece.
En busca de satisfacer nuestras necesidades podemos caer en el gran peligro de volvernos egoístas.
El Señor permitirá tiempos de crisis para que el matrimonio solo halle satisfacción en Él.
Nuestro trabajo es el de proteger las necesidades del otro.
Perdonar y soportar, dos grandes maneras de hacer lo que Jesús ha hecho contigo.
Si continuamente nos tratamos el uno al otro “cómo merecemos” entonces muy seguramente no nos trataremos bien.
El matrimonio se construye cada día. No se puede permanecer en una relación que no se trabaja.
Hay dos estados peligrosos en la pareja, “Conflicto y retiro” solo debe existir uno, “Intimidad”. ¿Cómo lograrlo?
El divorcio no es una opción. Establece barreras de protección.
Permanente porque son uno, porque están comprometidos, porque se deben fidelidad.
El deseo de Dios es que la unión matrimonial sea permanente, así como El amó y se entregó por su iglesia para siempre.
No hay mejor estado para conocer la relación entre Dios y la iglesia que el matrimonio.