Historia de Roma

No conocemos todos los detalles históricos de la fundación de Roma, pero sí la leyenda que los romanos se contaban a sí mismos. Y para conocerla, deberemos remontarnos hasta la guerra de Troya, a la huida de Eneas y sus fieles, tras su breve estancia en el reino de Cartago y su final establecimiento en el Lacio para fundar la ciudad de Alba Longa.Muchas generaciones después, unos gemelos descencientes de Eneas, serían abandonados a la orilla del Tíber, amamantados por una loba y criados por un pastor para recuperar el trono de su abuelo y proceder a fundar la ciudad eterna el 21 de abril del 753 a.C.

Tras la fundación de Roma en el 753 a.C., Rómulo tuvo que enfrentarse a diversos problemas. La nueva ciudad necesitaba un ejército que la defendiera de posibles invasores, una asamblea que le ayudase a gobernar (que desembocaría en la fundación del Senado y de la comitia curiata) y, aún más importante, necesitaba de nuevos habitantes, especialmente mujeres, que garantizasen la supervivencia de la ciudad por más de una generación.En sus casi 40 años de reinado, Rómulo consiguió soluciones para todos estos asuntos, consiguiendo sembrar así la semilla de una próspera ciudad hasta su desaparición en el 716 a.C.

Tras la muerte o desaparición de Rómulo, los romanos tuvieron que elegirle un sucesor. El senado, compuesto por 100 senadores romanos y 100 senadores sabinos tardó un año en ponerse de acuerdo en la tribu del sucesor, hasta que eligieron al sabio Numa Pompilio para convertirse en el segundo rey de Roma.Escucha este episodio para conocer la vida de los tres primeros sucesores de Rómulo: Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio, las guerras que lucharon y las instituciones que fundaron para asegurar el crecimiento de la ciudad y su supervivencia.

En los capítulos anteriores, vimos las vidas de los cuatro primeros reyes de Roma: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio.En este capítulo seguiremos a un etrusco, Tarquinio Prisco, que logró hacerse con la corona romana y transmitírsela a sus dos hijos: Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio, el último de los cuales se convertiría en un tirano tal que los romanos lo expulsaron de Roma y renunciaron para siempre a ser dirigidos por un rey.

Tras la expulsión de los reyes de Roma y el establecimiento de la República, tomémonos un tiempo para comprender mejor la sociedad romana de los finales del siglo VI a.C.A continuación, veremos como la incipiente democracia se defenderá se las primeras amenazas y cómo Lucio Junio Bruto la defendió con su vida

Roma ha expulsado a sus reyes y establecido la república, pero el antiguo rey, Tarquinio el Soberbio, no cejará en su empeño de reconquistar su corona. Tras el fracaso de la invasión de Veyes, el antiguo monarca se aliará con Lars Porsena, rey de Clusio, el cual conquistará o no conquistará Roma.Tras su liberación, Roma se vió debilitada y obligada a volver a subyugar a sus vecinos, en la gran Guerra Latina que concluirá en una gran batalla junto al lago Regilo.

Roma se ha defendido de las amenazas exteriores, y es el momento de que plebeyos y patricios se entiendan. Sin embargo, durante décadas no habrá otra cosa que confrontación que culminará con el abandono del ejército a la ciudad y la creación del tribunado de la plebe.Finalmente, veremos a un patricio, Cincinato, que pudo convertirse en un nuevo rey, pero repetidamente renunció al poder que se le ofrecía, para respetar los valores de la República.

Tribunos de la plebe y cónsules no dejarán de pelearse desde su creación, entrando en una lucha de clases que dominará la política romana. Finalmente, tras décadas de lucha, los plebeyos conseguirán una de sus mayores demandas: la creación de una ley escrita que haga a todos iguales.Durante dos años, los romanos abandonarán el consulado y serán gobernados por diez hombres, los decenviros, encargados de redactar la ley en doce tablas.Todo irá bien hasta que estos diez hombres decidan quedarse en el poder y nunca devolverlo al pueblo.

Tras la expulsión de los devenviros y la publicación de la ley, parece que la armonía vuelve a roma entre patricios y plebeyos. Pero estos últimos tienen aun dos demandas que no han sido respondidas: exigen el matrimonio mixto y el acceso al consulado.Finalmente, los plebeyos conseguirán sus demandas, aunque eso implicará la creación de dos nuevos cargos: el tribuno militar con poder consular y el censor.Con estas reformas, Roma conseguiría por fin estabilidad política, pero sucumbiría ante una gran crisis económica donde hombres como Espurio Melio intentarán establecerse como reyes. Solo un octagenario Cincinato conseguirá pararle los pies.Finalmente, en este episodio nos adentraremos en el principio de la guerra que enfrentará por última vez a Roma y Veyes, esta vez, por el control de la ciudad de Fidenas.

El Tíber no es lo suficientemente grande para dos ciudades en constante expansión y tanto Roma como Veyes pugnarán por el control de las salinas y tierra fértil que este río ofrece. Solo una de las dos puede permanecer viva.Tras un asedio de varios años de duración, solo un general romano, Marco Furio Camilo encontrará la manera de asaltar por fin la ciudad y hacerse con sus riquezas, riquezas que luego los romanos tendrán que ponerse de acuerdo para repartir.

Veyes ha caído, pero ahora los romanos han abierto las puertas a los galos del norte, que en seguida aprovecharán para atacar la ciudad eterna.Con su mejor general en el exilio, los galos de Breno no tendrán dificultad en conquistar Roma, que apenas tendrá a unos pocos irreductibles refugiados en el Capitolio.Marco Furio Camilo tendrá que volver a aparecer para salvar a sus desagradecidos compatriotas y reconstruir una Roma de cenizas.

Marco Furio Camilo ha liberado a Roma de los galos y ha ordenado reconstruirla, pero no se hará de manera pacífica, porque los antiguos enemigos de Roma atacarán todo el rato.Además, en los escasos meses de paz, la agitación social volvió a sacudir la ciudad eterna. De nuevo, los plebeyos exigían el derecho al consulado.

Una nueva generación de romanos ha superado completamente el trauma de la invasión gala y está dispuesta a hacerse con el completo control de Italia.Así que, cuando la ciudad de Capua les pide ayuda para defenderse de los invasores samnitas, los romanos no dudan en aceptar la petición y enfrentarse a los samnitas por el control de Campania.

Tras la guerra contra los samnitas, los latinos creen que ha llegado su momento de renegociar su posición con Roma.Con un ejército acampado a los pies del Vesubio, demandarán un consulado latino o la guerra. Y los romanos no están dispuestos a permitir un cónsul latino.

En este capítulo, hacemos una pausa de la historia para describir cómo era el ejército romano, parte fundamental de su sociedad, antes de las guerras samnitas, para entender qué fue, y qué le hizo cambiar para convertirse en la máquina de guerra más temible de toda la Antigüedad.

En este capítulo, hacemos una pausa de la historia para describir cómo era el ejército romano, parte fundamental de su sociedad, antes de las guerras samnitas, para entender qué fue, y qué le hizo cambiar para convertirse en la máquina de guerra más temible de toda la Antigüedad.Hoy veremos el sistema manipular, que reemplazó a las falanges, con sus vélites, asteros, príncipes, triarios y équites, y con su nueva flexibilidad dominó todo el Mediterráneo.

Tras la primera guerra samnita y la guerra latina, los romanos volverán a enfrentarse con los samnitas en lo que se conocerá como la Segunda Guerra Samnita.La guerra empezará bien para los romanos, hasta que caen en una terrible trampa en las Horcas Caudinas.

Tras la primera guerra samnita y la guerra latina, los romanos volverán a enfrentarse con los samnitas en lo que se conocerá como la Segunda Guerra Samnita.Tras la derrota en las Horcas Caudinas y una posterior derrota en Lautulae, los romanos se ven obligados a reformar su ejército para enfrentarse a samnitas, griegos y etruscos.Pero con el nuevo ejército y con la construcción de calzadas y acueductos de la mano del infame Apio Claudio Ciego, los romanos conducirán a su ciudad a la victoria.

Tras la gran guerra samnita, Roma controla toda Italia menos unas pequeñas colonias griegas al sur. Pero es una paz débil, puesto que sus derrotados enemigos no están dispuesto a darse por vencidos tan fácilmente.En apenas unos años, una coalición de samnitas, etruscos, umbros y galos lucharán en un ejército combinado, en una última alianza por intentar recuperar la libertad.En este capítulo, Quinto Fabio Máximo, Publio Decio Mus, Apio Claudio Ciego y Lucio Volumnio liderarán los ejércitos romanos durante la Tercera Guerra Samnita para, de una vez por todas, asegurar el dominio romano por casi toda Italia.

Tras las guerras samnitas, Roma controla toda Italia menos unas pequeñas colonias griegas al sur, en las que tiene puesto el ojo.Al mismo tiempo, un joven y ambicioso general griego: Pirro, rey de Epiro ha puesto sus ojos en el oeste al ver imposibles sus ambiciones expansionistas en el este.Pirro desembarcará en Italia para ayudar a Tarento, una colonia griega del sur de Italia. Y aunque derrotará a los romanos hasta en tres ocasiones. Tras menos de diez años tuvo que volverse a su patria natal.