Bienvenido a este podcast espiritual dónde esperamos reflexionar y enriquecernos de la Palabra de Dios así como de algunas otras actividades que alimenten nuestro ser humano y cristiano.
No basta con adaptarse, se necesita ropa nueva y odres nuevos. Ese es otro itinerario espiritual que puede ayudar a pensar la vida y las relaciones.
lavar los pies de los discipulos. ¡En Dios, bajar es tocar, servir y amar la vida! Jesús, bajando de la montaña, se encontró con un leproso que se arrodilló ante él para pedirle ayuda.
El milagro de la curación del leproso es una viva imagen de lo que Jesús sigue haciendo en cada pecador que se acerca a Él. [Reflexión al Evangelio del viernes XII Ordinario, Mt 8,1-4].
¡Dios, que vence toda lógica, está hecho de estos excesos de bondad y nos invita a participar, cada día un poco más, de este amor que vence al mal!
Cuantas veces nosotros mismos disfrazamos nuestras fallas, nuestras mentiras y cobardías... [Reflexión del P. Nicolás Schwizer al Evangelio del Domingo X ordinario, Mc 3,20-35].
El corazón de la Madre de Cristo es modelo, no sólo para todas las mamás sino para todos los seguidores de Jesús [Reflexión al Evangelio del Sábado, memoria de El Corazón Inmaculado de María, Lc 2,41-51].
La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús reviste la importancia de mostrarnos el Corazón de Jesucristo... [Reflexión al Evangelio del viernes solemnidad de El Sagrado Corazón de Jesús, Jn 19,31-37].
El cumplir con las obligaciones de este mundo no nos debe impedir cumplir nuestros deberes con Dios... [Reflexión al Evangelio del martes IX ordinario, Mc 12,13-17].
Las “montañas” no nos permiten ver cómo es realmente el otro. Las «montañas» son las imágenes que nos hacemos, los prejuicios que difundimos, el idealismo que mantenemos. Las «montañas» impiden el encuentro, la convivencia, oscurecen la verdad del otro.
¡La vida demasiado afinada, no es una vida feliz! ¡Esta expresión "Aún te falta una cosa” es una invitación de Jesús! No podemos estacionarnos, pensar que todo ha terminado.
plenitud del amor. ¡Aprender a amar es un viaje difícil! El amor humano está lleno de límites e imperfecciones y todos podemos cometer errores, incluso dentro del matrimonio. El Papa Francisco repite a menudo que “cuando el amor falla, y falla muchas veces, debemos sentir el dolor de ese fracaso”. ¡El fracaso es una escuela para crecer y al mismo tiempo crecer en el amor!
Las lecturas de hoy nos invitan a la paciencia y caridad desde la manera en que Dios creó al hombre y a la mujer. [Reflexión al Evangelio del viernes VII ordinario, Mc 10,1-12].
La "grandeza" de la humanidad no es el poder, los honores, los premios, sino la capacidad de servir a los demás, de traducir la vida en solidaridad, ayuda, cuidado, caridad, amor...
En nuestro caminar por la vida es necesario que aprendamos a vivir con humildad, a buscar la sabiduría que viene de Dios. [Reflexión al Evangelio del Martes VII ordinario, Mc 9,30-37. Voz: Gaby Vázquez].
Estar dispuestos a “permanecer”en Jesús significa asumir un estilo de vida, con la ayuda del Espíritu Santo, de apertura y reconstrucción de nuestra identidad, como vivió Pablo.
¿Qué significa estar adherido a Jesús? Ser bautizado no basta. [Reflexión del P. Nicolás Schwizer al Evangelio del Domingo V de Pascua, Jn 15,1-8].
Jesús es un pastor que en lugar de sacrificar la vida de sus ovejas, hace de sí mismo una ofrenda para sus propias ovejas [Reflexión al Evangelio del domingo IV de Pascua, Jn 10,11-18].
No se trata únicamente de un movimiento físico, de ir de una ciudad que está más alta que la otra, se trata también de un movimiento de fe, de “abajarse”, de “entrarse” en lugares donde no se conoce a Cristo.
Por los tiempos que corren en nuestro país y diversos continentes, nos damos cuenta de que sufrimos a causa de la cultura de la muerte [Reflexión al Evangelio del miércoles III de Pascua, Jn 6,35-40. Voz: Gaby Vázquez].
Cada 16 de abril, la Iglesia Católica celebra a Santa Bernadette Soubirous (María-Bernarda Sobirós), más conocida como Santa Bernardita de Lourdes, mística y religiosa francesa, vidente de las apariciones marianas de Lourdes.
Jesús es quien da el verdadero Pan del cielo que alimenta a su pueblo, no como algo externo, sino que El mismo se ofrece como alimento [Reflexión al Evangelio del martes III de Pascua, Jn 6,30-35].
Muchas veces es el enemigo que nos quiere ver mal, tristes, peleando, pecando y enemistándonos con Dios. Meditemos, hagamos una pausa, analicemos el problema, las consecuencias, interioricemos en los mandamientos y preguntémonos siempre: qué haría Jesús en mi lugar.
Retomemos la conciencia de nuestra vocación, de lo que queremos, la reflexión de nuestro llamado. Veamos como opción servir en la Iglesia, como ministros, catequistas, lideres, adoradores, en fin...
Aquí se puede ver la actitud de Jesús con los apóstoles. Continuamente los ponía a prueba para enseñarles, y cuando estaban fuera de la función que tenían que hacer, los paraba y les enseñaba. (...) Y Jesús responde, para ponerlos a prueba: “Dadles vosotros de comer” (cf. v. 13). [Santa Marta, 24 de abril de 2020].
¡Sentirse amado por Dios es el punto de partida de la fe! Porque desde dentro del amor construyo una nueva relación, en la intimidad de quien amo. Esta es una tarea fundamental para cualquiera que esté en el camino de la evangelización: ¡facilitar el amor!
El Vaticano publica documento que critica aborto, teoría de género y los vientres de alquiler. Fuente: ACI prensa
El evangelio muestra que, dentro de las inquietudes, angustias y temores de ese pequeño grupo, Jesús los invita a confiar más, a acercarse más y los envía a comunicar esa verdad al mundo.
Los peregrinos de Emaús estaban demasiado apegados a sus verdades con la mirada fija en el pasado: 'esperábamos;', 'pensamos,, 'queríamos...
¡Cristo ha resucitado verdaderamente! ¡Aleluya! Dejemos que la alegría de la resurrección inunde nuestros corazones. Se puede decir que a Jesús no se le puede seguir de lejos [Reflexión al Evangelio del Domingo de Resurrección, Jn 20,1-9].
¿No les parece, hermanos, que es la noche propicia para que todos nosotros nos hagamos hombres nuevos en Cristo Jesús por la fuerza del Espíritu? [Reflexión del P. Nicolás Schwizer al Evangelio de la Vigilia Pascual, sábado Santo]
El evangelio de hoy, en la despedida de Jesús, da paso al anuncio de la traición de Judas y de la debilidad de Pedro, que negaría conocer a Jesús. ¡Judas y Pedro revelaron la condición humana en su tiempo! ¡Todos somos un pequeño Judas y un pequeño Pedro!
¡María de Betania es la mujer del gesto silencioso y verdadero, de los signos que recrean el amor y sanan las heridas! Con ella queremos pedir la gracia de reflexión ante los dolores y las cruces del mundo. ¡Es esta 'casa llena de perfume" la que nos pide una nueva sensibilidad, capaz de perfumar el mundo con gestos reales!
Es la historia que por el poder del Espíritu Santo se transforma en Historia de Salvación. En la historia de los pueblos y en la historia personal, Dios salva. Es en la historia del Dios encarnado, que comparte la historia humana, como Jesús el Cristo nos redimió por su infinito amor.
¡En el nombre de Dios se puede querer matar al hijo de Dios! ¡En nombre de Dios, la humanidad ya ha revelado que no es capaz de vivir fraternalmente! ¡Las guerras religiosas y la intolerancia siguen siendo esa herida abierta que tanto dolor causa al mundo y a Dios! ¡En nombre de Dios, hay mucha gente que todavía tiene las manos llenas de piedras!
“Penas?” Replico el moribundo con voz apagada. “Usted se equivoca. Yo tomé a San José por mi patrono y mi modelo, y como él, nunca me quejé de mi suerte. No he conocido ni el odio, ni la envidia. Mi sueño era tranquilo, me cansaba de día si, pero descansaba de noche.
La mirada de Jesús hacia esta mujer era diferente, ¡de compasión! ¡No se trataba de lástima, ni de justificar el error cometido! A diferencia de los legalistas que, con autosuficiencia, miraban de arriba hacia abajo, el ángulo de Jesús es diferente, es el de la encarnación, siempre horizontal...
El hombre estaba en pecado, pero no estaba allí porque había hecho uno grande, no: el pecado de sobrevivir y lamentarse de la vida de los demás; el pecado de la tristeza que es la semilla del diablo, de esa incapacidad de tomar una decisión sobre la propia vida, y mirar la vida de los demás para lamentarse. (Sta. Martha, 24 de marzo de 2020).
La parálisis no puede convertirse en un escondite para una vida anestesiada. Querer curarse significa asumir las consecuencias de una vida nueva, de una vida en alerta, ¡bien vivida!
¡La fe es confiar incluso cuando no ves nada! ¡La fe es un salto, un salto al abismo! La tentación de buscar signos, milagros, explicaciones, de racionalizar toda fe, puede captar la sensibilidad de creer sin ver, de confiar libremente. La fe no necesita pruebas, no necesita pasar ninguna prueba porque la vida no es una calculadora y ciertos “resultados” en nuestros cálculos no se obtienen mediante ecuaciones. ¡La vida siempre desborda la razón!
Con demasiada facilidad, todos los días, preferimos algo así como un desvío. Tenemos miedo de dialogar, de poner la idea contraria, de escuchar lo que no nos gustaría, de debatir, de encarar la conversación difícil, de sentarnos a resolver problemas.
¡Ignorar al pobre es despreciar a Dios! Hay un particular en la parábola que cabe señalar: el rico no tiene un nombre, sino sólo el adjetivo: «el rico», mientras que el del pobre se repite cinco veces, y «Lázaro» significa «Dios ayuda». (Audiencia general, 18 de mayo de 2016).
El que quiera llegar a ser grande, hágase servidor de todos”. La lógica de Jesús es otra y, aún hoy, deja un nudo en la cabeza: el más grande es el más pequeño, el grande es el pequeño, el importante es el servidor.
En el camino de la Cuaresma, en el que solicitamos la gracia de la conversión y el aprendizaje constante en el amor, la misericordia se presenta como itinerario para el cambio real y fundamental de la vida.
¿Cuándo fue la última vez que rezamos durante un tiempo más prolongado como una hora? ¿Cuánto tiempo le dedicamos al Señor? [Reflexión del P. Nicolás Schwizer al Evangelio del domingo II de Cuaresma, Mc 9,2-10. Voces: Lupita Evangelista, Vero Reyes, Liz Garza y Alex Huerta].
¡La perfección es integrar las partes de las que estamos hechos! ¡Ser perfecto no es un punto de partida, sino un imperativo para caminar, para madurar hacia la meta de nuestro proyecto de vida! No se trata solo del esfuerzo personal, sino de dejarse amar, dejarse moldear, dejarse integrar -por lo divino y humano¡que nos habita!
una de las enfermedades “eclesiales” más importantes en la historia del cristianismo ha sido el “clericalismo”. Todos lo hemos padecido, y muchos, tal vez, lo hemos auspiciado de manera consciente o inconsciente. [Fuente: desdelafe.mx].
¡El evangelio de hoy es una fuerte llamada de atención a los fariseos por su encerramiento (Le 11:29-32)! ¡Una vida cerrada es siempre una vida atada, sofocada! Jesús usó los itinerarios de conversión del Antiguo Testamento para afirmar que la fe no es esperar señales, milagros, ¡sino hacer de la vida una señal! ¡En el Evangelio de Lucas esto significa configurarse con Jesús a partir de un camino de conversión y expansión hacia la misericordia y el amor!
El desierto es el lugar de intimidad, de encuentro y de diálogo con Dios interrumpido en el jardín del Edén. El desierto es también el lugar del enfrentamiento, de la tentación y de la lucha.
Los 40 días de la Cuaresma, los monjes de la Orden de los Mínimos, fundada por San Francisco de Paula, ayunan de todo alimento sólido. Para tolerar el ayuno, una comunidad de la orden en Baviera, Alemania, creó una cerveza especial para alimentarse.
No quisiera que fueras tú uno de esos cristianos que hacen las cosas sin saber por qué. Recopilación de algunos mensajes especiales del Papa Francisco para vivir la Cuaresma.
Éste es el gran peligro de una espiritualidad monótona: ¡corazón, ojos y oídos cerrados! ¡Es muy fácil caer en este agujero! ¡La insensibilidad quita la capacidad de humanizarse! Los padres del desierto insistieron en que “el mayor de todos los pecados es la distracción”. De hecho, la distracción hace que te olvides de abrir el corazón, los ojos, los oídos y prefieras repetir siempre los mismos movimientos, sin dejar lugar a nada nuevo.