Podcast dedicado a la difusión, discusión y comprensión de la literatura, el conocimiento, y el arte, en donde se combinan la pasión y la experiencia, para iniciar un interminable viaje a través de los libros.
Y, desgraciadamente, el dolor crece en el mundo a cada rato, crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces y la condición del martirio, carnívora, voraz, es el dolor dos veces y la función de la yerba purísima, el dolor dos veces y el bien de ser, dolernos doblemente. Jamás, hombres humanos, hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! Jamás tanto cariño doloroso, jamás tanta cerca arremetió lo lejos, jamás el fuego nunca jugó mejor su rol de frío muerto! Jamás, señor ministro de salud, fue la salud más mortal y la migraña extrajo tanta frente de la frente! Y el mueble tuvo en su cajón, dolor, el corazón, en su cajón, dolor, la lagartija, en su cajón, dolor. Crece la desdicha, hermanos hombres, más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece con la res de Rosseau, con nuestras barbas; crece el mal por razones que ignoramos y es una inundación con propios líquidos, con propio barro y propia nube sólida! Invierte el sufrimiento posiciones, da función en que el humor acuoso es vertical al pavimento, el ojo es visto y esta oreja oída, y esta oreja da nueve campanadas a la hora del rayo, y nueve carcajadas a la hora del trigo, y nueve sones hembras a la hora del llanto, y nueve cánticos a la hora del hambre y nueve truenos y nueve látigos, menos un grito. El dolor nos agarra, hermanos hombres, por detrás, de perfil, y nos aloca en los cinemas, nos clava en los gramófonos, nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente a nuestros boletos, a nuestras cartas; y es muy grave sufrir, puede uno orar… Pues de resultas del dolor, hay algunos que nacen, otros crecen, otros mueren, y otros que nacen y no mueren, otros que sin haber nacido, mueren, y otros que no nacen ni mueren (son los más). Y también de resultas del sufrimiento, estoy triste hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo, de ver al pan, crucificado, al nabo, ensangrentado, llorando, a la cebolla, al cereal, en general, harina, a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, al vino, un ecce-homo, tan pálida a la nieve, al sol tan ardido! ¡Cómo, hermanos humanos, no deciros que ya no puedo y ya no puedo con tanto cajón, tanto minuto, tanta lagartija y tanta inversión, tanto lejos y tanta sed de sed! Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer? ¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos, hay, hermanos, muchísimo que hacer. 3 de noviembre de 1937 César Vallejo
Lo mejor en nuestras filas. Si no puedes ser pino de la cumbre, sé la mata del valle, la más linda de las matas que van junto al arroyo; Sé el arbusto, si el árbol está arriba. Si no llegas a arbusto, sé la hierba que al camino feliz y humilde vista: De no ser almizcleña, sé la atocha que entre todas el lago más estima. Tripulantes, si no los capitanes, que un lugar siempre guardamos en la vida; Hay que hacer cosas grandes y pequeñas, pero siempre ha de hacerse la más chica. De no ser camino, sé el sendero; Si no sol, sé la estrella que titila; no busquemos tamaño en la pelea, SINO SER LO MEJOR EN NUESTRAS FILAS. -Douglas Malloch
EL MUCHACHO INDEFENSO Un transeúnte preguntó a un muchacho que lloraba amargamente cuál era la causa de su congoja. —Había reunido dos monedas para ir al cine —dijo el interrogado—, pero se me ha acercado un chico y me quitó una —y señaló a un chiquillo que estaba a cierta distancia. —¿Y no pediste ayuda? —preguntó el hombre. —Claro que sí —replicó el muchacho, sollozando con más fuerza. —¿Y nadie te oyó? —siguió preguntando el hombre, al tiempo que lo acariciaba tiernamente. —No —gimió el niño. —¿Y no puedes gritar más fuerte? —preguntó el hombre. —No —replicó el chico, mirándolo con ojos esperanzados, pues el hombre sonrió. —Entonces, dame la que te queda —dijo el hombre, y quitándole la última moneda de la mano, prosiguió despreocupadamente su camino. Bertolt Brecht
En este episodio comparto contigo un texto de mi autoría. ¡Espero que te guste!
Los NADIES, de Eduardo Galeano. Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Responso por un poeta descuartizado Claro está que murió —como deben morir los poetas, maldiciendo, blasfemando, mentando madres, viendo apariciones, cobijado por las pesadillas. Claro que así murió y su muerte resuena en las malditas habitaciones donde perros, orgías, vino griego, prostitutitas francesas, donceles y príncipes se rinden y le besan los benditos pies, porque todo en él era bendito como el mármol de La Piedad y el agua de los lagos, el agua de los ríos y los ríos de alcohol bebidos a pleno pulmón, así deben beber los poetas: Hasta lo infinito, hasta la negra noche y las agrias albas y las ceremonias civiles y las plumas heridas del artículo a que te obligan, la crónica que nunca hubieras querido escribir y los poemas rubíes, los poemas diamantes, los poemas obsidiana, los poemas huesolabrado, los poemas floridos, los poemas toros, los poemas posesión, los poemas rubenes, los poemas daríos, los poemas madres, los poemas padres, tus poemas... Y así le besaban los pies, la planta del pie que recorrió los cielos y tropezó mil y un infiernos al sonido siringa de los ángeles locos y los demonios trasegando absintio (El chorro de agua de Verlaine estaba mudo), ante el azoro y la soberbia, estupidez de los cónsules y los dictadores, la chirlería envidiosa y la espesa idiotez de las gallinas municipales. Maldiciendo, claro, porque en la agonía estaba en su derecho y porque qué jodidos (¡Jure, jodido!, dijo Rubén al niño triste que oyó su testamento), ¿por qué no morir de alcoholes de todo el mundo, si todo el mundo es alcohol y la llama lírica es la mirada de un niño con la cara de un lirio? Resollaba y gemía como un coloso crisoelefantino hecho de luces y tinieblas, pulido por el aire de los Andes, la neblina de los puertos, el ahogo de Nueva York, la palabra española, el duelo de Machado, Europa sin su pan. Rugía impuramente como deben rugir todos los poetas que mueren (¡Qué horror, mi cuerpo destrozado!) y los médicos: Aquí hay pus, aquí hay pus —y nunca le hallaron nada sino dolor en la piel limpios los riñones heroicos, limpio el hígado, limpio y soberbio el corazón y limpiamente formidable el cerebro que nunca se detuvo, como un sol escarlata, como un sol de esmeraldas, como la mansión de los dioses, como el penacho de un emperador azteca, de un emperador inca, de un guerrero laíno; cerebro de un amante embriagado a la orilla de un dulcísimo cuerpo, ay, de mieles y nardos su peso: mil ochocientos cincuenta gramos: tonelaje de poeta divino, anchura de navío, el cerebro donde estallaron los veintiún cañonazos de la fortaleza de Acosasco y que luego... Claramente, turbiamente hablando, hubo necesidad de destrozarlo, enteramente destazarlo como a una fiera selvática, como al toro americano porque fue mucho hombre, mucho poeta, mucho vida, muchísimo universo necesariamente sus vísceras tenían que ser universales, polvo a los cuatro vientos, circunvoluciones repletas de piedad, henchidas de amor y de ternura. Aquí el hígado y allá los riñones. ¡Dame el corazón de Rubén! Y el cerebro peleado, de garra en garra como un puñado de perlas. Aquel cerebro (¡ salud!) que contó hechicerías y fue sacado a la luz antes del alba y por él disputaron y por él hubo sangre en las calles y la policía dijo, chilló, bramó: ¡A la cárcel! Y el cerebro de Rubén Darío —mil ochocientos cincuenta gramos— fue a dar a la cárcel y fue el primer cerebro encarcelado, el primer cerebro entre rejas, el primer cerebro en una celda+ +Texto completo en la publicación de Facebook @Contacto con el ARTE.
JORGE LUIS BORGES Poema de los dones Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche. De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden las albas a su afán. En vano el día les prodiga sus libros infinitos, arduos como los arduos manuscritos que perecieron en Alejandría. De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esa alta y honda biblioteca ciega. Enciclopedias, atlas, el Oriente y el Occidente, siglos, dinastías, símbolos, cosmos y cosmogonías brindan los muros, pero inútilmente. Lento en mi sombra, la penumbra hueca exploro con el báculo indeciso, yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca. Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar, rige estas cosas; otro ya recibió en otras borrosas tardes los muchos libros y la sombra. Al errar por las lentas galerías suelo sentir con vago horror sagrado que soy el otro, el muerto, que habrá dado los mismos pasos en los mismos días. ¿Cuál de los dos escribe este poema de un yo plural y de una sola sombra? ¿Qué importa la palabra que me nombra si es indiviso y uno el anatema? Groussac o Borges, miro este querido mundo que se deforma y que se apaga en una pálida ceniza vaga que se parece al sueño y al olvido.
"Ya no." Ya no será ya no no viviremos juntos no criaré a tu hijo no coseré tu ropa no te tendré de noche no te besaré al irme nunca sabrás quién fui por qué me amaron otros. No llegaré a saber por qué ni cómo nunca ni si era de verdad lo que dijiste que era ni quién fuiste ni qué fui para ti ni cómo hubiera sido vivir juntos querernos esperarnos estar. Ya no soy más que yo para siempre y tú ya no serás para mí más que tú. Ya no estás en un día futuro no sabré dónde vives con quién ni si te acuerdas. No me abrazarás nunca como esa noche nunca. No volveré a tocarte. No te veré morir. Idea Vilariño (1920-2009) Profesora universitaria Uruguaya, compositora, traductora, crítica literaria y, sobre todo, poeta.
ANSINA TI QUIERO Ansina ti quero y pos este cariño se dilató, pero yo lo vide primero que tú, no hay naiden en el pueblo que me haiga hecho sentir lo mesmo. Ansina va la cosa, ayer te truje munchas flores, de la orilla del río... tú me dijites hace muncho tiempo que son las que te gustan bien harto. ayer cuando las recivites vide en tus ojos el brillo de la luna,,, así como se mira en la noche , cuando voy de regreso al jacal, y naiden me acompaña... pero aquí mero en mi pensamiento, tú andas conmigo. Ansina te quiero, como la mañana cuando se asoma el sol, como la llovizna que moja la tierra, como el campo que me gusta ver todo el día... como la muina que tengo si no te miro. Dizque así es el cariño un poco rejego... y se dilata en llegar, pero tengo harta calma, yo lo vide llegar primero... pero tú ya lo vites en mis ojos. -Daniel Escorza Rodríguez, investigador y académico del INAH, México.
En este episodio comparto contigo un cuento maravilloso de Cristina Peri Rossi, escritora Uruguaya.
En este episodio comparto contigo una visión motivante, una invitación a no darnos por vencidos, ¡Que nadie nos detenga!
En este episodio comparto contigo un pequeño poema (oración??) De San Francisco de Asís. Muy interesante, ¡Ojalá que lo disfrutes!
Comparto contigo un brevísimo texto, un divagar entre la expectativa y la desgana.
En este episodio comparto contigo un pequeño fragmento de mi película favorita.
En este episodio comparto contigo algunas consideraciones sobre el proceso creativo y la importancia del arte. También tengo para ti un texto de Garcia Lorca.
En este episodio comparto contigo un relato breve de César Vallejo, que discute respecto al concepto de JUSTICIA, y lo inaccesible que pudiera ser para los seres humanos. Una mirada poética más, y la posibilidad de seguir entrando en Contacto con el ARTE.
En este episodio comparto contigo un poema de mi autoría.
Con este episodio reanudamos nuestra actividad con el podcast después de algunos meses, Sartrowski nos lee "Invencible", un poema de su autoría, y te contamos sobre la 1ª Plaza Virtual del Arte del Proyecto de Contacto.
Es hora de hacer una pausa, aquí un micro-episodio en el que te cuento quien fue "El poeta del exilio" y te cuanto una de sus parábolas más intrigantes.
Recorremos la superficie de la poesía de Mario Benedetti.
Presentamos fragmentos de antipoesía, y la posibilidad de rozar un poco con la magia y el estilo de Nicanor Parra.
¿Alguna vez te has preguntado que se sentiría convertirte en el objeto de tu propia creación?
En este primer episodio de la segunda temporada del podcast, preparamos para ti un súper episodio, en donde hablamos de Julio Cortázar y compartimos algunos fragmentos de su literatura.
En este episodio tenemos la dicha de compartir un poco de la vida y obra de la poetiza mexicana Elena Garro.
Comparto contigo el poema "Me encanta dios" de Jaime Sabines.
Continuamos con la historia de Jaime Sabines y compartimos un poco más de su poesía.
En este pequeño episodio, comparto contigo el cuento "El cuervo" del escritor Edgar Allan Poe.
En éste episodio especial rompemos la rutina y comparto contigo algunos poemas de grandes escritores, provenientes todos del baúl de lo oscuro y lo secreto.
En éste episodio entramos en contacto con el arte y la poesía de Jaime Sabines, nos dejamos invadir por el amor, la ternura y la fuerza de la vida y obra de uno de los máximos exponentes de la poesía mexicana
En éste episodio recorremos brevemente la vida y obra del escritor mexicano José Emilio Pacheco, y comparto contigo algunos de sus poemas.
En este episodio compartimos comentarios acerca de la biografía y obra del poeta del orgullo, Salvador Díaz Mirón.
En este primer episodio comparto contigo el primer capítulo de la serie "Voces de México" en donde conversamos respecto a la vida y obra de Amado Nervo.
Un podcast dirigido a los amantes de los libros y el arte.