Un programa para todas las personas interesadas en un espacio de meditación, ejercicios de respiración y movimientos de yoga tibetana. Acompañado con una reflexión en cada sesión sobre la naturaleza de las emociones y como trabajar con el miedo, la ansiedad y dificultades en general en nuestro sistema relacional
¡Bienvenid@ a este nuevo episodio de Camino Interior! Invitamos a dos de nuestros queridos alumnos, Carlos Villa y Carolina Villate, para platicar acerca de sus experiencias en este camino de búsqueda de Paz Interior.
En este episodio exploraremos qué es el budismo, una de las tradiciones espirituales más antiguas y profundas del mundo.
Este 29 y 30 de junio tendremos un Taller Práctico muy especial impartido por Khenpo Tsultrim Tenzin Rinpoche en Centro Himalaya. Transforma tus conflictos a través de herramientas de meditación para propiciar tu sabiduría interior. Puedes encontras más información en www.centrohimalaya.com ¡Nos vemos pronto!
Todos soñamos. sin embargo la mayoría no recordamos los sueños o bien no prestamos mucha importancia al contenido de estos. Nuestra cultura desvaloriza los sueños. Por lo general los reduce a meras pulsiones inconscientes. En esta entrega nos enfocaremos en la ciencia detrás de los sueños y su conversación constructiva con la tradición onírica meditativa del Tibet y cómo este conocimiento puede contribuir a nuestra salud cognitiva y existencial
Todos los seres humanos establecemos vínculos que son indispensables para crear nuestra propia identidad y para gestionar las emociones. Los vínculos amorosos son esenciales para conformar una estructura sana en todo individuo. Sin embargo muy a menudo podemos confundir el Amor Sano por un Apego Destructivo basado en el temor al abandono y una vinculación asimétrica con el otro. En la tradición budista al llamado apego se le denomina “deseo obsesivo” el cual ya no es amor. ¿Cómo podemos encontrar y cultivar amor sano en los vínculos tan esenciales para todos nosotros?
A menudo no nos procuramos nuestra propia paz y felicidad. Nos convertimos en la persona que busca complacer a los demás antes que a si mismo. ¿Estás constantemente comparándote con los demás y eso te frustra? ¿Constantemente te sientes frustrado por estar rodeado de personas tóxicas o que te falten el respeto? Encontrarse a uno mismo no es fácil más en un mundo donde todos fingen estar en control y haber alcanzado la felicidad y el éxito. Esto puede ser indicación que nos cuesta trabajo hacer las paces con nosotros mismos y que posiblemente nos estamos abandonando ¿Cuáles son las señales que nos pueden indicar que no estamos defendiendo nuestra propia paz o felicidad?
A menudo nos encontramos a disgusto con nosotros mismos y con el mundo. Juzgándonos por todo lo que no hemos logrado y por todo lo que deberíamos de tener o haber logrado. Ya sea que nos obsesionemos por tener un cuerpo más atractivo, mayores recursos, más éxito profesional. Los humanos nos parecemos más a una máquina insaciable que a un ser vivo disfrutando su paso por la vida. ¿Cuáles son las consecuencias de no ser compasivos con nosotros mismos?
El síndrome del reflector es la tendencia a sobreestimar la atención que otros prestan en nosotros. Este trastorno causa ansiedad y depresión en millones de personas todos los días. Incluso en adolescentes y niños este síndrome produce alteraciones notables de personalidad al imaginar que el mundo está observándolos y juzgándoles todo el tiempo. Las redes sociales han agudizado esta falsa idea de “relevancia vacía” en una sociedad angustiada por su intrascendencia. ¿Qué lecciones podemos aprender de esta tendencia social?
La Psicología Budista plantea que lo que ocurre en el mundo es la manifestación de nuestros estados mentales internos Vivimos juzgándonos, como si fuéramos el narrador omnisciente tratando de reprender al personaje que somos nosotros mismos. ¿Cómo hacer las paces con lo que hemos llegado a ser?
El mindfulness como un método de transformación interior ha alcanzado a millones de personas en el mundo en búsqueda de una estabilidad emocional, psicológica y existencial. Sin embargo parece que meramente ceñirse a técnicas sin tener una genuina comprensión de cómo funciona la mente es como enseñar montañismo sin haber visitado una montaña. ¿Cómo podemos aprender y practicar Mindfulness?
Las emociones en sí mismas no son aquello que nos lleva al abismo de nuestra propia existencia. Más bien es cómo nos identificamos con estas incesantes posibilidades de realidad que nos pueden conducir a adicciones, trastornos, conflictos, al más profundo sufrimiento o bien a navegar el océano de la existencia de una manera más sana, equilibrada y compasiva. ¿Cómo podemos gestionar de mejor manera nuestro existir emocional?
Parece no ser falsa la posibilidad de no lograr sobrevivir como especie. El eminente astrónomo Carl Sagan advertía con preocupación la arrogancia e insensibilidad humana respecto a la vida del planeta. El hiper consumismo aunado con la tiranía de las leyes del mercado y las megaindustrias evidencian a un humano intoxicado de su presunta grandeza. ¿Pudiera ser sensato preguntarnos si sobreviviremos a nuestra sobrevalorada inteligencia y exacerbada intolerancia del prójimo?
En muchas ocasiones vivimos devaluados y angustiados por lo que pudo ser o por lo que debería de ocurrir. Constantemente nos criticamos y huimos de todo aquello que pudiera exponernos… Sin embargo, la gratitud nos invita a una reflexión y a una reapreciación de nuestra persona y de nuestro paso por la existencia.
Las pérdidas son parte indeleble de existir. Nacemos sin consciencia del cambio hasta que la misma naturaleza de estar vivo nos muestra el aguijón del cambio, de las despedidas, de los rompimientos? ¿Cómo hacer las pases con nosotros cuando la vida no da marcha atrás?
Buscamos la felicidad pero algo parecería no permitírnoslo. Es como si echaramos todo a perder. Parecería que somos más leales a nuestra memoria de no ser suficiente que a disfrutar una vida con oportunidades, experiencias satisfactorias y vínculos sanos ¿Por qué nos sucede esto?
Nos encontramos ante la obligación existencial de alcanzar la "Felicidad". La Tiranía del "Wellness" (bienestar) nos exige alcanzar la plenitud y al mismo tiempo nos juzga cuando no somos optimistas. Dentro de esta construcción ideológica la infelicidad, por tanto, es "una opción", es una falta de actitud, es no "vibrar alto."
El amor a uno mismo en “la sabiduría convencional” se encuentra tipificado como narcisismo o egoísmo. En diversas tradiciones espirituales se afirma que el “yo” es una especie de perdición. Por otro lado en la auto proclamación individualista del sistema “coach de vida” se dice que amarse a uno mismo es lo único que importa… ¿Cómo encontrar una mirada constructiva entre nuestra salud mental básica, la idea de un yo negativo y la saturación tóxica del individualismo positivista?
La neurociencia y terapias que emplean la meditación demuestran como el cerebro al igual que nuestra estructura física y emocional se equilibran. Meditar es un método que a menudo es comprendido incorrectamente. Se piensa que tiene uno que adoptar creencias religiosas o espirituales o bien que de una u otra forma tienes qué convertirte en una persona vegana o disciplinada. ¿Podemos meditar sin “tener” que dejar de ser tú?
Al ser humano le aterra la incertidumbre. A menudo de manera obsesiva buscamos saber con precisión lo que ocurrirá en nuestras vidas. Con ello manipulamos a otros y de paso nos manipulamos a nosotros. ¿Por qué en la incertidumbre pudiera encontrarse nuestra mayor oportunidad para sanar y re-significar nuestra vida?
Nos encontramos distraídos de la existencia. Esta distracción normalmente se diagnóstica como un trastorno específico para desempeñar habilidades profesionales o de aprendizaje. No obstante, nuestra distracción tiene mucho que ver con el dolor en nuestra mente. Como si tratáramos de huir de nosotros mismos y buscáramos una especie de calmante de ese dolor interno mediante la distracción. Esta sociedad que quiere huir de su dolor, lo hace mediante la sobre estimulación para no recordarse donde se encuentra... ¿Cómo podemos transformar esta experiencia que nos aleja del presente?
El miedo a la felicidad es una inseguridad que no únicamente toca la parte consciente y narrativa de nuestra experiencia. No importa cuánto nos convenzamos de que tenemos todo o pudiéramos conseguirlo. Parecería que incluso tenemos la oportunidad de vivir una nueva vida, conocer a nuevas personas, pero de pronto volvemos a un ciclo conocido y desalentador ¿Cómo podemos ir mas allá de esa estructura que nos encierra y castiga desde dentro?
La sociedad nos arroja a la competencia, a la simulación, a ser mejores y más funcionales mediante una sensación de carencia. En el camino perdemos nuestra humanidad, la capacidad sentirnos, de tolerar al otro y de sentir gratitud por el devenir de nuestra existencia. Obsesionados con la cúspide, con la redención, abandonamos al otro y de paso a nosotros mismos. ¿Por qué la gratitud puede ser un recurso interno de transformación en medio de un mundo indolente de sí mismo?
Buscando encontrarse, como si fuéramos un algoritmo. Tratando de hallar a alguien que existe desde un comportamiento, desde sus logros, desde sus relaciones...sus posesiones. Escudriñando el pasado, adivinando el futuro, sin encontrarnos, damos lugar a la obsesión, a la depresión y a múltiples comportamientos compulsivos. ¿Qué, quién o quiénes realmente somos?
Volcados hacia afuera tratando en vano de encontrar todas las respuestas; de alcanzar el equilibrio, el amor, la redención y el sentido de nuestras vidas. Ansiosos, frustrados, en ocasiones bélicos y deprimidos, las experiencias externas no parecen calmar nuestra desconexión Interna. ¿Por qué el mirar hacia dentro nos lleva a una forma distinta de entender lo que vemos afuera?
La vida como un guion, como una trama que siempre tendrá “un desenlace perfecto y auto evidente”. Nuestra autovaloración con referentes totalitarios: o es perfecta o es imperfecta o es completa o es vacía, funcional o disfuncional. ¿Cómo podemos mirar nuestro paso por la vida desde una autodescripción más compasiva y auténtica?
¿Cuáles son los valores fundamentales de nuestra existencia? ¿A qué exactamente venimos los humanos a la vida? En esta entrega vamos a explorar reflexiones vigentes y antiguas que han capturado los anhelos humanos, sus preocupaciones, sus acciones, sus sufrimientos y luchas internas.
Nuestro sistema de creencias no únicamente abarca lo narrativo y lo emocional. También pertenecemos a un campo de identidad, de sensaciones desde donde evocamos nuestra personalidad y formas de interpretar la realidad. Esta manera de existir limitados por nosotros mismos en ocasiones nos deja atrapados en miedos, en expectativas y frustración ¿Cómo podemos trascender aquello que nos limita y que al mismo tiempo es parte de nosotros?
El aislamiento social ha escalado en el último año no únicamente como resultado de las medidas sanitarias sino también debido a la ola mediática de temor al prójimo. Este aislarse del “mundo infectado” eventualmente puede disparar distintos trastornos. Entre ellos el temor a la vida, temor al propósito de estar vivos e incluso el temor a uno mismo. ¿Cómo podemos sanarnos de esta silenciosa pandemia “sugerida” y autoimpuesta?
La respiración es energía, es vida, es el hilo conductor de nuestras vidas. Es mediante la respiración que expresamos nuestras emociones, pensamientos y experiencias del mundo. En inhalaciones y exhalaciones cambiamos nuestras vidas, nos emocionamos y finalmente dejamos de respirar. ¿Cómo podemos aprovechar más esta energía de vida?
En toda vida humana podemos encontrar estos profundos instintos en constante conflicto. Eros, la pulsión que nos conecta a la vida, a construir, a pertenecer, a funcionar, a ser felices. Por otro lado Thanatos, las pulsiones que destruyen, que separan, que aniquilan, que son indolentes. ¿Cómo podemos hacer sentido de estas dos pulsiones básicas, conscientes e inconscientes, individuales y colectivas que nos definen como humanos?
“Soy Feliz, Soy Util, Lo que Hago Me Hace Sentir Apreciado....Me Quieren, Pertenezco Soy Parte de Su Vida....Pero No Sé Qué Sucedió.. Ya No Me Quieren y Pues en Realidad Yo Tampoco Ya Me Quiero Tanto” El amor es un estado cognitivo no sentimiento o condición pasajera. Pero cuando sólo se enfoca hacia fuera, a ideales, a creencias, a un deber ser, es entonces una forma de abandono a uno mismo. En ocasiones, ya muy tarde, descubrimos que ese “amor” era una forma cómoda de sólo sentirse “apreciado” por los demás. ¿Cómo podemos cultivar un amor genuino que nos conduzca a la aceptación de nosotros mismos?
La estructura básica de las relaciones humanas es eminentemente afectivo. Sin embargo cuando esta experiencia va más allá de un amor edificante, constructivo y recíproco puede convertirse en un vínculo narcisista y controlador. ¿Cuándo una expresión amorosa puede volverse destructiva?
Nuestra existencia está marcada por una forma de describirnos, de describir nuestras relaciones y nuestros campos de pertenencia. La forma de construir nuestra narrativa conlleva una forma de sentir, de estar, de ser en la vida. ¿Cómo podemos salir de un laberinto de pertenencia en el cual nos sentimos perdidos?
Los vínculos estructuran nuestra identidad en sus distintas facetas. Son el soporte fundamental de nuestras emociones y sentido de vida Muchas veces esperamos que la relaciones funcionen afuera para sentirnos conectados, felices y plenos. ¿Sería posible pensar que los vínculos comienzan en nuestro interior para luego manifestarse afuera de nosotros?
La relación con nuestros pensamientos y emociones en ocasiones nos llevan a una circularidad que nos encierra. Muchas veces no tenemos la habilidad de descansar en el presente o de crear un espacio de relajación y creatividad en nuestra mente. En esta entrega nos enfocaremos en explorar esta herramienta interior
La pandemia silenciosa ha cobrado fuerza en nuestros tiempos. El estrés es tan solo síntoma de la profunda desconexión que vivimos. Probablemente La humanidad está sitiada por su falta de propósito ¿Cómo podemos extinguir el incendio que está ocurriendo desde nuestro interior?
Día con día generamos miles de pensamientos. La mayoría de estos estados mentales son críticos, limitantes, intolerantes de uno o de los demás. Muchas veces también usamos estos pensamientos para huir de la experiencia presente. ¿ Cómo relacionarnos de mejor manera con nuestros pensamientos?
Nuestra realidad es reflejada en el mundo en el que vivimos. En nuestras relaciones, en nuestros pensamientos y nuestras sensaciones. El mundo ha llegado a un límite desde donde la desconexión y sus síntomas es la experiencia colectiva. Como decía Carl Sagan: “¿Cómo podremos salvarnos nosotros mismos de nosotros mismos?”
Exteriorizados en la construcción de nuestro sentido de vida. Somos la sociedad más solitaria, menos conectada y más ansiosa. En esta entrega nos enfocaremos en integrar herramientas para edificarnos de adentro hacia afuera.
Detrás de la ansiedad se encuentra un ser humano sin capacidad de mirar su naturaleza de manera amorosa. Por consecuencia todo lo que le rodea, simbólicamente se construye desde esa angustia, ese frenesí de no poder llegar y no poder estar. ¿Cómo mirarnos de manera distinta?
Para las tradiciones contemplativas el amor es algo que surge desde dentro para luego manifestarse fuera de nosotros. De igual manera las neurociencias muestran como las conexiones amorosas internas son cruciales para crear y experimentar vínculos sanos en nuestra nuestra vida. ¿Cómo activar estas conexiones si no contamos con suficientes referentes internos?
La depresión es considerada la pandemia del presente siglo. No importa cuánto avancemos en tecnología, turismo espacial o vacunas antivirales, la depresión erosiona nuestras relaciones, el significado de nuestro existir al igual que nuestra salud física y emocional. ¿Cómo podemos comprender y resignificar nuestro ausente existir? Textos recomendados: Conexiones perdidas (Ensayo) https://www.amazon.com.mx/dp/B086DNBC49/ref=cm_sw_r_wa_api_B9SE19XRX53VQBY7M3JR Atrévete a Cambiar https://www.planetadelibros.com/libro-atrevete-a-cambiar/47481
Según estudios en Neurociencia los vínculos procuran bienestar y también moldean los circuitos neuronales en nuestro cerebro. Sin embargo, en un mundo crecientemente aislado e individualista, la mayor ventaja evolutiva del humano, sus vínculos, se han visto notablemente perjudicados. ¿Cómo podemos resignificar y sanar nuestros vínculos?
Somos seres de hábitos. Principalmente de hábitos emocionales que yacen en el pasado. A menudo estamos estancados en nuestra vida re-viviendo condicionamientos simbólicos. ¿Cómo mirar al mundo y a nosotros mismos en otra conjugación emocional?
Nuestra identidad es un conjunto de memorias que se han plasmado de manera emocional. Éstas memorias se mantienen reproduciéndose una y otra vez en nuestra proyección del mundo. Paradójicamente buscamos ser nosotros y al mismo tiempo dejar de experimentar aquello que, de manera circular, repetimos inconscientemente. ¿Cómo liberarnos?
Las emociones pasan por nuestra mente y memoria, también a través de nuestra respiración. Es mediante el proceso de inhalar y exhalar que reforzamos hábitos narrativos que definen nuestra vida y relaciones ¿Cómo podemos purificar las emociones que dañan nuestra existencia y vínculos?
Las emociones no son meras expresiones caóticas que nos hacen felices o miserables. Son una frecuencia que delinean la manera de experimentar el mundo que habitamos, nuestras relaciones y nuestra identidad. ¿Cómo poder liberarnos del cautiverio inconsciente emocional?
Como resultado de la “Pandemia Viral” se ha desatado un contagio mundial de miedo sin precedente. Esta entrega es una introducción al Seminario “Cómo Transformar el Miedo” que se llevará a cabo del 21 al 23 de Enero en la que trabajaremos con herramientas terapéuticas basadas en la psicología budista
La muerte de seres queridos en ocasiones trae consigo la angustia de nuestra propia existencia. De igual manera nos puede recordar los ciclos no cerrados y lanzarnos al duelo y a un dolor innombrable. Muchas veces los deudos continúan viviendo vidas sin vida o bien quieren pronto dejar de existir. ¿Cómo sanar las heridas que deja la muerte de un ser querido?
La vida es una exploración, un viaje sin garantías. Pasamos gran parte de nuestro tiempo buscando pertenecer, buscando seguridad, buscándonos a nosotros mismos ¿Cómo dar sentido a este largo y accidentado viaje?