Este es un espacio para sumergirnos en su amor. Te invito a entrar confiadamente a reflexionar sobre lo que Dios está pensando de ti y de cuánto te ama. Dios es un buen Padre y espera que vayas a sus brazos para recibir su cariño, protección y seguridad. En medio de un mundo lleno de frustraciones y decepciones, Dios quiere ser tu lugar seguro, tu ancla fiel, tu esperanza que no defrauda. Anímate y acércate al que ama tu alma sin condiciones.
Frente a Pilato, Jesús afirmó: “Mi reino no es de este mundo.” (Juan 18:36, NTV)Este fue un momento crucial. Pilato pensaba que Jesús iba a luchar por una corona terrenal, pero Él dejó claro que su Reino no se basa en poder militar ni en riquezas. El Reino de Dios es eterno, transformador, y diferente a todo lo que conocemos. Jesús vino a traer un Reino que cambia corazones, no gobernantes ni territorios.Hoy, cuando buscamos el poder, el éxito o el control, ¿recordamos que el Reino de Dios no es de este mundo? Jesús no vino a imponer una corona visible, sino a gobernar en los corazones de aquellos que le siguen.El Reino de Dios no depende de lo que el mundo valora. Se trata de una transformación interior, que comienza cuando permitimos que Jesús sea el Rey de nuestras vidas.
Justo antes de ir a la cruz, Jesús miró a sus discípulos a los ojos y les dijo: “Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33, NTV)No prometió una vida sin dolor, pero sí una paz en medio de la tormenta. En el Reino de Dios, el sufrimiento no tiene la última palabra. Jesús ya venció. Y si Él venció, nosotros también podemos permanecer firmes, con esperanza.“Porque nada nos separará del amor de Dios, ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo por venir...” (Romanos 8:38-39)¿Estás viviendo una temporada difícil? ¿Sientes que todo se tambalea?En Cristo, las aflicciones no nos derrotan: nos recuerdan que nuestra victoria está en Aquel que venció.
En el Reino de Dios, muchas cosas se ven al revés de como las hemos aprendido. Allá, el que pierde… gana.Jesús dijo: "Al que quiera salvar su vida, la perderá; y al que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará." (Marcos 8:35). No se trata de un llamado al sufrimiento por sufrir, sino a una entrega radical. Cuando vivimos solo para nosotros, nos vaciamos. Pero cuando nos rendimos por amor a Jesús, encontramos la verdadera vida.“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mateo 16:24)Guardar todo, controlar todo, asegurar todo… nos puede llevar a vivir una vida sin propósito. Pero rendirla por causa de Cristo, es descubrir lo eterno.¿Qué estás intentando retener que deberías entregar? Solo cuando soltamos, comenzamos a vivir de verdad.
En el Reino de Dios, los valores están completamente invertidos respecto a lo que el mundo considera éxito o bendición. Jesús dijo: “Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados. Dios bendice a los humildes, porque heredarán toda la tierra.” (Mateo 5:4-5, NTV)En nuestra lógica humana, llorar es señal de debilidad. Ser manso es ser pasado a llevar. Pero en el Reino, quienes lloran no son abandonados, sino abrazados. Quienes eligen la humildad sobre la arrogancia, recibirán herencia eterna.La mansedumbre no es falta de fuerza, es fuerza bajo control. Y el llanto no es derrota, es el umbral de la consolación divina. ¿Estás dispuesto a valorar lo que el cielo valora, aunque el mundo lo desprecie?En el Reino, los últimos heredan. Los quebrantados reciben. Los mansos conquistan.
En el Reino de Dios, la justicia no se impone con venganza, ni la dignidad se defiende con violencia. Jesús dijo: "A cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra." (Mateo 5:39).Esto no es debilidad, es fortaleza del alma. No significa permitir abusos, sino cortar de raíz el ciclo del odio. Es responder al mal con bien, desarmar al agresor con gracia.“No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto, al contrario, bendigan, porque para esto fueron llamados, a fin de recibir una bendición.” (1 Pedro 3:9)En un mundo que enseña “no te dejes”, Jesús nos llama a confiar en una justicia mayor, a vencer el mal con el bien.¿Y tú? ¿Responderás con la lógica del mundo… o con la fuerza del Reino?El amor siempre tendrá la última palabra.
En el Reino de Dios, muchas definiciones se invierten. Lo que el mundo llama pérdida, Dios lo llama siembra. Lo que parece una derrota, puede ser el inicio de una victoria.Jesús dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24). “Y el que se ama a sí mismo pierde la vida; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para vida eterna.” (Juan 12:25) Él no hablaba solo de su muerte, sino de un principio profundo: solo cuando dejamos de vivir para nosotros mismos, empieza a brotar vida verdadera.En la lógica del Reino, morir no es el final, es el comienzo. Entregar nuestros planes, nuestro ego, nuestros temores... eso es sembrar. Y en Dios, toda semilla entregada con fe dará fruto.¿Qué necesitas soltar hoy para que Dios haga crecer algo nuevo? Tal vez es tiempo de dejar caer esa semilla en tierra.
En el Reino de Dios, la grandeza no se mide por aplausos ni por estatus. Allí, el camino hacia lo alto comienza por bajar.Jesús, al ver a sus discípulos discutir sobre quién sería el más grande, les dijo: "El que quiera ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos." (Marcos 9:35).En nuestro mundo, ser primero es sinónimo de poder. Pero en el Reino, es sinónimo de servicio. Es agacharse para lavar pies, es ceder el lugar, es servir en lo invisible.El que se humilla será exaltado, y el que se exalta será humillado.” (Mateo 23:12)¿Qué lugar buscas en la fila? ¿El del que es visto… o el del que sirve con amor? Solo los que se hacen últimos, descubren la verdadera grandeza.
En el Reino de Dios, el amor no se mide por lo que sentimos, sino por lo que decidimos hacer. Jesús dijo: “Pero a ustedes que están dispuestos a escuchar, les digo: amen a sus enemigos. Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman.” (Lucas 6:27-28, NTV)Este tipo de amor no es natural, es sobrenatural. No nace de nosotros, nace de Dios. En un mundo donde devolver mal por mal parece justo, Jesús nos llama a romper el ciclo con gracia.“Si amas solo a los que te aman, ¿qué recompensa tienes? Aun los recaudadores de impuestos hacen eso. Y si solo saludas a tus hermanos, ¿qué haces de más? Aun los gentiles hacen eso.” (Mateo 5:46-47)Amar a quien nos hiere no es debilidad, es poder del Reino. Porque sólo un corazón transformado por Dios puede responder así.¿Y tú? ¿A quién necesitas soltar hoy… para amar como Él?Amar como Jesús no tiene sentido... excepto en su Reino.
En este episodio exploramos quiénes somos realmente según Dios. En un mundo que nos define por nuestro pasado, errores o logros, la Biblia nos revela que somos amados, escogidos y valiosos para Dios. No somos lo que el mundo dice, sino lo que Él declara: hijos suyos, hechos a Su imagen y con un propósito eterno. Descubrimos cómo nuestra verdadera identidad se encuentra en Cristo y cómo vivir con la seguridad de pertenecer a Él transforma nuestra vida.
En este episodio exploramos cómo Dios actúa en medio de nuestros quebrantos. La vida nos hiere, pero Jesús vino a restaurar lo que está roto y a destruir las obras del diablo, quien es el causante de nuestro dolor. Aunque el sufrimiento es real, en Dios encontramos sanidad, esperanza y un nuevo comienzo. Él no nos deja en nuestra ruina, sino que nos levanta, nos sana y nos recuerda que en Sus manos, hasta lo más roto puede ser restaurado.
En este episodio reflexionamos sobre la injusticia y el papel de Dios en medio de un mundo que parece tan desigual. ¿Dónde está Dios cuando ocurren cosas injustas? La Biblia nos enseña que Él es justo y no es indiferente al sufrimiento. Aunque hoy veamos maldad, Jesús nos invita a buscar primero el reino de Dios y Su justicia (Mateo 6:33), confiando en que Él traerá redención y que un día toda injusticia será rectificada por Su perfecta justicia.
En este episodio exploramos cómo confiar en Dios en medio de la incertidumbre. Cuando el futuro es incierto y las respuestas no llegan, es fácil caer en el miedo y la ansiedad. Pero la Biblia nos enseña que Dios sigue en control, incluso cuando no vemos el camino. Aprendemos a soltar nuestras preocupaciones y buscar primero Su reino (Mateo 6:33), confiando en que Él proveerá, guiará y obrará para nuestro bien, aun en lo desconocido.
En este episodio hablamos sobre el perdón desde la perspectiva de Dios. ¿Cómo podemos perdonar cuando hemos sido heridos profundamente? Jesús nos llama a perdonar 70 veces siete, renunciando a nuestro derecho de venganza. Guardar rencor es vivir encadenados, mientras que el perdón nos libera para disfrutar la vida. Descubrimos que, al perdonar, reflejamos el amor de Dios y encontramos verdadera paz y sanidad en nuestro corazón.
En este episodio exploramos esos momentos en los que parece que Dios guarda silencio. ¿Significa que nos ha abandonado? Descubrimos que, aunque no siempre entendamos Su tiempo, Dios sigue obrando en nuestras vidas. Su silencio no es ausencia, sino una invitación a confiar más en Él. A través de la Biblia, vemos que incluso en el aparente silencio, Dios está presente, guiando, fortaleciendo y cumpliendo Sus promesas.
En este episodio exploramos cómo Dios se relaciona con nuestro dolor. Aunque el sufrimiento no estaba en el plan original de Dios, Él está con nosotros en medio del dolor. Descubrimos que, aunque el sufrimiento es parte de un mundo caído, Dios nos ofrece consuelo y esperanza. A través de Su presencia, podemos encontrar sanidad y fuerza para enfrentar las pruebas, sabiendo que Él nunca nos abandona.
Una cosa es decir que elegimos la justicia de Dios, otra cosa es DECIDIR ir donde Él cada vez que quieras tomar la justicia en tus manos. Caminas y decides; sigues caminando y vuelves a decidir.
Hola a todos, hemos estado recorriendo la difícil colina del perdón. He creado una serie de seis episodios donde estamos viendo los pasos que debemos dar para aprender a tener una actitud perdonadora. Aunque una colina puede ser una perfecta ilustración para este proceso, asimismo, la belleza de llegar a la cumbre y admirar el paisaje es la comparación perfecta que se siente al momento de extender el perdón y ser libre de esas cadenas. En este episodio quiero compartir contigo lo que he aprendido sobre RENUNCIAR. Entonces, ¿a qué renunciamos? RENUNCIAMOS al derecho de venganza.
Hola, te invito a este nuevo episodio donde estamos recorriendo por el acróstico P.E.R.D.O.N.: Pensar, Elegir, Renunciar, Decidir, Obedecer y Negar. Ya vimos PENSAR. Para poder aprender a vivir perdonando, debemos pensar en el daño y en quién lo cometió. No olvidar, como algunos sugieren. Eso no es un consejo sabio. Al pensar podremos tomar mejores decisiones sobre el proceso de sanidad y sobre nuestras relaciones interpersonales. Ahora vamos por el segundo concepto: ELEGIR. Quiero ser enfática en una cosa: no estamos discutiendo si perdonamos o no, sino qué pasos damos para aprender a perdonar 70 veces siete y tener una actitud perdonadora.
Hola, quiero invitarte a dar un paseo en ese jardín al que nos cuesta entrar: el perdón. Cada vez que creo haber aprobado esta asignatura, me doy cuenta de que solo he sido promovida a un nuevo nivel y que debo enfrentar nuevos desafíos. Cuando fui entendiendo lo que significa perdonar, me percaté de que no son eventos puntuales, sino un estilo de vida. Por tal razón, cada vez que pienso al respecto, uso el gerundio del verbo: PERDONANDO. Quiero derribar algunos mitos y construir un camino para aprender a vivir perdonando.Hay quienes te pueden aconsejar que olvides el daño y, más aún, olvides a esa persona que te dañó, sin embargo, en este primer capítulo te invito a PENSAR.
Hemos escuchado de Dios, nos han hablado de Él. Tenemos una idea de este ser supremo, pero ¿será la correcta? Te invito a reflexionar en su deidad y ternura, y cómo su esencia te busca cada día.
Tal vez hemos bailado con el novio, hemos tenido citas con Él, pero ¿realmente conocemos al novio? Te invito a escuchar esta reflexión que compartí a un grupo de mujeres en mi ciudad. Puedes encontrar más reflexiones en http://paranosotras.org/
Hemos visto a Dios como ser humanos, como cumplidor de promesas y hoy quiero invitarte a reflexionar sobre este nuevo significado de la Navidad: Dios como rescatador de sus hijos.
En el primer domingo de adviento, vimos que en la Navidad Dios se ha revelado como ser humano. Hoy veremos a Dios como cumplidor de promesas. Estaba en el corazón de Dios acercar a sus hijos a Él y tanto es el amor de Dios por nosotros que cumplió su promesa al enviar a Jesús a nacer como bebé en un incómodo pesebre, dejando sus atributos divinos en favor de quienes necesitábamos su perdón. Reflexiona por unos minutos sobre el significado de la Navidad y el impacto que tiene para tu vida.
Estamos acercándonos a una fecha muy importante para los cristianos y quisiera que este año puedas ver la Navidad con otros ojos. Te invito a ver a Dios como ser humano.
Hoy estamos viviendo en un caos, pero esto no estaba en la mente de Dios. Podemos volver al diseño original de nuestras vidas si dejamos que Dios venga y transforme el caos en orden y la oscuridad en luz. Para Nosotras - Para Nosotras
Dos reyes cometieron muchos errores, errores reales. Pero son errores que cometemos en nuestro día a día, incluso sin darnos cuenta. Aquí te dejo cuatro errores que debemos evitar, basándonos en la historia relatada en el primer libro de los Reyes, capítulo 20.
Jesús ha estado tocando nuestras puertas, pero no entrará mientras no le abramos. Quiere entrar para sanar nuestra pobreza, ceguera y desnudez. Trae consigo oro, colirio y vestimentas y quiere tener una relación con nosotros cada día. ¿Seguiremos escuchando que Jesús toca la puerta o nos levantaremos a abrir y cenar con Él?
Lo natural de esta vida nos ha alejado de lo sobrenatural. Hemos decidido no creer y nos alejamos de los milagros que Dios quiere hacer en nuestras vidas. En esta reflexión te invito a ver dos historias que comienzan igual, pero terminan muy diferente. Elige tu final.
Cuántas veces hemos estado en esta situación, creyendo que nuestras oraciones rebotan en el cielo raso y no llegan al cielo de verdad. Creyendo que somos indignos para pedirle algo al Padre o que nuestra situación es un detalle sin importancia para Él. Recorriendo este pasaje quisiera compartir 7 verdades que debemos creer cada vez que oramos. Se relata el ayuno de Daniel por 21 días y la visión que tiene de un varón vestido de lino.
En las vueltas de la vida nos vamos llenando de piedras. Revisa cuáles están a tu alrededor. Reutiliza algunas, elimina otras y, en definitiva, sé una piedra viva que dé alabanza y testimonio.
Hemos estado toda la semana reflexionando sobre el llamado de Jesús a sus discípulos: “Sígueme y Yo te enseñaré a pescar”. Ellos lo siguieron, ¿qué haremos nosotros?
Hoy quiero que reflexionemos sobre esta parte de la invitación que al menos a mí siempre me ha extrañado: Yo te enseñaré a pescar. Jesús, siendo hijo de carpintero, le dice a expertos pescadores que le enseñará a pescar. Parece absurdo, pero el contexto delata que se refiere a otro tipo de pesca: llevar el mensaje de Dios a las personas.
Nos queda claro que no estamos totalmente capacitados, de hecho es nuestra excusa muchas veces para tomar decisiones. Dios sabe esto, pero nos ha puesto al mejor Maestro: Él mismo. Cuando Jesús llama a sus discípulos a seguirlo, el ofrecimiento también incluía un curso completo de capacitación para lo que se venía, otorgado por el mismo Jesús. Yo te enseñaré, les dijo a cada uno, no otro.
Me encanta saber que este llamado Jesús me lo hace a mí también: “Sígueme y Yo te enseñaré a pescar”. Más aún cuando me aclara que no necesito saberlo todo, sino solo estar dispuesta a ser siempre aprendiz. Jesús nos está llamando a tomar riesgos y decisiones importantes. De hecho, nos llama a renunciar a muchas cosas, pero sabe que no estamos totalmente capacitados para ello. Y no es necesario. Aun así nos llama.
Mientras más pienso en la invitación de Jesús “Sígueme y Yo te enseñaré a pescar”, más me doy cuenta de lo profunda que es. Sígueme también nos confronta a mirarlo solo a Él. Cuando Jesús dice SÍGUEME, también nos está diciendo DEJA DE SEGUIR OTRAS COSAS. Solo a mí, sólo a Él. La vida está llena de ofrecimientos y luces de neón que nos encandilan, nos distraen y nos hacen pensar que son merecedoras de nuestra atención y seguimiento. Por ejemplo, las 5 P´s del desvío: popularidad, plata, posesiones, poder y pasiones.
Hoy quiero compartir contigo la seguridad que Jesús va con nosotros en esta travesía. Si profundizamos el significado en griego, vemos que Jesús nos está llamando, no solo a estar en el mismo camino con él, sino estar tan cerca que nos unamos como una sola partícula. Eso me encanta. No es como el relojero que le dio cuerda al reloj y luego, que se las arregle como pueda. Dios no es así.
Ayer comenzamos a pensar sobre la palabra Sígueme y vimos que Dios nos mueve a dejar nuestra zona de confort. Hoy quiero ahondar un poco más en esa palabra. En griego, la palabra sígueme nos demanda ir al lado de alguien como aprendiz.
Si la última semana del año nos invita a evaluar lo que fueron esos 365 días, esta primera semana del año nos invita a reflexionar y hacer compromisos para los próximos 365 días. Quiero acompañarte por una semana a pensar sobre esta invitación de Jesús: “Sígueme y Yo te enseñaré a pescar” (Mt.4.19).
Hemos celebrado la Navidad y con ello, recordamos que las promesas de Dios siempre se cumplen. Pero son tantas las promesas que podríamos estar celebrando todos los días!! Tal como esa, hay otra en la cual debemos prestar atención: Jesús viene otra vez. Mientras tanto podemos acercarnos al Padre confiadamente y disfrutar su compañía, pero cuando Jesús regrese, vendrá a buscar a todos los que hemos creído en Él: ¿Serás parte de ese grupo?
Todos tenemos la necesidad de ser amados y, por esa razón, andamos buscando el amor y la aprobación de muchas maneras. Creemos equivocadamente que el amor de una pareja podría suplir esa carencia y buscamos en una y otra persona ese amor que nos complazca totalmente. Después de tanto buscar, puedo decir que estaba totalmente lejos de la verdadera solución. Sumérgete en su amor, disfrútalo porque es para ti. No pretendas ganártelo porque es un regalo. Y recuerda: Donde hay amor, no hay temor.
¿Dónde has estado buscando el gozo? Tal vez debiéramos escuchar la sabiduría del rey Salomón y darnos cuenta que nos hemos desgastado buscando el gozo donde no podemos encontrarlo. En esta época de Navidad, recuerda la noticia que trajeron los ángeles a tu hogar, hay un Salvador, un Padre que quiere tener una relación contigo. No sigamos persiguiendo el viento. No se trata de pesebres ni regalos. Es el tiempo de agarrar ese gozo que nos hace fuertes, aunque seamos débiles. Que nos invita a confiar, a pesar de las circunstancias.
¿Dónde buscamos la PAZ? Navidad es más que regalos y pesebres. Navidad es un hermoso tiempo para que extendamos nuestras manos para recibir lo que Jesús vino a ofrecernos: Su PAZ.
¿Cuál sería el sinónimo de Navidad para ti? Esta es una época propicia para reflexionar en la ESPERANZA que tenemos gracias a que Dios cumplió su promesa de enviar a Jesús como salvador y de la misma manera, sigue cumpliendo cada una de sus promesas por ti y por mí.
La pandemia nos ha llevado a preguntarnos: ¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo volveremos a la vida que llevábamos antes? Estoy convencida que eso no pasará. No nos quedaremos así como estamos hoy, pero tampoco volveremos a vivir lo que estábamos viviendo hasta antes de la pandemia. Tenemos desafíos que enfrentar y te invito a verlos según lo que nos enseña el profeta Hageo. Rompe el molde, ya no lo necesitarás más!! https://paranosotras.org/
Ya estamos en el fin de esta Semana Santa. Hemos recorrido cada frase de Jesús en la cruz. Hoy nos toca reflexionar en la que dice: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. No dejemos que lo significativo de cada una de estas frases se quede congelado hasta el próximo año, sino hagamos que sean vida para nuestros corazones cada día.
Hola Amiga, soy Carolina. Estamos terminando esta Semana Santa y nos quedan las últimas 2 frases de Jesús. Cuando pensamos que cada una de las frases que hemos compartido, las dijo colgado de una cruz, debiera ser suficiente para sentirnos conmovidas y agradecidas por lo que hizo. Pero no fue solo todo lo que hizo que tiene significado para nosotras hoy, sino lo que dijo. La palabra de Jesús es vida. Te invito a reflexionar sobre esta penúltima frase: todo está cumplido