Píldoras Literarias es un espacio sonoro para la literatura.
Fragmento de la novela gráfica realizada por María Hesse y editada por la editorial Lumen. Inspirado en las vivencias de la icónica pintora mexicana, el libro ofrece un hermoso paseo ilustrado por su vida y su obra.
Con el objetivo de enterrar a su padre en el pueblo donde nació, Daniel emprende un viaje en un vehículo muy particular, un coche fúnebre, conducido por un chófer ecuatoriano, pintoresco y charlatán, de la mejor estirpe cómica. ¿Quién es de verdad Dani Mosca?
Primera parte . Una hermosísima historia de amistad y respeto entre seres diferentes.Un gato grande, negro y gordo recibe una responsabilidad muy particular. Promete a una gaviota moribunda cuidar de su huevo y enseñar a volar a su pichón. Sólo podrá hacerlo con la ayuda de sus congéneres, y la de un poeta. Pero para ello deberá transgredir normas y tabúes... .
Jorge Mario Varlotta Levrero, más conocido como Mario Levrero (Montevideo, 23 de enero de 1940 - ibídem, 30 de agosto de 2004), fue un escritor uruguayo, que además se desempeñó como fotógrafo, librero, guionista de cómics, columnista, humorista, y también creador de crucigramas y juegos de ingenio
Soy pluma al viento en el lugar de las cosas perdidas. Dejo mi rincón y me abandono a su va y ven. Todos mis lugares te convocan ? mi país tu país, tu cuerpo, el mío, territorios de arena y viento remolinos de adioses y muertos corren vientos nuevos y apacibles pero... otros vientos embriagadores sin pausas inquietan mi vuelo. Soy pluma al viento en el país de los cuatro vientos ? y entre sueños y en delirios vuelo a mi equinoccio.
La tregua es una novela del escritor uruguayo Mario Benedetti (1920-2009), que habla sobre un hombre viudo y, cercano a jubilarse, que se enamora perdidamente de su empleada muy joven. Una novela sobre la soledad y la incomunicación, el amor y la sexualidad, la muerte y los problemas políticos.Martín Santomé, viudo con tres hijos, en las vísperas de su jubilación comienza a registrar en un diario su vida gris y sin relieve. La vida cotidiana de la rutina en la oficina y la de un hogar desunido y crispado se verán alteradas cuando irrumpe en su rutina la joven Laura Avellaneda, su nueva empleada. Y este hombre, casi sin proponérselo, decide abrir en su vida un paréntesis luminoso.La tregua se ha traducido a decenas de idiomas y ha sido adaptad al cine, la televisión, el teatro y la radio, pero que sobre todo ha gozado de la excepcional acogida de los lectores de todo el mundo.
Manuel Vilas (Barbastro, 1962) es poeta y narrador. Desde el corazón de su memoria, un hombre que arrastra tantos años de pasado como ilusiones de futuro, ilumina, a través de sus recuerdos, su historia, la de su generación y la de su país. Una historia de largo aliento que a veces duele, pero que siempre acompaña.
Entrevista con su autora María Tena. María Tena (Madrid, 1953) pasó sus primeros años en Dublín, Montevideo y Madrid rodeada de libros y escritores. Es licenciada en Filosofía y Letras, especialidad de Literatura Hispánica, y en Derecho. Hizo su tesis de licenciatura sobre Las revistas poéticas española de 1900 a 1936. Su vida profesional en la administración pública se ha movido siempre en torno a proyectos culturales o educativos. Es colaboradora habitual de revistas literarias, tanto en papel como en la red, donde ha publicado cuentos, artículos y entrevistas. Entre sus obras destacan Todavía tú y Tenemos que vernos (finalista del Premio Herralde de Novela 2002).
Javier Marías (Madrid, 1951) es escritor, articulista y traductor. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, fue profesor de Literatura Española y Teoría de la Traducción en la Universidad de Oxford (1983-1985), entre otras instituciones universitarias. Es miembro de la Real Academia Española desde 2008. Su relación con EL PAÍS se remonta a los inicios del diario y su firma es una de las más reconocibles del suplemento dominical. Sus escritos se recogen en diferentes publicaciones, entre los que destacan, Lección pasada de moda (2012) y Juro no decir nunca la verdad (2015). Con más de una decena de novelas publicadas, ha recibido múltiples galardones como el Premio Nacional de Narrativa (2012) por su novela Los enamoramientos y el Giuseppe Tomasi di Lampedusa, otorgado en 2014
En el espejo de nubes se evaporan perfiles de humo al atardecer. Los niños juegan con revistas de recortables: papel rosado, contornos de aceite, deslumbran pupilas de juegos. Así aparecía el horizonte esta tarde: veletas de plomo, el mercurio llegaba a los arrozales y las culebras se escondieron para dejar paso a las cañerías celestes. Reflejo desvanecido en el viento, bote de bolígrafos, juegos de mesa. ? Así miraba yo los brazos que tratan de rozar el firmamento cuando una arista se clavó en mi pecho y sentí los grifos abiertos en todos los baños y el calor de las mantas durante la noche y las risas de borrachos en bares flotantes, con el dolor que esconde la carcajada, y sentí las toallas que envuelven cuerpos húmedos y el redoble de cubiertos sobre el cuarzo, migas de pan esparcidas en madera, y la respiración entrecortada entre las sábanas, y mientras tanto, caminaba hasta murallas de arena, hasta esquinas rotas, hacia la perspectiva. Abracé figuras relumbrantes de fuego y cantos de extrarradio. Cuando las luces encienden la maqueta poco a poco dibujan un reguero de soles descompuestos. Moneda de bronce apretada en la mano. Cortes en las calles excavados hace mil años en montañas. Agujeros de cocina derraman vino en polvo y grietas. Despacio. La luz se ha fundido.
Valeria Luiselli (Ciudad de México 1983) ? Soy el mejor cantador de subastas del mundo. Pero nadie lo sabe porque soy un hombre comedido. Me llamo Gustavo Sánchez Sánchez y me dicen, yo creo que de cariño, Carretera. Además de saber imitar a Janis Joplin, de ser capaz de poner en equilibrio un huevo de gallina en una mesa, o de saber contar hasta ocho en japonés, en su fulgurante trayectoria como cantador de subastas Carretera aparece como inventor del revolucionario "Método de las alegóricas", en el cual "no se subastaban objetos, sino las historias que les daban valor y significado". Carretera no siempre fue este "showman" eminente. Antes de convertirse en subastador ejerció como vigilante en una fábrica de jugos durante muchos años, hasta que el ataque de pánico de una compañera de trabajo cambió su vida de manera irremediable. En el tránsito hacia su destino Carretera deberá enfrentarse a la ira de un hijo al que ha abandonado, llevar a cabo una subasta para ayudar a un cura a salvar su iglesia, y realizar a manera de gran "performance" final "La historia de mis Gustavos personales", una subasta alegórica.
Por estos poemas atraviesa un miedo que se despierta con el tiempo: el de la mordedura atroz de la vejez. También los recorre la extrañeza que separa el amor a los hijos y la necesidad de un espacio propio; y ese otro miedo que nace de la incapacidad para expresar la ternura, o de la ausencia de algo indefinido que adopta forma de pájaro. Cristina Sánchez-Andrade ha escrito este libro hermoso y salvaje —también durísimo en su honestidad— en el que surge de la sombra un mundo que se entiende como la historia propia: el universo entero cabe en un montón de tierra o en una botella vacía de leche. Llenos los niños de árboles habla sobre el entorno que hiere, sobre la memoria que cura, y lo hace desde la conciencia de que «el mundo ya estaba en mi corazón,/ como la pequeña mancha de podredumbre en la cereza». (ed.La Bella Varsovia)
A un Mario Conde a punto de cumplir sesenta años, y que se siente más en crisis y más escéptico que de costumbre con su país, le llega de manera inesperada un encargo de un antiguo amigo del instituto, Bobby, que le pide ayuda para recuperar la estatua de una virgen negra que le han robado. Conde descubre que esa pieza es mucho más valiosa de lo que le han dicho, y su amigo tiene que confesarle que proviene de su abuelo español, que, huyendo de la Guerra Civil, la trajo de una ermita del Pirineo catalán. En los bajos fondos de La Habana, Conde da con un sospechoso al que acaban matando. Con el asesinato de otro cómplice, Conde descubre una inesperada trama de galeristas y coleccionistas extranjeros interesados en la talla medieval, y se tropieza inevitablemente con la policía de homicidios de La Habana. Pero, en capítulos intercalados, La transparencia del tiempo también cuenta la epopeya a lo largo de los siglos de la estatua, una virgen negra traída de la última cruzada a una ermita del Pirineo por un tal Antoni Barral, y será otro Antoni Barral quien la salve y se vea obligado a embarcar como polizón rumbo a La Habana.
Poema de Federico García Lorca Federico García Lorca Federico García Lorca. Huerta de San Vicente, Granada.jpg Información personal Nombre de nacimiento Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca Ver y modificar los datos en Wikidata Nacimiento 5 de junio de 1898 Ver y modificar los datos en Wikidata Fuente Vaqueros, España Fallecimiento 18 de agosto de 1936 Ver y modificar los datos en Wikidata (38 años) Camino de Víznar a Alfacar, Granada, España Causa de la muerte Fusilamiento Ver y modificar los datos en Wikidata Residencia Granada y Residencia de Estudiantes Ver y modificar los datos en Wikidata Nacionalidad Española Ver y modificar los datos en Wikidata Lengua materna Castellano Educación Educado en Columbia University School of Engineering Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada (Ciencia de la literatura; desde 1915) Ver y modificar los datos en Wikidata Información profesional Ocupación Director de teatro, letrista, autor, dramaturgo, poeta, músico y dibujante Ver y modificar los datos en Wikidata Movimiento Generación del 27 Ver y modificar los datos en Wikidata Géneros Dramaturgia, teatro y poesía Ver y modificar los datos en Wikidata Instrumento Piano Ver y modificar los datos en Wikidata Obras notables Bodas de sangre Yerma Poeta en Nueva York Poema del cante jondo Así que pasen cinco años El público Diván del Tamarit Doña Rosita la soltera La casa de Bernarda Alba Romancero gitano Seis poemas galegos Ver y modificar los datos en Wikidata Firma Federico García Lorca signature.svg [editar datos en Wikidata] Federico García Lorca (Fuente Vaqueros,1? Granada, 5 de junio de 1898-camino de Víznar a Alfacar, Granada, 18 de agosto de 1936)2? fue un poeta, dramaturgo y prosista español, conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la generación del 27, fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo xx. Como dramaturgo se le considera una de las cimas del teatro español del siglo xx, junto con Valle-Inclán y Buero Vallejo. Murió asesinado un mes después del golpe de Estado con el que tuvo lugar el inicio de la guerra civil española.
Manuel Vilas (Barbastro, 1962) es poeta y narrador. Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde la emoción, este libro es la crónica íntima de la España de las últimas décadas, pero también una narración sobre todo aquello que nos recuerda que somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y seguir adelante cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos que nos unían a los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos.
María Oruña (Vigo, 1976), gallega de padre cántabro, desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ambientó Puerto escondido (Destino, 2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, el francés y el catalán, y que inauguró una serie que siguieron Un lugar a donde ir (2017) y Donde fuimos invencibles (2018). En las tres novelas los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. Oruña es abogada y actualmente compagina esta profesión con la escritura.
Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja; Con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales; En su boca una fruta perfumada y bermeja Que destile más miel que los rubios panales. A veces nos asalte un aguijón de abeja: Una raptos feroces a gestos imperiales Y sorprenda en su risa el dolor de una queja; ¡En sus manos asombren caricias y puñales! Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante, Y sea águila, tigre, paloma en un instante. Que el Universo quepa en sus ansias divinas; Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame, Y una frente que erguida su corona reclame De rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas! de El libro blanco
A veces, solo a veces, escribir es una forma rara y dulce de drenar silencios y llenar de puentes las distancias; las palabras entonces corren por el papel buscando atajos, se acurrucan en las esquinas de los folios para salir volando y saben a manzana como algunas manos y como algunos besos. Escribes del amor y de otras soledades y es como si todo te fuera ajeno pero íntimo, como si contaras recuerdos de mujeres que nunca has conocido pero a las que has amado con la mansedumbre de las nubes y la fiereza de las bestias. A veces escribes con las manos ateridas de ese frío tan raro que se siente en las salas de espera y otras veces los dedos que sostienen el bolígrafo sudan sangre y la sangre emborrona lo que escribes. A veces escribir es gritar en silencio y maldecir aunque cuando maldigo no es para desear el mal a nadie, es que realmente las palabras me salen mal-dichas, mal escritas porque la vida deforma lo que debería ser hermoso y no lo es. A veces, solo a veces, escribir es intentar sobrevivir, una pasión inútil. Pero es lo que sé hacer. Escribo y escribo y es muy raro que este oficio de decidir de cosas y lo mismo que Silvio a veces me sorprendo: «Cómo gasto papeles recordándote»... Y, como él, te doy un folio escrito y hago un discurso sobre mi derecho a hablar. Mira... En realidad lo que quería decirte esta mañana fría de este enero tan cierre es que a veces, solo a veces, escribir es una forma disimulada y hermosa de llorar, un intento baldío de romper, entre letras, esta oscura cadena de desgarros.
Escrito por Mercedes Rosende, escritora uruguaya de novela negra y ganadora del Premio Nacional de Literatura en Uruguay. Mostramos un fragmento sonoro de su novela "El miserere de los cocodrilos". Sinopsis.- Germán, un eterno perejil, sale de la cárcel con un encargo: el asalto a un camión blindado. Una sucesión de enredos le depara la ayuda de Úrsula López, mujer con la que estuvo involucrado en el secuestro que lo llevó a prisión. Pero esta mujer, a la que la muerte y la gula no le son ajenas, antes necesita resolver algunas cosas. Desde un apartamento en la Ciudad Vieja espía a sus vecinos, contempla trescientas veintidós estatuillas japonesas y trama una venganza. Ah, y Úrsula tiene hambre. Siempre tiene hambre . Mientras tanto el abogado Antinucci, Ricardo el Roto y la comisaría Leiva, cada uno a su manera, se unen a este coro de pecado y perdón.
Hasta el poema llegan, como islotes de óxido y de plancton celular, los restos silenciosos del naufragio en que quedan los barcos y los hombres tras el amor intenso, el oleaje que levanta su proa y la sumerge al fondo de la mar y sus caballos. Las caracolas guardan su rumor, la lentitud sombría en que los peces desnudos se acomodan a morir y vuelven cristalina su belleza de fósil, su armadura transparente, su vertical caída hasta el silencio en que el fondo del mar guarda la espuma que levantó el deseo y las mareas. En su abisal distancia deslenguada, amor y mar comparten varias letras y la raíz mojada por la sal empapa cada signo tras su empeño por la coloración y el frenesí. La boca humedecida, la entretela del cuerpo y sus humores ablandados, las veintinueve letras rezumadas por la líquida masa del amor después se vuelven piedra quebradiza, astilla y fósil blanco en su rescoldo, su agalla enrojecida en el vivir. de La ausente
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, De mí murmuran y exclaman: ?Ahí va la loca soñando Con la eterna primavera de la vida y de los campos, Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado. ?Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, Con la eterna primavera de la vida que se apaga Y la perenne frescura de los campos y las almas, Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan. Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?