Aquí las cosas como son, sin importar el qué dirán. Total, vida, solo una.
Nos pintaron tan rosa o tan rojo el amor, que nadie nos dijo que ese no era el color, y nos dieron una chinga con los matices reales que tiene; y aquí nos tienen, sufriendo por amor a lo wey.
Si la vida fuera como el "yo nunca,nunca", ¿Preferirías terminar más quedamos que carbón en parrilla o ponerte a observar como todos han vivido algo divertido y tú por miedo a que te juzguen, no juegas?
Lo que pareciera ser hueva, puede ser más complejo cuando se involucran emociones negativas que no te permiten ni siquiera poder hacer algo, que al final, dejas pasar una y otra y otra y otra vez.
Las relaciones tóxicas no respetan sexo, edad, parentesco ni posición económica, porque sí, en la pareja, amigos, familia o trabajo, la toxicidad llega a suceder.
No hay nada que una más, que el hate, pero ¿es tan necesario o solo se da cuando se les prende un cohete por la cola para poder tirar odio? Famosos o no, uno no se salva de que te tiren hate.
Hablar del viejazo es, luego luego, asociar la edad, pero ¡ni madres! todo es cuestión de actitud y aquí, te lo demuestro.
¿Por qué una se vuelve feminista? porque algo sucedió en su vida que la hizo querer colocarse los lentes morados del feminismo y decir "se les acabó su p3nd3ja".
Aunque se sabe que primero lo que deja y después lo que apendeja, es lo correcto, a veces uno se apendeja y a la hora de decidir, uno no sabe por dónde, ni cómo, ni cuándo. La indecisa, me dicen.
Ni todos los días son soleados ni tampoco nublados, la tristeza es inevitable, ya sabes...una lloradita y a mimir, pero al otro día, una perra, sorprendente, curvilínea y elocuente.
Como aguacate envuelto en periódico, la madurez llega porque llega. A veces con ayuda, a veces solita, pero la vida se encarga de ser el periódico que nos dirá: ya estás listo o lista, para ser guacamole.
Dicen que el primer año es el más bonito en una relación, pero cuando se trata de una pandemia, solo hay puros pedos y las emociones salen a flote, pero sí, un año ya transcurrió y nosotros seguimos pensando ¿qué chingados pasó?
El problema de la pena, no es pasarla o experimentarla, sino tener que vivir con ella. Si ya de por sí, uno está creciendo con inseguridades, auméntale lo que provoca el sentir pena, ante circunstancias bien pinches que no tendrían que generarla.
¡Ah chingá! ahora resulta que para ser, hay que parecer. Si las mujeres no cumplimos con ciertas características, entonces somos todo, menos unas damitas. Inicia marzo y con ello, el momento de quitarnos estigmas, miedos y tener la libertad de decir: "sí, me chingo 8 tacos, ¿y?".
O lo odias o lo amas a escondidas, pero en definitiva, algún sentimiento te provoca San Valentín. Todos hemos sido presa de este día y algunos han sobrevivido, otros siguen luchando, y algunos, simplemente, se rindieron.
Pasó de ser un tema tabú a un tema de dominio público lleno de desinformación, escándalo y morbosidad, pero eso sí, seguimos sin preguntar, sin disfrutar y con cierta culpa. ¡FUERA ESTIGMAS!
¿En cuántas pendejadas te has metido por no decir NO a tiempo? Efectivamente, el NO es poderoso pero que a nadie nos gusta usarlo, porque nos da miedo o pena...¡Par favaaaaaaaar!
Porque entre "¡Qué chingue su madre!" y "¡Ya chingó a su madre!" hay una gran diferencia a la hora de cerrar ciclos Y definitivamente, TODOS, hemos pasado por una de las dos.
Este 2020 no fue el que todos imaginamos pero fue el que nos tocó vivir, así que, según yo, estas fueran lecciones de vida que nos dio, así que, más vale que al menos una hayas aprendido o te va a tocar chancla del 2021.
Y es que si hablamos de dar las gracias, se nos olvida que antes de pedir, hay que agradecer por lo que se tiene, para después andar de pedinches por lo que carecemos.
¿De verdad aplicamos pisar el pasado para avanzar o solo nos hacemos los locos porque es más fácil regresar a la costumbre y lo conocido, que entrarle de lleno a los cambios y a lo nuevo? Si la chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar, pero la guardo en un lugar conocido, por si las dudas, ¿o qué no?
Hola, soy Annabel, soy millennial y así como tú, tampoco sé qué pedo con mi vida. A veces sí lo sé, a veces no y otras muchas, no me interesa. Pero sí sé, que somos una generación que llegó a revolucionar al mundo.
Si todos tuviéramos un etiquetado como el que lo tienen los productos "chatarra", la vida sería tan pinche simple, pero no, tenemos que indagar para saber lo que nos hace bien o lo que nos hace daño.
En la vida hay dos caminos, no importa el que elijas, uno te hará dudar de querer tomarlo y el otro tendrás que tomarlo a la de a fuerza. No hay de otra.
Una vez deschavetada la cabeza, no hay tornillo que nos quede. Si se te bota la locura, estás listo para hacer loqueras. Así es la vida.
No es que uno tenga que estar loco para tomar terapia, pero ni demasiada cordura es sana, ni hacerse el loco ante los problemas es bueno. A veces una buena orientada es mejor que una tontejada.
¿Te has puesto a pensar que el chinguesu' es el tin marín de los adultos? Pues así de fácil y liberador es aplicarlo en este juego llamado vida.
Ser adulto es el peor deseo que puede uno pedir de pequeño, porque cuando uno llega ahí, no se tiene la más mínima idea de cómo funciona. Sin embargo, no todo es tan catastrófico como parece.
Se dice que la confianza es bien importante para las relaciones sociales, pero si involucra aromas, qué preferirías: ¿perder una tripa o perder una amistad? Así de peligrosa puede llegar a ser la confianza, cuando se gana.
Las redes sociales han revolucionado toda forma de comunicar, pero también al amor, sí, ese que si no aparece en nuestro status, muro, perfil y foto, no tiene validez alguna, ante cualquier contacto.
No hay nada más bonito que la primera vez, y si las primeras veces trajeran un manual, seguro nadie lo leería. Porque así funciona la vida, prueba-error y aún así, hay quienes siguen sin aprender.