Un podcast dedicado a liberar la mejor versión de ti mismo y convertirte en quien estás destinado a ser.
Cerramos la primera temporada de este proyecto y es momento de ver cómo vamos en el proceso del cambio para convertirnos en una mejor persona. Analizar en qué parte del cambio nos encontramos y cuales son las partes que debemos trabajar más. Encontrar en nosotros mismos nuestro principal competidor para generar cambios que nos permitan crecer.
Para crecer de forma laboral al igual que de forma personal es necesario identificar las cosas en la relación que están funcionando; así como las que merecen cambios en búsqueda de lo merecemos. Saber lo que queremos es un elemento primordial para una correcta toma de decisiones. Tener pasión, reconocimiento, incluso una buena relación laboral ayuda; pero el priorizar siempre tu crecimiento y salvaguardar tu plan de vida se debe volver una obligación personal.
Todos podemos vivir experiencias malas en nuestras vidas; pero debemos salir adelante de todo cuanto nos acontece. Detenerse a lamentar las heridas y engrandecer el rol de víctima de nada nos ayuda. Enamorarte del rol de víctima y quedarte a lamentar por siempre lo ocurrido solo promueve que sean factores externos los que decidan tu rumbo; fortalece tu confianza y capacidad de salir siempre adelante de todo lo malo.
Vivir experimentando emociones desagradables que no nos permiten avanzar en la vida solo genera sufrimiento a nuestro presente. ¿Cuántas veces debemos sufrir el mismo dolor en nuestras vidas? Aprendamos a sanar los resentimientos que generamos a lo largo de nuestras vidas, para vivir un presente con mayor felicidad; al final del día guardar resentimientos a personas que nos hirieron no nos ayuda en lo absoluto a nuestro futuro.
Lo único seguro en la vida es el cambio constante; por lo que comprender la idea que todo pasará y que nada de lo que estamos viviendo ahora lo tenemos seguro en el mañana nos permitirá concentrarnos en el ahora. Suena como concepto fácil, pero el día a día nos hace generar un apego a lo que nos rodea que se puede convertir en algo complicado bajo la idea de la impermanencia. Por eso estamos de cierta forma obligados a vivir el presente aprendiendo a dejar ir.
A todos nos gusta sentir aceptación por los demás, y evitar el sentirnos rechazados; pero le damos mucha importancia a las opiniones de los demás poniendo en riesgo nuestra autoestima y salud emocional. Debemos ser conscientes de la imagen que proyectamos y como nos ven; pero solo para asegurarnos de que vamos en camino de nuestras metas y valores personales.
Aceptarnos, querernos, respetarnos y valorarnos es el primer paso a un buen concepto de amor propio; lo siguiente sería ser congruentes en todas nuestras acciones y comprender que el amor propio depende únicamente de nuestra voluntad para querernos. Poder establecer límites congruentes que ayuden a valorarnos y respetarnos en todo lo que hacemos en beneficio de nuestro físico, nuestra personalidad, nuestra espiritualidad, carácter, actitudes y comportamiento; para ser siempre prioridad de nosotros mismos.
Aunque equivocarse es de humanos; en estos tiempos donde se maneja la perfección como el único camino, cada vez es más difícil admitir nuestros errores. Por lo que nos topamos cada vez más con personas que no aceptan los errores, políticos que no asumen correctamente sus responsabilidades y un mundo donde cada uno busca día con día vivir en el pedestal de la perfección. Debemos empezar a asimilar que equivocarnos es algo natural, muy humano y que nos brinda la oportunidad de tener un verdadero crecimiento personal.
Cada vez es más frecuente que nos llenen de información con el propósito de manipular nuestra conciencia. Les damos espacio a los demás opinen, quieran, piensen, etc; sin detenernos a pensar cúal es mi propia voluntad y qué es lo que realmente importa e importa. De alguna forma todos podemos ser personas que influyen en pequeña o gran escala y debemos comprender que tenemos un compromiso moral a influenciar con valor.
Cada vez nos es más difícil tomar decisiones, nos da miedo equivocarnos. Vamos día a día postergando decisiones importantes o peor aún dejando en alguien más el rumbo de nuestro propio camino, limitando nuestro aprendizaje personal. No existen decisiones correctas; sería mejor pensar que las decisiones las podemos catalogar como más o menos adecuadas a nuestros objetivos; entendiendo que tenemos el derecho a equivocarnos pero también la obligación de cambiar de decisión en respeto a mis planes de vida.
Solemos vivir tan deprisa en una sociedad donde las cosas son siempre para ayer que no nos damos el tiempo de detenernos a pensar y reflexionar sobre lo que vivo, lo que quiero, lo que me hace feliz y así realmente disfrutar de lo que vivimos. Con el tiempo vivimos acontecimientos que nos hacen reflexionar sobre si vamos por el rumbo que queremos y replantearnos todo cuanto con las prisas vivimos en la actualidad; el problema es que pausar por este tipo de situaciones suele ser muy caro; pues todo cuanto perdimos definitivamente no regresa. Evitemos tomarnos en un futuro con el “si hubiera” y comencemos a darlo todo para una paz futura.
Desde principios de nuestra existencia vamos construyendo y generamos una idea de nuestro valor; a la cual le ligamos un sentimiento de lo mucho o lo poco que merezco en la vida. La idea es ir buscando el sano equilibrio entre sentirnos merecedores de todo y pensar que no nos merecemos nada; empezando a entender que el merecimiento viene acompañado del trabajo necesario para alcanzar lo que pensamos merecer y el respetar el camino de los demás.
El valor y el respeto que tenemos de nosotros se debe de ver reflejado y validado constantemente en las relaciones que establecemos. La dignidad personal es un indicador de cómo nos valoramos, que tanto nos queremos y hasta qué punto estamos dispuestos a llegar para defendernos. Somos personas con un valor muy grande y merecedoras de respeto; no podemos conformarnos con menos.
Hacer lo que nos da felicidad en cualquier momento cada vez se encuentra más obstaculizado porque estamos pensando en qué dirán los demás. La verdad es que estamos en este mundo para vivir nuestra vida y disfrutar todo lo que nos llena; no para pensar en complacer las expectativas de los demás. Conforme entendamos la crítica como un punto de vista distinto y que es imposible gustarle a todo el mundo; venciendo nuestro miedo a no encajar, nuestra identidad se verá fortalecida.
No es que se trate de solamente dar cuando podemos recibir algo; pero si entender que dar constantemente sin recibir nada puede ser alertas de relaciones desequilibradas. Asegurate que tus personas significativas que se encuentran en tu día a día están dispuestas a compensar de una u otra manera tu entrega. Encuentra tus relaciones equilibradas que te ayuden a satisfacer todas tus necesidades emocionales.
¿A qué le damos más importancia, al problema o los síntomas? La mayoría de nosotros encontramos más sencillo atender de una forma rápida y fácil los síntomas que se presentan todos los días; en lugar de hacer una introspección honesta que nos ayude a encontrar los verdaderos problemas a enfrentar. Entender y escuchar a nuestro cuerpo en el ámbito físico, psicológico, su comportamiento, espiritualidad y lo social nos permitirá indagar un poco más sobre el verdadero problema; donde la solución estará completamente en nuestras manos.
Establecer límites nos permite mantener relaciones saludables y contar con un bienestar. Pensar que los límites son restrictivos no nos ayuda; los límites en sí mismos no son buenos ni malos, todo dependerá de cómo los aplicamos. Tener en claro quiénes somos, cuánto valemos, que queremos y en que creemos será clave para establecer límites saludables.
Lidiar con el rechazo no es nada sencillo, pero todos hemos tenido experiencias de rechazo en nuestras vidas. Es verdad que necesitamos desarrollar vínculos sociales, pero de ninguna manera aferrarnos a personas que nos hagan sufrir. En este tipo de acontecimientos es muy importante no ser nuestros peores enemigos, relacionarnos con personas que nos apoyen a pasar por el dolor que pueda ocasionar; así como entender y aceptar que de un rechazo bien pasado siempre vendrá una muy buena oportunidad.
Descubrir que te motiva en verdad es clave para empezar a ser autónomo y tener autocontrol que te lleven en camino al éxito; aprendiendo a generar la motivación siendo así más gratificante y no esperar que venga de algo o alguien más. Cualquiera que sea nuestra meta, los motivadores que nos lleven no los podemos dejar en manos de terceras personas.
Rechazamos el cambio, aferrándonos a antiguas formas de hacer las cosas, incluso de pensar sin saber que ese camino solo nos llevará a la frustración. Aprender a manejar la incertidumbre, llenarnos de confianza y trabajar nuestros monstruos del pasado son un buen principio para poder dar el cambio en la vida. Recordemos que todas nuestras decisiones tendrán consecuencias; por lo que es de gran importancia tener claras las prioridades y metas de nuestra vida.
Decimos ya de forma automática que estamos bien cuando en ocasiones no es así, negando nuestras emociones. Negamos nuestros sentimientos, emociones, problemas, angustias por no saberlos trabajar. Reconocer que no estamos del todo bien nos compromete a afrontar todos nuestros sentimientos y todo lo que nos angustia para así afrontarlos y buscar apoyo que nos lleve a un camino de paz y felicidad.
Es clave y de gran importancia en estos tiempos tener un propósito, decidir ser felices todos los días y saber cuál será tu concepto de riqueza. Conseguir tener los 4 elementos bien equilibrados para alcanzar tus metas; concentración, disciplina, tiempo y diversificación. En este episodio platicamos con David Jauregui sobre propósito, felicidad y riqueza.
Alimentamos diferentes tipos de expectativas que van dándole forma a nuestra realidad. El problema empieza cuando estas se separan mucho de la realidad y lo que esperamos y/o deseamos no se cumple. Desarrollar la capacidad de nivelar las expectativas a una realidad objetiva, nos ayudará a mantener los pies en la tierra y así evitar una caída que duela y sea difícil de sanar.
Crear empatía que inicia contigo, entendiendo tus emociones, y suprimiendo los juicios que hacemos a la hora de cometer un error son claves para generar un mayor autoconocimiento. Poder aprender a hablarnos hacia nosotros mismos con respeto, amabilidad y comprensión; aceptar todas las emociones que vivimos y saber perdonarnos son los pasos fundamentales para una autoempatía.
En la actualidad criticamos sin ofrecer puntos de apoyo que permitan mejorar y crecer; criticamos inclusive sin ser autocríticos y pensando ser poseedores de la verdad absoluta. Encontrar el balance entre el deseo de crítica y la necesidad de una retroalimentación la podemos encontrar en la crítica constructiva. Lo cierto es que la pasión por generar crítica sin bases, sin empatía, sin cuidar las formas y clavada en lo personal; es en muchas ocasiones provoca el miedo para animarse a probar cosas nuevas. Intentemos disfrutar más, y que predomine en nosotros el gusto por encontrar primero lo mejor en cada cosa que vivimos.
Con el tiempo le hemos dado mucha importancia a la motivación; pensando que lo es todo para poder alcanzar nuestros objetivos. Desafortunadamente trabajar un objetivo es trabajar en las buenas y las malas; y cuando las malas llegan la motivación desaparece y lo único que nos queda es el compromiso real que tenemos para alcanzar lo que queremos. La motivación es buena para poder crear una ilusión y pensar en un futuro; el problema es pensar que a sea a base de motivación los alcanzaremos, cuando en realidad lo que se requiere después de la motivación es del compromiso.
Pensar que tus acciones pueden definir a los demás es solo una forma de autoengañarnos que solo deja un mal concepto personal. Dejar pasar cosas donde los valores personales deben prevalecer solo merma nuestro concepto personal. Echarle ganas a todas nuestras acciones, para que estas hablen solas y defiendan el concepto de persona que queremos ser; eso está en nuestras manos. Al final del día somos lo que hacemos y dejamos de hacer.
Dar o recibir quejas, chismes, sugerencias, etc; bajo la advertencia de no decir por quién lo sabes no nos lleva a un crecimiento. Empecemos a desarrollar el valor de afrontar lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos. Al final si lo que estamos dando es lo que nos define como persona, poco se gana escondiéndolos y mucho se gana defendiéndolos.
Tener en mente en todo momento nuestros problemas lo único que provoca es magnificarlos. Reconocer hasta donde están nuestros alcances y ser honestos con lo que podemos y no resolver nuestros problemas nos ayudará a encontrar algo de paz. Decir que no podemos hacer algo por ellos solo por quedarnos en una zona de confort es solo prolongar el problema y en el peor de los casos un retroceso personal.
Ver la rosca de reyes cómo veríamos la vida, ver los muñecos de la rosca cómo veríamos las bendiciones. Muchos comen esperando no encontrarlas, otros comen esperando obtenerlas. Unos obtienen bendiciones y no lo ven de esa forma, otros no las obtienen y siguen echando para adelante. Al final se trata de ir buscando vibrar en la energía correcta para llenarnos de bendiciones. En ocasiones las bendiciones llegarán de forma fácil de distinguir; pero cuando no, debemos encontrar la forma de transformarlas.
Aqui estamos, llegamos al 31 de diciembre del 2020 a pesar de todo. Hacemos un pequeño cierre de año pero lo más importante una mini inauguración del nuevo donde celebramos vida y crecimiento. Agradecidos por haber llegado, entendiendo que para cambiar, empezar, crecer, amar, vivir y ser felices no requerimos de un año nuevo si no de un nuevo yo. Porque al final cuando las cosas no cambian lo único que nos queda es reconocer que el cambio esta en ti. Feliz 2021
Es un buen momento para replantearte tu vida. A dónde quiero ir, qué quiero lograr, lo bueno, lo malo y lo que se puede mejorar el próximo año. De todo corazón que tengas una muy Feliz Navidad llena de esperanza en ti, amor propio y crecimiento personal.
Le estamos apostando cada vez más a generar mayor conocimiento y dejamos a un lado el reconocer en nuestra forma de ser un área de oportunidad para crecer y ser una mejor persona; porque al final lo que nos volverá seres entrañables sin duda será nuestras cualidades personales y no los títulos obtenidos. Asegúrate de sentirte orgulloso de lo que eres y de cómo te vas moldeando en lo persona; la gente de valor que elige estar cerca de nosotros es por nuestra esencia y no por nuestros conocimientos. Desarrollemos pues un “currículum personal” lleno de valores que impacte a todas las personas que te rodean.
Tener una meta siempre que te levantes y elegir siempre emociones positivas que te lleven a tener más sentido, más logros y mejores relaciones. En este episodio nos acompañó David Jáuregui fundador de Happylife para platicar sobre la teoría del bienestar y la importancia que tiene en los seres humanos en la búsqueda de una cultura positiva. Tenemos que ir buscando en cada una de nuestras elecciones el multiplicar las cosas buenas de nuestra vida y de los que nos rodean.
Acción de gracias como una buena oportunidad para practicar el agradecimiento y fomentar el valor de la gratitud. Agradecer todo lo que somos y tenemos; no solo lo material sino principalmente nuestra familia, nuestra salud, amistades y nuestro entorno. Agradecer también los golpes y tropiezos que tenemos en la vida, que al final suman al resultado de lo que hoy somos; poniendo límites y aprendiendo a encontrar el crecimiento potencial que pueden traer a nuestras vidas los tragos amargos. El agradecer nos pone en el camino de la humildad, la generosidad y la empatía sobre todo lo que nos rodea.
Si lo pensamos de una forma diferente todos podemos ser diagnosticados con felicidad asintomática. Si nos detenemos a pensar si tenemos los síntomas o los motivos para confirmarlos; pero nos aferramos a ver al lado equivocado. La felicidad no llega cuando se consigue lo que deseamos; la felicidad ya está ahí esperando ser vista, disfrutada y valorada.
Una clave muy importante para lograr el éxito es querer ganar pero saber perder. Ser competitivo es completamente normal pero debemos tomar en cuenta siempre ambos lados escenarios; saber perder de la misma forma como ganar. Nada se gana si nos mantenemos clavados en la derrota; tomarla como un aprendizaje lleno de emociones en su mayor parte negativas que no nos dominan y que nos permite pasar la página reconociendo lo que se hizo mal así como lo que se hizo bien y asumir nuestra responsabilidad nos ayudará a crecer y salir adelante.
Dicen que recordar es volver a vivir y si nos unimos a ese pensamiento existe una gran posibilidad de poder permanecer por muchos años más después de nuestra partida. El problema es que recordarán de nosotros cuando ya no estemos. Vivimos buscando algo o alguien para ser felices y poder empezar a vivir, y luego en la búsqueda morimos en vida. Cuántas veces vivimos el presente sin vivir; y al final lo único que tenemos seguro es la muerte.
Debemos reconocer la importancia de seguir poniéndole el mismo empeño y dedicación a nuestros sueños y actividades diarias. Nos han hecho creer que las cosas llegan fácil y en ocasiones hasta por suerte o destino; que al más mínimo esfuerzo preferimos abandonar nuestro sueño. No importa cuánto nos esforcemos por lograr algo sino lo mantenemos con las mismas ganas con las que trabajamos para conseguirlo.
¿Somos felices porque nos reímos o nos reímos porque somos felices? Esperar a ser feliz para empezar a reír podría ser algo muy lógico; pero en estos tiempos donde pareciera que la vida juega en nuestra contra escondiéndonos la felicidad sería una excelente idea provocarnos una sonrisa y así llegar a la felicidad. Encuentra siempre un motivo para sonreír; que sin duda es un muy buen camino para encontrar felicidad en tu vida.
A partir de aceptar las cosas que no podemos cambiar dejamos de malgastar energía quejándonos en vano; redirigiendo todo nuestro enfoque en avanzar, construir y crecer a raíz de un problema o una mala experiencia. Aprender que las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. Existe un sin fin de cosas que no podremos cambiar ni elegir; pero lo que sí está en nosotros es la actitud de cómo afrontamos cada uno de nuestros problemas. Saquémosle provecho a nuestras tragedias, que nos vuelvan grandes personas, porque fueron trampolín en nuestras vidas y no excusas.
La forma en la que hablamos define en gran medida nuestra esencia. Darle a tu día a día palabras que le ayuden a decretar la abundancia en todo lo que quieras. Cuando uno en verdad quiere lograr sus metas tiene que acompañar sus acciones con un lenguaje adecuado para decretar. Nuestras palabras tienen un poder muy fuerte en nosotros porque las escucha nuestra mente en cada momento, incluso cuando no nos animamos a pronunciarlas. Hagamos que en nuestra vida diaria nuestras acciones sean encaminadas por un lenguaje correcto.
Todos nuestros pensamientos dejan huella en nosotros; por lo que resulta importante hacer que tus pensamientos te impulsen y no te dominen. Se dice que el cerebro no distingue entre lo real y lo que imagina y de ahí cuan importante es estar haciendo que el cerebro siempre conecte con pensamientos positivos. Has que tu cerebro siempre imagine cosas fregonas para ti; y tú ¿cuántos pensamientos positivos tuviste hoy?
Todos contamos con el mismo tiempo en nuestras vidas; la diferencia radica en cómo lo utilizamos y que nos falta aprender a priorizar las cosas de nuestra vida a las que le damos tiempo. ¿Qué es lo que realmente merece nuestro tiempo?¿Tu tiempo juega a tu favor? Convertir nuestra vida a una mente de eternidad y aprender que el tiempo indicado para vivir, disfrutar, respirar y ser felices es ahora.
En ocasiones el sentirnos vulnerables, débiles o frágiles nos genera mucho miedo al grado de reprimir nuestro auténtico yo con el único fin de conectar con los demás. El problema es que con quienes conectaremos no llegaremos a ningún lado; pues nuestro verdadero yo se quedó atrás. Con el tiempo te vas dando cuenta que para conectar con quienes realmente nos merece es siendo honesto, aceptando todo lo que está en nosotros; incluyendo lo que a nuestro ver nos muestra débiles. Seamos pues valientes a mostrarnos tal cual somos; auténticamente imperfecto, con miedos, defectos, inseguridades y así reconocernos con amor, valentía, empatía y alegría.
Qué será que en estos momentos nuestra sociedad esta necesitada de saludos costosos de personas sin trayectoria y al mismo tiempo valorar más por el “valor superficial” que malamente le damos esas “personalidades”. Son a veces tantas nuestras carencias o debilidades emocionales que permitimos modelos de negocios absurdos que solo sacan ventaja; personalidades recientes que sin más ni más idolatramos. Queremos imitar los logros fáciles de influencers; sin darnos cuenta que estos logros solo engañan, confunden y nos desvían de nuestro camino.
Vamos a darle un descanso a nuestra boca y evitar que suelte una opinión, una sentencia o un juicio a primeras de cambios solo porque pensamos saber. Para poder generar una opinión debemos ser personas muy cercanas; buscar el momento indicado, conocer más detalles o información y ser empáticos en todos nuestros pensamientos y comentarios. Al final aunque nos cueste trabajo entender; NO siempre tenemos derecho a opinar.
En ocasiones dejamos crecer tanto un enojo o molestia que se vuelve muy difícil de controlar o manejar. Estar enojados es parte de las emociones negativas que debemos vivir, pero alimentar un enojo puede ser muy dañino. Nuestro enojo lo podemos comparar con el agua de una presa, que en cantidades adecuadas ni daña ni lastima; pero cuando se desborda destruye mucho de su al rededor. Al final del día el responsable de tus emociones eres tú.
Que complicado resulta decir que NO, que incluso cedemos anteponiendo lo que realmente queremos; cuando nosotros mismos deberíamos ser prioridad. Cambiamos de parecer y no nos atrevemos a respetar nuestra decisión por chantajes emocionales que provocan en nosotros culpa, miedo o un agradecimiento a nuestro ego. El precio a pagar por encajar socialmente puede ser muy costoso. En un mundo donde sacar ventaja a los demás no tiene llenadera; es clave aprender a decir NO.
El uso de las redes sociales tiene muchas ventajas; pero poco a poco vamos creando una comunidad a la que alimentamos con demasiada información. Nuestros problemas son ya de dominio público y por más comentarios o reacciones que puedan tener en nuestras redes, muy pocos se convierten en llamadas empáticas a nuestro dolor. Cambiamos un porcentaje muy bajo de comprensión real por un muy alto de entretenimiento general. Apliquemos la regla que te dice que los elogios son en público y los regaños en privado para poner así en redes nuestra felicidad y nuestros problemas dejarlos para otro medio.
Sin lugar a dudas es un tema muy controversial; en donde quizá los que opinan en contra tengan igual de razón que los que opinan a favor. Pero no podemos estar generando opiniones y criticas de algo que no nos corresponde. Nuestra opinión puede ser respetada pero de opinión no debe pasar. Lo más importante es respetar lo que la mujer embarazada quiere hacer y garantizarle sus derechos individuales a ella. Generemos empatía y respeto; la única forma de entender con argumentos es vivir lo mismo. No conviertas tu opinión en un juicio; su cuerpo, su decisión.