Tu Instituto Bíblico (TIB) es un estudio completo de la Biblia, además de otras enseñanzas sobre el Sermón del Monte, la familia y el matrimonio. Tomadas en conjunto, estas lecciones sirven como plan de estudios básico para alimentar a los creyentes y ayudar en el crecimiento espiritual de la Iglesia en todo el mundo a través de Ministerios de Cooperación Internacional (ICM). El pastor y maestro Dick Woodward escribió y desarrolló el estudio con un enfoque único que hace que las escrituras cobren vida, traspasando las fronteras culturales. Este programa de estudio de la Biblia ofrece un enfoque devocional de las escrituras y es fácilmente comprensible, tengas o no una preparación académica.
En 1 Corintios 7 Pablo habla de cómo en las intimidades del matrimonio los esposos pueden satisfacerse y cómo el acuerdo mutuo es un principio muy importante para una relación física satisfactoria. Como dice la Regla de Oro: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. El modelo bíblico para el matrimonio es Cristo y la Iglesia. Solo podemos tener esa clase de amor si tenemos una relación vital con Jesús y permitimos que su Espíritu ame a través de nosotros.
Dios creó el sexo para varios propósitos. Unos de los primeros propósitos es la procreación, pero también fue hecho para ser un vehículo de expresión para los matrimonios. Lamentablemente, lo que Dios diseñó para una expresión gozosa de unidad a veces se convierte en uno de los mayores obstáculos para nuestra unidad. La Palabra de Dios nos cómo deberían ser nuestras actitudes y expectativas acerca del sexo en el contexto de las instituciones del matrimonio y la familia ordenadas por Dios: traer satisfacción y placer tanto a la esposa como al esposo.
La Biblia brinda respuestas para ayudarnos a entender el papel que Dios nos ha dado, pero la división del trabajo en un hogar cristiano debe estar basada en nuestros dones naturales, talentos y dones espirituales. Si nuestras vidas y nuestros hogares están edificados sobre Jesús, y entendemos a nuestro cónyuge, esto evitará que las crisis destruyan nuestro matrimonio. Dios creó el sexo para la procreación. Dios también quiso que la intimidad fuera una expresión del amor y la gozosa expresión de la unidad.
Debemos entender la singularidad de nuestro cónyuge para poder comunicarnos en un nivel más profundo. Hay ocho preguntas bíblicas que debemos hacer: “¿Dónde estás tú?”, “¿Quién te dijo?”, “¿Has comido del árbol prohibido?”, “¿Qué has hecho?”, “¿De dónde has venido?” y “¿Adónde vas?”, “¿Quién eres?” y “¿Qué quieres realmente?”. En otras palabras, ¿quieres ser la persona que Dios quiso que fueras y estar donde quiso que estuvieras?
Entender a nuestro cónyuge es el eslabón que brinda el crecimiento de la relación y de la unidad. El valor y la valía de un hombre o una mujer están basados en su función y rol según Dios los creó. Una excelente oración para nuestros matrimonios pertenece a San Francisco de Asís: “Señor, hazme un instrumento de tu paz … que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender...”
La unidad -que dos lleguen a ser una carne- es el fundamento de la relación matrimonial, y el amor, la expresión de esa unidad. Sin un amor agape, nunca tendremos la clase de matrimonio que es voluntad de Dios. Esta clase de amor es irremplazable, indestructible, incondicional, inspiracional e irresistible. Debemos darnos cuenta de que esta clase de amor es imposible sin la ayuda de Dios. Dios quiso que los matrimonios fueran indisolubles y odia el divorcio. La Palabra de Dios nos enseña a tener límites para proteger y preservar la relación del matrimonio.
El amor es la gran expresión de la unión que Dios quiso cuando dijo: “los dos serán una carne”. Un gran problema en el matrimonio es el egoísmo. Cuando aprendemos a tratar a nuestro cónyuge sin egoísmo -poniendo las necesidades del cónyuge en el centro- comenzamos a amar como ama Jesús. La mejor descripción del amor divino es 1 Corintios 13, que nos muestra cómo debemos amar a los demás. Con el amor agape, el matrimonio puede ser realmente satisfactorio y todo lo que Dios quiso que fuera.
La compatibilidad es la evidencia de la unidad que Dios diseñó para el esposo y la esposa. La compatibilidad incluye nuestras relaciones físicas, nuestra madurez espiritual, temas morales, cómo usamos nuestro tiempo y nuestro dinero, temas relativos a los hijos, y toda otra área de la vida en conjunto. La compatibilidad espiritual de ustedes es fundamental para definir los roles y responsabilidades que tiene cada uno. Para mantener la compatibilidad, debemos aceptar las fortalezas y debilidades de nuestro cónyuge. La Biblia nos da varias instrucciones acerca de cómo deben relacionarse el esposo y la esposa entre sí.
La buena comunicación es la herramienta que ayuda a mantener y fortalecer al esposo y la esposa para fortalecer su unidad. Así como mantenemos y cultivamos nuestra relación con Cristo comunicándonos con Él en oración y escuchando Su voz, los matrimonios deben mantener y cultivar su relación mutua. La comunicación es como encender una luz sobre nuestra relación, exponiendo aquellas cosas que dañan la unidad y revelando las que podrían ayudarnos a acercarnos.
El diseño de Dios para la familia y el matrimonio da a nuestras relaciones un propósito hermoso y significativo, y cumple Sus planes para el mundo. En la Escritura hay una dimensión providencial para el matrimonio: debe ser una relación permanente y exclusiva, pero también inclusiva, en el sentido de que incluye cada parte de la vida del esposo y la esposa: sus espíritus, mentes, corazones y cuerpos. Cuando los esposos están unidos como uno, y viven en esta clase de unidad, reflejan el propósito de Dios para el matrimonio.
Este es un estudio temático para matrimonios o personas que piensan casarse pronto. Dios usa la imagen del amor del Señor Jesucristo para su Iglesia para ejemplificar el amor que un esposo debe tener por su esposa. Estudiaremos los eslabones del matrimonio: fundamento espiritual, herramienta de comunicación, compatibilidad, amor, la dinámica de ser uno, comprensión y la unión sexual de un matrimonio felizmente casado como una expresión gozosa de la unidad.
El objetivo de misión para el Instituto Bíblico del Aire es introducir a las personas en la Palabra de Dios e introducir a la Palabra de Dios en las personas. Un objetivo clave al leer el libro de Apocalipsis debería ser adorar a Dios y al Cristo del Apocalipsis, que es Rey de reyes y Señor de señores. Si Jesús, el Hijo de Dios, dijo que Él no sabía, debemos ser humildes con relación a la cronología de todos los sucesos que cubre Apocalipsis.
Apocalipsis tiene que ver con las cosas que tendrán lugar en el futuro. Juan tiene una revelación, y se le dice que los siete candeleros son las iglesias, y el que está en medio de los candeleros es Cristo. Los capítulos 4 y 5 son completamente hermosos, llenos de verdades profundas acerca del cielo. Los capítulos 6 a 19 se centran en el breve período de siete años conocido como la Gran Tribulación, que es uno de todos los sucesos denominados la Segunda Venida de Cristo.
La palabra “apocalipsis” viene del griego y significa 'correr el velo'. Cuando estudiamos en el área del futuro, las cosas espirituales que aún deben cumplirse, realmente necesitamos la Llave Maestra, el Espíritu Santo. Dios el Padre está volviendo el centro de la adoración en el cielo de Él hacia su Hijo, el Cordero, a quien se ve inmolado, expresando la esencia de Quien y Que es Dios.
La pequeña epístola de Judas expresa preocupación por las herejías o falsos maestros que hablaban contra la fe en Jesucristo, Su muerte y Su resurrección. Judas nos dice que los falsos maestros son como nubes que prometen lluvia, pero no producen nada. Apocalipsis es el libro más difícil de entender en la Biblia, porque está escrito en lenguaje de señas. Dios corrió el velo y dio a Juan una revelación de Jesucristo y las cosas venideras que no pueden ser conocidas sin la revelación.
Juan nos dice que debemos amarnos unos a otros, y luego nos da diez razones para hacerlo. El capítulo de amor de la Biblia nos dice que amemos porque el amor es de Dios. Dios es amor. El amor es la esencia de Quien es Dios. “Nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano”. Amamos a Dios porque Él nos amó primero, y el perfecto amor echa fuera el temor. Es imposible ser un discípulo secreto de Jesucristo.
En 1 Juan vemos más aspectos de la seguridad de la salvación: amor por nuestros hermanos y hermanas en Cristo, amor por Dios el Padre y la unción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es quien nos hace conocer lo que sabemos espiritualmente. Juan señala también que los hijos de Dios no hacen del pecado una práctica. Nuestra salvación no está basada en lo que siente nuestro corazón; está basada en el hecho de que creemos el evangelio.
La epístola de 1 Juan es escrita por Juan a los que creen, para que puedan saber que creen y luego realmente creer. En una palabra, estamos buscando las seguridad, la seguridad de la salvación. Recuerde que los dos hechos del evangelio son estos: la muerte y la resurrección de Jesucristo. No se trata solo de que Dios perdonaría a Su pueblo sus pecados, sino que salvaría a Su pueblo de sus pecados. La seguridad evidente de la salvación es el fruto.
En 2 Pedro aprendemos que la gracia y la paz nos pueden ser multiplicadas a través del conocimiento de Dios y de Jesucristo nuestro Señor. Podemos entrar en la dimensión celestial y al conocimiento de Dios, y Él nos otorga todo lo que necesitamos para la vida y la piedad. Pedro explica cómo, cuando acudimos a la Luz del Mundo y aplicamos su Palabra a nuestra vida, el lucero de la mañana sale en nuestro corazón y Cristo nace en nosotros.
Pedro nos dice que el final de todas las cosas está cerca y, a la luz de esto, qué tipo de personas deberíamos ser. Debemos ser personas de oración, calmadas y serenas, hospitalarias, debemos amarnos unos a otros, recordando que el amor cubre multitud de pecados. Lo que distingue a una persona de otra no es si sufre, sino cómo enfrenta su sufrimiento. El propósito del sufrimiento es “perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos”.
Pedro da un modelo práctico, relacional y teológico para el matrimonio: Cristo y Su Iglesia. El principal problema en los matrimonios cristianos son los hombres que no asumen su responsabilidad de pastorear a sus esposas e hijos como Cristo pastorea a Su Iglesia. Pedro muestra a Jesucristo como el Gran Pastor de la Iglesia. Dios delega la responsabilidad del matrimonio y el hogar al esposo. Siga el modelo bíblico en sus relaciones y permita que Dios lo convierta en todo lo que usted puede ser.
Pedro escribió a los cristianos judíos dispersos en toda Asia Menor que estaban sufriendo y estaban siendo perseguidos. Pedro sabía que la persecución empeoraría. Al hablar de su sufrimiento, Pedro no enseñó una teología de la prosperidad. El apóstol da algunas perspectivas maravillosas acerca de por qué Dios permite que su pueblo sufra. Pedro habla de la elección y de nacer nuevamente. Según Pedro, existe la concepción espiritual, un período de gestación espiritual y la crisis de nuevo nacimiento.
En el Nuevo Testamento vemos tres Pedros distintos, pero todos son el mismo hombre. En los Evangelios, su nombre es Simón, que está arriba y abajo, caliente y frío, impulsivo, pero Jesús lo llama Pedro, una “roca”. Después de Pentecostés, vemos a un Pedro lleno de poder. Finalmente, vemos a un Pedro anciano y sabio, el apóstol de la esperanza. Él quiere consolar a esta gente en su sufrimiento. Es tema es conocer verdaderamente a Dios a través de Jesucristo.
El tema de la epístola escrita por Santiago, el hermano de Jesús, es la santificación que impulsa la vida y el ministerio. Aquello que uno realmente cree es lo que uno hace. Todo el resto son meras palabras religiosas. Las obras son una parte tan fundamental de una fe viva como el aliento es para un cuerpo vivo. Santiago nos dice que la Segunda Venida de Jesucristo será la solución última para todos los problemas que tenemos aquí en la tierra. Santiago nos dice que nos quitemos las máscaras y seamos sinceros los unos con los otros.
Santiago habla de las fuentes y las secuencias de la santificación. Jesús y Santiago enseñan que la solución para el problema del pecado, aun el pecado sexual, es la Escritura, porque la Palabra de Dios es viva y poderosa. Santiago hace énfasis en la importancia de obedecer y aplicar la Palabra de Dios a nuestras vidas. Habla de las fuentes de la disciplina, y dice que la lengua debe ser disciplinada. Debemos poner nuestra vida bajo el control de la sabiduría de Dios, y no de la sabiduría terrenal.
La epístola de Santiago, que es intensamente práctica, ha sido denominada por algunos “los proverbios del Nuevo Testamento”. Es como un comentario continuo de las enseñanzas de Jesucristo, especialmente el Sermón del Monte. Santiago nos habla de las fuentes y las secuencias de la salvación. Trata el sufrimiento y nos dice que “tengamos por sumo gozo” cuando experimentemos estas tentaciones. Debemos acoger las pruebas como amigas, porque pueden producir un carácter maduro y espiritual.
Hebreos dice a las personas desalentadas y perseguidas: “¡No descarten su fe, porque una gran nube de testigos nos rodea!”. El capítulo once de Hebreos es conocido como el “capítulo de la fe”, y da razones por las cuales debemos aferrarnos a nuestra fe. La fe salva y da sustancia a nuestra esperanza. Debemos vivir por fe. El autor da muchos ejemplos de lo que puede significar la fe y lo que puede hacer la fe. Finalmente, cierra con una exhortación para obedecer a quienes son nuestros pastores espirituales.
El libro de Hebreos está lleno de exhortaciones y advertencias acerca de la sutileza de la apostasía. El objetivo del libro es quitar la falsa seguridad de quienes aún no han asumido un compromiso de fe. “Exhortaos los unos a otros cada día, entre tanto se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. Tal exhortación, a lo largo del libro, está dirigida a quienes profesan creer, pero aún no han nacido de nuevo, porque les falta la fe salvadora en Jesucristo.
Hebreos, “la obra maestra misteriosa”, más que ningún otro libro de la Biblia, une el Antiguo y el Nuevo Testamento. El libro de Hebreos presenta a Jesucristo como el Mesías que fue profetizado en el Antiguo Testamento, como el Señor que fue revelado en el Nuevo Testamento y como el Rey de reyes que viene nuevamente. La fe es uno de sus temas, y contiene tres palabras clave, “mejor”, “creer” y “mirad”, que guían nuestro estudio.
En 2 Timoteo, Pablo rle ecuerda a Timoteo la instrucción que ya recibió. Pablo dice que Dios tiene un plan único en cuanto a quiénes debemos ser, qué debemos hacer y dónde debemos estar. Las Escrituras son un poder vivo, traen nuevo nacimiento y edifican al que ha nacido de nuevo. Pablo dice: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe … me he mantenido fiel a Él. He ganado la batalla y la corona del vencedor”.
En esta sesión vemos la última carta del apóstol Pablo. Al escribir su segunda carta a Timoteo, Pablo sabe que sus días están contados. Pablo usa las ilustraciones de un soldado, un atleta y un granjero para destacar el trabajo disciplinado, difícil y paciente de vivir el evangelio como discípulos de Jesucristo. Hay reglas para la vida en Cristo, y una de estas reglas es que uno debe tomar su cruz y estar dispuesto a seguirlo y a sufrir por Él.
Filemón es la cuarta de las epístolas de Pablo desde la prisión. Es una carta breve y dinámica que Onésimo llevó en mano cuando volvió a su amo, un creyente rico. Si bien es una carta breve, es larga en su aplicación y en sus consecuencias sociales. El hecho de que Dios nos haya hecho criaturas con capacidad de elección, que tomamos decisiones deliberadas, parece ser muy importante para Pablo. Jesucristo es la única Solución que tenemos para nuestros problemas de personal o de relación.
Pablo advierte a Timoteo contra el materialismo y enseña: “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. Pablo da una palabra de exhortación para los ricos: ¿Poseen ustedes la riqueza, o la riqueza los posee a ustedes? Entre la primera aparición de Cristo, cuando vino la salvación, y la segunda aparición, cuando vuelva Cristo, está la aparición de Dios a través de usted y de mí, Su pueblo peculiar. El énfasis de la carta de Pablo a Tito es que una supervisión piadosa implica sobreveedores piadosos.
Pablo hace un perfil del evangelio: hay un solo Mediador entre Dios y el hombre. En el mismo sentido que Cristo supervisa la Iglesia y pastorea la Iglesia, un hombre debe pastorear y supervisar su esposa y su familia, y los hombres deben supervisar o pastorear la iglesia. La Biblia otorga claramente al hombre la responsabilidad de ser el líder del hogar y de la iglesia. Pablo indica las cualificaciones para los líderes espirituales. También nos enseña a medir nuestras vidas según la Palabra de Dios.
Cuando llegamos a los libros de 1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito, ingresamos a las “epístolas pastorales”. La relación entre Pablo y Timoteo ha sido un modelo para cientos de miles de pastores mayores y jóvenes a lo largo de la historia de la iglesia. 2 Timoteo 2:2 nos muestra un tipo de educación que nunca será reemplazada: enseñar a hombres confiables que sean también capaces de enseñar a otros hombres. Pablo enfatiza el carácter que debían tener los hombres que liderarán la iglesia.
En Tesalonicenses, Pablo dice que el Señor Jesús volverá y nosotros debemos estar ocupados velando y esperando su retorno, orando sin cesar y siempre dando gracias. Si bien no podemos saber cuándo volverá Jesús, Él dijo que hay señales de los tiempos a las cuales debemos estar atentos. En 2 Tesalonicenses, Pablo explica acerca del Día del Señor que vendrá una vez que Satanás tenga rienda suelta sobre la tierra antes del reinado milenario de Jesucristo.
El tema de la primera carta de Pablo a los tesalonicenses es la Segunda Venida de Jesucristo. Es importante entender que la Segunda Venida de Jesucristo no es un único suceso, sino una serie de sucesos. Veremos cómo Pablo alienta a los tesalonicenses con el arrebatamiento venidero y la segunda venida física del Señor Jesucristo. Pablo escribe que los primero que ocurrirá cuando tenga lugar el arrebatamiento de la iglesia es que “los muertos en Cristo resucitarán primero”.
El libro de Colosenses es la obra maestra de Pablo sobre “el Cristo de la iglesia”: quién es Cristo, qué ha hecho Cristo y Su suficiencia total. La iglesia de Colosas tenía tres problemas principales: una ataque filosófico a la deidad y la persona de Cristo, un ataque intelectual a la fe de las personas, y los judíos que imponían el legalismo a la iglesia. Pablo hace énfasis en que Cristo era Dios mismo. Pablo desafía a los creyentes a orar ardientemente, con agradecimiento.
¿Tiene usted la paz continua de Dios? Si no la tiene, no debería sorprederlo ni desilusionarlo, si no está cumpliendo con las condiciones de Dios. En Filipenses 4 Pablo nos enseña doce condiciones para la paz con Dios: no preocuparse, orar por todo, pensar en cosas buenas, hacer lo correcto, estar agradecido, tener una reputación de amabilidad, ser paciente, aceptar las circunstancias, mirar hacia arriba, deleitarse en Él, valorar la aprobación de Dios y descansar el corazón y la mente en Cristo.
El tema de Filipenses es “vivir en Cristo” a través de la comunión. Que esta mentalidad esté en usted. Pablo destaca la importancia de la humildad en la comunión de los creyentes y de considerar a los demás como superiores a nosotros. Enseña que podemos y debemos conocer y cumplir la voluntad buena y perfecta de Dios para nuestra vida. Pablo dice también: “una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta”.
En esta lección comenzamos a estudiar la elocuente nota de agradecimiento de Pablo a la iglesia de Filipos, la que había señalado como un ejemplo para que los demás siguieran. La iglesia de Filipos estaba dedicada a alcanzar a los perdidos. Vemos lo que es una iglesia de adentro hacia afuera, que era fiel a su testimonio. La iglesia está formada por personas que son seguidoras de Cristo porque han oído al Espíritu Santo que las llama a la comunión con Jesucristo.
El libro de Efesios nos enseña cómo aplicar los conceptos principales del cristianismo en la más difícil de todas las áreas, el hogar. Pablo nos dice que debemos quitarnos los harapos del hombre viejo y vestirnos de la ropa del hombre nuevo y andar en el Espíritu, en amor, especialmente en el hogar. En el quinto capítulo, Pablo da el plan de Dios para las familias y dice que el padre y esposo debe amar como Cristo ama a la Iglesia.
El propósito de Efesios es mostrar a la Iglesia quiénes y qué deben ser en este mundo, mostrar a la Iglesia que hemos recibido todo lo que necesitamos para vivir victoriosamente, y que es posible vivir en la dimensión celestial. Somos exhortados a dejar de jugar a la iglesia y ser la Iglesia. Pida al Espíritu Santo que le muestre cómo todo lo que es lo hace, por la gracia de Dios, en una parte integral de la Iglesia de Jesucristo.
En nuestra última mirada a Gálatas, tenemos una perspectiva del impedimento de Pablo y su explicación del nuevo nacimiento, que es como un nacimiento físico. Pablo enseña que, si Cristo nos ha hecho libres, entonces debemos permanecer libres. La breve carta de Pablo a los Efesios es muy profunda. Pablo nos dice que, en Cristo y en la esfera celestial, tenemos acceso a todo lo que necesitamos para vivir una vida piadosa. El problema es que a veces buscamos en el lugar erróneo.
Tenemos dos fuerzas que se oponen en nuestro interior: nuestra naturaleza pecaminosa y nuestra nueva naturaleza. El apóstol Pablo dice en Gálatas que el Espíritu puede vencer a la carne. Todo depende de lo que plantamos en el jardín de nuestra vida. Si plantamos la semilla de Dios en nuestra vida, entonces el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Debemos plantar semillas para agradar al Espíritu, para cosechar vida eterna.
¿Puede uno ser lo suficientemente bueno para ser salvo o seguir siendo salvo? Pablo dice que esta clase de pensamiento es de la carne. Cuando Pablo escuchó que el evangelio estaba siendo pervertido y se intentaba convertirlo en un evangelio centrado en las obras, respondió a los gálatas explicando que somos justificados por la fe y no por las obras. Pablo continúa diciendo que la única forma de vivir es estar crucificado con Cristo. Pablo no hablaba de morir, sino de vivir por fe en Cristo.
Pablo finaliza 2 Corintios desafiando a las personas que están en la iglesia a examinarse para ver si realmente están en Cristo. El siguiente libro que estudiaremos es la carta de Pablo a los gálatas, donde había líderes judíos que enseñaban que, para ser salvos y seguir siendo salvos, uno debía cumplir con las leyes judías. Pablo dice que si alguien viene y predica un evangelio diferente, deberá ser rechazado y ser considerado como maldito por Dios, porque el evangelio que él predicaba era de Dios, y no de los hombres.
En 2 Corintios 8 y 9, Pablo escribe acerca de una ofrenda para creyentes perseguidos en Jerusalén. Pablo describe la mayordomía fiel de los filipenses, ofreciéndonos una obra maestra sobre el tema de la mayordomía bíblica. Dios acepta nuestras donaciones, no basándose en su tamaño -los filipenses dieron generosamente aun en su pobreza- sino en la actitud con la que las entregamos. Nuestras motivaciones deben ser el amor y la gratitud, devolviendo alegremente una parte de lo que Dios nos ha dado.
Además de su experiencia cuando se encontró con Jesús en el camino a Damasco. Pablo aprendió acerca de Jesús en el desierto de Arabia, y fue llevado al cielo, donde recibió revelaciones demasiado profundas como para expresar en palabras. Pablo recibió también un “aguijón” en la carne, un mensajero de Satanás. Nadie sabe precisamente qué era este aguijón, pero está claro que Dios lo usó para que Pablo se mantuviera humilde y para usar la debilidad de Pablo para mostrar Su fuerza. A Dios le agrada mostrar Su suficiencia a través de nuestra insuficiencia.
La segunda carta de Pablo a los corintios tiene que ver con el ministerio que Dios quiere que cada creyente practique, el ministerio de reconciliar a las personas con Él. Pero nuestras vidas deben estar caracterizadas por Cristo, que nos ha salvado y vive en nosotros. Pablo describe nuestra relación de tres formas: por Cristo, en Cristo y para Cristo. Cuando respondemos a las presiones, las tormentas y las pruebas, la gente verá que somos diferentes, que estamos llenos de un tesoro invaluable, Jesús mismo.
Algunas personas en la iglesia de Corinto habían comenzado a atacar el carácter de apóstol de Pablo, otros criticaban su forma de hablar y aún otros pensaban que estaba loco. En 2 Corintios Pablo defiende sus credenciales como apóstol y la naturaleza de su ministerio. Explica cómo el sufrimiento por el evangelio puede ser usado para calificarnos para ser ministros del consuelo de Dios. Pablo dice que su vida y ministerio era de reconciliación, de hacer volver a las personas a la comunión con Dios.