Una meditación diaria, centrada en Jesucristo, tal y como aparece en el evangelio y las oraciones de la misa del día. Meditaciones extras de retiros mensuales y cursos de retiro espirituales. Audiolibros de espiritualidad.
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Meditación en el IV domingo (A) del Tiempo Ordinario. Meditamos en las lecturas de la misa de hoy, que tiene como hilo conductor el amor de Dios por los humildes de la tierra, aquellos que no tienen otro valedor más que el Señor.
Meditación en el sábado de la III semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta al Señor dormido en la popa de la barca, y como al arreciar la tempestad, sus discípulos le despiertan, temerosos de hundirse. Esa barca es imagen de la Iglesia y de la propia vida. Si llevamos a Cristo con nosotros, y la Iglesia lo lleva, podemos estar tranquilos en medio de las persecuciones. Despertar al Maestro, presente en los sagrarios.
Meditación en el viernes de la III semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta dos de las parábolas del Reino de los Cielos: la de la semilla que, sin que el hombre sepa como, ya duerma o vele, crece y da su fruto; y la del granito de mostaza, que es la más pequeña de las semillas, pero se hace un árbol grande que cobija muchos pájaros. Ambas nos hablan de esperanza, confianza y optimismo.
Meditación en la memoria de los Santos Timoteo y Tito, discípulos fieles de San Pablo. Entre los consejos que Pablo escribe a Timoteo está este: «te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor (...) antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio». Es todo un programa para nosotros, cristianos del siglo XXI, llamados a colaborar con el Papa y los Obispos en la Evangelización.
Meditación en la fiesta de la Conversión de San Pablo. Camino de Damasco, en su furor contra los cristianos, es derribado del caballo, y escucha una voz: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?». Yo pregunté: «¿Quién eres, Señor?». Y me dijo: «Yo soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues». Dios puede contar con nosotros a pesar de nuestros errores. A condición de que seamos dóciles a quien nos muestra el camino. Como a Pablo, a quien dijo: «Levántate, y entra Damasco, y allí se te dirán todo lo que debes hacer».
Meditación en el martes de la III semana del Tiempo Ordinario. En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre». Necesitamos conectar nuestra oración con la vida, de manera que engranen, como el motor con las ruedas de un coche, y nos mueva a cumplir la Voluntad de Dios en las cosas ordinarias de cada día.
Meditación en el lunes de la III semana del Tiempo Ordinario. El Señor nos advierte en el Evangelio de hoy: «Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir». Al hilo de estas palabras, y de algunos párrafos de la Evangelii Gaudium del Papa Francisco, meditamos sobre la unidad que hemos de vivir los cristianos.
Meditación en el III domingo del Tiempo Ordinario, declarado por el Papa Francisco en septiembre 2019 como Domingo de la Palabra de Dios para la Iglesia universal, con el documento "Aperuit illis". Esa Palabra tan eficaz para la conversión.... Todos somos pescadores de hombres, llamados a "pescar" almas con el "anzuelo" de la Palabra de Dios, que es inspirada e inspiradora de esperanza.
Meditación en el sábado de la II semana del Tiempo Ordinario. Dice el Evangelio de hoy que al llegar Jesús a casa con sus discípulos, se juntaba "tanta gente que no los dejaban ni comer". Ser cristiano es vivir para los demás, no para uno mismo. Dar, mas que recibir. Amar y servir a los demás, mas que dominar y dejarse servir por los demás. Pero ahí está la felicidad.
Meditación en el viernes de la II semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio de Marcos recoge un texto normativo sobre la vocación. Se nos dice que "Jesús llamó a los que quiso... para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar". Toda vocación es gratuita, inexplicable para nosotros. Y lo primero en toda vocación es estar con Cristo. El predicar, el hacer, es siempre un segundo paso.
Meditación en el jueves de la II semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta a la muchedumbre que, "al enterarse de las cosas que hacía, acudía… y se le echaban encima para tocarlo…". Hoy, como hace 2000 años, Jesús hace cosas maravillosas, pero hay que contarlas, hablar de ellas, para que los demás se enteren y se quieran acercar a Él. Ese es el papel de la confidencia en la verdadera amistad.
Meditación en el miércoles de la II semana del Tiempo Ordinario. Estamos en el Octavario por la unidad de los cristianos. El Evangelio nos presenta el peligro de la dureza de corazón, que nos impide abrirnos a la misericordia divina. Esa dureza de corazón que se produce por la omisión repetida y continua de las obras de misericordias.
Meditación en el martes de la II semana del Tiempo Ordinario. En el Evangelio se recoge la escena en la que los fariseos reprochan a Jesús que sus discípulos recojan espigas en sábado. Jesús les hace ver que «el sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado», y les anima a vivir con libertad interior los mandatos de la ley. Así hemos de vivir los cristianos: con la libertad interior que da el amor.
Meditación en el lunes de la II semana del Tiempo Ordinario. Segunda meditación durante un día de retiro mensual en un Centro del Opus Dei en el mes de enero (año impar). Igual que a Samuel le cambia la vida cuando aprende a oír a Dios, y se convierte en un profeta poderoso en obras y palabras, nosotros necesitamos "enchufarnos a Dios", para que pase la electricidad y podamos dar luz. El Evangelio nos habla de que los amigos del esposo no pueden ayunar mientras el esposo está con ellos. Si estamos con Cristo, nuestra vida no carecerá de fruto sobrenatural jamás.
Meditación en el Domingo II (A) de Tiempo Ordinario, predicada en un Centro de la Obra durante un día de retiro del mes de enero. Meditamos sobre el significado de la expresión: «Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo», aplicada por el Evangelista al Señor, tras su Bautismo.
Meditación en el sábado de la semana I de Tiempo Ordinario. El Evangelio nos narra la vocación de Mateo. Resulta asombroso que con solo una palabra del Señor: "Sígueme", Mateo se levantara y le siguiera. ¿Cómo es posible? La oración colecta nos da la respuesta: las llamadas de Dios son luz en la inteligencia, pero también fuerza en la voluntad.
Meditación en el viernes de la I semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio de hoy nos presenta a esos cuatro amigos que llevan a un amigo paralítico a que Jesús lo sane, y al encontrarse una multitud a la entrada de la casa del Maestro que les impide el paso, suben al tejado y lo descuelgan frente a Jesús. Todos nosotros tenemos alma sacerdotal: hacemos a Dios presente ante los hombres, y ponemos a los hombres delante de Dios. Ojalá que aprendamos a superar los obstáculos, como estos 4 amigos.
Meditación en el jueves de la I semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio de hoy nos narra la curación de un leproso que se acercó a Jesús, se puso a sus pies y le dijo: "Si quieres, puedes curarme". ¡Qué ejemplo de delicadeza al pedir! Jesús lo curó y le pidió que no lo dijera a nadie, pero él no fue capaz de contener su alegría, no fue capaz de ser discreto. Como consecuencia, Jesús ya no podía entrar abiertamente en las aldeas y se quedaba fuera. La indiscreción dificulta la tarea apostólica.
Meditación en el miércoles de la I semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio de hoy, junto con el de ayer, nos presentan una jornada de Jesús en Cafarnaún. El Señor trabajaba y mucho, pero no por eso olvidaba la oración, que era como el aire que respiraba y necesitaba. Nosotros igual. También podemos aprender de la suegra de Pedro, que al ser curada, inmediatamente se pone a servir al Señor.
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Meditación con el Evangelio del martes de la I semana del Tiempo Ordinario. Los paisanos de Jesús se asombran de su predicación, llena de autoridad, no como la de los escribas. Y para corroborarlo, Jesús expulsa un espíritu inmundo de uno de ellos con un mandato: "¡Calla y sal de él!" La multitud quedan entusiasmada. Solo el Señor tienes palabras llenas de autoridad, los escribas de nuestro mundo: los poderosos, la moda, etc., dicen y no hacen, prometen y no cumplen.
Meditación en el lunes de la primera semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta el comienzo de la vida pública tal y como la narra Marcos: Jesús proclama la conversión para creer en el Evangelio, y llama a cuatro discípulos en medio de su faenas de pesca a ir en pos de Él y convertirse en pescadores de hombres.
Meditación en la fiesta del Bautismo del Señor (A), con la que acaba el Tiempo de Navidad, predicada en un Centro del Opus Dei. El Bautismo del Señor es «una prefiguración de nuestro bautismo». En el bautismo hemos renacido, y allí embrionariamente está toda nuestra futura vida espiritual.
Meditación en el 7 de enero, tras la Epifanía. Al final del tiempo de Navidad, el Evangelio nos presenta la llamada de Jesús a la conversión, como diciéndonos: todo lo que has contemplado esta Navidad, el Amor de Dios encarnado en un Niño humilde y pobre que se manifiesta a los sencillos, te ha de llevar a cambiar el modo de pensar y de vivir, te ha de llevar a convertirte.
Meditación en la fiesta de la Epifanía. Los Magos de Oriente inician un viaje para ver a Jesús, que es una imagen del viaje de nuestra vida. También nosotros tenemos una estrella en el cielo de nuestra alma, que descubrimos con nuestro trabajo, que nos guía a Jesús. También nosotros contamos con la ayuda del buen consejo de los demás. También nosotros hemos de desprendernos de las comodidades de los palacios para encontrar al Señor, llenarnos de alegría y adorarle.
Meditación del 5 de enero. El Evangelio nos presenta la llamada de Jesús a Felipe y Natanael, pero al ser la víspera de los Reyes Magos, meditamos en lo extraño de que unos Magos poderosos dejaran todo para seguir a una estrella. ¿Qué vieron? ¿Cómo fue posible? También nosotros tenemos en nuestras vidas una estrella que nos guía, y hemos de ser valientes para seguirla con sacrificio. Porque experimentaremos la alegría de descubrir a Jesús y su Madre.
Meditación sobre el Evangelio del 4 de enero. Jesús comienza su vida pública llamado a dos discípulos, Juan y Andrés. Juan Bautista se lo señala y ellos lo siguen, y tras una jornada de estrecha convivencia ambos encuentran en Él las respuestas a sus inquietudes interiores. Ese es el itinerario de toda vocación.
Meditación en el 3 de enero, sobre el Santísimo Nombre de Jesús. "Bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos", dice San Pedro. "Pierde el miedo a llamar al Señor por su nombre, Jesús, y a decirle que le quieres", recomendaba San Josemaría.
Meditación en el 2 de enero, tomando pie del Evangelio de la Misa, en el que se narra el interrogatorio de los judíos al Bautista. Juan les dice que "en medio de vosotros hay uno que no conocéis". También nosotros tenemos necesidad de conocer más y mejor a Jesús: en los Evangelios, la oración, las clases de formación y el estudio, y en los más necesitados.
Meditación en el día 1 de enero, solemnidad de Santa María, Madre de Dios. El nuevo año está puesto bajo el signo de na mujer, María, que permitió un tiempo oportuno para un nuevo comienzo. Siguiendo su ejemplo mantengamos el corazón limpio, con una buena disposición, para este año que comienza.
Meditación en el día 31 de diciembre, séptimo día de la Octava de Navidad. Leemos el prólogo del Evangelio de San Juan, que nos suena un tanto elevado y misterioso, pero que, en realidad, nos cuenta la misma historia de la Nochebuena. Es una magnífica manera de terminar el año.
Meditación en la fiesta de ls Sagrada Familia (A), predicada en un Centro de la Obra. El Evangelio nos presenta a Jesús, María y José abandonando la comodidad de un hogar, y poniéndose en camino de un lugar a otro, bajo la guía de José, sin quejas, para salvaguardar al Niño y su misión de Redentor. Así la familia del Opus Dei es también milicia, y supeditamos la comodidad personal al cumplimiento de la misión: tratar de poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas, y en todos los corazones.
Meditación sobre el evangelio del 29 de diciembre, quinto día de la Octava de Navidad: la Purificación de la Virgen, el Rescate del Primogénito y la Presentación de Jesús en el Templo. Inmediatamente irrumpe el anciano Simeón, un anciano con alma joven. También en la vejez se puede descubrir al Salvador, porque el amor no se jubila nunca, no cabe la fidelidad disecada o en conserva.
Meditación en la fiesta de los Santos Inocentes, los primeros mártires, que dieron su vida por la de Jesús. El Evangelio tiene como centro la figura de José, que avisado en sueños por un ángel —el hombre de los sueños— coge al Niño y a su Madre y huye a Egipto en medio de la noche —el hombre de la obediencia—. De este modo la Sagrada Familia compartió la suerte de los emigrantes de todos los tiempos.
Meditación en la fiesta de San Juan Apóstol, el discípulo al que Jesús amaba de modo especial, quizás por su juventud y por su generosidad al seguirle en plena juventud en exclusividad. Fue el único apóstol que estuvo junto a la Cruz, y el único que no murió mártir. La Iglesia venera su memoria en la Octava de Navidad.
Meditación en el 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, sobre el significado de la conmemoración del primer mártir el día siguiente a la celebración del Nacimiento de Nuestro Señor. La Cruz siempre estará presente en la Iglesia y en la vida del cristiano, como la estuvo en Cristo. Pero no se opone a la alegría ni a la fecundidad.
Meditación en el día de Navidad ante el Belén. Recoge una predicación en en una Vela de familias del colegio Alegra previa a las Navidades. Nos fijamos en los diversos elementos del Belén, al hilo de la carta Admirabele signum del papa Francisco, escrita hace un año.
Meditación sobre el Evangelio y las oraciones de la misa matutina día 24 de diciembre. Zacarías exclama en alabanzas a Dios y pronuncia un cántico: el "Benedictus", que es un modelo, junto con el "Magnificat" de oración de alabanza. En este último día de Adviento también nosotros podemos alabar a Dios, y sprintar en nuestra preparación para llegar a la Nochebuena con el corazón en ascuas.
Meditación sobre el Evangelio del 23 de diciembre: el nacimiento de Juan el Bautista causa estupor entre los habitantes de la comarca. Isabel y Zacarías cumplen el mandato del ángel y le ponen por nombre Juan: "Juan es su nombre". Nuestra identidad y misión también nos viene dada por Dios. No somos absolutamente autónomos, dependemos del amor de Dios, afortunadamente.
Meditación sobre el Evangelio del día 22 de diciembre. La Virgen estalla en el canto del Magnificat: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava". Escuchemos con piedad este canto, donde se muestra la alegría y la humildad del corazón de María.
Meditación sobre el Evangelio del 21 de diciembre. Tras la Anunciación, María corre a servir a su prima Santa Isabel, en las montañas, con el corazón lleno de gozo y deseos de compartir su alegría. María escucha, decide y pasa a la acción, para servir a los demás. Ojalá nosotros adquiramos este estilo: las prisas para servir y llevar a Dios a quienes nos rodean.
Meditación del 20 de diciembre. El Evangelio de hoy nos presenta la escena de la Anunciación a María. Siguiendo una homilía del papa Benedicto XVI de diciembre de 2005, y sus palabras en su libro "La infancia de Jesús", meditamos este Evangelio fijándonos en tres palabras: «Alégrate», «No temas», «Hágase».
Meditación en el 19 de diciembre (Adviento). El Evangelio de hoy recoge el anuncio del Angel Gabriel a Zacarías, esposo de Santa Isabel. Buceamos un poco en quienes eran esos personajes que aparecen en la lectura: Zacarías, Isabel y su hijo. El ángel Gabriel anuncia a Zacarías que él e Isabel tendrán un hijo, Juan. Zacarías duda y queda mudo. Pero los planes de Dios se cumplen. No podemos dejar que las malas experiencias pasadas peguen dentelladas a nuestra fe.
Meditación en el IV domingo (A) de Adviento, predicada durante un día de retiro mensual en un Centro del Opus Dei. El Evangelio nos presenta el misterio de la Encarnación visto desde el lado de San José, un hombre justo. Destaca su sensibilidad para escuchar a Dios en sueños, su disponibilidad para cambiar sus planes, su prontitud para seguir la voluntad de Dios con alegría.
Meditación sobre las lecturas del 17 de diciembre. Comienza hoy la última semana del Adviento, con una urgencia renovada ante Jesús que llega. En el Evangelio meditamos la genealogía de Jesús que tiene Mateo. Una cosa destaca, la presencia de mujeres paganas y algunas, pecadoras. Pero el sí de María supondrá un nuevo comienzo, que abre la historia humana a la novedad y santidad del Espíritu Santo.
Meditación en el viernes de la III semana de Adviento. Jesús dice del Evangelista que «ha dado testimonio en favor de la verdad», y por eso: «era la lámpara que ardía y brillaba en la oscuridad». También nosotros hemos de ser testigos de la verdad, abrirnos a ella con humildad y reverencia, sin tergiversarla, mutilarla o disimularla.
Meditación en el jueves de la III semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta al Señor hablando de San Juan Evangelista, al que llama «el mayor de entre los nacidos de mujer». Jesús pregunta a las gentes: «¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios reales». Jamás un profeta fue un señorito aburguesado. Y todos nosotros somos profetas, llamados a recibir la Palabra de Dios y transmitirla a los demás. No podemos caer en la tibieza ni asfixiar nuestra alma con un exceso de bienestar.
Meditación sobre las lecturas del miércoles de la III semana de Adviento. Juan es probado en la cárcel por dudas internas sobre si se habría equivocada al señalar a Jesús como Mesías. Los santos también dudan. Manda sus discípulos a preguntar, y Jesús responde citando el cumplimiento de las profecías mesiánicas. Y termina con unas palabras de ánimo para Juan: "Y bienaventurado el que no se escandalice de mí". Podemos tener dudas, pero jamás escandalizarse de Jesús, jamás renegar de nuestra fe.
Meditación en el martes de la III semana de Adviento, predicada durante un retiro del mes de diciembre. El Adviento es un tiempo para centrarnos en lo esencial: recuperar el gozo de la Navidad. Y volver a considerar que en ese Niño, todos somos hechos hijos de Dios. Nuestro modo de vivir, de confesarnos, de confiar, de orar, de actuar, cambia.
Meditación en la fiesta de la Nuestra Señora de Guadalupe. Miramos a la Virgen para aprender de ella a vivir el tiempo de Adviento. Llama la atención que sale al encuentro de las personas que le necesitan. Nosotros hemos de hacer lo mismo, porque en ellas llega el Señor. La conmovedora historia de las apariciones de la Virgen a Juan Diego nos habla de confianza en Ella, precisamente a la hora de encontrar la Cruz, que es donde está Jesús.
Meditación sobre las oraciones y lecturas del Domingo III (A) de Adviento, también llamado "Gaudete". Todo en la liturgia de este día nos habla de alegría, pero de una alegría con fundamento: la venida de Dios en la carne de un Niño, de un Dios que quiere hacerse humano para hacernos divinos a nosotros. Un Dios que se nos acerca, que se abaja, se pone a nuestra altura, porque nos ama.