Improvisación en estado puro, con Andreu Buenafuente y Berto Romero
Ep. 396: La persona cárnica que asiste al ‘Nadie Sabe Nada' como público tiene las expectativas muy altas. Y esta condición ejerce una presión brutal sobre Berto Romero. Siempre cree que el programa no estará lo suficientemente gracioso y entretenido y lo pasa mal. Esta sensación se traslada a Andreu Buenafuente y el uno por el otro, la casa sin barrer. La casa sin barrer, aquí, es una alegoría a que todo el episodio va en caída libre hacia el abismo. Lo bueno de no barrer en el ‘Nadie' es que todo juega a favor y cuanto más fallo, más risa. Así, pasando por temas que tocan los juguetes de perro, el estar solo en casa,
Ep. 395: Menudo gancho esto de poner a Jeff Bridges en el título de este episodio de ‘Nadie Sabe Nada', ¿no? Aquí manejamos el clickbait como si lo hubiéramos inventado. La realidad es que el actor es protagonista de un sueño bastante extraño de Andreu Buenafuente. Y lo de que no está evolucionado viene a colación de una teoría desarrollada por Berto Romero.
Ep. 394: Si no estás entendiendo nada, sé bienvenido al 'Nadie Sabe Nada'. Un espacio de humor e improvisación en el que tanto Berto Romero aprovecha para recapitular todos los regalos que le han dado durante su gira por teatros como Andreu Buenafuente confiesa que olvidó cómo iba vestido durante la proyección de una película de más de tres horas.También hay tiempo para hablar y disertar sobre zambombas y machacadores de ajos defectuosos, de la evolución del taburete a silla o para aprender algo de léxico en euskera.
En este episodio, el 393 de ‘Nadie Sabe Nada', apto para personas cárnicas, perros y extraterrestres, Andreu Buenafuente y Berto Romero descubren entre misterios finitos e infinitos que dormir desnudo puede hacerte inmortal per dormir al lado de Berto puede matarte de un infarto. Es todo una gran contradicción.Para no ganarnos la fama de ser los guarros del sistema solar, en este programa reciclamos: hacemos anillos Km0 con la uña de Andreu y si no nos gusta el público no lo tiramos, nos inventamos otro. Siéntate con mucho cuidado de no aplastar tus testículos de leche, pide una calamaraca de la paz y disfruta como si no hubiera tiempo que perder.
Este ‘Nadie Sabe Nada' no se sigue ninguna norma, la especialidad de Andreu Buenafuente en cualquier juego, y aunque Berto Romero empieza con la voz tocada, ha podido seguir su carrera de cantador de himnos. Si nos estás escuchando a través de un audífono, te podemos asegurar que nos escucharás mejor que a un actor de cine español. En todo caso, siempre nos quedarán los pedos como lenguaje universal, que entre tantos 'Words' podemos equivocarnos y acabar confundiendo a nuestro perro con nuestro mejor amigo. ¡Samanté sobre vuestras gafas de sol en medio del océano!
Andreu Buenafuente y Berto Romero han ido con todo, porque tienen claro que domesticar la improvisación es negarla. Los crupieres del samanté han repartido bien sus cartas en este 'Nadie Sabe Nada' tan azaroso que ha viajado desde una bolera en Pedralbes hasta Las Vegas. La urna ha funcionado como una ruleta, sin que se pueda descifrar ningún patrón, y de ella han surgido las mejores combinaciones ganadoras: cilantro y comino con neurociencia, geografía del orgasmo junto a las necrológicas, o el grito Wilhelm con Tordocop. ¡No va más!
El ‘Nadie Sabe Nada' es un biopic de Andreu Buenafuente y Berto Romero donde se les puede ver envejecer casi en tiempo real. En este programa, han experimentado un punto de inflexión en sus vidas, ya que una anciana les ha revelado el secreto de la longevidad, aunque no ha calado mucho. Ser malo en la Ser no es una opción. Así que, en este viaje hacia la senectud, es mejor dejarse la uña larga y pelar habas al son de la txalaparta mientras se filosofa sobre utensilios de cocina y se predice en qué clase de señor mayor te convertirás. El mejor consuelo de la premuerte.
Este ‘Nadie Sabe Nada' es un regalo para el algoritmo, un programa que no podría materializar ninguna Inteligencia Artificial, por su completa falta de entendimiento. Andreu Buenafuente y Berto Romero, payasos de la ‘normal web', interconectan varios temas aparentemente inconexos y se repiten cada vez más de cerca para acabar bailando mal y bien un nuevo género musical llamado ‘salsa healthy'.Un programa que parece el historial de búsqueda de alguien que no está bien en casa: ¿Qué le pasa a Instagram con Luis Miguel? ¿Dónde se encuentra Polla? ¿A quién no le va a gustar estampar su cara? En pocas palabras, buen detritus digital para compartir. ¡Samanté y Jumanji para todos!
‘Lo pruebo'. Este ‘Nadie Sabe Nada' es un trastornado viaje a través del mundo de los sueños, una delirante fantasía concebida por Andreu Buenafuente y Berto Romero que solo puede vislumbrar la realidad a lomos de un pedo. En esta diarrea onírica, que ya puede considerarse lore del ‘Nadie', se han visto y regalado pitos, se ha regresado al origen de la braga de hombre y se han agradecido los agradecimientos. También hemos descubierto que rascarse la glotis como lo hace Sílvia Abril es el anticlímax vital. ¡Ah! Y Berto la ha vuelto a liar con el
Este 'Nadie Sabe Nada' ofrece un menú en tres tiempos. De entrante, hay un Falso Inicio crudo, en el que Andreu Buenafuente y Berto Romero descubren que poseen el don de la bilocación, al ser capaces de estar simultáneamente en Barcelona y Donosti. Una buena vivécdota sobre huevos fritos, aderezada con mentira y pifia, es el plato fuerte. En ese momento, se acercan los cocineros para amenizar el banquete con imitaciones de sus propios compañeros y dan paso a un postre a la altura, una pelea de aromas donde el truco está en la piel y lo importante es que los átomos se comporten.
En este 'Nadie Sabe Nada', un poco tórrido, Andreu Buenafuente y Berto Romero han cogido el rábano por las hojas y han improvisado con la misma guasa que la primera temporada del Quijote. Como los sueños, hay 'Nadies' que marcan más que otros. No porque se haya hablado sobre peces que bailan y dan asco, sino porque hay perro nuevo en casa: Bal
La décima temporada termina con este ‘Nadie Sabe Nada' que curiosamente no ha empezado, al menos con inicio canónigo. Andreu Buenafuente y Berto Romero siguen con su cardio semanal de improvisación, porque saben que si te musculas pierdes la gracia. Es preferible ser un tenderte de tus propios pellejos que embarrancar. Y si el oso que no hiberna lo permite, Berto y Andreu han quedado para hacer manualidades durante estos días de vacaciones
Este ‘Nadie Sabe Nada' que ha empezado ‘enrabanado' es la combinación perfecta entre dulce y salado, un ideal pareado para degustar a la hora del vermut. Andreu Buenafuente y Berto Romero han recibido una cantidad ingente de regalos de las personas cárnicas.Se han probado aparatos vintage que funcionaban mejor que la nueva Stupid TV de Andreu. Y la idea del programa era romper mentes inquietas, pero lo más cerca que han estado de lograrlo es cuando alguien ha recibido un gomazo en la cara. El objetivo se malinterpretó.
El 'Nadie Sabe Nada' es como un libro que está subrayado y vivido por las personas cárnicas que lo siguen, aunque no está claro si hay final ni principio. En el capítulo de esta semana, Andreu Buenafuente y Berto Romero se ponen literarios y analizan una saturra (turra que satura) en formato epistolar y la letra de 'El Africano'. Mami, ¿que si quiero o que si tengo? Queda claro que se puede saber leer, pero no entender. Divulgar sin saber. Aprender que se pueden hacer fotos al sol y escuchar al revés. Y que si oyes tu nombre a través de un megáfono es mejor correr.
Los cómicos interraciales Andreu Buenafuente y Berto Romero se emborrachan de hablar una semana más. Según su reloj biológico, cada año de ‘Nadie Sabe nada' equivale a siete años de persona normal. Un programa que es como una película actual, no para nunca, ni siquiera en vacaciones. Además, no quieren cambiarse de sitio, tal vez por el Realismo Rancio, una forma de vida un tanto difícil de contar, incluso más que los chistes infantiles. Pero al ser como niños, pueden aprovechar la nana para bebés estreñidos hasta que salga bien.
Andreu Buenafuente intenta comunicarse con pájaros de nuevo, mientras Berto Romero convive con jabalíes enfadados. La comunicación es nula, incluso con la SER, que no les ha preguntado por sus vacaciones porque ya les va bien que no paren nunca.
Andreu Buenafuente y Berto Romero continúan la extensísima gira de dos ciudades para celebrar los 10 años de 'Nadie Sabe Nada' con un especial en el Teatro Alcázar —antes con k— de Madrid, lleno a rebosar de personas cárnicas que han ido a dar molestas y arrítmicas palmas, si se puede. Si este 'Nadie' se enviara fuera del sistema solar en una sonda espacial, seguro que los extraterrestres vendrían a una velocidad mayor que la del sonido a someternos tras escuchar que los payasos comen pipas en el coche y los camioneros se afeitan mientras conducen. Y después de haber sudado tanto con el euskera básico y el bruxismo de Infinito de Córdoba, sería una pena. En francés: 'une pene', creo.
Bienvenidos a 'Nadie Sabe Nada', el programa de humor de aprovechamiento. El menú de esta semana empieza con un F.I. (Falso Inicio) corto con hamburguesa. Los chefs Berto Romero y Andreu Buenafuente desaconsejan el arroz debido a su pesadez y recomiendan los huevos zombis. Tras el plato principal, además de samanté, es tradición derramar todo el café sobre la mesa.
Y hace ¡PUM! ¡Ya está aquí el 'Nadie Sabe Nada'! Tras la verbena de San Juan, Andreu Buenafuente y Berto Romero unen pirotecnia y 'cienza' para hablar del pepinazo que fue el Big
¡El 'Nadie Sabe Nada' cumple 10 años de samanté! Andreu Buenafuente y Berto Romero festejan este aniversario sumido en la ignorancia junto a más de 800 personas cárnicas en el Teatro Victoria de Barcelona, ciudad que no está preparada para la lluvia, pero sí para aliviarse en cualquier momento.
Ep. 371: Con el fondo de la ropa tendida, Andreu Buenafuente y Berto Romero, es como si estuvieran en una azotea perdida en la inmensidad de la ciudad sentados en sillas de lona bajo una sombrilla rota por el tiempo. Hablan de sus cosas y algunas de ellas son propias de la edad: los urólogos y los tactos rectales.
Ep. 370: ¡Cómo pasa el tiempo! Ya volvemos a estar en junio y en 2023 y muy cerca de cumplir 10 años de improvisación, humor, vivécdotas y
Ep. 369: Berto Romero ya ha terminado sus funciones en Barcelona y Andreu Buenafuente le pide que valore esta temporada en la sección ‘Artes escénicas' pero no acaba de salir bien. Lo que sí sale bien pero es muy agotador es la sección ‘Cagando leches'. En este ‘Nadie Sabe Nada' escucharemos algo inédito: la improvisación sin humor de una historia de terror. ¿Alguien lo cree posible? Entre las cosas que salen bien y las que salen mal, se encuentra la recuperación de una partida de ‘Words' a la que se le añade una expansión o lo que es lo mismo: algo que se inventa Andreu sobre la marcha.
Nadie Sabe Nada cumple 10 años y queremos celebrarlo contigo en el Teatro Alcázar de Madrid
Ep. 368: Un ‘Nadie Sabe Nada' que, para estar grabado en lunes, no tiene desperdicio. A saber: aparece el Ferran Adrià de Andreu Buenafuente para hablarnos de su fundación gracias a una interpelación de una persona cárnica; Berto Romero intenta que el mundo de la fotografía sea más cercano pero no lo consigue; se habla de animales como el loro, la gallina, el perro y su comida en un programa llamado ‘Pluma, escama, espolón'; o de lo embarazoso que es darle la enhorabuena a una embarazada y que no lo esté. A todo esto, se demuestra que la nariz de Berto es la viva imagen de un famoso hotel que hay en la costa de Barcelona. Ya os decía que para ser lunes, el programa de este sábado está estupendo. Y ahora, todos a comer pienso de perro y luego a hacer caca.
Ep. 367: Andreu Buenafuente y Berto Romero, dos personas bastante cívicas, presentan, conducen y rellenan el ‘Nadie Sabe Nada' con ignorancia y humor más de cincuenta minutos de radio en la Cadena SER, que luego se puede oír en podcast o ver en vídeo en los lugares más típicos como más extraños. Un montón de minutos de temas tan trascendentales como el ‘looser' de los frutos secos (el cacahuete), el quiero y no puedo de los mismos (el garrapiñado), lavar los platos a mano, chatarreros del mundo o astronautas en Marte.
Ep. 366: En este ‘Nadie Sabe Nada', Andreu Buenafuente cuenta una vivécdota que le ocurrió estando en una esquina bajo la placa del nombre de la calle, la de Pepe Rubianes. Por su parte, Berto Romero tira de memoria para contar la vez en que hizo realidad una amenaza a sus hijos en la que les aseguraba que podían ser devorados por un puma. Recuperamos una propuesta llegada a la urna que nos envían desde Chile al son de su himno y cómo no, poniéndole letra. Y, como últimamente está ocurriendo, se vuelve a hablar de cine. A hablar de cine sin tener demasiada idea ni datos veraces, por supuesto.
Episodio número 365 de ‘Nadie Sabe Nada'. ¡Ya tenemos un programa para cada día del año! ¡Sobredosis de ignorancia! Bueno, bueno... tanta ignorancia tampoco porque Andreu Buenafuente y Berto Romero, nos enseñan que el árbol del pistacho se llama alfóncigo o nos cuentan un montón de curiosidades de Marlon Brando. Actor que, como persona cárnica ya está muy seca y por tanto,
Programa previo al 23 de abril, Sant Jordi, pero tanto Andreu Buenafuente como Berto Romero no tienen muy claro en qué día viven. Han vuelto de un viaje conjunto a New York y tienen un jetlag de mil demonios. La Gran Manzana copa buena parte de este ‘Nadie Sabe Nada'.Berto tiene varios números de teléfono bloqueados y llama a ellos para desbloquearlos o borrarlos definitivamente. Y, entre cartas y libros a cuatro manos, zombis y Gerard Depardieu, aparece Infinito de Córdoba. Infinito, nuestro último gran héroe.
Ep. 363: En este ‘Nadie Sabe Nada' conocemos al doctor Rogelio Martínez de 70 años de edad y que ha mirado a la muerte a los ojos y a Roque, un programador de inteligencia artificial que cambia de nombre cada diez segundos. A parte de esto, Andreu Buenafuente y Berto Romero (que se ha cambiado la moto) teorizan sobre el verdadero significado de la letra de la canción de Los Payasos de la Tele “Hola Don Pepito, hola Don José”.
Este ‘Nadie Sabe Nada' empieza con un F.I. (Falso Inicio) bastante largo donde Andreu Buenafuente le cuenta a Berto Romero un extenso chequeo de salud que se ha hecho en los últimos días. También aparece alguien que no necesita chequeos: Jordi Hurtado. En lo que resta de programa, unos 35 minutos, se habla de las fotos de carnet y de pasaporte, la fea costumbre de los perros de olerse los culos, de Roger Waters, el exmiembro de Pink Floyd, o del mal rollo que da todo lo que está pasando con el cambio climático.
En este ‘Nadie Sabe Nada' se une a los instrumentos musicales y otros objetos ruidosos el gran martillo vasco que ha traído Andreu Buenafuente dentro de una mochila desde Euskadi. Berto Romero debe convencer a una persona cárnica para que vea su serie ‘Mira lo que has hecho' y conoceremos a Joseph Fart, especialista en ventosidades, que nos dará una lección de olores en una sección dedicada a la salud. Y para redondear un programa con dos números tan redondos como el 10 y el 30 innovamos con un milhojas radiofónico.
El 'Nadie Sabe Nada' es un tren de largo recorrido, el Transiberiano del Mediterráneo, conducido por dos maquinistas como Andreu Buenafuente y Berto Romero y que, además, no para nunca. Por eso, una vez acabada la etapa de HBO Max, regresa al formato original de la emisión en directo en La SER los sábados, para luego distribuirse en podcast por SER Podcast y por infinidad de plataformas más y en vídeo para quien quiera verlo. El regreso al Toresky de Radio Barcelona ha sido bastante normal. Normal si obviamos toda la conversación mantenida de Andreu con el Pirata para la readaptación de la sintonía, la carta de una oyente con retortijones y vomiteras por comer ajos en ayunas, los problemas de Berto con los auriculares, las teorías sobre los cuerpos cavernosos, las defecaciones de los perros... en definitiva, y mirándolo bien, el regreso ha sido lo de siempre en el 'Nadie Sabe Nada' y que no tiene nada de normal.
El último ‘Nadie Sabe Nada' en HBO Max se gesta en un abarrotado Florida Park en Madrid, donde Andreu Buenafuente, para irritación de Berto Romero, destripa el final preparado a medio programa pero la magia del ‘Nadie' nos guardaba una sorpresa aún mayor. Todo empieza con Andreu y Berto llegando al recinto en unos cochecitos a pedales. Son como niños… o incluso, peor. En este recinto se han hecho grandes programas de televisión y en uno de ellos, la artista Lola Flores perdió un pendiente y lo paró todo para encontrarlo. Lo recordamos porque es mítico. Entre gigantes y cabezudos, el episodio van subiendo la temperatura y se rompe a dos minutos de final… con EL MEJOR FINAL POSIBLE.
El ‘Nadie Sabe Nada' es como una sala de partos no programados: cuando menos te lo esperas nacen personajes, secciones... Juan Lúbrico y José Lefa son dos de esos partos. Andreu Buenafuente y Berto Romero están detrás de ellos. De los personajes, digo.
El ‘Nadie Sabe Nada' es todo ignorancia pero en esta ocasión, Andreu Buenafuente y Berto Romero coinciden en una gran verdad: en 2023 el efecto muaré en televisión ya debería estar resuelto. ¡Una mierda para el muaré! En otras cosas, en esta entrega se sigue intentando arrancar el videojuego antiguo que trajo Berto Romero, se lee el informe sobre el ADN de Andreu Buenafuente, se suceden las vivécdotas protagonizadas por fans, el control de realización huele a pedo y de propina se habla en profundidad de la propina.