Parte de la vida cristiana no solo es estudiar la Biblia, sino también enseñar lo que ella dice, de modo que los hermanos sean obedientes y estén preparados para toda buena obra. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia. (2 Timoteo 3:16)
En esta predicación, el pastor Miguel Díez profundiza en el verdadero significado del Sabbat a la luz del Evangelio. ¿Es obligatorio para los cristianos guardar el sábado como día de reposo? ¿O encontramos en Jesús un descanso más profundo y duradero?
Todos los seres humanos tenemos una sed profunda: sed de sentido, de amor, de perdón, de paz, de eternidad. Podemos intentar saciarla con placeres, logros, relaciones o cosas materiales… pero esa sed vuelve siempre. Es el alma la que tiene hambre de algo más. Jesús, al hablar con la mujer samaritana junto al pozo, le ofrece algo que ella no esperaba: agua viva, una fuente que no se agota, una respuesta eterna al vacío interior. Esa agua no es una religión, ni un ritual… es Él mismo. Cristo es la fuente de vida eterna. ¿Qué significa beber de esa fuente? Significa acercarse a Jesús con sinceridad, tal como somos. Significa aceptar su perdón y su amor incondicional. Significa permitir que su Espíritu Santo viva en nosotros y renueve nuestro interior.
El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, fue llamado a la libertad. Sin embargo, a lo largo de su caminar por el mundo, va recogiendo ataduras: heridas del pasado, pecados no confesados, miedos, rencores, vicios y una constante búsqueda de sentido fuera de Dios. Estas ataduras no siempre son visibles, pero pesan en el alma. A veces se manifiestan como una tristeza constante, una falta de paz, una vida vacía aunque llena de cosas materiales. Son cadenas que no se ven, pero que impiden avanzar con ligereza hacia el propósito divino. Jesucristo vino precisamente a romper esas cadenas. Él dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres… para dar libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18). La verdadera libertad no viene del mundo, ni de acumular logros o placeres. Viene del encuentro con Cristo, quien nos muestra nuestra dignidad de hijos de Dios y nos limpia de todo lo que nos ata. En Él, podemos soltar el pasado, perdonar, dejar el orgullo y permitir que su amor nos sane.
La vida cristiana constantemente nos pone frente a una elección: ¿viviremos para lo eterno o para lo temporal? Jesús mismo dijo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino haceos tesoros en el cielo…” (Mateo 6:19-20) La tierra representa lo inmediato: el éxito, las posesiones, el placer momentáneo, el reconocimiento humano. Nada de eso es malo en sí mismo, pero se vuelve un problema cuando lo preferimos por encima de Dios. El cielo, en cambio, representa lo eterno: la comunión con Dios, la obediencia, el amor que no caduca, la paz verdadera.
El propósito de Dios para tu vida es conocerlo, amarlo, ser transformado por Él, servir con tus dones y llevar Su luz al mundo. Este propósito no es solo para el futuro o para los "más espirituales", sino para ti, aquí y ahora.
Vivimos en un mundo donde el cristianismo, para muchos, se ha convertido en una rutina religiosa o una etiqueta cultural. Sin embargo, el verdadero cristianismo no se trata de asistir a una iglesia o cumplir normas, sino de una relación viva y transformadora con Jesucristo. 💡 ¿Qué es el verdadero cristianismo? Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” – Lucas 9:23 El verdadero cristianismo implica seguir a Cristo con sinceridad, no solo de palabra, sino con toda nuestra vida. Es permitir que Él reine en nuestro corazón, transforme nuestra mente y dirija nuestros pasos.
En esta poderosa predicación callejera, el pastor Miguel Díez confronta una de las mentiras más peligrosas de nuestro tiempo: la falsa seguridad que ofrece la religión sin una relación viva con Jesucristo. Grabada en plena calle durante una campaña evangelística, este mensaje directo y sin rodeos revela cómo el enemigo ha usado la religión para desviar a millones del verdadero camino a la salvación. Con un lenguaje claro y contundente, Miguel Díez llama a reflexionar sobre el verdadero evangelio: no basta con ser religioso, es necesario nacer de nuevo por la fe en Cristo. Si alguna vez pensaste que la religión te aseguraba el cielo, este mensaje es para ti. Jesús es el único camino, la verdad y la vida. Escucha esta palabra con el corazón abierto y permite que Dios te hable hoy. ¡Comparte esta verdad que transforma vidas!
La mente es uno de los campos de batalla más intensos en la vida del creyente. Pensamientos de temor, duda, culpa o desánimo muchas veces se levantan como fortalezas que intentan alejarnos de la verdad de Dios. Pero la Biblia nos enseña que no estamos indefensos. “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.” (2 Corintios 10:4) Cada pensamiento negativo o contrario a la voluntad de Dios debe ser confrontado con la Palabra. No podemos evitar que los pensamientos lleguen, pero sí podemos decidir cuáles permitimos que se queden. Por eso, Pablo también nos exhorta a llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5). Renovar nuestra mente es un proceso diario. Al llenar nuestra mente con lo que es verdadero, puro, justo y digno (Filipenses 4:8), comenzamos a cambiar no solo cómo pensamos, sino también cómo vivimos. La mente transformada es una mente que vive en paz, que confía y que no se deja gobernar por el miedo. La batalla es real, pero la victoria es posible en Cristo. No estás solo en esta lucha. El Espíritu Santo te fortalece, la Palabra te guía, y Jesús pelea por ti. Vence la batalla de la mente alimentándola con la verdad eterna de Dios.
¿Quieres aprender el verdadero significado de la felicidad? En esta predicación del retiro de adolescentes en Toledo, marzo 2025, Miguel Díez nos enseña que la felicidad no está en lo material ni en lo pasajero, sino en una relación profunda con Cristo. 📌 Lo que aprenderás sobre la felicidad: ✅ La verdadera felicidad está en andar en la verdad (3 Juan 1:2-4). ✅ Las bienaventuranzas nos muestran el carácter de los que son realmente felices (Mateo 5:3-5). ✅ El gozo del Señor nos fortalece, sin importar las circunstancias (Salmo 23:5). ✅ La generosidad trae mayor bendición que recibir (Hechos 20:35). ✅ En la adoración encontramos la fuente de la felicidad eterna (Juan 15:11). Descubre cómo vivir en plenitud con Cristo y comparte esta enseñanza con otros.
🔨 La Importancia de la Reconstrucción 🙌 Una reflexión cristiana sobre la restauración en Dios A veces, lo que se rompe parece irremediable. Un corazón herido, una familia fragmentada, un sueño perdido… pero en el Reino de Dios, nada está tan destruido que no pueda ser reconstruido. 📖 Dios es un Dios de Restauración Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la Biblia está llena de historias donde Dios reconstruye lo que ha sido quebrado. Él restauró a Job después de su prueba, renovó a Pedro tras su negación y devolvió vida a huesos secos en la visión de Ezequiel (Ezequiel 37). “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta…” — Joel 2:25 🧱 La reconstrucción no siempre es rápida Reconstruir duele. Requiere paciencia, fe y muchas veces lágrimas. Pero cuando rendimos nuestras ruinas a Dios, Él hace una obra nueva. Dios no reconstruye para dejar todo igual, sino para hacerlo mejor, más firme y más hermoso. “Después de que hayáis padecido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia… os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” — 1 Pedro 5:10
En Mateo 13:44-46, Jesús nos habla del Reino de los Cielos con dos poderosas parábolas: «Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo, y gozoso por ello, va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo. También, el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.» Evidentemente, el reino del que está hablando no es un sistema, sino que es el mismo Señor. Aquí Jesús menciona dos tipos de personas: el que halla el tesoro y el que busca la perla preciosa. Muchas veces los cristianos somos buscadores, porque sabemos que hay algo más allá, algo mejor. La búsqueda de Dios es la esencia de la fe, pues la Biblia nos dice en Jeremías 29:13: «Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.» Jesús mismo dijo en Juan 7:17: «Si alguien quiere conocer si lo que hablo es de Dios, sabrá.» Quien busca la verdad, se encuentra con el Señor. Sin embargo, también hay quienes no buscan a Dios, pero aun así son hallados por Él. Como dice Isaías 65:1: «Fui hallado de los que no me buscaban.» ¿Sigues a Dios por Quién Es o por Sus Beneficios? En Juan 6:26-27, Jesús reprocha a aquellos que lo seguían solo por los milagros materiales: «De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece.» Muchas personas buscan en Dios solo lo que Él puede darles: sanidad, prosperidad, estabilidad. Sin embargo, el propósito principal no debe ser recibir bendiciones, sino conocer al Señor. Como dice Mateo 6:33: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» No debemos usar a Dios como un medio para obtener cosas materiales, sino entender que Su presencia es suficiente. Como dijo Moisés en Éxodo 33:15: «Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.» ¿Has Encontrado a Cristo o Solo Tienes la Religión? Muchas personas asisten a la iglesia, pero no han tenido un encuentro real con Jesús. Se quedan con las formas y la tradición, pero no han experimentado la presencia de Dios. Como dice 1 Corintios 15:34: «Para vergüenza vuestra lo digo: algunos no conocen a Dios.» Es como el hombre que se come la cáscara del plátano y tira lo mejor. Así, algunos se aferran a la religión y no llegan a conocer verdaderamente al Señor. Permanecer en Cristo Jesús preguntó a sus discípulos en Juan 6:67-69: «¿Queréis acaso iros también vosotros?» Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» Después de haber probado la bondad de Dios, ¿cómo podríamos alejarnos de Él? La verdadera fe no se basa en las circunstancias, sino en la relación con Dios. Como dice Filipenses 1:21: «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.» La iglesia de Laodicea pensaba que tenía todo, pero Jesús les dijo en Apocalipsis 3:17-20: «Tú dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad’. Pero no sabes que eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo.» ¿Dónde está Jesús en tu vida? ¿Dentro o fuera de tu corazón? Una Relación Basada en el Amor Cuando buscamos a Dios solo para resolver problemas, nos apartamos de Él cuando todo va bien. Pero el llamado de Jesús es a una relación de amor. Moisés entendió esto cuando dijo en Números 14:8: «Si Jehová se agrada de nosotros, Él nos llevará a esta tierra.» Pablo también expresó su amor por Cristo en Romanos 8:38-39: «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.»
La Biblia describe el pecado como una naturaleza que habita en el ser humano y que lo aleja de Dios. La lucha contra esta naturaleza es continua, pero Dios ofrece ayuda para vencerla.
Una de las verdades más reconfortantes de nuestra fe es saber que Dios nunca falla. A lo largo de toda la Biblia vemos una constante: Dios es fiel y cumple lo que promete. No hay palabra suya que quede sin cumplirse, ni promesa que se olvide. Desde Abraham hasta Jesucristo, Dios ha demostrado que lo que Él dice, lo hace. “No se ha fallado una sola palabra de todas las buenas promesas que hizo el Señor vuestro Dios” (Josué 23:14). Aunque el tiempo pase, aunque nosotros dudemos o desfallezcamos, Él permanece firme y fiel. A veces, nuestras circunstancias nos hacen pensar que Dios se ha olvidado. Pero Él trabaja en silencio, con sabiduría, más allá de lo que podemos ver. Sus tiempos no son los nuestros, pero su plan siempre es perfecto. El apóstol Pedro nos recuerda: “El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos entienden la tardanza” (2 Pedro 3:9).
A veces nos encontramos en medio de situaciones que parecen no tener salida: problemas familiares, enfermedades, preocupaciones económicas o decisiones difíciles. Sentimos que hemos agotado todas las fuerzas y que no hay solución a la vista. Pero es justamente ahí, en nuestra debilidad, donde Dios muestra Su poder. Cuando Dios interviene, lo imposible se vuelve posible. No siempre llega en el momento que esperamos, ni de la forma que imaginamos, pero su intervención nunca falla. Dios no actúa según nuestra prisa, sino según su perfecta voluntad y su tiempo divino. Como dice Isaías 55:8-9: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor..." Dios intervino en la vida de Abraham, cuando ya no había esperanza de tener un hijo. Intervino en la vida de Moisés, cuando el mar Rojo parecía un muro infranqueable. Intervino en la vida de Lázaro, cuando ya estaba muerto. Y también interviene en tu vida. Aunque no lo veas aún, Él está obrando. No pierdas la fe. Ora. Espera. Confía. Porque cuando Dios interviene, todo cambia.
Un corazón contaminado por el rencor, la envidia, la mentira o el orgullo no puede estar en comunión con Dios. Por eso, guardar el corazón es también limpiarlo. Y no podemos hacerlo solos: necesitamos al Espíritu Santo.
¿Qué es la verdadera inteligencia? El mundo valora el conocimiento y la astucia, pero la Biblia nos enseña que la verdadera sabiduría comienza con el temor de Dios. En esta predicación, Miguel Díez nos revela cómo vivir con inteligencia espiritual, siguiendo la voluntad de Dios en lugar de apoyarnos en nuestra propia prudencia. 📖 Puntos clave: • El temor de Dios es el principio de la sabiduría. • La inteligencia sin Dios se convierte en necedad. • Jesús es el modelo perfecto de verdadera sabiduría. • La inteligencia espiritual nos lleva a confiar en Dios más que en nuestra propia capacidad. • Sin amor, todo conocimiento es inútil.
La vida cristiana es un camino de crecimiento constante. Dios no quiere que nos quedemos estancados, sino que nuestra fe se fortalezca día a día. Así como un árbol necesita agua y sol para crecer, nuestra fe necesita pruebas, confianza en Dios y una relación íntima con Él. 📖 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." – Hebreos 11:6
En esta impactante predicación, Ramón Ubillos nos enseña cómo ejercer la autoridad espiritual que Dios nos ha dado para vencer en la batalla contra el enemigo. No se trata de dar "palos al aire", sino de atacar la raíz de los problemas espirituales y romper ataduras generacionales. Descubre cómo discernir las estrategias del diablo, identificar potestades que gobiernan en diferentes lugares y luchar con el poder de la oración y la unidad.
Dios nos ha dado dones, talentos y bendiciones no solo para nuestro propio bienestar, sino para compartirlos con quienes nos rodean. Cada día es una oportunidad para reflejar su amor a través de nuestras palabras, acciones y actitudes.
La gloria de Dios es la manifestación de Su presencia, poder y majestad. Es la expresión de Su perfección y soberanía sobre toda la creación. Desde el principio hasta el fin de la Biblia, vemos cómo la gloria de Dios llena los cielos y la tierra, transformando vidas y revelando Su amor.
La oración es lo que desata el poder de Dios. Enseñanza bíblica acerca del poder de la oración con ejemplos impactantes.
En la vida, muchas veces anhelamos cosas con tanta intensidad que nos olvidamos de preguntarnos si realmente es lo mejor para nosotros. Queremos éxito, amor, riquezas, reconocimiento… pero, ¿coinciden nuestros deseos con la voluntad de Dios?
Cada día enfrentamos desafíos, preocupaciones y momentos de incertidumbre. A veces nos sentimos vacíos, sin fuerzas, sin dirección. Pero en esos momentos, Dios nos invita a acudir a Él para ser llenados con su amor, su paz y su presencia.
Vivimos en un mundo donde la injusticia parece dominar: corrupción, desigualdad y dolor son parte de nuestra realidad diaria. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que Dios es justo y su justicia es perfecta. Aunque a veces parezca que el mal triunfa, Dios tiene el control y su juicio llegará en el momento adecuado.
Juan José Estévez profundiza en las raíces de nuestra resistencia y nos desafía a confrontar el caos y el desorden que el pecado trae a nuestra vida.
El camino a Emaús es un recordatorio de que Cristo nunca nos abandona. Aun en los momentos de duda y tristeza, Él camina con nosotros, nos habla a través de su Palabra y se nos revela de maneras inesperadas. Como los discípulos, estamos llamados a reconocerlo y llevar su mensaje al mundo.
En este poderoso mensaje, el pastor Miguel Díez nos habla sobre el dominio propio, una virtud esencial en la vida cristiana.
En nuestra vida diaria enfrentamos decisiones, desafíos y caminos que a veces no sabemos cómo transitar. La Palabra de Dios nos enseña que no estamos solos, sino que contamos con la guía constante del Espíritu Santo para mostrarnos el camino correcto.
En este mensaje inspirador, Ramón Ubillos nos guía en la búsqueda de la revelación divina. A través de 1 Corintios 2:6-10, entendemos que la sabiduría de Dios es un misterio revelado por el Espíritu Santo a quienes lo buscan con sinceridad.
Marcos 12:30–31. 30 Amarás, pues, al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.
En esta poderosa predicación de Miguel Díez, exploramos cómo enfrentar el miedo y la ansiedad que nos rodean en la sociedad actual.
En esta poderosa predicación, Ramón Ubillos nos invita a reflexionar sobre el trono de la gracia y cómo podemos acercarnos a Dios para alcanzar misericordia y hallar gracia.
La guerra espiritual se libra mediante la fe y la obediencia. Jesús mismo nos dio el ejemplo al enfrentarse a la tentación en el desierto (Mateo 4:1-11). Cada vez que Satanás lo atacaba, Jesús respondía con las Escrituras. Esto nos enseña que la clave para resistir al enemigo es conocer y aplicar la Palabra de Dios.
Cuando usamos nuestros talentos, debemos recordar agradecer a Dios y dar testimonio de Su obra en nosotros. Esto fortalece nuestra fe y anima a otros.
Cuando honramos a Dios con nuestras vidas, Él responde con Su favor, cuidado y propósito eterno.
Vivimos en un mundo donde la maldad parece aumentar día a día. La violencia, la corrupción, el egoísmo y el pecado se manifiestan de formas que a menudo nos llenan de tristeza y desesperanza.
La preparación espiritual es un acto continuo. Cada día es una oportunidad para fortalecer tu fe y caminar más cerca de Dios. Así, cuando lleguen los tiempos difíciles, estarás listo para enfrentarlos con confianza y esperanza en el Señor.
El hombre de doble ánimo es aquel que vive dividido entre dos mundos: el de la fe y el de la carne. Sin embargo, Dios nos llama a la estabilidad, a la firmeza en nuestra fe, y a la unidad del corazón. No podemos servir a dos señores, y nuestra vida debe ser un testimonio claro de la fidelidad a Dios.
Estar "llenos del Espíritu Santo" es vivir una vida transformada, guiada por la presencia de Dios en nosotros. Es un llamado a depender completamente del Espíritu para ser testigos de Cristo, vivir en obediencia, experimentar paz en medio de las pruebas y reflejar los frutos del Espíritu en nuestro carácter.
En esta predicación del pastor Miguel Díez, aprenderás a reconocer la creciente actividad demoníaca en nuestros tiempos y cómo enfrentarla con la autoridad que Cristo nos ha dado.
Las malas hierbas representan actitudes, pensamientos o acciones que no provienen de Dios pero que, si no se identifican y eliminan, pueden crecer y sofocar el fruto espiritual. Estas pueden ser la ira, la envidia, el orgullo, o cualquier otro pecado que se infiltre en nuestro corazón.
La vista espiritual es la capacidad que Dios nos da para ver más allá de lo físico, para percibir Su obra, Su propósito y Su verdad en nuestra vida y en el mundo que nos rodea. Es un don que nos permite entender Su voluntad y vivir según Su dirección, aunque nuestras circunstancias terrenales puedan parecer confusas o desalentadoras.
“Señor Jesús, te quiero conocer personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que Tú quieres que yo sea.”
En esta impactante prédica, Miguel Díez aborda un tema crucial para la vida cristiana: la tentación y cómo enfrentarla desde una perspectiva bíblica.
La sangre de Jesucristo es el regalo ms precioso que nuestro Padre celestial le ha dado a su iglesia. Sin embargo, son pocos los cristianos que entienden su valor y su virtud.
La identificación con Cristo comienza con la fe en Él. Los cristianos creen que, a través de la fe, se unen a la persona de Jesucristo, quien, según la doctrina cristiana, es tanto verdadero Dios como verdadero hombre.
Un discípulo es alguien que ha sido bautizado y está dispuesto a tomar sobre sí el nombre del Salvador y seguirle. Un discípulo aspira a llegar a ser como Él, guardando Sus mandamientos en la vida terrenal, tal como un, o una, aprendiz procura llegar a ser como su maestro.
Serie: El Carácter Lección 1: Las herramientas que Dios nos da. Unirte a nuestro discipulado online, cientos de estudio bíblicos en formato, videos y PDF, totalmente gratuito.
"Enderezar tu camino" es un tema muy profundo en la reflexión cristiana. Muchas veces, la vida nos lleva por senderos que nos alejan de nuestros valores y de nuestra relación con Dios. La idea de enderezar el camino implica un retorno a la fe, a los principios que guían una vida cristiana.
La oración es esencial para nuestra vida espiritual, al igual que la respiración es crucial para nuestra existencia física. En nuestra escuela, entendemos que la gracia de Dios se experimenta plenamente a través de una vida de oración constante. No es una actividad reservada para momentos específicos del día, sino una práctica que debe integrarse en todos los aspectos de nuestra vida.
La misericordia de Dios es uno de los atributos más destacados de su carácter en la Biblia, y se manifiesta especialmente cuando una persona confiesa sus pecados, incluso aquellos que han estado ocultos. A lo largo de las Escrituras, Dios demuestra una disposición constante a perdonar y restaurar a quienes se arrepienten sinceramente, incluso si han ocultado sus faltas durante mucho tiempo.