La Hora Faniática de José Arteaga invita a sus oyentes a aproximarse a la historia de la discográfica Fania como nunca antes se ha hecho.Un recorrido exhaustivo semanal a través de los álbumes, los personajes, las anécdotas, los secretos, los hitos y fracasos de un sello que marcó para siempre el devenir de la música urbana latina.Para disfrutar de todo el contenido de La Hora Faniática y José Arteaga.
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En 1965 Charlie Palmieri, luego de tres producciones con su charanga Duboney en pleno furor por el ritmo de pachanga, grabó el álbum Tengo Maquina y Voy a 60, pero con la Orquesta Duboney. Charlie sentía que se necesitaba un cambio, que las bandas de trompetas y trombones funcionaban mejor, y la experiencia de dirigir la Alegre All Stars le había dejado buenas enseñanzas. El sello Alegre de Al Santiago recibió encantado el proyecto y Palmieri sacó lo mejor de si mismo, mientras el sello pasaba a otras manos y la pachanga iba siendo desplazada por nuevas modas como el boogaloo. Esta es la historia de Tengo Maquina y Voy a 60 en La Hora Faniática. Bienvenidos.
En 1968 se presentó en sociedad el percusionista Ray Rodríguez, miembro de una familia numerosa de músicos, Ray nació y se crió en el Spanish Harlem. Su madre era cantante aficionada y sus hermanos estudiaron música, siendo dos saxofonistas y flautistas: Bobby y Jimmy. Quizás por ello el deseo de Ray siempre fue hacer una orquesta de familia. Aunque se especializó en el timbal y la percusión por influencia de Tito Puente, también tocó el piano y la guitarra, aunque nunca en escena. En el fondo todos eran multi-instrumentistas. Así que en 1967 formó su orquesta y grabó para Alegre Records este disco titulado Introducing Ray Rodriguez and his Orchestra, de que hablaremos hoy en La Hora Faniática.
Aunque no lo parece por su carátula preciosa y por las canciones que se volvieron hit, el disco Gracias Mundo de Willie Rosario para el sello Inca de 1977 fue un homenaje particular del llamado "Mr. Afinque" a su maestro y amigo Tito Rodríguez, sin lugar a dudas uno de los músicos más importantes e influyentes del Caribe romántico y bailable de todos los tiempos. Su título, Gracias Mundo, era un guiño a la canción de Tito, Canta Mundo. Pero esto es sólo una parte de la inmensa riqueza musical de este álbum tremendo hecho por un músico tremendo. Así que nos metemos en la piel de Willie Rosario para hablar de él en La Hora Faniática.
En 1982 Bárbaro, uno de los últimos sellos creados por Fania Records, ya bajo el nombre de su editora Música Latina Internacional, lanzó el disco Música para el Mundo Entero, del popular cuatrista puertorriqueño Yomo Toro, esta vez acompañado por la orquesta La Evolución. Yomo había grabado poco en solitario desde que firmó con Fania, así que el disco era casi una obligación con un artista muy querido en el mundillo, muy admirado entre el público. La gente lo conocía sobre todo por sus actuaciones con la Fania All Stars. Había grabado con Bárbaro el disco Romántico y ahora se metía con la música bailable. Así que hoy hablaremos de Música para el Mundo Entero de Yomo Toro en La Hora Faniática.
En 1974 Roberto Roena lanzó su disco número 6 con su banda Apollo Sound. Como es de todos conocido, Roena enumeraba sus producciones y estas siempre ofrecían sonidos diferentes y experimentaciones que sorprendían. Este no fue la excepción, por supuesto. De hecho, se metió con un abanico de procedencias: el rock-jazz estadounidense de Chicago y Blood, Sweat & Tears; por otro el songo cubano de Juan Formell y Los Van Van; y por otro la balada romántica mexicana de Lolita de la Colina; por otro la pompa de Titti Soto. Y eso que venía de meterse con la bomba y plena puertorriqueña de Cortijo y su Combo; y la cumbia y el vallenato colombiano de Calixto Ochoa. Y aparte de eso, un homenaje a los mambos de Tito Rodríguez. En fin, el número 6 de Roberto Roena y su Apollo Sound en La Hora Faniática.
La salsa no sólo se hizo en New York City. Es evidente que la ciudad de Nueva York y sus cinco condados ejercieron una fuerza tal en el desarrollo de la música, de forma muy superior al resto de ciudades del mundo. Había el potencial, la ilusión del Sueño Americano, y el encuentro de una generación de talentos en el momento adecuado en el lugar adecuado. Pero fuera de ese perímetro urbano también hubo acción en el estado de Nueva York. Los balnearios de las Montañas Castkill, por ejemplo, fueron lugares donde tocaron todas las orquestas de mambo y de pachanga, y hay grabaciones en lugares míticos como Woodstock. También hubo salsa en Rochester y de ello da fe la Orquesta La Muralla, de la que hablaremos hoy en La Hora Faniática.
Blackout quiere decir apagón y la historia de Nueva York registra dos apagones históricos: el de 1965 que duró 12 horas y nueve meses más tarde generó un baby boom, y el de 1977 que provocó innumerables saqueos y escenas de violencia. Pues con el nombre de Blackout Monguito Santamaría grabó un disco en 1969 y que fue lanzado al mercado al año siguiente. Pero la verdad es que la referencia es sobre un aspecto muy común en aquellos años en la ciudad, especialmente en el Bronx, un condado que sufrió lo indecible debido a la construcción de vías rápidas que forzaron el desplazamiento de la gente hacia otras zonas. Los constructores forzaban a los habitantes a abandonar sus casas con apagones de luz. Y eso se volvió cotidiano. Gracias a Carlos Durán y su excelente Sandunga Radio, hoy en La Hora Faniática, Blackout de Monguito Santamaría.
Aunque fue muy buen pianista, director de orquesta y compositor, a Louie Cruz se le recuerda por ser un gran arreglista. A él se le deben los arreglos de Vive y Vacila, Se Traba, Seguiré Sin Soñar, Cocinando, Vale Más un Guaguancó, Señor Sereno, Gracia Divina, Pueblo Latino, Bomba Carambomba, Panamá Soberana, Que Humanidad, Primoroso Cantar y Mañoño, entre muchísimos otros. Pero hoy hablaremos del artista integral, gracias a un álbum suyo de 1974, Coming Out, una pequeña joya de la discografía salsera de los años 70. Bienvenidos a La Hora Faniática.
En 1974 el cantante matancero Justo Betancourt grabó el álbum homónimo Justo Betancourt. Justo venía de triunfar con su disco y canción Pa' Bravo Yo, por lo que este trabajo fue conocido por la canción Sigo Bravo, de Tite Curet Alonso, y especie de continuación del anterior. Sería pues la confirmación de un estupendo sonero tanto individual como colectivamente, es decir con Johnny Pacheco, la Fania All Stars o la Sonora Matancera. Un trabajo romántico que, en manos de Jorge Millet y Larry Harlow, fue revestido de rumba y baile, y del que hablaremos hoy en La Hora Faniática.
Grabado a finales de 1980 y lanzado a comienzos del 81, Our Latin Feelings / Nuestro Sentimiento Latino, fue el primer disco en sociedad de Larry Harlow y Junior González, aunque ellos ya habían trabajado juntos desde 1973. Seis álbumes en total. Pero para ese momento Harlow ya tenía nuevo cantante, Néstor Sánchez, quien aquí hizo coros. De modo que este álbum era una especie de aval para la carrera en solitario de González de la que hablaremos más adelante. Esta es la historia de Our Latin Feeling / Nuestro Sentimiento Latino en La Hora Faniática.
Hacia 1975 Fania Records comenzó a tender puentes con otras empresas a fin de expandir sus productos. Los puentes consistían en coproducciones con otras casas discográficas, siendo la principal Columbia Records o CBS en Estados Unidos. Pero Europa no fue la excepción. Una serie de acontecimientos y de contactos acabaron en la producción de un disco curioso: Blonde Latin de la banda francesa W.R.L.C., coproducción de Fania Records, Les Editions Louis Gasté y Editions Please Music, con Jean Marc Bel como productor ejecutivo. Esta es la historia de Blonde Latin y de una banda muy curiosa en La Hora Faniática.
En abril de 1979 salió al mercado el disco El Pirata Del Caribe con el sello Tico Records y que fue el último disco de Joe Cuba al frente de una banda en la etapa de la salsa dura de Nueva York. Así finalizó Cuba su contrato con Tico, empresa que ya pertenecía a Fania Records. Un disco curioso, desde luego, porque la mayoría de canciones las escribieron cantantes y porque la propuesta musical era un tipo de salsa muy acorde a la de su tiempo, fuerte y contundente, alejada de aquellos tiempos del Joe Cuba Sextet. Un disco excepcional y del que hablaremos hoy en La Hora Faniática.
El tiempo del boogaloo coincidió también con el comienzo de la casa discográfica Fania Records, que encontró un campo expedito de músicos jóvenes en Nueva York para fichar y llevar a los primeros lugares de la escena a una generación brillante. De esa camada quedaron los que posteriormente serían integrantes de la Fania All Stars, pero otros grabaron poco y salieron de la escena principal de actividad. Años intensos, pues, pero llenos de talento y grandes creaciones. El conguero George Guzmán fue uno de estos últimos. Para la historia quedan dos trabajos: In Line e Introducing George Guzmán, su debut del que hablaremos hoy en La Hora Faniática.
A comienzos de 1973 Roberto Roena grabó con su Apollo Sound su disco número 5 y que fue titulado simplemente así, 5, para el sello International. Fania Records había creado International Records en 1968. La intención la decía su nombre: internacionalizar la compañía, especialmente en Puerto Rico. International estaba regentado en Puerto Rico por el empresario argentino Charles Tarrab y tenía una sociedad con Rafael Viera, representante de Fania Records en la isla. Tarrab fue el responsable de los grandes espectáculos de su tiempo en San Juan, entre ellos, el concierto de la Fania All Stars en el Coliseo Roberto Clemente en ese mismo año, 1973. O sea, una época decisiva era Roena, de quien hablaremos hoy en La Hora Faniática.
Joey in PR o Joey en Puerto Rico, de 1968, fue el cuarto disco de Joey Pastrana y su orquesta con el sello Cotique. Antes había grabado Let's Ball, Joey y Hot Pastrana. Era el tiempo de boogaloo, aunque no fue sólo un disco de boogaloo, también de jazz y música puertorriqueña. Decía Dana Torres, esposa de Joey, en el texto de la contracarátula que "Joey ha recibido un disco de oro y un trofeo por tener los récords de éxito más destacados en Puerto Rico este año. Desde el primer viaje de Joey a Puerto Rico hace dos años, se ha convertido en la banda de Nueva York mejor recibida para visitar allí". Y era verdad, todos querían ver a Pastrana en vivo y en directo porque sonaba muy bien, pero sobre todo porque su música era muy bailable y estaba de moda. Esta es la historia de Joey in PR en La Hora Faniática.
En 1977 Johnny Pacheco y Luis Angel Silva "Melón" grabaron un disco buenísimo, uno de los mejores que se hayan hecho en Fania Records y que fue todo un éxito. Llegó Melón estuvo 26 semanas en el Hit Parade latino. Al acabar el año fue el tercer disco más escuchado en Nueva York y el sexto en el área caribeña. Lógicamente eso dio pie para una nueva grabación del dúo, lo que se dio en 1981 con el álbum Flying High, que publicó el sello Vaya dos años después, en 1983. Esta es la historia de Flying High y de la relación entre el flautista, director y productor dominicano Johnny Pacheco con el cantante y educador mexicano Melón en La Hora Faniática.
El cantante puertorriqueño Baby González grabó en 1975 el disco Cocinando Salsa con la Orquesta Riviera para el sello Cotique. Se quejaba Chico Álvarez, su productor, en la revista Latin New York, que "hay genios musicales que casi nunca se mencionan cuando se habla de nuestra música... individuos particulares que, en mi opinión y en la opinión de Latin New York, nunca han tenido realmente la publicidad que deberían tener... Baby González es uno de estos individuos". En efecto, el disco no es muy conocido, ni lo ha sido años más tarde, pero hoy contaremos su historia en La Hora Faniática.
En 1968 nació técnicamente el sello Cotique. Digo técnicamente porque el plan de su creación ya lo tenían los productores judíos neoyorquinos George Goldner y Stan Lewis desde 1964 en su cabeza. Y el primer disco del sello fue The Groovy Sounds of The Gilberto Sextet, una banda joven de ascendencia puertorriqueña liderada por el pianista Gilberto Cruz. Y en efecto, como rezaba el título, la banda y el sello prometían estar en la onda juvenil latina del momento. Esta es la historia de Gilberto y su Sexteto, de The Groovy Sounds y del sello Cotique en La Hora Faniática.
El gran cantante Justo Betancourt grabó el álbum Leguleya No para el sello Fania en 1982, el cual sería su último trabajo en esta casa. Betancourt, al igual que otros músicos como Willie Colón, por ejemplo, tenía su propia productora y por eso fue en términos legales una coedición entre Fania Records y RMQ. De todas formas fue un título curioso proveniente de una canción del mismo nombre y que se refiere al verbo leguleyar, o sea hablar de leyes sin tener conocimientos profesionales. Leguleya No fue un álbum controvertido, no por su música, sino por sus protagonistas. De ello hablaremos hoy en La Hora Faniática.
Vuelve El Gigante fue un álbum alternativo para 1973. No lo parece hoy en día porque es un dechado de salsa pleno de guaguancó, mambo, son y descarga. Pero Charlie Palmieri, siempre innovador, combinó aquí lo acústico con lo eléctrico y eso no era habitual en la escena afrocaribeña de Nueva York. Lo era en el jazz y el soul, y Palmieri dio una lección perfecta de cómo se combinan ambos sonidos, lo tradicional y lo moderno y lo explosivo y lo pausado, con un saber hacer de trabajo en el estudio a la hora de editar y mezclar. Así que de este extraordinario músico, influyente y pionero, hablaremos hoy en La Hora Faniática con Vuelve el Gigante.
Grabado a finales de 1968 y lanzado al mercado a comienzos de 1969, ¡Ahí Na Má! / Put It There, fue un álbum sorprendente y bienvenido de Rafael Cortijo y su Bonche, publicado por el sello Tico Records. Se trató del segundo trabajo de Cortijo con su Bonche, tras Sorongo, hecho a comienzos del 68, y antes de Pa' Los Caseríos, de 1970. Fue un álbum de salsa, con una sonoridad que marcaría tendencia en los años siguientes y que, curiosamente, no entró en la moda del boogaloo. Hoy les contaremos la historia de ¡Ahí Na Ma!, de Cortijo y su Bonche en La Hora Faniática.
Grabado a comienzos de 1981 y publicado a mediados del mismo año, Social Change de la Fania All Stars fue el último de los proyectos que envolvieron el acuerdo entre Fania Records y la Columbia Broadcasting System, CBS, en 1976. En el lapso de este tiempo el equipo de ritmo de la Fania había colaborado en proyectos conjuntos y la propia Fania había grabado cuatro discos de salsa funky antes de este: Delicate and Jumpy en el 76, Rhythm Machine en el 77, Spanish Fever en el 78 y Cross Over en el 79. Hoy contaremos la historia de Social Change en La Hora Faniática.
Vinieron, triunfaron y desaparecieron. Las bandas juveniles latinas poblaron Nueva York a finales de los años 60, entusiasmadas por el fenómeno Beatles, por la cantidad de grupos vocales afroamericanos de Doo Wop, y por el boom del boogaloo, una expresión latina y al mismo tiempo crossover en la que se sentían cómodas. De modo que fueron decenas y a razón de ocho o nueve músicos por banda, fue más de un centenar de chicos que conformaron bandas como The Latinaires. Hoy en La Hora Faniática te contaremos la historia de esta agrupación en particular, una historia cien por cien nuyorican.
Fue el cuarto álbum del sello Fania Records, creado por Jerry Masucci y Johnny Pacheco y que comenzó lanzando grabaciones de este último con su conjunto. Fania ya había hecho Cañonazo, At the NY World's Fair y Te Invita a Bailar, antes de hacer este que se tituló Johnnhy Pacheco his Flute and Latin Jam. Fue una sesión de descarga al estilo del que habían hecho en Alegre Records y por esos días se hacía en el sello Tico. A partir de este disco la firma comenzaría su ampliación de catálogo con nuevos artistas como Louie Ramírez, Larry Harlow y Bobby Valentín. Fue un disco especial, sin duda, y hoy objeto de culto de coleccionistas y melómanos. Y esta es su historia en La Hora Faniática.
La Delonix regia o royal poinciana puede alcanzar los 15 metros de altura. Su copa tiene forma de sombrilla y es muy ancha comparada con la altura del árbol. Claro, tiene muchas hojas, más de mil y florece desde la primavera hasta comienzos de otoño, dando frutos durante todo el año. Delonix regia deriva de dos palabras griegas que significan garra conspicua, en referencia a la forma de los pétalos. El nombre de la especie significa real o excepcional. También se le conoce como flamboyán. Y ese es el tema que nos trae hoy aquí, no el botánico, sino el nominal. La Orquesta Flamboyán, cuyo segundo disco en 1969 sigue siendo hoy todo un suceso que describiremos en esta Hora Faniática.
1968, como todos saben, fue un año de explosión juvenil. Mayo del 68 con sus manifestaciones en Paris y México marcaron ese espíritu de rebeldía que venía acusado por la Guerra de Vietnam, una serie de hechos represivos en los gobiernos hispanoamericanos, y que desencadenó actos simbólicos como el Black Power en los Juegos Olímpicos o los diferentes festivales de rock y canción, cuyo máximo exponente fue Woodstock al año siguiente. En ese clima de rebeldía juvenil aparecieron diferentes bandas en el Nueva York latino ofreciendo una música alejada del bolero de antaño y cercana al soul. El boogaloo sólo fue uno de tantos estilos que surgieron con estos músicos. Hoy hablaremos de uno de ellos, The Lat-Teens en La Hora Faniática.
El álbum de Ray Rodríguez and Orchestra Duro, Survival, fue uno de los últimos discos (de la serie 1400) que se hizo con la firma de Tico Records. Sucedió en 1979. Tico había sido adquirida por Jerry Masucci a Morris Levy cuatro años atrás y Fania la usaba para mantener en activo a estrellas de la talla de Tito Puente, Ismael Rivera o Joe Cuba, y para hacer discos recopilatorios de un catálogo inmenso. Eran poquísimos los nuevos artistas que grababan con Tico en tiempo de Fania. Uno, por ejemplo, Carlos Santos; otro, La Muralla; y otro, Ray Rodríguez y Duro. Bienvenidos entonces al sonido de Ray Rodríguez en La Hora Faniática.
Sucede en 1973. Ralfi Pagan, una de las estrellas jóvenes de la compañía Fania, el chico de la voz dulce y delicada que era capaz de abrir caminos para la música latina entre el mundo anglosajón, graba un disco que lo aproxima a lo latino con su nombre, Ralfi, no Ralph. Y los músicos que lo acompañan son una mezcla de latinos veteranos y jóvenes del ambiente soul y jazz de Nueva York. El resultado es brillante. Una maravilla que refuerza el estilo de Pagan, fresco y juvenil, romántico, pero funk, una voz de soprano con un acento un poco falsete, y a veces con un tono de silbido que parecía femenino. Ralfi Pagan hoy en La Hora Faniática.
A finales de 1979 Fausto Rey y Larry Harlow grabaron el disco La Responsabilidad con una carátula diseñada y fotografiada por Lee Marshall. El álbum se lanzó a comienzos de 1980 y entonces se dijo: "Este LP podría ser un producto muy exitoso para Fania Records, en especial si se comercializa correctamente. Y no creo que se esté haciendo así, porque el único tema que suena en la radio (La Responsabilidad) no tiene los ganchos comerciales que tienen los otros temas". Y en realidad no funcionó como era debido. Pero ¿sería esa la razón? Escuchemos la música y conozcamos su historia en La Hora Faniática.
En 1979 ese genial músico que fue Louie Ramírez grabó el disco Salsa Progresiva. Como la fórmula de Louie Ramírez y sus Amigos de 1978 le había dado resultado al incluir a varios cantantes, la volvió a poner en práctica en este LP. El mismo contaba que "Como yo no tenía una banda, tenía acceso a cualquier artista, pues de ahí salió el concepto de Louie Ramírez y sus Amigos, y con la instrumentación que yo quería". En fin, que su idea se cristalizó en este proyecto de corte experimental, donde él pudo dar rienda suelta a un factor que también lo hizo famoso: ser multi-instrumentista. En La Hora Faniática de hoy, Louie Ramírez con Salsa Progresiva.
Un homenaje al rey Tito Puente a cargo de dos de sus cantantes, Santos Colón y Meñique, que para el año en que se hizo, 1973, eran estrellas de la música latina por méritos propios. ¿Por qué en ese momento? Porque en abril de ese año, cuando el disco salió al mercado, Tito Puente cumplía años y celebraba 25 años de carrera musical, una carrera laureadísima por cierto. Tito era "El rey de la música latina" sin discusión posible y todo el mundo le rindió pleitesía en un año donde se presentó en el Carnegie Hall y lanzó un disco con su orquesta de concierto. Pero el álbum de Santos Colón y Meñique, Long Live The King, esconde más historia que veremos en La Hora Faniática.
Grabado y publicado en 1968, Let's Turn On - Arrebatarnos, fue el tercer disco de Bobby Valentín con el sello Fania y el cuarto de su carrera musical, pues había hecho uno con Fonseca, reeditado poco antes de este trabajo. En pleno furor del boogaloo, es natural que Let's Turn On estuviera metido de lleno en el ritmo de moda, pero lo que hizo Valentín fue equilibrar lo nuevo con lo más bailable tradicional, es decir con el mambo. Fue una manera de decir que ambos ritmos eran ardientes, frenéticos y arrebatadores. Esta es la historia de Let's Turn On en La Hora Faniática.
Es un disco que en su momento, 1966, pasó como uno más en medio de la enorme cantidad de álbumes que prensaba la compañía Brandson Music, y la gran cantidad de discos de este tipo de latin jazz. De hecho, se le consideraba exótico porque se trataba de un pianista belga con nombre ruso. Pero con el paso de los años New Sound In Latin Jazz de Vladimir Vassilieff and his Orchestra se ha convertido en disco de culto, su edición original en stereo y en mono bastante codiciada por coleccionistas, y su sonido base de samples y recopilatorios. Hoy les contamos la historia de Vladimir en La Hora Faniática.
En 1976 Cheo Feliciano había dejado Nueva York para radicarse definitivamente en San Juan de Puerto Rico. El artista ponceño, además, llevaba más de un año sin grabar y su obra más reciente la había hecho en Buenos Aires, y era de boleros y no de salsa. Así que necesitaba volver a su público en disco, pues en vivo y en directo si que se le veía bastante. De allí haber titulado su álbum de ese año, The Singer, y la canción estrella, Canta. Era toda una declaración de principios para un artista de esos que en el Caribe se llaman "querendones". Hoy hablaremos de The Singer en La Hora Faniática.
En 1968 la fiebre por el boogaloo estaba desatada en todo el mundo latino, pero especialmente en Nueva York, donde el estilo bailable inundaba las discotecas americanas blancas y negras. Había músicos que tenían más impacto entre estas comunidades como Pucho Brown o Joe Cuba, y músicos que eran mejor recibidos entre los latinos como Pete Rodríguez, ya para entonces conocido como el rey del boogaloo, en gran medida por la canción Soy el Rey, incluido en su famosísimo I Like It Like That. Pues en ese 1968 lanzó al mercado con el sello Alegre su disco Latin Soul Man, que intentaba mostrar que él era más que boogaloo. Y la verdad es que escuchando temas como Me o A Little Thing, tenía razón. Lo único es que Pete no era solamente Pete, era todo un grupo que trabajaba bien si estaban unidos. En fin, esta es la historia de Latin Soul Man de Pete Rodríguez y su Orquesta en La Hora Faniática.
Un músico de Panamá que se la pasaba viajando y estableciéndose en un lugar y en otro, una banda contratada solamente para esta grabación, unas cintas que pasaron más horas en un avión que un estudio, un disco que se grabó en tres estudios de dos ciudades. Todo esto fue Pura Salsa, el disco de Camilo Azuquita de 1975 para el sello Vaya. Una carátula Izzy Sanabria que asociaba el concepto musical con el concepto gastronómico de la salsa, y la labor de los ingenieros Bernie Fox, Bobby Blank y Dominic Costanzo bajo la batuta de Bobby Marín. Todo eso fue Pura Salsa, un disco muy particular de salsa funk del que hablaremos hoy en La Hora Faniática, agradeciendo a Sandunga Radio.
En 1973 Willie Colón lanzó el noveno álbum de su carrera, todos los anteriores con Fania Records, todos con su compañero de fórmula, Héctor Lavoe. Es posible que Lo Mato, que así se tituló, sea el mejor disco de esta pareja de artistas icónicos. Todas las canciones son conocidas y la mayoría de ellas han pasado de un recopilatorio a otro durante años. Alguna es además símbolo de la imagen de gánster de Colón (Calle Luna Calle Sol) y otra es símbolo de la ironía de la vida de Lavoe, siempre lleno de éxitos y tragedias (El Día de Suerte). Un álbum cuya historia contaremos hoy en La Hora Faniática.
Grabado en los Impact Sound Studios de Nueva York en 1967 y publicado ese mismo año, El Exigente fue el tercer disco de Larry Harlow con el sello Fania y en el que utilizaba un tercer cantante, Ismael Miranda, quien parecía ser su apuesta definitiva. El álbum tuvo como ingeniero de sonido a Richard Alderson, y aunque Harlow adoraba el trabajo en estudio, el supervisor de grabación fue Johnny Pacheco. Esta es la historia de El Exigente y la llegada a la fama de Larry Harlow en La Hora Faniática.
Producido por Louie Ramírez, con Johnny El Dandy Rodríguez como director de grabación, y Jon Fausty como ingeniero de sonido en La Tierra Sound Studios, La Típica 73 grabó en 1977 el álbum Los Dos Lados de la Típica 73, su obra más conceptual y más cercana a lo que en los sellos de los hermanos Cayre (Caytronic, Merricana y Salsoul) hacían bandas como el Grupo Folklórico y Experimental Nuevayorquino. La Típica se tomaba muchas concesiones y como el público la seguía con fidelidad, Fania Records y su filial Inca, no tuvieron inconveniente en complacerla. De allí este álbum del que hablaremos hoy, con la colaboración de Sandunga Radio, en La Hora Faniática.
Hubo un tiempo en que en Fania Records sólo se quería hacer dúos de estrellas. Pacheco y Laserie, Barretto y Celia, Ismael Quintana y Papo Lucca, Ismael Miranda y la Sonora Matancera, y dos reencuentros de viejas sociedades: Colón y Lavoe en Vigilante, y Johnny Pacheco y Pete El Conde Rodríguez en una serie de títulos que serían los siguientes: De Nuevo los Compadres, Johnny Pacheco y El Conde, Salsobita y Celebración. Era sin duda una fórmula ganadora, pues ambos se entendían a la perfección. Hoy contaremos la historia del primero de esos álbumes, De Nuevo los Compadres en La Hora Faniática.
En 1975 Ángel Canales sacó al mercado el álbum Sabor. Sabor era el nombre de su banda y lo había inspirado una canción que grabara con el conjunto de Markolino Dimond en 1971, Tiene Sabor. "Mi conjunto tiene ritmo, mi conjunto tiene sabor". Este fue un disco muy personal, como lo certifican el tema que le dio título, Sabor Los Rumberos Nuevos, o frases de otras canciones, como: "Yo nací en Puerto Rico y en Nueva York me crié...", "Eres sol de mi vida...", o "Que yo me inspiro aquí con mi canto para que puedan gozar...". Fue el detonante de un estilo también muy personal y que convirtió a Canales en un personaje atípico y singular en la escena latina de los años 70. En La Hora Faniática de hoy, el singular y sinigual Ángel Canales.