Prédicas para crecer tu fe
En este episodio tuve el honor de conversar con mi gran amigo Luis Ortiz, empresario y pastor residente en Orlando, Florida.Un verdadero mentor no solo corrige; transforma tu manera de pensar y te guía para adoptar las ideas correctas que te llevarán al éxito en cada área de tu vida. Todos necesitamos una meta clara, tomar decisiones sabias y mantener equilibrio en todo lo que hacemos.
En este episodio de Conversando con Cash Luna, tengo el privilegio de dialogar con un gran amigo y líder inspirador: Iván Vindas.La vida constantemente nos presenta desafíos. Lo importante no es evitarlos, sino aprender a transformar nuestra mentalidad para superarlos con fe, convicción y sabiduría. La crítica, las emociones intensas o los obstáculos no deben ser más grandes que nuestra determinación de avanzar.
¡Bienvenidos al primer episodio de Conversando con Cash Luna!En este estreno, tengo el privilegio de conversar con Carlos Villacrés sobre un tema que puede transformar tu vida: El poder de un mentor.Descubre cómo un mentor puede influir poderosamente en tus decisiones, ayudarte a adquirir sabiduría y llevarte a alcanzar tu máximo potencial. Un verdadero mentor no solo enseña, sino que impulsa, reta y revela caminos que jamás podrías imaginar por tu cuenta.
No dejes que el miedo te impida avanzar hacia las promesas que Dios ya ha declarado para tu vida.
No sé en qué parte de tu salmo estás escribiendo, pero estoy seguro de que al final glorificarás a Dios.
El hecho de que tengas al Espíritu Santo te capacita para luchar batallas que otros no pueden enfrentar.
No basta solo con pedirla, debemos preparar nuestros corazones para toda la Unción que Dios quiere depositar en sus hijos.
Hay personas a tu alrededor que necesitan lo que Dios ha depositado en ti para bendecirlas. Ve por ellas.
Como padres, debemos actuar en fe y no dejarnos dominar por el miedo. Que nada te robe la oportunidad de ver la mano de Jesús mostrarse sobre ti y sanarte.
La sabiduría es la correcta aplicación del conocimiento, ciencia, inteligencia, consejo, principios y valores de Dios, para la toma de decisiones de nuestra vida.
Muchas veces, somos nosotros mismos quienes nos dirigimos hacia la escasez. Por eso, es fundamental aprender a movernos en la dirección correcta.
Para poder caminar en las alturas que Dios desea para nosotros, es necesario primero aprender a caminar.
Debes soltar tu pasado, vivir tu presente y confiar en Dios que tiene un mejor futuro para tu vida. Siempre estamos manejando los tres tiempos, pasado, presente y futuro.
Procuremos vivir una vida sin apegarnos o aferrarnos a las cosas y aún a las personas. Todo lo que tenemos, lo tenemos prestado.
El Reino de los cielos es semejante a hombres que han perdido algo, que saben cómo resistir y recuperarse de lo que se perdió. Empieza a preparar la fiesta, porque vamos a recuperar lo perdido.
Dios no recuerda tus pecados, pero jamás olvida tu adoración y servicio.
Dios no nos llamó a vivir en frustración, aunque esta sea parte de la vida. Nos llamó a la plenitud, pues fuimos creados por Él y, aún más, somos sus hijos.
Si pasamos por pruebas, que nos vean arrodillados buscando a Dios. Hay que levantar a nuestros hijos, dando el ejemplo, sin importar la situación que estemos atravesando.
Un milagro no me lo puedo ganar, pero sí lo puedo provocar. Dios tiene tanto poder que una gota del Espíritu Santo es más poderosa que cualquier otra cosa en el mundo.
Te animo a que decidas perdonar y, si tienes dudas, piensa lo que Dios te ha perdonado. Seguramente eso te motivará a soltar aquello que has tenido atado en el alma.
Para realizar grandes proezas, Dios necesita que, así como confiamos en Él, también aprendamos a confiar en nosotros mismos.
Dios no dijo: “los voy a amar cuando sean santos”. Él dijo: “de tal manera los he amado, que di a mi hijo Jesús por ustedes”, y eso no tiene nada que ver con la religión. No es suficiente que creas que eres un hijo de Dios, sino que tengas la revelación que eres un hijo amado de Dios.
El amor de Dios es tan inmenso que no necesitó decir que nos ama; lo demostró con sus acciones y no esperó a que fuéramos mejores para amarnos, nos amó siendo los peores.
El valor de las cosas se refleja en el precio, y la sangre de Cristo fue lo que Dios pagó por tu vida, valórate por el derecho de ser un hijo de Dios.
Jamás le quites el lugar al Señor de tu vida. Cuando la riqueza se sienta en el trono que corresponde a Dios, corrompe y destruye a quien la puso en ese lugar.
La presencia del Señor te quitará toda tristeza, dolor, depresión, angustia y todo lo que te este afanando. ¡Búscalo constantemente!
Cuando actúas por fe, no importa si alguien te quita algo, porque aún tendrás la fe con la que lo conseguiste.
No te acuestes preocupado, si no confiado porque el que confía en Dios es bendecido hasta en sus horas de descanso.
El dinero no garantiza que no te falte nada, sólo Dios te asegura un buen futuro.
No vale la pena afanarnos si reconocemos que tenemos un Dios de milagros, aprendamos a confiar en Él. Desconcéntrate del afán de la vida y verás todo lo que Dios tiene para ti.
La presencia del Señor te quitará toda tristeza, dolor, depresión, angustia y todo lo que te este afanando. ¡Búscalo constantemente!
Debemos de aprender lo que Dios dice acerca de las riquezas para que así no nos puedan engañar diciendo que son buenas o malas.
La Palabra de Dios tiene efecto en tu vida cuando la escuchas con fe, de lo contrario es un fruto perdido.
Cuando tú crees que algo va a suceder el Espíritu de Dios trabajará en ti, pero si no crees, no encontrarás el cómo hará el Espíritu Santo tu milagro.
Hay temporadas que no se pueden evitar, pero con la ayuda de Dios puedes enfrentarlas de mejor manera. Si quieres mejorar tu temporada, debes realizar sacrificios y confiar en Dios.
Ablanda tu corazón, cree y confía en la maravillosa economía del Señor que se basa en la generosidad. Dale gracias por todas Sus bendiciones y por comprarte sin dinero. Entrégale tu vida que adquirió con lo más valioso que existe, la sangre de Su Hijo Jesucristo.
La vida está llena de altibajos. Hay momentos muy buenos o malos, pero de una u otra forma terminan en victoria si actuamos por fe.
Aunque estés pasando por una prueba, ten la certeza de que el Señor te sacará de ahí y te bendecirá.
Si te has alejado porque pecaste, Dios te da la oportunidad de restaurarte y tomar de nuevo tu lugar.
Madre no temas por el futuro de tus hijos, oriéntalos para que busquen a Dios en todo tiempo.
El Señor es bueno y con Sus mandamientos nos recuerda que obrando con justicia recibiremos bendición.
Que tu trabajo no haga que dejes de depender de Dios, Él es tu Padre Celestial.
Jesús es el más interesado en que estemos y que vivamos bien. Si Él se encargó de llevar todas nuestras cargas en la cruz, no tenemos ninguna necesidad de seguir llevándolas nosotros.
El Yo Soy habita en nosotros. Él es el Creador, el Verbo hecho carne y Su Palabra incorruptible nos hizo nacer de nuevo. Creamos en Su Palabra, hablemos Su Palabra, confesemos Su Palabra y vivamos Su Palabra.
Busca cambiar tu actitud para poder llevar la carga, haz todo con ese primer amor y compromiso que te da nuevo impulso y motivación. Dale gracias porque Él da descanso a tus emociones y a tu alma.
Jesús nos llama a poder ser parte de Su banquete, pero es decisión nuestra aceptar la invitación o rechazarla. El Señor nos ha elegido para servirle. ¡Él te está llamando para llevar Su nombre!
Él cumple pero la abundancia de bendición depende de tus decisiones. Pídele que te enseñe a escoger siempre lo correcto, bueno y santo
Seamos obedientes y sigamos el llamado del Señor. En Su gloria y en Su gracia hay bendición. Cualquiera que sea tu servicio, eres un hijo de Dios, bendecido y lleno de Su Espíritu Santo.
Debemos ser personas que hablan con fe, porque Dios en su Palabra nos menciona que lo que digamos creyendo nos será hecho. Te invito a hablar bendición para nuestras vidas.
Dile al Señor que le obedecerás, darás pasos de fe y lograrás desencadenar las bendiciones que Sus manos han preparado para ti. Dale gracias por Su Palabra y la de tus Pastores que desde ahora serán las tuyas, llenas de optimismo y fe en el futuro.
Jesús es un Rey que vino a servir y no a ser servido. ¿Qué te ha hecho Jesús para que no le sirvas? Jesús no sirvió para llegar a ser grande, sino porque ya era grande. ¡Servir es de reyes!