Entradas de historia económica desde el Paleolítico a la actualidad.
El capítulo de hoy se titula: la manía de los tulipanes y otros delirios multitudinarios. En él voy a contaros tres episodios grotescos que involucraron a Holanda, Francia e Inglaterra, respectivamente, durante los siglos XVII y XVIII. Los tres están ubicados históricamente en el nacimiento del capitalismo y pudieran parecer cosa antigua y extravagante que no puede repetirse en nuestra época, con público bien informado en una sociedad protegida por instituciones sanas y el conocimiento de su Historia.
www.priekonomio.com Tras un rápido avance de los musulmanes quedaron escasas zonas en manos de “decenas de asnos salvajes” (que fue lo que dijeron entonces los moros respecto a los cristianos). Está claro que hubo desinterés por estos rebeldes y los riscos en los que se protegían, así que no mereció la pena luchar contra ellos. Craso error por su parte, porque esta panda de insurrectos fueron el origen de una resistencia que acabó, muy poco a poco, minando el terreno musulmán a favor del cristiano. BIBLIOGRAFIA -Apuntes de Historia Económica Bernardos Sanz, José U.; Hernández, Mauro y Santamaría Lancho, Miguel UNED -Historia económica de España Agustín González, Juan Manuel Matés, Coord. Editorial Ariel Economía. 2013 -Historia económica de España. Siglos X-XX Francisco Comín, Mauro Hernández, Enrique Llopis, Eds. Editorial Crítica. 2018 -Cataluña en España. Historia y mito Gabriel Tortella, José Luis García Ruiz, Clara Eugenia Núñez, Gloria Quiroga Editorial Gadir. 2018 -Breve historia de España I. Las raíces Luis E. Íñigo Fernández Ediciones Nowtilus, 2010 -Breve historia de España Fernando García de Cortazar, J. Manuel González Vesga Alianza editorial, 2017 -El desarrollo de la España contemporánea Gabriel Tortella, Clara Eugenia Núñez Alianza editorial, 2011 -Godos de Hispania León Arsenal Edaf, 2013 -La gran aventura del reino de Asturias José Javier Esparza La Esfera de los Libros, 2009. -Moros y cristianoa José Javier Esparza La Esfera de los Libros, 2011 -Santiago y cierra, España José Javier Esparza La Esfera de los Libros, 2015
www.priekonomio.com Durante el siglo XVII, de principio a fin, en unos cuantos focos culturales europeos se produjo lo que se ha denominado Revolución científica, durante la cual se fundaron los principios científicos que hoy llamaríamos clásicos. La importancia del avance de la ciencia en esta época, de una forma muy parecida a los grandes filósofos griegos del mundo antiguo, consistió en que unos pocos nombres fueron capaces de razonar y ver el mundo de forma distinta a la regla establecida, para llegar a nuevas verdades que mediante la observación y la razón expulsaron a teorías en vigor apoyadas únicamente en creencias. La Iglesia, Aristóteles y Ptolomeo dejaron de ser el patrón con el que medirse en física, y curiosamente de forma principal en astronomía, quizás el campo de batalla más reñido que hubo en la época. BIBLIOGRAFIA La riqueza y la pobreza de las naciones (por qué algunas son tan ricas y otras son tan pobres) David S. Landes Editorial Crítica, 2015 La evolución de la tecnología George Basalla Editorial Crítica, 2011 Breve historia del saber, la cultura al alcance de todos Charles Van Doren Editorial Planeta, 2006
Durante la época prehistórica tardía se logró una expansión del inventario de materiales a disposición de los artesanos. A los materiales antiguos, como la piedra, madera, hueso y fibras vegetales o animales, se le añadieron el cobre, bronce, oro, plata, estaño, ladrillo y cerámica. Estas adiciones exigieron trabajar y modificar los procesos de trabajo de estas sustancias naturales (minerales y arcilla) antes de que fueran útiles para su uso. Hubo que idear procesos nuevos, como la forja del metal y el moldeamiento y cocción del barro. A su vez, estas innovaciones estimularon la invención de toda una gama de instrumentos necesarios para transformar los materiales.
La entrega de hoy se va a centrar en dos siglos de la historia estrictamente europea, los años que van de 1450 a 1650. En ellos dio tiempo para conocer un nuevo ritmo de difusión de la cultura a través de la imprenta de tipos móviles de Gutenberg, que ayudó a avivar un fuego de cambios religiosos en gran parte de Europa: la reforma protestante, con Lutero y Calvino, por un lado, y la iglesia anglicana, por otro. Los cambios de fe alimentaron las guerras de religión, con reyes españoles por delante, dispuestos a gastarse hasta la última onza de plata que obtenían de América para convertir a estos monarcas en adalides de un concepto con un nombre feísimo: “la contrarreforma”. La consecuencia de éste y otros errores convirtieron al país en el furgón de cola de una Europa occidental que se estaba preparando para el desarrollo. BIBLIOGRAFIA Historia económica mundial (desde el Paleolítico hasta el presente) Rondo Cameron, Larry Neal Alianza Editorial, 2015 Historia económica mundial (de los orígenes a la actualidad) Francisco Comín Comín Alianza Editorial, 2013 Apuntes de Historia Económica Bernardos Sanz, José U.; Hernández, Mauro y Santamaría Lancho, Miguel UNED La riqueza y la pobreza de las naciones (por qué algunas son tan ricas y otras son tan pobres) David S. Landes Editorial Crítica, 2015 Introducción a la Macroeconomía Francisco Mochón Editorial Mc Graw Hill, 2009 Cuando el hierro era más caro que el oro Alessandro Giraudo. Editorial Planeta, 2016 Historia Económica Mundial. Siglos X-XX Francisco Comín, Mauro Hernández, Enrique Llopis, Eds. Editorial Crítica. 2010
En esta entrega voy a narrar la fabulosa gesta que protagonizaron portugueses y españoles durante finales del siglo XV y el siglo XVI, coincidiendo con el final de la Edad Media y el principio de la Era Moderna. Aunque quizá no fue ninguna coincidencia y lo que sucedió fue lo más lógico. Voy a hablar con el máximo respeto sobre lo que ocurrió entonces, pero sé que el tema es polémico y puedo levantar ampollas. Vayan por delante mis excusas. La importancia de lo logrado por estos aventureros es vital para el desarrollo del mundo que conocemos y no podía dejarlo a un lado ni tratarlo de puntillas.
La banca, desde sus formas más primitivas, probablemente sea el segundo oficio más antiguo del mundo. Su existencia es muy anterior a la moneda y como muy tarde, surge en cuanto las sociedades empezaron a organizarse en núcleos urbanos en torno a centros de influencia política y religiosa, con gente arriba y gente abajo. Como suele suceder en Historia, aunque sea económica, me temo que hablaremos más de la parte de arriba que de la gente de abajo.
La epidemia de peste que recorrió el mundo conocido a mediados del siglo XIV supuso un punto de inflexión para la historia europea occidental, cuando a partir de entonces el sistema feudal acabó de resquebrajarse y hubo un cambio en las mentalidades que prepararon el camino al Renacimiento que surgió en Italia.
La consecuencia del crecimiento urbano fue la aparición de mercados locales y regionales con infinitas transacciones diarias, modestas a escala individual, pero muy importantes por su número y continuidad. Esto era posible gracias a la ampliación de la base social capaz de consumir y producir mercancías, primero en los circuitos comerciales cercanos y después en los remotos. Se inició con esto una época de consumo y comercio de masas y consiguientemente un aumento masivo de la demanda.
A partir del año 1000 se produjo, prácticamente a nivel mundial, un período de crecimiento económico que se extendió durante tres siglos, hasta la llegada de la Peste Negra, a mediados del siglo XIV. Por centrarnos en Europa Occidental, veremos que aquí confluyeron diversos factores que permitieron dicho auge: transformaciones agrarias, expansión del territorio, crecimiento demográfico, resurgir de las ciudades, auge comercial y financiero y nuevas formas de organización empresarial.
Las primeras compilaciones históricas del islam se escribieron 200 años después de la muerte de Mahoma. Incluso el Corán se pasó a limpio, como pronto, 20 años después de su muerte y hay quien sostiene que pudieron ser muchos más años. Por tanto, respecto a lo que sabemos del nacimiento de la civilización musulmana, como sucede con Roma, o con el cristianismo, nunca hay que olvidar que la historia la escriben los vencedores; algunas veces, bastante después de los hechos descritos y como siempre en Historia, adornando unas partes y afeando otras.
Durante la Edad Media se produjeron mejoras tecnológicas que condujeron al hombre a un mayor dominio de su entorno: el aumento de la capacidad de tracción de los animales de labor, la introducción de un nuevo tipo de arado, la generalización del uso de la rueda hidráulica y finalmente del molino de viento, la difusión del empleo de instrumentos de hierro y la multiplicación de labores en unas mismas parcelas.
El trabajo forzoso, sea por esclavitud o servidumbre, es tan antiguo como el ser humano; existe desde el Paleolítico y ha evolucionado de diversas formas a lo largo de la Historia, dependiendo del momento económico. Existía, y existe, la servidumbre individual —más asociada al esclavismo— pero también la colectiva, cuando pueblos enteros, o clanes, eran vencidos y pasaban a ser siervos a los que se concedían ciertos derechos, como poseer algunas tierras, mantener a sus familias o conservar su religión.
Tras la descomposición del Imperio romano en Occidente, la vida en Europa occidental se hizo, durante un largo período, descentralizada, localizada y limitada. Aquello debió ser un “sálvese quien pueda” y un “desgobierno”, en el que cada mástil, a nivel local, aguantaba su vela; porque la autoridad central, corrupta e ineficiente, carecía de mecanismos y de credibilidad para imponer orden. Gran parte del origen y las características sociales del medievo ya surgieron casi doscientos años antes, cuando el emperador Diocleciano creó una burocracia extrema que supuso unos impuestos insufribles a la vez que ató a los siervos a la tierra que trabajaban y gestó el origen de los gremios, tan importantes tanto durante la Edad Media como la Moderna.
Tras la desmembración del Imperio macedonio, Egipto quedó en manos de Ptolomeo I, que fraguó para la ciudad un proyecto aún más ambicioso que el de Alejandro: convertir a Alejandría en la capital del mundo en lo referente al comercio, la cultura y la inteligencia. Junto a su palacio construyó un Museum, o Templo de las Musas, que era el equivalente a una universidad moderna, a través de la cual, Alejandría reemplazaría a Atenas como capital mundial de la cultura y se convertiría en el hogar de la ciencia durante los mil años siguientes.
Seguimos con el viaje del conocimiento que, en el capítulo pasado, en su primera etapa, partió de Mesopotamia para pasar primero por Egipto para arribar en Jonia, desde donde se proyectó hacia toda Grecia, incluida la Magna Grecia, que incluía el sur de Italia, donde se asentaron los pitagóricos y Sicilia. Como consecuencia de factores políticos, Atenas quedó como principal agente social y cultural de occidente y allí floreció la filosofía en torno a grandes hombres que, en su preocupación por todas las cosas, también abordaron los estudios científicos. Aunque veremos que muy a su manera.
Durante este capítulo y los dos próximos, haré un alto en este camino más o menos secuencial que estoy trazando, para hacer una recapitulación, que creo que es importante, sobre la evolución del conocimiento. Desde mi punto de vista, no se puede hablar de Historia ni de Economía, si no se va teniendo siempre en cuenta la evolución del Conocimiento y con ello de la Innovación.
Durante el episodio, me centraré en el aspecto político de la construcción de las distintas iglesias que se formaron al final del Imperio de Occidente y la Alta Edad Media europea, sin entrar en ningún debate ideológico ni de creencias. Aunque formalmente abandonamos Roma hace dos capítulos, veremos que queda Roma para rato, tal fue y sigue siendo su influencia. Así que tendremos que seguir hablando de ella durante varios episodios más.
En este capítulo repasaré aspectos económicos que van ligados a la inflación y los impuestos en el mundo antiguo. Lo haré a través de tres historias que van desde Sumer a Roma, pasando por la Sicilia de la Magna Grecia. Como veremos hoy, los sucesos económicos recientes son tan antiguos como la historia y, parte de lo que os contaré aquí, parece sacado de recortes de prensa de los últimos años.
Durante el Bajo Imperio, las clases medias se extinguieron lentamente y sólo quedaron dos clases: los honestiores (terratenientes, obispos, generales y altos funcionarios) y los humiliores (artesanos empobrecidos y campesinos atados a la tierra). De urbes dinámicas, bulliciosas y abiertas se pasó a un mundo de ciudades en ruinas, caminos descuidados e inseguros que nadie se atrevía a transitar y campos que apenas producían lo necesario para alimentar a sus labradores.
El Principado Romano abarca desde el acceso de Augusto al poder absoluto, en 27 adE, hasta la llegada de Diocleciano, en 284 dE. Esta época también es conocida como Alto Imperio Romano. Fue una especie de monarquía colegiada en la que el príncipe acumulaba, de forma vitalicia, los mismos poderes que había tenido Julio César. Con tal concentración de poderes, especialmente en el ejército, podemos hablar de una autocracia del poder militar.
La monarquía se fue de Roma para no volver más, aunque sólo en apariencia, porque el Imperio que llegó tras la República no era monarquía, debido a que este apelativo se consideraba políticamente incorrecto, pero ya habrían querido los Tarquinos haber tenido tanto poder como el que acumularon luego los emperadores. La que sí acabó yéndose para no volver fue la República, culpable de sus contradicciones, y al final sumida en la alternancia entre guerras civiles y crueles represiones.
Roma fue fundada en el siglo VIII y durante el siglo y medio siguientes, no pasó de ser una comunidad de agricultores y ganaderos paletos que ejercían simultáneamente de campesinos y soldados temporeros, organizados en asambleas donde se escogía al rey de turno, que actuaba como sumo sacerdote, general y juez, pero sin apenas distinción respecto al resto de ciudadanos de la comunidad. Era la época de los reyes agrarios, todos de origen latino y sabino. Los Tarquinos fueron los reyes mercaderes. Una dinastía con una sucesión más o menos hereditaria. A diferencia de los reyes agrarios, se centraron en el poder temporal de política y guerras, para lo cual necesitaron la colaboración de la industria y el comercio, en manos de sus paisanos etruscos.
Separada totalmente de la evolución cultural greco-latina de Occidente, el desarrollo en China nunca se quedó atrás. En general, los chinos alcanzaron bastante antes que los occidentales un desarrollo muy alto de la técnica y la ciencia. Por ejemplo, cuando Carlomagno comenzó a acuñar sus primeras monedas de plata, ya los chinos usaban el papel moneda.
Desde este primer milenio adE, los imperios han sido una constante que aún perdura y el que no crea un imperio es porque no puede, o porque lo tuvo y se lo arrebataron en su día, o se le desbarató entre las manos a consecuencia de su propia grandeza; y lo que la historia parece querer enseñarnos es que todo imperio, igual que aparece, desaparece o se descompone.
El dinero es cualquier cosa que la gente esté dispuesta a utilizar para representar de manera sistemática el valor de otra cosa en el intercambio de bienes y servicios. Fue inventado muchas veces y en muchos sitios y, conforme las sociedades se hacían más complejas, no le quedó más remedio que evolucionar hasta que al final se convirtió en un sistema de confianza mutua, creada sobre una red muy compleja y a muy largo plazo de relaciones políticas, sociales y económicas.
Se describen dos formas distintas de entender un mundo, que ya empezaba a hacerse global en aquella época: el comercio y la conquista, que dieron lugar a las ciudades estado y los imperios en el Mundo Antiguo.
Conforme crece la productividad de la agricultura en una sociedad, se necesita menos trabajo en la producción de los bienes de subsistencia básicos y pueden acometerse otras actividades productivas más complejas, de transformación de los bienes primarios; por ejemplo, la alfarería para la conservación o la cocción, la minería o la metalurgia para la fabricación de nuevos y mejores útiles o armas, la construcción de viviendas menos básicas o sistemas de riego más eficiente. Es lo que se conoce como el proceso de industrialización, que en buena medida, realimenta positivamente el efecto de mejora de la productividad agrícola. Con este paso, ya se ha creado el sector secundario.
La Edad de los Metales comienza con la aparición de un nuevo proceso, la fundición, que tuvo inicios muy esparcidos en el tiempo y la geografía. Las primeras evidencias de la fundición (del cobre) se encuentran en el sexto milenio adE, en Anatolia, aunque en Mesopotamia y Egipto se produce mucho después, ya en épocas históricas (después de que la escritura se hubiese inventado). El dominio del cobre, bronce y hierro se secuenciaron temporalmente, aunque hasta la llegada del hierro, los metales no empezaron a reemplazar a la piedra como elemento básico para la fabricación de útiles.
La cerámica es la manifestación artesanal e industrial más antigua que existe, en la que, para crear un producto nuevo se aúna el dominio de los cuatro elementos primitivos: tierra, agua, aire y fuego.
Durante la época prehistórica tardía se logró una expansión del inventario de materiales a disposición de los artesanos. A los materiales antiguos, como la piedra, madera, hueso y fibras vegetales o animales, se le añadieron el cobre, bronce, oro, plata, estaño, ladrillo y cerámica. Estas adiciones exigieron trabajar y modificar los procesos de trabajo de estas sustancias naturales (minerales y arcilla) antes de que fueran útiles para su uso. Hubo que idear procesos nuevos, como la forja del metal y el moldeamiento y cocción del barro. A su vez, estas innovaciones estimularon la invención de toda una gama de instrumentos necesarios para transformar los materiales.
Lo que Thomas Malthus señaló en el siglo XVIII fue que el límite físico de la producción (hasta entonces exclusivamente agraria) venía dado por la cantidad de tierra disponible y que sólo podía aumentarse la producción de dos formas. Inclusiva y exclusiva.
Karl Wittfogel acuñó el término de “civilizaciones hidráulicas” para sociedades en las que la necesidad del control del agua demandaba acciones de tipo colectivo, que estimularon en ellas la aparición de una organización burocrática.
El ser humano necesita un mínimo de alimentos (léase energía) para sobrevivir. Por tanto, desde que acabó el Paleolítico y llegó el buen tiempo, el aumento de miembros en las comunidades neolíticas creó un problema eminentemente energético. Era necesario extraer más alimentos (de nuevo, léase energía) del entorno cercano cuanto mayor era la comunidad.
Segundo podcast de audio del blog de historia económica www.priekonomio.com.
Transición de la especie humana entre el Paleolítico y el Neolítico