Cada día Dios quiere hablarte, sigue este devocional diario con una reflexión para cada día.

Hay días donde necesitas recordar esto: cuando tú ya no puedes, Dios pelea por ti… y cuando la batalla termina, Él mismo reconstruye tu vida.

Hay días donde Dios te lleva, igual que a Ezequiel, a mirar lo que ya diste por perdido… no para asustarte, sino para anunciarte vida donde solo ves huesos secos. Cuando Dios habla, lo muerto responde. Cuando Él sopla, lo imposible se rinde. Cuando Él decide actuar, nada puede detener Su plan.En estas lecturas, Dios nos recuerda que el enemigo huye aunque nadie lo persiga, pero los justos —los que confían, los que obedecen, los que escuchan antes de hablar— se vuelven tan valientes como un león. Porque la fe se fortalece cuando dejamos que Dios tenga la última palabra sobre nuestras ruinas.Hoy declara: “Señor, háblale a mis huesos secos. Sopla vida en lo que pensé que ya no tenía arreglo. Haz de mí un testigo de Tu poder.”Las lecturas son:Ezequiel 37:1 - 38:23Santiago 1:19 - 2:17Salmo 117:1-2Proverbios 28:1 www.wenddyneciosup.comSígueme en mis redes como @wenddyneciosupDistribuido por: Genuina Media Hosted by Simplecast, an AdsWizz company. See pcm.adswizz.com for information about our collection and use of personal data for advertising.

Hay heridas que no escogiste, pérdidas que no buscaste y daños que otros provocaron… pero nada de eso limita a Dios. Cuando Él restaura, levanta lo que cayó, reconstruye lo que se quebró y hace florecer incluso lo que parecía muerto.A veces creemos que ya es tarde, pero Dios tiene esa manera preciosa de sorprendernos: toca ruinas y salen caminos, toca cenizas y vuelve a encender un propósito.Si hoy te sientes desgastado, traicionado, o con áreas que otros dañaron… respira profundo: Dios está restaurando tu historia desde adentro hacia afuera. Lo que el enemigo quiso usar para detenerte, Dios lo convertirá en tu mayor testimonio.Las lecturas son:Ezequiel 35:1 - 36:38Santiago 1:1-18Salmo 116:1-19Proverbios 27:23-27 www.wenddyneciosup.comSígueme en mis redes como @wenddyneciosupDistribuido por: Genuina Media Hosted by Simplecast, an AdsWizz company. See pcm.adswizz.com for information about our collection and use of personal data for advertising.

A veces creemos que nuestras caídas, errores o temporadas oscuras son la parte de la historia que más pesa… pero para Dios, lo que más pesa es el momento en que decides volver.Él no te mira desde lo que hiciste, sino desde lo que estás dispuesto a rendir hoy.No se queda atrapado en tu capítulo más difícil; Él escribe desde tu próximo paso de obediencia.Tu pasado explica, pero no determina. Tu regreso restaura, redirige y despierta propósito.Dios está levantando personas que creían estar lejos.Personas que pensaron que ya no había lugar para ellas.Dios no está esperando tu perfección, está esperando tu regreso.Y cuando vuelves, Él redefine tu historia.Las lecturas son:Ezequiel 33:1 - 34:31Hebreos 13:1-25Salmo 115:1-18Proverbios 27:21-22 www.wenddyneciosup.comSígueme en mis redes como @wenddyneciosupDistribuido por: Genuina Media Hosted by Simplecast, an AdsWizz company. See pcm.adswizz.com for information about our collection and use of personal data for advertising.

Hoy la Palabra nos recuerda algo que todos necesitamos: Dios no solo mira lo que mostramos… sino lo que escondemos. Él tala el orgullo que nos derrumba (Ezequiel 31–32), expone raíces de amargura que intentan contaminar nuestra vida (Hebreos 12), se inclina para levantarnos del polvo (Salmo 113) y nos revela lo que nuestro corazón realmente refleja (Proverbios 27).Nada está tan profundo que Dios no pueda sacarlo a la luz… y sanarlo.Si hoy Él te muestra algo, no es para avergonzarte, sino para liberarte.✨ Lo que Dios revela, Dios sana.✨ Lo que Dios sacude, Dios afirma.✨ Lo que Dios poda, Dios vuelve a hacer florecer.Que este día sea una invitación a abrir el corazón para que Él ordene, limpie y restaure lo que solo Él ve.

Hay cargas que Dios nunca te pidió llevar.Y cuando las sueltas, corres más ligero, ves más claro y crees más fuerte. Hebreos 12:1–2 nos recuerda que la vida de fe es una carrera, y nadie llega lejos arrastrando lo que ya debería haber quedado en el pasado.Hoy Dios te llama a soltar:soltar el miedo,soltar la culpa,soltar las expectativas que te frenan,soltar el “qué hubiera pasado si…”.Porque cuando sueltas, avanzas.Porque cuando confías, sanas.Porque cuando corres con los ojos puestos en Jesús, encuentras fuerzas que no sabías que tenías.Los Íntimos, hoy es un buen día para dejar atrás lo que pesa y abrazar lo que impulsa.“Tu futuro no se construye con cargas viejas, sino con pasos obedientes”, dice una frase que me marcó esta mañana mientras oraba.

Hay días en los que todo parece derrumbarse… pero es justo ahí donde tu fe demuestra de qué está hecha. Ezequiel nos recuerda que hasta lo que parece fuerte puede caer, pero Hebreos nos muestra algo más grande: la fe nunca se quiebra cuando está sostenida por Dios.Abraham, José, Moisés, Rahab… todos caminaron momentos que no entendían, pero no soltaron la cuerda. Porque la fe real no evita la tormenta, te sostiene dentro de ella. Y cuando el ruido de la vida se vuelve insoportable (Proverbios 27:15-16), Dios vuelve a recordarte: “Confía, Yo te sostengo.”Hoy, Íntimos, aunque algo en tu vida esté temblando… tu fe no va a colapsar. Dios no te suelta.

Hay una fe que no se apaga con los retrasos ni se debilita con el silencio.

Hay batallas que no se ganan con fuerza, sino con rodillas dobladas.

Hay días en que las fuerzas no alcanzan, pero la fe sí.

Hay fuegos que no llegan para destruirte, sino para revelarte.

Hay errores que no terminan con nosotros… sino que Dios usa para escribir un nuevo comienzo.

A veces, lo que Dios arranca no es un castigo… es una siembra.

A veces el corazón humano se aleja, pero Dios nunca deja de amar.Su fidelidad permanece incluso cuando el alma se olvida de Él.Este día nos recuerda que Dios no rompe pactos, los restaura.

Cuando Dios restaura, no lo hace solo para levantarte, sino para recordarte que le perteneces.Su amor te reconstruye desde adentro, sana lo que el dolor quebró y te devuelve el sentido de hogar.

Aunque el silencio te confunda, Dios no se ha olvidado de lo que te prometió. Él sigue moviendo piezas que tú aún no ves. A veces parece que nada cambia, pero en el cielo ya todo está en movimiento.

Hay lágrimas que no destruyen, sino que purifican.

A veces seguir la voz de Dios no es fácil. Nos duele soltar, callar o esperar… pero en esa obediencia hay un propósito que sana el alma y fortalece la fe.

Hay días en que el corazón se enfría sin que nos demos cuenta. Nos acostumbramos a las rutinas, a las respuestas rápidas y a los silencios prolongados… pero Dios sigue buscándonos.

Hay etapas donde sentimos que todo se ha derrumbado —sueños, relaciones, fuerzas— y parece que ya no hay nada que rescatar. Pero cuando dejamos que Dios entre en las ruinas, Él no solo restaura… ¡hace resplandecer!

Hay días donde parece que la fe se nos deshilacha, que el cansancio pesa más que la esperanza… pero ahí, justo ahí, Dios vuelve a sorprendernos con misericordias nuevas cada mañana.

Hay heridas que el tiempo no puede sanar… pero el amor de Dios sí.

Cuando todo parece derrumbarse, Dios sigue escribiendo. ✍

Cuando intentamos levantar algo sin Dios, el esfuerzo se vuelve arena en las manos. Pero cuando Él es el cimiento, nada ni nadie puede derribarlo.

Hay promesas que el tiempo no borra, y pactos que ninguna tormenta puede romper.Jeremías nos recuerda que los imperios caen, pero la fidelidad de Dios permanece.Aferrarse a Él no es debilidad, es valentía. Es volver al amor que no falla y al propósito que no cambia.

A veces buscamos la validación de todos… menos de quien realmente importa.

A veces parecería que el cielo guarda silencio, pero no es olvido… es propósito.

A veces no queremos que Dios nos guíe, sino que apruebe lo que ya decidimos. Pero cuando buscamos dirección, no validación, dejamos que Él enderece nuestros caminos, aunque duela.

Hay momentos donde el temor parece inmovilizarnos… pero justo ahí, la fe se vuelve movimiento.

Hay momentos en los que obedecer a Dios cuesta… te deja solo, te expone, te rompe el corazón.Pero cuando callas Su verdad por miedo o conveniencia, algo dentro de ti empieza a morir.

En una generación que cambia sus valores por comodidad, Dios sigue buscando corazones como los recabitas: fieles, coherentes y obedientes aun cuando nadie los mira.

Aun en los escombros, Dios sigue siendo fiel.

Cuando sientas que tu historia ya está rota, recuerda: Dios no borra capítulos, los redime.

Hay un amor que no se agota, aunque te alejes. Un amor que te busca en los valles más profundos y te levanta cuando sientes que no puedes más. Ese amor tiene nombre: Dios.Su amor no cambia, no se rinde, no se cansa.

Cuando todo parece desmoronarse, Dios sigue teniendo un plan perfecto.

Ser fiel no siempre es fácil. A veces duele, incomoda o cuesta reputación. Pero quien permanece firme, aunque nadie lo aplauda, conquista el corazón de Dios.

A veces creemos que Dios está lejos… pero Él nunca se ha ido.Incluso cuando no lo sientes, Él sigue obrando.Está en el silencio, en el proceso y en los detalles que parecen coincidencias… pero no lo son.

Hay momentos donde parece que Dios guarda silencio… pero incluso en ese silencio, Él está obrando.

Hay llamas que se encienden por emoción, pero solo el fuego del Espíritu permanece cuando todo lo demás se apaga.Pablo escribió: “No apaguen al Espíritu Santo” (1 Tes. 5:19 NTV).Ese fuego se aviva con oración, gratitud y honra; se apaga con rutina, orgullo y desobediencia.Hoy Dios te invita a revisar tu altar interior.Si el fuego se ha debilitado, pídele: “Sopla otra vez, Espíritu Santo… enciende lo que se estaba apagando en mí.”

Procesos que forman nuestro propósito: Hay etapas en las que sentimos que Dios nos presiona, nos rompe y nos vuelve a formar. Pero, como el alfarero con el barro, no lo hace para destruirnos sino para prepararnos. ✋

Hay momentos en que nuestras oraciones no alteran las circunstancias, pero transforman nuestro corazón. Jeremías intercedía por un pueblo seco en alma y tierra, y descubrió que a veces la oración no mueve el cielo, sino que nos alinea con él.

Hay momentos en que le decimos a Dios lo mismo que Jeremías: “¿Por qué los malvados prosperan?”. Pero la fe verdadera no se rinde ante la demora, sino que sigue creyendo aunque aún no vea la respuesta.

Cuando olvidamos quién es el centro de todo, el corazón se inclina a lo visible: el éxito, las posesiones, los likes, los ídolos modernos. Jeremías 10 nos recuerda que “los ídolos son obra de manos humanas, pero el Señor es el Dios verdadero, el Dios viviente”

El mundo llama éxito a tener más, pero Dios lo llama conocerle más.

Puedes saber de Dios sin conocer a Dios.

A veces Dios no susurra… sacude.Jeremías fue esa voz incómoda, la que el pueblo quiso callar porque decía verdades que dolían, pero que podían salvarlos. Hoy Dios sigue hablando —no para condenarte, sino para despertarte—.Cuando eliges escuchar lo que no quieres oír, descubres lo que más necesitas cambiar.

Aunque muchas veces nuestro corazón se ha ido tras cisternas rotas, Dios sigue siendo fiel para restaurarnos.

Cuando Dios te llama, no te pregunta si sientes miedo… Él te recuerda que su presencia es suficiente para vencerlo.

Un día puede cambiarlo todo: el Dios que acelera milagros y escribe finales gloriosos ✨

Hoy comenzamos octubre declarando que es el mes en el que Dios es fiel a sus promesas

Cuando todo parece derribado, Dios no te deja en cenizas: ¡te levanta para rediseñar tu historia con su gloria! Isaías 60 nos recuerda que la luz de Dios es más fuerte que cualquier sombra.