Un espacio para compartir reflexiones sobre la vida, la familia, el matrimonio y las relaciones interpersonales, basadas en los principios y fundamentos del cristianismo. Dedicado muy especialmente a mis hermanos venezolanos en nuestro país y en todo el mundo.
El “temor del Señor” es un concepto central en la Biblia que a menudo es malinterpretado; debido a que la palabra temor se asocia con terror o pavor. No obstante, en el contexto bíblico el “Temor del Señor” se refiere a una profunda reverencia a la majestad de Dios.
Desde los albores de la existencia humana la experiencia de la vida ha estado determinada por el gran anhelo del alma de pertenecer, acompañado por el deseo intrínseco por encontrar el propósito de ser. El viaje de la vida nos mueve de parajes de caminos rectos, desde los cuales el horizonte se divisa claramente, a parajes de selvas tupidas que no nos permiten ver más allá del siguiente paso. Muchas veces andamos como ciegos, a tientas, sin saber cuál es el camino a seguir. Otras veces, nuestros caminos parecieran torcidos debido a nuestras propias decisiones, las cuales nos alejan de la vida de paz y prosperidad que todos quisiéramos vivir.
Al profundizar en el proceso de restauración que Dios lleva a cabo en la vida de cada ser humano que se vuelve a Él, hoy quisiera que nos enfocáramos en la restauración desde el estado de vergüenza y confusión hasta la honra y el honor del cual nos habla el profeta Isaías en el capítulo 61, en el verso 7. “En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo”. La restauración es el proceso mediante el cual se repara el deterioro sufrido por una estructura. Durante la reparación se restablece la estructura a su condición anterior al daño, conservando su esencia y tratando de llevarla a la gloria original. Sin embargo, en las manos de Dios, la restauración no solo pretende llevarnos al estado antes del pecado, sino mucho más allá, al estado que Él pretendió desde el principio, y que en la visión neotestamentaria, llamaríamos “la medida de la plenitud de Cristo”.
Esta poesía nace desde el rincón más profundo de mi alma, como un tributo a mi madre, Rosilda, mujer de fuerza callada, de ternura inagotable, de fe firme y amor sin medida. Ella sembró en nosotros lo que no muere, y su memoria me acompaña cada día como abrigo de eternidad. La dedico también con amor y gratitud a mi nuera Isabel Cecilia, quien nos ha regalado la dicha de nuestra nietecita Sofía Isabel, Su maternidad valiente, dulce y generosa es un canto de esperanza en medio de los tiempos que vivimos. La extiendo a todas mis hermanas venezolanas, dentro y fuera de nuestra tierra, que crían, sostienen, luchan, oran y aman Feliz Día de la Madre. Con todo mi amor,
Dedicado a mi sobrino Jefferson Domínguez Moros, en memoria de David.En este episodio abro mi corazón para expresarte mi luto por mi hermana. Y la manera como Dios lo cambió por su óleo de gozo.
La humanidad entera coincide en algo muy importante. De múltiples maneras, no importa la raza, la religión o el estatus socio-económico, todos nos encontramos en una búsqueda espiritual que le de propósito y significado a nuestra existencia. Pienso que no hay experiencia más transformadora en la vida que el encuentro personal con Dios. Más allá del conocimiento intelectual que podamos tener de Él, cuando su gracia alcanza nuestro ser, se establece una comunión genuina que nos hace florecer. Cuando llegamos a tener relación con Dios, esa amistad transforma profundamente nuestro ser. “Dios cambia nuestras cenizas en belleza, nuestro luto en óleo de gozo, y nuestra angustia en manto de alegría”. Este pasaje nos revela no sólo quién es Dios, sino lo que Él es capaz de hacer en nuestras vidas: restaurar, sanar y redimir.
Hoy, especialmente, la frase que nos revela que el espíritu angustiado será cambiado por manto de alegría, tiene un significado especial para mí. Jesús trajo consuelo al alma abatida por la angustia. Nos mostró que la verdadera sanidad de nuestro espíritu no consiste en la ausencia de angustia, sino en la presencia de Dios en medio de esa angustia. Cuando nuestro espíritu se eleva en una oración, podemos comprobar, en nuestra propia alma, que esa sensación silenciosa que va carcomiendo nuestro ser interior, comienza a desvanecerse para convertirse en paz, una profunda paz que produce en nosotros la alegría de vivir.
¡Ha resucitado! En este último episodio de nuestra serie especial de Semana Santa narramos los hechos de la resurrección. Las diferentes visitas que Jesús hizoa sus amados después de haber estado en los lugares más profundos y oscuros, donde venció al que tenía el imperio de la muerte. Un llamado al encuentro con el Cristo que no se quedó en el madero ni en la tumba sino que fue levantado por el Padre para reinar por siempre.
Hoy, en nuestra serie especial de Semana Santa presentamos el misterio de un día olvidado para muchos, caracterizado por la tristeza y el silencio. Pero, mientras solo veían la tumba sellada por la gran roca, en las profundidades Jesús venció a la muerte para siempre.
En este episodio de nuestra serie especial de Semana Santa, hoy viernes santo narramos los hechos que ocurrieron el día de la crucifixión; los detalles de lo que Jesús vivió, su entrega y rendición total en la cruz.
Te invito a escuchar esta serie especial de Semana Santa. Este episodio es una narración de los acontecimientos que pasaron un día como hoy en la vida de Jesús y sus discípulos. Es un llamado a rememorar sus enseñanzas y caminar de su mano.
La humanidad entera coincide en algo muy importante. De múltiples maneras, no importa la raza, la religión o el estatus socio-económico, todos nos encontramos en una búsqueda espiritual que le de propósito y significado a nuestra existencia. Pienso que no hay experiencia más transformadora en la vida que el encuentro personal con Dios. Más allá del conocimiento intelectual que podamos tener de Él, cuando su gracia alcanza nuestro ser, se establece una comunión genuina que nos hace florecer.
El propósito fundamental del ancla es mantener la embarcación en una posición estable, impidiendo de esta manera que se desplace. En el fondo del océano las grandes corrientes marinas, y arriba en la superficie, los vientos y las mareas pueden convertir al barco mas grande en un pequeño barquito de papel a la hora de un ancla que no funciona. Nuestra fe no es vaga; está fundamentada en Dios, en Jesucristo y su obra redentora. La palabra “certeza” en el griego significa sustancia, base, fundamento. Bajo este concepto la certeza es algo sólido sobre lo cual podemos construir. La palabra “convicción” en griego implica prueba, evidencia, demostración. En otras palabras, la fe no es una ilusión, sino una convicción tan fuerte que se convierte en evidencia en sí misma. Así como no vemos el viento, pero estamos convencidos de que existe porque podemos experimentar su impacto, así tenemos la convicción de lo que no vemos, porque experimentamos el impacto de la obra de Dios en todo lo que nos rodea.
La verdadera conquista de la vida comienza en nuestro ser interior. Cuando aspiramos conquistar metas externas nos tropezamos con una verdad irrefutable: Las batallas internas son parte esencial en el forjamiento de un carácter sólido. Es imprescindible trabajar primero en la conquista de uno mismo; el dominio de nuestras emociones, el fortalecimiento de nuestro carácter y el desarrollo de una voluntad firme. Este proceso no es inmediato una vez que decidimos buscarlo y trabajarlo, ni tampoco es sencillo, pero es el fundamento de una vida con propósito.
Las relaciones interpersonales son el fundamento de nuestra existencia. Desde el momento en que nacemos, dependemos de otros para sobrevivir, crecer y aprender. Dios nos ha diseñado para vivir en comunidad y con el fin de amar y ser amados. Jesús fue muy claro cuando enseñó el mandamiento más importante: “ Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Y añadió: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:37-39)
Para avanzar en el camino de una vida con propósito es necesaria la flexibilidad, pues no se trata de abandonar nuestras metas y convertirnos en individuos llevados de un lugar a otro por el viento de las circunstancias, sino de mantener nuestra mirada en la meta, sin dejar de hacer los ajustes necesarios. La flexibilidad es una actitud que te permite, sin perder tu objetivo, adaptarte a las circunstancias sin dejar de estar enfocado. La rigidez nunca nos lleva a un lugar seguro.
El propósito de vida es más que un simple objetivo; es una dirección trascendental que da sentido y plenitud a nuestra existencia. Revaluar y refrescar nuestro propósito no es solo una necesidad, sino un acto de sabiduría. Es vital abrirnos al cambio y redescubrir lo que Dios desea para nosotros en cada temporada de nuestra vida.Dios a través del profeta Jeremías (29:11) nos revela un versículo que se convierte en el fundamento de una vida con propósito: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Dios siempre tiene para nosotros pensamientos de bien. Nuestra vida no es un hecho al azar; Dios nos ha creado con el propósito universal de tener comunión con Él. Y con un propósito personal, específico, para cada uno, cuyo fin ulterior es darle gloria a su nombre y revestirnos del carácter de Cristo.
Reflexionar es el acto de pensar de manera profunda y consciente sobre algo; puede ser una experiencia pasada, una decisión en cuestión, una actitud, un deseo o el propio estado interior. Es un momento de pausa en el que nos permitimos examinar nuestras emociones, nuestras acciones y nuestro entorno a través de un lente de crítica constructiva. Reflexionar implica no sólo pensar, sino pensar con el propósito claro de entender, aprender y crecer. Este proceso nos invita a detenernos, desconectarnos de las distracciones diarias y reconectar con los asuntos trascendentes de la vida; esos que inquietan al alma. El pensar consciente nos ayuda a tomar decisiones más ponderadas, basadas en el análisis, la información y la reflexión.
Ese día escribí: “Estos dos tortolitos acaban de arribar a su 69 aniversario de Bodas. Ella es una esbelta chica de 92 años, coqueta como si estuviera en sus veinte, amorosa con él como ha sido toda su vida, solo un poco impaciente ante su pérdida de oído. El, un apuesto galán de 98 años que todavía la llama “mi muchachita linda”. Protector de ella, como el león que cuida celosamente lo que le pertenece. Tuvieron 9 hijos que acurrucaron en su nido con un amor tan dulce como la miel, tan grande como el cielo azul y tan profundo como el océano. Hoy esparcidos por el mundo…
Pienso en ese amor demostrado cada día a través de todos los que cerca o lejos me regalan momentos dulces y sencillos que tejen mi vida, engrandeciendo mi cotidianidad. Pienso en Dios que nos atrae a Él a través de cuerdas humanas, creando vínculos de amor.
¡Dios está por ti! Un llamado a creer en el Amor inquebrantable de Dios por sus hijos. El nos ama con amor eterno y desea mostrarnos su bien y su bondad cada día. Cuando pases por el fuego no te quemarás; cuando pases por la inundación de muchas aguas no te ahogarás porque Dios está por ti. El no dejará que tu pie resbale. Busca su rostro cada día en comunión íntima con El y verás que adonde quiera que vayas y cualquiera que sea tu circunstancia, Dios está por ti.
Muchos autores usan las palabras miedo y temor indistintamente. No obstante, existe una sutil diferencia entre ambas. El miedo es una emoción que nos capacita para la sobrevivencia, ya que nos permite actuar ante una amenaza. Mientras que el temor es una presunción negativa sobre el futuro. Nos adelantamos al futuro con el pensamiento obnubilado, turbado por la incertidumbre. Por esta razón, el temor siempre produce ansiedad, ese desasosiego que muchas veces nos roba el entusiasmo y nos encadena a una perenne preocupación ante situaciones imposibles de solucionar, porque sencillamente se encuentran allá, lejos en el tiempo, y nosotros estamos aquí, en el ahora, sin poder dilucidarlas.
La vida está conformada por cambios constantes. A pesar de que las rutinas de cada día le confieren estructura a nuestro vivir, frecuentemente nos vemos forzados a tomar decisiones para adaptarnos de la mejor manera posible a los cambios ocurridos, los cuales demandan de nosotros nuevas formas de pensar, nuevos comportamientos y nuevas acciones. Todo esto ocurre en nuestra humanidad y afecta nuestro estar, eso que es circunstancial y en cuya definición nuestras emociones juegan un papel muy importante perfilando nuestro estado de ánimo; pues si nos entregamos a ellas determinarán cómo estamos, cómo nos sentimos; Sin embargo, tenemos un recurso que trasciende toda esta fluctuación, un recurso que nos levanta sobre un fundamento sólido e inamovible.
El inicio de un nuevo año no significa un reinicio total; la vida es un camino continuo, cómo un río que nunca deja de fluir. Sin embargo, al poner en perspectiva un nuevo año podemos comprender que en el recorrido transitamos diferentes vías o caminos que nos llevan a cumplir nuestro propósito. Hoy con gran afecto fraternal te invito a recorrer estos siete caminos que han sido claves en mi propia vida y en la de muchos otros.
El Sermón del monte constituye, sencillamente, una guía práctica para una vida de integridad, sin cargas mentales que nos agobien; en otras palabras, es el camino para los que andan en la búsqueda de la felicidad, no de la que proviene de los acontecimientos externos, sino esa que nace en el corazón. Así pues, en este discurso Jesús trata los temas más importantes y trascendentes de la vida; porque para vivir una vida extraordinaria es necesario vivir lo ordinario con excelencia. Ciertamente, el divorcio no podría escaparse de este discurso del Maestro, ya que el matrimonio, aunque tenga en la actualidad y haya tenido tantos detractores a lo largo de la historia, es y seguirá siendo un fundamento insustituible de la sociedad.
En el Sermón del monte Jesucristo le da un lugar al poder de la palabra dada en forma de compromiso, nos habla del juramento al que estaban acostumbrados los antiguos hebreos. “No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. Mateo 5:33-37.
Una historia evocada en una galería de fotos; recuerdos de vidas consagradas a transmitir la luz de Dios. Una luz que llegó del norte para bendecir a Venezuela.
En el Sermón del monte Jesús expuso ideas absolutamente profundas y retadoras para su audiencia de la época, y también para cada uno de nosotros, los que hemos creído por la palabra esparcida por sus discípulos. En su interés por enseñarnos a mantener un corazón guardado del mal, trató los temas más cotidianos, simples y al mismo tiempo trascendentes de la existencia humana. Cada vez que expresaba una nueva sentencia les recordaba que lo que habían escuchado, hasta ese momento, no era suficiente; haciendo énfasis al afirmar: _ Pero, Yo os digo. Y en esta nueva expresión siempre derribaba los argumentos religiosos a los que la gente había adecuado su diario proceder. “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente.
En el marco del Sermón del monte Jesús expresa claramente que Él no vino a abrogar o anular la ley, sino para cumplirla. Cumplir significa “llenar hasta el tope”. Jesús muestra que más allá del acto de cumplir cada mandamiento de la ley mosaica, existe un nivel espiritual de la ley que trascienda las meras acciones para darle valor y significado a lo que pensamos y atesoramos en nuestro corazón. No se trata solo de No matar disparando un gatillo sino de no matar el alma con nuestras palabras y actitudes.
En el corazón del Sermón del monte encontramos un apartado dedicado al trato entre hermanos. Según eruditos de la Biblia, la palabra “hermano” aparece 343 veces en el Nuevo Testamento. Se considera un hermano, a parte de la persona que tiene ese vínculo de consanguineidad, a aquel que profesa nuestra fe, que pertenece a nuestra misma raza y los que son de nuestra nación. Dios quiere que nuestra vida terrenal y, en este caso, que nuestro trato con los hermanos sea más allá de lo ordinario. Dios quiere que trascendamos No se trata solo de no matar con un arma y quitar la vida, se trata de no herir con tus palabras y acciones.
Jesús advierte a sus seguidores de los riesgos a los que se exponen al creer en su nombre. Significa que nuestros nombres pueden llegar a ser blanco de los dardos de fuego del maligno. No obstante, la actitud de los cristianos debe ser siempre la actitud que nos enseñaron los apóstoles, especialmente el apóstol Pablo: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Hechos 20:24.Nota: Este es el episodio 10 de la 15 serie. Hubo un error al decir que es el 8vo.
Las tinieblas no se expanden por naturaleza propia, ellas recorren el camino donde la luz se ha apagado. En otras palabras, la maldad persiste donde la bondad ha dejado de actuar; los hombres soberbios se enseñorean de aquellos que han perdido su valía,que no saben más quienes son ni para qué están aquí. Los cristianos tenemos una misión, encomendada por Jesucristo, la cual es absolutamente irrevocable: Ser luz del mundo y sal de la tierra.
Las alas del espíritu es un episodio de inspiración en el relanzamiento de Letras con corazón, tu Podcast cristiano. Es mi deseo que al escuchar este episodio puedas elevar las alas de tu espíritu a Dios y confiar que tu oración por medio de la fe puede elevarte a las alturas para las que fuiste creado.
En el estudio de las Bienaventuranzas, enclavadas en el Sermón del monte de Jesucristo, encontramos como la octava: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Jesús vivió en un mundo marcado por la injusticia y aún hoy, irónicamente, en un mundo con cientos de instituciones dedicadas a velar por los derechos humanos, seguimos viviendo en un mundo donde muchas veces quien practica el mal es librado de la justicia y ésta es torcida para perseguir a los que actúan en el bien y siguen los principios de su fe cristiana.
El camino del cristianismo nos confronta cada día con nuestra humanidad. Nos confronta para enseñarnos el camino de Dios, lo que Jesús llamó una y otra vez el reino de los cielos; el cual, aunque muchas veces parece imposible, cuando decidimos seguirlo y obrar a la manera de Dios, nos ahorramos mucho mal y además experimentamos bendiciones que jamás nos habríamos imaginado.
Para construir la paz es absolutamente necesario en primer lugar estar en paz con Dios. Luego, hacer la paz con nosotros mismos y, finalmente, seremos capaces de construir la paz en nuestro hogar, nuestro sitio de trabajo, nuestra comunidad y hasta nuestra nación. La paz es un proceso que nace en el alma reivindicada con Dios.
La sexta bienaventuranza nos expresa una cualidad intrínseca de Dios, una meta por la cual los que aman a Dios se esfuerzan cada día. La limpieza o pureza de nuestro corazón es un proceso que se lleva a cabo mediante una vida de comunión con Dios. Según la Biblia debemos guardar nuestro corazón de contaminación, pues, todo lo que allí atesoramos nos traerá bendición o maldición. ¡Del corazón mana la vida!
La misericordia es una virtud que conduce al ser humano, literalmente, a ponerse en los zapatos del otro. El que practica la misericordia da para cubrir las miserias del otro y lo hace desde el corazón, sin razonamientos. No hay cuentas por cobrar, no hay merecimiento de parte del beneficiado, no hay exigencias de parte del dador. El primer misericordioso es Dios quien nos recibe a todos como en la parábola del Hijo pródigo.
La cuarta bienaventuranza nos lleva de la mano a comprender las veces del espíritu tal y como conocemos la necesidades básicas y fundamentales de la sobre vivencia humana. Así, nos señala que el sentir hambre y sed de justicia es una manifestación espiritual que nos hace anhelar el reino de Dios; es decir, vivir una vida guiados por los preceptos divinos.
El adjetivo manso proviene del ltín “mansus” y nos lleva directamente al sustantivo “mansedumbre”. De todas las virtudes la mansedumbre es la que requiere el trabajo más profundo en el espíritu, porque es un proceso del alma para aprender a vivir en paz con Dios consigo misma y con el prójimo. Además, es la habilidad que desarrolla el espíritu para vencer al mal con el bien. En este episodio profundizamos en este proceso para adquirir la mansedumbre.
El llanto representa el dolor, la tristeza y la soledad. Sobran las razones para llorar en este mundo injusto, La humanidad entera gime ante tantas injusticias del ser humano por sus iguales. Jesús nos demostró su humanidad al llorar ante el dolor y la separación que ocasionó la muerte de Lázaro. Él empatizó con María y Marta, las hermanas de Lázaro. Este podcast te lleva de la mano por el recorrido de tus lágrimas. Abre tu corazón y recibe el consuelo de Dios.
¿Qué significa eso de ser pobres en espíritu? ¿Qué quiso expresar Jesús con esta afirmación? Cada bienaventuranza expresa en su primera parte una condición determinada de un grupo de personas. Y en la segunda parte expresa la bendición que vendrá por haber sufrido esa condición específica o haber tenido una actitud especial delante de Dios. Veamos entonces el secreto que revela esta bienaventuranza.
El Sermón del mi te constituye el discurso más profundo, espiritualmente hablando, en la historia de la humanidad. Comenzando desde este episodio pretendemos hacer un análisis sencillo acerca de estas palabras de Jesús que revelan el verdadero carácter cristiano. Bienaventurados, felices, benditos aquellos que siguen estas palabras y las hacen acciones en su vida.
Una experiencia personal, de familia; una oración que nos revela la presencia de Dios en medio de nosotros. Te abro mi corazón y te revelo el profundo sentimiento de mi alma.
Este año quiero contemplar más amaneceres; en cada destello de luz agradeceré mi respirar y sentiré en el latido de mi corazón la fuerza más extraordinaria del Universo.
El carácter se forja cuando aprendemos a liberar las tensiones buscando la vida espiritual en el plano terrenal. Al hacer un análisis de nuestro desempeño en el año que queda atrás es importante buscar la armonía de la manera más honesta con nosotros mismos. No buscamos el perfeccionismo, buscamos la excelencia y, hemos aprendido que el hacer de manera excelente está marcado primero por el ser, que nos inspira en el proceso con todo su aprendizaje. Solo tu sabes si estás peleando la buena batalla.
El niño Jesús, el motivo de la celebración de la Navidad, creció en en estatura, en sabiduría, en gracia y en amor delante de los ojos de Dios y de su prójimo, a quien se entregó en sanidades, liberaciones, milagros y prodigios para traer a ellos paz en medio de las tormentas de sus vidas. ¡El prometió paz! Si venimos a Él, se cumplirá en nosotros su palabra: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27.
Una exaltación a dos personajes casi desconocidos o muy poco nombrados, quienes fueron testigos del cumplimiento de la promesa de un Mesías para el pueblo de Israel: Simeón y Ana. Cada uno por separado fue guiado por el Espíritu Santo para conocer al bebé de José y María.
Una descripción sobre cómo podemos lograr hacer una realidad aquel proverbios que dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”. Una descripción de la belleza, humildad y pureza de un pesebre y de los personajes bíblicos que guardaron su corazón para Dios y fueron premiados al conocer al Mesías.
Ha llegado el mes de diciembre, de una u otra forma las personas en todo el mi do sienten algo especial. Es el milagro de la Navidad, seas creyente o no, esta época del año te transmite mensajes de acercamiento a tus familiares y amigos, te impulsa a dar regalos que quizás no diste el resto del año. La Navidad eleva nuestras emociones más positivas y profundiza nuestros sentimientos más significativos. Per, ¿ cuál es la razón de la Navidad? ¿Por qué la celebramos? Y ¿Cuál es la fuerza tan poderosa de su mensaje que hace que personas de otros credos se unan junto con toda la cristiandad a esta celebración?
El miedo es una respuesta emocional natural ante la percepción de una amenaza. Cuan pensamos de esta manera sobre el miedo podemos evaluarlo cómo una emoción positiva, pues nos hace prepararnos para defendernos de la amenaza. Pero, ¿ qué pasa cuando el miedo se convierte en amenazas irreales que fabricamos en nuestra mente? ¿Cómo podemos abordar el miedo al futuro y comprender sus raíces para encontrar paz en nuestras vidas?