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Efemérides con Nibaldo Mosciatti
Declaran Monumento Nacional a Villa Grimaldi (2004)

Efemérides con Nibaldo Mosciatti

Play Episode Listen Later Apr 27, 2025 5:26


El 27 de abril de 2004 Villa Grimaldi fue declarada como monumento histórico nacional. Es una extensa propiedad en las laderas precordilleranas de la comuna de Peñalolén. Este lugar fue uno de los mayores centros de detención y tortura durante la dictadura militar. 

pe declaran monumento nacional villa grimaldi
Asturias al día
Emisión viernes 22 de septiembre - parte 1

Asturias al día

Play Episode Listen Later Sep 21, 2023 90:00


Hoy retomamos la colaboración con la ONG Soldepaz y en el programa hablamos de los 50 años del golpe militar en Chile y del asesinato del cantautor Víctor Jara. Participan el escritor, historiador y periodista Mario Amorós (biógrafo de Salvador Allende y Víctor Jara) la escritora chilena Carmen Yañez, que estuvo en el infierno de Villa Grimaldi, sede la policía política de Pinochet y Javier Arjona de Soldepaz. En la segunda parte del programa conversamos con el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico.

radio chile jos asturias pinochet jara emisi salvador allende participan ccoo mario amor programa de rpa villa grimaldi javier arjona
Asturias al día
Emisión viernes 22 de septiembre - parte 1

Asturias al día

Play Episode Listen Later Sep 21, 2023 90:00


Hoy retomamos la colaboración con la ONG Soldepaz y en el programa hablamos de los 50 años del golpe militar en Chile y del asesinato del cantautor Víctor Jara. Participan el escritor, historiador y periodista Mario Amorós (biógrafo de Salvador Allende y Víctor Jara) la escritora chilena Carmen Yañez, que estuvo en el infierno de Villa Grimaldi, sede la policía política de Pinochet y Javier Arjona de Soldepaz. En la segunda parte del programa conversamos con el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico.

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Asturias al día
Emisión viernes 22 de septiembre - parte 1

Asturias al día

Play Episode Listen Later Sep 21, 2023 90:00


Hoy retomamos la colaboración con la ONG Soldepaz y en el programa hablamos de los 50 años del golpe militar en Chile y del asesinato del cantautor Víctor Jara. Participan el escritor, historiador y periodista Mario Amorós (biógrafo de Salvador Allende y Víctor Jara) la escritora chilena Carmen Yañez, que estuvo en el infierno de Villa Grimaldi, sede la policía política de Pinochet y Javier Arjona de Soldepaz. En la segunda parte del programa conversamos con el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico.

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El Guerrillero
Episodio 8: Cincuenta años después

El Guerrillero

Play Episode Listen Later Sep 18, 2023 30:57


Cincuenta años después del golpe militar, Chile sigue siendo un país de heridas abiertas. De silencios impuestos, autoimpuestos e interesados. De personas desaparecidas y familias en búsqueda. De preguntas sin respuesta a día de hoy.El testimonio de Jorgelino Vergara fue clave para encausar y juzgar a 74 responsables de los crímenes cometidos en el Cuartel Simón Bolívar. Pero muchos otros culpables continúan libres, y numerosos desaparecidos aún están en paradero desconocido. Hablamos con Javier Rebolledo, periodista, y Rodolfo Ibarra, investigador, sobre cómo Chile quiere recordar u olvidar todo lo ocurrido bajo la dictadura de Augusto Pinochet.Con María Luisa Ortiz nos adentramos en los casos de su padre, Juan Fernando Ortiz Letelier, y el de Reinalda Pereira. Ellos coincideron con Víctor "El Chino Díaz" en el Cuartel Simón Bolívar, al igual que Marta Ugarte en Villa Grimaldi.Y, cincuenta años después, preguntamos a Víctor Díaz Caro, a Rodrígo Rodríguez "Tarzán" y a Jorgelino Vergara si hay algo de lo que se arrepientan en su forma de combatir los crímenes del régimen. Y entendemos algo importante: Hablar sobre ello es la mejor forma de luchar contra el olvido. La única manera de cerrar las heridas aún en Chile.

Grandes Reportajes de RFI
'Tenemos síndrome de Estocolmo': crecen la nostalgia y el revisionismo a 50 años del golpe en Chile

Grandes Reportajes de RFI

Play Episode Listen Later Sep 11, 2023 12:45


A 50 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende, todavía hay sectores de la sociedad chilena que se niegan a aceptar los hechos. Un negacionismo que está presente en los medios, en los debates públicos y que cuestiona tanto el lugar que se le quiere dar a este aniversario, así como la narrativa oficial del gobierno de Gabriel Boric. Reportaje de nuestra corresponsal en Santiago de Chile, Yasna Mussa“Yo justifico el golpe militar. Me habría gustado que fuera un gobierno autoritario muy corto, que se hubiese restablecido la democracia rápido, pero creo que íbamos por un camino muy peligroso para el país”, decía hace uno meses el diputado Jorge Alessandri, militante del partido de derecha Unión Democrática Independiente, en una entrevista con Radio FuturoEsta mañana, lejos del Congreso, en la Villa Portales de la comuna de Estación Central, en Santiago, dos amigas conversan en medio de una cancha de fútbol que comparten los vecinos. Este fue un barrio emblemático durante los años de la Unidad Popular de Salvador Allende y que vivió una fuerte represión durante la dictadura.Alicia Cortez, de 71 años, dice que ella es parte de la excepción. Cree que el golpe no fue un hecho traumático para el país, sino que un acto necesario por el contexto que se vivía“Había un grupo de personas que, como estábamos conformes con el pronunciamiento militar, nosotros no supimos nunca de las cosas que pasaron, de los detenidos desaparecidos. No supimos de los allanamientos. No supimos de nada. Hasta muchos años después. Para nosotros eso no existía. ¿Y ahora? Y ahora uno lo ve como una película. Al menos yo lo veo como una película. Como que aquí nunca pasó”, cuenta a RFI.Para Cortez, la incertidumbre que se vivía en aquellos días, la escasez de productos de primera necesidad y la tendencia política de Salvador Allende generaron un escenario propicio para el golpe de Estado. Alicia no sólo reivindica la dictadura de Pinochet, sino que incluso añora aquellos años.“Yo en la época de Augusto Pinochet, como presidente de la República, viví una muy buena vida. Y después esto de la democracia, de los presidentes en algunos buenos, y ahí empezó de nuevo la efervescencia del odio, sobre todo con Michelle Bachelet”, se queja.Para ella había una estabilidad que hoy no existe. “Estaba ordenado, la economía estaba buena, teníamos oportunidades todos”.Alicia Cortez siente distancia de los discursos sobre derechos humanos y memoria. Dice que prefiere dar vuelta la página. “Yo lo único que quiero es paz y amor en mi país. Yo respeto las ideas de algunas personas, pero esa confrontación que arman todo el rato, que los detenidos desaparecidos…”Critica el lugar que ha tomado la conmemoración de este 11 de septiembre, especialmente con los 50 años del golpe de Estado. No esconde su indiferencia. “Mira, yo creo que han hecho de los derechos humanos un festival aquí en Chile. Yo no tenía idea. No me interesaba tampoco”, agrega.Su amiga Nancy Marchant comparte su opinión y dice que el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende estaba justificado. “¿Por qué esa alevosía, esa rabia, ese rencor tan grande para celebrar 50 años, el dedo en la llaga siempre?”, se pregunta.Del otro lado de la avenida, en el jardín de la Universidad de Santiago de Chile, la USACH, un grupo de jóvenes estudiantes de primer año de periodismo conversa sobre la importancia de este mes, de este año y se sienten distantes de visiones como las de Nancy o Alicia.A Vicente Núñez le preocupan los discursos de negacionismo que circulan. “Realmente me parece trágico. Me parece trágico que actualmente, ya con todo lo que ha pasado ya 50 años, se siga tratando de esconder la verdad como tapar el sol con un dedo, básicamente. Ya se sabe tanta información, otros países también han hablado de este tema y que no salga algo parecido a otros países. Por ejemplo, yo siempre pienso en Alemania. En el caso del régimen nazi no sé, algo parecido”, explica a RFI.Su compañera de carrera, Paula Álvarez, profundiza en el origen de los discursos que relativizan lo ocurrido en 1973. “Creo que también tiene que ver con el tema de la educación, quizás porque, claro, nosotros que estamos en un ambiente que tiene historia con el asunto de la dictadura, con el lado de los trabajadores de izquierda, todo eso, pero a nivel general, a nivel Chile, tal vez no nos hemos puesto las pilas sobre educar realmente lo que fue el golpe.  Y también que se permitan discursos negacionistas en televisión, en política, que se permita que haya gente que diga que fue necesario, que haya gente que diga que Pinochet salvó la economía. Creo que eso influye igual en la opinión de las personas y también lo que pasa con los votos de castigo a ciertos sectores políticos, como están descontentos con la izquierda que está gobernando, su forma de castigo es decir ah, no, Pinochet lo hizo todo bien”, analiza.Paula dice que se trata de discursos que obedecen también a un trauma. “Hace no mucho tiempo, en las clases de historia no nos hablaban de dictadura, el gobierno se acababa en 1973, se acababa la historia de Chile. Era una cosa que se justificaba y también por la época que vivían, por toda la violencia que había, esas personas aprendieron a normalizar la violencia y a justificar el ‘no hay que poner orden, no hay que matarlos a todos, así se arregla todo', pero en realidad eran personas que vivían con miedo de lo que les podía pasar. Es como un síndrome de Estocolmo, yo diría que Chile tiene síndrome de Estocolmo, sobre todo las personas mayores que fueron niños o bebés, incluso cuando fue el golpe de Estado, es la única forma que conocieron de imponer autoridad o de hacer sociedad, básicamente”' añade.Natalia Olguín, también estudiante de periodismo en la USACH, recuerda una experiencia que tuvo entre los 10 y 12 años, cuando visitó Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura durante la dictadura militar. Una visita que fue iniciativa de dos de sus profesores y que marcó su vida. “Lo que yo propondría para la educación es como que vayan a estos lugares, cuenten la historia para que haya un cambio porque si nosotros, si los estudiantes y los niños más chicos no saben la historia, no se va a poder nunca generar el cambio”, dice.Pero, ¿qué ha pasado en Chile para que aún existan versiones que ponen no sólo en dudas los hechos, sino que reivindican lo ocurrido?Una tarde de lluvia fuimos al Instituto Nacional de Derechos Humanos para preguntarle a Jorge Lagos, un sociólogo que se desempeña como analista operativo en la Unidad de Estudio de Memoria y que ha estado trabajando en los últimos meses en el capítulo de 50 años del golpe. Para Lagos el negacionismo está lejos de ser un fenómeno nuevo.“No sé si es un resurgimiento del negacionismo, yo creo que el negacionismo ha estado instalado, quizás hoy en día, en este año en particular en que se conmemoran 50 años, quizás la discusión sale mal a la luz, pero es un fenómeno que ha estado presente desde el inicio de la democracia”, nos aclara.Aquel período oscuro de la historia de Chile cuenta con un amplio registro de atrocidades cometidas por agentes del Estado. De acuerdo   a los antecedentes entregados por el ministerio de Justicia y los informes elaborados por las distintas Comisiones de Verdad, la cifra total de víctimas calificadas oficialmente es de 40.175 personas, incluyendo ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. Luego del fin de la dictadura, en 1990, el país ha tardado en avanzar hacia una política de reparación de las víctimas. Esta tarde Marcia Tijero, analista de la unidad de estudios y memoria, repasa junto a su colega del Instituto Nacional de Derechos Humanos las razones que llevan a relativizar lo ocurrido durante los años de Pinochet. Cree que el proceso de la justicia transicional nunca acabó bien.“Yo creo que todos están frágilmente cumplidos, verdad y justicia, reparación, también muy frágil, pero definitivamente el principio de no repetición y de memoria histórica no se cumplió”, considera.Para Tijero estos incumplimientos han facilitado los discursos que relativizan lo ocurrido durante la dictadura cívico militar. “¿Y qué significa esto? En el fondo que no hay un proceso social de conocimiento de la verdad, hay una sociedad que reconoce lo que sucedió, lo elabora, hace una memoria de ese proceso y se compromete a una cosa de no repetición, y ese rol del Estado. Y ese proceso nunca se cumplió cabalmente. Y eso significa que quedan heridas, los culpables no se sienten responsables, se puede dar lo que se está dando ahora, que no se dio al principio del fin de la dictadura, que es la relectura de la historia y de los acontecimientos”.La UNESCO define el negacionismo como una forma de borrar la memoria de las atrocidades cometidas, lo que puede fomentar la repetición de tales crímenes en el futuro.Marcia y Jorge concuerdan en los factores que han favorecido este escenario y que el origen está en la forma en que Chile vivió la transición en los primeros años de democracia.“Porque en el fondo el fin de la dictadura, el inicio de la democracia es una cuestión que también funcionó muy en torno a un pacto. Una lógica de pactar cosas. Claro, porque eso fue un pacto, no fue un triunfo, sí ese es el punto central. Y, además, aunque hubiera sido un pacto, una vez en el poder, la Concertación podría haber aspirado a más. Y no lo hizo”.Jorge Lagos considera que el Estado de Chile tiene una deuda en esta materia “Si uno mira las recomendaciones, por ejemplo, del organismo de tratado, las recomendaciones del mismo INDH en esta materia, hay un porcentaje muy bajo de cumplimiento. De parte del Estado. Sí, por ejemplo, si analizamos por materia, en justicia, solamente el 10% de las causas por violación de derechos humanos tienen una sentencia y el 95%, por ejemplo, de las causas de tortura no han llegado a esa etapa, a esa etapa de cierre”, denuncia.La falta de acceso a la información también es otro factor. “En materia de verdad, por ejemplo, hoy en día aún estamos con un secreto de 50 años de lo que es el archivo Valech, que es información importantísima que, en Chile, por ejemplo, considero que es preocupante que no tengamos una ley de archivos sobre lo que ocurrió, que pueda ser disponible, que pueda ser consultada por la ciudadanía”.Jorge Lagos se lamenta de que en Chile ni siquiera hay una ley de sitios de memoria, sino que son nombrados como monumentos históricos. Desde 2018, según datos del ministerio de las Culturas y las Artes, ha habido 110 ataques a sitios de memoria.Una escasez de presupuesto y apoyo que la socióloga Carmen Pinto conoce bien. Hoy recorre los pasillos de la ex Clínica Santa Lucia, un centro médico que operó como espacio de tortura también durante la dictadura y que hoy se encuentra en un muy mal estado de conservación. Para quien pasea por el frontis es difícil adivinar que, en esa antigua casa construida en 1934, ubicada a un costado del Cerro Santa Lucía, se encuentra un sitio de memoria que hoy alberga a la comisión nacional de derechos humanos.Carmen Pinto revisa las fotografías de detenidos desaparecidos que pasaron por acá y ve con preocupación el nivel de alcance que tiene el negacionismo.“Muchos lo justifican, que era una necesidad porque se creó un caos. Es cierto que hubo un caos, pero nunca se ha dicho por qué se creó ese caos. Si no queremos reconocer lo que sucedió en Chile, veamos los documentos desclasificados de la Comisión Church de Estados Unidos, por ejemplo. Eso no lo está diciendo ningún chileno”, afirma.Pinto, que tiene un magíster en Historia y Memoria de la Universidad de La Plata, cree que en Chile hace falta entender la magnitud de los hechos y comprender los conceptos. “El problema es que no vamos a poder nunca construir un futuro si no solucionamos ese puente que hay entre el pasado, presente y futuro”.Carmen Pinto dice que lo primero es reconocer lo que sucedió. “El bombardeo de la Moneda no es imaginario, sucedió, y eso no es un acto político, es un acto de delincuencia. Las torturas sucedieron. Va a pasar lo mismo ahora. Claro, cuando vino el estallido fue como un retorno a lo siniestro, a lo que ya habíamos vivido. Fue un regreso a la memoria, pero de manera brutal. Pero como esto nunca se ha tratado bien en Chile, yo creo que Chile como sociedad tiene un trauma, un trauma”, concluye.La historiadora cree profundamente en que después de reconocer lo que sucedió, hay que hacer justicia. Decir la verdad. Conmemorar. Asegurar un Nunca Más. Luego queda sanar. 

Grandes Reportajes de RFI
'Tenemos síndrome de Estocolmo': Nostalgia y revisionismo crecen en Chile a 50 años del golpe

Grandes Reportajes de RFI

Play Episode Listen Later Sep 5, 2023 12:45


Cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, el 36% de la población de Chile tiene una visión favorable a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), según datos de una encuesta difundida en mayo pasado. Paralelamente, un sector de la población prefiere olvidar, incluso negar, lo que ocurrió, escondiendo la verdad como quien “tapa el sol con un dedo”. Este es un año especial para Chile. Esta vez, la conmemoración del golpe de Estado en contra del gobierno de Salvador Allende es distinta: los chilenos y chilenas se enfrentan este 2023 a un sector de la población que aún se niega a aceptar los hechos. Un negacionismo que está presente en los medios, en los debates públicos y que cuestiona tanto el lugar que se le quiere dar a este aniversario, así como la narrativa oficial del gobierno de Gabriel Boric.“Yo justifico el golpe militar. Me habría gustado que hubiera sido un gobierno autoritario muy corto, de meses, que se hubiera restablecido la democracia rápido, pero íbamos por un camino autoritario que le había hecho muy mal a nuestro país”, decía hace uno meses el diputado Jorge Alessandri, militante del partido de derecha Unión Demócrata Independiente, en una entrevista con Radio Futuro.“Aquí nunca pasó”Esta mañana, lejos del Congreso, en la Villa Portales de la comuna de Estación Central, en Santiago, dos amigas conversan en medio de una cancha de fútbol que comparten los vecinos. Este fue un barrio emblemático durante los años de la Unidad Popular de Salvador Allende, y vivió una fuerte represión durante la dictadura.Alicia Cortez, de 71 años, dice que ella es parte de la excepción. Cree que el golpe no fue un hecho traumático para el país, sino que un acto necesario por el contexto que se vivía: “Habíamos un grupo de personas que, como estábamos conformes con el pronunciamiento militar, nosotros no supimos nunca de las cosas que pasaron, de los detenidos desaparecidos. No supimos de los allanamientos. No supimos de nada. Hasta muchos años después. Para nosotros eso no existía. Y ahora uno lo ve como una película. Al menos yo lo veo como una película. Como que aquí nunca pasó”, cuenta.Para Cortez, la incertidumbre que se vivía en aquellos días, la escasez de productos de primera necesidad y la tendencia política de Salvador Allende generaron un escenario propicio para el golpe de Estado. Alicia no sólo reivindica la dictadura de Pinochet, sino que incluso añora aquellos años: “Yo en la época de Augusto Pinochet, como presidente de la República, viví una muy buena vida. Y después esto de la democracia, de los presidentes, en algunos buenos, y ahí empezó de nuevo la efervescencia del odio, sobre todo con Michelle Bachelet”, subraya.“La economía estaba buena”Para ella había una estabilidad que hoy no existe: “Estaba ordenado, la economía estaba buena, teníamos oportunidades todos”. Alicia Cortez siente distancia de los discursos sobre derechos humanos y memoria. Dice que prefiere dar vuelta la página: “Yo lo único que quiero es paz y amor en mi país. Yo respeto las ideas de algunas personas, pero esa confrontación que arman todo el rato, los detenidos desaparecidos…”.Crítica el lugar que ha tomado la conmemoración de este 11 de septiembre, especialmente con los 50 años del golpe de Estado. No esconde su indiferencia: “Mira, yo creo que han hecho de los derechos humanos un festival aquí en Chile. Yo no tenía idea. No me interesaba tampoco”, afirma la mujer.Su amiga Nancy Marchant comparte su opinión y dice que el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende estaba justificado. “¿Por qué esa alevosía, esa rabia, ese rencor tan grande que celebrar 50 años el dedo en la llaga siempre?”, pregunta.“Esconder la verdad, como tapar el sol con un dedo”Del otro lado de la avenida, en el jardín de la Universidad de Santiago de Chile, la USACH, un grupo de jóvenes estudiantes de primer año de periodismo conversa sobre la importancia de este mes, de este año, y se sienten distantes de visiones como las de Nancy o Alicia.A Vicente Nuñez le preocupan los discursos de negacionismo que circulan por estos días: “Realmente me parece trágico. Me parece trágico que actualmente, ya con todo lo que ha pasado, ya 50 años, se siga tratando de esconder la verdad, es como tapar el sol con un dedo, básicamente. Ya se sabe tanta información, otros países también han hablado de este tema y que no salga algo parecido a otros países. Por ejemplo, yo siempre pienso en Alemania. En el caso del régimen nazi no sé, algo parecido”, estima.Su compañera de carrera, Paula Álvarez, profundiza en el origen de los discursos que relativizan lo ocurrido en 1973: “Creo que también tiene que ver con el tema de la educación, quizás porque, claro, nosotros que estamos en un ambiente que tiene historia con el asunto de la dictadura, con el lado de los trabajadores de izquierda, todo eso, pero a nivel general, a nivel Chile, tal vez no nos hemos puesto las pilas sobre educar realmente lo que fue el golpe. Y también que se permitan discursos negacionistas en televisión, en política, que se permita que haya gente que diga que fue necesario, que haya gente que diga que Pinochet salvó la economía. Creo que eso influye igual en la opinión de las personas y también lo que pasa con los votos de castigo a ciertos sectores políticos, como están descontentos con la izquierda que está gobernando, su forma de castigo es decir ‘ah, no, Pinochet lo hizo todo bien'”, analiza la joven.“Síndrome de Estocolmo”Paula dice que se trata de discursos que obedecen también a un trauma: “Hace no mucho tiempo, en las clases de historia no se hablaba de dictadura, el gobierno se acababa en 1973, se acababa la historia de Chile. Era una cosa que se justificaba y también por la época que vivían, por toda la violencia que había, esas personas aprendieron a normalizar la violencia, pero en realidad eran personas que vivían con miedo de lo que les podía pasar. Es como un síndrome de Estocolmo, yo diría que Chile tiene síndrome de Estocolmo, sobre todo las personas mayores que fueron niños o bebés, incluso cuando fue el golpe de Estado, es la única forma que conocieron de imponer autoridad o de hacer sociedad, básicamente”.Natalia Olguín, también estudiante de periodismo en la USACH, recuerda una experiencia que tuvo entre los 10 y 12 años, cuando visitó Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura durante la dictadura militar. Una visita que fue iniciativa de dos de sus profesores y que marcó su vida. “Lo que yo propondría para la educación es que vayan a estos lugares y cuenten la historia para que haga un cambio porque si nosotros, si los estudiantes y los niños más chicos no saben la historia, no se va a poder nunca generar el cambio y vamos a seguir en esto de rotar y rotar y no vamos a cambiar”, dice.“El negacionismo ha estado instalado”¿Pero qué ha pasado en Chile para aún existan versiones que ponen no sólo en dudas los hechos, sino que reivindican lo ocurrido? Una tarde de lluvia fuimos al Instituto Nacional de Derechos Humanos para preguntarle a Jorge Lagos, un sociólogo que se desempeña como analista operativo en la Unidad de Estudio de Memoria y que ha estado trabajando en los últimos meses en el capítulo de 50 años del golpe.Para Lagos está lejos de ser un fenómeno nuevo: “No sé si es un resurgimiento del negacionismo, yo creo que el negacionismo ha estado instalado, quizás hoy en día, en este año en particular en que se conmemoran 50 años, quizás la discusión sale mal a la luz, pero es un fenómeno que ha estado presente desde el inicio de la democracia”, afirma.Aquel período oscuro de la historia de Chile cuenta con un amplio registro de atrocidades cometidas por agentes del Estado. De acuerdo   a los antecedentes entregados por el ministerio de Justicia y los informes elaborados por las distintas Comisiones de Verdad, la cifra total de víctimas calificadas oficialmente es de 40.175 personas, incluyendo ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. Luego del fin de la dictadura, en 1990, el país ha tardado en avanzar hacia una política de reparación de las víctimas.Marcia Tijero, analista de la unidad de Estudios y Memoria, repasa junto a su colega del Instituto Nacional de Derechos Humanos las razones que llevan a relativizar lo ocurrido durante los años de Pinochet. Cree que el proceso de la justicia transicional nunca acabó bien: “Yo creo que todos están frágilmente cumplidos, verdad y justicia. Reparación también muy frágil, pero definitivamente el principio de no repetición y de memoria histórica no se cumplió”, dice.“No hay un proceso social de conocimiento de la verdad”Para Tijero estos incumplimientos han facilitado los discursos que relativizan lo ocurrido durante la dictadura cívico militar: “¿Y qué significa esto? En el fondo que no hay un proceso social de conocimiento de la verdad, hay una sociedad que reconoce lo que sucedió, lo elabora, hace una memoria de ese proceso y se compromete a una cosa de no repetición, y es el rol del Estado. Y ese proceso nunca se cumplió cabalmente. Y eso significa que quedan las heridas, los culpables no se sienten responsables, se puede dar lo que se está dando ahora, que no se dio al principio del fin de la dictadura, que es la relectura de la historia y de los acontecimientos”.Leer también‘Los años Allende”, una novela gráfica chilenaLa UNESCO define el negacionismo como una forma de borrar la memoria de las atrocidades cometidas, lo que puede fomentar la repetición de tales crímenes en el futuro. Marcia y Jorge concuerdan en los factores que han favorecido este escenario, y en que el origen está en la forma en que Chile vivió la transición en los primeros años de democracia. “Porque en el fondo el fin de la dictadura, el inicio de la democracia, es una cuestión que también funcionó muy en torno a un pacto, una lógica de pactar cosas”, estima Jorge, y completa Marcia: “Claro, porque eso fue un pacto, no fue un triunfo, ése es el punto central. Y además, aunque hubiera sido un pacto, una vez en el poder, la Concertación podría haber aspirado a más. Y no lo hizo”.Deuda del EstadoJorge Lagos considera que el Estado de Chile tiene una deuda en esta materia: “Si uno mira las recomendaciones, por ejemplo, del organismo de tratado, las recomendaciones del mismo INDH en esta materia, hay un porcentaje muy bajo de cumplimiento de parte del Estado. Si, por ejemplo, si analizamos por materia, en justicia, solamente el 10% de las causas por violación de derechos humanos tienen una sentencia, y el 95%, por ejemplo, de las causas de tortura, no han llegado a esa etapa de cierre”.La falta de acceso a la información también es otro factor. “En materia de verdad, por ejemplo, hoy en día estamos con un secreto de 50 años sobre el archivo Valech, que es información importantísima que en Chile, por ejemplo, considero que es preocupante que no tengamos una ley de archivos sobre lo que ocurrió, que pueda ser disponible, que pueda ser consultada por la ciudadanía, por la Justicia”, prosigue Lagos.Jorge Lagos lamenta que en Chile ni siquiera hay una ley de sitios de memoria, sino que son nombrados como monumentos históricos. Desde 2018, según datos del Ministerio de las Culturas y las Artes, han habido 110 ataques a sitios de memoria. Una escasez de presupuesto y apoyo que la socióloga Carmen Pinto conoce bien.“Chile como sociedad tiene un trauma”Carmen Pinto recorre los pasillos de la ex Clínica Santa Lucía, un centro médico que operó como espacio de tortura y que hoy se encuentra en un muy mal estado de conservación. Para quien pasea por el frontis es difícil adivinar que en esa antigua casa construida en 1934, ubicada a un costado del Cerro Santa Lucía, se encuentra un sitio de memoria que hoy alberga a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.La socióloga revisa las fotografías de detenidos desaparecidos que pasaron por acá y ve con preocupación el nivel de alcance que tiene el negacionismo. “Muchos lo justifican, que era una necesidad porque se creó un caos. Es cierto que hubo un caos, pero nunca se ha dicho por qué se creó ese caos. Si no queremos reconocer lo que sucedió en Chile, veamos los documentos desclasificados de la Comisión Church de Estados Unidos, por ejemplo. Eso no lo está diciendo ningún chileno”, estima.Pinto, que tiene un magíster en Historia y Memoria de la Universidad de La Plata, cree que en Chile hace falta entender la magnitud de los hechos y comprender los conceptos: “El problema es que no vamos a poder nunca construir un futuro si no solucionamos ese puente que hay entre el pasado, presente y futuro”, lamenta. Dice que lo primero es reconocer lo que sucedió. Hacer justicia. Decir la verdad. Conmemorar. Asegurar un Nunca Más. Luego queda sanar.“El bombardeo de La Moneda no es imaginario, sucedió, y eso no es un acto político, es un acto de delincuencia. Las torturas sucedieron. Va a pasar lo mismo ahora. Claro, cuando vino el estallido fue como un retorno a lo siniestro,a lo que ya habíamos vivido. Fue un regreso de la memoria, pero de manera brutal. Pero como esto nunca se ha tratado bien en Chile, yo creo que Chile como sociedad tiene un trauma”, concluye la socióloga.

Solo Documental
Chile, mi vecino es torturador

Solo Documental

Play Episode Listen Later Nov 29, 2022 43:13


En la década de 1970, el coronel Moren Brito dirigió Villa Grimaldi uno de los principales centros de tortura de la DINA, la policía política. Hoy vive una vida discreta en una zona residencial de Santiago. Pero su pasado lo alcanza. En el supermercado local, es detenido por una de sus antiguas víctimas. En Chile, como en cualquier otro lugar, las cicatrices se cerrarán una vez que se haga justicia. -

Traficantes de Cultura
Nubia Becker Eguiluz, autora de "Una Mujer en Villa Grimaldi"

Traficantes de Cultura

Play Episode Listen Later Jun 7, 2022 42:02


"Un libro dramático que retrata la vida de una mujer en aquel centro de detención y tortura, los tormentos allí padecidos y, al mismo tiempo, la esperanza y la capacidad del ser humano para resistir y salir adelante. Un libro necesario sobre la historia reciente de nuestro país." Conversamos en el Traficantes de Cultura con Nubia Becker Eguiluz, autora de #UnaMujerEnVillaGrimaldi, libro editado por Pehuén Editores. Conduce: Humberto Fuentes

Escala en París
Escala en París - [Redifusión] Bonnefoy se consolida como el exponente de la literatura latinoamericana en francés

Escala en París

Play Episode Listen Later Dec 30, 2020 12:55


Con un padre chileno escritor y una madre venezolana amante de la literatura, el destino de Miguel Bonnefoy no podía ser otro. Acaba de publicar su tercera novela ‘Héritage’ en la editorial Rivages. La historia de una saga familiar francesa instalada en Chile que abarca un siglo de 1873 a 1973. Sus personajes están marcados por varios acontecimientos trágicos como las dos guerras mundiales y el golpe de Estado de Pinochet. Una historia en la que la fábula y lo extraordinario juegan un papel esencial en el destino de los Lonsonier. Con su tercera novela, ‘Héritage’ el escritor franco-venezolano se está imponiendo como uno de los autores imprescindibles de esta temporada literaria francesa. A pesar del confinamiento que ha obligado a cerrar librerías y a suspender los actos de promoción, su libro ha estado en la lista de los favoritos para ganar el Goncourt, el premio literario más prestigioso de Francia. Miguel Bonnefoy (París, 1986), que ya publicó con éxito ‘El viaje de Octavio’ (2015) y ‘Azúcar negro’ (2017), firma ahora un viaje también a Latinoamérica, concretamente a Chile, a partir de la historia de su ancestros, una realidad que se mezcla con la mitología familiar y la fantasía. Se trata de la historia de una saga familiar francesa en Chile, los Lonsonier, que inicia en 1873 un viticultor del Jura, en el este de Francia, que decide dejar esas tierras porque su viña se echa a perder con la plaga de filoxera. Su objetivo es instalarse en California y plantar la cepa que se ha llevado de su campo pero el azar, o el destino, hará que desembarque en Chile donde se sucederán cuatro generaciones, hasta que Ilario Da, pseudónimo del padre de Miguel Bonnefoy, decide volver a Francia en 1973 para escapar de la dictadura de Augusto Pinochet. “Quería rendir homenaje a mi padre (Michel Bonnefoy), a la historia terrible que vivió con la tortura en Villa Grimaldi durante la dictadura”, explica Bonnefoy en Escala en París quien añade que el libro también quiere rescatar del olvido a muchos chilenos de origen francés que lucharon en las guerras mundiales. “Cuando la noticia de la I Guerra Mundial llegó, muchos tuvieron una especie de deseo ardiente, de necesidad biológica, de agarrar unos barcos y combatir contra alemanes que eran hijos de la inmigración alemana que habían llegado de Europa. Esa especie de absurdo (…) me pareció que podía dar un terreno para crear una situación narrativa compleja”, explica el escritor franco-venezolano. Un puzle genealógico con personajes inspirados en su familia y otros tomados prestados o inventados para contar más de un siglo de historia en un relato en el que también tienen cabida personajes fantásticos y muertos que vuelven a la vida para cambiar el destino de los Lonsonier. Un viaje emotivo contado con una narrativa deliciosa que nos sumerge en el mundo de este escritor que escribe en francés pero que con ‘Heritage’ entra definitivamente en la tradición literaria latinoamericana. “Yo siento que en mi corazón están estas dos culturas, que está este puente entre dos continentes e intento tener las dos inspiraciones y las dos influencias y dejarme llevar por estos dos ríos que llegan a un mismo mar. Por un lado hay una estructura y personajes muy latinoamericanos (…) intenté hacer un mestizaje entre el rigor francés y la fantasía latinoamericana”, cuenta Miguel Bonnefoy. ‘Héritage’ podrá leerse en español a partir del 2021 con dos ediciones, una chilena en Lom Ediciones y otra española en Armaenia Editorial. #EscalaenParís también está en Facebook. Un programa coordinado por Florencia Valdés. Realizado por Souheil Khedir, Mathias Taylor et Jérémy Boucher.

Escala en París
Escala en París - Bonnefoy se consolida con ‘Héritage’ como el exponente de la literatura latinoamericana en francés

Escala en París

Play Episode Listen Later Nov 18, 2020 12:55


Con un padre chileno escritor y una madre venezolana amante de la literatura, el destino de Miguel Bonnefoy no podía ser otro. Acaba de publicar su tercera novela ‘Héritage’ en la editorial Rivages. La historia de una saga familiar francesa instalada en Chile que abarca un siglo de 1873 a 1973. Sus personajes están marcados por varios acontecimientos trágicos como las dos guerras mundiales y el golpe de Estado de Pinochet. Una historia en la que la fábula y lo extraordinario juegan un papel esencial en el destino de los Lonsonier. Con su tercera novela, ‘Héritage’ el escritor franco-venezolano se está imponiendo como uno de los autores imprescindibles de esta temporada literaria francesa. A pesar del confinamiento que ha obligado a cerrar librerías y a suspender los actos de promoción, su libro ha estado en la lista de los favoritos para ganar el Goncourt, el premio literario más prestigioso de Francia. Miguel Bonnefoy (París, 1986), que ya publicó con éxito ‘El viaje de Octavio’ (2015) y ‘Azúcar negro’ (2017), firma ahora un viaje también a Latinoamérica, concretamente a Chile, a partir de la historia de su ancestros, una realidad que se mezcla con la mitología familiar y la fantasía. Se trata de la historia de una saga familiar francesa en Chile, los Lonsonier, que inicia en 1873 un viticultor del Jura, en el este de Francia, que decide dejar esas tierras porque su viña se echa a perder con la plaga de filoxera. Su objetivo es instalarse en California y plantar la cepa que se ha llevado de su campo pero el azar, o el destino, hará que desembarque en Chile donde se sucederán cuatro generaciones, hasta que Ilario Da, pseudónimo del padre de Miguel Bonnefoy, decide volver a Francia en 1973 para escapar de la dictadura de Augusto Pinochet. “Quería rendir homenaje a mi padre (Michel Bonnefoy), a la historia terrible que vivió con la tortura en Villa Grimaldi durante la dictadura”, explica Bonnefoy en Escala en París quien añade que el libro también quiere rescatar del olvido a muchos chilenos de origen francés que lucharon en las guerras mundiales. “Cuando la noticia de la I Guerra Mundial llegó, muchos tuvieron una especie de deseo ardiente, de necesidad biológica, de agarrar unos barcos y combatir contra alemanes que eran hijos de la inmigración alemana que habían llegado de Europa. Esa especie de absurdo (…) me pareció que podía dar un terreno para crear una situación narrativa compleja”, explica el escritor franco-venezolano. Un puzle genealógico con personajes inspirados en su familia y otros tomados prestados o inventados para contar más de un siglo de historia en un relato en el que también tienen cabida personajes fantásticos y muertos que vuelven a la vida para cambiar el destino de los Lonsonier. Un viaje emotivo contado con una narrativa deliciosa que nos sumerge en el mundo de este escritor que escribe en francés pero que con ‘Heritage’ entra definitivamente en la tradición literaria latinoamericana. “Yo siento que en mi corazón están estas dos culturas, que está este puente entre dos continentes e intento tener las dos inspiraciones y las dos influencias y dejarme llevar por estos dos ríos que llegan a un mismo mar. Por un lado hay una estructura y personajes muy latinoamericanos (…) intenté hacer un mestizaje entre el rigor francés y la fantasía latinoamericana”, cuenta Miguel Bonnefoy. ‘Héritage’ podrá leerse en español a partir del 2021 con dos ediciones, una chilena en Lom Ediciones y otra española en Armaenia Editorial. #EscalaenParís también está en Facebook. Un programa coordinado por Florencia Valdés. Realizado por Souheil Khedir, Mathias Taylor et Jérémy Boucher.

Café con Historia
CaféconHistoria #33 (Enrique Gatica / Acción de pobladores durante la década de los 80)

Café con Historia

Play Episode Listen Later Jun 25, 2018 56:28


Holaaa, volvemos con nuevo capítulo! Hoy tenemos de invitado a Enrique Gatica, quien nos habló sobre la acción de los pobladores de la Villa Francia durante la década de los 80, También, nos compartió parte de su investigación en educación y su experiencia trabajando en Villa Grimaldi. Compartan!!

Café con Historia
CaféconHistoria #29 (Constanza Dalla Porta / Villa Grimaldi y Reforma Agraria tras la dictadura)

Café con Historia

Play Episode Listen Later May 27, 2018 49:16


Holaaaa, en este capítulo conversamos con Constanza Dalla Porta acerca de su trabajo en Villa Grimaldi, así como de su tesis de magister y próximo viaje a Princeton! Disfrute y comparta!

INFO7 - La memoria | naiz.eus
La Memoria. "Villa Grimaldi". Memoria de aquel terror

INFO7 - La memoria | naiz.eus

Play Episode Listen Later Mar 12, 2018


Tras el Golpe de Estado del 11 de Septiembre de 1973 se instauró una negra noche en todo Chile al amparo de la cual se puso en marcha una criminal estrategia de persecución política y social que buscaba acabar con los distintos movimientos, partidos políticos y colectividades que habian mostrado su adhesión al Gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende y posterior oposición a la Dictadura. Como parte de esa estrategia de Terrorismo de Estado fue habilitada una brutal geografia de centros de secuestro, tortura y exterminio, por donde pasaron miles de chilenos durante todo el periodo dictatorial muchos de ellos para no volver nunca.

INFO7 - La memoria | naiz.eus
[ADELANTO] La expresa Nubia Becker nos acerca a la dictadura chilena, hoy, en La Memoria

INFO7 - La memoria | naiz.eus

Play Episode Listen Later Mar 5, 2018


Martxelo Alvarez ha entrevistado a Nubia Becker, chilena que en los tiempos que siguieron al golpe militar del 11 de Septiembre de 1973 estuvo presa en "Villa Grimaldi", una de las cárceles de la dictadura chilena. Esta noche, una nueva edición de La Memoria llega a Info7, como todos los lunes de 22.00 a 23.00.

Hörpunkt Lateinamerika

Folge 79 (09.12.2013): In dieser Folge Hilde Regeniter besuchte die Villa Grimaldi in Chile. Hier wurden während der Pinochet-Diktatur Oppositionelle gefoltert Wir verlosen Freikarten für den Film „Auf dem Weg zur Schule“ Roman Krupp sprach mit dem Radiomoderator Padre Edilberto aus Brasilien über seinen Sender und sein Programm Thomas Völkner stellt Ihnen den Film „Una noche“ vor Und: Am 1. Advent wurde die Adveniat-Aktion 2013 in Osnabrück eröffnet. Carolin Kronenburg sprach einen Tag vorher im Mittagsgebet mit Aktionsgast José Argüello Moderation: Christina Weise

Expedição Para Casa | Deutsche Welle
Bônus: Villa Grimaldi - centros de tortura do regime Pinochet

Expedição Para Casa | Deutsche Welle

Play Episode Listen Later Apr 6, 2011 2:37


Expedición al país natal | Deutsche Welle
Bonus: Villa Grimaldi – Centro de torturas de la dictadura de Pinochet

Expedición al país natal | Deutsche Welle

Play Episode Listen Later Mar 31, 2011 2:37


Coming Home | Deutsche Welle
Bonus: Villa Grimaldi – Torture Center of the Pinocsahet-Regime

Coming Home | Deutsche Welle

Play Episode Listen Later Mar 30, 2011 2:37