Escuche cada día la opinión de Francisco Marhuenda en el podcast del director de La Razón.

Estas palabras del Rey recogen el sentimiento del pueblo español. Es muy doloroso celebrar un aniversario que recuerda la mayor tragedia que ha sufrido Valencia en las últimas décadas. Todos preferimos celebrar buenas noticias, pero es importante no olvidar lo que sucedió y, sobre todo, aprender de la catástrofe para hacer todas las inversiones necesarias para que no se repita. Es bueno recordar que ha habido otras DANA y que las habrá en el futuro. Por eso sería incomprensible que no sean todo lo completas que es exigible tras el desastre. Las víctimas se fueron y quedó un enorme vacío en sus familias y allegados. Es algo que no se puede cambiar. El Homenaje de Estado a las víctimas de la DANA sirvió para recordarlo.

Es cierto que es una reforma condenada, afortunadamente, al fracaso. La ruptura con Junts es una gran noticia, porque se aleja el riesgo de introducir una norma que atenta contra el Estado de Derecho y la separación de poderes. A estas alturas conocemos lo que puede suceder con un Ministerio Fiscal controlado por el Gobierno. Hasta que no se establezca un mecanismo por el que el Fiscal General del Estado sea realmente independiente no se pueden otorgar las investigaciones penales a los fiscales.

El negarse a aceptar la realidad no hace que desaparezca. La legislatura está agotada, aunque Sánchez pretenda seguir como si nada. Lo normal sería la convocatoria de unas elecciones anticipadas, como hizo Felipe González en 1995. No tenía ningún sentido continuar sin contar con una mayoría estable en el Congreso de los Diputados y, tras la derrota en las elecciones de 1996, ni siquiera intentó formar gobierno. En cambio, las convicciones democráticas de Sánchez son más bien endebles y la situación se ha vuelto tan grotesca que sus portavoces han pedido a Junts mantener un «canal de diálogo» a pesar de la ruptura.

Es una reacción normal, porque está convencido de que la ruptura es algo irrelevante e incluso cosmético. Por supuesto, le gustaría que Junts le siguiera apoyando lo que queda de legislatura. En este sentido, su esperanza es que Puigdemont se hunda en las próximas elecciones catalanas y tenga que jubilarse políticamente.

Sánchez quería someter a los tres poderes del Estado, pero no lo ha conseguido. Es cierto que el Congreso de los Diputados está sometido a su voluntad, aunque el futuro es incierto y lo será en mayor medida conforme se acerquen las elecciones generales.

La Moncloa intenta transmitir que no habrá ruptura y que la legislatura no está en peligro. Al final, Junts se ha quedado en tierra de nadie, ya que su alianza con Sánchez es confusa.

El gran argumento de Sánchez para que Puigdemont le siga apoyando es que «a Cataluña le sienta bien este Gobierno». Me imagino que debe pensar que es uno de los paniaguados con los que acostumbra a tratar y a los que levanta la cartera porque dependen de él. Es decir, que es suficiente darle alguna baratija como hacían los europeos cuando colonizaban África. Desde hace muchos años le engaña, aunque a estas alturas parece que las baratijas no son suficientes y eso del miedo al PP es una argumentación bastante endeble.

La propaganda gubernamental insiste en la buena marcha de la economía, aunque sin añadir que es gracias a la UE, al brutal endeudamiento del Estado y al empuje de las empresas. La política gubernamental no solo es irrelevante, sino que sus medidas son un lastre. No hay que sorprenderse, porque la ineficacia y el intervencionismo son algo que caracterizó la gestión tanto de los gobiernos de González como de Zapatero. Hay que reconocer que el peor de la democracia ha sido, con diferencia, el actual.

Tengo que reconocer los esfuerzos que hacen los medios del régimen para defender a Sánchez. Una de sus esperanzas es contraponer la Gürtel y la Kitchen a la gran cantidad de repugnante basura que vamos conociendo. La estrategia para defender a su familia, su partido y su Gobierno es afirmar que Ábalos y Koldo son dos golfos mientras que no hay nada contra Santos Cerdán. Por supuesto, que sufre un insoportable acoso de la fachosfera. El otro día escuchaba a uno de sus aliados socialistas defender estas ideas para minimizar los daños. Nada que ver con lo que hacían y decían contra el PP y sus dirigentes.

La política internacional ofrece alguna alegría en estos tiempos llenos de conflictos, tensión e incertidumbre. Una de ellas es el retroceso de la izquierda en muchos países iberoamericanos. Por eso, hay que celebrar su hundimiento en Bolivia. Las formaciones de centro derecha fueron las únicas que pasaron a la segunda vuelta de las presidenciales que ganó Rodrigo Paz con un 54,57%.

Haga lo que haga es cuestionado, ridiculizado y difamado, porque los pijoprogres no pueden soportar sus éxitos. Hay que matizar que denominar izquierdistas a los demócratas, dirigidos por multimillonarios, es un insulto a la inteligencia. Las polémicas medidas económicas de Trump buscan favorecer a las clases populares estadounidenses que se han visto perjudicadas por las políticas de presidentes sobrevalorados como Obama o Biden.

Las islas Británicas han sido gobernadas por sistemas monárquicos desde la Antigüedad hasta nuestros días, con la excepción del periodo en que fue República desde la ejecución de Carlos I Estuardo hasta la caída del Protectorado. Es lo que se conoce como la Commonwealth de Inglaterra. La monarquía fue abolida y se instauró en primer lugar una república parlamentaria sin una jefatura de estado, aunque con Cromwell como hombre fuerte. Entre 1649 y 1652 fue un régimen civil con tutela militar, pero finalmente disolvió el Rump convirtiéndose en dictador de facto hasta que lo constitucionalizó con el Protectorado. En ese momento se convirtió en dictador de derecho bajo el título de Lord Protector. Fue una dictadura militar caracterizada por un gobierno militar directo. La experiencia de 1649-1660 dejo una fuerte huella en la sociedad británica y no han existido movimientos republicanos con apoyo popular. Hay que tener en cuenta que la guerra civil inglesa (1642-1651) provocó más de 200.000 muertos, el rey Carlos I fue juzgado y ejecutado, algo que era impensable para la mentalidad de la época, se abolió la monarquía y la Cámara de los Lores y se instauró una República que sería muy inestable.

El Senado impulsará otro conflicto por no haber presentado el Gobierno los Presupuestos en tiempo y forma tal como establece claramente la Constitución. La situación es tan extravagante que el Congreso no hará nada, ya que está sometido a los caprichos del inquilino de La Moncloa. No podemos esperar ningún atisbo de coherencia en la izquierda mediática. RTVE se ha convertido en otra marioneta del sanchismo, que está llena de activistas que se dedican a la hagiografía del líder del PSOE y la descalificación sistemática de Feijóo y su partido.

España entera se pregunta si lo está. No se habla de otra cosa. Hay que empatizar con su estado, ya que tiene por costumbre trasladarnos este tipo de cuestiones. No hay duda de que es algo fundamental en su vida y una preclara expresión de un entrañable egocentrismo. Los sesudos analistas y politólogos del sanchismo han glosado su ingenio cuando dijo «ánimo, Alberto». Con esa frase eclipsa a Lope de Vega, que era llamado «El Fénix de los Ingenios» por su extraordinaria y prolífica creatividad, así como a cualquier autor desde el Siglo de Oro. Es un portento.

Sánchez debería agradecer a Feijóo su dura campaña contra la corrupción socialista y los procesos judiciales que afectan a su familia, ya que Tezanos podrá aumentar todavía más la distancia entre ambos partidos. No hay duda de que los billetes corrían en el PSOE «como en un prostíbulo», como dijo el líder del PP en la sesión de control en el Congreso de los Diputados. Las informaciones y las imágenes confirman que la corrupción campaba a sus aires en el Gobierno y en el partido. Es curioso que para Sánchez todo sean bulos, mentiras e insidias.

Lo que más le interesa a Sánchez es su bienestar. No lo ha escondido nunca. Un día nos aclaró que había comido tarde, otro que se encontraba bien de salud y sabemos, además, que es un hombre profundamente enamorado. En este último aspecto, desconozco si esto incluye escribirle poemas a Begoña para mantener viva la llama del amor y ocupar su tiempo en esos tediosos viajes por el mundo donde tiene mucho tiempo libre. Ha arrancado la semana con dos días magníficos dedicados a la política vacía de contenido, que es lo que más le puede gustar. No hay más que ver la escena ridícula de su sumisión a Trump para que le dejaran participar en la firma del acuerdo de paz para Oriente Medio.

«No se entiende la espantada de Sánchez a los periodistas en la recepción del Palacio Real si todo le va tan bien»

«No creo que Puigdemont se vuelva a dejar engañar por los tahúres monclovitas»

«No creo que la estrategia de victimización funcione para seguir en La Moncloa, pero sí para radicalizar la sociedad y movilizar a sus votantes»

«Una metedura de pata injusta y sin fundamento, que, sobre todo, descalifica a quien la protagoniza»

Son tiempos de activismo en la izquierda mediática para salvar a Sánchez

Hace dos años, el gobierno de Gaza controlado por Hamás emprendió una brutal y criminal acción bélica contra Israel. Fue una operación de naturaleza genocida en su motivación, ya que las víctimas fueron asesinadas por ser judíos, y constituyó un crimen de guerra de dimensiones históricas. No fue un atentado terrorista aislado, sino una declaración de guerra. Las Brigadas al-Qassam, brazo armado de Hamás, penetraron en el territorio de un Estado soberano para perpetrar una masacre, acabar con las esperanzas de una solución pacífica del conflicto e iniciar un nuevo ciclo de violencia.

Cuando se analice este periodo político, comúnmente denominado como el sanchismo, nos acordaremos de los aspectos más chuscos y groseros. No creo que los historiadores, incluidos aquellos que tengan una sensibilidad de izquierdas, podrán ofrecer un balance benévolo, porque abandonada la política se impondrá el rigor metodológico que exige la ciencia histórica. En ese momento se analizarán declaraciones, documentos y lo que hayan publicado los medios de comunicación. En este último caso, resulta todo esperpéntico. Frente a las sospechas de corrupción y la utilización de subterfugios en los mensajes, Ábalos explica que «Koldo traía chistorras de Navarra a guardias civiles».

Sánchez necesita ganar tiempo para intentar compensar o revertir la situación catastrófica en que se encuentra. No creo que lo consiga, pero la esperanza es lo último que se pierde. Los escándalos de corrupción y los problemas judiciales que afectan a su familia y al fiscal general del Estado provocan un enorme deterioro electoral.

La guerra de Gaza ha mostrado que la Unión Europea tiene una escasa capacidad de influencia en la política internacional. Es algo que ya se comprobó en Siria, Afganistán y Ucrania. No es algo que nos tenga que sorprender a pesar de la cansina propaganda de los líderes europeos. La realidad es que solo Estados Unidos tiene un peso relevante y decisivo en el ámbito de las democracias. En el otro lado, los regímenes totalitarios que tan gratos son para el gobierno socialista comunista de Sánchez, hay que circunscribirse a China y Rusia, aunque el peso del primero es mayor. Es algo lógico, porque todos ellos hablan con una única voz y no hacen el ridículo como sucede con la Unión Europea.

No creo que ninguna información o sentencia cambie la firme determinación de Sánchez de resistir a cualquier precio. Por supuesto, que nadie espere que el PNV ponga en riesgo sus pactos con el PSOE y aplicará, una vez más, una distinta vara de medir. A diferencia de lo que pasó con la excusa de la corrupción para apoyar la moción de censura contra Rajoy, las tragaderas de Aitor Esteban y sus compañeros no tienen límite. Las diferentes informaciones que se van publicando muestran el inmenso lodazal en que se ha convertido el sanchismo y que la corrupción sistémica sigue muy presente.

Las últimas semanas han puesto sobre la mesa el viejo antisemitismo que desde hace casi dos mil años ha justificado el odio al pueblo judío. Es fácil escuchar esas frases sorprendentes donde se afirma que algún fundamento tendrá que tantos países estén en contra de Israel. Desde la televisión pública, controlada por los sanchistas, se ha tenido material para que los programas informativos dejaran en un segundo plano los procesos judiciales que afectan a la mujer del presidente del Gobierno.

He de reconocer que siento un cierto asombro ante la línea de defensa de la mujer del presidente del Gobierno. No sé qué decidirá la Justicia si finalmente tiene que comparecer ante un juicio con jurado, pero es difícil asumir que la asesora tenía que realizar todo tipo de tareas para ella. Durante cuatro años tuve el honor de ser el director del Gabinete de Mariano Rajoy en el Ministerio de Administraciones Públicas y luego en el macroministerio de Educación. En primer lugar, me dio total libertad para elegir a las asesoras y los asesores. Por supuesto, se lo consulté con él y estuvo de acuerdo.

El aparato propagandístico del sanchismo tiene este tema como una de sus líneas argumentales para descalificar al centro derecha. No voy a negar la existencia de buenos guionistas en La Moncloa dedicados a construir relatos y nutrir de munición a los medios de comunicación del régimen. En este sentido, se aduce que la oposición tiene mucha prisa por llegar al poder, que cuestiona la legitimidad de Sánchez y que no tiene unas políticas alternativas. Todo este conjunto de chorradas conforma la basurilla ideológica que expanden los activistas que se pasean por las tertulias de TeleSánchez.

En La Moncloa causó inicialmente una enorme satisfacción la noticia de la jubilación del multimillonario José Miguel Contreras. Los centenares de miembros del gabinete presidencial, no sé si han llegado ya al millar, estaban eufóricos y querían hacer una fiesta. Nada más gratificante que librarse de uno de los mayores liantes del panorama televisivo. El problema es que el tweet se refería solo a su condición de catedrático en la Universidad Rey Juan Carlos. Me ha gustado mucho esa aclaración de que «me he jubilado de la Universidad tras 40 años de trabajo», porque olvida los muchos que ha estado en excedencia.

«Ningún presidente compró la silla y menos con algo tan deplorable como una amnistía que decía que era inconstitucional»

«Por supuesto, el Ministerio Fiscal actúa como parte de la defensa y nunca iría en contra del jefe, que no es otro que Sánchez»

Los españoles somos muy afortunados. Le ha costado decidirlo, meses de intensa reflexión y un país que atisbaba el riesgo de sufrir la más triste de las orfandades. Se había especulado con la posibilidad de que Sánchez no se presentara a la reelección. Había una gran inquietud en su entorno político. Los millonarios lobistas como Javier Curtichs, Pepe Blanco y José Miguel Contreras estaban inquietos, porque no podrían incrementar sus enormes fortunas.

Un síntoma de la desorientación que impera en la corte monclovita es ese abono permanente a las teorías de la conspiración. La falta de argumentos o incluso de imaginación se traduce en carecer de argumentos ante los problemas judiciales que afectan a la familia presidencial, el Gobierno y el partido. Los silencios de Sánchez a estas alturas son más esclarecedores que cualquier declaración. Al menos no ha anunciado un nuevo retiro espiritual para decidir si sigue o no en La Moncloa, aunque todo indica que aguantará hasta el final de la legislatura a pesar de las derrotas parlamentarias o el resultado de los procedimientos judiciales.

Las derrotas parlamentarias se suceden con una cansina monotonía. Han sido muchas y vendrán más. La firme resistencia de Sánchez no es ningún mérito. No cabe atribuirle ningún atributo heroico, es solo la expresión de su apego al cargo. La mentira se utiliza como un instrumento de acción política con absoluta normalidad y nunca se asume ninguna responsabilidad. El término dimisión ha desaparecido. No importa el escándalo o el error que afecte al sanchismo, porque la izquierda política y mediática aplaude con fervor al líder. Hemos llegado al extremo de que los ministros le trasladan su solidaridad y ánimo ante el juicio a su hermano. Es un comportamiento más propio de Corea del Norte que de una democracia europea.

Ser la pareja, un familiar o un amigo de Ayuso se ha convertido en una profesión de riesgo para las cloacas del PSOE y del Estado controladas por el sanchismo. Es la mayor cacería política desde la Transición. Hay otros políticos del PP que han sufrido agresiones, pero con la presidenta madrileña se han superado todas ellas. La campaña desatada por la izquierda política y mediática es brutal mientras se dedica a defender la inocencia de Begoña Gómez, David Sánchez y al propio PSOE. Desde Sánchez hasta el último de sus peones, han atacado e insultado sistemáticamente a Ayuso.

Es la única que se escucha desde que Israel decidió acabar con los terroristas de Hamás que controlan el gobierno de Gaza. El viejo antisemitismo ha regresado, porque nunca desapareció, con una enorme fuerza. Ninguno de los países que ayudan a Hamás reconociendo el inexistente estado de Palestina hubiera aceptado una declaración de guerra tan brutal como el ataque del 7-O. El primer ministro británico asegura que «no es un premio para Hamás» mientras reconoce que es «una organización terrorista brutal», pero es evidente que el gobierno de Gaza estará muy contento con este nuevo disparate de las antiguas potencias colonialistas.

Los antisemitas europeos utilizan la mentira del genocidio para atacar a la democracia israelí. Es un sentimiento profundo y milenario que se remonta a la dominación romana sobre el territorio del pueblo judío. A estos se unen los desinformados, consciente o inconscientemente, y los acomplejados que no se atreven a levantar su voz frente a la mentira que favorece al gobierno terrorista de Gaza. Los antisemitas y los políticos desaprensivos como Sánchez han instalado la idea de que negar el genocidio es políticamente incorrecto. Es cierto que muchos utilizan el subterfugio de culpar a Netanyahu, un gobernante democrático a diferencia de lo que sucede con los dirigentes de Hamás. No es verdad que la reacción frente a la matanza genocida perpetrada por Hamás el 7 de octubre sea responsabilidad únicamente de Netanyahu y sus aliados. Fue la reacción justa de Israel frente a la declaración de guerra del gobierno de Gaza y su brazo armado. No existía ninguna razón para iniciar el conflicto salvo los intereses de Irán, que controla a Hamás, y el objetivo de dinamitar los avances en las relaciones entre Israel y los países árabes.

El PSOE y La Moncloa se han convertido en una auténtica máquina de generar bulos. Es impresionante. A estas alturas deberían montar una oficina de patentes y se forrarían. Toda su estrategia gira alrededor del relato e ir arrancando hojas del calendario Pirelli a la espera de llegar a las elecciones de 2027.

Es cierto que las relaciones políticas basadas en el interés pueden ser muy sólidas, porque nadie se llama a engaño. Es un simple intercambio comercial donde el precio del producto depende de la necesidad. Puigdemont y sus colaboradores saben que no se pueden fiar de Sánchez y que la amnistía fue el resultado de los votos que necesitaba para ser investido. Por supuesto, en otras circunstancias nunca la hubiera aceptado, porque consideraba que era inconstitucional y quería meterle en la cárcel. Puigdemont le votó a pesar de ser el segundo partido, pero no hubo reciprocidad cuando se encontró en una situación parecida tras las elecciones catalanas. El líder de Junts tiene dos problemas que son una consecuencia directa de apoyar a Sánchez. No estoy seguro de si le engañaron o se dejó engañar.

Lo más llamativo de la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles fue observar a Sánchez convertido en el osito de peluche de Miriam Nogueras. Con Feijóo se comportó como es habitual. Era el estilo chulo, arrogante y perdonavidas que le caracteriza, aunque he de reconocer que siempre me pregunto de dónde le viene esa impostura. Lo más interesante del personaje es su facilidad para asumir diversas personalidades.

Como estaba previsto, la izquierda en el consejo de administración de TeleSánchez ha seguido las instrucciones monclovitas y aprobó su retirada de Eurovisión 2026 si participa Israel. Es lógico, porque se encargaron de nombrar a personas que fueran fieles a los intereses personales y partidistas de Sánchez y sus aliados. Es bueno recordar que con este Gobierno socialista comunista se han roto todas las convenciones propias de una democracia y se ha optado por asaltar las instituciones, los organismos y las empresas públicas como si fueran un botín. Se ha llegado a un nivel inimaginable en ningún país de la Unión Europea.

«Lo razonable es ejercer el legítimo derecho de defensa contra el gobierno terrorista de Hamás en Gaza»

El antisemitismo consiguió arruinar La Vuelta animado por Sánchez, que siente admiración por los violentos de la izquierda radical que boicotearon la cita deportiva. Es una situación vergonzosa que pone de manifiesto su fanático sectarismo.

La utilización de la mentira como instrumento político otorga una indudable ventaja a Sánchez y a otras personas como él. Es cierto que tiene unas indudables dotes para la interpretación y quizá el teatro español ha perdido un actor que hubiera podido dar rienda suelta a esa vocación.

El sostener que la democracia israelí está sometiendo a un genocidio a la población palestina es una gran mentira que solo se puede promover desde la ignorancia o la mala fe. Hamás, que gobierna Gaza con un amplio apoyo de la población, comenzó una guerra contra Israel con la brutal masacre del 7 de octubre que perseguía, precisamente, provocar el conflicto.

El CIS de Tezanos es una pieza fundamental en la estrategia propagandística del sanchismo. Es verdad que la manipulación es tan zafia como disparatada, pero cumple la misión que tiene encomendada su máximo responsable. Los datos electorales que ofreció este jueves reflejan el nivel de degradación en que se encuentra este organismo público. La mejor prueba de que sus resultados no son fiables es que ni siquiera los medios de comunicación afectos al régimen sanchista se los toman en serio.

No hay que sorprenderse por el aislamiento internacional del Gobierno socialista comunista de Pedro Sánchez. Lo raro sería lo contrario. Lo que es cierto es que concita una gran simpatía en los regímenes totalitarios, donde los lobistas del PSOE se forran y lo seguirán haciendo mientras dure la legislatura. Por ello, el interés es la razón fundamental que explica la firme determinación de resistir a cualquier precio.

El Gobierno y los sindicatos al servicio del sanchismo, UGT y CC OO, muestran una soberbia que siempre me sorprende. Nunca reconocen ningún error, sino que todo es culpa de los demás. Se arrogan la representación de los españoles, como si el resto fueran partidos u organizaciones marginales. No hay diálogo social sin tener en cuenta a la CEOE, que representa a la gran mayoría de empresarios. Es cierto que resulta difícil alcanzar acuerdos con el sector más radical del Gobierno encabezado por Yolanda Díaz, que cabe recordar que es comunista. Por tanto, no se puede esperar ningún atisbo de moderación en una de las ideologías más deleznables y peligrosas de la Historia.

Sánchez puede estar muy contento, porque cuenta con la simpatía de Hamás, aliado de Irán y Rusia. Es un grupo terrorista que controla Gaza desde hace décadas y comenzó la guerra con una brutal matanza genocida contra el Estado de Israel. Es bueno recordar que son una colección de criminales que odian la democracia y los países occidentales, persiguen al colectivo LGTBI y quieren acabar con los israelíes. Se sentirían cómodos desatando un genocidio en nombre del islam. No es una opinión, sino lo que hacen, dicen y tienen por escrito. Está en su documento fundacional y en los que han aprobado posteriormente.
