Orden de traslado

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Poemas traducidos y leídos en voz alta.

Ezequiel Zaidenwerg


    • Nov 9, 2022 LATEST EPISODE
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    El pino (Beatriz Vignoli, por Federico Naguil)

    Play Episode Listen Later Nov 9, 2022 0:35


    Apagué los motores y anduve a la deriva ¿cuántos años anduve a la deriva, el motor apagado, ni impulso ni gobierno, sin dirección? Me recuerdo leyendo neones a la vera de avenidas desiertas. ¿Cómo pudo nevarme encima todo este cansancio? ¿Cómo pudo acumularse, quedar ahí toda la vida? Sacudo la cabeza como un pino. La nieve no se va.

    El camino del muñeco de nieve (Choi Seung-Ho, por Priscilla Valone)

    Play Episode Listen Later Nov 9, 2022 0:49


    Que el muñeco de hielo se derrita significa que el muñeco de hielo se quema, que se queme significa que el muñeco de hielo se está volviendo ceniza. La ceniza es agua blanca ceniza la ceniza que no puede volverse más blanca, es agua. En el arroyo fluye ceniza blanca el muñeco de nieve retumba tambor acuario fluye por el río, el mar y la Vía Láctea. Que fluya significa que regresa y el que regrese significa que en ningún lugar puede permanecer por mucho tiempo.

    Retratos de Kolima (Varlam Shalamov, por Malala Lekander)

    Play Episode Listen Later Nov 9, 2022 0:56


    Si se sigue tras los pasos del primer hombre, huella a huella, se formará un sendero visible pero difícilmente transitable y estrecho: una trocha y no un camino, lleno de hoyos por los cuales es más difícil avanzar que por la nieve virgen. El trabajo más duro es para el primero, y cuando a éste se le agotan las fuerzas, lo reemplaza otro, de aquel mismo quinteto de cabeza. De entre los que siguen los pasos del primero, cada uno de ellos, incluso el más pequeño, el más débil, debe pisar un pedazo del manto nevado, y no alguna otra huella. Y sobre los tractores y a caballo no viajan los escritores, sino los lectores. (Fragmento)

    La señal (Anahí Lazzaroni, por María Laura Ise)

    Play Episode Listen Later Nov 9, 2022 0:34


    Ahora que estás ahí el mundo dejó de ser una batalla. Es como si a través de la palabra escrita, me enseñaras que el sosiego puede ser hallado. Escribimos sobre el paisaje de la ciudad. Escribimos sobre este invierno y las ramas de los árboles y el viento que las mueve. Pero vos lo sabés, en el fondo siempre estamos escribiendo de otra cosa. La palabra nieve es una buena contraseña.

    Al detenerse junto al bosque una noche que nieva (Robert Frost, por Paula Zucchello)

    Play Episode Listen Later Nov 9, 2022 0:55


    Creo que sé de quién es este bosque. Pero, como su casa está en el pueblo, no va a advertir que me detengo acá a ver cómo en su bosque cae la nieve. Mi caballito ha de pensar que es raro hacer un alto en medio de la nada, entre el bosque y el lago que se heló, la noche más oscura de este año. Sacude los cencerros del arnés, preguntando si no hay algún error. Fuera de eso, únicamente se oye el viento suave y la mullida nieve. Qué hermoso el bosque, oscuro y bien tupido, pero quedan promesas por cumplir y kilómetros antes de dormir, y kilómetros antes de dormir.

    Un don (Denise Levertov, por Mariana Vega)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 1:01


    Cuando sentís que sos apenas una frágil telaraña de preguntas, recibís las preguntas de los otros para que las sostengas en el hueco entre las manos juntas, los huevos de algún pájaro cantor que todavía son capaces de romper el cascarón si les das calorcito, mariposas que se abren y se cierran en el cuenco de las manos, confiando en que no vas a dañar su pelaje centelleante, su polvo. Recibís las preguntas de los otros como si fueran las respuestas a todo aquello que te preguntabas. A lo mejor el don sea tu respuesta.

    Anoche tuve un sueño (Cristina Peri Rossi, por Magdalena Wagner Manslau)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 0:42


    Anoche soñé que hacia el amor con mi madre Mi madre estaba desnuda y era muy guapa. No se lo contaré al psicoanalista, me dirá que esa no era mi madre a pesar de tener su apariencia. A los psicoanalistas les gusta mucho que las cosas no sean lo que son. Les pagan para eso. Pregunté sobre eso a toda clase de personas –hombres y mujeres- y todos me decían que no soñarían con eso de ninguna de las maneras. Hasta que me di cuenta de que no tenían madres guapas.

    Tao Te King, IV (Lao-Tse, por Tomás Rosner)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 0:28


    Como un hueco, el camino se usa y no se agota. Por su profundidad, parece ser el origen de todo lo que existe. Desafila su filo, suelta sus ataduras, atenúa su brillo y se hace uno con su propio polvo. Es tan hondo que ahí se queda, quieto. No se sabe de quién pueda ser hijo. Parece que antecede hasta al origen.

    Libro de los divanes (Tamara Kamenszain, por Lila Siegrist)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 0:54


    Esto no se lo conté nunca a ninguno de mis analistas: en el colegio primario judío veíamos todos los años la misma película de los campos de concentración nazi esa donde unos cadáveres vivos cavan la fosa después tiran adentro los huesitos de sus muertos y después todavía son obligados a empujarse a sí mismos suicidados por otros que los fusilan para que de tan livianitos caigan sin comerla ni beberla. No sé pero todavía hoy cuando un taxista dice algo sobre los judíos me callo no vaya a ser que por el espejo retrovisor descubra que yo también estoy al borde de esa fosa. Por eso no opino por eso me escondo detrás de la primera persona.

    Matrimonio (Sarah Diano, por Florencia Inés López)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 0:49


    a Tyrone Ya no tendremos más el agotarse en el cuerpo del otro, ni los días que en un instante eterno se prolongan: el tiempo, desde ahora, será un túnel por donde sólo quedará avanzar aunque apenas veamos los obstáculos; y el cuerpo, una parcela cultivada donde comer cuando tengamos hambre. Estos anillos que nos damos valen no por lo material de la aleación, testimonio de un pacto o de una alianza que advierte que no todo es ya posible, sino por el vacío que en el centro nos recuerda la falta que teníamos y nos previene de intentar llenarla el uno con el otro, el uno al otro.

    El amor después del amor (Derek Walcott, por María Laura Guisen)

    Play Episode Listen Later Nov 2, 2022 0:59


    Va a llegar el momento en que, lleno de alegría, te vas a saludar a vos mismo al llegar a tu propia puerta, frente a tu propio espejo, y uno va a sonreírle al otro que le da la bienvenida y le va a decir: Vení. Sentate a comer. Vas a querer de nuevo a ese desconocido que eras vos. Servile vino. Dale pan. Devolvele tu corazón a tu corazón, al desconocido que te quiso toda la vida, al que ignoraste confundiéndolo con otro, que te conoce de memoria. Bajá las cartas de amor de la biblioteca, las fotos, las notas desesperadas, arrancate tu imagen del espejo. Sentate. Hacete un festín con tu vida.

    Preguntitas sobre Dios (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Manu Wainziger)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 1:12


    Un día yo pregunté Abuelo, ¿dónde está Dios? Mi abuelo se puso triste Y nada me respondió Mi abuelo murió en los campos Sin rezo ni confesión Y lo enterraron los indios Flauta de caña y tambor Al tiempo yo pregunté Padre, ¿qué sabes de Dios? Mi padre se puso serio Y nada me respondió Mi padre murió en la mina Sin doctor ni protección ¡Color de sangre minera Tiene el oro del patrón! Mi hermano vive en los montes Y no conoce una flor Sudor, malaria y serpientes La vida del leñador Y que naide le pregunte Si sabe dónde está Dios Por su casa no ha pasado Tan importante señor Yo canto por los caminos Y cuando estoy en prisión Oigo las voces del pueblo Que canta mejor que yo Hay un asunto en la tierra Más importante que Dios Y es que naide escupa sangre Pa' que otro viva mejor ¿Que Dios vela por los pobres? Tal vez sí, y tal vez no Pero es seguro que almuerza En la mesa del patrón

    El alazán (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Geraldine Ruiz)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 1:24


    Era una cinta de fuego Galopando, galopando Crin revuelta en llamaradas Mi alazán, te estoy nombrando. Trepo la sierra con luna Cruzo los valles nevando Cien caminos anduvimos Mi alazán, te estoy nombrando. Oscuro lazo de niebla Te pialo junto al barranco, ¿Cómo fue que no lo viste? ¿Qué estrella estabas buscando? En el fondo del abismo Ni una voz para nombrarlo, Solito se fue muriendo Mi caballo, mi caballo. En una horqueta del tala Hay un morral solitario. Hay un corral sin relinchos Mi alazán, te estoy nombrando. Si como dicen algunos Hay cielos pa'l buen caballo, Por ahí andará mi flete Galopando, galopando. Oscuro lazo de niebla Te pialo junto al barranco, ¿Cómo fue que no lo viste? ¿Qué estrella estabas buscando? En el fondo del abismo Ni una voz para nombrarlo Solito se fue muriendo Mi caballo, mi caballo.

    Quiero ser luz (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Julieta Henrique)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 1:10


    Se me esta haciendo la noche En la mitad de la tarde. No quiero volverme sombra, Quiero ser luz y quedarme. Me fui quemando en la noche Siguiendo la misma senda Siempre atrás de una guitarra Apagué la última estrella. No sé qué dicha busqué. Ay, qué quimera... Qué zamba me quitó el sueño. Qué noche mi primavera. No quiero volverme sombra, Quiero ser luz y quedarme. Hoy que me pongo a pensar Solo converso en silencio Me miran los ojos de antes Viejos de ausencia y de tiempo. La misma mirada siempre, De aquellos ojos tan lejos Por fin me duermo en la noche Que alumbra el lucero viejo. No sé que dicha busqué. Ay, qué quimera... Qué zamba me quitó el sueño. Qué noche mi primavera. No quiero volverme sombra, Quiero ser luz y quedarme.

    Guitarra, dímelo tú (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Yanina Azucena)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 1:06


    Si yo le pregunto al mundo El mundo me ha de engañar Cada cual cree que no cambia Y que cambian los demás Y paso las madrugadas Buscando un rayo de luz Por qué la noche es tan larga Guitarra, dímelo tú Se vuelve cruda mentira Lo que ayer fue tierna verdad Y hasta la tierra fecunda Se convierte en arenal Y paso las madrugadas Buscando un rayo de luz Por qué la noche es tan larga Guitarra, dímelo tú Los hombres son dioses muertos De un tiempo ya derrumbao Ni sus sueños se salvaron Sólo la sombra ha quedao Y yo le pregunto al mundo Y el mundo me ha de engañar Cada cual cree que no cambia Y que cambian los demás Y paso las madrugadas Buscando un rayo de luz Por qué la noche es tan larga Guitarra, dímelo tú

    El poeta (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Julián Berenguel)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 0:40


    Tú crees que eres distinto Porque te dicen poeta Y tienes un mundo aparte Más allá de las estrellas De tanto mirar la luna Ya nada sabes mirar Eres como un pobre ciego Que no sabe a dónde va Vete a mirar los mineros Los hombres en el trigal Y cántale a los que luchan Por un pedazo de pan Poeta de tiernas rimas Vete a vivir a la selva Y aprenderás muchas cosas Del hachero y sus miserias Vive junto con el pueblo No lo mires desde afuera Que lo primero es ser hombre Y lo segundo, poeta

    La mano de mi rumor (Atahualpa Yupanqui y Nenette Pepin Fitzpatrick, por Matías Méndez)

    Play Episode Listen Later Oct 26, 2022 1:03


    No puede ser que me vaya del todo cuando me muera Que no quede ni la espera detrás de la voz que calla No puede ser que solo haya ciclos de sombra y olvido en este amor desmedido que se me hiergue en el pecho si hasta en el trino deshecho se salva el duelo del nido Pongo mi infancia en canciones y siento que se ilumina una siesta golondrina toda duraznos pintones Celebro las estaciones, lloro su fugacidad y al anegar la piedad la mortaja de su gloria me crecen en la memoria remansos de eternidad Cuando no esté, cuando el leve sobresalto que me ordena se trueque en tiempo de arena conmemorado en la nieve Cuando en mis venas abreve la liturgia de la flor tal vez algún labrador cansado de madrugadas sienta en sus manos aradas la mano de mi rumor.

    El deseo de la niña (Duško Radović, por Lana Hadžiosmanović)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 1:00


    Florecieron en el jardín de Tito flores rojas, blancas y amarillas. Un pájaro empezó a cantar en la rama frente a su ventana. Me gustaría ser un pájaro, un pajarito o una violeta. Cuando Tito se canse del trabajo, que le dé palabras mi canto; cuando vea este racimo colorido que le deje el corazón calenTito. (Traducción: Lana Hadžiosmanović y Alina Mateos Horrisberger)

    Stećak (Mak Dizdar, por Nisa Omerović e ignacio joaquin m)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 0:53


    Es piedra pero también palabra, es tierra pero también cielo, es materia pero también alma, es grito pero también canto, es muerte pero también vida, es pasado pero también futuro. (Traducción: Alina Mateos Horrisberger)

    Un western del este (Vitomir Nikolić, por Dragan Petrović y Celia Jiménez)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 0:50


    La poesía siempre a mano debe estar Como un revolver en el cinturón Así, cuando te canses, basta sacar Y disparar al centro del malón Apunta al corazón, ojos y frente Sin perdonar a nadie la vida Así cuando acabes, suave, detente Y ve tranquilo a por una birra (Traducción: Celia Jiménez)

    Vidente de cenizas (Aco Šopov, por Viki Ivanovska y Pablo Arraigada)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 2:36


    Consúmete poema en el fuego por ti encendido. La palabra estalla en el sílex y se disipa en cenizas. Vidente, ¿has reconocido en las cenizas el drama original que remonta desde el fondo de esta fuente sombría? Poema, te arranqué del pico del pájaro que vuela en mi sangre, el cielo rutilante de mis venas en fuego bajel entre dos mundos irreconciliables, auroras y lunaciones que han conservado su misterio. Te arranqué a la furia de los iconos, esas escalas ocultas, al rayo de la lanza del guerrero unido a la piedra, al sueño de aquellos que están por encima de artificios y quimeras, y, justo al lado, a penas muertos, renacen otra vez. Ahora estamos dos mundos, dos diablos, dos enemigos en guerra, estamos en guerra sin salida, puñal contra puñal. ¿Quién es el vencido? ¿Quién el victorioso? ¿A quién el alba de heridas insensatas? Consúmete poema en el fuego por ti encendido. (Traducción: Luis Futoransky)

    La deuda (Svetlana Makarović, por Julia Sarachu)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 1:21


    La piedra gris, la piedra en la montaña, agua blanca del glaciar, una afilada brisa peina las flores delicadas de narciso. Le doy a la montaña tres nombres El primer nombre padre montaña, seco, gris y arenoso, rostro gris, que desvía la mirada, a vos, padre, nada te debo, sólo el sendero que se aparta. Otro nombre madre montaña, frío, blanco y acuoso, rostro blanco, que mira en mí, a vos, madre, nada te debo, sólo el sendero interior. El tercer nombre vecino montaña, silencioso, negro y fogoso, rostro extraño, que mira a través de mí, donde estaba el camino, bulle y se levanta la niebla. A los nidos destruidos de los pájaros los alumbró un nuevo día. Hacia los tres vientos la mañana peina las flores delicadas de narciso, vecino, la deuda está saldada.

    Che, menos ruido (Konstantin Pavlov, por Eugenio López Arriazu)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 0:52


    ¡Che, menos ruido! —le dije enojado a la cascada de Boiana— ¡Qué te hacés la esencia, qué te hacés el profeta! Chiquita, lamentable cascadita – cae, larga espuma y se acalambra como un histérico epiléptico; juntando fuerzas, como para romper mis dos botellas de vodka, que en la naturaleza yo quería... ay… Tierna puesta de sol acaricia las cimas. Vital (y moribundo) va cediendo: el eco de vejetes sapucayeros, la risita erótica de abuelas presumidas… Y el sollozo de un alma… Saqueada. (Traducción de Eugenio López Arriazu)

    Cómo llegar a ti mismo (Jeton Kelmendi, por Pablo Lara Rollof)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 2:41


    Atravesando países cruzando campos, montañas y mares todo lo que hay en el mundo como un viajero acompañado por la noche y el día, nuestros amigos, pasé los minutos de mi vida hasta encontrarte Hey Qué estás haciendo aquí Cada vez que entro a mí mismo te encuentro en cada encrucijada en tus signos en mi propia luz verde Tus ojos brillan en el cielo Mi viaje fue muy largo a través de caminos que solo yo puedo transitar Los crucé con rapidez mientras me orientaba con tus signos Hey Hombre extraño qué hora es qué fecha es hoy sabes el mes el año Es un buen año Cuando pasé la ruta llamada Egnatia dos damas estaban esperándome sentadas en la hierba Una se presentó como el sol la otra como la luna Cuando me acerqué otra vez, tú eras la primera dama la segunda era el amor la luz de la eternidad Hablamos durante largas horas de las cosas que importan y nada de tonterías Cómo vaciamos arroyos de palabras Hasta que pensé que éste era seguramente un mundo mágico Y partí para retornar otra vez a mí mismo Guiándome a través de esos signos justo a medio camino del regreso me invitó un hada de montaña A medida que nos acercábamos uno al otro mi temor crecía Le rogué que me ignorase Solo soy un caminante y estoy volviendo a mí mismo Con suavidad me bendijo desde la tierra y el cielo Incluso me pareció una voz familiar Hey, milagro aún aquí emergiste ante mí Se hace tarde Seguiré mi viaje Es posible que llegue mañana Quién pudo llegar tan lejos le pregunté al poeta que apareció mientras intentaba mirar lo que no veía Y con la suavidad de la mañana llegué a la puerta del espíritu Dos rayos me esperaban Hey, hombre Nos encontramos otra vez tú y yo y mi princesa Ahora debo aceptar que estás dentro de mí Ambos somos yo Tanto viaje para llegar a ti mismo (Traducción de Ricardo Rubio)

    Tengo reglas nuevas (Dua Lipa, por Clari Mateos, acompañada por Alina Mateos Horrisberger)

    Play Episode Listen Later Oct 19, 2022 0:48


    Tengo reglas nuevas Uno: no atiendas la llamada Sabés que está solo y de parranda Dos: no lo dejes entrar que después cómo lo vas a sacar Tres: no seas su amiga Sabés esa historia donde termina Mirá que si volvés a su cama después no hay quién te quite las ganas Traducción y piano: Alina Mateos Horrisberger

    Mu (Marko Tomaš, por el autor y Dora Sesar)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 3:21


    Nuestras soledades han tenido días mejores. Han caminado por otras calles. Nuestras sombras se han tambaleado por las plazas de las metrópolis europeas, pero en ninguna hay una soledad así, tan familiar, cálida e íntima, una soledad de la que se muere, solo existe en las calles de nuestra ciudad perdida. No te he querido ni te voy a querer así en ningún otro lugar. En las ciudades extranjeras también somos extranjeros, no están los olores conocidos que nutren la soledad y el miedo de envejecer. No hay otro lugar donde envejezcan las caras conocidas y no tenemos allí a quién decir adiós. Solo con nuestra ciudad tenemos una estricta relación paterna porque no hay otro lugar donde hayamos sido jóvenes, en cualquier otro lugar podemos seguir siéndolo. No hay otro lugar donde nuestros miedos se hayan abrazado con tanta fuerza como entre los que nos conocen desde siempre. No hay otro lugar donde nos hayamos tenido que esconder como entre las puertas de los edificios que abrimos desde la infancia. No hay otro lugar donde nuestros reencuentros sean párrafos de la historia de la ciudad, de cualquier ciudad nos podemos marchar pero solo a una no podemos volver nunca y solo allí no nos podemos soltar el uno al otro. No hay un amor así, repito, no hay otro lugar donde se pueda querer así como en nuestra ciudad porque no hay otro lugar donde estemos tan solos como entre los nuestros. (Traducción de Dora Sesar)

    Vienen por nosotros (Selma Asotić, en voces de la autora y Marija Ivanović)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 5:47


    los estudiantes de doctorado occidentales, desde la oficina de una ONG nos ofrecen veinte dólares por nuestro consentimiento informado. Están en nuestro país de complejas relaciones étnicas, para investigar los mecanismos de violencia. Sin ellos, ni sabríamos que el asesinato era endémico a nuestras manos, que brota de ellas como la risa estruendosa del pasado. Nick de Connecticut está aquí para aclarar las cosas. Donde sea que se inicia una guerra, allí mandan a Nick de Connecticut, doctorando en estudios de paz, para propagar el sentido común y hacer la pregunta justa: por qué, en vez de por qué no. Cuanto más hacemos la guerra, más necesitamos a Nick de Connecticut, un par de genocidios más y le dan el título. Ah, ¡Nick de Connecticut! Te ayudaremos, seremos tuyos, solo tuyos, tus informantes locales particulares, convenientemente anónimos, listos para hablar a tu señal. Y entonces hablamos, oh Nick de Connecticut, y tú te lo tomas todo a pecho. Tu indignación es la indignación de todos aquellos cuyo país jamás haría algo así, jamás. Tu compasión es espesa, te gotea de la cara, se arrastra por el suelo, se nos sube por los pies. Nos deja en la piel un rastro caliente y pegadizo. Cómo limpiarnos tu ni me lo puedo imaginar, cuánto lo siento. Tú también eres el hijo querido de alguien, tu nombre tan lindo en Times New Roman, tu mamá con su amiga al teléfono me alegra mucho que haya podido tener esa experiencia. Oh, ¡Nick de Connecticut! La superficie de mármol en tu cocina, el peinado despreocupado de tu madre, eso es lo que anhelamos. La tierna inconsciencia del filo del carnicero, que no conoce lo que mata. Digamos lo que digamos, tú y el dorado trigo de tu pelo nunca sabrán lo rápido que avanzan las sombras cuando intentas escapar de ellas. En los agradecimientos mencionas la valentía de los sobrevivientes cuyas historias testifican la necesidad de la justicia restaurativa y de la reconciliación transversal en los espacios subliminales de las zonas de postconflicto. Después de ti, quedamos un largo rato echados de espaldas, con los ojos abiertos, tratando de recordar nuestro nombre. Nos corre baba por el mentón. Porque te imaginamos atado en la silla, tus notas quemadas, tu cuello en nuestras manos, dulce y querido Nick de Connecticut. (Traducción de Marija Ivanović y Alina Mateos Horrisberger)

    No lees a las mujeres (Olja Savičević Ivančević, por Igor Stipić y Dejan Marinović)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 1:57


    Dices que no lees a las mujeres ¿Qué podrían decirte? Te enseñaron a hablar Te enseñaron a caminar Te enseñaron a comer Te enseñaron a mear Te enseñaron a hacer el amor Si somos sinceros, ¿qué podrían saber ellas de ti y tu experiencia? Tantos siglos no dieron a luz A ninguna que fuera grande Como el gran escritor al que le lavó los calcetines Dices que no lees a las mujeres Las mujeres te enseñaron a leer Te enseñaron a escribir Te enseñaron a vivir Si somos sinceros Ese fue En el mejor de los casos Un esfuerzo inútil (Traducción de Igor Stipić)

    Querido Omar (Selma Selman, por Viviana Malagrida)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 1:06


    Sí, hace casi dos años que estoy acá. Estuve perdida pero me encontré. Descubrí las razones, no las respuestas, de por qué nací y por qué la gente es egoísta. Por qué, en medio de millones de almas, igual estaremos solos. Por qué hay personas a quienes les gusta usar a otras, por qué un hombre hiere a una mujer, por qué una mujer es silenciada, por qué nunca me respetarán en la ciudad donde nací, por qué la gente me quiere, por qué los quiero yo, por qué no tengo amigos leales, por qué me alegra haber nacido, por qué nos encanta el dinero, por qué vivimos en el colapso, por qué estaremos bien, por qué sobreviviremos, por qué vivimos en el desastre, por qué hay esperanza. Mi querido Omar, esto es lo que pienso; quizá me equivoque.

    La ciudad de mis amigues (Bogdan Bogdanović, por Marko Barišić y Camila Dagnino)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 8:16


    Una noche decidí subir al sitio de construcción. A lo lejos se escuchaba un canto, una armonía de voces, un coro sin palabras. Paso a paso, me acerqué. Observé desde un costado, desde la oscuridad: había lámparas de acetileno, o incluso lámparas del siglo pasado, una luz cáustica y sombras aún más cáusticas. En esta luz, ocurría algo misterioso, secreto. [El guía, a quien llaman] Barba, canoso y con el pelo erizado en todas direcciones, dirige la ceremonia como un mago, como el espíritu de la piedra. De pronto, levanta el mazo y el cincel; todos los escultores hacen lo mismo y guardan un devoto silencio, que se apodera del lugar y revela las voces de la noche: los grillos, el silbido de las aves nocturnas, el murmullo distante del río Neretva. Uno de los albañiles, claramente designado para este propósito, vuelve a iniciar la melodía sin palabras, nasal y misteriosa, como un ritual de los adoradores de la piedra. Barba sigue el ritmo con el mazo, golpea el bloque frente a sí, se une al unísono. La melodía claramente define el ritmo y la fuerza del golpe. Cuando empieza a elevarse (ya todas las piedras cantan), el sonido de los golpes es ensordecedor. Cuando el canto vuelve a “descender”, los golpes se hacen menos intensos. Cada piedra sonaba como un instrumento musical. Yo sabía, de modo predecible, que los distintos tipos de piedra tendrían una resonancia diferente: cuánto más suave es la piedra, más grave es el tono. Es una paradoja y también un poco cómico que el granito más sólido silba, el mármol canta en un mezzosoprano y la caliza, la piedra más musical, suena en un tenor bello y aterciopelado. Los escultores saben eso y perciben mucho más. “Cada una tiene su canción”, dice uno de ellos, con la convicción de que cada pieza es un ser en sí misma. Pero cuando empieza el repiqueteo colectivo, el ritmo abarca a todos los “instrumentos de piedra” y, súbitamente, a cada movimiento de manos y cada postura corporal, de modo que toda la orquesta funciona como un inmenso metrónomo y se mueve al mismo tiempo. Cuando el toque de las herramientas empieza a “decaer” —señal de que la concentración empieza a fallar— Barba, el espíritu de la piedra, insatisfecho, alza su mazo con firmeza y lo mantiene en alto. Es una señal de que el trabajo se pausará momentáneamente y que los golpes deben volver a armonizarse desde el principio. Todos esperan a que cante la primera voz y suene el primer golpe de Barba… El hecho de que fuera una armonía sin palabras me hizo pensar en que la versión antigua, protohistórica, venía de una época en que los habitantes de la isla y del continente hablaban otro idioma, uno olvidado, preeslavo. Las civilizaciones cambiaron, los idiomas se fusionaron, pero las personas siguieron iguales… “¿Por qué la canción no tiene palabras?”, pregunté una vez. La respuesta fue sencilla y convincente: “No las tiene, nunca las tuvo”, o “Así también lo cantaban antes”. (Traducción de Alina Mateos Horrisberger)

    Marzo (Miroslav Mika Antić, por Marijana Barišić)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 0:36


    Mart Kad mi dođe da idem, mnogo moram da idem. Nije važno kuda ću. Nije važno dokle ću. Došlo mi je da idem i ja idem kao lud – unutra u mene. Marzo Cuando llegue el momento de irme de verdad tengo que irme. No importa hacia dónde. No importa hasta dónde. Llegó el momento de irme y me voy como loca – hacia adentro. (Traducción de Alina Mateos Horrisberger)

    La paz de la luna (Samra Međedović, por Marija Raspudić)

    Play Episode Listen Later Oct 12, 2022 4:08


    ¿Todos me dejaron, como tú, mi hermosa luz de luna? Mientras nieva te llamo, te busco, dejo mis pies atrás Dónde estás, dónde estás mi brillante luz de luna Revélate, revélate, te pido, una vez más Dame el calor que una vez tuviste para mí No me digas que me llamaste, y yo no respondí Dónde estás, dónde estás, dónde puedo ir Déjame, déjame, otra vez te quiero sentir Dónde encontrar el amor que me puede calmar En otro lugar, tal amor, no se puede encontrar Dame tu luz, dame tu luz, a ti te quiero sentir Déjame, déjame, otra vez te quiero sentir Traducción y adaptación de Marija Raspudić y Celia Jiménez

    Historia apócrifa del descubrimiento de las migraciones o el sacrificio de las Pfeilstörche (Alba Cid, por la autora y Paola Barrientos)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 4:56


    yo, que llevo garzas simétricamente opuestas sobre el pecho, juré ante los cinco emperadores que el equilibrio no existía, que si las garzas sostenían los ríos de toda la porcelana china era sólo por un mecanismo de cierre en la articulación. me premiaron por arriesgarlo todo en mi defensa. unos años después te escribí. decía: Rostock, seis de julio, qué atroz interrumpirte; mirá, necesito que entiendas la utilidad de cierto tipo de heridas. estoy terminando un ensayo sobre las explicaciones premodernas de la migración de las aves, y las especies que, desde Aristóteles, se creía que viajaban a la luna o que se hacían a la mar y rara vez volvían. estudié incluso un folleto de 1703, que defiende la comunión de las golondrinas, su reunión en pantanos y la coreografía que respetan para posarse en los juncos hasta hundirlos. pasan el invierno bajo el agua, en la calma hipnótica del lodazal, y por eso emergen tan klein mojado en primavera. pero en 1822 (adjunté con cuidado la fotografía), una flecha atraviesa el pescuezo de una cigüeña en África central y el ave emprende el vuelo cargada con el arma y con la herida. cuando llega a Alemania, alguien identifica el origen del proyectil y confirma, así, una hipótesis científica. de poco más me acuerdo de la carta, salvo: el dolor y la luz se distribuyen en partes iguales, y al final, la levedad existe porque existe el exceso. Siendo temporada de migraciones (concluía), dejá que me saltee la fórmula de despedida, Atlántico de por medio, ondean con las corrientes todas las anémonas.

    Poema en vez de una carta (Weldon Kees, por Federico Lardies)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 1:24


    Aferrado a la nada en un revuelo de hojas, aquí en esta ciudad en ruinas, llena de humo, pienso en vos, en la otra punta del continente, probando tu sonrisa que maduró en catástrofe, maravillosamente lista para la muerte ahora. La raída promesa de nuestra herencia es hábito ahora; ese otro año se convirtió en invierno mientras que contemplábamos los fragmentos de un mundo cayéndose a pedazos igual que un ramo ajado; nos faltaba el olor, si bien supimos darle un nombre a aquella época. Ahora conocemos ese olor, me parece, hasta donde es posible. E incluso mientras subo los peldaños, deseándote suerte, llena los porches y las calles, y un viento fétido sopla por tu habitación desierta. No se puede saber qué vientos aun más fétidos podrían soplar. El de esta noche sopla en la mente y es falsa cada sílaba, y está marchita. Adiós, adiós. A los extraños, a una calle vacía.

    Un telegrama (Hermanos Alfredo y Gregorio García Segura, por Geraldine A. Ruiz)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 1:39


    Antes de que tus labios me confirmaran que me querías, ya lo sabía, ya lo sabía; porque con la mirada tú me mandaste un telegrama... ...que lo decía, lo decía: el destino es: corazón, domicilio: cerquita del cielo, evidentes tus ojos son, y el texto: yo te quiero, te quiero. Laira raíra raraira… Me lo decía lo decía, Ay, ya lo sé y también te querré.

    Al leer una vieja carta de ella en la que habla sobre un casamiento (Craig Raine, por Carmela Pérez Morales)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 1:58


    En el sobre, la mueca del sellado desfigura la cara conocida. Adentro, sólo un día que no estuve: un chupón en el cuello de la novia que su vestido no tapaba bien, “como la marca que un violín dejó”: Las tres damas de honor que, ante un espejo, abrían sus hebillas con los dientes. El pelito con gel que tenía el novio, el juego de palabras del padrino para ponerle el broche a su discurso (“Mamas y canalleros: resto es jodo”), el padre que se ataba los cordones. Después bocinas e inodoros, baños, y la vieja mucama que extraviaron, como Firs del Jardín de los Cerezos. Precisamente esto es el pasado. La sinagoga mínima, los vidrios regados por el piso, los fotógrafos, las franjas en el patio decorado, el chico que tocaba su trombón recién improvisado con un clip; y vos, que por primera vez, de pronto, parecías cansada: en un rincón olvidada de todo, ajena a todo salvo a tu cara en el espejo, pálida como el pasto debajo de una piedra. Y entre las tumbas me detuve a ver que cada rosa brota de su tallo infestado de espinas, tiburones.

    Bandera de conveniencia (Joshua Edwards, por Manuel Duarte)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 1:15


    Amigos: Quería describirles todo en cartas, pero como ya saben me sentía abrumado y sólo les mandé postales con monumentos por vergüenza de mis impresiones. No sabía describir los peces en el agua o los pájaros en el cielo, la caída del sol o la santidad de la luna. No tenía nada que valiera la pena decir sobre nada con excepción del mar, que me hacía acordar a un alcaucil. Vi miles de especies nuevas de plantas y no aprendí ninguno de sus nombres. Aun bajo cielos poblados de tantas estrellas desconocidas, me quedé mudo y descortés como una nube. Ahora que volví a la que es casi mi casa, empiezan a encajar algunas piezas y aparecen imágenes: un casquete de hielo en movimiento, capas de jardines tardíos, dos atados de leña y un fueguito.

    Última carta (Robin Myers, por Valeria Mussio)

    Play Episode Listen Later Oct 5, 2022 4:18


    S. y yo nos fumamos un porro y nos quedamos en la cama pasando el dial de la radio. Yo no entendía nada, es decir, no podía procesar lo que escuchaba, solamente observar con mis oídos las palabras que al unirse formaban un objeto visible, aunque misterioso. Escuché a un relator deportivo jordano que chillaba por un gol errado, pero no pude captar que estaba hablando en árabe. Después sintonizamos otra radio en ruso y pregunté: “¿Ruso, no?”, y S. me dijo: “No, árabe”, sin inmutarse. Yo me puse mal y le creí. Dejó un rato largo un programa en hebreo que se negó a traducir. Después vino una especie de programa de autoayuda religiosa, y la voz distorsionada del oyente que llamó le preguntaba al rabino, según S., ¿por qué la gente sólo sale a manifestarse cuando está enojada, por qué no inundamos las calles cuando llueve y expresamos masivamente nuestra gratitud por el agua? Y el rabino le dijo, Para eso rezamos. ¿Alguna vez te da la sensación de que tu cuerpo no está del todo hecho de materia sólida? Como si hubiera una actividad que el cuerpo debería hacer en relación con las superficies que toca, aunque sea para confirmar que en efecto están relacionadas, pero de alguna manera cumple con esa responsabilidad a regañadientes. Como si sospecharas que en cualquier momento te podés disolver, pero igual después no te disolvés nunca. Es difícil de explicar. Hace dos noches, S. y yo soñamos con lo mismo, que nos íbamos de mochileros juntos. Yo soñé que estábamos en Libia, que poco a poco y sin explicación se fue transformando en Colombia. Parábamos en un hotel con habitaciones destartalada y vitrales y campos de flores silvestres ahí nomás, afuera, donde en un momento de desesperanza, yo salía a correr. S. soñó que estábamos en un micro lleno de soldados. En los dos sueños, yo lo dejaba. “Dormimos con brújulas en nuestras manos”, dice W. S. Merwin. No sé muy bien dónde va el énfasis: si en dormimos o en brújulas. (Vos dirías: para mí que va en nuestras). El insomnio, cuando se comparte la cama con alguien que sueña, se parece a la indefensión de soñar, si bien constituye su opuesto. Es una casi invitación a compartir los miedos o la lujuria –u otras cosas, pero sobre todo miedo y lujuria– de la otra persona, a la vez que un recordatorio de que vos no tenés, ni podrías tener, nada que ver con eso. Es algo muy solitario, casi aburrido. Se me hace un nudo en las tripas, me quedo sin palabras, de tanto amor y tanto agotamiento, cuando me acuerdo. De cómo, cuando estaba enojado, el silencio le cubría todo el cuerpo y tomaba posesión de él, como si lo poseyera; le cerraba los ojos, le enmudecía las manos y literalmente lo dormía. Nunca dormí con alguien que soñara así: balbuceaba palabras, movía las manos, pateaba. Completamente vivo, pero absolutamente interno. A veces le tenía miedo, lo envidiaba, me preguntaba si alguna vez iba a llegar a saber, con o sin palabras, quién era él de verdad. Creo que en cierta medida lo sé, al menos hasta donde es razonable decirlo, y siento su forma y su andar y su sombra y su calor del otro lado del mundo. Lo sé: pero eso, ¿no será decir que sé algo sobre la forma del mundo? ¿Y cómo será el vértigo que le espera a una persona que se para al filo de esta insistencia, y se empeña en estirar las manos?

    Sin señas particulares visibles (Kato Molinari, por Gabriela Clara Pignataro)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 1:45


    Desciendo vertical y empinada de genoveses telúricamente avaros. Como, sueño, padezco de caries. Poco sé de cheques, giros, órdenes de pago y afines. Casi nunca uso el teléfono para decir te quiero, o sí, soy feliz. Mis noches suelen ser despobladas y bordeo un nuevo cumpleaños sonámbula, febril, agresiva. Un despertador redondo se encarga diariamente de cortarme la provisión de fantasía. Vengo. Voy. Coqueteo. Lloro. Desafino. Rememoro a Alberto y al Gringo. Nada doy. Poco recibo. Voy. Vengo. Vegeto. Sufro a veces. Impiadosos y gárrulos créditos acreditan mi elegancia de empleadita. Conozco el mar, la sierra, la nieve, el atardecer sombrío. Mi infancia con sobresaltos yace abandonada en una cajita de escarpines. Mi vida en la ciudad consiste en una torpe sucesión de oquedades. Conozco, sin embargo, el mar, la sierra, el atardecer sombrío. Y hasta donde alcanzan a llegar los ojos lúbricos de la policía federal, mi cuerpo carece de señas particulares.

    Preparativos para una festividad (Kato Molinari, por Zaira Nofal)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 1:00


    Estoy preparándome dignamente para celebrar el primero de mayo, dignamente Ya compré cigarrillos bombones, perfume y hasta un libro en serio Acabo de desconectar el manoseado teléfono y rompí todas las boletas de tintorería y afines Engullí, mientras perfeccionaba los detalles doscientos gramos de lujuriosos caramelos He de cablegrafiarle a mi madre una frase, una sola frase ¡salud, jubilada! he de resistirme al baño matinal a los espejos y a los despertadores Calzaré chinelas y le diré a mi amor que ese día no, porque no, porque nunca se sabe y saldré en enaguas al balcón para excitar al vecino de enfrente.

    Por obligación (Kato Molinari, por Melina Alexia Varnavoglu)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 1:20


    Si yo tuviera que escribir por obligación intentaría un folletín de horror, crimen y castigo por entregas o una novela con amores incestuosos y suicidios tramados como filigranas. Si tuviera que cantar por obligación remozaría algún viejo aire español para desafinar hasta el delirio. Si por obligación tuviera que sembrar legumbres plantaría bulbos y ofrecería solemnes ensaladas de azucenas. Si me obligaran a reír mostraría la lengua y haría carantoñas con los pies. Si me obligaran a estudiar historia me abalanzaría sobre la tuberculosis de Nefertiti y la lascivia de Napoleón. Si por obligación tuviera que amar lloraría todo el día entre bombón y bombón. Si tuviera, en fin, que soñar por obligación estructuraría estrictas pesadillas amatorias. Frankenstein y yo. Armando Bo y yo. Le Prince Kalender et moi. Frigerio Rogelio y la que suscribe. Por ahora tejo guirnaldas para mis mórbidos brazos.

    No, no (Kato Molinari, por Gabriela Borrelli Azara)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 0:27


    No, no, no, no. Esperar a que llegue el verano es tan insensato como quedarme aquí apoyada sobre tarjetas postales de que disfrutaron otros. El espíritu es una entidad contradictoria, hasta maldita.

    Fórmula infalible para gozar del domingo (Kato Molinari, por Florencia Defelippe)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 2:13


    Elíjase el domingo más triste y más feo del mes, que habrá sido debidamente precedido por un sábado tedioso, vacío, insultante. Olvídense los amores trágicos, la agigantada soledad y la inestable condición de empleadita. Olvídense también los vecinos de enfrente y rechácense los llamados del chismoso balcón. Diríjase, tiritando, a la pileta de lavar, previo transporte de toda la ropa sucia. Inicie la labor procurando tararear "La vie en rose" o "Sus ojos se cerraron". Sus vecinos aullarán. La discordia interdepartamental quedará así instaurada. Inmediatamente eche mano del jabón y de sus escasas fuerzas. Observará, a continuación, sobre la superficie mugrienta del agua muchos desfachatados globitos o pompas. Evite destrozarlos, nunca se sabe... Cuando llegue a la etapa del enjuague suspenda todos los cánticos y loas al Señor. Escuche solamente los latidos de su corazón solitario. Luego, a fin de que la tarea no resulte ingrata, preste oídos a esos ruiditos delgados, breves, angostos, rítmicos: sólo sus manos de usted son capaces de generarlos, con la pacífica intervención del agua corriente. Son los gorgoritos. Disfrútelos, estimada señorita. Comprenda que muy pocas lavanderas dominicales y aun de las otras han sido informadas sobre la existencia de tamaña maravilla.

    Otra clase de toxinas (Kato Molinari, por Micaela Szyniak)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 1:22


    Examen exactitud exacciones no quiero verlo más es venenoso y él lo sabe Confitería con primer piso esto quiere decir con montacargas esto quiere decir con billares con soplones de la policía esto quiere decir con baños dudosos con mozos ladrones ocasionales Esto quiere decir con algún muerto invernal e intempestivo esto quiere decir con plantas artificiales con miradas insolentes busconas distraídas con miradas que se despidieron de mirar esto quiere decir con cerveza con maní y aceitunas verdes Esto quiere decir con cristales empañados urgencia de toda índole esto quiere decir con decepciones y estrategias renacimientos obstinados Esto quiere decir luces que se apagan persianas que se cierran el descanso del neón la oquedad del espejo esto quiere decir que llega la reina noche y hace lo suyo Lo suyo lo tuyo y lo mío Esto quiere decir por nosotros gran apiadada

    Últimos días del año (Kato Molinari, por Malena Saito)

    Play Episode Listen Later Sep 28, 2022 0:27


    Se me escurre como un pez, se me escurre como un pez, felicidad, tonta. Siempre visita a los otros. El camino no es el que tomé. El estanque está sin agua, un incendio arrasó la arboleda Y mi gato criollo, pura panza, puro instinto y suspicacia está pupilo en otra casa porque no fui buena madre, así como leen.

    Un canto para Iemanjá (Eduardo Mateo, por Nora Benaglia)

    Play Episode Listen Later Sep 21, 2022 2:07


    Tumba la la le le y olé y hola Tumba de hola qué tal cómo te va Tumba de ola del mar que el viento trae Trae la espuma en la ola y al llegar Iemanjá... Ie mar lindo Iemanjá Sol y azul del verde mar Son de un tambor y el sol tumba la la De la flor en tu día Iemanjá Del pescador que hoy sale a navegar Haz que vuelva con vida Iemanjá Iemanjá...

    La poeta compara la naturaleza humana con el mar del que venimos (Mary Oliver, por María Vañó Ferrer)

    Play Episode Listen Later Sep 21, 2022 0:34


    El mar puede hacer locuras, puede ser delicado, es capaz de tenderse a respirar como la seda o de sembrar el caos hasta la orilla; puede hacer regalos o mezquinarlo todo; puede crecer, bajar, echar espuma como un frenesí de fuentes, o puede endulzarte los oídos. Yo misma soy capaz de todo eso y, no lo dudes, vos también, vos también.

    Tan arduamente el mar (Idea Vilariño, por Fernanda Maciorowski)

    Play Episode Listen Later Sep 21, 2022 0:55


    Tan arduamente el mar, tan arduamente, el lento mar inmenso, tan largamente en sí, cansadamente, el hondo mar eterno. Lento mar, hondo mar, profundo mar inmenso… Tan lenta y honda y largamente y tanto insistente y cansado ser cayendo como un llanto, sin fin, pesadamente, tenazmente muriendo… Va creciendo sereno desde el fondo, sabiamente creciendo, lentamente, hondamente, largamente, pausadamente, mar, arduo, cansado mar, Padre de mi silencio.

    Al mar hay que decirlo (Baldomero Fernández Moreno, por Yaissa Jiménez)

    Play Episode Listen Later Sep 21, 2022 7:04


    al mar hay que decirlo el mar es un hecho que el hombre no puede pasar por alto hay que volverlo palabras hay que hacer del mar un sonido que te salga de la boca un dibujo de letras que te parta el corazón ahora van a ver qué fácil yo les voy a decir el mar uno va por el camino y de pronto el mar sale del cielo para abajo está duro liso cobrizo vertical uno ve el mar y qué es algo innecesario rebuscado un mero color puro con la tierra y el cielo bastaba para envasar la tarde pero el camino se derrumba al mar y el mar te punza la cara se mete en tus sentidos entonces te das cuenta lo importante del mar es que viene a la tierra hay una fuerza que se apoya en el horizonte y se proyecta hacia aquí viene y se rompe en la roca la vertical gira como hélice lo liso se eriza lo cobrizo se irisa el mar se particulariza se desparrama se deja chupar por la playa lo duro se fragmenta en un millón de besitos aquel mar general resulta ser una cita con vos en la costa un hecho neto de tu biografía este momento de tu respiración entonces no es el mar yo no decía el mar en tanto rompe sobre la orilla no decía tu retina ni tu epidermis qué me importa el mar trepando tu pie yo preguntaba por el mar por el mar a ver si le puedo sacar el parecido parece la pampa pero con alambrados de espuma una palma de mano que sostiene las nubes una almohada para la cabeza de dios el ojo de buey por donde mira dios desde su camarote el ojo de la tierra una rueda con cámara de horizonte la línea de flotación de todos los buques la tumbadora que golpean los nadadores el refugio subterráneo de las playas una bailarina deshecha el ruido líquido la parte más baja del cielo o el verdadero cielo y estamos al revés las estrellas se cayeron arriba o el verdadero continente y aquí nos ahogamos si el mar fuera todo eso sería lo que no es entonces cuál es yo preguntaba por su tejido de adentro por el mar por el maaar desde el cielo las olas pierden énfasis solo configuran la curtida piel del mar flota un barco al sol como un insecto acuático la rompiente no grita al abordar la tierra solo manifiesta su impotencia de seguir mar con una marginal protesta de espuma es tan evidente que la forma de la costa depende de la tierra que el mar es una extensa pero débil objeción del agua a la tierra a estas alturas todo se pone demasiado abstracto el cielo siquiera tiene nubes el mar solo tiene mar qué manera de estar esto ya no es el mar las nubes perfeccionan momento a momento su explosión silenciosa solo ellas son humanas están más vírgenes más besables por arriba el mar no existiría si las nubes no lo necesitaran para proyectar su forma las nubes determinan un cielo de arriba y otro de abajo los dos con puntitos blancos el avión elegante vuela gozando el sol que permanece arriba sin llegar a los hombres sin embargo las nubes se rasgan se dispersan y el mar triunfa sigue abajo sin una fisura pero yo no quería decir ese mar sus componendas con la tierra y el cielo con el sol con la sopa de nubes yo quería decir el mar no resbalar entre los planos del silencio cerré los ojos ahí estaban las mismas nubes entonces volví abajo para mirar el mar desde el mar puse mi tiempo en agua por el ancho de un océano el buque habló humo el mar contestó espuma al mar hay que decirlo yo insistí queriendo una vez más restablecer a palabras mi equilibrio con el mundo ahí estaba esa cosa verde la miré la volví a mirar la seguí mirando hasta que se me disolvieron los párpados pero el mar seguía consistiendo en la exagerada redondez del horizonte el paisaje infinito no será para verlo en vano el hombre se arroja contra él rebota y vuelve a sus sensaciones orgánicas a sus dedos amarillos de tabaco a la cutícula irregular de sus uñas ya viene la noche a relevarme ya te cubre de sí mar como si no fueras lo bastante oscuro a lo lejos la tierra alardea de faros como si ella fuera tan clara en vano tus olas se me aplastan contra los oídos y me

    La ola (Adrienne Rich, por Fernanda Mugica)

    Play Episode Listen Later Sep 21, 2022 0:50


    para J.B. Devolverte esta ola es devolverte el dibujo en negativo estriado, salpicado de una capa más negra y oscura de la mente de la que es el emblema No sólo de la furia creadora de la espuma más blanca el caldero de todo lo que vive sino el vacío que subyace ahí Al pensar en el mar pienso en la luz que es encaje y aguja para el agua que oleadas de visiones encabritan penetrando en la gruta más profunda Pienso en las vidas que tratamos de vivir encerradas en nuestras escafandras, cuerpos que se iluminan a sí mismos al resguardo de toda turbulencia y en cómo, de milagro, fracasamos

    Mirando una vieja fotografía (Estela Figueroa, por Clara Muschietti)

    Play Episode Listen Later Sep 14, 2022 0:33


    No estalló una bomba. No hubo un incendio. Estalló la vida. La vida se agotó como un fósforo. Todas esas personas jóvenes que sonríen a cámara en una boda en esa foto que amarillea murieron a una edad razonable y de dolencias comunes. "Hay una puerta que se ha cerrado hasta el fin del mundo". Y qué rápidamente.

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