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Las grandes Orquestas del mundo en escena, gracias a su conductor Carlos Bautista
El tercer martes de cada mes, hay una cita exclusiva con la música venezolana en un péniche al borde de la Villette, en el noreste de París. Reportaje de Mariana Rivera Ramírez para RFI A orillas de la red fluvial parisina, diversas péniches —pequeños barcos, tipo crucero— forman parte del paisaje de la ciudad. Al menos una decena de estas barcazas, ancladas en las cuencas y canales del distrito XIX de París, suelen estar reservadas para proyectos artísticos: desde incubadoras culturales, cine, teatro y otras artes escénicas. Pero, una de ellas, es realmente especial para la comunidad venezolana: la Péniche Anako. En este barquito amarrado a la dársena del Bassin de la Villette, músicos y personas amantes de los ritmos tradicionales de la patria de Bolívar, se reúnen, cada mes, para armar la denominada Parranda Vénézuélienne. Una pareja de con una larga y reconocida trayectoria en la música tradicional venezolana, es la artífice de este encuentro musical: Cristobal Sotony Hayley Soto. Ella es cantante, se encarga de la programación de los conciertos y de la curaduría de los artistas. “Se nos ocurrió que podía ser este este formato: hacer un concierto de 45 minutos y después que la gente en general, no solamente los alumnos, sino otras personas, pudieran integrarse y hacer música venezolana”, explica Hayley. Leer tambiénMontevideo retumba en París con los tambores del candombe Su esposo, Cristóbal, es un franco-venezolano que nació y creció en París, a los 20 años se fue a vivir a Caracas, la capital de la tierra de su padre; él es multiinstrumentista y ahí desarrolló una prolífica carrera como mandolinista y como maestro de música tradicional. Años después, a su regreso a tierras francesas, fundó la Asociación Sonar en París para darle continuidad a su labor de enseñanza y difusión de las músicas tradicionales. Sonar es el preámbulo de la Parranda Vénézuélienne. “Ahora somos varios los que damos clases en el local nuestro, organizamos hace más de 20 años un curso de verano. Todos los años son más o menos unos 30, 40 alumnos que pasan una semana…Y eso es música de las 09:00 hasta las 23:00 de la noche mínimo”, detalla Cristóbal. Semillas venezolanas en la capital francesa El curso intensivo anual de la Asociación Sonar, que se realiza a las afueras de París, es un punto de convergencia para la música tradicional venezolana en este lado del mundo y todo un semillero de proyectos musicales. De ahí surgió el Collectif Bululú, un grupo que toca y expone variedad de ritmos venezolanos en París. Sus integrantes son cuatro jóvenes de Venezuela y dos franceses, quienes son alineación fija en las jam de las parrandas. La venezolana Rossmary Rangel, canta y toca la tambora y la bandola en el Colectivo, pero también tiene su proyecto propio como flautista, con el cual presentó su nuevo disco “Guayayo Project” en la Parranda del pasado mes de junio. “Vengo de otro mundo que es el mundo de las orquestas”, cuenta la artista a RFI, en medio de un ensayo que tuvo junto a sus colegas de Bululú en una sala de la Asociación Sonar en París, previo a ese espectáculo. La música popular es pan de cada día de las y los venezolanos, sin importar la escuela musical donde se aprenda. “Ya tú ves orquestas de cuatro, orquestas de mandolina, arpa, maracas (…) Entonces, no hay una cuestión de que la música popular esté alejada o que sea para un grupo específico de gente. Aquí nosotros hemos cultivado esa tradición desde muy pequeños… Yo crecí incluso tocando música un poco más académica en formación, pero siendo música venezolana”, agrega Rangel. El Sistema de Orquestas venezolano sin duda ha sido ejemplar y un gran promotor de la cultura musical del país. Se trata de un programa social, educativo y cultural, fundado por el maestro José Antonio Abreu en 1975. Este modelo, reconocido mundialmente, ha impactado la vida de miles de jóvenes, como fue el caso de Rossmary. “En todas las casas usualmente hay un cuatro” Más allá de la música formal, la música tradicional es una vena que atraviesa la idiosincrasia de este país suramericano. Muchas de las festividades venezolanas están asociadas a celebraciones católicas y suelen estar acompañadas con ritmos tradicionales. En diciembre, por ejemplo, cuando las familias se reúnen a cocinar hallacas, las gaitas, las parrandas y los aguinaldos son tan esenciales como los ingredientes mismos de ese platillo navideño. Dariana López, la cantante, compositora y cuatrista del grupo, recalca que “Venezuela es un país que en donde la música tiene como una plaza muy importante en la vida diaria, mucha gente canta y toca sin ser forzosamente músico profesional (...) en todas las casas usualmente hay un cuatro. El cuatro es el instrumento tradicional por excelencia de Venezuela”. Leer tambiénEn París, tras la huella de la zampoña Esa pequeña guitarra de cuatro cuerdas es por tanto, infaltable en las parrandas y de ahí se van sumando todos los demás “desde mandolinas, maracas, bajo, contrabajo, guitarra… Una variedad de instrumentos tradicionales venezolanos: las maracas, la bandola… cantidad de instrumentos de percusión, detalla Daniel Uzcategui, el cuatrista principal y arreglista del Colectivo Bululú. Para formar parte de la programación de la Parranda, cada proyecto debe tener un mínimo de madurez musical y cumplir con el requisito indispensable: hacer música venezolana. “Que además no es tan conocida, digamos, como otras músicas como la música brasileña, por ejemplo, como la misma música colombiana que tienen más espacios donde se hacen en diferentes sitios. Hay muchas ruedas de samba, hay muchas ruedas de cumbia, pero parrandas venezolanas por el momento hay solo una”, recalca López. Esa exclusividad de la que habla Dariana, es la que hace tan especial la cita musical en la péniche, pues más allá de ser un lugar de encuentro para la comunidad venezolana, es una fiesta de ritmos y un punto de convergencia multicultural. La Parranda intenta abarcar el diverso y rico abanico de géneros musicales que tiene Venezuela. “Por supuesto, se hace mucho joropo llanero, que es como el más conocido, que involucra el arpa y algunas veces la bandola. Está el merengue venezolano que digamos que eso no va a faltar nunca (...) es como que un género muy característico de Venezuela”, ejemplifica López. “La música no la define el pasaporte” La cosmopolita París, sin duda es cómplice de todo ello. Ofrece un escenario idóneo para el público de distintas edades y procedencias. Anabel es venezolana y visita, desde Panamá, a su hija Eliana que está radicada en Francia. Ella asegura que la música tradicional es lo que te conecta con tu identidad: “Me ha hecho regresar a un pasado que dejé en mi país”, comenta tras asistir a la Parranda Venezolana. Para algunas personas locales ya es una cita habitual en la capital francesa. Francis, un músico francés enamorado de la música venezolana, acude todos los meses con su guitarra a la Parranda: “soy guitarrista y puedo tocar esas cosas que yo tocaba hace muchos años”. Brillitte, también francesa, es otra asistente ferviente: “Encontré al maestro Cristóbal Soto y empecé a tocar cuatro (...) y realmente es una fecha que no podemos faltar. Cada mes hay que venir porque es un momento único de música”. La paradoja de la música es que por un lado refuerza la identidad de una nación pero, al mismo tiempo, difumina las fronteras, porque como dice Cristóbal: “La música no la define el pasaporte, la define las ganas y el conocimiento del estudiarla, trabajarla, practicarla y compartirla”. Ese sentimiento lo comparte Daniel, desde su experiencia en el Colectivo Bululú: “se elimina ese límite entre el que es venezolano y el que es francés, y es como que se te olvida cuando estás tocando. Cuando yo estoy tocando con Adrien, cuando yo estoy tocando con Juliette, cuando yo estoy tocando con Marina, con Dariana, no pienso que Juliette es venezolana o francesa. Es como un sitio donde esa barrera, como geográfica, de un pasaporte se borra”. Ese impulso por compartir la música es lo que ha mantenido a Cristóbal y a Hayley constantes con su proyecto pedagógico de transmisión de las músicas tradicionales, por más de 20 años en este lado del Atlántico. “Es que está viva en nosotros. Es parte de nuestras vidas (...) No hay ninguna meta otra que disfrutar de eso que conocemos y que nos gusta compartir, reflexiona el maestro Cristóba Tras cinco años en París, esa vitalidad también atraviesa a Dariana. Cada vez que toca, las montañas de su natal Mérida, se sienten más cerca: “Hacer música tradicional venezolana aquí es una manera también que me permite seguir conectando con eso que dejé allá, ¿no? Gracias a la música tradicional venezolana, yo he creado esta red que me hace seguir sintiéndome en casa”. La Péniche Anako es administrada por una asociación de armenios y gracias a la alianza con la Asociación Sonar, esta fiesta musical venezolana ya es una cita fija en la agenda mensual desde hace más de una década. Cada tercer martes del mes La Parranda Venezolana resuena al borde de la Villette y es una parada obligatoria para músicos, personas curiosas y amantes de las músicas latinoamericanas.
El tercer martes de cada mes, hay una cita exclusiva con la música venezolana en un péniche al borde de la Villette, en el noreste de París. Reportaje de Mariana Rivera Ramírez para RFI A orillas de la red fluvial parisina, diversas péniches —pequeños barcos, tipo crucero— forman parte del paisaje de la ciudad. Al menos una decena de estas barcazas, ancladas en las cuencas y canales del distrito XIX de París, suelen estar reservadas para proyectos artísticos: desde incubadoras culturales, cine, teatro y otras artes escénicas. Pero, una de ellas, es realmente especial para la comunidad venezolana: la Péniche Anako. En este barquito amarrado a la dársena del Bassin de la Villette, músicos y personas amantes de los ritmos tradicionales de la patria de Bolívar, se reúnen, cada mes, para armar la denominada Parranda Vénézuélienne. Una pareja de con una larga y reconocida trayectoria en la música tradicional venezolana, es la artífice de este encuentro musical: Cristobal Sotony Hayley Soto. Ella es cantante, se encarga de la programación de los conciertos y de la curaduría de los artistas. “Se nos ocurrió que podía ser este este formato: hacer un concierto de 45 minutos y después que la gente en general, no solamente los alumnos, sino otras personas, pudieran integrarse y hacer música venezolana”, explica Hayley. Leer tambiénMontevideo retumba en París con los tambores del candombe Su esposo, Cristóbal, es un franco-venezolano que nació y creció en París, a los 20 años se fue a vivir a Caracas, la capital de la tierra de su padre; él es multiinstrumentista y ahí desarrolló una prolífica carrera como mandolinista y como maestro de música tradicional. Años después, a su regreso a tierras francesas, fundó la Asociación Sonar en París para darle continuidad a su labor de enseñanza y difusión de las músicas tradicionales. Sonar es el preámbulo de la Parranda Vénézuélienne. “Ahora somos varios los que damos clases en el local nuestro, organizamos hace más de 20 años un curso de verano. Todos los años son más o menos unos 30, 40 alumnos que pasan una semana…Y eso es música de las 09:00 hasta las 23:00 de la noche mínimo”, detalla Cristóbal. Semillas venezolanas en la capital francesa El curso intensivo anual de la Asociación Sonar, que se realiza a las afueras de París, es un punto de convergencia para la música tradicional venezolana en este lado del mundo y todo un semillero de proyectos musicales. De ahí surgió el Collectif Bululú, un grupo que toca y expone variedad de ritmos venezolanos en París. Sus integrantes son cuatro jóvenes de Venezuela y dos franceses, quienes son alineación fija en las jam de las parrandas. La venezolana Rossmary Rangel, canta y toca la tambora y la bandola en el Colectivo, pero también tiene su proyecto propio como flautista, con el cual presentó su nuevo disco “Guayayo Project” en la Parranda del pasado mes de junio. “Vengo de otro mundo que es el mundo de las orquestas”, cuenta la artista a RFI, en medio de un ensayo que tuvo junto a sus colegas de Bululú en una sala de la Asociación Sonar en París, previo a ese espectáculo. La música popular es pan de cada día de las y los venezolanos, sin importar la escuela musical donde se aprenda. “Ya tú ves orquestas de cuatro, orquestas de mandolina, arpa, maracas (…) Entonces, no hay una cuestión de que la música popular esté alejada o que sea para un grupo específico de gente. Aquí nosotros hemos cultivado esa tradición desde muy pequeños… Yo crecí incluso tocando música un poco más académica en formación, pero siendo música venezolana”, agrega Rangel. El Sistema de Orquestas venezolano sin duda ha sido ejemplar y un gran promotor de la cultura musical del país. Se trata de un programa social, educativo y cultural, fundado por el maestro José Antonio Abreu en 1975. Este modelo, reconocido mundialmente, ha impactado la vida de miles de jóvenes, como fue el caso de Rossmary. “En todas las casas usualmente hay un cuatro” Más allá de la música formal, la música tradicional es una vena que atraviesa la idiosincrasia de este país suramericano. Muchas de las festividades venezolanas están asociadas a celebraciones católicas y suelen estar acompañadas con ritmos tradicionales. En diciembre, por ejemplo, cuando las familias se reúnen a cocinar hallacas, las gaitas, las parrandas y los aguinaldos son tan esenciales como los ingredientes mismos de ese platillo navideño. Dariana López, la cantante, compositora y cuatrista del grupo, recalca que “Venezuela es un país que en donde la música tiene como una plaza muy importante en la vida diaria, mucha gente canta y toca sin ser forzosamente músico profesional (...) en todas las casas usualmente hay un cuatro. El cuatro es el instrumento tradicional por excelencia de Venezuela”. Leer tambiénEn París, tras la huella de la zampoña Esa pequeña guitarra de cuatro cuerdas es por tanto, infaltable en las parrandas y de ahí se van sumando todos los demás “desde mandolinas, maracas, bajo, contrabajo, guitarra… Una variedad de instrumentos tradicionales venezolanos: las maracas, la bandola… cantidad de instrumentos de percusión, detalla Daniel Uzcategui, el cuatrista principal y arreglista del Colectivo Bululú. Para formar parte de la programación de la Parranda, cada proyecto debe tener un mínimo de madurez musical y cumplir con el requisito indispensable: hacer música venezolana. “Que además no es tan conocida, digamos, como otras músicas como la música brasileña, por ejemplo, como la misma música colombiana que tienen más espacios donde se hacen en diferentes sitios. Hay muchas ruedas de samba, hay muchas ruedas de cumbia, pero parrandas venezolanas por el momento hay solo una”, recalca López. Esa exclusividad de la que habla Dariana, es la que hace tan especial la cita musical en la péniche, pues más allá de ser un lugar de encuentro para la comunidad venezolana, es una fiesta de ritmos y un punto de convergencia multicultural. La Parranda intenta abarcar el diverso y rico abanico de géneros musicales que tiene Venezuela. “Por supuesto, se hace mucho joropo llanero, que es como el más conocido, que involucra el arpa y algunas veces la bandola. Está el merengue venezolano que digamos que eso no va a faltar nunca (...) es como que un género muy característico de Venezuela”, ejemplifica López. “La música no la define el pasaporte” La cosmopolita París, sin duda es cómplice de todo ello. Ofrece un escenario idóneo para el público de distintas edades y procedencias. Anabel es venezolana y visita, desde Panamá, a su hija Eliana que está radicada en Francia. Ella asegura que la música tradicional es lo que te conecta con tu identidad: “Me ha hecho regresar a un pasado que dejé en mi país”, comenta tras asistir a la Parranda Venezolana. Para algunas personas locales ya es una cita habitual en la capital francesa. Francis, un músico francés enamorado de la música venezolana, acude todos los meses con su guitarra a la Parranda: “soy guitarrista y puedo tocar esas cosas que yo tocaba hace muchos años”. Brillitte, también francesa, es otra asistente ferviente: “Encontré al maestro Cristóbal Soto y empecé a tocar cuatro (...) y realmente es una fecha que no podemos faltar. Cada mes hay que venir porque es un momento único de música”. La paradoja de la música es que por un lado refuerza la identidad de una nación pero, al mismo tiempo, difumina las fronteras, porque como dice Cristóbal: “La música no la define el pasaporte, la define las ganas y el conocimiento del estudiarla, trabajarla, practicarla y compartirla”. Ese sentimiento lo comparte Daniel, desde su experiencia en el Colectivo Bululú: “se elimina ese límite entre el que es venezolano y el que es francés, y es como que se te olvida cuando estás tocando. Cuando yo estoy tocando con Adrien, cuando yo estoy tocando con Juliette, cuando yo estoy tocando con Marina, con Dariana, no pienso que Juliette es venezolana o francesa. Es como un sitio donde esa barrera, como geográfica, de un pasaporte se borra”. Ese impulso por compartir la música es lo que ha mantenido a Cristóbal y a Hayley constantes con su proyecto pedagógico de transmisión de las músicas tradicionales, por más de 20 años en este lado del Atlántico. “Es que está viva en nosotros. Es parte de nuestras vidas (...) No hay ninguna meta otra que disfrutar de eso que conocemos y que nos gusta compartir, reflexiona el maestro Cristóba Tras cinco años en París, esa vitalidad también atraviesa a Dariana. Cada vez que toca, las montañas de su natal Mérida, se sienten más cerca: “Hacer música tradicional venezolana aquí es una manera también que me permite seguir conectando con eso que dejé allá, ¿no? Gracias a la música tradicional venezolana, yo he creado esta red que me hace seguir sintiéndome en casa”. La Péniche Anako es administrada por una asociación de armenios y gracias a la alianza con la Asociación Sonar, esta fiesta musical venezolana ya es una cita fija en la agenda mensual desde hace más de una década. Cada tercer martes del mes La Parranda Venezolana resuena al borde de la Villette y es una parada obligatoria para músicos, personas curiosas y amantes de las músicas latinoamericanas.
Las grandes Orquestas del mundo en escena, gracias a su conductor Carlos Bautista
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Vuelve nuestro loco del Barroco, Flavio Ferri-Benedetti, residente en Suiza, pero fiel amante de España (y de HET2). Esta vez, Andreu Plaza le lleva a analizar actuaciones variopintas de orquestas veraniegas: desde covers-tecno de Izal hasta versiones de Rocío Jurado... ¿Qué opinará nuestro contratenor de confianza sobre ellas? Escuchar audio
Las grandes Orquestas del mundo en escena, gracias a su conductor Carlos Bautista
Transmisión del TangoBA Festival y Mundial desde Usina del Arte. Orquestas y Ensambles - Nicolás Ledesma Orquesta. Conducción: Luis Formento.Grabado el 20/8/2016
Las grandes Orquestas del mundo en escena, gracias a su conductor Carlos Bautista
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Fragmento de la transmisión del TangoBA Festival y Mundial desde Usina del Arte. Orquestas y Ensambles - Orquesta del Tango de Buenos Aires - Homenaje a Carlos García. Conducción: Luis Tarantino.Grabado el 19/8/2016
Las grandes Orquestas del mundo en escena, gracias a su conductor Carlos Bautista
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Rinden homenaje a los militares que enfrentaron la pandemia del COVID-19Suman dos las víctimas por las fuertes lluvias en Tamaulipas Este lunes se conocerá sentencia por presunto desvío de fondos del Parlamento EuropeoMás información en nuestro Podcast
Puerto de Libros - Librería Radiofónica - Podcast sobre el mundo de los libros #LibreriaRadio
En este episodio de Puerto de Libros Librería Radiofónica, te traemos una entrevista especial con Rafael Patete, músico apasionado y director del Sistema de Coros del Sistema Nacional de Orquestas en el estado Zulia. Este es el quinto episodio del Cuestionario Cervantes y el primero que grabamos de manera presencial, lo que añadió una conexión única a la conversación. Durante la entrevista, Rafael nos llevó a través de su infancia, compartió sus reflexiones sobre el arte, la música coral y su perspectiva sobre la eternidad. También hablamos sobre el profundo compromiso social que implica ser director de coros en una región con tantos desafíos como el Zulia. Su pasión por la música y su visión de cómo esta puede transformar vidas se destacan a lo largo del episodio. Acompáñanos en este recorrido por la vida y pensamiento de un joven músico que inspira con su dedicación al arte y a su comunidad. ¡Dale play y descubre la historia detrás de su talento!
Este viernes 10 de enero es el día que ve la luz el quinto disco de estudio de Jorge Marazu: 'La casa'. Una casa y una familia, la de Jorge, que saben de verbenas, de orquestas, de kilómetro de pueblo a pueblo y esperas, y temporadas de verano, y frío del bueno, del de Ávila. Con Conxita Casanovas vamos al cine para ver los estrenos de esta semana: 'A real pain', 'Desmontando un elefante', 'Ciento volando' y 'Las vidas de Sing Sing'. Nuestra paseando Jesús Marchamalo no nos lleva hoy de apacible paseo, si no a la montaña. Y lo haremos muy bien acompañados por un mítico compañero de esta casa, Sebastián Álvaro, con el que aprendimos que hay montañas exteriores e interiores y que para subir las exteriores hay que tener bien trabajadas las interiores. Y nos vamos al fin de semana con la sesión musical de la directora de NaNaNa de Radio 3, Leyre Guerrero. Escuchar audio
El pianista estadounidense Fred Hersch con la WDR Big Band en el disco 'Begin again' ('Havana', 'Pastorale', The Orb), el pianista británico Bill Laurance también con la WDR Big band en 'Live at Philarmonie ('Golden hour', 'The good things', 'The rush'), el pianista cubano Omar Sosa con la NDR Big Band en 'es. sensual' ('Cha cha du Nord', 'My three notes') y Jazz at Lincoln Center Orchestra en 'The music of Wayne' ('Yes or no').Escuchar audio
Guitarristas como Cañizares, Tomatito y Rycardo Moreno acompañados de orquestas en la primera parte del programa y después novedades con Israel Fernández, David de Arahal, Manuel Valencia, José Almarcha y finalmente el cantaor José Anillo. Para terminar varios números de Raimundo Amador con la participación de El Pele, Santiago Auserón, Antonio Vega o su hermano Diego Amador. Con Diego y José María Bandera por bulería decimos hoy hasta la próxima.Escuchar audio
Séptimo capítulo de la serie dedicada a la música flamenca contemporánea en el ámbito de las grandes orquestas, en el que interviene la Orquesta Filarmónica de Málaga, bajo la dirección de Alexander Rahbari, interpretando la obra de Manolo Sanlúcar, "Medea".Escuchar audio
Sexto capítulo de la serie dedicada a la música flamenca contemporánea en el ámbito de las grandes orquestas, en el que seleccionamos el "Concierto Al-Andalus a la memoria de Paco de Lucía" para guitarra flamenca y orquesta de Juan Manuel Cañizares, con la Orquesta Sinfónica de Galicia bajo la dirección de Juanjo Mena.Escuchar audio
Con Paloma Gallego, Arturo Téllez y Javier Ruiz ponemos el broche musical a la programación del verano hablando de las canciones que más hemos escuchado estos meses de verano. También nos acompañan Marcos Galván, Fran Contreras, Rocío Marques, Pablo Ele y Ana Ponce que pinchan sus canciones favoritas de este verano. Además, charlamos con Gustavo Lozada 'Gus', artista de la orquesta 'Nuevo Versalles', sobre en qué consiste trabajar en una orquesta. ¿Cómo eligen el repertorio musical? ¿Lo adaptan según la localidad a la que van? ¿Sobrevivirá el pasodoble en las verbenas?
Quinto capítulo de la serie dedicada a la música flamenca contemporánea en el ámbito de las grandes orquestas, en el que damos paso a la obra para guitarra, voces y orquesta de Manolo Sanlúcar "Aljibe, sinfonía andaluza", con la Orquesta Ciudad de Málaga y las voces de José Mercé y Charo Manzano, bajo de la dirección de Enrique García Asensio.Escuchar audio
Cuarto capítulo de la serie dedicada a la música flamenca contemporánea en el ámbito de las grandes orquestas, en el que damos paso a "Rubato. Suite para guitarra flamenca y Orquesta Sinfónica", de Carlos Piñana, con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, bajo la dirección de César Álvarez.Escuchar audio
Las fiestas de los pueblos se actualizan y los espectáculos de DJ obligan a las orquestas a apostar por la creatividad. Medio Aragón está de fiestas el 15 de agosto. Conocemos cómo son con el promotor musical Félix Cartagena.
Tercer capítulo de la serie dedicada a la música flamenca en el ámbito de las grandes orquestas. Continuamos con el concierto "Poemas del exilio", con música de Enric Palomar sobre poemas de Rafael Alberti y la voz de Miguel Poveda.Escuchar audio
Segundo capítulo de la serie dedicada a la música flamenca en el ámbito de las grandes orquestas. Continuamos con el ballet flamenco "Salomé", con música para guitarra y orquesta, compuesta e interpretada por Gerardo Núñez.Escuchar audio
Primer capítulo de la serie dedicada a la música flamenca en el ámbito de las grandes orquestas. Comenzamos con el concierto para guitarra y orquesta "El guitarrista azul", de José Antonio Rodríguez.Escuchar audio
Mario Buffone, profesor universitario, historiador e investigador, aseguró que el gobierno venezolano que más obras ha construido ha sido el de Carlos Pérez Jiménez (CAP) durante su primer mandato. Resaltó que hubo una gran cantidad de obras que empezó este gobierno y se terminaron en otros. «El primer gobierno de CAP inauguró los hospitales de La Victoria, Calabozo, Guanare, Santa Bárbara del Zulia, San Fernando de Apure, los aeropuertos de Porlamar, la activación del aeropuerto internacional de Maiquetía» añadió. Además, indicó que durante este mandato arrancaron 34 embalses, las obras del Metro en firme, Fundayacucho, PDVSA, la Universidad Rómulo Gallegos, la Ezequiel Zamora y la Francisco de Miranda. Buffone explicó que muchos arquitectos y equipos empezaron con otros gobiernos, pero la continuidad de las obras prevalecía. «El Sistema Nacional de Orquestas también fue de este gobierno» acotó. Destacó que Acción Democrática fue el primer factor de desarrollo del país, seguido de Copei. El historiador recordó que la nacionalización del petróleo y del hierro también fueron con CAP. «En este gobierno hubo recursos y se invirtieron en este tipo de obras que todavía se mantienen como el sistema eléctrico y de suministro de agua» dijo. Señaló que el éxito del desarrollo del país está en la continuidad y el recurso humano que se emplee para ello. El profesor recalcó que los gobiernos civiles han construido mucho más que los militares, asegurando que tres cuartas partes de las carreteras del país surgieron durante los 40 años de democracia.
El nuevo disco del guitarrista Bill Frisell se titula 'Orchestras' y lo ha grabado con su trío y la Filarmónica de Bruselas ('Doom', 'Sweet rain') y la Umbria Jazz Orchestra ('Strange meeting'). Del reciente EP de Melody Gardot 'Sayonara meu amor' las canciones 'Se você me ama', 'So long', 'Get out of town' y 'Once I was loved'. Y Bossacucanova con su disco 'As próprias' y los temas 'Guanabara', 'Previsão' -con Adriana Calcanhotto- y 'Queria' -con Marcos Valle-. Para abrir, Lee Ritenour y Dave Grusin con 'Stone flower' del disco 'Brasil' que se publica este viernes.Escuchar audio
Se abre el Territorio Comanche en 'Julia en la Onda': Miqui Otero presenta su última novela, 'Orquesta', y Máximo Pradera comenta algunas anécdotas protagonizadas por las orquestas de pueblo. Santi Segurola reivindica a Marvin Gaye y Noelia Adánez recuerda la vida y obra de Elena Quiroga.