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El diputado UDI e integrante de la Comisión de Seguridad, Jorge Alessandri, desestimó la idea esgrimida por el diputado Luis Sánchez, en Estado Nacional, quien planteó la posibilidad de que Carabineros o militares estén presentes dentro de los recintos deportivos.
Con la investidura de Salvador Allende Gossens como Presidente de Chile el 3 de noviembre de 1970, se inició en el país el más ambicioso proceso de cambios sociales, económicos y políticos del que haya sido testigo Chile durante su historia. Como abanderado de la Unidad Popular, Allende no solo se convirtió en el primer mandatario socialista en el mundo en ser elegido democráticamente, sino también el primero en intentar en transitar al socialismo mediante la vía pacífica, también llamada vía chilena al socialismo. Su programa básico de gobierno contemplaba la construcción de un Estado Popular y una economía planificada, en gran parte estatizada. Aunque la ley de nacionalización del cobre fue aprobada sin oposición en el Congreso, no ocurrió lo mismo con el intento de estatizar las grandes empresas. Al no contar con mayoría parlamentaria, el gobierno decidió echar mano de un olvidado, aunque vigente decreto, dictado durante la República Socialista de 1932. Este le permitió al gobierno de la Unidad Popular expropiar cualquier industria que fuese considerada estratégica para la economía. Además de la expropiación (que generalmente era precedida por la toma de la industria por parte de sus trabajadores), el gobierno utilizó otros mecanismos como la compra de acciones, lo que le permitió controlar casi el 80 por ciento de las industrias y un número importante de bancos. En el sector agrario se profundizó el proceso de reforma agraria iniciado por el gobierno de Jorge Alessandri y acelerado por el de Eduardo Frei Montalva, logrando la expropiación de más de 4.400 predios, sin contar con las más de 2.000 tomas efectuadas por los trabajadores agrícolas. En el área de la salud se mejoró el equipamiento de los hospitales y se estableció un programa de distribución de medio litro de leche diaria a cada niño. En educación se impulsó la enseñanza preescolar, básica e industrial, además de ampliarse el acceso a la universidad. El proyecto más emblemático en esta materia fue el denominado Escuela Nacional Unificada (ENU). Por otro lado, nunca se definió con claridad una política cultural, lo que se debatió ampliamente en La Quinta Rueda. Sin embargo, existieron muchas actividades que contaron con participación gubernamental, como la creación de la editorial Quimantú y las nuevas propuestas musicales, como la Nueva Canción Chilena. El gasto social provocó un creciente déficit en los recursos fiscales que el gobierno intentó solucionar mediante la emisión monetaria fiscal. Esto generó un proceso inflacionario que se vio agravado por severos problemas de abastecimiento, acaparamiento y sabotaje empresarial. Junto a esto, el gobierno debió enfrentar la virulenta oposición del Partido Nacional, al que luego se unió la Democracia Cristiana, que en sus inicios había apoyado la elección de Allende y su programa de gobierno. También se sumó el rechazo de gremios como el de médicos, comerciantes minoristas, camioneros y mineros de El Teniente. En el frente interno, el gobierno se vio entrampado por la división entre los sectores que querían acelerar y profundizar el proceso revolucionario (Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR; Movimiento de Acción Popular Unitario, MAPU; y un sector del Partido Socialista, PS) y los que pretendían consolidar el proceso (Partido Comunista, PC; Partido Radical, PR; Movimiento de Acción Popular Unitario-Obrero Campesino, MAPU-OC; y un sector del Partido Socialista encabezado por el propio Allende). El inesperado resultado electoral obtenido por la Unidad Popular en las parlamentarias de marzo de 1973, no hizo más que consolidar la opción golpista en algunos sectores de la oposición. Aunque esta opción se vio frustrada el 29 de junio de 1973, en el fallido intento de golpe de Estado conocido como el tanquetazo, fue claro para Salvador Allende que solo un contundente apoyo popular daría viabilidad a su gobierno. Su idea de convocar a un plebiscito, sin embargo, nunca llegó a efectuarse, pues el 11 de septiembre de ese año fue derrocado por las fuerzas armadas encabezadas por el general en jefe del ejército Augusto Pinochet, hecho que marcó el fin de la Unidad Popular.
María José O´Shea y Arturo Fontaine conversaron con el diputado de la UDI, Jorge Alessandri.
María José O´Shea y Arturo Fontaine conversaron con el diputado de la UDI, Jorge Alessandri.
El diputado de la UDI e integrante de la comisión de Seguridad, Jorge Alessandri, abordó en Canal 24 Horas el denominado cónclave de seguridad citado por el Presidente Gabriel Boric en Cerro Castillo en Viña del Mar.
La oposición emplazó al Gobierno a enfrentar el crimen organizado y a mejorar su gestión, agregando que ha demostrado completa incapacidad. Esto, tras el violento fin de semana en la capital, donde se registraron ocho homicidios. Para profundizar en el tema, nos acompañó el diputado de la UDI, Jorge Alessandri, integrante de la Comisión de Seguridad.
En La Retro, el podcast sobre las reformas, Cristián Rodríguez, Cecilia Cifuentes y Jorge Alessandri analizan la dinámica política a días del plebiscito constitucional.
En un nuevo capítulo del Podcast La Retro, el Diputado Jorge Alessandri (UDI) se refirió a la crítica de Boric a las multinacionales. “El Presidente es bueno para lanzar frases ideológicas pero se le olvida que el está encargado del país”, afirmó.
En el podcast La Retro, Cristián Rodríguez conversa con la economista Cecilia Cifuentes y el diputado Jorge Alessandri sobre la discusión de la reforma de pensiones.
Heranças da ditadura ainda assombram o país no século 21 Por Rafael Cardoso - Repórter da Agência Brasil - Rio de Janeiro Ni perdón, ni olvido! O grito de ordem - que em português pode ser traduzido como "nem perdão, nem esquecimento" - é ecoado há décadas por aqueles que buscam justiça contra torturadores, assassinos, mandantes e cúmplices da ditadura militar no Chile. Há exatos 50 anos, no dia 11 de setembro de 1973, as Forças Armadas, lideradas pelo general Augusto Pinochet, deram um golpe de Estado, que encerrou o governo socialista e democrático de Salvador Allende. O país se juntava, então, a outros vizinhos latino-americanos que estavam sob o controle de governos autoritários, como era o caso do próprio Brasil desde 1964. Foram 17 anos até que o Chile voltasse a ter eleições presidenciais e as Forças Armadas deixassem o poder. Mas as heranças sombrias desse período continuam a se fazer presentes na sociedade chilena. Enquanto alguns lutam há décadas para achar os corpos dos familiares desaparecidos na ditadura, ressurgem forças de extrema-direita e negacionismos, e o país têm dificuldades para substituir uma Constituição criada no governo Pinochet vigente até hoje. Relembrar o golpe e a ditadura, nesse contexto atual, é um exercício importante de memória e de resistência contra um passado que insiste em não ir embora. Seja no Chile, no Brasil ou no restante do mundo. Salvador Allende e Unidad Popular Formado em medicina, Salvador Allende construiu uma carreira ativa na política. Integrou o Partido Socialista tão logo este foi fundado em 1933, deputado por Valparaíso e Quillota e ocupou o cargo de ministro de Saúde, Previdência e Assistência Social entre 1938 e 1941. A partir de 1945, se manteve no cargo de senador durante 25 anos. Durante esse período, concorreu à presidência da República quatro vezes. Foi apenas na última, em 1970, que conseguiu ser eleito. Apoiado por uma coligação de partidos de esquerda chamada Unidad Popular, Allende teve 36% dos votos. Uma vitória apertada em relação ao segundo colocado, Jorge Alessandri, da coligação de direita, com 34,9%; e 27,8% do terceiro, Radomiro Tomic. Pela primeira vez na história, um político socialista e marxista chegava ao governo de um país por meio de votação popular. O projeto político ficou conhecido como a “experiência chilena”, que significava a via democrática até o socialismo, sem uma ruptura revolucionária. Apesar do começo promissor, o governo Allende teve que lidar com um país ideologicamente polarizado, com um contexto internacional desfavorável de Guerra Fria e com as próprias disputas internas da esquerda. Uma ala grande da Unidad Popular era favorável a seguir o caminho de Cuba, que em 1959 havia se tornado um país socialista pela via armada. “Principalmente no primeiro ano de governo, vai se criar uma sensação mais ou menos geral de bem-estar. As primeiras deliberações são de elevação salarial, o que vai gerar um consumo desenfreado de bens duráveis e não duráveis, especialmente domésticos. Então isso faz com que haja uma sensação de bonança e apoio a um governo que se mostra exitoso. Já no ano seguinte, começam os problemas com inflação, bloqueio norte-americano e isolamento do Chile em relação à social-democracia europeia, à União Soviética e à China. Isso agrava os problemas econômicos o governo começa a entrar em um movimento declinante”, diz o historiador Alberto Aggio, da Universidade Estadual Paulista (Unesp). Ele lançou em junho desse ano o livro 50 anos do Chile de Allende: Uma leitura crítica. Crescia, dessa forma, a oposição interna ao governo e o apoio dos Estados Unidos à derrubada de Allende. No dia 11 de setembro de 1973, os militares decidem bombardear o Palacio de La Moneda, sede presidencial. Allende comete suicídio e tem início longos 17 anos de ditadura. Pinochet e a ditadura Augusto Pinochet era o Comandante do Exército do Chile quando aconteceu o golpe. Com o fim do governo Allende, uma Junta Militar assumiu o poder no país. Pinochet foi nomeado Chefe Supremo da Nação em junho de 1974 e, em setembro, presidente da República. Posição em que se manteria até 1990. A ditadura militar se caracterizou por destruir o sistema democrático, encerrar os partidos políticos, dissolver o Congresso Nacional, restringir o quanto pode os direitos civis e políticos e por violar direitos humanos básicos. No plano internacional, ficou marcada por integrar a Operação Condor, uma aliança entre ditaduras da América do Sul para reprimir opositores políticos, e pelo alinhamento com os Estados Unidos no contexto da Guerra Fria. Apesar das semelhanças, as ditaduras chilena e argentina colecionaram tensões, principalmente por causa de conflitos sobre a delimitação de fronteiras. A disputa pelo Canal de Beagle, na Patagônia, quase levou os dois países a uma guerra em 1978 e só foi apaziguada por uma mediação do papa João Paulo II. Para os que viveram a ditadura chilena, talvez nenhuma memória seja mais traumática do que a constante violação de direitos humanos. Relatórios oficiais dão conta de que mais de 40 mil pessoas foram vítimas dos militares, o que inclui torturados, mortos e desaparecidos. Os principais afetados foram políticos de esquerda, dirigentes sindicais, militantes e simpatizantes de partidos socialistas. Por meio de uma base ideológica chamada de Doutrina de Segurança Nacional, três órgãos de Estado colocaram em prática o projeto de destruição dos que consideravam inimigos do regime: Forças Armadas, Carabineros de Chile e Polícia de Investigações. Outros departamentos foram criados especialmente para a repressão: Dirección de Inteligencia Nacional (DINA, 1974-1977), Comando Conjunto (1975-1977) e Central Nacional de Informaciones (CNI, 1977-1990, sucessora da DINA). Uma série de lugares foi transformada em centros de tortura ou campos de concentração, como o Estadio Nacional (1973), Estadio Chile (1973), o navio-escola Esmeralda (1973), Academia de Guerra Aérea (1973-1975) e a Isla Quriquina (1973-1975). O fotojornalista brasileiro Evandro Teixeira foi enviado, pelo Jornal do Brasil, ao Chile em 1973 para cobrir o golpe militar e lembra de um ambiente permanentemente hostil. Mesmo sob constante vigilância, ele conseguiu registrar o tratamento violento contra presos políticos no Estádio Nacional e ser o primeiro a fotografar Pablo Neruda morto, ainda no hospital. O poeta chileno foi vítima de envenenamento, segundo resultado de uma perícia internacional feita em 2023. Mas foi um acontecimento, em tese mais simples do que os anteriores, que levou Evandro a passar uma noite na prisão. "Faltava carne de vaca para a população, que só comia galinha e porco. Eu estava andando pela cidade e passei em frente ao Ministério da Defesa. Vi um carro de açougueiro parado e um cidadão entrar com um boi inteiro nas costas para o pessoal do quartel. Achei uma sacanagem e fiz a foto", lembra Evandro. "Não olhei para trás. Tinha uma patrulha passando e me levou preso. Eu tive de tentar enrolar o capitão que me interrogou, fingir que tinha tirado a foto por acaso e dizer que eu era contra os comunistas. Como tinha um toque de recolher todo dia a partir das 18 horas, passei a noite lá, com medo de ser fuzilado na rua, e ele me liberou no dia seguinte". Chicago Boys e Neoliberalismo Assim que tomaram o governo, os militares decidiram implementar um conjunto de medidas para abrir a economia chilena ao capital privado e estrangeiro. Eles entendiam que o Estado deveria diminuir sua participação em alguns setores. Adotou-se, principalmente entre 1974 e 1982, de forma ortodoxa, os postulados neoliberais dos Chicago boys. Foram chamados assim os economistas chilenos que seguiram os estudos de pós-graduação na Universidade de Chicago, nos Estados Unidos, e, ao regressarem, passaram a influenciar as políticas econômicas do Chile centradas em privatizações, redução do gasto público, abertura ao mercado externo e reforma trabalhista. Indicadores macroeconômicos, como o Produto Interno Bruto (PIB), tiveram variação positiva na maior parte do tempo em que durou a ditadura. Mas as classes altas foram as principais beneficiadas. Não houve distribuição de renda e a desigualdade social foi uma das marcas desse período. Somaram-se a isso índices altos de desemprego, diminuição de salários, aposentadorias e quebras de empresas. Movimentos sociais e redemocratização Uma nova Constituição nacional foi aprovada em 1980, por meio da qual Pinochet estendia em pelo menos mais oito anos o cargo de presidente. Mesmo diante desse reforço de poder, do crescente autoritarismo e dos mecanismos de repressão, os movimentos de oposição conseguiram se reorganizar durante a ditadura militar. Os primeiros dez anos da ditadura são conhecidos por dificuldades maiores de mobilização. Mas a partir de 1983, uma série de protestos começou a tomar conta do país. “É preciso destacar a reorganização subterrânea levada a cabo por variados e distintos atores sociais e instituições. Entre eles, integrantes de alas da Igreja Católica; movimentos por direitos humanos, com articulações no exterior; as universidades e a ação dos estudantes para retomar as organizações estudantis; além de uma rede solidária e política constituída no interior dos bairros periféricos de Santiago. Esses últimos lugares dariam aos protestos muitos de seus atores, como os jovens desempregados, sem perspectiva e sob vigilância violenta”, diz a historiadora Fernanda Fredrigo, da Universidade Federal de Goiás (UFG). Diante da pressão social crescente, a ditadura se viu obrigada a convocar um plebiscito em 1988, para que a população decidisse sobre a continuidade do regime militar. Mesmo que não tenham sido apresentados prazos concretos para isso, o processo teve adesão grande da população, com mais de 92% dos habilitados para votar indo às urnas. As opções eram o “Sim” pela continuidade e o “Não” pelo término do regime. O “Não” venceu. Em 1989, foram realizadas as primeiras eleições presidenciais. O vencedor foi o candidato da coligação Concertación, o democrata cristão Patricio Aylwin Azócar. “As mobilizações sociais foram fundamentais na superação do medo, o que não é pouco; no abalo da crença quanto à despolitização total da sociedade; na retomada da ação política conjunta, fazendo emergir grupos políticos num contexto em que as agremiações pareciam apenas fragmentadas; na experiência de 'unidade' da esquerda; na reinvenção das formas de luta cotidianas; e na associação das diferentes formas de luta: greves, paralisações, trabalho lento”, analisa Fernanda Fredrigo. A democracia estava de volta em 1990, mesmo que sob profundos questionamentos. Afinal, Augusto Pinochet deixara a presidência, mas continuava como líder das Forças Armadas. Em 1998, voltaria à política oficial para assumir o posto de senador vitalício. No mesmo ano, seria detido durante uma viagem a Londres para tratamento médico. Sobre ele pesava um mandado de busca e apreensão, e pedido de extradição para a Espanha, onde era acusado por violação aos direitos humanos. Ficou mais de 500 dias em prisão domiciliar, mas contou com a ajuda do governo britânico, que o extraditou de volta para o Chile. Em 2002, renunciou ao cargo de senador vitalício. Em 2004, investigações no Senado dos Estados Unidos apontaram que ele tinha contas secretas fora do Chile, no valor de quase US$ 30 milhões, frutos de corrupção enquanto era ditador. Pinochet morreu em 2006, sem nunca ter sido julgado oficialmente pelos crimes que cometeu. Questões mal resolvidas do passado Durante quatro mandatos, de 1990 a 2010, a coligação Concertación dominou a presidência do Chile. Nos três primeiros, foi mantido o modelo neoliberal de economia. E apesar de terem dado ênfase nesse período aos gastos públicos nas áreas sociais e terem conseguido taxas altas de crescimento econômico, os governos não conseguiram resolver os problemas históricos de distribuição de renda. Entre 2006 e 2022, o país alternou entre as presidências da socialista Michelle Bachelet e do direitista Sebastián Piñera. No período, destacam-se a “Revolução dos Pinguins”, em maio de 2006, o maior protesto de estudantes da história do país, com mais de 600 mil pessoas exigindo reformas educacionais. E os protestos de outubro de 2019, cujo estopim foi o reajuste de passagens do transporte público, e que envolveram mais de um milhão de pessoas. O resultado foi a convocação de um plebiscito em 2020, em que 78,27% dos votos decidiram pela criação de uma nova Constituição. Em 2021, Gabriel Boric, do partido de esquerda Convergência Social, venceu as eleições presidenciais e iniciou o mandato em 2022. Para os defensores de um país mais progressista e comprometido com a igualdade social, a eleição representou um momento de esperança. Para alguns analistas, Boric se tornou símbolo de um modelo de renovação para as forças de esquerda. “Boric é uma figura importante para a esquerda mundial. O Chile é um país pequeno, mas que sempre teve uma posição distinta. A esquerda, em lugares como a Nicarágua ou a Venezuela, é completamente anacrônica: só tem um ponto de apoio que é a China. Em outros casos, a esquerda democrática está na política latino-americana e pode ser dito que ele é progressista. Mas precisa avançar do ponto de vista das relações sociais e culturais, porque mantém alguns vícios conservadores”, analisa o historiador Alberto Aggio. Em setembro do ano passado, o texto da nova Constituição, considerada progressista, foi votado e rejeitado por 62% da população. O que colocou o país em um novo impasse: ao se manter preso em normas e direitos definidos em 1980 na ditadura militar, não resolve entraves históricos que bloqueiam o desenvolvimento social. Simbolicamente, também não consegue dar um passo importante para enterrar os vestígios da ditadura que assolou o país durante 17 anos. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/malhete-podcast/message
A 50 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende, todavía hay sectores de la sociedad chilena que se niegan a aceptar los hechos. Un negacionismo que está presente en los medios, en los debates públicos y que cuestiona tanto el lugar que se le quiere dar a este aniversario, así como la narrativa oficial del gobierno de Gabriel Boric. Reportaje de nuestra corresponsal en Santiago de Chile, Yasna Mussa“Yo justifico el golpe militar. Me habría gustado que fuera un gobierno autoritario muy corto, que se hubiese restablecido la democracia rápido, pero creo que íbamos por un camino muy peligroso para el país”, decía hace uno meses el diputado Jorge Alessandri, militante del partido de derecha Unión Democrática Independiente, en una entrevista con Radio FuturoEsta mañana, lejos del Congreso, en la Villa Portales de la comuna de Estación Central, en Santiago, dos amigas conversan en medio de una cancha de fútbol que comparten los vecinos. Este fue un barrio emblemático durante los años de la Unidad Popular de Salvador Allende y que vivió una fuerte represión durante la dictadura.Alicia Cortez, de 71 años, dice que ella es parte de la excepción. Cree que el golpe no fue un hecho traumático para el país, sino que un acto necesario por el contexto que se vivía“Había un grupo de personas que, como estábamos conformes con el pronunciamiento militar, nosotros no supimos nunca de las cosas que pasaron, de los detenidos desaparecidos. No supimos de los allanamientos. No supimos de nada. Hasta muchos años después. Para nosotros eso no existía. ¿Y ahora? Y ahora uno lo ve como una película. Al menos yo lo veo como una película. Como que aquí nunca pasó”, cuenta a RFI.Para Cortez, la incertidumbre que se vivía en aquellos días, la escasez de productos de primera necesidad y la tendencia política de Salvador Allende generaron un escenario propicio para el golpe de Estado. Alicia no sólo reivindica la dictadura de Pinochet, sino que incluso añora aquellos años.“Yo en la época de Augusto Pinochet, como presidente de la República, viví una muy buena vida. Y después esto de la democracia, de los presidentes en algunos buenos, y ahí empezó de nuevo la efervescencia del odio, sobre todo con Michelle Bachelet”, se queja.Para ella había una estabilidad que hoy no existe. “Estaba ordenado, la economía estaba buena, teníamos oportunidades todos”.Alicia Cortez siente distancia de los discursos sobre derechos humanos y memoria. Dice que prefiere dar vuelta la página. “Yo lo único que quiero es paz y amor en mi país. Yo respeto las ideas de algunas personas, pero esa confrontación que arman todo el rato, que los detenidos desaparecidos…”Critica el lugar que ha tomado la conmemoración de este 11 de septiembre, especialmente con los 50 años del golpe de Estado. No esconde su indiferencia. “Mira, yo creo que han hecho de los derechos humanos un festival aquí en Chile. Yo no tenía idea. No me interesaba tampoco”, agrega.Su amiga Nancy Marchant comparte su opinión y dice que el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende estaba justificado. “¿Por qué esa alevosía, esa rabia, ese rencor tan grande para celebrar 50 años, el dedo en la llaga siempre?”, se pregunta.Del otro lado de la avenida, en el jardín de la Universidad de Santiago de Chile, la USACH, un grupo de jóvenes estudiantes de primer año de periodismo conversa sobre la importancia de este mes, de este año y se sienten distantes de visiones como las de Nancy o Alicia.A Vicente Núñez le preocupan los discursos de negacionismo que circulan. “Realmente me parece trágico. Me parece trágico que actualmente, ya con todo lo que ha pasado ya 50 años, se siga tratando de esconder la verdad como tapar el sol con un dedo, básicamente. Ya se sabe tanta información, otros países también han hablado de este tema y que no salga algo parecido a otros países. Por ejemplo, yo siempre pienso en Alemania. En el caso del régimen nazi no sé, algo parecido”, explica a RFI.Su compañera de carrera, Paula Álvarez, profundiza en el origen de los discursos que relativizan lo ocurrido en 1973. “Creo que también tiene que ver con el tema de la educación, quizás porque, claro, nosotros que estamos en un ambiente que tiene historia con el asunto de la dictadura, con el lado de los trabajadores de izquierda, todo eso, pero a nivel general, a nivel Chile, tal vez no nos hemos puesto las pilas sobre educar realmente lo que fue el golpe. Y también que se permitan discursos negacionistas en televisión, en política, que se permita que haya gente que diga que fue necesario, que haya gente que diga que Pinochet salvó la economía. Creo que eso influye igual en la opinión de las personas y también lo que pasa con los votos de castigo a ciertos sectores políticos, como están descontentos con la izquierda que está gobernando, su forma de castigo es decir ah, no, Pinochet lo hizo todo bien”, analiza.Paula dice que se trata de discursos que obedecen también a un trauma. “Hace no mucho tiempo, en las clases de historia no nos hablaban de dictadura, el gobierno se acababa en 1973, se acababa la historia de Chile. Era una cosa que se justificaba y también por la época que vivían, por toda la violencia que había, esas personas aprendieron a normalizar la violencia y a justificar el ‘no hay que poner orden, no hay que matarlos a todos, así se arregla todo', pero en realidad eran personas que vivían con miedo de lo que les podía pasar. Es como un síndrome de Estocolmo, yo diría que Chile tiene síndrome de Estocolmo, sobre todo las personas mayores que fueron niños o bebés, incluso cuando fue el golpe de Estado, es la única forma que conocieron de imponer autoridad o de hacer sociedad, básicamente”' añade.Natalia Olguín, también estudiante de periodismo en la USACH, recuerda una experiencia que tuvo entre los 10 y 12 años, cuando visitó Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura durante la dictadura militar. Una visita que fue iniciativa de dos de sus profesores y que marcó su vida. “Lo que yo propondría para la educación es como que vayan a estos lugares, cuenten la historia para que haya un cambio porque si nosotros, si los estudiantes y los niños más chicos no saben la historia, no se va a poder nunca generar el cambio”, dice.Pero, ¿qué ha pasado en Chile para que aún existan versiones que ponen no sólo en dudas los hechos, sino que reivindican lo ocurrido?Una tarde de lluvia fuimos al Instituto Nacional de Derechos Humanos para preguntarle a Jorge Lagos, un sociólogo que se desempeña como analista operativo en la Unidad de Estudio de Memoria y que ha estado trabajando en los últimos meses en el capítulo de 50 años del golpe. Para Lagos el negacionismo está lejos de ser un fenómeno nuevo.“No sé si es un resurgimiento del negacionismo, yo creo que el negacionismo ha estado instalado, quizás hoy en día, en este año en particular en que se conmemoran 50 años, quizás la discusión sale mal a la luz, pero es un fenómeno que ha estado presente desde el inicio de la democracia”, nos aclara.Aquel período oscuro de la historia de Chile cuenta con un amplio registro de atrocidades cometidas por agentes del Estado. De acuerdo a los antecedentes entregados por el ministerio de Justicia y los informes elaborados por las distintas Comisiones de Verdad, la cifra total de víctimas calificadas oficialmente es de 40.175 personas, incluyendo ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. Luego del fin de la dictadura, en 1990, el país ha tardado en avanzar hacia una política de reparación de las víctimas. Esta tarde Marcia Tijero, analista de la unidad de estudios y memoria, repasa junto a su colega del Instituto Nacional de Derechos Humanos las razones que llevan a relativizar lo ocurrido durante los años de Pinochet. Cree que el proceso de la justicia transicional nunca acabó bien.“Yo creo que todos están frágilmente cumplidos, verdad y justicia, reparación, también muy frágil, pero definitivamente el principio de no repetición y de memoria histórica no se cumplió”, considera.Para Tijero estos incumplimientos han facilitado los discursos que relativizan lo ocurrido durante la dictadura cívico militar. “¿Y qué significa esto? En el fondo que no hay un proceso social de conocimiento de la verdad, hay una sociedad que reconoce lo que sucedió, lo elabora, hace una memoria de ese proceso y se compromete a una cosa de no repetición, y ese rol del Estado. Y ese proceso nunca se cumplió cabalmente. Y eso significa que quedan heridas, los culpables no se sienten responsables, se puede dar lo que se está dando ahora, que no se dio al principio del fin de la dictadura, que es la relectura de la historia y de los acontecimientos”.La UNESCO define el negacionismo como una forma de borrar la memoria de las atrocidades cometidas, lo que puede fomentar la repetición de tales crímenes en el futuro.Marcia y Jorge concuerdan en los factores que han favorecido este escenario y que el origen está en la forma en que Chile vivió la transición en los primeros años de democracia.“Porque en el fondo el fin de la dictadura, el inicio de la democracia es una cuestión que también funcionó muy en torno a un pacto. Una lógica de pactar cosas. Claro, porque eso fue un pacto, no fue un triunfo, sí ese es el punto central. Y, además, aunque hubiera sido un pacto, una vez en el poder, la Concertación podría haber aspirado a más. Y no lo hizo”.Jorge Lagos considera que el Estado de Chile tiene una deuda en esta materia “Si uno mira las recomendaciones, por ejemplo, del organismo de tratado, las recomendaciones del mismo INDH en esta materia, hay un porcentaje muy bajo de cumplimiento. De parte del Estado. Sí, por ejemplo, si analizamos por materia, en justicia, solamente el 10% de las causas por violación de derechos humanos tienen una sentencia y el 95%, por ejemplo, de las causas de tortura no han llegado a esa etapa, a esa etapa de cierre”, denuncia.La falta de acceso a la información también es otro factor. “En materia de verdad, por ejemplo, hoy en día aún estamos con un secreto de 50 años de lo que es el archivo Valech, que es información importantísima que, en Chile, por ejemplo, considero que es preocupante que no tengamos una ley de archivos sobre lo que ocurrió, que pueda ser disponible, que pueda ser consultada por la ciudadanía”.Jorge Lagos se lamenta de que en Chile ni siquiera hay una ley de sitios de memoria, sino que son nombrados como monumentos históricos. Desde 2018, según datos del ministerio de las Culturas y las Artes, ha habido 110 ataques a sitios de memoria.Una escasez de presupuesto y apoyo que la socióloga Carmen Pinto conoce bien. Hoy recorre los pasillos de la ex Clínica Santa Lucia, un centro médico que operó como espacio de tortura también durante la dictadura y que hoy se encuentra en un muy mal estado de conservación. Para quien pasea por el frontis es difícil adivinar que, en esa antigua casa construida en 1934, ubicada a un costado del Cerro Santa Lucía, se encuentra un sitio de memoria que hoy alberga a la comisión nacional de derechos humanos.Carmen Pinto revisa las fotografías de detenidos desaparecidos que pasaron por acá y ve con preocupación el nivel de alcance que tiene el negacionismo.“Muchos lo justifican, que era una necesidad porque se creó un caos. Es cierto que hubo un caos, pero nunca se ha dicho por qué se creó ese caos. Si no queremos reconocer lo que sucedió en Chile, veamos los documentos desclasificados de la Comisión Church de Estados Unidos, por ejemplo. Eso no lo está diciendo ningún chileno”, afirma.Pinto, que tiene un magíster en Historia y Memoria de la Universidad de La Plata, cree que en Chile hace falta entender la magnitud de los hechos y comprender los conceptos. “El problema es que no vamos a poder nunca construir un futuro si no solucionamos ese puente que hay entre el pasado, presente y futuro”.Carmen Pinto dice que lo primero es reconocer lo que sucedió. “El bombardeo de la Moneda no es imaginario, sucedió, y eso no es un acto político, es un acto de delincuencia. Las torturas sucedieron. Va a pasar lo mismo ahora. Claro, cuando vino el estallido fue como un retorno a lo siniestro, a lo que ya habíamos vivido. Fue un regreso a la memoria, pero de manera brutal. Pero como esto nunca se ha tratado bien en Chile, yo creo que Chile como sociedad tiene un trauma, un trauma”, concluye.La historiadora cree profundamente en que después de reconocer lo que sucedió, hay que hacer justicia. Decir la verdad. Conmemorar. Asegurar un Nunca Más. Luego queda sanar.
Cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, el 36% de la población de Chile tiene una visión favorable a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), según datos de una encuesta difundida en mayo pasado. Paralelamente, un sector de la población prefiere olvidar, incluso negar, lo que ocurrió, escondiendo la verdad como quien “tapa el sol con un dedo”. Este es un año especial para Chile. Esta vez, la conmemoración del golpe de Estado en contra del gobierno de Salvador Allende es distinta: los chilenos y chilenas se enfrentan este 2023 a un sector de la población que aún se niega a aceptar los hechos. Un negacionismo que está presente en los medios, en los debates públicos y que cuestiona tanto el lugar que se le quiere dar a este aniversario, así como la narrativa oficial del gobierno de Gabriel Boric.“Yo justifico el golpe militar. Me habría gustado que hubiera sido un gobierno autoritario muy corto, de meses, que se hubiera restablecido la democracia rápido, pero íbamos por un camino autoritario que le había hecho muy mal a nuestro país”, decía hace uno meses el diputado Jorge Alessandri, militante del partido de derecha Unión Demócrata Independiente, en una entrevista con Radio Futuro.“Aquí nunca pasó”Esta mañana, lejos del Congreso, en la Villa Portales de la comuna de Estación Central, en Santiago, dos amigas conversan en medio de una cancha de fútbol que comparten los vecinos. Este fue un barrio emblemático durante los años de la Unidad Popular de Salvador Allende, y vivió una fuerte represión durante la dictadura.Alicia Cortez, de 71 años, dice que ella es parte de la excepción. Cree que el golpe no fue un hecho traumático para el país, sino que un acto necesario por el contexto que se vivía: “Habíamos un grupo de personas que, como estábamos conformes con el pronunciamiento militar, nosotros no supimos nunca de las cosas que pasaron, de los detenidos desaparecidos. No supimos de los allanamientos. No supimos de nada. Hasta muchos años después. Para nosotros eso no existía. Y ahora uno lo ve como una película. Al menos yo lo veo como una película. Como que aquí nunca pasó”, cuenta.Para Cortez, la incertidumbre que se vivía en aquellos días, la escasez de productos de primera necesidad y la tendencia política de Salvador Allende generaron un escenario propicio para el golpe de Estado. Alicia no sólo reivindica la dictadura de Pinochet, sino que incluso añora aquellos años: “Yo en la época de Augusto Pinochet, como presidente de la República, viví una muy buena vida. Y después esto de la democracia, de los presidentes, en algunos buenos, y ahí empezó de nuevo la efervescencia del odio, sobre todo con Michelle Bachelet”, subraya.“La economía estaba buena”Para ella había una estabilidad que hoy no existe: “Estaba ordenado, la economía estaba buena, teníamos oportunidades todos”. Alicia Cortez siente distancia de los discursos sobre derechos humanos y memoria. Dice que prefiere dar vuelta la página: “Yo lo único que quiero es paz y amor en mi país. Yo respeto las ideas de algunas personas, pero esa confrontación que arman todo el rato, los detenidos desaparecidos…”.Crítica el lugar que ha tomado la conmemoración de este 11 de septiembre, especialmente con los 50 años del golpe de Estado. No esconde su indiferencia: “Mira, yo creo que han hecho de los derechos humanos un festival aquí en Chile. Yo no tenía idea. No me interesaba tampoco”, afirma la mujer.Su amiga Nancy Marchant comparte su opinión y dice que el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende estaba justificado. “¿Por qué esa alevosía, esa rabia, ese rencor tan grande que celebrar 50 años el dedo en la llaga siempre?”, pregunta.“Esconder la verdad, como tapar el sol con un dedo”Del otro lado de la avenida, en el jardín de la Universidad de Santiago de Chile, la USACH, un grupo de jóvenes estudiantes de primer año de periodismo conversa sobre la importancia de este mes, de este año, y se sienten distantes de visiones como las de Nancy o Alicia.A Vicente Nuñez le preocupan los discursos de negacionismo que circulan por estos días: “Realmente me parece trágico. Me parece trágico que actualmente, ya con todo lo que ha pasado, ya 50 años, se siga tratando de esconder la verdad, es como tapar el sol con un dedo, básicamente. Ya se sabe tanta información, otros países también han hablado de este tema y que no salga algo parecido a otros países. Por ejemplo, yo siempre pienso en Alemania. En el caso del régimen nazi no sé, algo parecido”, estima.Su compañera de carrera, Paula Álvarez, profundiza en el origen de los discursos que relativizan lo ocurrido en 1973: “Creo que también tiene que ver con el tema de la educación, quizás porque, claro, nosotros que estamos en un ambiente que tiene historia con el asunto de la dictadura, con el lado de los trabajadores de izquierda, todo eso, pero a nivel general, a nivel Chile, tal vez no nos hemos puesto las pilas sobre educar realmente lo que fue el golpe. Y también que se permitan discursos negacionistas en televisión, en política, que se permita que haya gente que diga que fue necesario, que haya gente que diga que Pinochet salvó la economía. Creo que eso influye igual en la opinión de las personas y también lo que pasa con los votos de castigo a ciertos sectores políticos, como están descontentos con la izquierda que está gobernando, su forma de castigo es decir ‘ah, no, Pinochet lo hizo todo bien'”, analiza la joven.“Síndrome de Estocolmo”Paula dice que se trata de discursos que obedecen también a un trauma: “Hace no mucho tiempo, en las clases de historia no se hablaba de dictadura, el gobierno se acababa en 1973, se acababa la historia de Chile. Era una cosa que se justificaba y también por la época que vivían, por toda la violencia que había, esas personas aprendieron a normalizar la violencia, pero en realidad eran personas que vivían con miedo de lo que les podía pasar. Es como un síndrome de Estocolmo, yo diría que Chile tiene síndrome de Estocolmo, sobre todo las personas mayores que fueron niños o bebés, incluso cuando fue el golpe de Estado, es la única forma que conocieron de imponer autoridad o de hacer sociedad, básicamente”.Natalia Olguín, también estudiante de periodismo en la USACH, recuerda una experiencia que tuvo entre los 10 y 12 años, cuando visitó Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura durante la dictadura militar. Una visita que fue iniciativa de dos de sus profesores y que marcó su vida. “Lo que yo propondría para la educación es que vayan a estos lugares y cuenten la historia para que haga un cambio porque si nosotros, si los estudiantes y los niños más chicos no saben la historia, no se va a poder nunca generar el cambio y vamos a seguir en esto de rotar y rotar y no vamos a cambiar”, dice.“El negacionismo ha estado instalado”¿Pero qué ha pasado en Chile para aún existan versiones que ponen no sólo en dudas los hechos, sino que reivindican lo ocurrido? Una tarde de lluvia fuimos al Instituto Nacional de Derechos Humanos para preguntarle a Jorge Lagos, un sociólogo que se desempeña como analista operativo en la Unidad de Estudio de Memoria y que ha estado trabajando en los últimos meses en el capítulo de 50 años del golpe.Para Lagos está lejos de ser un fenómeno nuevo: “No sé si es un resurgimiento del negacionismo, yo creo que el negacionismo ha estado instalado, quizás hoy en día, en este año en particular en que se conmemoran 50 años, quizás la discusión sale mal a la luz, pero es un fenómeno que ha estado presente desde el inicio de la democracia”, afirma.Aquel período oscuro de la historia de Chile cuenta con un amplio registro de atrocidades cometidas por agentes del Estado. De acuerdo a los antecedentes entregados por el ministerio de Justicia y los informes elaborados por las distintas Comisiones de Verdad, la cifra total de víctimas calificadas oficialmente es de 40.175 personas, incluyendo ejecutados políticos, detenidos desaparecidos y víctimas de prisión política y tortura. Luego del fin de la dictadura, en 1990, el país ha tardado en avanzar hacia una política de reparación de las víctimas.Marcia Tijero, analista de la unidad de Estudios y Memoria, repasa junto a su colega del Instituto Nacional de Derechos Humanos las razones que llevan a relativizar lo ocurrido durante los años de Pinochet. Cree que el proceso de la justicia transicional nunca acabó bien: “Yo creo que todos están frágilmente cumplidos, verdad y justicia. Reparación también muy frágil, pero definitivamente el principio de no repetición y de memoria histórica no se cumplió”, dice.“No hay un proceso social de conocimiento de la verdad”Para Tijero estos incumplimientos han facilitado los discursos que relativizan lo ocurrido durante la dictadura cívico militar: “¿Y qué significa esto? En el fondo que no hay un proceso social de conocimiento de la verdad, hay una sociedad que reconoce lo que sucedió, lo elabora, hace una memoria de ese proceso y se compromete a una cosa de no repetición, y es el rol del Estado. Y ese proceso nunca se cumplió cabalmente. Y eso significa que quedan las heridas, los culpables no se sienten responsables, se puede dar lo que se está dando ahora, que no se dio al principio del fin de la dictadura, que es la relectura de la historia y de los acontecimientos”.Leer también‘Los años Allende”, una novela gráfica chilenaLa UNESCO define el negacionismo como una forma de borrar la memoria de las atrocidades cometidas, lo que puede fomentar la repetición de tales crímenes en el futuro. Marcia y Jorge concuerdan en los factores que han favorecido este escenario, y en que el origen está en la forma en que Chile vivió la transición en los primeros años de democracia. “Porque en el fondo el fin de la dictadura, el inicio de la democracia, es una cuestión que también funcionó muy en torno a un pacto, una lógica de pactar cosas”, estima Jorge, y completa Marcia: “Claro, porque eso fue un pacto, no fue un triunfo, ése es el punto central. Y además, aunque hubiera sido un pacto, una vez en el poder, la Concertación podría haber aspirado a más. Y no lo hizo”.Deuda del EstadoJorge Lagos considera que el Estado de Chile tiene una deuda en esta materia: “Si uno mira las recomendaciones, por ejemplo, del organismo de tratado, las recomendaciones del mismo INDH en esta materia, hay un porcentaje muy bajo de cumplimiento de parte del Estado. Si, por ejemplo, si analizamos por materia, en justicia, solamente el 10% de las causas por violación de derechos humanos tienen una sentencia, y el 95%, por ejemplo, de las causas de tortura, no han llegado a esa etapa de cierre”.La falta de acceso a la información también es otro factor. “En materia de verdad, por ejemplo, hoy en día estamos con un secreto de 50 años sobre el archivo Valech, que es información importantísima que en Chile, por ejemplo, considero que es preocupante que no tengamos una ley de archivos sobre lo que ocurrió, que pueda ser disponible, que pueda ser consultada por la ciudadanía, por la Justicia”, prosigue Lagos.Jorge Lagos lamenta que en Chile ni siquiera hay una ley de sitios de memoria, sino que son nombrados como monumentos históricos. Desde 2018, según datos del Ministerio de las Culturas y las Artes, han habido 110 ataques a sitios de memoria. Una escasez de presupuesto y apoyo que la socióloga Carmen Pinto conoce bien.“Chile como sociedad tiene un trauma”Carmen Pinto recorre los pasillos de la ex Clínica Santa Lucía, un centro médico que operó como espacio de tortura y que hoy se encuentra en un muy mal estado de conservación. Para quien pasea por el frontis es difícil adivinar que en esa antigua casa construida en 1934, ubicada a un costado del Cerro Santa Lucía, se encuentra un sitio de memoria que hoy alberga a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.La socióloga revisa las fotografías de detenidos desaparecidos que pasaron por acá y ve con preocupación el nivel de alcance que tiene el negacionismo. “Muchos lo justifican, que era una necesidad porque se creó un caos. Es cierto que hubo un caos, pero nunca se ha dicho por qué se creó ese caos. Si no queremos reconocer lo que sucedió en Chile, veamos los documentos desclasificados de la Comisión Church de Estados Unidos, por ejemplo. Eso no lo está diciendo ningún chileno”, estima.Pinto, que tiene un magíster en Historia y Memoria de la Universidad de La Plata, cree que en Chile hace falta entender la magnitud de los hechos y comprender los conceptos: “El problema es que no vamos a poder nunca construir un futuro si no solucionamos ese puente que hay entre el pasado, presente y futuro”, lamenta. Dice que lo primero es reconocer lo que sucedió. Hacer justicia. Decir la verdad. Conmemorar. Asegurar un Nunca Más. Luego queda sanar.“El bombardeo de La Moneda no es imaginario, sucedió, y eso no es un acto político, es un acto de delincuencia. Las torturas sucedieron. Va a pasar lo mismo ahora. Claro, cuando vino el estallido fue como un retorno a lo siniestro,a lo que ya habíamos vivido. Fue un regreso de la memoria, pero de manera brutal. Pero como esto nunca se ha tratado bien en Chile, yo creo que Chile como sociedad tiene un trauma”, concluye la socióloga.
Rodrigo Álvarez conversaron con Jorge Alessandri, diputado UDI, que se refirió a la itinerario del gobierno para la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y la comparación del presidente Gabriel Boric entre la muerte de Guillermo Teillier y el suicidio del ex militar condenado por la muerte de Víctor Jara. Además junto a Nicolás Vergara junto a Los Infiltrados Paula Catena, editora de Política LT que nos comentó lo que dejó las primeras votaciones en el Consejo Constitucional y lo que viene. Y Juan Paulo Iglesias, editor de Opinión LT que analizó la crisis en el Canal de Panamá, qué está pasando y las consecuencias que puede traer a países como Chile.
En La Retro, el podcast sobre las reformas, Cristián Rodríguez analiza junto a la economista Cecilia Cifuentes y el diputado Jorge Alessandri la discusión de la reforma previsional.
Matías del Río y Nicolás Vergara comentaron los nuevos antecedentes del caso Convenios en el Ministerio de las Culturas. Además, conversaron con el diputado de la UDI y presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara, Jorge Alessandri sobre el proyecto de ley de usurpaciones y su discusión y dio su parecer sobre el pacto fiscal presentado por el Gobierno.
Matías del Río y Nicolás Vergara comentaron los nuevos antecedentes del caso Convenios en el Ministerio de las Culturas. Además, conversaron con el diputado de la UDI y presidente de la comisión de Seguridad de la Cámara, Jorge Alessandri sobre el proyecto de ley de usurpaciones y su discusión y dio su parecer sobre el pacto fiscal presentado por el Gobierno.
Conversación y análisis junto a Jorge Alessandri sobre el fallido "fast track" de la agenda de Seguridad del gobierno.
En entrevista con #MesaCentral, el diputado UDI, Jorge Alessandri, se refirió al caso Fundación Democracia Viva.
En una nueva edición de Estado Nacional, estuvo invitada la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo. Además, conversamos con Ricardo Mewes, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Finalmente, dialogamos con nuestro panel político, conformado por senadora del PS, Paulina Vodanovic; el director ejecutivo de Ideas Republicanas, Cristián Valenzuela; el diputado de la UDI, Jorge Alessandri; y el parlamentario de Convergencia Social, Diego Ibáñez.
En una nueva edición de Estado Nacional, estuvo invitada la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo. Además, conversamos con Ricardo Mewes, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Finalmente, dialogamos con nuestro panel político, conformado por senadora del PS, Paulina Vodanovic; el director ejecutivo de Ideas Republicanas, Cristián Valenzuela; el diputado de la UDI, Jorge Alessandri; y el parlamentario de Convergencia Social, Diego Ibáñez.
Rodrigo Álvarez conversó con el diputado Jorge Alessandri sobre sexto retiro, seguridad e inmigración. Además estuvo con Los Infiltrados Isabel Caro que nos habló de los tironeos entre La Moneda y el ministerio de Salud, por la ley corta sobre la tabla de factores para las isapres. Y Juan Paulo Iglesias que trajo con el factor Rusia en la crisis de Sudán y qué tiene que ver el Grupo Wagner.
Rodrigo Álvarez conversó con Catalina Pérez, diputada de Revolución Democrática y vicepresidenta de la Cámara de Diputados, y el diputado y presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, Jorge Alessandri, se refirió a la discusión por la ley Ley Nain-Retamal y el asesinato del cabo Daniel Palma. Además, junto a Los Infiltrados Carlos Alonso, editor de Pulso, y Isa Caro Martínez, periodista de LT, analizaron la situación de seguridad del país y la salud financiera de Chile.
Josefina Ríos y Matías del Río revisaron las principales informaciones del día y conversaron con Jorge Alessandri, presidente de la Comisión de Seguridad Cámara Baja, quien se refirió al despacho del polémico proyecto Naín-Retamal, el cual se convertiría en ley tras solo 10 días de tramitación. Además junto a La Infiltrada Gloria Faúndez conversaron sobre el impacto de la ley Naín-Retamal en el Gobierno.
Entrevista al diputado Jorge Alessandri sobre la discusión del proyecto de ley Naín-Retamal que otorga mayores facultades a las fuerzas de seguridad de Carabineros y Fuerzas Armadas.
"Quizás nunca más veamos un policía de camisa, manga corta y un revolver. Quizás veamos policías fuertemente armados, como en México o Colombia, porque el crimen nos sobrepasó", dijo el diputado UDI.
"Quizás nunca más veamos un policía de camisa, manga corta y un revolver. Quizás veamos policías fuertemente armados, como en México o Colombia, porque el crimen nos sobrepasó", dijo el diputado UDI.
Rodrigo Álvarez conversó con Jorge Alessandri, diputado y jefe de bancada de la UDI se refirió al cambio de gabinete y el futuro de la tramitación de los proyectos en el Congreso.. Además, junto a Nicolás Vergara y Las Infiltradas Gloria Faúndez, editora gral de LT, y Mariana Marusic, periodista de PULSO LT, analizaron la trastienda del cambio de gabinete y la decisión del gobierno de no insistir con la reforma tributaria
Mariajosé Soto conversó con el diputado Jorge Alessandri sobre el proceso constituyente y con el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, sobre los las medidas que se tomaron para el desplazamiento en Fiestas Patrias.
Josefina Ríos y Matías del Río revisaron las principales informaciones del día y conversaron con el diputado UDI, Jorge Alessandri, quien se refirió al cambio de gabinete, la reunión con el Gobierno y las posibles fechas para ya tener una nueva Constitución.
Josefina Ríos y Matías del Río revisaron las principales informaciones del día y conversaron con el diputado Jorge Alessandri, quien se refirió a la evaluación que hacen desde la UDI para apoyar un nuevo Estado de Excepción en la Macrozona Sur, donde piden que este deje de ser acotado. Además junto a La Infiltrada Leslie Ayala, quien comentó sobre el Servicio de Impuestos Internos.
El Gobierno dejó sin efecto la modificación de la resolución que reemplazaba el cargo de "Primera Dama" por "Gabinete Irina Karamanos". Desde el Ejecutivo apuntaron a un "error administrativo" y comunicaron que el cargo será denominado "Coordinación Sociocultural de la Presidencia de la República". Para abordar este y otros temas nos acompañó Jorge Alessandri, jefe de la bancada de diputados de la UDI.
El Gobierno dejó sin efecto la modificación de la resolución que reemplazaba el cargo de "Primera Dama" por "Gabinete Irina Karamanos". Desde el Ejecutivo apuntaron a un "error administrativo" y comunicaron que el cargo será denominado "Coordinación Sociocultural de la Presidencia de la República". Para abordar este y otros temas nos acompañó Jorge Alessandri, jefe de la bancada de diputados de la UDI.
El jefe de la bancada de diputados UDI, Jorge Alessandri, participó en una nueva edición de T13 Noche, donde habló además sobre la remoción del contraalmirante Jorge Parga de su cargo como jefe de la defensa nacional para las provincias de la Región del Biobío.
Chile Vamos no apoyará la acusación constitucional impulsada por el partido Republicano en contra de la ministra del interior, Izkia Siches. Para hablar del tema nos acompañó Jorge Alessandri, jefe de bancada de diputados de la UDI.
Chile Vamos no apoyará la acusación constitucional impulsada por el partido Republicano en contra de la ministra del interior, Izkia Siches. Para hablar del tema nos acompañó Jorge Alessandri, jefe de bancada de diputados de la UDI.
Josefina Stavrakopulos, Nicolás Vial y Mariajosé Soto hicieron una revisión de las principales informaciones de la jornada y conversaron con el diputado UDI, Jorge Alessandri, quien entregó detalles sobre su proyecto de retiro del 100% de los fondos de pensiones, además de qué está pasando con la discusión del cuarto retiro del 10%, sobre el que manifestó no cree que se apruebe.
Este lunes, el exalcalde de Santiago, Jorge Alessandri, fue designado por el Ministerio de las Culturas como presidente del Centro Cultural Gabriela Mistral. Jorge Letelier comentó en Estación Central los antecedentes de la noticia y reacciones del mundo cultural, calificando el nombramiento como una “provocación” en medio de la crisis laboral por pandemia.
Rodrigo Álvarez conversó con el diputado UDI, Jorge Alessandri se refirió a los dichos del candidato presidencial de de la derecha, Sebastián Sichel, y su propuesta de retiro del 100%. Además junto a Nicolás Vergara y Los Infiltrados Sebastián Minay, periodista de Pulso La Tercera y María José Tapia, periodista de Pulso LT analizaron la búsqueda de la carta presidencial del bloque de ordenar sus filas y el crudo lleva 34 semanas al alza, 1000 pesos en algunas comunas y lo que se proyecta
Diputado Jorge Alessandri y 2º vuelta de gobernadores regionales: “Siempre es importante ir a votar”. El Parlamentario, integrante de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, se refirió a los comicios y a las competencias de la futura autoridad.
El diputado de la UDI, Jorge Alessandri, se refirió al anuncio de su proyecto que busca permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, con el objetivo de evitar que los fondos sean "estatizados" aludiendo a un posible futuro de gobierno de izquierda.
En esta edición, Matías del Río conversó con el subsecretario del Interior Juan Francisco Galli, sobre anuncio del Presidente Sebastián Piñera sobre la creación de la Fiscalía de Derechos Humanos, así como también el cambio en los protocolos para resguardar el orden público y a la reforma de Carabineros. Además, el diputado UDI, Jorge Alessandri, se refirió al anuncio de su proyecto que busca permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, con el objetivo de evitar que los fondos sean "estatizados" aludiendo a un posible futuro de gobierno de izquierda.
En esta edición, Matías del Río conversó con el subsecretario del Interior Juan Francisco Galli, sobre anuncio del Presidente Sebastián Piñera sobre la creación de la Fiscalía de Derechos Humanos, así como también el cambio en los protocolos para resguardar el orden público y a la reforma de Carabineros. Además, el diputado UDI, Jorge Alessandri, se refirió al anuncio de su proyecto que busca permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, con el objetivo de evitar que los fondos sean "estatizados" aludiendo a un posible futuro de gobierno de izquierda.
El diputado de la UDI, Jorge Alessandri, se refirió al anuncio de su proyecto que busca permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, con el objetivo de evitar que los fondos sean "estatizados" aludiendo a un posible futuro de gobierno de izquierda.
El economista de la Universidad de Chile, Andras Uthoff, se refirió al anuncio que realizó el diputado de la UDI, Jorge Alessandri, sobre presentar un proyecto de ley para permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, asegurando que esta propuesta "es algo que nadie podría considerar".
Josefina Ríos y Matías del Río revisaron las principales informaciones del día y conversaron con el diputado Jorge Alessandri, quien comentó algunos de los coletazos que ha tenido en el bancada de la UDI el anuncio sobre el matrimonio igualitario y también su proyecto de retiro del 100% de los fondos de pensiones.
El economista de la Universidad de Chile, Andras Uthoff, se refirió al anuncio que realizó el diputado de la UDI, Jorge Alessandri, sobre presentar un proyecto de ley para permitir el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP, asegurando que esta propuesta "es algo que nadie podría considerar".
El diputado, uno de los 20 que votó en contra del tercer retiro, habla sobre esta incitativa y dice que "el plan es vaciar los fondos de pensiones para que todos dependamos del Estado al momento de jubilar". Además, se refiere a las declaraciones de Mario Desbordes, quien amenazó que si el gobierno recurre al TC presentarán una reforma permanente: "es una señal de matonaje político inaceptable", sostiene
La tarde de este viernes se registran incidentes en la zona de Plaza Italia, a horas del retiro de la estatua de Baquedano. Jorge Alessandri, diputado UDI, afirmó respecto al hecho que "lo más importante es que las personas que han violentado el lugar por más de un año comprendan que es algo público, que nos pertenece a todos".
El diputado UDI y miembro de la comisión de seguridad ciudadana, Jorge Alessandri, conversó en 24 horas sobre el estallido social en su primer aniversario.
El diputado UDI y miembro de la comisión de seguridad ciudadana, Jorge Alessandri, conversó en 24 horas sobre el estallido social en su primer aniversario.
El diputado UDI, Jorge Alessandri se refirió en conversación con Canal 24Horas al segundo proyecto de retiro del 10% de AFP. Expresó que "Al final te hace daño en tus futuras pensiones y mientras más viejo eres, más daño te hace", agregando que "Ellos van por el 100%, y quieren que dependamos íntegramente del estado para jubilar". Además, se refirió a la acusación constitucional en contra del exministro de Salud, Jaime Mañalich.
El diputado UDI, Jorge Alessandri se refirió en conversación con Canal 24Horas al segundo proyecto de retiro del 10% de AFP. Expresó que "Al final te hace daño en tus futuras pensiones y mientras más viejo eres, más daño te hace", agregando que "Ellos van por el 100%, y quieren que dependamos íntegramente del estado para jubilar". Además, se refirió a la acusación constitucional en contra del exministro de Salud, Jaime Mañalich.