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El 5 de septiembre de 1938 se disputó en Veracruz un partido por el campeonato del circuito de verano de béisbol mexicano entre el Águila, el equipo local, y el Agrario del Distrito Federal, liderado por el legendario lanzador Satchel Paige. Esa tarde, Paige tuvo que ser relevado en la octava entrada, y el bateador de los Rojos del Águila, que tenía el mejor promedio en la liga —.387—, conectó un jonronazo con el que desempató el partido y le dio la victoria al lanzador de su equipo, quien terminó el partido con doce ponches. Ese lanzador terminaría la temporada como el mejor de la liga con el mayor número de ponches, el mejor récord y el promedio más bajo de carreras limpias permitidas, 0.92. ¡Pero lo más asombroso del caso es que aquel bateador campeón y aquel lanzador que obtuvo la Triple Corona era el mismo jugador cubano, Martín Dihigo, que con sobrada razón llegaría a ser conocido con los motes de «El Maestro» y «El Inmortal»!1 Once días después, Dihigo se convirtió en el primero en conectar 6 hits en 6 turnos al bate. El año anterior había sido el primero en lanzar un juego sin hits ni carreras, y el año siguiente, en ese mismo circuito, habría de imponer el récord de 34 ponches en dos juegos consecutivos. Sin embargo, lo que le dio la mayor fama fue su versatilidad en el terreno a lo largo de su carrera, que abarcó desde 1922 hasta 1953 como jugador y cómo mánager de diversos equipos de la Liga Profesional Cubana y de las Ligas Negras norteamericanas, además de las de México, Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico. Era capaz de jugar en todas las nueve posiciones, de correr como un venado, de batear con ambos brazos, de lanzar con precisión milimétrica, de tirar con brazo de cañón y de ganar campeonatos como mánager.2 Después de haber ingresado a los Salones de la Fama de Cuba en 1951 y de México en 1964, Martín Dihigo fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown en Nueva York en 1977, siendo el primer jugador cubano en lograrlo, y a los Salones de la Fama en Venezuela y en República Dominicana en 2010, ¡convirtiéndose en él único elegido en cinco países en la historia del béisbol! En 1935, siendo mánager de los Cubanos de Nueva York, al darse cuenta de que su paisano exestrella de las Ligas Negras, Cristóbal Torriente, estaba sumido en el alcoholismo y la pobreza, Dihigo lo contrató como entrenador del equipo.3 A ese espíritu generoso se estaba refiriendo «El Cometa Cubano» Minnie Miñoso, quien se crio en la provincia de Matanzas al igual que su ídolo Dihigo, cuando lo describió como «un hombre grande, todo músculo sin una onza de grasa... pero grande en todos los sentidos: como jugador, como mánager, como maestro y como hombre».4 ¡Qué buen ejemplo nos dio aquel «Maestro Inmortal» del béisbol en cuanto a cómo poner en práctica la enseñanza del Maestro Divino, Jesucristo, de que para ser grande, hay que servir a los demás!5 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Enrique García Villarreal, «Dihigo vs. Paige: El duelo que cambió el béisbol», Primer Bat, 29 mayo 2025 En línea 4 julio 2025. 2 Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, «Semblanza para un Maestro Inmortal: Martín Dihigo», Periódico Cubadebate, 7 noviembre 2013 En línea 4 julio 2025; Peter C. Bjarkman, «Martin Dihigo», Society for American Baseball Research (SABR) [Sociedad para la Investigación del Béisbol] En línea 4 julio 2025; y Thomas Harrigan, «Martín Dihigo: Mr. Versatility» [Mr. Versatilidad], mlb.com, 27 septiembre 2023 En línea 4 julio 2025. 3 Bijan C. Bayne, «‘The Immortal’ Martin Dihigo may have been the best baseball player ever» [«El Inmortal» Martín Dihigo bien pudo haber sido el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos], Andscape, 13 abril 2020 En línea 4 julio 2025. 4 Bjarkman y Harrigan. 5 Mt 20:25-28; Mr 10:42-45
«Si fuera posible que [Torriente y Méndez] jugaran conmigo en las Ligas Mayores, ganaríamos el gallardete a más tardar en el mes de julio y nos iríamos a pescar el resto de la temporada.» Esa fue la conclusión a la que llegó Babe «El Bambino» Ruth sobre Cristóbal Torriente, a quien enfrentó en La Habana en 1920.1 Nacido en Cienfuegos, Cristóbal Carlos Torriente fue un fornido bateador zurdo que no sólo conectaba jonrones sino también sencillos, dobles y triples hacia todas las zonas del terreno con elevados promedios, hasta por encima de .400. Junto con su extraordinario poder, Torriente, con asombrosa facilidad, conectaba las bolas malas que le lanzaban tanto derechos como zurdos, y se desplazaba por las bases vertiginosamente, robando y alcanzando bases extras. A la defensiva, fue un portentoso jardinero central, sumándole a su velocidad un brazo potente y certero que le sirvió para figurar también como lanzador. De ahí que su actuación fuera estelar en sus doce temporadas con la Liga Profesional Cubana entre 1913 y 1927, a la vez que lo era jugando en las Ligas Negras norteamericanas entre 1913 y 1928. En sus 17 temporadas con las Ligas Negras se destacó como líder en todas las categorías, incluso en bases alcanzadas y carreras impulsadas, y condujo a Los Gigantes Americanos de Chicago al campeonato de la Liga Nacional Negra en sus primeras tres temporadas entre 1920 y 1922.2 En 2006, sesenta y siete años después de su ingreso al Salón de la Fama del Béisbol Cubano, Cristóbal Torriente fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown en Nueva York, a pesar de no haber podido jugar en las Grandes Ligas por el color de su piel. En la página web de su membresía se le recuerda por una serie histórica que se menciona en la placa y en el siguiente resumen de su carrera: «En 1920, Torriente se estableció como una de las figuras legendarias del béisbol cubano. Los Gigantes de Nueva York, que por entonces incluyeron en su nómina a Babe Ruth, visitaron la Cuba natal de Torriente para enfrentar en una serie de nueve partidos al equipo Almendares, por el que jugaba Torriente. En la serie, Torriente superó en promedio de bateo y en jonrones a Ruth, y el equipo de casa ganó la serie por un juego.»3 El tercero de esos partidos, jugado el 4 de noviembre, fue inolvidable. Esa tarde el humilde cienfueguero conectó tres jonrones e impulsó seis carreras en cinco veces al bate, mientras que «El Bambino» Babe Ruth, su legendario rival que acababa de imponer la marca de 54 cuadrangulares en una temporada, no conectó ni un solo hit.4 Trágicamente, lo que sí venció a Torriente fue su adicción al alcohol, culminando en su muerte como tuberculoso, en extrema pobreza, a los 43 años de edad.5 En él se cumplió el siguiente «dicho de los sabios» en el libro de los Proverbios: «¿De quién son los lamentos? ... ¡Del que no... deja de probar licores!»6 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Matt Monagan, «The Cuban star who outslugged the Babe» [La estrella cubana que pegó más jonrones que el Bambino], mlb.com, 5 noviembre 2024 En línea 2 julio 2025. 2 Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, «Cristóbal Torriente: El Bambino... de Cienfuegos», Periódico Cubadebate, 27 marzo 2014 En línea 2 julio 2025. 3 «About Cristóbal Torriente», National Baseball Hall of Fame, Cooperstown, N.Y. En línea 2 julio 2025. 4 Jorge S. Figueredo, «November 4, 1920: The Day Torriente Outclassed Ruth» [El día en que Torriente superó a Babe Ruth], 1982 Baseball Research Journal [Revista de la Investigación del Béisbol] En línea 2 julio 2025. 5 Martínez de Osaba 6 Pr 23:29-30 (NVI)
(Día del Béisbol Cubano) «En noviembre de 1908, [el pelotero cubano José Méndez] fue seleccionado para [lanzar] contra los Rojos de Cincinnati, de las Grandes Ligas, de visita en Cuba para una de las... Series Americanas, y [permitió un solo] hit, conectado en el noveno inning. ¡El negrito estuvo a un paso [de no conceder ningún hit o carrera] a un equipo de Las Mayores! Pero... no paró ahí.... Méndez... lanzó [también los dos juegos siguientes], colgándoles veinticinco [innings consecutivos sin permitir carreras], ¡una hazaña! ... »Él pudo ser el primer cubano en Grandes Ligas, pero lo impidió la discriminación racial [que marcó al béisbol desde su surgimiento... hasta fines de la primera mitad del siglo XX]. Cuentan que [la] hazaña [de Méndez] ante el Cincinnati hizo exclamar [a John McGraw, el] mánager de los Gigantes de Nueva York: “... Si me lo pintan con cal, me lo llevo a los Estados Unidos...” »[Fue] precisamente John McGraw [quien le dio] su seudónimo, pues al regresar a su país declaró: “He visto en Cuba un Diamante Negro”».1 El mismísimo Babe Ruth comentó sobre su visita a Cuba en 1920: «Si fuera posible que [Torriente y Méndez] jugaran conmigo en las Ligas Mayores, ganaríamos el gallardete a más tardar en el mes de julio y nos iríamos a pescar el resto de la temporada.»2 «[Entre sus grandes logros, Méndez] fue primero en porcentaje de [juegos] ganados y perdidos de la Liga Profesional Cubana después de 1902, [con un promedio de] .731... [y] encabezó [los juegos sin permitir carreras] en cinco [temporadas], [propinando] veinte [en total]. »[Muy merecidamente, José Méndez, El Diamante Negro,] fue seleccionado entre los Cien Mejores Atletas del Siglo XX en Cuba; en 1939... fue elevado al... Salón de la Fama del Béisbol Cubano...; ese mismo año engrosó el de las Ligas Negras; y también por sus méritos, a pesar de no jugar en las Grandes Ligas, en el 2006 fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown en Nueva York.» Así reseña el cronista deportivo cubano Juan Antonio Martínez de Osaba y Goenaga la extraordinaria carrera de José Méndez con relación al racismo en el béisbol profesional de la época.3 La sección «Sobre José Méndez» en la página web del Salón de la Fama de Cooperstown aborda el mismo tema al citar las memorias de la esposa de John McGraw, en las que ella «recuerda cómo John deploraba abiertamente el fracaso del béisbol —incluso su propio fracaso— al no desechar las normas culturales existentes o no escritas —o lo que fuera— y contratar a jugadores sin que importara su raza o su color».4 Gracias a Dios, el único color que nos acredita para formar parte del equipo de seguidores de su Hijo Jesucristo es el rojo, ya que es la sangre que Él vertió por nosotros en la cruz del Calvario lo que nos limpia de todo pecado, y que cuando le pedimos perdón por nuestros pecados, Él nos lo concede ¡sin que importe si esos pecados son como la púrpura o como el rojo más vivo!5 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, «Un Diamante... del más allá», Periódico Cubadebate, 27 junio 2013 En línea 30 junio 2025; Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, «Las raíces racistas del béisbol cubano prerrevolucionario», Periódico Cubadebate, 8 septiembre 2012 En línea 30 junio 2025. 2 Matt Monagan, «The Cuban star who outslugged the Babe» [La estrella cubana que pegó más jonrones que el Bambino], mlb.com, 5 noviembre 2024 En línea 30 junio 2025. 3 Martínez de Osaba, «Un Diamante... del más allá». 4 «About José Méndez», National Baseball Hall of Fame, Cooperstown, N.Y. En línea 30 junio 2025. 5 Is 1:18; 1Jn 1:7-9
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace tres años nació mi única hija.... Todo era felicidad hasta que la mamá decidió irse a vivir al exterior, diciéndome que eso no interrumpiría mi relación con la niña y que todo seguiría igual. »Pasados unos meses comenzaron los problemas. Ella siempre estaba ocupada y ya no me dejaba hablar con la niña.... Pero ella me decía que eso no importaba, pues me estaba enviando fotos y videos. Aun así, yo en ningún momento he desamparado a la niña en su manutención. Ahora la niña tiene tres años, y el dolor que me embarga es muy grande, ya que me he dado cuenta de que a veces me chantajea.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Cuánto sentimos lo que usted ha perdido! No podemos imaginarnos el dolor que siente por tener a su hija fuera de su alcance y no poder hacer nada al respecto. »Si su hija hubiera nacido estando usted casado, el derecho legal de formar parte de la vida de ella le correspondería. Y si las leyes de su país lo permitían, usted también habría podido legalmente impedir que la mamá se la llevara. »Sin embargo, como no está casado con ella, ¿sabe si hizo que constara el nombre de usted como el padre biológico en el certificado de nacimiento de su hija? Si es así, entonces usted debe tener determinados derechos. Un abogado pudiera aconsejarle cómo proceder.... »Admiramos el que esté cumpliendo fielmente con la manutención de su hija a pesar de no poder verla. Debe asegurarse de guardar la constancia que prueba lo que usted está aportando a fin de que algún día, cuando su hija ya sea adulta, pueda mostrarle que usted siempre proveyó para su sustento. »También le recomendamos que le envíe a su hija una carta cada semana. De aquí hasta que sepa leer, las cartas pueden constar de dibujos que usted haga y de fotos de sí mismo. Prepare diez o veinte sobres por adelantado. Así cada semana estará listo para meter algo dentro del sobre y enviarlo. Tome una foto de lo que está enviando y guarde cada una. Algún día esas fotos comprobarán que usted estaba tratando de comunicarse con ella de la única manera que podía. »Tener que esperar quince años parece toda una eternidad, pero pasarán antes de lo que se imagina. Cuando llegue el momento, su hija será adulta y usted podrá mostrarle la prueba de todo lo que usted hizo. Entonces podrá reanudar la relación con ella, y esa relación puede durar varias décadas. »Pase lo que pase, pídale a Dios que le brinde su ayuda. Él puede darle paciencia y paz. Pídale que le dé sabiduría en el trato que tenga con la madre de su hija. Y no pierda la esperanza, sino haga más bien planes para el futuro.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 755. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
«Triptofanito y Lisina están a punto de librar la batalla más peligrosa de toda su vida. El maravilloso Reino del Cuerpo Humano, donde habitan, se ve amenazado por un enemigo desconocido: llegó una nueva enfermedad respiratoria que ha sido noticia no sólo en los condados del Cuerpo sino en el mundo entero. Nuestros amigos no pierden un momento y convocan a un congreso presidido por la sabia neurona C-MAN-TI-K, quien, junto a sus colegas, 100-TIFI-K y A-B-DIS descifran la identidad del invasor: el virus de la Influenza. Así comienza la travesía de los pequeños viajeros que han llevado a más de tres generaciones de lectores a recorridos fantásticos e inolvidables, primero por el cuerpo humano y luego por la célula para, en esta ocasión, derrotar a un villano que parece invencible.» Con eso resumen los editores de la Editorial Joaquín Mortiz del Grupo Planeta el libro escrito por el renombrado médico cirujano Julio Frenk y su coautor Andrés García Barrios, titulado Triptofanito y la batalla contra la influenza. El doctor Pablo Kuri Morales, experto en epidemiología y salud pública, recomienda el libro mediante esta breve reseña: «De manera ágil y entretenida, pero precisa y clara, y en ocasiones magistral, nos explica los procesos de la enfermedad, alcanzando tantos detalles como no es usual encontrar en libros de divulgación científica.»1 Por su parte, el doctor Adolfo Martínez Palomo comenta: «La persona (niño, adolescente o adulto) que lea Triptofanito y la batalla contra la influenza no sólo pasará un rato agradable, sino, sobre todo, aprenderá los conceptos fundamentales sobre el virus de la influenza, su modo de transmisión, las formas de reducir el contagio y el valor del tratamiento con antivirales y vacunas.»2 El penúltimo párrafo es un buen ejemplo del espíritu del libro: «El peligro no había terminado.... El Virus de la Influenza seguía ahí afuera, en otros cuerpos humanos, quizás en muchos barandales, perillas de puertas, libros..., mutando una y otra vez.... Era necesario tener cuidado, seguir cumpliendo las medidas de higiene, acordarse de lavarse las manos, no saludar de mano y beso, no acudir a trabajar enfermo...»3 El año después de la publicación de este tercer libro de la serie de Triptofanito, en una entrevista el doctor Frenk explicó que había escrito el primero a los diecinueve años de edad, cuando aún era estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. El curso de fisiología lo había motivado a explicarles a los jóvenes el funcionamiento del cuerpo en forma de novela. Para su sorpresa y gran satisfacción, aún después de más de treinta años estudiantes de medicina le comentaban que la lectura de Triptofanito los había impulsado a definirse por esa vocación.4 Quiera Dios que, con la misma pasión que movió al doctor Frenk a dedicarse a la misión permanente de mejorar la salud y el bienestar de personas alrededor del mundo,5 también nosotros, al igual que Juan el apóstol, oremos por nuestros hermanos en todo el mundo para que disfruten de buena salud tanto física como espiritual.6 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Andrés García Barrios y Julio Frenk, Triptofanito y la batalla contra la influenza (Ciudad de México: Editorial Planeta Mexicana, bajo el sello editorial Joaquín Mortiz, 2009) En línea 2 abril 2020. 2 Adolfo Martínez Palomo, «Triptofanito y la batalla contra la influenza», 26 agosto 2009 En línea 2 abril 2020. 3 Ibíd. 4 Mario de la Piedra Matute, «Entrevista al Dr. Julio Frenk», AAPAUNAM: Academia, Ciencia y Cultura, 28 mayo 2010, p. 153 En línea 2 abril 2020. 5 «President Julio Frenk: Biografía», Office of the President, University of Miami En línea 3 abril 2020. 6 3Jn 2
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Mi esposa no tolera mucho que yo sea amoroso. Sin embargo, a mí me encanta estar con ella y con nuestras dos hijas.... »En lo personal, valoro mucho tener relaciones íntimas con mi esposa, pero ella casi siempre está cansada, le duele la cabeza o simplemente me dice que debo esperar.... Soy seguidor de Cristo, y amo a mi esposa.... Pero siento que en la relación estoy dando más de lo que recibo. »Por ejemplo, ella suele salir al menos una vez al mes con sus amigas.... Yo, en cambio, no salgo con mis amigos porque prefiero quedarme cuidando a nuestras hijas.... ¿Qué puedo hacer para equilibrar la balanza desde mi punto de vista?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... Es admirable que usted reconozca que su punto de vista es probablemente diferente al de su esposa. Y es sabio de su parte que admita que los dos puntos de vista son igualmente válidos. »Con relación al tiempo que pasa su esposa con las amigas, el hacerlo una vez al mes nos parece muy provechoso. Las mujeres, especialmente las madres, necesitan conversar con otras que son como ellas. Les sirve recordar que todas tienen dificultades y retos parecidos. De hecho, por esa misma razón le aconsejamos que también usted pase tiempo con sus amigos cada mes. »En cuanto a la intimidad, Dios creó a los hombres y a las mujeres de modo que fueran diferentes en muchos aspectos. Esa es, por supuesto, una generalización, pero las madres suelen gastar todas sus energías en el cuidado de sus hijos, y con frecuencia tienen muy poca energía de sobra para sus esposos. Para las mujeres, la intimidad física es como un postre; hay algo en su cerebro que les dice que no pueden disfrutarlo sino hasta después de terminar de comer la carne y el arroz. En este caso, la carne y el arroz son el cuidado de los hijos y el aseo de la casa. »Por otra parte, Dios creó a los hombres con la capacidad de compartimentar. Casi todos los hombres pueden hacer a un lado sus preocupaciones por sus hijos y por el hogar cuando quieren concentrarse en la intimidad. La mayoría de las mujeres no pueden hacer eso, aunque sea lo que se ve en las películas. Así que cuando el hombre comienza a mostrar afecto, la mujer en seguida piensa en todo lo que falta por hacer antes de poder corresponder al afecto, y por eso parece mostrarse indiferente. »Le recomendamos que haga la prueba de lavar los platos después de la cena, de doblar y guardar la ropa lavada, y de ayudar a los hijos con sus tareas escolares y con lo demás que deben hacer antes de acostarse. No se concentre tanto en lo mucho que está haciendo usted sino en lo mucho que está aliviando la carga de su esposa. Cuando ella vea que a usted de veras le importa todo lo que ella tiene que hacer, sentirá más afecto por usted. Y si la ayuda sin esperar nada a cambio, ella se dará cuenta, y es probable que le quede algo de energía para usted.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 875. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video) —Mamá, ¿dónde están los juguetes? Mamá, el Niño no los trajo. —Será que no vio tu cartica que pusiste en la noche sobre tus chancletitas. —Mamá, hoy me siento muy triste; Mamá, el Niño no me quiere. —Será que tú hiciste algo malo y el Niñito lo supo; por eso no los trajo. —Mi amor, ya no te sientas triste; mi amor, si a tu lado me tienes. //Y así esperaremos juntos, rezaremos al cielo hasta el año que viene.// «¿Qué hay de aquella voz que preguntaba a su mamá dónde están los juguetes? —pregunta Valentina Lares Martiz en Caracas como corresponsal de El Tiempo en diciembre de 2006, aludiendo a la canción del compositor venezolano Oswaldo Oropeza—.... Raquel Castaños se hizo célebre... con “Mamá, ¿dónde están los juguetes?”.... Su vida quedó enclavada en el mundo del espectáculo desde que grabó esa canción a los siete años, cuando era integrante del coro infantil Los Pájaros. »... Castaños [es] hoy referencia obligada para todo el que quiera saber de la canción venezolana. Más de treinta discos engrosan su hoja de vida.... “Raquelita”: Así la llaman aún muchísimos venezolanos, que no pueden dejar de verla como la niña prodigio....»1 De ahí que la periodista colombiana pregunte qué fue de la niña venezolana que interpretó la canción. Pero ¿qué de los niños de carne y hueso que representa aquel niño creado por su autor? Esos son los genuinos protagonistas de la canción, los que no reciben juguetes ni en la Nochebuena ni en el Día de los Reyes... mientras que otros niños alrededor del mundo reciben tantos juguetes que no saben ni qué hacer con ellos. A los niños que no reciben nada, la Navidad los decepciona por completo. Por razones ajenas a su voluntad y a la de quienes cuidan de ellos —si son lo bastante afortunados para tener a alguien que los cuide y los quiera— han de conformarse cada año con esperar a ver si el destino les depara algo mejor el año que viene. ¡Qué triste que, además de carecer de lo que otros dan por sentado, muchos de esos niños malnutridos crecen creyéndose el cuento de que la culpa de su privación la tiene Dios o la tienen ellos, presuntamente porque el Niño Dios pasó de largo por su casa, o se hizo el de la vista gorda, o no tenía tiempo para leer su carta, o los está castigando por haberse portado mal! Lo cierto es que Jesucristo, aquel Niño Dios que vino al mundo para hacerse hombre y vivir rodeado de niños como ellos, no los quiere castigar sino perdonar cuando hacen algo malo y le piden perdón, porque sí los quiere. Cristo ama tanto a los niños que dio su vida por ellos para que pudieran vivir en el cielo por toda la eternidad,2 que vale infinitamente más que todos los juguetes del mundo. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Valentina Lares M., «“Himnos” navideños son venezolanos», eltiempo.com, 24 diciembre 2006 ; Valentina Lares Martiz, «Canciones de Navidad más famosas en América Latina y sus intérpretes son de origen venezolano», eltiempo.com, 26 diciembre 2006 . 2 Mr 8:36-37; 10:13-16; Jn 1:14; 3:16; 1Jn 1:9
No tuvo ni voz ni voto en el asunto: nació para ser rey. Debido a la muerte prematura de su padre, lo nombraron rey el día mismo de su nacimiento, 17 de mayo de 1886. Así que su madre María Cristina de Austria gobernó en su lugar, como regente, hasta 1902, cuando él cumplió los dieciséis años. Pero se le consideró rey de España desde casi siete meses antes de nacer, cuando su madre, ya viuda, estaba esperando su nacimiento, junto con todo el reino, sin saber si sería varón, y por lo tanto el heredero al trono en lugar de la Princesa María de las Mercedes, que era la hija mayor.1 Desde luego, se trata de Alfonso XIII, el abuelo del rey Juan Carlos I y el bisabuelo del rey Felipe VI. El comienzo y el fin de su reinado pueden entonces resumirse de la siguiente manera: Debido a la muerte de su padre Alfonso XII, víctima de la tuberculosis tres días antes de cumplir apenas veintiocho años de edad, Alfonso XIII llegó al trono español cuando nació, y lo ocupó desde que se le declaró mayor de edad en 1902 hasta que se proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931. Ese mismo día, tras las elecciones municipales en las que triunfaron los partidos republicanos, se reunió por última vez como rey con su Consejo de Ministros, y les leyó su renuncia. Acto seguido, Alfonso XIII se marchó rumbo al exilio, conduciendo él mismo su propio Duesenberg J, un coche deportivo descapotable que era una maravilla de la automoción con más de 200 caballos de fuerza.2 Tres días después, el pueblo español leyó a su vez, en el diario ABC, aquel histórico manifiesto de despedida de Alfonso XIII, que comenzaba con estas palabras: «Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo.»3 Así como Alfonso XIII hijo de Alfonso XII, Jesucristo el Hijo de Dios también nació para ser rey. Y, al igual que el pueblo español, el pueblo judío tuvo que esperar con paciencia el día de su nacimiento. Pero a diferencia de Alfonso XIII, cuando Jesús nació, su pueblo no lo reconoció como tal,4 sino sólo unos sabios del Oriente que viajaron hasta Judea para adorarlo como el que había nacido rey de los judíos.5 Y no llegó entonces a ocupar el trono ni presentó su renuncia por escrito en sus juicios ante el Consejo de los judíos ni ante el gobernador romano Poncio Pilato. Se limitó a decir: «Mi reino no es de este mundo», y eso porque Pilato le preguntó si era el rey de los judíos.6 Pero sí renunció a la vida misma cuando la entregó por su pueblo, que somos nosotros, en la cruz del Calvario, con un letrero encima de la cabeza que lo identificaba prematuramente como rey,7 ya que desde el principio Dios dispuso que Cristo resucitaría, se desterraría, subiría al cielo y volvería posteriormente montado en un caballo blanco para ocupar el trono de toda la tierra, conduciendo Él mismo a los ejércitos del cielo en su regreso a modo de entrada triunfal como Rey de reyes y Señor de señores.8 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Moniek, «The Latent Queen: Maria de las Mercedes» (La reina latente: María de las Mercedes), History of Royal Women (Historia de mujeres de la realeza), 16 enero 2015 En línea 2 julio 2019. 2 Manuel J. Prieto, «Alfonso XIII fue rey desde antes de nacer y se exilió conduciendo su propio coche» En línea 1 julio 2019. 3 «Al país», Diario ABC, Madrid, 17 abril 1931 En línea 4 julio 2019. 4 Jn 1:11 5 Mt 2:1-12 6 Jn 19:28-40 7 Mt 27:37; Mr 15:26; Lc 23:38; Jn 19:19-20 8 Zac 14:1-4; Hch 1:9-11; Jud 14-15; Ap 1:7; 11:15; 19:11-16
¿Habrá alguna razón oculta por la que los nobles de antaño sostenían en alto el brazo de su espada? Sí, pero es una razón más ignorada que oculta, ya que los tales nobles sostenían el brazo en alto para mostrar la filigrana de venas azuladas bajo su pálida piel. Con sus venas azuladas pretendían demostrar su genealogía, comprobando así que no habían mezclado su sangre con la de los moros o los judíos. Y por su palidez se distinguían de los campesinos y trabajadores que se bronceaban bajo el sol. Según el historiador británico Robert Lacey en su obra titulada Aristócratas, ese concepto de «sangre azul» para referirse a la nobleza y a la aristocracia nació en la España del siglo noveno.1 Lo cierto es que se arraigó a tal grado en la sociedad que muchos aún piensan que se refiere exclusivamente a los reyes, y que sea la razón por la que al príncipe que va al rescate de una dama en apuros se le conozca, en español, con el nombre de príncipe azul.2 Sin embargo, otra explicación en cuanto al origen de la «sangre azul», igualmente digna de consideración, es que se debe a la argiria o al saturnismo. Las dos son enfermedades que hacen que la piel y otras partes del cuerpo tomen un tono azulado. La argiria la contrae quien ha sido expuesto excesiva y prolongadamente a la plata, mientras que el saturnismo lo contrae quien ha ingerido un alto índice de plomo. A los aristócratas en particular, sin saberlo, la plata y el plomo los iba intoxicando poco a poco al comer y beber todos los días con cubiertos y copas de plata, como también en vasos, jarras y botellas de cristal. Es que, desde la antigüedad, al vidrio se le añadía plomo para hacerlo transparente y sobre todo brillante, convirtiéndolo así en cristal, que se usaba comúnmente para hacer vasos, jarras y botellas de gran valor y belleza destinados en gran parte a la aristocracia. El beber todos los días en tales vasos, como también almacenar vinos durante largo tiempo en botellas fabricadas de ese modo, hacía que el líquido acabara pasando al cuerpo del aristócrata que lo bebía y que, con el paso del tiempo, lo fuera intoxicando. Por eso en la actualidad está controlado y restringido el nivel del plomo que contiene el cristal empleado para fabricar objetos de uso común.3 Uno de los relatos más conocidos de la historia universal, que se lee, se recita y se dramatiza alrededor del mundo en cada Navidad, es el del nacimiento de un niño que los profetas de Israel anunciaron que llegaría a ser rey. En calidad de Hijo de Dios, uno de los nombres que se le darían era Príncipe de paz.4 Pero no iba a ser un príncipe azul como los que van al rescate de una dama en apuros, sino que vendría «para servir y para dar su vida en rescate por muchos».5 Y no haría alarde de realeza ni de presunta «sangre azul», sino que, como un Salvador «realmente» humilde, derramaría su sangre, tan roja como la nuestra, para sanarnos de la enfermedad mortal del pecado.6 Más vale que permitamos que venga a nuestro rescate ese Príncipe, llamado Jesús porque su misión era salvarnos de nuestros pecados.7 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Robert Lacey, Aristocrats (New York: Little, Brown and Company, 1983), citado en Gonzalo López Sánchez, «¿Por qué se dice que los reyes tienen sangre azul?», ABC Casa del Rey, Madrid, 20 junio 2014 En línea 28 junio 2019. 2 López Sánchez 3 Manuel J. Prieto, «El origen de la sangre azul de los reyes y los aristócratas» En línea 28 junio 2019. 4 Is 9:6-7; Mi 5:2 5 Mt 20:28 6 Zac 9:9-10; 1Jn 1:7 7 Mt 1:18–2:12
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace unos meses mi hija mayor, que tiene veinticinco años... llegó con la noticia de que se iba de la casa a vivir sola. Luego me enteré de que tenía novio y que dormía en la casa de él. Rompió mi alma en pedazos, y dejé de verla y hablarle por varios meses.... »Ahora mi hija menor, que tiene diecisiete años... empezó la universidad.... Descubrí en su celular que tiene un lenguaje muy sucio, que miente, que toma licor con sus compañeros... y que se tomaba fotos desnuda y se las enviaba a un joven con el que charlaba.... Además, es... irrespetuosa.... »No sé en qué fallé.... Mi motivo de oración es que Dios se apiade de ellas y que yo muera ya [para no ver a mis hijas en esas condiciones].» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Algunas personas, al enterarse de su situación, no se van a sorprender. Es que saben, al igual que usted, que lamentablemente las relaciones sexuales extramatrimoniales, el lenguaje vulgar, el tomar licor y mentir son conductas comunes y corrientes para muchos jóvenes.... En cambio, usted tiene una visión del mundo diferente de los demás, basada en la fe que tiene en un Dios personal que ama a las hijas suyas y desea lo mejor para ellas. »Sin embargo, ¿qué pensarán sus hijas acerca del deseo que usted tiene de morir a causa de la conducta de ellas? ¿Acaso su deseo de morir hará que ellas admiren su relación con Dios? ... »Usted dice que no habló con su hija mayor por varios meses. ¿Cree que con ese enojo le demostró a ella adecuadamente el amor de Dios? ¿No será que ella asocia ese enojo con un Dios vengativo y exigente? »Su hija mayor ya es adulta, y como tal tiene derecho de vivir con quien mejor le parezca. Usted no tiene que estar de acuerdo con la decisión de ella, pero no por eso deja ella de ser la hija a quien ama. Es un gran error alejar a nuestros hijos adultos a causa de que se niegan a vivir en obediencia a nuestras reglas y normas. »En cambio, su otra hija todavía es menor de edad. Ahora que usted está enterada de las actividades de ella, le recomendamos que haga lo que pueda para protegerla de esa conducta tan peligrosa. »La mayor parte del tiempo, el poder que tienen los padres y las madres es económico. Déjele en claro a su hija menor que usted no pagará la cuenta de su teléfono móvil a no ser que tenga acceso para revisar los mensajes de ella. El hecho de que esté enviando fotos de sí misma desnuda demuestra que ella no comprende los peligros que eso implica o encierra. Para la seguridad de ella, le recomendamos que erija barreras al imponer condiciones para lo que usted está dispuesta a pagar. »Por último, mantenga la calma, no amenace, no haga nada estando enojada, y dependa de Dios como su guía.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 754. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
«Tuve un sueño, José. En realidad, no lo pude comprender, pero me parece que se trataba del nacimiento de nuestro hijo.... »La gente estaba haciendo preparativos, con varias semanas de anticipación. Adornaban sus casas de colores brillantes, estrenaban ropa, salían de compras muchas veces y volvían con muchísimos regalos. Era un tanto extraño, pues los regalos no eran para nuestro hijo. Los envolvían en hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, y luego los ponían debajo de un árbol. »Sí, José, un árbol, y dentro de sus casas: un árbol decorado, con sus ramas llenas de esferas y un gran número de adornos. Algunos de esos adornos despedían una luz encantadora. En lo más alto del árbol había una figura realmente hermosa. Me pareció que era una estrella o un ángel. »Era un ambiente muy acogedor. Todos estaban contentos y sonrientes, emocionados por los regalos que se daban unos a otros. »Pero, ¿sabes qué, José? No quedó ni un solo regalo para nuestro hijo. Me dio la impresión de que nadie lo conocía, ya que nunca mencionaron su nombre. ¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en los preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan? »Tuve la extraña sensación de que, si nuestro hijo hubiera estado en esa fiesta, lo habrían tratado como a un desconocido. Todo lucía hermoso y la gente se veía feliz; sin embargo, sentí muchas ganas de llorar. »¡Qué tristeza para Jesús, no ser invitado a su propia fiesta de cumpleaños! Menos mal que sólo fue un sueño. ¿Te imaginas lo terrible que sería si eso se hiciera realidad?» Este cuento de autor desconocido que lleva por título «El sueño de María» nos hace reflexionar sobre lo que se ha hecho una costumbre muy arraigada en nuestra sociedad. Se trata de la práctica de hacer caso omiso del Cumpleañero más importante del género humano. ¿Acaso no se le concede a su nacimiento tanta importancia que marca la división de la historia? Las designaciones «antes de Cristo» y «después de Cristo» lo ponen de relieve como el Personaje por excelencia de la historia universal. Con razón que a la Virgen María le pareciera tan extraña la manera como actualmente celebramos el cumpleaños de su hijo. Es como si todos, menos Cristo, cumpliéramos años ese mismo día. Si bien no tiene sentido que hagamos caso omiso del Cumpleañero más importante del género humano, es porque ese hijo de María, y por eso llamado «el Hijo del hombre» en los Evangelios, era también el Hijo de Dios. Dios nuestro Creador, que nos hizo a su imagen y semejanza, se humilló y tomó nuestra naturaleza humana, naciendo en un pesebre, para que nosotros pudiéramos nacer de nuevo y algún día ser glorificados, asemejándonos a Él en su naturaleza divina. El verdadero sueño de María era que el mundo reconociera a su hijo Jesucristo como el Hijo de Dios. ¡Qué hermoso sería si eso se hiciera realidad! Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Desde hace cinco meses estoy platicando con una mujer que vive la misma fe que yo.... Sin embargo, la madre de ella, que todavía no me conoce, se refiere a mí de forma despectiva.... La hija no ha logrado mantener una relación con nadie porque su mamá siempre interviene y hasta quiere decidir con quién se va a casar. »Nosotros pensamos que si la amistad sigue así, podríamos optar por un noviazgo, pero tememos que la señora quiera intervenir en esa relación también. Queremos saber qué hacer. Por favor, oriéntenos.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Es muy prudente de su parte consultarnos acerca de esta situación antes de comenzar un noviazgo y de profundizar en la relación que ha cultivado con esta mujer. Y es prudente de parte de ella contarle lo que está pasando en su vida y por qué sigue soltera. »Ya que menciona su fe, en primer lugar queremos recordarle lo que dice la Biblia acerca de una situación como esta. Desde el principio la Biblia dice que “dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser uno solo”.1 Nosotros creemos que esta enseñanza se aplica tanto a las mujeres como a los hombres, es decir, que la mujer también dejará a su padre y a su madre. Por eso cuando Jesucristo citó este pasaje del libro de Génesis empleó la palabra griega anthropos, que significa hombre en sentido genérico, por lo que también se traduce como “ser humano” o “persona”.2 »Nos parece muy interesante observar que cuando se dio esa enseñanza sobre dejar a padre y madre, ¡ni siquiera existían los padres y las madres! Dios sabía por adelantado que habría conflictos y luchas de poder, así que se aseguró, de antemano, de darnos las pautas necesarias para superar esos problemas. »En el caso de su amiga, su futuro depende de la voluntad que ella tenga para separarse de la mamá. Si ella no puede o se niega a hacerlo, entonces recomendamos que usted no siga adelante con la relación. Si ella no es capaz de hacerlo ahora por tener que cuidar a la mamá, o por las finanzas, o por la dinámica de la familia, entonces lo más probable es que jamás podrá lograr separarse. Y si usted opta por seguir adelante con la relación a pesar de todo, sólo usted tendrá la culpa cuando los problemas sean cada vez más graves. »El honrar a padre y madre, tal como enseña la Biblia, no quiere decir que hay que vivir con ellos o contarles acerca de su vida sentimental. Y en definitiva no quiere decir que ellos deban elegir al cónyuge del hijo o de la hija. Los que aún practican tales costumbres viven por lo general en el hemisferio oriental y siguen las enseñanzas de otras religiones en lugar de las enseñanzas de Cristo.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 874. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Gn 2:24 (NVI) 2 Mt 19:5; Mr 10:7
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Yo tuve un novio a los quince años, con el cual tuve relaciones sexuales. Quedé embarazada varias veces, y aborté por insistencia de él. Él me hizo mucho daño y se burló de mí muchas veces.... »Yo me casé, y ya le perdoné a ese hombre que me hizo tanto daño. Pero él ahora me llama y dice querer ser mi amigo. Me dice que me ama todavía, aunque él está casado. Yo no quiero saber nada de él. Me escribe al correo, lo borro y bloqueo todo acceso de él a mí.... »Si... no quiero ser amiga de él ni que me llame, ¿es porque en realidad no lo he perdonado? ... No quisiera que mi falta de perdón, si así fuera, me afecte a mí y a mi familia...» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Como resultado de su deseo de hacer lo debido, usted ahora se siente confundida. Hay dos factores diferentes que, al parecer, se contradicen. Por una parte, usted quiere protegerse del dolor que ese hombre pudiera causarle: Él la hirió antes, y usted puede estar segura de que volvería a herirla. Ese impulso de protegerse es propio de personas que disfrutan de salud emocional, y es un instinto que proviene de Dios. Pero aún más fuerte que su deseo de protegerse es su necesidad de proteger a su familia. Eso es fruto del amor que usted les tiene. »El segundo factor, al parecer en conflicto con su necesidad de protegerse, es su convicción de que el perdón es necesario para la salud emocional. Usted ya ha optado por perdonar a ese hombre, y él ya no ejerce ningún dominio sobre usted ni sobre sus emociones. Usted no ha dejado que el pasado la convierta en una mujer amargada, resentida y vengativa, sino que ha formado una vida feliz. No tiene que dejar que él vuelva a formar parte de su vida para demostrar que de veras lo ha perdonado. »A los casados les aconsejamos que supriman el contacto personal con todas las personas con las que tuvieron relaciones serias en el pasado. Eso en definitiva incluye a cualquiera con quien la persona casada tuvo relaciones sexuales antes de casarse. El mantener esas relaciones puede ser muy peligroso para cualquier matrimonio. Es muy arriesgado creer que uno puede ser amigo de una persona de la que alguna vez estuvo enamorado, o con quien tuvo relaciones íntimas. »Es prudente de su parte impedir que ese hombre se comunique con usted por correo electrónico o por teléfono. Tal vez él se sienta culpable por la forma como la trató, y quiera aliviar su conciencia “siendo su amigo”, pero sólo Dios puede resolver asuntos de la conciencia. Lo que él necesita es hacerse amigo de Dios y no de usted. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 139». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tuve un noviazgo con un hombre que no es seguidor de Cristo. Hace tres años terminé con esa relación. Sin embargo, me ha amenazado con destruirme, haciéndome daño a mí y a mi familia. Me controla, me llama. Dice que acabará conmigo. Yo le tengo miedo y no encuentro la manera de que me deje en paz. Me siento atemorizada porque él tiene varias personalidades. Necesito ayuda.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Sentimos mucho lo que ha estado sufriendo! Comprendemos perfectamente por qué se siente atemorizada. Le rogamos que actúe de inmediato. »Debido a que usted sostuvo un noviazgo con ese hombre, su caso puede considerarse violencia doméstica. En el pasado, las autoridades toleraban cierto grado de abuso en relaciones como la suya. Pero la mayoría de los países están ahora tratando este asunto con más seriedad. Muchos de esos países han aprobado nuevas leyes y están haciendo que se cumplan como resultado de la presión internacional ejercida por tratados mundiales y por organizaciones defensoras de los derechos humanos. »Gracias a Dios, todos los países cuyo idioma oficial es el español han adoptado una orden legal de alejamiento o de protección que declararía culpable de delito a este hombre si continúa teniendo contacto con usted. Si bien comprendemos que puede haber corrupción en el sistema judicial de algunos países, por lo que se desconfía de las autoridades, le recomendamos que investigue el procedimiento a seguir para solicitar tal orden de protección en el país donde usted vive. Puede ser en la estación de policía o en la comisaría de familia. No se necesita un abogado y casi nunca se cobra por ese servicio. En algunos países hay trabajadores sociales dispuestos para ayudarla y orientarla en los próximos pasos para conseguir protección.... ¡Así que no dude en iniciar el proceso legal! ¡Hágalo hoy mismo!... »Nuestro Padre celestial la ama y a Él le importa lo que usted está sufriendo. Pídale que le dé sabiduría divina para poder evitar a ese hombre y sus intentos de contactarla. Cuando se sienta atemorizada, recuerde que el temor es en realidad una emoción que Dios nos ha dado para saber cuándo debemos protegernos. »El rey David, que escribió la mayoría de los Salmos en la Biblia, tuvo temor cuando lo estaban persiguiendo los filisteos, así que elevó esta oración: “Ten piedad de mí, oh Dios, pues hay gente que me persigue. Todo el día me atacan mis opresores.... Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza”».1 Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 873. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Sal 56:1,3
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Tengo un familiar [que] desafortunadamente no ha sabido [administrar sus finanzas]. Tiene dos hijos en colegios [privados], y no le alcanza.... Necesita dinero para invertir en su negocio. Nos pide a mi esposo y a mí que le busquemos un crédito bancario, ya que a nosotros sí nos lo pueden otorgar. Nuestro temor es qué hacemos si [él] no puede pagarlo. No tiene nada en garantía. Además, sus hijos están acostumbrados a vivir cómodamente, y parte de este dinero con certeza será para pagar todos los lujos que ellos le exigen. »¿Qué hacemos, ya que es una fuerte cantidad? Aparte, tiene otras deudas. ¿Qué nos aconsejan? ¿Debemos dejarlo que se haga responsable de su mala administración, y sobre todo que sus hijos se conformen con lo que les pueda dar?» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »¡Sí, ustedes deben insistir en que su familiar se haga responsable de sus propias decisiones y de sus propios hijos! Y, en definitiva, no deben endeudarse a fin de ayudarlo. »El sabio Salomón ofreció consejos en cuanto a prestarles dinero a otras personas. Más que nada, él recalcó que no debemos cobrarles intereses. Sin embargo, él enseñó que, cuando observemos una verdadera necesidad, debemos dar con liberalidad para ayudar a otros en lugar de prestarles dinero. »Pero en este caso el meollo del asunto es que ustedes tendrían que pedir prestado el dinero al banco a fin de dárselo a su familiar. Muchas veces Salomón aconsejó que no debemos pedir dinero prestado. En el libro de los Proverbios, a un hombre que ha salido fiador de su vecino, Salomón le aconseja que haga todo lo que esté a su alcance por escapar de esa situación.1 »Su familiar sin duda se enojará de que ustedes no soliciten un préstamo a fin de ayudarlo. Tal vez siga disgustado por muchos años. Sin embargo, si ustedes le prestaran dinero, lo más probable es que serían ustedes los más enojados si él no cumpliera con los pagos. Ustedes se indignarían cada vez que vieran a uno de los hijos de ese familiar con algo que consideran un lujo. Resentirían el hecho de que él no se hubiera esforzado más por pagarles lo que les debe. Su relación con él sufriría, y se sentirían incómodos cada vez que tuvieran que verlo. Es preferible dejar que él se enoje ahora y evitar todas las repercusiones emocionales por prestarle dinero. »Los que son imprudentes en el manejo del dinero no cambiarán sino hasta que se hagan responsables de sus propias decisiones. Por lo general, le echan la culpa a la mala suerte o a otras personas.... Así que díganle [a su familiar] que ustedes no tienen el dinero y que no van a pedirlo prestado porque creen que sería imprudente endeudarse para ayudarlo. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace que dice: «Caso 138» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Pr 6:1-5
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Mi relación con Dios era excelente. Oraba al levantarme y al acostarme todos los días. Pero al pasar el tiempo, empezó a cambiar todo porque me mudé a la ciudad por motivo del trabajo. Desde ese momento dejé la iglesia.... Mi vida va de mal en peor. Trato de no pecar... pero no puedo. Al pasar los días, vuelvo a hacer muchas cosas que aborrece Dios. A veces... pienso que no tengo perdón de Dios. Ahora ni ganas de orar tengo, ni de leer la Biblia. Siento que me estoy yendo a la perdición. ¡Ayúdeme! ¿Qué hago? Quiero cambiar, volver a Dios.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Usted no es el único! Comprendemos lo que le está pasando y queremos ayudarle. Muchas otras personas han tenido la misma experiencia, y pudieron volver a Dios. »Usted seguía una rutina que incluía su comunicación personal con Dios y la asistencia a la iglesia junto con otros que lo inspiraban y estimulaban en su vida espiritual. Pero luego hubo un vuelco en esa rutina, y usted se encontró en un nuevo lugar con nuevas rutinas. Ya no contaba con el apoyo de miembros de una iglesia, y eso facilitó que descuidara sus rutinas antiguas y su comunicación con Dios. »Hace muchos años el Hermano Pablo, a fin de ayudarnos a comprender mejor la fe, enseñó que nuestra relación personal con Dios es como un imán. Cuanto más nos acercamos a Dios, mayor es la atracción hacia Él. Cuando leemos y escuchamos lo que Dios nos dice en la Biblia, agradeciéndole de continuo por todas sus bendiciones, y nos comunicamos a diario con Él en oración, meditando en su gracia y su amor, sentimos su presencia. En cambio, cuando dejamos de hacer esas cosas, la atracción es cada vez menor y comenzamos a sentirnos solos y abandonados, y nos preguntamos dónde estará Dios. »¡Le tenemos muy buenas noticias! Dios escuchó el clamor de su corazón mucho antes de que usted nos expresara a nosotros lo que estaba sintiendo, y ha estado esperando a que se vuelva a Él. Dios lo perdonará, sin que importe lo que haya hecho. Lo sabemos porque Juan el apóstol enseñó que “si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”.1 ¿Se dio cuenta de la palabrita “toda”? Él le perdonará todos los pecados que usted haya cometido. »Fíjese metas pequeñas y comience a cumplirlas hoy mismo. Pídale perdón a Dios y acepte ese perdón, y luego exprésele a Dios su agradecimiento en oración. Acto seguido, busque una iglesia en la que los miembros aman a Dios y donde usted pueda fortalecerse y sentirse motivado. Lea los Salmos y observe particularmente las oraciones del rey David, quien cometió adulterio y homicidio cuando se alejó de Dios por un tiempo. Cada día, enfóquese en un pasaje de la Biblia que le recuerde la fidelidad de Dios.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 753. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 1Jn 1:9 (NVI)
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Siendo hijo de pastores, predicador y líder de jóvenes y de alabanza con nueve años de matrimonio y una hija de cinco años, dejé mi vida de oración. Todo comenzó cuando mi esposa dejó de prestarme atención. Debido a su trabajo, a la escuela y al cuidado de nuestra hija, dejó de arreglarse para mí. Al momento de querer tener intimidad, siempre ponía excusas. »A pesar de que sé que me ama, hace casi dos años comencé una relación con otra mujer, pero ¡estoy muriendo por dentro!» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... Las consecuencias son severas para cualquiera que lleva una doble vida, pero son especialmente graves para el que es líder en una iglesia. Las decisiones que usted ha tomado lo han descalificado para seguir sirviendo allí. Eso quiere decir que usted debe renunciar de inmediato (hoy o mañana) a todas las responsabilidades que tiene en la iglesia y confesarle su pecado al pastor principal, no porque él pueda perdonarlo sino porque es su líder espiritual.... »Lo que usted ha hecho puede llegar a ser la causa de que algunas personas dejen de seguir a Cristo. Pensarán en que usted, como líder de ellos, fingió tener una relación estrecha con Dios a la vez que mentía y cometía adulterio. Algunos creerán que todos los líderes espirituales son hipócritas, igual que usted. Y a su esposa le resultará más difícil que a cualquier otra persona soportar esa situación. »Si bien usted admite que dejó de comunicarse con Dios, también especifica todas las cosas que su esposa hizo, o dejó de hacer, que lo llevaron a interesarse en otra mujer. Si usted hubiera estado siguiendo a Dios de cerca, como fingía estarlo, habría reconocido que hay maneras mucho más eficaces para afrontar semejantes problemas matrimoniales. Dios podría haberle dado la sabiduría necesaria, pero usted decidió ignorarlo por completo. »Su esposa puede optar por perdonarlo y darle otra oportunidad, pero ella en definitiva no está obligada a hacerlo. La Biblia justifica el divorcio cuando hay adulterio de por medio, tal como el que usted ha cometido. De modo que le instamos a que no trate de culparla a ella de nada, sino más bien de asumir plenamente la responsabilidad de haber traicionado a Dios como también de haberla traicionado a ella. »La buena noticia es que Dios ha prometido perdonarlo si usted le confiesa sus pecados y hace lo correcto. Su Hijo Jesucristo pagó el castigo por el pecado que usted ha cometido cuando Él murió en la cruz del Calvario.1 Gracias a Dios, Él le dará una nueva oportunidad aun cuando nadie más lo haga.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 872. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Jn 3:16; 1Jn 1:9
(Día Internacional de los Derechos Humanos) «Su carta a Luisa Gil no tenía una sola palabra que no fuera verdad: “Con mucho pesar, y aunque por ello sufran mis sentimientos, debo renunciar a mi amor por ti, y anunciarte adolorido que no podemos casarnos. Me lo prohíbe la superioridad, en razón de las actividades antitrujillistas de tu hermano.... Aunque siempre te recordaré con amor, no volveremos a vernos.” »... El [segundo] teniente García Guerrero... entró al despacho del mayor [Figueroa Carrión]... y éste... le mostró la carpeta de tapas rojas que tenía sobre el escritorio. »—¿A que no sabes qué hay aquí? ... ¡Tu ascenso a teniente primero, muchacho! ... »... Los privilegiados... oficiales a los que se confiaba los puestos de mayor responsabilidad eran sometidos a una prueba de lealtad a Trujillo antes de ser ascendidos.... El mayor... le ordenó que fuera a buscarlo a su casa a las ocho de la noche.... »A las ocho, Amadito estuvo en casa de su jefe. Éste... subió al vehículo de un salto y... ordenó...: »—A La Cuarenta, Amadito. »—¿A la cárcel, mi mayor? »—Sí, a La Cuarenta.... »Allá [los] estaba esperando... el coronel Abbes García.... [todopoderoso] jefe del SIM (Servicio de Inteligencia Militar).... »—Buenas noches, teniente. »—Buenas noches, mi coronel.... »—Felicitaciones por el nuevo galón.... El SIM recomendó su ascenso.... Usted es uno de los pocos oficiales a los que se les negó el permiso para casarse y obedeció sin pedir reconsideración. Por eso el Jefe lo premia, adelantándole el ascenso un año.... »—¿Qué debo hacer, mi coronel? ... ¿Se trata de la prueba de la lealtad, cierto? ... »—Tiene razón, teniente.... [Tiene que] matar a un traidor con [sus] manos.... Y sin que le tiemblen.... »El prisionero, amordazado, estaba sin zapatos.... Tomando... conciencia de lo que iba a ocurrirle, comenzó a retorcerse, a rugir, tratando de zafarse de las ligaduras y de la mordaza.... »—¿Tiene usted ahí su arma? —preguntó el coronel Abbes García—. No haga sufrir más al pobre diablo. »Amadito asintió, sin decir palabra. Dio unos pasos hasta ponerse junto al prisionero.... Le puso el cañón de su pistola en la sien y disparó. El tiro lo ensordeció y le hizo cerrar los ojos un segundo.... »—Usted tiene nervios bien templados —aprobó el coronel Abbes García—..... ¿No tiene curiosidad por saber quién era ése? »—Prefiero no saberlo, mi coronel. »—Qué fácil sería, si uno hiciera estas cosas sin saber de quién se trata.... Si uno se tira al agua, tiene que mojarse. Era uno del 14 de junio, el hermanito de su exnovia, creo. ¿Luisa Gil, no?»1 Con razón que Amadito, protagonista de la novela histórica del Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa titulada La Fiesta del Chivo, le dice luego a su amigo, a quien le acaba de relatar el incidente: ¡«La próxima vez que dispare, será para matar a Trujillo»!2 Pero ya es demasiado tarde para oponerse a la terrible arbitrariedad de tener que abandonar a su novia, y a la despiadada tiranía que le ordena matar a sangre fría al hermano de ella. Quiera Dios que ninguno de nosotros caiga en esa trampa mortal en que cayó Amadito, sino que respondamos más bien como San Pedro y los demás apóstoles en su defensa ante la asamblea general de los ancianos de Israel: «¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!»3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mario Vargas Llosa, La Fiesta del Chivo (Madrid: Santillana Ediciones, 2006), pp. 50-62. 2 Ibíd., p. 63. 3 Hch 5:21,29
(Víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos) «... Amadito [se graduó] como espada de honor —¡el primero en una promoción de treinta y cinco oficiales!—... y, años más tarde... [ingresó] a la unidad más prestigiosa de las Fuerzas Armadas: los ayudantes militares, encargados de la custodia personal del Generalísimo.... »... [En] un paseo en... La Romana... se enamoró como un loco de [una] morenita espigada y ocurrente, de ojos chispeantes.... Y ella de él.... Era la mujer de su vida; nunca podría estar con nadie más. El apuesto Amadito había dicho estas cosas a muchas mujeres desde sus días de cadete, pero esta vez las dijo de verdad. Luisa lo llevó a conocer a su familia, en La Romana, y él la invitó a almorzar.... Quedaron encantados con [ella]. Cuando les dijo que pensaba pedirla, lo animaron: era un encanto de mujer. Amadito la pidió formalmente a sus padres. De acuerdo con el reglamento, solicitó [al comando de los ayudantes militares] autorización para casarse.... »... La respuesta a su solicitud demoraba. Le explicaron que el cuerpo de ayudantes la pasaba al SIM [Servicio de Inteligencia Militar], para que éste investigara a la persona.... El día veintiuno, el Jefe lo llamó a su despacho. Fue la única vez que cambió unas palabras con el Benefactor, pese a haber estado tantas veces cerca de él.... »—¡Teniente segundo García Guerrero, a la orden, Excelencia! »—Pase —dijo la aguda voz del hombre que, sentado en el otro extremo de la habitación, ante un escritorio forrado de cuero rojo, escribía sin alzar la cabeza—.... Una buena hoja de servicios, teniente —lo oyó decir. »—Muchas gracias, Excelencia.... »—Esa hoja de servicios tan buena no puede mancharla casándose con la hermana de un comunista. En mi gobierno no se juntan amigos y enemigos.... El hermano de Luisa Gil es uno de esos subversivos del 14 de junio. ¿Lo sabía? »—No, Excelencia. »—Ahora lo sabe.... Hay muchas mujeres en este país. Búsquese otra. »—Sí, Excelencia. »Lo vio hacer un signo de asentimiento, dando por terminada la entrevista. »—Permiso para retirarme, Excelencia. »Hizo sonar los tacos y saludó. Salió con paso marcial, disimulando la zozobra que lo embargaba.»1 Menos mal que nosotros, como lectores de este pasaje de la novela histórica del Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa titulada La Fiesta del Chivo, no tenemos que disimular el disgusto que sentimos a causa de semejante despotismo, arbitrariedad y prepotencia. Si bien a los jóvenes de Occidente del siglo veintiuno les parece insólito que en tiempos pasados, y en otras culturas, los padres hayan tenido o aún tengan el poder de aprobar y hasta seleccionar a la persona con que han de casarse, ¡cuánto más no los asombraría la idea de que quien escogiera o vetara a su futuro cónyuge fuera el gobernante supremo de su país! Lo irónico del caso es que Dios, que es el Gobernante Supremo del universo, no es ni déspota, ni arbitrario ni prepotente. Él desea más bien que ejerzamos el libre albedrío con que nos creó, al escoger nosotros mismos a nuestro cónyuge con la promesa de fidelidad hasta la muerte, pase lo que pase, y al elegir a su Hijo Jesucristo como nuestro Señor y Mandamás, a fin de que podamos disfrutar de vida plena y eterna.2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mario Vargas Llosa, La Fiesta del Chivo (Madrid: Santillana Ediciones, 2006), pp. 45,47-50. 2 Jn 3:16; 10:10
(Antevíspera del Aniversario de la Entrega del Premio Nobel a Ernest Hemingway) Escrita en 1951 en la isla de Cayo Blanco (frente a la playa de Varadero en Cuba), fue la última obra de ficción importante publicada en vida de Ernest Hemingway, y tal vez su más famosa. Considerada una de las obras más destacadas del siglo veinte, le mereció el Premio Pulitzer en 1953, un año antes de que Hemingway recibiera el Premio Nobel de Literatura por su obra completa. Se trata de El viejo y el mar, novela breve que cuenta la historia de Santiago, un pescador cubano, ya anciano, que lleva ochenta y cuatro días sin pescar nada. Harto de su mala racha, se propone salir solo —sin Manolín, el joven que antes lo acompañaba—, y no regresar a tierra hasta volver a tener éxito mar adentro en el Caribe. Por fin logra enganchar un enorme marlín, pero traba con el pez una lucha a muerte que dura tres días. El viejo logra finalmente matar a su gigantesca presa, más grande aún que su esquife, pero en el camino de regreso a casa diversos tiburones poco a poco devoran el pez, dejándolo sin carne. Menos mal que la enormidad del esqueleto basta para que recupere el respeto de sus compañeros de pesca y refuerce la admiración del joven Manolín, que decide volver a pescar con él. Antes de aquella faena, Santiago le había dicho a Manolín: «Ojalá no se presente un pez tan grande que me haga quedar en mal lugar.» Y el joven le había asegurado: «Si sigue usted tan fuerte como dice, no habrá pez que pueda con usted», a lo que el viejo había contestado: «Quizá no lo sea tanto como creo. Pero conozco muchos trucos y soy un hombre decidido.»1 A lo largo de los tres días de su épica lucha contra el marlín, el viejo exclamó: «¡Ojalá estuviese aquí el chico para ayudarme!» Pero no fue una sola vez; fueron cinco las veces que se lamentó: «¡Ojalá estuviese aquí el chico!» Y en una de esas añadió: «Nadie debería estar solo de viejo».2 Gracias a Dios, a la inversa de cómo al final Santiago ya no tendría que estar solo de viejo en las luchas que le esperaban, sino acompañado por su discípulo Manolín, nosotros como discípulos de Cristo no tenemos que estar solos en las luchas que enfrentaremos, sino que podemos estar siempre acompañados por Él como nuestro Maestro. Eso fue precisamente lo que Jesucristo, siendo el Hijo de Dios, les prometió a sus discípulos antes de regresar a su hogar en el cielo para estar de nuevo al lado del Padre celestial. Habiendo acabado de vencer a nuestro enemigo mortal al pagar el castigo por nuestro pecado, Jesús les dijo: «Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.»3 Lo cierto es que eso es lo que más necesitamos, ya que, tal como nos advierte el apóstol Pablo: «Nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra... fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales».4 Más vale entonces que nos aseguremos de ir acompañados por Cristo, para que con su fuerza divina ¡no haya pez maligno que pueda con nosotros! Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Ernest Hemingway, El viejo y el mar, Trad. Miguel Temprano García (Nueva York: Scribner, Charles & Schuster, 1952, 1980, 2010, 2018), Edición Kindle, p. 13. 2 Ibíd., pp. 27,29,30,31,34 3 Mt 28:20; 2Co 5:21; Gá 3:13; Col 1:14; 2:13-15; Heb 2:14; 1P 3:18 4 Ef 6:12
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tuve una hija con un hombre que pertenece a otra iglesia que me atrevo a decir es una secta. Con el tiempo vine a comprender la magnitud de las consecuencias.... »Aún no vivimos juntos. Él insiste en que conformemos un hogar y que busquemos un equilibrio en las religiones.... Muchas veces pienso en irme a vivir con él y formar ese hogar, pero tengo miedo de que Dios no esté de acuerdo con eso.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Lo cierto es que la situación en que usted se encuentra es complicada. En muchos casos, les aconsejaríamos a los padres que se casaran a fin de proporcionarles estabilidad a los hijos. Sin embargo, en otros casos el padre o la madre pudiera representar cierto peligro para su pareja y para los hijos. Tal vez se deba a conducta delictiva, al abuso de drogas o de alcohol, a hábitos económicos irresponsables, a enfermedad mental, a falta de dominio propio, o a varios otros factores. En definitiva, el ser miembro de una secta calificaría como peligrosa a determinada persona.... ... Las sectas tienen en común ciertas características. Cada una tiene como autoridad máxima a una persona que aún vive, o a un pequeño grupo de personas que no permiten que sus miembros pongan en tela de juicio esa autoridad ni que expresen puntos de vista que difieran. Entre todos se manifiesta la paranoia con relación a los de afuera que no son miembros del grupo, y cualquiera que decide renunciar a su membresía en el grupo es condenado al ostracismo y difamado. Además, los líderes no les rinden cuentas de las finanzas a los miembros, y tienden a enseñar que ellos, en calidad de líderes, no tienen que someterse a leyes o normas morales tampoco.... »Consentir en buscar un “equilibrio” en la práctica de su religión y la del padre de su hija nunca dará resultado debido a que uno no puede creer en algo de un momento a otro sólo porque alguien se lo pide, como tampoco puede uno dejar de creer lo que ya cree. »Todavía más importante es que los seguidores de Cristo han de practicar un estilo de vida totalmente distinto que el de los que no siguen a Cristo, principalmente debido a su creencia en la Biblia o su indiferencia hacia ella. Por eso enseñó el apóstol Pablo que los seguidores de Cristo no deben formar yunta con quienes no lo son.1 »Si usted es una seguidora de Cristo, pero el padre de su hija no lo es, entonces le aconsejamos que busque asesoría legal a fin de obtener un acuerdo legal en cuanto a sustento y visitas paternas. Luego póngale punto final a la relación sentimental y no vuelva a hablar con este hombre sino sólo cuando tenga que hacer arreglos para que él visite a su hija....» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 752. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 2Co 6:14 (NVI, TLA)
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «A la iglesia casi no voy porque descubrí que el pastor es un mentiroso.... Mejor escucho prédicas desde mi casa.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Usted menciona un asunto interesante que merece ser tratado. ¡Cuánto sentimos que su pastor la haya decepcionado! Como no lo conocemos a él y no sabemos nada acerca de lo sucedido, no podemos darle una respuesta específica, pero sí podemos responder en términos generales. »Esto es lo que puede saber con certeza: En primer lugar, los pastores son pecadores al igual que todos nosotros. Ellos tienen que evaluar constantemente su propia conducta de acuerdo con lo que enseña la Biblia y en su comunicación personal con Dios. En segundo lugar, al ser ellos pecadores tal como lo somos todos, a veces no cumplen las normas que se espera que cumplan. En tercer lugar, cuando los pastores u otros ministros religiosos no cumplen determinada norma de conducta, tienen la opción de arrepentirse, pedirle perdón a Dios, y tomar medidas para evitar caer en el mismo pecado en el futuro. O, si continúan pecando, no cumpliendo la norma vez tras vez, entonces ya no tienen la capacidad de ser los líderes de otros en calidad de pastores o ministros. Y en cuarto lugar, los pastores que siguen viviendo en pecado deben renunciar a su puesto y no seguir engañando a su congregación.... »¿Entonces qué deben hacer personas como usted cuando saben que el pastor de su iglesia está viviendo en pecado? Gracias a Dios, muchas iglesias tienen miembros de la junta o del concejo de líderes de su iglesia que sirven de representantes de la congregación en las reuniones de negocios con el pastor. En esos casos, el primer paso que debe darse es consultar en privado con uno de esos representantes y pedirle consejo.... »El escritor bíblico a los Hebreos [nos instruyó], como seguidores de Cristo, a que no dejemos de congregarnos, sino más bien que nos animemos unos a otros.1 Al emplear el verbo animar nos da a entender que cuando los miembros están juntos, son mucho más saludables y fuertes que cuando están solos. Cada miembro es como un cordel fino: solo, es muy débil, pero cuando se entrelaza con los demás cordeles, la cuerda resultante es fuerte y poderosa. »Le recomendamos que busque una iglesia en la que se enseñe la Biblia y los congregantes estén comprometidos a estudiarla juntos. No encontrará usted pastores que sean perfectos, pero sí hallará a muchos que se acercan a Dios cada vez más día tras día.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 871. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Heb 10:25
(Día de la Medicina Latinoamericana — Natalicio de Carlos J. Finlay) «La fiebre amarilla fue una enfermedad que trajo desolación y muerte en las colonias españolas de América. Era conocida en la región de Yucatán como cocolitzlé [antes de] la llegada de los conquistadores.... El historiador López de Gómara en el siglo XVI se refería a la enfermedad diciendo: “Poníanse los españoles de color de tiricia, o mal amarillo”1.... En el siglo XVIII fue denominada enfermedad del vómito negro, y por último, los ingleses la denominaron [fiebre amarilla].» Así reza la introducción de la doctora argentina Alicia M. Damiani a su artículo sobre la impronta de Carlos J. Finlay en el Canal de Panamá, publicado en la Revista de la Asociación Médica Argentina en marzo de 2016.2 Por su parte, el historiador médico cubano José López Sánchez, en su obra titulada Finlay: el hombre y la verdad científica, considera que «la fiebre amarilla fue el problema más serio que tuvieron que enfrentar los constructores del Canal de Panamá». Para comprobarlo, relata que «cuando le preguntaron a [William Henry] Aspinwall, el contratista del primer ferrocarril, cuántas vidas había costado la obra, Aspinwall respondió: “De los 82 mil empleados, 52 mil padecieron de vómito negro y 22 mil fallecieron de fiebre amarilla o paludismo”.»3 Tal vez la muerte de aquellos no haya sido en vano debido a la impronta que dejó el eminente médico cubano Carlos J. Finlay en la construcción del canal. La doctora Damiani la resume explicando que Finlay «dedicó su vida al estudio de la fiebre amarilla y descubrió que su agente transmisor era el mosquito Aedes aegypti. Si bien durante veinte años su descubrimiento no fue tenido en cuenta por el mundo académico de la época, su teoría fue confirmada y permitió el saneamiento de la isla de Cuba, que fue liberada de nuevas epidemias. A fines del siglo XIX, la fiebre amarilla fue una de las causas del fracaso de la compañía francesa que intentó construir sin éxito un canal interoceánico en Panamá. En 1904, los estadounidenses, teniendo en cuenta estos antecedentes y llevando a la práctica lo aprendido con Finlay en el saneamiento de Cuba, lograron con éxito la construcción del Canal de Panamá.»4 De ahí las siguientes palabras del estadista panameño José Daniel Crespo inscritas en el monumento a Finlay en la Plaza de Francia en la Ciudad de Panamá: «El descubrimiento de la trasmisión del germen de la fiebre amarilla por el Dr. Carlos J. Finlay en 1881 no sólo marca una época en la historia científica del mundo, sino que es de especial significación para Panamá. Sin este descubrimiento que hizo posible el saneamiento de las zonas tropicales, la gran obra del Canal de Panamá no habría podido hacerse sin ingente sacrificio de vidas. El pueblo y el gobierno de Panamá, agradecidos del ilustre sabio cubano, perpetúan su recuerdo.» Ahora sólo nos queda a nosotros agradecer a Dios por haber dotado al doctor Finlay de semejante sabiduría y por habernos dado a su Hijo Jesucristo para sanear nuestra alma de la epidemia del pecado.5 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Francisco López de Gómara, Historia general de las Indias y vida de Hernán Cortés (Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1991), p. 102 En línea 25 junio 2025. 2 Alicia M. Damiani, «Carlos J. Finlay (1833-1915): Su impronta en el Canal de Panamá en el centenario de su muerte», Revista de la Asociación Médica Argentina, Vol. 129, Número 1 (marzo) de 2016, p. 33 y En línea 25 junio 2025. 3 José López Sánchez, Finlay: el hombre y la verdad científica, Instituto Cubano del Libro (La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1986, 2007, 2024), Edición Kindle, pp. 32-33. 4 Damiani 5 Mt 1:21; Jn 1:29; 3:16; 1Jn 1:7-9; 3:5
(Víspera del Día de la Medicina Latinoamericana — Natalicio de Carlos J. Finlay) «Si bien por un lado [Carlos J.] Finlay contribuyó a combatir una fiebre, la amarilla, por el otro dejó un granito de arena para que fuera surgiendo un fenómeno que con el tiempo se convirtió en una fiebre diferente, totalmente buena y que todavía hoy se mantiene en el interior de muchos de los cubanos...» Así concluye el reconocido periodista cubano Yasel Porto su artículo titulado «El día que Carlos J. Finlay defendió al béisbol», publicado en la Revista Alma Mater en junio de 2020, que comienza con la siguiente declaración: «Ningún cubano, ni siquiera los menos cultos, ignoran la trascendencia como científico y galeno del camagüeyano Carlos Juan Finlay. La más conocida de sus acciones fue el descubrimiento del agente transmisor de la fiebre amarilla, lo que permitió combatir con éxito a nivel mundial esta terrible enfermedad. Pero muy pocos conocen que fue uno de los médicos más seguidores del béisbol en el siglo XIX».1 En 1879, luego de que la revista Propaganda Científica alegara que el juego de pelota era una actividad perjudicial para la salud en países cálidos como Cuba —a diferencia de países fríos como Estados Unidos, de donde había sido importado—, el respetado doctor lo rebatió en La Gaceta Médica de La Habana como una «infundada crítica» del béisbol que «tanto entusiasmo ha despertado entre la juventud habanera». En aquel artículo titulado «Utilidad de los ejercicios corporales en los climas cálidos y su conveniencia para fomentar el desarrollo físico de nuestra juventud», Finlay se atrevió incluso a calificar como ejemplares a los que se dedican a las labores manuales. «En prueba de que el ejercicio corporal, aún en los días de calor, al sol y a la intemperie, lejos de ser perjudicial, favorece el desarrollo físico y robustece al habitante de estos climas, solo haré observar —afirmó Finlay— que los hombres más sanos, más robustos y más activos entre nosotros son nuestros guajiros, los trabajadores del campo, los cargadores del muelle, los carretoneros, etc., y por lo contrario, los tipos menos desarrollados se encuentran en los talleres de industrias sedentarias, que privan a sus operarios del ejercicio muscular tan necesario a este clima.»2 De ahí que Finlay sentenciara: «Los ejercicios corporales en los climas cálidos, especialmente el béisbol, son útiles siempre que se les ajuste a los preceptos de la higiene», y que concluyera con contundencia: «Que se siga jugando a la pelota, que ello contribuirá sólo a hacer mejor al cuerpo humano y también su mente».3 Su acreditado biógrafo, el historiador médico cubano José López Sánchez, da a conocer además que Finlay «leía la Biblia»; que «él era un hombre de fe», y que «su religión lo ataba al principio de las defensas de sus creencias».4 Así como Finlay tenía la fama de estar siempre preparado para responder a todo el que le pidiera razón de sus creencias bien formuladas, quiera Dios que también nosotros, tal como nos anima San Pedro, lo estemos para dar razón de la esperanza de vida eterna que tenemos en su Hijo Jesucristo.5 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Yasel Porto, «El día que Carlos J. Finlay defendió al béisbol», Revista Alma Mater, 16 julio 2020 En línea 23 junio 2025. 2 José López Sánchez, Finlay: el hombre y la verdad científica, Instituto Cubano del Libro (La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1986, 2007, 2024), Edición Kindle, pp. 222-24. 3 Yasel Porto 4 José López Sánchez, pp. 226,259. 5 1P 3:15; véanse 1P 1:3-5; Jn 3:16; Ro 8:23-25; 1Co 15:19-58; Tit 2:13
(Antevíspera del Día Internacional de las Personas con Discapacidad) Sucedió en París el 18 de octubre de 2018. Mientras esperaba para subir al autobús, nadie quería moverse. Eso de por sí no habría sido gran cosa si se hubiera tratado de una persona cualquiera. Pero la persona a quien le sucedió, François Le Berre, era un hombre diagnosticado con esclerosis múltiple primaria progresiva que se movilizaba en silla de ruedas en compañía de su hermano. «Como nadie se movió —contó después Le Berre mismo en la cuenta de Twitter Accessible POUR TOUS (en español, Accesible PARA TODOS)—, el conductor se levantó y gritó: “¡Hasta aquí llegamos! ¡Bájense todos!” Los pasajeros se bajaron, algunos refunfuñando. Luego el conductor anunció que el próximo autobús pasaría en cinco minutos, y se bajó él mismo. Esperó un rato —siguió narrando Le Berre—, y una vez que todos se dispersaron, se me acercó y me dijo: “Ahora sí pueden subir. Los demás tendrán que esperar a que pase el siguiente autobús. Algún día todos pudieran llegar a necesitar una silla de ruedas.”» Cuando se le preguntó si había vuelto a tener contacto con el conductor, Le Berre respondió: «No, no lo conozco. Él nos dijo que no tenía ningún familiar con discapacidad, que sólo hacía falta ser un poco civilizado.»1 Lo ocurrido se difundió en las redes sociales y, como era de esperarse, hubo claras manifestaciones de apoyo al conductor además de relatos afines de gestos nobles en líneas de autobuses. Uno de éstos, por ejemplo, fue el caso de una pasajera en la ciudad de Niza, Francia. Embarazada de ocho meses, se subió al transporte público, pero nadie le cedió su asiento. El chofer, al darse cuenta, frenó y no volvió a poner el autobús en marcha hasta que alguien se levantó para que la mujer pudiera sentarse.2 ¡Qué buenos ejemplos de personas nobles comúnmente criticadas a causa de su profesión! Nos recuerdan el refrán que dice: «No hagas juicio a montón, sino tras buena información.» Pues con frecuencia, como dice otro refrán, «el león no es como lo pintan». Por eso nos advirtió Jesucristo en el Sermón del Monte: «No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás.... Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.»3 Con esa última sentencia, conocida como la regla de oro, Cristo nos dio la clave para resolver prácticamente todo problema humano. Es que Él sabía que si la llevamos a la práctica podemos evitar que se den situaciones intolerables como las que afrontaron el hombre con discapacidad y la mujer embarazada. Determinemos que vamos a tratar a los demás con respeto y consideración, dispensando así no sólo el mismo trato que queremos recibir de parte del prójimo, sino también el que queremos recibir de parte de Dios mismo, quien nos creó a todos iguales. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Pierre Lentz, «Un chauffeur vide son bus pour permettre a un handicapé d’y accéder», Le Huffpost, 24 octubre 2018 En línea 11 junio 2019. 2 «París: un chofer bajó a todos los pasajeros del colectivo por no ayudar a una persona discapacitada», La Nación, 26 octubre 2018 En línea 11 junio 2019. 3 Mt 7:1-2 (TLA),12 (NVI)
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Tengo treinta y cinco años, y una hija de once. Estoy separado de su mamá desde que ella tenía tres años.... Nunca formé pareja nuevamente por centrarme en mi hija y en los conflictos después de la separación. Pero hoy en día ya la niña está entrando en la adolescencia, y no quiere pasar mucho tiempo conmigo.... »He tratado de... rehacer mi vida, pero [las mujeres] se alejan argumentando que no sirvo para compartir la vida.... Me siento viejo, solo e incapaz de volver a formar una familia. Necesito un consejo de sus sabias palabras.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Dios comprende cómo se siente usted! De hecho, después de crear a Adán, el primer hombre, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo.”1 Así que creó a Eva, la primera mujer, y ella llegó a ser la compañera de Adán. »¿Estaba Dios dictando un mandamiento cuando dijo que no era bueno que el hombre estuviera solo? No, no era eso; sólo estaba dando una regla general. Esa regla es que la mayoría de los hombres no están contentos solos. Pero hay en definitiva algunos hombres que prefieren no casarse. El apóstol Pablo fue uno de los que decidió permanecer soltero a fin de poder concentrar sus esfuerzos en realizar la obra de Dios.2 Pero por lo general los hombres quieren tener una familia, al igual que usted. »Dice usted que ha pasado los últimos ocho años concentrado en su hija.... Las estadísticas indican que es más probable que su hija prospere física, mental y emocionalmente como resultado de la atención que usted le dedica en persona.... [Por eso] es importantísimo que no la rechace aun cuando ella esté tratando de marginarlo. Aunque parezca que se está alejando de usted, ella no deja de necesitar la influencia constante que usted ejerce en su vida. Es posible que el amor que usted le tiene parezca no correspondido durante los próximos cinco o más años, pero si usted no deja de ser constante, tarde o temprano su hija aprenderá a balancear a los amigos y la familia. »Mientras tanto, no comience a discutir cuando ella no desea verlo. No trate de hacer que ella se sienta culpable, ni se porte como si usted fuera una víctima. Trate más bien de planear actividades que incluyan a las amistades de ella. Llévelas, junto con su hija, a lugares donde quieran ir. Manténgase en un segundo plano, cuidando y protegiendo. »Cuando no esté con su hija, busque ambientes donde llegue a conocer a otras personas. Done su tiempo como voluntario en una organización benéfica o forme parte de un equipo deportivo. Concéntrese en ser un buen amigo y en mostrar interés sincero en los demás. Amplíe sus horizontes en vez de enfocarse en la búsqueda de una nueva compañera. Quien es buen amigo y tiene una variedad de intereses atraerá a la mujer que más le conviene.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 751. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Gn 2:18 2 1Co 7:7
Hay muchas cosas que no sabemos con certeza acerca de ella, comenzando con el lugar y la fecha de su nacimiento debido a que se desconoce su partida de bautismo. Algunos estudiosos aseguran que era originaria de San José de Cúcuta, mientras que otros sostienen que nació en San Cayetano, municipio del actual departamento colombiano de Norte de Santander, que era el lugar de residencia de su familia. Y en cuanto a su fecha de nacimiento, sólo sabemos que lo más probable es que fuera entre 1770 y 1775.1 Tampoco podemos estar seguros de sus nombres y apellidos. Tanto es así que el historiador Carlos Ferrero Ramírez, en el amplio estudio que publica acerca de ella, emplea más de dos mil palabras en la sección que trata sobre su nombre. Su verdadero nombre es Mercedes Reyes —concluye—, pero «como su madre era doña María Inés Reyes Ábrego y por el año de 1813 había en San José de Cúcuta dos Mercedes Reyes —una la heroína, y otra, Mercedes Reyes Azúa—, familiarmente para distinguirlas se acostumbró llamarlas Mercedes Ábrego y Mercedes Azúa. Desde entonces era frecuente llamar a la Heroína de Cúcuta simplemente Mercedes Ábrego.»2 Lo que sí sabemos con certeza acerca de Mercedes Ábrego es que fue una talentosa modista que bordó algunos banderines tricolores para el ejército republicano, que conoció a Bolívar en Cúcuta en 1813 después de su entrada triunfal en la villa tras haber vencido al coronel Ramón Correa en la Batalla de Cúcuta, y que antes de que Bolívar partiera para Venezuela en 1813 le hizo el obsequio de una casaca con oro y lentejuelas que ella misma había bordado, mostrándole así al libertador lo mucho que lo estimaba a él y su Campaña Admirable. Así mismo sabemos que desde el inicio de la guerra de Independencia les brindó su apoyo a los patriotas, y que los informes secretos acerca de los movimientos y la ubicación del ejército enemigo que mediante sus contactos ella le hizo llegar al teniente coronel Francisco de Paula Santander contribuyeron a que él obtuviera los triunfos militares de San Faustino y Capacho. Sin embargo, no sabemos con certeza cómo la descubrió el comandante español Lizón, que derrotó a las tropas de Santander en la Batalla de Carrillo el 12 de octubre, ni la fecha ni los detalles de su muerte, debido a que hay más de una versión al respecto. Lo que sí sabemos es que, ya fuera el 13 o el 21 de octubre de 1813, fue vilmente decapitada en San José de Cúcuta la patriota llamada Mercedes Ábrego, llegando así a ser heroína y mártir de la independencia de Colombia.3 Gracias a Dios, antes de ofrendar su vida por la patria Mercedes Ábrego podía saber con toda seguridad, así como podemos saberlo todos nosotros, lo que les espera a quienes hayan tomado a pecho las palabras de Jesucristo, el Hijo de Dios, acerca del camino al cielo. Pues a la pregunta de su discípulo Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?», Jesús respondió sin vueltas ni rodeos: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.»4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 «Mercedes Ábrego», Alta Consejería para el Centenario de la Independencia, Personaje del mes, Bogotá, 30 julio 2010 En línea 2 septiembre 2019. 2 Carlos Ferrero Ramírez, «Mercedes Ábrego», Cucutanuestra.com En línea 2 septiembre 2019. 3 «Mercedes Ábrego» y Ferrero Ramírez 4 Jn 14:5-6
(Cincuentenario de la Muerte de Salarrué) «Puesiesque [un niño que se llamaba] Tablita yegó a la tienda y le dijo a la tiendera: »—Mire: ¿por qué han metido tanto caramelo bonito en ese bote? »Y la tiendera, quera bien bilis, hizo ¡Hm!” y diay dijo: »—¡Para que ai estén guardaos y para que nadie los tiente! —y se sacudió [una hormiga] que se había pasado del saco diazúcar, y dio unos pasos chancletudos y dijo: »—¡Te va castigar tu mama, porque va decir que ¿quiandás haciendo en el vecindario?! »Y era que [ella] tenía ganas de que [Tablita] se juera, y no se jué, sino que le dijo: »—Pero como aquí nues vecindario sino ques tienda, ¡vaya! »—Sí, siés tienda, pero no tenés [dinero] para comprar nada, asiés que de nada sirve que testés aquí —le dijo dando pasitos la tiendera, que tenía un lunar de carne en el cachete. »—Sí tengo —le dijo Tablita. »—¿Entonces por qué no comprás? —le dijo la tiendera, quera algo sorda. »—Porque taba esperando a ver si me regalaba unos... —le dijo. »—Pero como no te puedo regalar —le dijo la tiendera. »—A pué, como no me puede regalar, sólo poreso no le compro —le dijo Tablita, y se jué chiflando... y siacabuche.»1 Así termina «El cuento de los caramelos embarcados en un bote» escrito por Salvador Salazar Arrué, conocido por su seudónimo Salarrué, con su acostumbrado cierre costumbrista salvadoreño: «y siacabuche», es decir, «y se acabó el cuento». De este simpático cuento sacamos la moraleja evidente de que no podemos obtener ciertas cosas, por mucho que las queramos o por ingeniosos o buenos regateadores que seamos, si no tenemos con qué pagar el precio establecido. ¿Será por eso mismo que Dios, que se especializa en hacer las cosas a la inversa de como las hacemos nosotros, decidió ya hace dos milenios que nos regalaría lo que más vale en todo el mundo? Sí, pero conste que nuestro Padre celestial no decidió ofrecérnoslo sin costo alguno, pues si bien era un regalo, alguien tendría que pagar el precio. Eso que más vale es nuestra redención del pecado, y el que tuvo que pagar el precio para que pudiéramos así obtener la salvación y la vida eterna fue Jesucristo. El apóstol Pablo enseña que si bien la paga de nuestro pecado es la muerte, el regalo que nos ofrece Dios es la vida eterna. Pues es por la muerte de Jesucristo, su amado Hijo, que tenemos la redención y el perdón de pecados.2 El apóstol Pedro a su vez explica que «Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud».3 Más vale entonces que nos apropiemos cuanto antes de ese regalo por el que Cristo ya pagó el precio supremo, creyendo en Él, pidiéndole perdón por nuestros pecados, y reconociéndolo como nuestro Salvador y Señor.4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Salarrué [Salvador Salazar Arrué], «El cuento de los caramelos embarcados en un bote», El ángel del espejo y otros relatos (Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho, 1985), p. 153 En línea 29 mayo 2025. 2 Ro 3:23; Gá 3:13; Col 1:13-14 3 1P 2:24 (DHH) 4 Jn 3:16; Ro 10:9-10; 14:9; Fil 2:9-11; 1Jn 1:9
(Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer) «El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándola de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos. »—... ¡Te voy a matar..., desvergonzada!... »El niño se agarraba a las piernas de su papá; no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía a la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando. »Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. [Ella] prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo. »[Él] le dijo después que se marchara. »—¡Te mataré si vuelves a esta casa! »La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta.... »[Pasaba por allí un extraño que] tenía agua para dos días más de camino, pero casi toda la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. »Chepe entró por el patio. »—¡Te dije que no quería verte más aquí, condenada! »Parece que no había visto al extraño.... »[Éste] le llamó la atención; pero [Chepe], medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres. »El niño pequeñín, pequeñín, comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá. »La lucha era silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisada violentas. »La mujer vio cómo [el extraño] ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. [Chepe] comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro. »Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. [El extraño] soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas.... »La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante.... »La mujer... [salió corriendo]....»1 Este trágico relato procede de la pluma del autor y expresidente dominicano Juan Bosch. Es el primero de sus Cuentos escritos antes del exilio. ¡Qué triste que aún en el siglo veintiuno haya tantas personas como Chepe que, al escuchar o leer cuentos como este, se identifiquen con él! A puerta cerrada, maltratan físicamente a su pareja, conscientes de que casos como el suyo no se limitan al campo ni a personas iletradas, sino que incluyen las grandes metrópolis y a los privilegiados. Determinemos todos que, en lo que nos queda por vivir, jamás maltrataremos a nuestra pareja, sino que la amaremos y la cuidaremos como a nuestro propio cuerpo, tal como nos aconseja San Pablo,2 no sea que la induzcamos a matar a cualquiera que se interponga... o a querer matarnos a nosotros mismos. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Juan Bosch, «La mujer», Cuentos escritos antes del exilio (Santo Domingo: Edición Especial, 1974), pp. 11‑13; y Juan Bosch, «La mujer», Cuentos selectos (Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1993), pp. 39-41. 2 Ef 5:25‑33
Era la noche del 23 de diciembre de 2005, la víspera de lo que debiera haber sido «Nochebuena» en la aldea de Gaggo Mandi en la provincia oriental de Punjab en Pakistán. A Rehmat Bibi, esposa del obrero Nazir Ahmed de cuarenta años de edad, la despertó un grito. Al abrir los ojos, vio algo indescriptible: ¡su esposo acababa de taparle la boca a su hija Muqadas, de veinticinco años, y estaba cortándole el cuello con un machete! Acto seguido, Bibi observó horrorizada cómo su esposo mataba del mismo modo a sus otras tres hijas —Bano, de ocho años; Sumaira, de siete; y Humaira, de cuatro— deteniéndose entre matanza y matanza sólo para blandirle el machete a ella, advirtiéndole que no se metiera ni gritara. «Yo estaba temblando de miedo; no sabía cómo salvar a mis hijas —relató Bibi, posteriormente, entre sollozos—. Le rogué a mi esposo que no las matara, pero él dijo: “¡Si haces el menor ruido, te mato!” Toda esa noche la tuve que pasar frente a los cuerpos de mis hijas.» Por su parte, Ahmed, que no fue arrestado hasta la mañana siguiente, no mostró ninguna señal de arrepentimiento. Por el contrario, declaró que había comprado un cuchillo de carnicero y un machete después de las oraciones del mediodía ese viernes, y los había escondido en la casa, y que mató a su hijastra Muqadas porque ella había cometido adulterio. En cuanto a sus propias hijas, dijo: «Yo pensé que las niñas harían lo mismo que había hecho su hermana mayor, así que debían ser eliminadas.» Y añadió: «Nosotros somos pobres, y no tenemos nada más que salvar que nuestro honor.» Para colmo de males, Ahmed manifestó: «Me gustaría tener la oportunidad de eliminar al joven con el que ella se escapó, y prenderle fuego a su casa.»1 Eso sí que a Ahmed le pudo haber resultado difícil o imposible lograrlo, ya que él había creído, sin necesidad de pruebas, la acusación de adulterio de parte del esposo de Muqadas, mientras que los que conocían el caso alegaban que la pobre mujer había huido de su esposo porque él la había maltratado y la había obligado a trabajar en una fábrica haciendo ladrillos. Lo cierto es que el tal adúltero, presunto amante de la víctima, no apareció por ninguna parte. Muqadas era la hija que le había dado a Bibi su primer esposo, hermano de Ahmed, que había muerto hacía catorce años. Ahmed se había casado con la viuda de su hermano, como se acostumbra en la tradición musulmana. ¡Qué triste que en esa tradición no se siga la enseñanza de San Pedro! Con eso nada más, se hubiera evitado semejante tragedia. Pues el venerado apóstol, luego de decirles a las mujeres que se sometan a sus esposos, les dice a los hombres que sean considerados con sus esposas, tratándolas con honor y con la delicadeza que les hace falta, como coherederas del don de la vida. Y en cuanto a sus relaciones con los demás, les dice que sean compasivos y humildes, y que no devuelvan mal por mal, sino que busquen la paz y la sigan. De lo contrario, será en vano que eleven a Dios sus oraciones.2 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 «Pakistani slays daughters to salvage “honor”» (Pakistaní mata a hijas para salvar «el honor»), MSNBC World News, 28 diciembre 2005 (Associated Press) En línea 9 marzo 2006. 2 1P 3:1,7‑11
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «[Me uní] a una red social para conocer amigos.... Allí vi la foto de un hombre... y pensé que era una buena persona. »Me invitó a salir el fin de semana a la playa.... Estuvimos un par de horas escuchando un concierto.... Luego se hizo de noche y fuimos a donde había aparcado su auto.... Ahí es cuando pasó lo que yo no quería.... Empezó a tocarme a pesar de que yo le dije que eso no es lo que esperaba... y que yo creía que él era una persona respetuosa.... »Después de esta mala experiencia, no recomiendo a nadie las páginas de citas porque no van a encontrar algo verdadero....» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Cuánto sentimos lo que le pasó! Nos alegra que quiera salvar a otros de tener una experiencia parecida. »Lamentablemente, en realidad es imposible juzgar el carácter de las personas por las fotos o por lo que revelan acerca de sí mismas en sus perfiles en las redes sociales. Nunca va usted a encontrar un perfil que diga: “Yo miento y engaño y me aprovecho de las mujeres.” Ni hay ningún perfil que diga: “Yo tengo un temperamento muy fuerte, sobre todo cuando bebo en exceso.” »... Usted le dijo al tipo que usted creía que él era una persona respetuosa. Tristemente, muchas personas tienen la expectativa de una relación sexual, incluso durante la primera salida, y sin embargo se consideran respetuosas. Creen que la pureza sexual ya es algo del pasado. Para ellas, el sexo no es más que una actividad que se realiza en una salida con otra persona. »Menos mal que hay maneras de reducir al mínimo el peligro de salir con alguien a quien se llega a conocer por Internet. En tal caso, nosotros recomendamos que se comunique regularmente con ese nuevo contacto por lo menos un mes antes de siquiera considerar conocerlo en persona. Esa comunicación debe tener el propósito de saber cómo piensa, qué valora y qué fe profesa la otra persona.... Descubra las cosas que tienen en común y los asuntos en los que no están de acuerdo. ¿Sería una buena opción como amistad? De no ser así, entonces no hay razón alguna para conocerse en persona. »Si usted decide que está bien que se encuentren, determine que sea en grupo en un lugar público. No consienta en que la lleve en su auto sin nadie más ni en encontrarse los dos en privado en ningún otro lugar. Si él objeta, entonces no acepte la invitación para verse. »La felicitamos por negarse a tener intimidad física con un tipo a quien acaba de conocer. Esa clase de actividad física casual es una imitación barata de la experiencia genuina. Dios diseñó el sexo para que fuera la expresión física del amor mutuo entre esposo y esposa.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 750. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Desde que me casé, mi suegra no se ha llevado bien conmigo.... Cada vez que hemos ido a reuniones familiares, no nos hemos sentido aceptados.... »Decidimos apartarnos de mis suegros, y eso nos dio paz.... Pero no hemos dejado de apoyar a mi suegra cada mes con dinero, ni hemos dejado de visitarla dos veces al año. ¿Estará bien como cristianos hacer esto? ... »Intentamos llevarnos bien, pero no se pudo. Mi suegra tenía una casa, y hace un año decidió dársela a su hijo preferido. Mi esposo se sintió mal, ya que no... le dijeron lo que iban a hacer con la casa. Para pedirle dinero, para medicinas, siempre hacen un chat, pero nunca para hablar como familia.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Su situación nos entristece mucho. Comprendemos que está tratando de hacer lo correcto en circunstancias difíciles. Al parecer, su suegra ha demostrado muy poca sabiduría al negarse a aceptarla a usted como la esposa de su hijo. Y tampoco ha demostrado sabiduría al favorecer a uno de sus hijos sobre los demás.... »Usted da a entender que quieren hacer lo correcto como cristianos. El problema es que muchos tienen ideas diferentes de lo que en realidad significa la palabra “cristiano”. »Algunos piensan que todos los que creen en Dios son cristianos. Pero sabemos que Satanás cree en Dios, y sin embargo nadie cree que Satanás es un cristiano.1 Otros creen que cualquiera que trata de ser una buena persona es un cristiano. Pero si eso fuera cierto, entonces ¿por qué fue necesario que Jesucristo, el Hijo de Dios, muriera en una cruz para perdonar nuestros pecados?2 Y hay otros que creen que el asistir a una iglesia los convierte en cristianos. Pero todo el mundo sabe que hay muchas personas que asisten a una iglesia por costumbre o tradición, y no porque de veras quieran adorar a Dios allí. »La Biblia dice que es al arrepentirnos y pedirle perdón a Dios que llegamos a ser seguidores de Cristo.3 El ser seguidor significa esforzarse al máximo por hacerlo todo de la manera prescrita por Dios en la Biblia. Ninguno de nosotros sigue a Cristo a la perfección, sino que comenzamos de nuevo cada vez que nos desviamos del camino. »Así que usted y su esposo, como seguidores de Cristo, quisieran saber si es necesario que visiten con más frecuencia a los padres de él. No hay nada en absoluto en la Biblia que diga que deben hacerlo. Sin embargo, cuando se comuniquen con ellos o se vean, hónrenlos siempre mostrándoles respeto. No mencionen temas delicados o conflictivos que no harán más que provocar una discusión. Y hónrenlos al aceptar que ellos tienen el derecho de tomar sus propias decisiones, aun cuando ustedes crean que esas decisiones no son justas.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 870. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Stg 2:19 2 Ro 3:23; 2Co 5:15; 1P 2:24 3 Hch 3:19; Ro 10:9; 1Jn 1:9
(Natalicio de José Raúl Capablanca) En 1920, el ajedrecista cubano José Raúl Capablanca escribió su obra titulada Mi carrera ajedrecística para promover su candidatura al título de campeón mundial. Dio resultado, ya que el año siguiente, cumplidos sus treinta y dos años, no sólo participó en el Tercer Campeonato Mundial de Ajedrez sino que se coronó campeón con su victoria sobre el entonces poseedor del título, el Gran Maestro alemán Emanuel Lasker, quien renunció después de perder cuatro partidas consecutivas. Pero esa no era la primera vez que había derrotado a Lasker. Lo había logrado hacía quince años, en un torneo de ajedrez rápido en el Club de Ajedrez de Manhattan, Nueva York, en 1906, cuando Capablanca tenía sólo dieciocho años. Entre 1914 y 1924 Capablanca perdió una sola partida, y se mantuvo campeón desde 1921 hasta 1927, cuando perdió el título ante el Gran Maestro ruso-francés Alexander Alekhine. De ahí que su biografía como miembro del Salón de la Fama del Ajedrez Mundial al que fue elegido en el año 2001 constate que José Raúl Capablanca, apodado «la máquina humana del ajedrez», tal vez fuera el mejor jugador natural de todos los tiempos, que derrotaba con frecuencia y aparente facilidad a diversos adversarios que tenían fama mundial.1 En las «Notas del autor» que escribió a modo de prólogo en su libro Mi carrera ajedrecística, Capablanca explica: «Este libro se propone satisfacer el interés general de que yo debiera contar los eventos y circunstancias que me han hecho llegar a lo que soy en el mundo del ajedrez. Al escribirlo, me he esforzado por decir la verdad. Pienso en ciertas partidas, posiciones y otras cosas, a riesgo de parecer en ocasiones extremadamente presuntuoso ante quienes no me conocen bien personalmente. Al engreimiento lo considero una tontería; pero más necia todavía es esa falsa modestia que en vano intenta ocultar lo que todos los hechos tienden a probar. »... Ha habido momentos en mi vida en los que estuve muy cerca de pensar que no podía perder ni un solo juego. Entonces fui derrotado, y esa derrota me trajo de vuelta del país de los sueños a la realidad. »Nada es tan saludable como ser [rotundamente derrotado] en el momento adecuado, [y de pocos juegos ganados he aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas]. »Por supuesto que no me gustaría ser derrotado en momentos críticos, pero por lo demás espero que en algún momento en el futuro pueda perder algunas partidas más si de ese modo obtengo el mismo beneficio que he obtenido de las derrotas en el pasado.»2 A eso mismo se refiere el apóstol Pablo cuando en su Carta a los Romanos nos asegura que los seguidores de Cristo como él tenemos motivo de alegrarnos al enfrentar pruebas y dificultades, pues sabemos que las tales derrotas nos ayudan a desarrollar resistencia, la resistencia produce a su vez entereza de carácter, y la entereza de carácter nos llena de esperanza.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 José Raúl Capablanca, Mi carrera ajedrecística, Anotado por el editor Miguel A. Sánchez (Ediciones Two Bishops, 2021), Edición Kindle, Contratapa; José Raúl Capablanca, Biography [Biografía], World Chess Hall of Fame [Salón de la Fama del Ajedrez Mundial] En línea 28 mayo 2025. 2 Capablanca, Mi carrera ajedrecística, p. 20. 3 Ro 5:3-4
(Víspera del Natalicio de José Raúl Capablanca) «Nací en La Habana, la capital de la isla de Cuba, el 19 de noviembre de 1888. Yo no tenía aún cinco años cuando por accidente entré en la oficina privada de mi padre y lo encontré jugando con otro señor. Nunca antes había visto una partida de ajedrez. Las piezas me interesaron, y yo, al día siguiente, regresé para verlos jugar de nuevo. Al tercer día, mientras yo miraba, mi padre, un principiante muy pobre, movió uno de sus caballos de un cuadrado blanco a otro cuadrado blanco. Su adversario, al parecer no mejor jugador, no lo notó. Mi padre ganó, y yo le dije que él era tramposo, y comencé a reírme. Después de una pequeña discusión durante la cual casi me sacó de la habitación, le mostré a mi padre lo que él había hecho. Me preguntó cómo y qué sabía yo sobre el ajedrez. Le respondí que yo podía vencerlo, [y él] dijo que eso era imposible, considerando que yo ni siquiera podía colocar las piezas correctamente. En conclusión, jugamos una partida y gané. Ese fue mi comienzo.»1 Así narra José Raúl Capablanca el comienzo de su vida y de su carrera en su obra titulada Mi carrera ajedrecística. Sin embargo, su acreditado biógrafo Miguel A. Sánchez señala que tal vez Capablanca no haya recordado con certeza lo ocurrido, ya que no concuerda con la entrevista que el periodista cubano Andrés Clemente Vázquez le hizo poco después a esa temprana edad. Según lo publicado en el periódico El Fígaro de La Habana el 8 de octubre de 1893, el niño José Raúl había retado a su padre José María diciéndole: «Si tú quieres perder ahora, juega conmigo». Pero su respuesta acerca de cómo y qué sabía sobre el ajedrez había sido: «Yo me he aprendido las jugadas del general», refiriéndose al jefe de su padre, el general de brigada Emiliano Loño de Pérez, a quien diversas crónicas de la época describían como un apasionado del ajedrez. El periodista Vázquez también dio a conocer que el padre de José Raúl perdía con frecuencia cuando jugaba con su jefe, de modo que el general Loño bien pudiera haber estado enseñándole ajedrez a José María Capablanca cuando su hijo fue testigo de esa lección.2 De cualquier manera, lo cierto es que José Raúl Capablanca fue un niño prodigio que llegó a ser un genio del ajedrez apodado «la máquina humana», y que escribió ese libro en 1920 con el fin de promover su candidatura al título de campeón mundial del ajedrez. Feliz y muy merecidamente para él, dio resultado, ya que el año siguiente no sólo participó en el campeonato, sino que se coronó campeón con su rotunda victoria sobre el entonces poseedor del título supremo, el Gran Maestro alemán Emanuel Lasker.3 ¿En qué se parecen el niño José Raúl y el niño Jesús? ¡En que los dos dejaron asombrados de su inteligencia a sus maestros! Pero, gracias a Dios, si bien casi ninguno de nosotros, por mucho que se esfuerce, es capaz de lograr semejante asombro, todos sí podemos lograr crecer en sabiduría y gozar del favor de nuestros semejantes y de nuestro Padre celestial si determinamos imitar a su Hijo Jesucristo.4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 José Raúl Capablanca, Mi carrera ajedrecística, Anotado por el editor Miguel A. Sánchez (Ediciones Two Bishops, 2021), Edición Kindle, p. 22. 2 Ibíd., Nota 1, p. 29; Miguel A. Sánchez, «Addendum to the Book “José Raúl Capablanca, A Chess Biography” [Apéndice al libro José Raúl Capablanca: una biografía del ajedrez] (Jefferson, N.C., EUA: McFarland and Companies, 2015) En línea 28 mayo 2025; Andrés Clemente Vázquez, «Un portento mexicano y una maravilla española», Ajedrez, periódico El Fígaro, Núm. 35, La Habana, 8 octubre 1893, p. 431 En línea 1 junio 2025. 3 José Raúl Capablanca, Mi carrera ajedrecística, Contratapa; José Raúl Capablanca, Biography [Biografía], World Chess Hall of Fame [Salón de la Fama del Ajedrez Mundial] En línea 28 mayo 2025. 4 Lc 2:41-51; 1Co 11:1
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «A mi esposa la irritaba que yo le reclamara por la falta de aseo y orden en la casa. Ella cree que cualquiera puede lavar su propia ropa. Eso me llevó a lavar y hasta planchar mi ropa para “apaciguar las aguas”. »Además, ella usó su tarjeta de crédito para hacer compras de materiales para reparar un cuarto en casa de sus papás, con la intención —creo yo— de irse para allá.... Hace unas semanas, me enteré de que había hecho gastos que no me había comentado, y se enojó porque le pedí detalles. »Yo he comenzado a desconfiar de ella, pero la amo tanto que he decidido callar.... Ella me ha dicho que me respeta... pero no sé qué pensar. Ese comportamiento reservado no me da mucha seguridad.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... Usted dice que su esposa tiene su propia tarjeta de crédito y ha hecho gastos de los que no estaba enterado, así que vamos a dar por sentado que ella trabaja fuera de casa. Cuando ambos cónyuges trabajan fuera del hogar, es necesario que concuerden en cómo se han de pagar los gastos que tengan en común.... Si alguno de los cónyuges ha acumulado o heredado dinero o propiedades antes del matrimonio, entonces recomendamos que se consulte a un abogado. »En la mayoría de los matrimonios, los recursos económicos preexistentes no representan ningún problema, y los cónyuges por lo general tienen sólo cuentas bancarias conjuntas. Sin embargo, en el caso de deudas o préstamos considerables, o de bancarrota preexistentes, es también muy aconsejable que consulten a un abogado. »En el caso suyo, la confianza se ha perdido por completo y los problemas no pueden resolverse con tan sólo unas palabras de consejo. Le recomendamos que consulte a un consejero profesional para que les ayude a identificar y a poner al descubierto los secretos. Si su esposa se está preparando para dejarlo, un consejero bien pudiera ayudarles a los dos a reparar el daño. »Cuando ambos cónyuges trabajan, tanto el lavado de la ropa como el aseo de la casa, la preparación de los alimentos y el cuidado de los hijos son responsabilidades compartidas, mientras que cuando sólo trabaja uno de los dos, el otro debe encargarse de la mayoría de las responsabilidades domésticas. Sin embargo, para el beneficio de los hijos, ambos cónyuges deben encargarse de cada aspecto de la vida de sus hijos. »En el conocido capítulo bíblico sobre el amor, el apóstol Pablo escribió que el amor no es egoísta.1 Eso quiere decir que los cónyuges que de veras se aman se interesan por compartir las responsabilidades, los recursos económicos e incluso el tiempo.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 869. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 1Co 13:5
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Engañé a mi esposa, y ella se dio cuenta.... Ya no estamos juntos como pareja... pero vivimos en la misma casa con nuestros hijos. Ya no la soporto, porque me lanza indirectas y no deja de recordarme mi error. Me altera demasiado y me saca de mis casillas. ¿Qué puedo hacer para evitar discutir con ella?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Es difícil dar un consejo cuando hay tantos detalles que no conocemos. Por ejemplo, ¿le ha sido fiel a su esposa desde el momento en que ella se enteró, o ha seguido usted siéndole infiel? ... ¿Está usted de veras arrepentido por lo que hizo, o simplemente lamenta que ella lo haya descubierto? »Usted quebrantó el voto que le hizo a su esposa, y ella ahora no puede tenerle confianza porque no sabe si usted pudiera volver a hacerlo. Ella tampoco sabe cuándo le está usted diciendo la verdad y cuándo le está mintiendo. Usted la ha herido en lo más profundo. Sintiéndose malherida, las palabras desagradables que ella le dice son como un escudo con el que se protege emocionalmente. A duras penas ha logrado soportar ese engaño, y teme que no sería capaz de soportar más.... »El mejor consejo que podemos darle es que acudan a un consejero matrimonial. Si piensa que no tiene los recursos económicos para eso, le aseguramos que es menos costoso que el tener que mantener dos hogares por separado. Aun si decide que el matrimonio no puede salvarse, un consejero puede ayudarles a los dos a comunicarse de un modo más positivo por el bien de los hijos. »Dios diseñó el matrimonio para que fuera de por vida, pero su Hijo Jesucristo enseñó que la infidelidad como la que usted cometió le dio a su esposa una razón legítima para separarse de usted.1 Sin embargo, como ella ha optado por seguir viviendo con usted, es probable que todavía lo ame, y es posible que haya esperanza de salvar su matrimonio. »Si usted quiere salvarlo, entonces debe asumir la responsabilidad y afrontar las consecuencias por haber herido a su esposa. Eso quiere decir que, a pesar de las palabras desagradables de ella, usted necesita responderle de tal manera que ella pueda sentir que la ama. Las palabras de ella son las consecuencias de lo que usted hizo, y esas consecuencias tienen que afrontarse, sin que importe lo desagradables que sean. Además, para que ella aprenda a volver a tenerle confianza, usted tendrá que darle a conocer con precisión dónde se encuentra y con quién está en todo momento. No piense que va a tener que hacer esas dos cosas algunos meses nada más, sino por años, pues la sanidad de su esposa le tomará muchísimo tiempo.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 749. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mt 5:32
(Día de la Mujer Colombiana) Durante su infancia vivió en el municipio de Guaduas, Cundinamarca, desde donde se trasladó a Bogotá. Pero su residencia allí en Santa Fe se interrumpió debido a la tragedia que sufrió su familia a causa de la epidemia de viruela que se propagó en 1802. Murieron sus padres y dos de sus hermanos. Unos dos años después, fue con su hermana mayor y su hermano menor a vivir con su madrina en Guaduas, donde su hermana mayor se casó y la llevó, junto con ese hermano, a vivir con ella. Aunque en el testamento de su padre figura como Polonia, quienes mejor la conocían la llamaban Policarpa. De ahí que los contemporáneos de Policarpa Salavarrieta la llamaran simplemente la Pola. Durante su segunda estadía en Guaduas, el cuñado de Policarpa murió luchando al lado del prócer Antonio Nariño en la campaña del Sur, y su hermano menor Bibiano, veterano de la misma campaña, regresó malherido en 1815, luego de sufrir una dura prisión. Contagiada de ese espíritu independentista, la Pola se vinculó a los patriotas de los Llanos del Casanare y sirvió como mensajera, compró armas y reclutó a jóvenes para la causa emancipadora. Lamentablemente, los españoles descubrieron sus actividades luego de capturar a los hermanos Almeyda y arrestar a Alejo Sabaraín con documentos que la comprometían. El 10 de noviembre de 1817 un Consejo de Guerra la condenó a muerte, junto con Sabaraín y otros patriotas. Camino al patíbulo la mañana del 14 de noviembre, cuando un soldado le ofreció un vaso de vino, Policarpa dijo: «Pueblo de Santa Fe, ¿cómo permitís que muera una paisana vuestra e inocente? Muero por defender los derechos de mi patria.»1 Al salir a la plaza mayor de la capital, se dirigió al pueblo reunido para presenciar su fusilamiento, y dijo en voz alta: «¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Pero no es tarde. Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más. ¡No olvidéis este ejemplo!» De ahí el famoso anagrama que se formó del nombre Policarpa Salavarrieta: «Yace por salvar la patria.» ¡Con razón que desde 1967 se celebre oficialmente el 14 de noviembre como el Día de la Mujer Colombiana, y que su imagen haya aparecido varias veces en los billetes y monedas de Colombia! En 1826, cuando la obra de teatro La Pola volvió a presentarse en Bogotá, el público, consciente de que nadie había hecho nada por salvarla, esta vez intervino y se libró del cargo de conciencia que sufría. Subió al escenario decidido a dar muerte a los artistas vestidos de soldados españoles que pretendían fusilarla nuevamente.2 Así como con su sangre los héroes de la patria pagaron el precio de la libertad física del pueblo, Jesucristo pagó el precio de nuestra libertad espiritual. Más vale que reconozcamos que Cristo lo pagó voluntariamente, y que basta con que aceptemos ese sacrificio que Él hizo en nuestro lugar a fin de salvarnos y librarnos eternamente de todo cargo de conciencia que suframos.3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Beatriz Castro Carvajal, «Policarpa Salavarrieta: heroína por excelencia de la República», Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango, Credencial Historia No. 73 En línea 3 junio 2015. 2 Óscar Guarín Martínez, «El día que la Pola fue salvada de morir», Colección Bicentenario: 11 relatos para volver a contar, Ministerio de Educación Nacional: República de Colombia En línea 9 junio 2015. 3 Mt 26:50-54; Ef 5:1; Fil 2:5-8; Tit 2:14
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Vivo con un hombre quince años mayor que yo. No somos casados, pero él sí ha estado casado dos veces. Él me ha maltratado mucho, verbal, física y emocionalmente.... »Hace cinco meses, acepté a Cristo como mi Salvador y Señor. Ahora entiendo que estoy en pecado de fornicación, así que le dije que nos casáramos, pero él no quiere. ¿Debo dejarlo?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Felicitaciones! La decisión de ser seguidora de Cristo es la más importante que pudo haber tomado. Usted ahora cuenta con la gran ventaja de poder confiar en que Dios la acompañará y guiará por el resto de su vida.... »Muchas personas pudieran preguntarse por qué consideraría usted casarse con un hombre que la ha maltratado repetidamente. La respuesta es que quizás usted esté padeciendo del “síndrome de la mujer maltratada”. Se trata de una manera de pensar causada por vivir como víctima de abuso por un lapso de tiempo prolongado. Al pensar de ese modo, ha llegado a creer erróneamente que usted merece tal abuso. Así que en vez de protegerse, que es lo natural, usted se queda en el mismo ambiente que el perpetrador del abuso y permite que él vuelva a maltratarla. Entonces, debido a que usted se siente responsable por haberlo enojado o alterado, acepta sus disculpas de último momento y le da cada vez más oportunidades para maltratarla. »El hombre en tal caso siempre sigue maltratando a la mujer debido a que sus disculpas son pura manipulación en vez de legítimo arrepentimiento. Él tal vez diga algo parecido a: “Tú sabes que me enoja mucho cuando discutes conmigo. ¡Con razón que pierdo los estribos y te golpeo!” ... Y es así como la convence de que fue usted más bien quien tuvo la culpa. »Usted pregunta si debe dejar a este hombre. ¡La respuesta es sí! Usted no merece tener que vivir ni un solo día más en una relación abusiva. Sin embargo, la razón principal por la que debe dejarlo es que Dios le ha mostrado que está pecando contra Él al vivir de esa manera. »Muchos con frecuencia se preguntan cuál es la voluntad de Dios para su vida. Quisieran tener un plan maestro que les dé instrucciones detalladas paso a paso. Pero Dios por lo general no nos revela su voluntad de ese modo. Nos guía paso a paso, eso sí, pero sin indicarnos los próximos pasos a dar sino hasta que hayamos completado lo que ya nos ha dicho que hagamos. »El próximo paso para usted es buscar un nuevo lugar donde vivir. Una vez que lo haya encontrado, Dios le mostrará cuál es el siguiente paso.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 868. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
Ramona Vargas, esposa del jugador de béisbol Yorkis Pérez y residente de Santo Domingo, tuvo que lidiar como nunca con sentimientos encontrados el lunes 12 de noviembre de 2001. Estaba contenta de que su esposo pronto iba a firmar un importante contrato de las Grandes Ligas. Pero estaba triste por la muerte de la abuela de Yorkis y porque él había decidido no hacer el viaje a la República Dominicana para el entierro debido a que su madre le había dicho que se quedara en Nueva York para firmar el contrato, que ella y su hermana lo representarían. Fue en ese estado de ánimo que Ramona Vargas, camino al aeropuerto para recibir a su suegra Rosa Pérez de cincuenta y tres años y a su cuñada Johannie de dieciséis, escuchó la noticia. La noticia era que poco después de despegar del Aeropuerto John F. Kennedy, el aerobús de American Airlines, vuelo 587 con rumbo a Santo Domingo, se había estrellado en un barrio residencial de Nueva York. Según el Listín Diario, en el accidente fallecieron 175 dominicanos, que junto con los demás que perecieron dejó un saldo de 265 muertos. Ante esta terrible noticia los sentimientos de Ramona tuvieron más razón que nunca para estar en conflicto. Ahora estaba afligida por la inesperada muerte de su suegra y de su cuñada. Pero no podía dejar de estar agradecida a Dios por las circunstancias que impidieron que su esposo Yorkis tomara ese vuelo. En la sala de espera del Aeropuerto Internacional Las Américas de Santo Domingo al que se dirigía Ramona Vargas, Güela Rodríguez también sufrió tremendos altibajos emocionales ese lunes. En avanzado estado de gestación, al principio sufrió un cruel descalabro emocional cuando escuchó la trágica noticia. Pero un rato después le sobrevino un ataque de histeria cuando vio aparecer a su madre, Carmen Pereira, y a su hijo Wilson de cuatro años, a los que daba por perdidos porque estaba segura de que ambos iban a bordo de aquel avión. Resultó que su mamá había hecho planes para tomar ese vuelo que partió de Nueva York, pero a última hora había optado por viajar con su nieto en otro vuelo que partió de Boston.1 Ese fatídico lunes la muerte tocó a la puerta de Rosa Pérez y de Johannie, así como de otros 173 dominicanos y de 90 personas más como consecuencia del accidente del vuelo 587, y se los llevó. Pero lo cierto es que tarde o temprano la muerte tocará también a la puerta de los pocos que se salvaron, así como tocará inevitablemente a la nuestra, y no dejará a nadie sino que nos llevará a todos, uno por uno. De eso no hay duda. Lo único que está en tela de juicio es el lugar en que hemos de pasar la eternidad. Más vale que decidamos hoy mismo preparar el viaje a la patria celestial para vivir eternamente con Cristo. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 «Dos de las víctimas iban a un entierro», La hora digital, Porlamar, Isla de Margarita, 29 nov 2001
(Día de Luis Aparicio en Venezuela) El 18 de noviembre de 1953 fue uno de los días más memorables en la historia del béisbol venezolano. Durante el juego entre los equipos de Maracaibo Gavilanes y Pastora, el reconocido campocorto Luis Aparicio Ortega, apodado «El Grande», anunció su retiro, y a su hijo Luis Ernesto Aparicio Montiel, quien estaba haciendo su debut con Gavilanes allí en su ciudad natal, le entregó el bate y luego su guante al entrar éste al terreno a cubrir la ofensiva, a modo de homenaje en que el padre le da el legado al hijo. Hacía poco más de un mes que el hijo venía de jugar por Venezuela en la Serie Mundial Amateur con el vivo recuerdo de haber visto a su] padre hacer lo mismo sólo dos años atrás.1 ¡Quién hubiera pensado esa tarde que aquel hijo, que sería conocido como «El Pequeño Louie», llegaría a ser, sólo tres años después jugando por los Medias Blancas de Chicago, el primer latinoamericano en ser nombrado Novato del Año de la Liga Americana; y en 1984, luego de 18 temporadas en las Grandes Ligas jugando además por los Orioles de Baltimore y los Medias Rojas de Boston, el primer venezolano exaltado al Salón de la Fama del Béisbol!2 En la entrevista que le hizo el reportero venezolano Óscar Yanes en 1956, apenas una semana después de su debut con los Medias Blancas, Luis Aparicio declaró: «Mi ambición es llegar a ser el mejor jugador de mi posición.»3 Esa aspiración habría de cumplirse en las declaraciones del dueño de su equipo Bill Veeck: «Es el mejor que yo jamás haya visto. Casi todos los días hace jugadas imposibles»; del mánager de los Yankees Ralph Houk: «El pequeño Louie es prácticamente el mejor campocorto que yo jamás haya visto. No puedo imaginarme cómo alguien pudiera jugar mejor»; y de su estelar compañero de segunda base, Nellie Fox: «Tengo la fortuna de contar con el mejor campocorto del béisbol, Luis Aparicio.»4 A la pregunta: «¿Está “el viejo” contento?», Luis le había respondido a Óscar Yanes: «Mucho. Mamá era la que no quería que yo fuera pelotero... quizá por esas tantas operaciones que sufrió papá por la pelota; pero ¿qué va? Yo nací para eso, vale.»5 Eso lo comprueban, además de sus otros logros y récords, sus 13 participaciones en Juegos de Estrellas; 9 Guantes de Oro; 9 años consecutivos con el mayor número de bases robadas en la Liga Americana, 4 de esos años con más de 50 bases robadas; y su revancha al ganar la Serie Mundial con los Orioles contra los Dodgers de Los Ángeles en 1966, 7 años después de perder la Serie Mundial con los Medias Blancas contra esos mismos Dodgers en 1959.6 Así como Luis se esforzó por que su padre, «el viejo», permaneciera contento con él durante toda su carrera deportiva, propongámonos también nosotros que nuestro Padre celestial, «el Anciano de Días», esté contento con nosotros tal como lo estuvo con su Hijo Jesucristo durante su carrera terrenal. Después de todo, fue para eso que Dios nos creó.7 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 BR Bullpen, «Luis Aparicio», Baseball Reference En línea 23 mayo 2025. 2 «About Luis Aparicio», Luis Aparicio, Shortstop, Class of 1984, National Baseball Hall of Fame En línea 21 mayo 2025. 3 Javier González, «Luis Aparicio en la silla caliente», Banesco Contigo, 10 noviembre 2023 En línea 23 mayo 2025. 4 BR Bullpen 5 Javier González 6 «About Luis Aparicio»; BR Bullpen; Chris Haft, «Los mejores 10 momentos de Luis Aparicio», MLB Español [Béisbol de las Ligas Mayores], 29 abril 2025 (5 agosto 2020) En línea 23 mayo 2025. 7 Dn 7:9,13; Mt 3:17; 17:5; 2P 1:17; 2Co 5:9; Ef 2:10
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Tengo veinte años, [y estoy] casi graduada de la universidad. Estoy comprometida con un hombre maravilloso de veintitrés años.… Tenemos dos años y cuatro meses de novios. Queremos casarnos, pero los consejos de otras personas son que estamos muy jóvenes para eso, que debemos terminar de estudiar el posgrado (doctorado), y disfrutar la juventud.… »Todo esto me tiene muy preocupada. Hemos intentado hacer lo indebido una y otra vez, llegando al punto que nos sentimos mal por estas actuaciones. Hemos leído que un noviazgo... sano suele durar entre uno y dos años. Después de esto, corre peligro, y el de nosotros está en ese proceso...» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »¡La felicitamos por su sabiduría y su paciencia! Usted está tratando de hacerle caso al consejo de los demás, y ha sido paciente al extender su noviazgo en vez de casarse en seguida. »Tal vez la sorprenda enterarse de que el Hermano Pablo y su esposa Linda ambos tenían veinte años de edad cuando se casaron en 1942, y han dado testimonio de haber disfrutado de la felicidad conyugal muchos años más allá de sus Bodas de Oro. Nosotros también teníamos veinte años de edad cuando nos casamos en 1974, y hemos estado felizmente casados durante todos estos años. Sin embargo, esos dos ejemplos de matrimonios felices no son prueba de que todas las personas jóvenes deban casarse a tan temprana edad. »De lo que sí estamos convencidos es de que la edad no es el factor determinante para decidir si uno está preparado para casarse. Algunas personas casi a los treinta y aun a los cuarenta años todavía no están preparadas para casarse. »Hay otros factores que son más importantes que la edad. Estas son algunas preguntas que les conviene hacerse: »¿Estamos en condiciones de sostenernos del todo económicamente..., independientes de nuestros familiares y sin respaldo económico alguno de ellos? »¿Vamos a poder sostenernos económicamente de modo que nos sobre tiempo para pasar juntos como pareja y con amigos y familiares? »¿Tenemos las mismas creencias acerca de Dios, y estamos de acuerdo en cuanto a cómo habrán de aprender acerca de Él nuestros futuros hijos? »¿Estamos de acuerdo en cuanto a las relaciones que tengamos con nuestras familias respectivas, en particular si alguno de nuestros familiares algún día fuera a recibir ayuda económica de nuestra parte o a vivir con nosotros? ... »Cuando no estamos de acuerdo, ¿nos tratamos con respeto mutuo y resolvemos nuestras diferencias sin insultarnos, o sin recurrir a la violencia o poner en tela de juicio nuestro amor mutuo? »¿Podemos prometernos fidelidad mutua para toda la vida? ... »Los novios que pueden contestar de modo afirmativo y sincero cada una de esas preguntas están listos para casarse. Deben decidir entre sí cuánto tiempo esperar, pero es una gran ventaja si obtienen la aprobación de sus padres de parte y parte. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» Para leer e imprimir estas seis preguntas y otras cuatro que les conviene hacerse, basta con que pulse el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 137». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo un trabajo con muy buenas prestaciones y salario.... Además, está relacionado con la carrera que estudié en la universidad. El problema es que los otros empleados tienen vicios, son groseros y hablan mal de los demás.... Mi jefa me trata muy mal porque no me comporto como los demás. Me grita y me discrimina.... Yo soy cristiana, y en lo posible trato de apartarme de ellos.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Usted dice que es cristiana. Eso nos da a entender que es seguidora de Cristo. Hay por lo menos tres clases de seguidores de Cristo. La primera clase consta de quienes han decidido seguir a Cristo, y le han pedido que perdone los pecados que han cometido, pero aún no han estudiado la Biblia, así que no entienden lo que significa seguir a Cristo. »La segunda clase de seguidores de Cristo consta de aquellos que aceptaron a Cristo y llegaron a ser seguidores de Él, pero a quienes aún los atraen mucho sus vicios pasados. Por ejemplo, todavía bien pudieran tener la tentación de beber alcohol a fin de olvidar sus problemas. »Ese primer y segundo tipo de seguidores de Cristo son aquellos de quienes escribió el apóstol Pablo cuando dijo: “No pude dirigirme a ustedes como a espirituales, sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía”.1 San Pablo estaba comparando a los seguidores de Cristo con bebés que aún necesitan leche y no son capaces de digerir comida. »El tercer tipo de seguidores de Cristo consta de quienes leen la Biblia y ponen en práctica sus enseñanzas en la vida diaria. Oran y se comunican con Dios personalmente con regularidad.... En todas las cosas, Cristo es el ejemplo que siguen. »Al parecer, usted pertenece al tercer tipo de seguidores de Cristo y quiere seguir su ejemplo. Examinemos entonces el ejemplo que nos dio Cristo. Él... se asoció con las peores personas y cenó con ellas.2 [A sus seguidores Cristo les explicó] que su propósito era darles a conocer la Buena Noticia del Evangelio a quienes estaban enfermos espiritualmente, y no a quienes disfrutaban de buena salud espiritual.3 »¿Por qué estaban esas personas dispuestas a escuchar a Cristo, a cenar con Él y a estar en compañía suya? Porque Él les mostraba lo mucho que las amaba. De hecho, Él dijo: “Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores.”4 Cristo amó de palabra y de hecho, y eso fue lo que les enseñó a sus seguidores que hicieran: amar, esperar que se les odiara, y seguir amando. Ese es el ejemplo que nos dio Cristo.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 748. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 1Co 3:1-2 (NVI) 2 Mr 2:15 3 Lc 5:31 4 Jn 13:35 (TLA)
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «A mi esposa no le gustaba mucho tener relaciones sexuales conmigo, incluso desde la luna de miel, y esto me frustró y llenó de rabia. Así que al cabo de siete años de matrimonio, terminé siendo adúltero.... »Tengo dos hijos con mi esposa, y más de seis años queriendo restaurar mi hogar, pero no sé cómo acercarme a mi esposa, aunque voy casi todos los días a ver a mis hijos. Me encuentro bloqueado porque no sé qué haría si me rechaza. Aun no nos hemos divorciado, y quisiera que me aconsejaran cómo actuar.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Qué maravilloso que esté viendo a sus hijos casi todos los días! Hay demasiados hombres que permiten que los problemas que tienen con la esposa los lleven a descuidar o incluso abandonar a los hijos. Lo felicitamos por darles a sus hijos la más alta prioridad. »Usted dice que su esposa no estaba muy interesada en tener relaciones sexuales aun durante su luna de miel. Ese era el momento oportuno para haberle dado atención a ese problema y haber buscado ayuda profesional. Es más, usted probablemente pudiera haber anulado el matrimonio y haberse salvado así todos los años de angustia que siguieron. Pero de haber procedido así, no habría tenido a sus preciosos hijos. »En vez de eso, usted dice que cometió adulterio, y nosotros no sabemos si fue una sola vez o si continuó cometiendo ese error a lo largo de esos seis años. Ese detalle pudiera no parecerle relevante, pero nosotros creemos que marca una notable diferencia. »Cuando usted cometió adulterio, violó los votos de serle fiel a su esposa. Uno de los Diez Mandamientos nos ordena que no cometamos adulterio, así que lo que usted hizo le dio a su esposa una razón justificada para separarse de usted. Debido a que usted quebrantó el pacto matrimonial, ella no tiene la obligación de quedarse a su lado. »Si usted le fue infiel una sola vez, entonces su esposa pudiera optar por perdonarlo y restaurar el matrimonio. Pero si usted ha tenido una relación continua con la otra mujer, o ha tenido dos o más relaciones con otras mujeres durante ese lapso de tiempo, entonces su esposa bien pudiera perdonarlo, pero no sería prudente que ella restaurara el matrimonio.... »Le recomendamos que le pregunte a su esposa si ella estaría interesada en acudir con usted a un consejero matrimonial profesional. Si ella está dispuesta, entonces un consejero profesional podría ayudarlos a ambos a examinar todos los factores y a evaluar si debieran volver a comenzar. Sin embargo, asegúrese, por favor, de que los dos eviten involucrar a sus hijos en ese proceso.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 867. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
Parece que no habrá nada más tierno que este volver a Honduras: llegar con el amor iluminado por años y distancias, decir: «Esta es la tierra, este es el aire y este el río del cuento», recuperar las voces salpicadas de burlas familiares, reasumir la niñez en el dormido sabor de esta naranja y en este olor —que es casi de muchacha— de savia y de panales que sólo dan los árboles autores de nuestro propio canto. Porque volver a Honduras es ir de madrugada a los maizales para espantar los pájaros bisnietos de aquellos que espantamos, vivir en un mugido, en un relincho, que vienen de la noche, los sueños, alegrías y peligros de los antiguos campos. Parece que tendrá mucho de triste nuestro volver a Honduras: hallar que el calendario no era broma leyendo algunos rostros, saber que algo no vuelve en estas naves aunque el viajero vuelva y besar en la frente lo que un día besamos en la boca. Parece que también será de lágrimas este volver a Honduras: preguntar por hermanos, por amigos, que no nos esperaron y el horror de buscar en una tarde de cal y de cipreses unos nombres: Julián o Federico, Carlos, Daniel o Marcos. Parece que será feliz y trémulo nuestro volver a Honduras: vagar por los caminos que asolearon el verso de la infancia, llevar hasta una loma coronada de flores amarillas, de la mano, a los hijos que fundamos sobre lejanas playas —más allá de las nieves absolutas, de selvas y de mares— y decirles al fin: «Esta es la cuna y este el peñón exacto; esta es la tierra nuestra, la amorosa, la que espera a sus niños. Aquí esparcen su calcio generoso los huesos de mis padres, y el calcio va a la hierba y hace al pino más jubiloso y alto: Así trabajan todavía quienes nos prestaron la sangre.» Todo será feliz y doloroso, será trémulo y tierno porque volver a Honduras... me parece que es retomar el canto.1 ¡Qué recuerdos nostálgicos los que evoca el poeta hondureño Víctor Eugenio Castañeda, que escribió bajo el seudónimo de Jaime Fontana, en estos versos que forman parte de la obra titulada 100 poesías famosas del mundo y Honduras! «Este volver a Honduras», como lleva por título el poema, bien pudiera también recordarnos la famosa historia del regreso de Noemí a Belén de Judá, su pueblo de origen. Durante una época de hambre, Noemí había emigrado a la tierra de Moab junto con su esposo y sus dos hijos; pero allí, en el transcurso de unos diez años, habían muerto tanto su esposo como ambos hijos. Ahora viuda y sin hijos, Noemí vuelve a Belén con una de sus nueras, Rut la moabita, que había insistido en acompañarla hasta que la muerte misma las separara a pesar de no conocer allí a nadie más que a su suegra.2 Resulta que para Noemí «ese volver a Belén» si bien tiene mucho de triste y es de lágrimas,3 es a la postre feliz, trémulo y tierno, tal como pronostica el poeta Fontana con relación a volver a Honduras. Porque su nuera Rut se vuelve a casar y da a luz un hijo, del que con razón le dicen las mujeres a Noemí: «Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos.»4 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Jaime Fontana, «Este volver a Honduras», 100 poesías famosas del mundo y Honduras (Tegucigalpa: Graficentro Editores, 1998), pp. 50-51. 2 Rt 1:1-18 3 Rt 1:19-21 4 Rt 4:13-15
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Crecí con... padres divorciados por infidelidad, [y] yo con desórdenes [de] alimentación tremendos.... Un compañero de la escuela [abusó de mí], pero... creo que yo tuve la culpa porque empecé a conocer cosas que no eran de mi edad muy tempranamente.... Conocí a alguien a quien me entregué en todos los sentidos. Mi error fue que, desde la primera vez que nos vimos, me acosté con él, pero todo esto lo hacía para llenar un gran vacío en mi vida. También abusó de mí verbal y físicamente, pero seguí con él casi dos años, hasta que me di cuenta de que él sólo me usaba para complacerse y robarme mi dinero. Lo dejé, y ahora hace dos años descubrí que él me infectó con el virus que causa el SIDA. ¡Me siento tan fracasada! ... Me siento muy decepcionada y abrumada.... »Mi mayor ilusión era tener una familia, y sé que la realidad mía será que nadie me ame así como yo estoy.... Sé que pequé demasiado y por eso recibí esta consecuencia. Tengo veintiséis años, y siento que mi vida ya no sirve y que no tengo ya un camino que recorrer.» Este es el consejo que le dimos: »Estimada amiga: »Lamentamos todo el trauma que usted ha sufrido a pesar de ser tan joven. Dice que contrajo el virus del SIDA por haber pecado demasiado. Si fuera así, entonces todo el mundo tendría el virus, porque todos hemos pecado demasiado. Como Dios es santo, un solo pecado es demasiado; por lo tanto, cada uno de nosotros ha pecado demasiado para ser aceptado por Él. Por eso Dios entregó a su único Hijo Jesucristo para que muriera en la cruz a fin de pagar por nuestros pecados. Así que ese virus no es un castigo de Dios por los pecados que usted ha cometido. »Sin embargo, sí hay consecuencias naturales en este mundo. Si usted mete la mano en el fuego, se quemará. No se debe a que Dios quiere que se queme, sino que la naturaleza del fuego es quemar. Cuando opta por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, la consecuencia natural es que corre el riesgo de contraer el virus del SIDA o una enfermedad venérea. Además, se arriesga a que se quebrante su corazón y a que su vida quede dañada de modo permanente. »Le recomendamos que comience hoy mismo una relación personal con Dios. Si acepta el perdón de Dios, Él la ayudará a perdonarse a sí misma. Él tiene para usted «planes de bienestar y no de calamidad, a fin de [darle] un futuro y una esperanza».1 Usted tiene mucho que ofrecerle a su comunidad. Puede hallar gozo y amor al servir a los demás, como también a personas que le mostrarán el amor que necesita para el camino que le queda por recorrer. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 136». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Jer 29:11
«Tengo que confesar que, cuando me enteré hace unos momentos de la muerte de la hija menor de doña Clementina, hacía muchos años que no pensaba en ella. [En] la noticia... del periódico... invita a la ceremonia fúnebre su hermano, porque ella nunca llegó a casarse. »... ¡Florinda, Florindita, Florinda! La quise con ese primer amor que nos deja una nostalgia especial en el alma.... ¡Por cuánto tiempo allá en mi juventud acaricié su nombre a solas, entre suspiros! Aún me parece verla, el talle erguido y la mirada brillante, rozando las teclas del piano, arrancando melodías que me llenaban de una emoción que amenazó con romperme el pecho a fuerza de latidos. Y ahora, Florinda está muerta.... »Doña Clementina... organizó una fiestecita en su casa a la cual estaba invitada toda la juventud. Felipe llegó tarde... y nos fue saludando uno a uno hasta llegar a Florinda, que se le quedó mirando con tal angustia que todos nos dimos cuenta de que algo había pasado entre esos dos que no estaba resuelto aún.... [Por los] celos que me ahogaban... tuve que salir de la casa [para] no dar un espectáculo.... »Fuimos todos a la finca al día siguiente.... Llegamos allá al río, todos los muchachos dispuestos a bañarnos.... »... Sólo quería que vieras a Felipe tan ridículo como lo veía yo, un montuno ignorante incapaz de nadar, porque le tenía miedo al agua. ¡Te lo juro, Florinda! Yo no lo empujé al charco como tú creíste. Él se cayó solito de las piedras, y quién sabe cómo se golpeó. ¿No te diste cuenta de que fui el primero en tirarme, cuando noté que no salía? Sentí allá abajo, cerca del fondo, su cuerpo desesperado buscando apoyo, y traté de sacarlo; pero se prensó de mis piernas halándome al abismo cenagoso, y tuve que empujarlo porque yo también me ahogaba. Todos se dieron cuenta de que yo hice un gran esfuerzo por salvarlo, menos tú; escuché tus gritos de espanto cuando logramos sacar el cuerpo frío y sin vida del agua, y vi tus ojos de acusación antes de que te desmayaras.... »Nunca me contestaste las cartas. Te encerraste en una soledad que nadie pudo llenar, y todos en el pueblo pensaron que te escondiste así por la muerte de tu padre y se olvidaron de aquel verano cuando nos volvimos viejos de repente. »Y ahora estás muerta, Florinda, y sé que nunca pudiste perdonarme.... »Espero que alguno de mis nietos pueda llevarme al entierro de Florinda. Tengo que cumplir con ella aunque sea por última vez.»1 Así termina el cuento de la doctora Rosa María Britton, ginecóloga, oncóloga y prolífica escritora panameña, al que le puso por título «El primer amor». Se trata de un amor romántico que nunca llegó a ser correspondido, debido a que la mujer amada juzgó con severidad y condenó sin misericordia al hombre que ansiaba manifestárselo. Gracias a Dios, en lo tocante a su amor divino no tenemos que preocuparnos por que Él nos juzgue con severidad por nuestros errores y desatinos, ni mucho menos por nuestros pecados si se los confesamos. Porque Él no envió a su Hijo Jesucristo al mundo a condenarnos sino a salvarnos.2 Tanto es así que, en la hora misma de su muerte por nuestros pecados, Jesús le dijo al Padre que lo había enviado: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»3 Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Rosa María Britton, La muerte tiene dos caras, 3a. ed. (Panamá: Editora Sibauste, 2003), pp. 47‑60. 2 Jn 3:16-17; 8:1-11; 1Jn 1:9 3 Lc 23:34
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo una duda. Yo quiero casarme y ser feliz con una familia que le dé honra a Dios. Pero ¿cómo voy a poder identificar a la persona que Dios tiene para mí? ¿Cómo voy a saber si voy a tomar una decisión equivocada? Creo que Dios tiene una persona especial para cada ser humano, porque Dios no nos diseñó para estar solos.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... En vez de repetir el consejo que ya hemos dado, quisiéramos que lea el Caso 210 en www.conciencia.net y que acate el consejo que dimos sobre cómo saber cuáles hombres pudieran ser buenas opciones para llegar a conocer mejor. En lugar de pensar que cualquier tipo pudiera ser el indicado, hay un proceso en el Caso 210 que la ayudará a separar a todos los hombres en dos grupos: los que en definitiva no le convienen, y los que pudieran ser buenas opciones. »Sin embargo, usted bien pudiera pensar: “Pero yo quiero que Dios me muestre el indicado. Temo que yo elija mal.” »La palabra clave es elección. Dios quiere que elija usted. Él no le ordena que se case con determinado hombre, sino que la faculta para hallar y distinguir al que más le convenga a usted.... No conseguirá nada con quedarse en casa y esperar que Dios le mande a la puerta al hombre indicado. Así como Dios espera que trabajemos para sustentarnos a nosotros mismos, también espera que nos esforcemos a fin de hallar a la persona con la que más nos conviene casarnos. »Las películas y las novelas dan la impresión de que habrá una chispa romántica que se encenderá cuando encuentre al hombre indicado. Esos relatos hacen que uno piense que su mirada se encontrará con la de un hombre al otro lado de un salón colmado de personas, y que al instante sabrá que él es el indicado. Lamentablemente, eso no es amor; es atracción física. »El sentir atracción física es la razón por la que hay tantas personas que eligen mal al cónyuge. Se sienten nerviosas y experimentan una emoción que hace que deseen estar cerca del otro. Muchas veces lo que sienten los lleva a tener relaciones sexuales que causan que el cerebro emita sustancias químicas que a su vez hacen que se sientan ligados a esa persona a quien posiblemente apenas conozcan. Y una vez que la relación se cimenta en lo físico, es muy fácil que les resten importancia a todas las características del posible cónyuge que en realidad no les gustan. »Para evitar un matrimonio indeseado, primero determine que no consentirá en una relación sexual sino hasta después de casarse. Luego use el cerebro más bien para llegar a conocer el carácter, las creencias y los hábitos de cualquier hombre, antes de poner en peligro el corazón.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 747. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «El sobrino de mi esposo tiene veintidós años. Vive en otro país y le ha pedido a mi esposo que lo acojamos en casa mientras busca trabajo aquí para poder mantenerse. Es un chico trabajador y estudioso. Ya tiene una carrera, pero es de bajos recursos y quiere superarse.... »Yo quiero ayudarlo, pero tengo una niña y un niño menores de ocho años, y tengo miedo de traer a un desconocido. Esto ha creado un conflicto familiar. Estoy en un dilema, y cuento con poco tiempo para tomar una decisión. A pesar de mis oraciones, no encuentro respuesta. ¡Por favor, oriéntenme!» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Comprendemos su preocupación. Todo niño y toda niña son un tesoro que debe ser protegido, y lo que más debe preocupar a cada padre y a cada madre es la salud y la seguridad de sus hijos.... »Por eso sería imprudente permitirle a cualquiera que usted no conozca bien que tenga contacto, sin supervisión, con sus pequeños. Es más, a veces no se puede confiar incluso en las personas a quienes usted conoce bastante bien. Todo padre y toda madre deben siempre observarlo todo y permanecer vigilantes, tomando todas las precauciones que puedan para evitar cualquier abuso que pudieran sufrir sus hijos. »Sin embargo, ¿cómo afecta esto la decisión que usted tiene que tomar? Al parecer, usted piensa que sólo tiene dos opciones: la suya o la de su esposo. Pero nosotros no creemos que eso sea cierto. Hay familias alrededor del mundo que tienen parientes que viven con ellos, por lo que les toca proteger a sus hijos al mismo tiempo. Usted puede hacer lo mismo. »Como sin duda ya sabe, todos nuestros consejos se basan en los principios que se encuentran en la Biblia. Sin embargo, en el caso suyo, aunque hay muchos pasajes bíblicos que nos animan a que nos ocupemos de los demás y cuidemos de ellos, especialmente los que forman parte de nuestra familia, no hay ningún pasaje bíblico que se refiera específicamente a dónde debe vivir un pariente nuestro. »Usted dice que el sobrino es trabajador y estudioso. Esas son cualidades buenas que sus hijos pudieran observar de primera mano. También es bueno que su esposo mantenga una relación positiva con la familia extendida de él, y el negarse a permitir que el sobrino se hospede algún tiempo con ustedes pondría en peligro esa relación. Por último, la regla de oro que nos dio Jesucristo, el Hijo de Dios, nos instruye que hagamos por los demás lo que quisiéramos que hicieran por nosotros.»1 Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 866. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mt 7:12
«El grupo de caballeros... conversaba a puertas cerradas.... »—Con el exceso de pólvora en las cargas, sabemos que el disparo se desviará lo necesario para evitar desgracias —explicó uno de los individuos mientras manipulaba un par de trabucos.... »Una media hora más tarde... alrededor de las diez de la mañana... junto a la cancha grande del Parque Central... [iba a comenzar] el duelo que enfrentaría a José Batlle y Ordóñez[, ex presidente de Uruguay,] y Washington Beltrán.... El retador era Batlle, [jefe del Partido Colorado,] quien se había sentido ofendido en su honor por el artículo “Qué tupé” que el joven nacionalista blanco publicara en el matutino El País.... »Batlle siempre había preferido el sable, ya que sabía que era un arma más fácil de dominar.... Pero unos días antes... se había luxado su muñeca derecha en la bañera, y su contendiente pareció impacientarse. »—Debes postergar el duelo hasta que se cure tu mano[, Pepe] —le había dicho Matilde a su esposo... al enterarse de que el lance sería con armas de fuego.... »Pero ya todo estaba arreglado, y ese viernes santo, desafiando la lluvia.... el coche de Batlle se [dirigió] al Parque Central. Junto a él iban su médico personal, el doctor Mérola, y sus padrinos.... Washington Beltrán [salió] de su hogar... mientras sus pequeños hijos dormían y su joven esposa intentaba ahuyentar amargos presentimientos.... Con sus padrinos... y el doctor Lussich... [aguardó a Batlle] en el lugar previsto.... El lance era a veinticinco pasos y a dos balas. En unos pocos segundos todo había terminado.... La segunda bala del revólver de Batlle perforó el pulmón derecho de su contrincante, tiñéndole de carmesí la camisa.... La vida de Beltrán se le iba de entre las manos [al doctor Lussich] mientras intentaba calmar el borbotón de tos que arrojaba por la boca del moribundo los últimos vestigios de aliento que quedaban en ese joven e ilustre ciudadano.... »Consciente de la gravedad del herido... [Batlle] se desmoronó rápidamente, y nadie se animó a interrumpir su llanto.... »—Disparé al piso.... No sé cómo la bala se elevó hasta el pecho —repetía incrédulo hasta agotar sus fuerzas.... »[A partir de] ese 2 de abril de 1920.... para Matilde y Pepe ya nada volvería a ser igual.»1 Lo cierto es que lo sería mucho menos para la viuda y los pequeños hijos de Beltrán en este trágico relato de la novela histórica de la escritora uruguaya Mercedes Vigil titulada Matilde, la mujer de Batlle. Porque lo único que seguiría siendo igual sería la inigualable e inagotable gracia de Dios, a quien ambas familias podían recurrir no sólo en busca de perdón sino también de consuelo, así como podemos hacerlo nosotros cuando tenemos que afrontar las consecuencias de decisiones disparatadas y desatinadas de las que nos arrepentimos en lo más profundo de nuestro ser. Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Mercedes Vigil, Matilde, la mujer de Batlle (Montevideo, Uruguay: Editorial Planeta, 2003), pp. 261-66.
En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Trabajaba para una gran empresa… [en la que] tenía un alto cargo y abusé de la confianza, ya que, sin darme cuenta, poco a poco fui tomando dinero sin devolverlo. »Cuando tomé mis vacaciones, viajé..., y en esa misma época descubrieron el fraude. Tuve miedo y no regresé a mi país. Ha pasado más de un año muy duro para mí.… Me siento sucia y muy avergonzada. ¿Cómo podría reparar el daño? »... Tengo una orden de captura en mi país.… [y no] tengo dinero para un abogado. Ahora he conocido a un hombre que me ofrece matrimonio, pero no le he contado nada de mi pasado. ¿Qué puedo hacer?» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Las palabras más importantes que usted emplea son “sucia” y “avergonzada”. Esas palabras son fundamentales en el mensaje que su conciencia está tratando de hacerle llegar, aunque usted tenga muchas excusas para justificar el no haberle prestado atención hasta ahora.... El apóstol Pablo dijo que la conciencia y los pensamientos pueden acusarlo a uno,1 y nos parece que eso es lo que le está sucediendo a usted. »Usted dice que no se daba cuenta de que estaba tomando dinero sin devolverlo. Con eso nos da a entender algo más acerca de usted y de su conciencia. Es probable que se sintiera un poco culpable la primera vez que tomó dinero, pero que, con el paso del tiempo, ya ni se dio cuenta. Usted hizo caso omiso de su conciencia tantas veces que los mensajes que ésta le estaba enviando ya ni le llegaban.... »Usted pudiera casarse con ese hombre y seguir sintiéndose sucia y avergonzada por el resto de su vida. Además, se sentiría culpable de mantener oculto su secreto de la persona que debiera saber todo lo que tenga que ver con usted. Día tras día, mes tras mes y año tras año, tendría la sensación de que la están vigilando, siempre temiendo el momento en que al fin se le descubriera. Su conciencia no dejaría de acusarla, y le recordaría constantemente el hecho de haber engañado a ese hombre. Eso mismo estropearía toda posibilidad de tener un matrimonio feliz. »Desde luego, usted haría todo lo que fuera necesario para poder volver a comenzar.... Pero la verdad es que no hallará la paz sino hasta que decida volver a su país de origen, entregarse a las autoridades y someterse al castigo que le impongan por sus actos ilegales e inmorales. »Dios le dará la fuerza de voluntad necesaria si se lo pide. Y la acompañará si usted le confiesa sus pecados y le pide que la perdone. Debido a que Jesucristo su Hijo murió en la cruz para llevar el castigo eterno de todos nuestros pecados, los que le pedimos perdón no tenemos que ser castigados después de la muerte. Pero en esta vida tendremos que afrontar las consecuencias de lo que hemos hecho, incluso todo castigo que considere justo nuestro sistema jurídico. »Haga lo debido, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace que dice: «Caso 135» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos». Carlos ReyUn Mensaje a la Concienciawww.conciencia.net 1 Ro 2:15